El gobernador de Carolina del Norte aprueba, por fin, una ley de protección LGTB
El gobernador demócrata de Carolina del Norte, Roy Cooper, firma una orden ejecutiva que prohíbe la discriminación en el gobierno estatal y en las empresas que hacen negocios con dinero público.
Además Cooper asegura que se ha llegado a un acuerdo judicial para derogar por fin la HB2 y la HB142, las leyes que prohibían a las personas trans utilizar el baño según su identidad de género.
Hace un tiempo que llevamos hablando de Carolina del Norte, porque tenían un gobernador LGTBfóbico que había aprobado una de las leyes de los lavabos más infames de todo Estados Unidos.
Para resumir mucho: cuando la ciudad de Charlotte aprobó una ordenanza para proteger a las personas LGTB de la discriminación (que permitía a las personas trans usar el baño del género con el que se identificaban) los republicanos en el senado estatal aprobaron una ley para anular esa protección y prohibir a las personas trans usar esos baños. Pat McCrory, el gobernador, firmó la ley y se las dio de guay… hasta que la mitad de las empresas del estado decidieron irse a otra parte. McCrory tuvo que gastarse una millonada de un fondo contra desastres naturales para defender la ley (la HB2) en los tribunales. Pero sus problemas acabaron cuando, por culpa de la ley, perdió las elecciones frente al demócrata Roy Cooper.
Cuando Cooper llegó a la casa del Gobernador se esperaba que los demócratas tumbaran la HB2. Pero no pudieron porque no tenían mayoría en el senado y aunque los republicanos les hicieron creer que iban a derogarla al final se las ingeniaron para sacarse de la manga la HB142: una ley que, en teoría, servía para derogar la HB2 pero en realidad no lo hacía.
Pues no sé si porque el hombre estaba harto de tonterías o porque las asociaciones LGTB empezaban a cargar ahora contra él, pero finalmente Roy Cooper acaba de firmar una orden ejecutiva que prohíbe a las agencias estatales y a las empresas que hacen negocio con ellas (vamos, que reciben dinero público) discriminar a ninguna persona en base a su raza, color, etnia, sexo, orientación sexual, identidad de género o su estatus como veterano de los cuerpos de seguridad.
“Al exigir a las compañías que trabajan con el estado que apliquen esta política anti discriminación el estado puede promover protecciones para más ciudadanos que están fuera del gobierno estatal” ha explicado Cooper. “Hemos trabajado con la comunidad empresarial, activistas y la comunidad LGTB+ y otros ciudadanos que saben que nuestro estado es más fuerte gracias a nuestra diversidad; y seguiré trabajando para que éste sea un estado acogedor e inclusivo.”
Además Cooper ha afirmado que demócratas y republicanos están a punto de llegar a un acuerdo en la batalla legal contra la HB2 y la HB142. Según parece todos han acordado que las personas trans que residan en Carolina del Norte puedan acceder a los baños públicos conforme a su identidad de género. No hay muchos detalles al respecto, pero parece una medida un poco absurda porque más te vale no ser trans, pasar por ahí y tener ganas de mear. Además ¿qué van a hacer para comprobarlo? ¿Levantar faldas y bajar pantalones?
Sea como sea ahora un juez federal tiene que aprobar el acuerdo. Y tal vez así, por fin, se acabe toda esta mierda de las leyes de los lavabos.
Fuente | WITN
, vía EstoyBailando
El colectivo LGTB consigue una importante victoria al paralizar la aprobación de un proyecto de ley tránsfobo en el estado de Texas
Ampliamos la noticia que adelantábamos el pasado sábado. El proyecto de ley tránsfobo cuya aprobación perseguían los grupos conservadores en el estado de Texas ha quedado en vía muerta. El temor a los efectos económicos que una legislación así podría tener ha hecho que el sector moderado de los republicanos haya paralizado el proceso, en lo que supone una importante victoria para el colectivo LGTB. La amenaza de que el proyecto se reactive en 2019 sigue de todas formas muy viva. Los conservadores, de hecho, han adelantado que darán la batalla en las elecciones primarias republicanas, en las que gozan de una posición de privilegio, para barrer a los legisladores republicanos que a su juicio han impedido la aprobación del proyecto.
