Niegan a un joven el acceso a una fiesta patronal en Oaxaca por ser homosexual
A Jesús Ramírez le duele que por ser muxhe (homosexual en zapoteco) no le permitan representar al santo patrón de Juchitán, San Vicente Ferrer, en la fiesta patronal.
“No agredo a nadie, simplemente quiero que se respete mi fe”, dice el bailarín de danza contemporánea, y señala que sólo pretende cumplir con una promesa que hace siete años le hizo al santo patrono.
La fiesta en honor a San Vicente Ferrer inició este viernes con un baile de gala y continuará mañana con la “regada de flores y frutas” –un paseo de carretas adornadas, caballerangos y delegaciones de mayordomos–, pero a Jesús Ramírez le negaron el acceso a esa celebración.
Los organizadores argumentan que en la obra “El Faldón”, que lo llevó a realizar una gira a Francia, España y Portugal, el bailarín de danza contemporánea utilizó una enagua de istmeña “y ahora no puede vestirse de San Vicente Ferrer porque puede interpretarse como un santo muxhe”.
El agraviado recuerda que hace “siete u ocho años me fui a estudiar fuera de Juchitán y mi objetivo era terminar una carrera y tener un trabajo. Hice una manda: que cuando terminara sería capitán de la vela de San Vicente, porque yo tuve un sueño donde estaba con él y me vestía de San Vicente, y ahora que voy a cumplir, mi pueblo me dice que no y que no haga nada”.
Añade: “La maestra Geraldina me mandó a traer para preguntarme cómo iba ir vestido y le dije que iría representando a San Vicente y mis acompañantes iban a ir regando sus obsequios”.
La mujer le dijo que no, que mejor fuera montado en caballo, pero no vestido de San Vicente, “porque qué van a decir los periodistas si ponen una foto tuya de enagua y una foto de San Vicente”. Ramírez le explicó que era distinto “porque una parte es mi trabajo y la otra es parte de mi fe”.
“Me da tristeza esta situación porque fui rechazado” para no formar parte de esta festividad, pero sobre todo por la doble moral que hay en Juchitán, donde se dice que se acepta a los muxhes, pero persiste la discriminación y la intolerancia, apunta.
Pese a la postura de los organizadores –añade–, este sábado “voy a salir vestido de San Vicente Ferrer de manera independiente, no importa que vaya un metro o una cuadra después de la ‘regada’, no importa si no me dejan entrar a la fiesta, el asunto es que cumpla mi promesa”.
Afortunadamente, subraya, sus vecinos lo apoyan porque conocen su historia y no comprenden por qué ahora le cierran las puertas, y dice que el domingo dará un refrigerio a sus invitados como tradicionalmente se hace.
Cada año, en estas fechas, en Juchitán se realizan 20 velas (fiestas tradicionales), una de ellas es la de San Vicente Ferrer, patrón del pueblo.
Fuente Proceso
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