No le dejan cantar en el funeral de su abuela porque fue al Orgullo
La crueldad de algunos es patológica…
Un párroco de Indiana prohíbe al nieto de una difunta cantar en el funeral porque el chico asistió a una marcha del Orgullo y eso “causaría un escándalo”.
Ay, el amor cristiano. Ay, la caridad católica. Qué bellas cosas que en la parroquia de Santa María de la Asunción en Decatur, Indiana, no tienen ni idea de qué son. Aunque en realidad esto es peor de lo que parece por el titular. Connor Hakes es un chico de la localidad cuya abuela falleció hace unos días. El cura de la parroquia, el padre Bob. J. Lengerich, ha decidido “secuestrar” el funeral de la abuela hasta que se solucionen “ciertos asuntos” concernientes a la vida de Connor.
Kafkiano lo que ha ocurrido en la parroquia católica de Santa María de la Asunción de la ciudad de Decatur (en Indiana, Estados Unidos). El cura responsable de la iglesia, Bob Lengerich, se dirigía por carta a uno de sus feligreses, Connor Hakes, para informarle de que no estaba autorizado a cantar en el funeral de su propia abuela. Al parecer, el sacerdote descubrió a través de una fotografía, publicada en alguna web igualitaria, la participación del joven en las celebraciones del Orgullo LGTB de años anteriores y consideró que podría representar un “escándalo” para la congregación. La “solución” que el religioso propuso a Hakes es que le rindiera tributo musical “fuera de la iglesia” o en el cementerio. El afectado, a través de su cuenta de Facebook, publicaba el escrito y aseguraba que su abuela se hubiera “disgustado” con esta decisión.
El “caritativo” cura Bob. J. Lengerich,
Básicamente, que al cura no le parece bien que Connor participe en el funeral porque hace años fue a una marcha del Orgullo LGTB y se hizo una foto.
Ni idea de si Connor es gay o no, pero participar en una marcha del Orgullo no te convierte en gay del mismo modo que ir a una manifestación por los derechos de las mujeres no me convierte en mujer. Pero el reverendo Lengerich no piensa así, para él ir al Orgullo es incompatible con la fe cristiana y por lo tanto el chico no puede participar en el funeral. Pero ojo, no con practicar la fe cristiana, sino con todo lo cristiano así en general.
Dice el reverendo que como la abuela de Connor era una mujer devota muy implicada en los trabajos comunitarios que promovía la iglesia, ha decidido que el funeral no puede ser un acto privado sino “una celebración de su vida y su fe para toda nuestra comunidad.” Al cura, eso sí, no le importa que asistan personas que no sean católicas pero no va a permitir que un homosexual participe en el funeral.
En la carta que el cura ha enviado a Connor (y que Connor ha compartido en Facebook) el hombre reconoce que tal vez no sea el mejor momento para mantener esta conversación, que debería haber hablado con el chico cuando vio la foto, pero que “no pensé que volverías a Decatur tan pronto.” Pues dice el cura que claro, “Un cantor sirve como representante público de la fe católica”. Por ello, “prohíbe a los que abiertamente defienden posiciones contrarias a nuestra fe servir en esas posiciones.. Dice Lengerich que la misa es un sacramento para los católicos, y todos los que participan en ella son “representantes” de la fe católica; y por eso todos los que “desafían las bases de nuestra fe” tienen prohibido participar en ella haciendo una lectura, entregando la comunión o cantando una canción. Los atacantes a las bases de la fe incluyen (pero no se limita a) “personas que se han divorciado y se han casado (sin una declaración de nulidad matrimonial), los que han apoyado abiertamente el derecho al aborto o los que participan de forma no casta y son abiertamente participantes de impúdicas relaciones entre personas del mismo sexo.”
Eso sí, no pienses que el cura es homófobo. ¡No lo es! En sus propias palabras, tiene muchos amigos gays y son bellísimas personas siempre que vivan en castidad donde no deben y no hablen de que son gays: “En St. Mary tenemos varios parroquianos LGTB que han declarado abiertamente su intención de adoptar un estilo de vida homosexual, acuden a Misa cada domingo (a veces incluso entre semana) y son cálidamente bienvenidos para rezar con nosotros.”
