Schevchuk advierte de genocidio en Ucrania y de una ola de deportaciones forzosas a Rusia
El patriarca católico ucraniano espantado por la situación de Mariúpol
Schevchuk advirtió que en los territorios temporalmente ocupados se están perpetrando “verdaderos crímenes contra la humanidad”
Alerta sobre una ola de deportaciones forzadas de ucranianos a Rusia
El arzobispo greco católico agradeció la labor de los rescatistas
(AICA).- El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, su beatitud Sviatoslav Shevchuk, aseguró hoy que durante la noche ciudades y pueblos de Ucrania fueron sacudidos por los bombardeos, al señalar: “De nuevo los gritos, los llantos, los lamentos resonaron desde la tierra ucraniana hasta el Cielo, hasta los oídos de Dios”.
“Hoy nos sentimos especialmente angustiados por la ciudad de Mariúpol, donde se está produciendo un verdadero genocidio. La gente está muriendo no sólo por las armas del enemigo, sino también por el odio. Cientos de personas están muriendo de hambre, no sólo en la misma ciudad, sino también en sus alrededores”, advirtió en su mensaje diario a la comunidad.
📹 Mariupol está siendo el lugar más golpeado por el Ejército ruso en su guerra contra Ucrania y va camino de convertirse en una de esas ciudades borradas casi hasta los cimientos como Gernika, Coventry, Alepo, Grozni https://t.co/ACbXh70DRp pic.twitter.com/1CWv3GWwBH
— EL PAÍS (@el_pais) March 21, 2022
El patriarca greco católico denunció que “los territorios temporalmente ocupados se están cometiendo verdaderos crímenes contra la humanidad” y precisó: “Todos los días recibimos noticias de una verdadera catástrofe humanitaria. Se da lugar a asesinatos, saqueos, violaciones. Pero incluso allí, especialmente en el sur de Ucrania, la gente pacífica protesta contra las autoridades de la ocupación”.
“La gente protesta contra sus violadores y asesinos. Y demuestran que Khersón y otras ciudades que hoy están bajo ocupación, son Ucrania y quieren vivir en un estado ucraniano, libre e independiente”, agregó.
Monseñor Schevchuk pidió rezar por “las personas que están siendo llevadas de Ucrania aRusia”, al afirmar que hay “pruebas de otra ola de deportaciones forzadas de ciudadanos ucranianos a un país extranjero”, y agradeció especialmente por su trabajo a todos los rescatistas de Ucrania.
La ciudad de Mariupol resiste a un ultimátum que envió Rusia y que venció en las últimas horas. Mientras, Ucrania admite que la situación en todo el país “es muy difícil”. Sigue MINUTO A MINUTO todas las noticias de la guerra que tiene en vilo al mundohttps://t.co/RkI139Sc27
— CNN en Español (@CNNEE) March 21, 2022
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Texto del mensaje diario
¡Alabado sea Jesucristo!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo. Hoy es 21 de marzo de 2022 y Ucrania está viviendo ya el 26º día de esta injusta, de esta horrible guerra que Rusia libra contra el pacífico pueblo ucraniano, contra nuestro estado.
Hemos sobrevivido a esta noche gracias a Dios. Dios Nuestro Señor nos ha dado la luz del día. Pero esta noche se volvió a derramar sangre en Ucrania. De nuevo nuestras ciudades y pueblos fueron sacudidos por los bombardeos. De nuevo los gritos, los llantos, los lamentos resonaron desde la tierra ucraniana hasta el Cielo, hasta los oídos de Dios.
Hoy nos sentimos especialmente angustiados por la ciudad de Mariúpol, donde se está produciendo un verdadero genocidio… la gente está muriendo no sólo por las armas del enemigo, sino también por el odio… Cientos de personas están muriendo de hambre, no sólo en la misma ciudad, sino también en sus alrededores.
