La población tunecina muestra un rotundo apoyo a la comunidad LGTB
Un gran número de celebridades tunecinas y figuras de referencia de esta región del Norte de África han realizado un gesto de valentía con el que exigen la cancelación del artículo 230 del Código Penal, que tipifica la homosexualidad como un delito que puede llegar a ser penado hasta con tres años de cárcel.
Sólo hay que poner un pie en Túnez para descubrir que la fama que tiene como país líder en la región en cuanto a los derechos de la mujer y la igualdad de género es más falsa que un billete de 30 euros con la cara de Madonna.
Si eres turista te tienes que creer que los tunecinos viven en una democracia que respeta a las minorías, puede que incluso el guía que te acompaña se jacte de que en Tunez se legalizó el aborto dos años antes que en Francia, cosa que por otro lado es absolutamente cierta.
Claro que uno, aunque sea un viajero despistado, comienza a sospechar pronto del estado orwelliano que se esconde bajo esa cortina democrática. Sospechas que se terminan de confirmar cuando uno se da cuenta que los retratos del Presidente tunecino decoran todos los baños del país: el Gran Hermano en versión escatológica.
Para los tunecinos la situación es mucho más preocupante. Las lagunas legales todavía permiten que los violadores queden impunes por sus delitos, que las mujeres violadas por sus esposos carezcan de protección legal y que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo sigan siendo ilegales.
La polémica sobre la comunidad LGTB ha regresado al país en los últimos días. La asociación Shams, que empuja por descriminalizar la homosexualidad en el país recibió una sanción de 30 días a raíz de una denuncia presentada por el propio gobierno tunecino que acusó a la asociación de violar la ley que regula las ONG.
A pesar de que la justicia finalmente ha dado la razón a la asociación, el hecho ha servido para comprobar la distancia que existe entre una población que apoya los derechos LGTB y un gobierno que se niega a escuchar los vientos del cambio.
Suhair Bin Amara, Sawsen Maalej, Jalila Baccar, Salma Baccar y Raouf Ben Amor… Numerosas celebridades del país han posado para la cámara de la asociación de carácter LGTB Mawjoudin y se han plantado frente a la sordera de sus gobernantes para mostrar un apoyo sin fisuras a la comunidad.
El trabajo del activismo, el apoyo de la población y la esperanza están más presentes que nunca. Ahora solo queda que los políticos tomen medidas para que todos los clichés contra el colectivo LGTB, que permanecen vivos en forma de leyes excluyentes, puedan ser eliminados.
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