Texas lleva meses discutiendo la aprobación de un proyecto de ley para prohibir a las personas transexuales usar todas aquellas instalaciones públicas que correspondan a su identidad de género, derogando además las disposiciones contra la discriminación de las personas trans que hayan sido aprobadas por entidades locales. Se trata de un proyecto similar al que en su momento aprobó el estado de Carolina del Norte, y que supuso numerosos boicots contra ese estado e importantes pérdidas económicas. De hecho, tras las elecciones de noviembre, en las que el gobernador republicano Pat McCrory perdió por un estrecho margen, el nuevo gobernador de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, llegó a un acuerdo con los republicanos (que siguen controlando la legislatura estatal) para que la ley, en su redacción original, fuese derogada a cambio de que se derogasen tambien las ordenanzas antidiscriminatorias locales, y muy singularmente la de la ciudad de Charlotte, cuya aprobación fue precisamente la que animó a los republicanos a sacar adelante la ley discriminatoria. Un “apaño” que no gustó nada a los colectivos LGTB pero que ha supuesto el final del boicot económico al estado.
Lo sucedido en Carolina del Norte, sin embargo, no pareció desmotivar a los republicanos de Texas, que controlan la legislatura del estado y cuyo gobernador, Greg Abbott, se ha mostrado dispuesto a rubricar una ley de este tipo si era aprobada. El principal valedor del texto discriminatorio, conocido también como SB3, ha sido precisamente su vicegobernador, Dan Patrick, un político abiertamente anti-LGTB del que ya hemos hablado en esta página. Por ejemplo, cuando tras el atentado homófobo de Orlando difundió en Twitter una cita bíblica que parecía señalar a las víctimas como merecedoras de un castigo. Y antes, durante el proceso de aprobación del matrimonio igualitario, pidió a los jueces texanos que no casasen a parejas del mismo sexo, contraviniendo el dictamen de la justicia federal. Por desgracia, las personas transexuales también se cuentan entre sus objetivos: en su momento, Dan Patrick fue uno de los promotores de la derogación de la ley antidiscriminatoria de Houston por votación popular, cuya campaña inició el infame “pánico transexual en los baños” que ha alentado leyes anti-LGTB en varios estados. Y también desafió la orden de la administración Obama (ahora derogada por Trump) de no discriminar a las personas transexuales en los centros de enseñanza que reciben ayudas públicas.
Aún así, hay una cosa con al que Abbott no contaba y fue la fuerte oposición que se encontró a dicha propuesta por parte de buena parte del tejido económico del estado, así como de organizaciones sociales, deportivas, culturales y religiosas, hizo que la legislatura de Texas finalizara en mayo su periodo regular de sesiones sin haber sido capaz de aprobar el proyecto: Los grupos LGBT movilizaron a una gran parte de la sociedad y de los empresarios que se mostraron totalmente en contra de esa ley. Los jefes de policía de tres de las ciudades más grandes del estado ya dijeron que era una legislación que no ayudaba a nadie y que en lugar de plantear una solución a un problema lo que hacía era crear un problema nuevo. Las grandes petroleras del estado avisaron al senador de que no verían con buenos ojos una legislación discriminatoria y la Asociación de Negocios de Texas calculó que, si se aprobaba, el estado perdería casi seis mil millones de dólares de aquí a 2026.
Sin embargo, cuando parecía que el asunto quedaba aparcado, el gobernador Greg Abbott, haciendo uso de sus prerrogativas, volvía a incluir el asunto en la agenda de una sesión legislativa especial de 3o días a celebrar durante el verano, concebida para cerrar temas urgentes que hubiesen quedado pendientes (la próxima sesión regular ya no tendrá lugar hasta después de las elecciones de noviembre de 2018).
El Senado votó a favor…
El Senado de Texas, presidido precisamente por Dan Patrick, aprobaba de hecho la SB3 por 21 votos a 10 a finales de julio, no sin polémica y tras una debate de más de ocho horas de duración. Votaron a favor los 20 senadores republicanos y uno demócrata (Eddie Lucio Jr.). Lo hicieron en contra los 9 senadores demócratas restantes. La pelota pasaba así a la Cámara de Representantes, en la que el resultado se preveía más ajustado debido a la presencia de un grupo de republicanos moderados.
De hecho, ya el Senado había suavizado algunas disposiciones originales del proyecto tras los varios meses de polémica. Por ejemplo, el texto aprobado permitía a las personas transexuales usar las instalaciones que se correspondiesen con su documento estatal de identidad, y no con su certificado de nacimiento, lo que suponía una mejora para aquellas personas trans que hubiesen conseguido ya un documento de identidad actualizado.