En los territorios temporalmente ocupados se están cometiendo verdaderos crímenes contra la humanidad. Todos los días recibimos noticias de una verdadera catástrofe humanitaria. Se da lugar a asesinatos, saqueos, violaciones. Pero incluso allí, especialmente en el sur de Ucrania, la gente pacífica protesta contra las autoridades de la ocupación. La gente protesta contra sus violadores y asesinos. Y demuestran que Khersón y otras ciudades que hoy están bajo ocupación, son Ucrania y quieren vivir en un estado ucraniano, libre e independiente.
Pido a todos que recemos por las personas que están siendo llevadas de Ucrania a Rusia. Tenemos pruebas de otra ola de deportaciones forzadas de ciudadanos ucranianos a un país extranjero. El destino que les espera allí ninguno de nosotros lo conoce, porque no son ellos los que podrán decidir qué hacer.
Hoy quiero agradecer especialmente por su trabajo a todos los rescatistas de Ucrania. Se trata de nuestros bomberos, así como también de los servicios de emergencia a distintos niveles. ¡Qué valor y qué fe hacen falta para prestar este servicio si cada día se bombardean y se destruyen las infraestructuras de nuestras ciudades y pueblos! Y estos incansables héroes trabajan obstinada e incansablemente para reconstruirlos cada día.
Son ellos quienes restablecen el suministro de electricidad, restablecen el suministro de gas, restablecen el suministro de calor a los hogares de nuestra gente. Cada día ven que el enemigo destruye el fruto de su trabajo, y se obstinan en construirlo y reconstruirlo al día siguiente. Muchos de ellos murieron bajo las bombas y los misiles del enemigo mientras cumplían celosamente su tarea. Ojalá haya más de estos rescatistas en Ucrania.
Qué importante que es que todo el mundo, que toda la comunidad mundial, imite a estos rescatistas, que desafían la guerra y recuperan el espacio para la vida. Que construyen la paz y salvan la vida de la gente en esta hodierna Ucrania en lucha.
Que Dios misericordioso bendiga nuestra tierra. Que Dios misericordioso le concede la victoria a Ucrania sobre su agresor ruso. Que Dios misericordioso conceda la victoria a nuestro ejército ucraniano. Se lo pedimos especialmente hoy a Dios Nuestro Señor en la oración.
Oh Señor, bendice a tus hijos. Bendice a tu pueblo. Bendice tu estado.
La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!.
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La ciudad de Mariupol resiste a un ultimátum que envió Rusia y que venció en las últimas horas. Mientras, Ucrania admite que la situación en todo el país “es muy difícil”. Sigue MINUTO A MINUTO todas las noticias de la guerra que tiene en vilo al mundohttps://t.co/RkI139Sc27
— CNN en Español (@CNNEE) March 21, 2022
Shevchuk advierte de los ataques rusos a los templos: “En estos 25 días se han destruido unas 44 iglesias y otros edificios religiosos”
“Esta guerra criminal está destruyendo los santuarios de Ucrania”
“Pero nuestro clero, nuestros sacerdotes, siguen llevando a Jesús Eucaristía allí donde se lo espera”
“Oh Dios, bendice a Ucrania con la paz. Detén la guerra, detén al agresor, ten misericordia de tu pueblo”
“Agradezco a Su Santidad, el Santo Padre, quien visitó personalmente a los niños ucranianos que llegaron a Roma para recibir tratamiento en el Hospital “Bambin Gesù”, el Hospital “Niño Jesús”. Le agradezco, Santo Padre, que haya tocado personalmente las heridas de los niños de la guerra”
| RD/Aica
Monseñor Sviatoslav Shevchuk, Primado de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, afirmó hoy con tristeza que “esta guerra criminal está destruyendo los santuarios de Ucrania”.
“En estos 25 días se han destruido unas 44 iglesias y otros edificios religiosos”, expresó en su mensaje diario a la comunidad.
La máxima autoridad greco católica agradeció a todos los que se reunieron este domingo en sus países, en sus templos para celebrar la misa y rezar por Ucrania y pedir “paz y tranquilidad” para este país del este europeo.