Pero si Connor quiere cantar en el funeral de su abuela, que se vaya olvidando, a no ser que “sea fuera de la Misa y de la Iglesia, tal vez en la funeraria, en el ayuntamiento, o en el cementerio después del entierro. Incluso durante la comida.”
Es un señor muy considerado.
Las redes sociales se han volcado con mensajes de incredulidad y apoyo a Connor Hakes. Además de denunciar mayoritariamente esta injusta prohibición, muchas personas se preguntan a qué dedica su tiempo el párroco de Indiana y en qué páginas de internet bucea, para haber dado con una fotografía de hacía varias ediciones del Orgullo LGTB en la que aparecía.
A todo esto, el joven ha manifestado su disconformidad y su tristeza por lo sucedido. Connor no sólo está enfadado por las tremenda sestupideces que dice el cura, sino porque sabe que ni a su abuelo ni a su abuela esto les parecería bien: “estarían asqueados con su parroquia. Su compasión y empatía no tenía fin, no importaba quién fueras. Veían más allá de la raza, la religión, la sexualidad y la clase social. Amaban a todo el mundo. Eso es lo que significa ser Cristiano. Eso es lo que significa ser Católico.“
El siguiente vídeo (en inglés) recoge la historia y las declaraciones de Connor Hakes:
Inmovilismo LGTBfóbico de la jerarquía católica
El respeto a la fe de todas las personas no equivale acatar a pies juntillas determinadas doctrinas sociales desfasadas y discriminatorias. Sirvan como ejemplo positivo los movimientos proigualitarios de otras ramas del cristianismo, como los que se están produciendo en la comunión anglicana. El pasado mes de septiembre, dosmanzanas informábamos de que Kevin Roberston, reverendo abiertamente gay, con pareja y padre de dos hijos, era elegido obispo de la Iglesia anglicana de Canadá. Solo unos días antes, el arzobispo anglicano de Gales comparaba a los cristianos que atacan al colectivo LGTB con los que usaban la Biblia para defender la esclavitud.
Aunque la aceptación de la homosexualidad en la comunión anglicana es todavía muy desigual entre sus diferentes jerarquías e iglesias, los avances inclusivos que ha experimentado una parte de esta rama del cristianismo distan mucho de las posiciones negacionistas y ultraconservadoras con el colectivo LGTB que siguen manteniendo las jerarquías católicas española y vaticana, con el papa Francisco a la cabeza.
La Iglesia episcopaliana, rama estadounidense de los anglicanos, es la que ha dado pasos más sólidos en ese sentido, al romper con la moratoria autoimpuesta por la comunión anglicana y ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo. Un avance al que recientemente se sumaba la Iglesia anglicana de Canadá. En el otro extremo se sitúan las iglesias anglicanas africanas, algunas de ellas virulentamente homófobas. Una situación inestable que ha colocado al anglicanismo al borde del cisma.
Como decíamos, sin embargo, la Iglesia católica sigue firmemente inmovilista (al menos desde el punto de vista jerárquico). Poco queda ya, al menos por lo que a sus declaraciones públicas se refiere, del Francisco de la primera época, aquel del “¿quién soy yo para juzgar?” y de sus gestos mediáticos de moderada apertura a las personas LGTB. Más de tres años y medio después de su acceso al pontificado, nada en absoluto ha cambiado en materia doctrinal, y cada vez que debe pronunciarse de forma concreta y específica más allá de palabras vacuas, lo hace siempre en contra de los derechos LGTB. Así lo hizo cuando apoyó a los partidarios de prohibir en referéndum el matrimonio igualitario en Eslovenia pocos días antes de su celebración (contribuyendo a la victoria del bando homófobo) o cuando avaló desde la Plaza de San Pedro las movilizaciones homófobas contra el matrimonio igualitario en México.
Fuente EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos Gays
Comentarios recientes