Pero la Cámara de Representantes no llegó a votar
En la Cámara de Representantes, sin embargo, la última palabra seguía siendo la del speaker Joe Straus y el grupo de republicanos moderados (Straus es uno de los pocos moderados que, según describe literalmente The New York Times, aún “mantiene un puesto prominente en un estado cada vez más controlado por la extrema derecha”), que finalmente optaban por finalizar la sesión especial sin haber tramitado el proyecto. Y no precisamente porque durante este periodo no se votasen temas de índole “moral”, ya que la Cámara sí que aprobaba, por ejemplo, limitar aún más el acceso al aborto o facilitar a las agencias de adopción privadas la posibilidad de rechazar a los padres que no consideren adecuados por razones religiosas (por ejemplo, parejas del mismo sexo). En este caso, sin embargo, parece haber pesado más la oposición de los líderes empresariales del estado y el miedo a las pérdidas económicas que los anunciados boicots iban a suponer.
La noticia supone, en la práctica, que el proyecto queda en vía muerta hasta 2019. El sector más conservador de los republicanos, sin embargo, asegura no rendirse. Dan Patrick ha prometido que volverá a ser discutido en la próxima legislatura, mientras que los líderes de organizaciones ultraconservadoras ya han declarado que trabajaran para derrotar a los candidatos moderados en las próximas primarias republicanas (un terreno que les es especialmente favorable, debido a su más que demostrada capacidad de movilización) y conseguir una legislatura completamente afín a sus postulados.
En definitiva, una batalla ganada para los derechos LGTB… pero la guerra continúa.
Las ONG cargan contra el gobernador demócrata de Carolina del Norte
Roy Cooper ganó las elecciones al republicano Pat McCrory y prometió derogar la discriminatoria ley HB2, pero en su lugar aprobó la HB142 que era más de lo mismo.
Cooper se defiende asegurando que necesitaba llegar a un “compromiso”, pero las ONG le acusan de ser un chaquetero.
La ciudad de Charlotte aprobó una ordenanza municipal que protegía a las personas trans y permitía que utilizaran el baño del género con el que se identifican. A los republicanos que gobernaban el estado esa ordenanza les pareció fatal, y la atacaron diciendo que eso era competencia del gobierno estatal; así que crearon la HB2: una ley discriminatoria que, entre muchas otras cosas, obligaba a las personas trans a usar el baño del género que había escrito en su DNI.
La ley fue un absoluto desastre. Cientos de empresas se fueron del estado y la imagen de Carolina del Norte quedó muy dañada. Ante unas pérdidas estimadas de 3 billones de dólares si la ley no se derogaba en 5 años, el gobernador republicando Pat McCrory acabó perdiendo las elecciones frente al demócrata Roy Cooper. Una de las primeras cosas que hizo Cooper fue intentar derogar la HB2, pero los republicanos -que seguían controlando la cámara de representantes- le hicieron una jugarreta y lo único que pudo hacer fue aprobar la HB142. Aunque esa ley “anulaba” la HB2, también prohibía a las ciudades aprobar ordenanzas sobre el uso de baños públicos hasta el 2020 diciendo que eso era competencia del estado; lo que implica que la HB2 sigue estando vigente durante 4 años más.
Desde la Human Rights Campaign han denunciado que a pesar de que Cooper quiere vender la HB142 como una victoria (“un acuerdo imperfecto“, lo llama el gobernador), en realidad se trata de “otra versión de la HB2 que oculta un intento desesperado de los legisladores con la esperanza de salvar la economía del estado“. Desde Equality NC su director ejecutivo, Chris Sgro, acusa a Cooper de ser bastante irresponsable con este tema: “El rechazo continuado de Cooper a asumir responsabilidades por las consecuencias negativas de la ley que firmó sobre la comunidad LGTB es descorazonador.”
En una conferencia en el Centre for American Progress en Washington, Cooper ha dicho que está preparando una orden ejecutiva para asegurar los derechos de la comunidad LGTB: “Cuando derogamos la HB2 e iniciamos este compromiso dije que necesitábamos tomar medidas adicionales para asegurarnos de proteger a los ciudadanos LGTB. Estamos trabajando en una orden ejecutiva que nos ayude a conseguir esa meta.” Cooper además defendió la HB142 asegurando que “política y emocionalmente habría sido más fácil para mí seguir dando golpes sobre la mesa y no aceptar ese compromiso, pero sabía que no estaba siendo justo con mi estado. No estaba siendo justo con las personas LGTB.”