“Oh Dios, bendice a Ucrania con la paz. Detén la guerra, detén al agresor, ten misericordia de tu pueblo”, pidió.
Texto del mensaje diario
¡Alabado sea Jesucristo!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo. Hoy es 20 de marzo de 2022. Y ya estamos viviendo el día 25o de esta guerra, del agresivo estado ruso contra la pacífica Ucrania.
El domingo, para nosotros los cristianos, es siempre un día cuyo centro es el Santo Sacramento de la Eucaristía, el Sacramento de la Comunión del Cuerpo y la Sangre de nuestro Salvador. El domingo, es el día del Señor, el día en que tratamos de dejar todo de lado para estar unidos a Dios. Pero hay que reconocer que el día domingo durante el tiempo de guerra se vive de un modo especial. Podemos decir que para nosotros los cristianos, en medio de la guerra, en medio de este mar de muerte, la Eucaristía se convierte en algo extraordinariamente importante. Hoy de modo particular podemos decirnos a nosotros mismos y al mundo entero: Sine Dominico non possumus. Sin la comunión del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Salvador no podemos vivir. No podemos sobrevivir en estas condiciones de guerra. Es el Sacramento de la Eucaristía el que nos da esta vitalidad para vencer la muerte. Y volvemos a descubrir esa antigua verdad de que la Eucaristía es el antídoto contra la muerte.
Pero este domingo muchos en Ucrania no podrán participar en la Divina Liturgia. Por ejemplo, en Zaporizhzhia, hoy hay un toque de queda de 24 horas y nadie puede salir de su casa para ir a la iglesia.
Asimismo, en varias ciudades y pueblos de Ucrania hoy sobre civiles, sobre cristianos creyentes sedientos de Dios, misiles y bombas rusas caen del cielo.
Con tristeza afirmamos hoy que esta guerra criminal está destruyendo los santuarios de Ucrania. En estos 25 días se han destruido unas 44 iglesias y otros edificios religiosos. Por extraño que parezca, la mayoría de estas iglesias pertenecen hoy a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú.
Pero nuestro clero, nuestros sacerdotes, siguen llevando a Jesús Eucaristía allí donde se lo espera. Nuestros capellanes militares celebran hoy la Divina Liturgia para nuestro ejército, alimentan con el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Redentor y con su Victoria, a los que luchan hoy por la victoria de Ucrania.
Hoy nuestros sacerdotes llevan el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Salvador allí donde se oyen los gritos y los gemidos de los heridos. Llevan a Jesús a nuestros hospitales militares, a los hospicios, a los refugios antiaéreos y a los sótanos, y así administran este Santo Sacramento. Nosotros hasta la guerra, la vivimos como una comunidad Eucarística. Y es justamente aquí donde reside nuestra fuerza.
Hoy quiero de todo corazón agradecer a todos los que se reunirán hoy en sus países, en sus templos para celebrar la Santa Misa para rezar por Ucrania. Ofrezcan la Santa Misa por la pidiendo paz y tranquilidad para Ucrania. Pidan la victoria de Ucrania y el fin de esta guerra. Pidan por la victoria de la paz sobre la guerra.
Hoy quiero dar las gracias a todos los que, una vez más, apoyan a nuestro pueblo. Agradezco a Su Santidad, el Santo Padre, quien visitó personalmente a los niños ucranianos que llegaron a Roma para recibir tratamiento en el Hospital “Bambin Gesù”, el Hospital “Niño Jesús”. Le agradezco, Santo Padre, que haya tocado personalmente las heridas de los niños de la guerra. Quiero dar las gracias a la Conferencia Episcopal Austríaca, que ha expresado su apoyo al pueblo ucraniano que lucha. A todos los obispos de los países de Europa que acogen a nuestros refugiados, que rezan por nosotros, que hablan a la conciencia de sus pueblos y de sus instituciones estatales, apoyando a Ucrania en su lucha.
