Una ONG cristiana propone a los colegios de Uganda que usen las “terapias de conversión”
Ministra de Asuntos de Género y Culturales
La presidenta de la ONG cristiana Mother’s Union cree que la mejor forma de evitar que “se creen” más lesbianas en los colegios de Uganda es “convertirlas” en heterosexuales.
Un ministro del país asegura que en los colegios hay “espías” que detectan a los estudiantes LGTB.
Uganda es uno de los países más LGTBfóbicos de África, y eso ya es mucho decir porque todo el continente africano tiene unos grandes índices de odio e intolerancia.
Ahora se ha sabido que el gobierno de Uganda tiene “espías” en los colegios e institutos que vigilan a los estudiantes para detectar a aquellos que son LGTB y en el caso de “detectar” uno, se le expulsa del colegio. ¿Y qué hacen con ese menor? Mandarlo a otro colegio.
Ruth Sennyonyi, es la presidenta de la Mother’s Union, una ONG cristiana que se dedica a ayudar a las familias en países africanos. Pues esta ONG ha recomendado al gobierno ugandés que en lugar de expulsar a las alumnas que muestran “lesbianismo”, se introduzcan “terapias de conversión” en las escuelas para evitar que esas lesbianas vayan a otros colegios y creen más lesbianas. Porque claro, las lesbianas son como los aliens.
“No podemos seguir apartando a las niñas por culpa del lesbianismo“, ha dicho Sennyonyi, “Tenemos de lidiar con el problema, porque luego viene gente desde Nabingo, desde Gayaza ¿y qué hacen? Me las envían y me dicen: ‘habla con ellas, las hemos expulsado’. ¿Y a dónde van? Necesitamos solucionar este problema en las escuelas. Estamos trabajando en ello porque no queremos lesbianismo, no queremos homosexualidad. Pero necesitamos prevenir que ocurra en lugar de simplemente apartarla.”
Las “terapias” de conversión, por cierto, no sirven absolutamente para nada porque la orientación sexual no se puede modificar.
La ministra de Asuntos de Género y Culturales del país, Peace Mutuuzo, ha sido la que en declaraciones al periódico The Observer Uganda ha dicho lo de que tienen espías en los colegios para detectar a los alumnos homosexuales, y ha añadido además que hay que incluir asignaturas obligatorias en las universidades que prevengan a las estudiantes de primer año de mantener relaciones lésbicas: “Es peligroso porque, para empezar, estas chicas han aprendido sobre este lesbianismo en las escuelas. No es normal que estos actos empiecen en casa, empiezan en las escuelas. Así que es muy importante que solucionemos este problema en las escuelas. Los centros deben identificarlas. Solíamos tener prefectos, solíamos tener espías. Aún los hay. Esas estructuras no deben desaparecer.”
La forma que propone Mutuuzo de “lidiar” con el problema del lesbianismo en los colegios son las “terapias” de conversión que la muy cristiana presidenta de Mother’s Union tiene en mente: “En lugar de castigar a esas niñas enviándolas a enfrentarse con la ira del mundo o a transmitir sus comportamientos de un colegio a otro, preferiríamos solucionar el problema desde los colegios.”
El uso de “terapias” reparadoras o de conversión en menores de edad ha sido ya prohibido en cinco estados norteamericanos, además de en la capital de los Estados Unidos. California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y los estados de Oregón, Illinois y Vermont, el año pasado. Hay además varias ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares.
En Europa la pionera ha sido Malta, que aprobó una ley en este sentido el pasado diciembre. En España, el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de todo el país emitía hace pocas semanas un comunicado en el que recuerda que las intervenciones que prometen “curar” la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida.
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras
A nivel internacional, en marzo del año pasado tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en a cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas (los riesgos incluyen depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo). Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente | Pink News, vía estoyBailando
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