Olivia Alair Dalton, vice-presidenta senior de la Human Rights Campaign (y antigua secretaria de prensa de Michelle Obama) ha declarado que esa afirmación de Cooper es “bastante extraordinaria, teniendo en cuenta que fue él quien firmó la HB142 y convirtió la discriminación en ley.”
Más duros se muestran desde la ACLU: “Cooper representa lo más despreciable de la política. No puedes estar en misa y repicando. Nunca tendrás nuestro apoyo o confianza.”
Pat McCrory se ríe del colectivo LGTB por no conseguir derogar la HB2
El ex-gobernador de Carolina del Norte se ríe de los demócratas, la HRC y el colectivo LGTB por no conseguir derogar la ley tránsfoba que él aprobó.
McCrory es el ex-gobernador republicano de Carolina del Norte. Este impresentable firmó una ley, la HB2, que prohibía a las personas trans utilizar el baño del género con el que se identifican. McCrory perdió las elecciones (en gran parte por el desastre económico y social que supuso esa ley) y su sustituto, el demócrata Roy Cooper, está haciendo todo lo posible por eliminar la HB2. Pero como los republicanos siguen controlando la cámara de representantes, le está costando lo suyo.
Así que McCrory, que hace poco se quejaba de que no consigue encontrar trabajo porque la izquierda le ha vendido como un “intolerante“ , ahora ha decidido reírse a costa del colectivo LGTB en una entrevista que le ha hecho el homófobo declarado del Family Research Council, Tony Perkins.
Resulta que Roy Cooper, el actual gobernador, por ahora sólo ha conseguido aprobar una nueva ley, la HB142. Esta ley elimina gran parte del contenido de la HB2 pero sigue manteniendo la prohibición de que los municipios instauren sus propias ordenanzas contra la discriminación (todo el lío de la HB2 empezó porque la ciudad de Charlotte aprobó esa ordenanza y a los republicanos no les hizo ninguna gracia). Así que ni demócratas, ni colectivos LGTB, ni la Human Rights Campaign están contentos… Pero al menos reconocen que es el primer paso.
Curiosamente McCrory no se preocupó por ninguna de esas tres cosas cuando era gobernador. De hecho llegó a sacar dinero de un fondo de ayuda en caso de desastre natural para pagar a los abogados y defender su ley tránsfoba.
Los demócratas han emitido un comunicado diciendo que “Pat McCrory no tiene ninguna credibilidad en este tema teniendo en cuenta que fue la persona que firmó la HB2. El gobernador Cooper ha firmado esta nueva ley para derogar la HB2, y ha dicho que es un paso adelante. Pero sólo un paso. Apoya la protección a nivel estatal de todas las personas LGTB de Carolina del Norte y seguirá trabajando para ellos.”
Fuente: Queerty, vía EstoyBailando
Carolina del Norte deroga la ley HB2 para sustituirla por otra igual de discriminatoria
El gobernador demócrata, Roy Cooper, ratifica la derogación de la Ley HB2, sobre el uso de los cuartos de baño a las personas transexuales, tras ser aprobada en el Senado y en la Cámara Baja. Sin embargo, la sustituye por otra ley igualmente criticada porque sigue siendo igual de discriminatoria al no permitir ninguna otra ordenanza al respecto en lo que han visto como una medida que sólo trata de salvar las amenazas de la NCAA.
Un año después de que el gobernador republicano Pat McCrory ratificara la aprobación de la Ley HB2, el nuevo gobernador demócrata, Roy Cooper, consigue la derogación de la ley de los cuartos de baño, que obligaba a las personas transexuales a utilizar el baño que correspondiera a su sexo de nacimiento y no el de su actual identidad de género, tal y como había prometido en campaña.
La derogación de la polémica ley ha sido posible gracias a un acuerdo que alcanzaron los diferentes legisladores el jueves, 30 de marzo, tras un duro y acalorado debate que ha culminado con la votación por la que se aprobaba el nuevo proyecto de ley con 70 votos contra 48, después de haber pasado por el Senado con 32 votos contra 16. El gobernador Cooper tardaba sólo unas horas en ratificar un acuerdo que termina con la «nube oscura colgando de nuestro gran estado (…). Ha manchado nuestra reputación, ha discriminado a nuestra gente y ha causado un gran daño económico en muchas de nuestras comunidades», declara Cooper, quien también reconoce las limitaciones del acuerdo del nuevo proyecto de ley que «no es un trato perfecto y no es mi solución preferida, sino que deja de tener muchas cosas que debemos hacer como un estado».