Hoy rezamos por nuestro pueblo y por nuestra patria. Y te pedimos, oh Señor que has dicho: “donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos” (Mt. 18, 20), estate hoy con el pueblo ucraniano. Tú que dijiste “os aseguro también que si dos de vosotros se reúnen de acuerdo en la tierra para pedir algo en mi nombre les será dado” (Mt.18, 19), te pedimos hoy: “Oh Dios, bendice a Ucrania con la paz. Detén la guerra, detén al agresor, ten misericordia de tu pueblo.
La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.
¡Alabado sea Jesucristo!.
Fuente Religión Digital
Cristianismo (Iglesias), General, Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa
Mientras que el análisis geopolítico y las decisiones políticas de Vladimir Putin parecen estar cada vez más mezcladas con motivos religiosos y mesiánicos que ven la guerra en Ucrania como la última vía hacia la salvación de Rusia (sobre el texto de Surkov de «¿Qué nos importa el mundo si Rusia ya no existe en él?»), el discurso desarrollado por la Iglesia Ortodoxa Rusa para justificar la guerra y el posicionamiento de Putindebe leerse con atención.
Ayer, 6 de marzo de 2022, domingo de San Juan, domingo del exilio adánico («domingo del perdón»), el patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia celebró la Divina Liturgia en la catedral de Cristo Salvador de Moscú. Al final del servicio, el primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa pronunció un encendido sermón en el que justificó las causas de la guerra, respaldando el discurso de Putin sobre Ucrania.
Ese discurso —que traducimos por primera vez y comentamos aquí línea por línea— está marcado por el tono apocalíptico («Lo que ocurre hoy… no es sólo político… Se trata de la Salvación del hombre, del lugar que ocupará a la derecha o a la izquierda de Dios Salvador, que viene al mundo como Juez y Creador de la creación»).
Esto no sorprende a quienes han seguido de cerca la evolución de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que desde hace varios años se presenta como la máxima defensora de la moral social y los valores tradicionales rusos en el contexto de la «guerra cultural» dirigida por un Occidente «decadente». Cabe señalar que la Iglesia Ortodoxa Rusa y las burocracias de seguridad (FSB) son las únicas instituciones centrales importantes que sobrevivieron el derrumbe del sistema comunista y se insertaron orgánicamente en el régimen de Putin.
El argumento principal del sermón de Kirill sirve para justificar la invasión rusa de Ucrania, ya que Occidente pone a prueba las leyes naturales de Dios: «Hoy hay una prueba de lealtad a ese poder [occidental], una especie de pase hacia ese mundo ‘feliz’, un mundo de consumo excesivo, un mundo de aparente ‘libertad’. ¿Saben en qué consiste esta prueba? La prueba es muy sencilla y al mismo tiempo aterradora: se trata de un desfile del orgullo gay”. En este sentido, la palabra bíblica paradójicamente consagrada al «perdón» sirve para justificar la guerra en la tradición bizantina del cesaropapismo: «Y así hoy, en este domingo del perdón, yo, por un lado, como su pastor, los invito a perdonar los pecados y las ofensas, incluso cuando es muy difícil hacerlo, cuando la gente está peleando entre sí. Pero el perdón sin justicia es una rendición y una debilidad. El perdón debe, pues, ir acompañado del derecho indispensable a estar del lado de la luz, del lado de la verdad de Dios, del lado de los mandamientos divinos, del lado de lo que nos revela la luz de Cristo, de su Palabra, de su Evangelio, de sus mayores alianzas entregadas al género humano”.
Con este discurso nos enfrentamos a una visión del mundo que va mucho más allá del relato político y de la definición de una narrativa a la que estamos acostumbrados en nuestros espacios políticos. De hecho, y esto es lo que hace urgente la lectura de este texto, desde la invención de la bomba atómica quizás nunca hemos vivido el momento más intenso de la teología-política: una potencia nuclear comprometida en una «guerra santa».
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