La National Collegiate Athletic Association había dado de plazo hasta el 18 de abril para la modificación o anulación de la ley si no querían que se llevaran los eventos deportivos a otro estado tras la cancelación del Juego de las Estrellas de la NBA que se habría celebrado en Charlotte, de la misma manera que bandas y artistas como Maroon 5, Nick Jonas y Demi Lovato, el violinista Irzhak Perlman, Pearl Jam, Boston, Against Me, Cirque du Soleil, Ringo Starr o Bruce Springsteen cancelaban sus conciertos en Carolina del Norte como muestra de rechazo ante la ley, revertiendo en considerables pérdidas económicas que un estudio estima que ascienden a los 3,76 billones de dólares.
Una ley mala por otra igual de mala
Rebautizada como Ley HB142, «la nueva ley impide (…) promulgar ningún tipo de protección para las personas transexuales que usan baños o cualquier otra instalación en escuelas o edificios de gobierno [hasta 2020]. También impide a los municipios aprobar protecciones antidiscriminatorias en los lugares de trabajo (…). Esto no es una derogación de la Ley HB2. En su lugar, están reforzando los peores aspectos de la ley (…). Los legisladores de Carolina del Norte deberían avergonzarse de este acuerdo de fondo que continúa jugando a la política con las vidas de los LGBT de Carolina del Norte», declara James Esseks, director del Proyecto LGBT de American Civil Liberties Union.
«Nos negamos a llamar a esta nueva propuesta una derogación. Lo que es realmente, es una farsa, una artimaña. Es más que vergonzosa y peligrosa», declara en una conferencia de prensa el activista transexual Joaquín Carcaño, hablando de lo que considera una «moneda de cambio» para recuperar los eventos deportivos. En la misma línea se manifiesta Simone Bell, directora regional del Sur en Lambda Legal: «Los legisladores han reemplazado una mala ley por otra mala ley. Esta falsa revocación es un intento de callar a las personas LGBT. Es vergonzoso marcar una fecha de inicio en la igualdad. Demandamos una derogación total, y eso incluye la protección integral contra la discriminación».
«El hecho de que ambas partes estén en desacuerdo muestra que es un compromiso razonable», según el republicano Scott Stone, que ha apoyado la nueva medida.
Fuente Universogay
El nuevo gobernador de Carolina del Norte ofrece un nuevo acuerdo a los republicanos para acabar con una ley tránsfoba
El Partido Demócrata está trabajando en Carolina del Norte con el objetivo de conseguir quedeje atrás la ley HB2 aprobada por los republicanos para obligar a las personas transexuales a acudir a los baños correspondientes a sus genitales de nacimiento.
Roy Cooper, nuevo gobernador de Carolina del Norte en representación del Partido Demócrata, ha ofrecido un nuevo acuerdo a los políticos republicanos de la región estadounidense con el objetivo de intentar llegar a un acuerdo con los mismos que permita establecer un plazo para poner fin a la ley tránsfoba aprobada por dichos legisladores durante la presidencia del Estado del anterior gobernador, perteneciente al Partido Republicano.
El actual gobernador del Partido Demócrata reclamó durante su campaña electoral y tras ganar la gobernación del Estado norteamericano que la ley tránsfoba aprobada por los republicanos debía ser derogada “totalmente” y de forma “urgente”, ante las consecuencias negativas que está teniendo tanto para los ciudadanos transexuales de la región estadounidense como para la economía estatal.
Los efectos económicos adversos a los que se está enfrentando el Estado norteamericano se deben al boicot emprendido por empresas y organizaciones deportivas en contra de la región estadounidense por discriminar a la ciudadanía transexual, al considerar que dichas prácticas van en contra de los valores que promueven.
En dicho sentido se han expresado colectivos deportivos tan importantes como la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) o la Liga de Fútbol Americano (NFL), las cuales se han negado a incluir a Carolina del Norte en sus procesos de selección de localidades para celebrar sus eventos con motivo de la legislación tránsfoba aprobada por los republicanos.
Los republicanos han evitado llegar a un acuerdo con el actual gobernador demócrata del Estado, Roy Cooper, pese a los intentos practicados por el mismo para intentar derogar de forma “total y urgente” la ley tránsfoba.
Las dificultades a la que se ha enfrentado Cooper para pactar con los republicanos al respecto, dada la ideología de extrema derecha fuertemente influenciada por los cristianos evangélicos que promueve la formación política, han hecho que el mismo haya propuesto a los republicanos mantener la ley tránsfoba pero establecer un plazo de tiempo para que la misma sea derogada, intentando, por dicha vía, llegar a un acuerdo que parece imposible de alcanzar con unos políticos republicanos empeñados en violar los derechos civiles de la población transexual.
El fanatismo de la ley HB2, promulgada por el gobernador Pat McCrory
La conocida ley HB2 de Carolina del Norte, fue promulgada en marzo de 2016, y prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer medidas de protección contra la discriminación de las personas LGTB, a la vez que deroga las ya existentes. Una de sus consecuencias es la de impedir que las personas transexuales dispongan de los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares, siendo esta además la medida que con mayor virulencia se defendió cuando la HB2 fue aprobada, poniendo a las personas transexuales en el punto de mira de los fanáticos.
La medida fue clamorosamente denunciada por activistas y defensores de los derechos civiles, que consiguieron el apoyo de empresas y corporaciones dispuestas incluso a boicotear cualquier actividad en Carolina del Norte mientras la infame ley siguiera en vigor. Figuras del espectáculo como Beyoncé, Bruce Springsteen, Dead & Company, Ringo Starr o Cyndi Lauper cancelaron sus conciertos o donaron su recaudación a colectivos LGTB. Eventos y convenciones trasladaron su sede a otros estados, causando pérdidas cercanas a los 330 millones de dólares. Empresas y corporaciones como PayPal o el Deustche Bank cesaron en sus inversiones. 200 directivos de las principales empresas escribieron una carta solicitando al gobernador la derogación de la ley. Otras 67 apoyaron la demanda de inconstitucionalidad, presentando un documento de apoyo ante el tribunal. La propia liga de baloncesto profesional (NBA) anunció el traslado de la sede del All-Star Game, que debería celebrarse en Charlotte en 2017, si no se eliminaba cualquier discriminación a las personas LGTB de las leyes del estado. Las pérdidas económicas para el estado por esta decisión de la NBA se estimaban en 100 millones de dólares.
A pesar de ello, en los últimos intentos por parte del gobernador demócrata Roy Cooper por llegar a un consenso y derogar la ley, los representantes del Partido Republicano rehusaron finalmente votar por su anulación, a pesar de haber alcanzado acuerdos previos para ello. La ley, por lo tanto, sigue en vigor, sin que por el momento haya visos de un cambio de actitud de los republicanos al respecto.
Dan tres semanas a Carolina del Norte para acabar con su ley tránsfoba y evitar la cancelación de eventos deportivos
La National Collegiate Athletic Association ha vuelto a presionar a las autoridades de Carolina del Norte en contra de la legislación tránsfoba que los políticos republicanos que controlan los dos órganos legislativos de la región estadounidense (Cámara de Representantes y Senado) aprobaron para vetar el acceso a los baños públicos a los ciudadanos transexuales.
Desde la National Collegiate Athletic Association han dado a los políticos de Carolina del Norte un plazo de tres semanas, hasta el 18 de abril, para modificar o anunciar sus intenciones de anular de inmediato la ley tránsfoba que obliga a las personas transexuales a acudir a los baños públicos correspondientes a sus genitales de nacimiento, al suponer ello una violación de los derechos civiles de dicho colectivo y una negación de la identidad de género de tales personas.
Los responsables de la National Collegiate Athletic Association han enviado una carta a las instituciones del Estado de Carolina del Norte para recordar a las mismas que en las próximas semanas se llevarán a cabo los procesos internos necesarios para establecer las localidades que acogerán sus eventos deportivos.
Los procesos de selección que llevará a cabo la National Collegiate Athletic Association durante las próximas semanas concluirá con el establecimiento de 133 eventos deportivos de máximo nivel que tendrán lugar durante los próximos 6 años, hasta el 2022.
Ello hace aún más importante el plazo dado por la National Collegiate Athletic Association a Carolina del Norte para deshacerse de su legislación tránsfoba: si no actúan de forma urgente para derogar la misma, el Estado no acogerá ningún evento de la National Collegiate Athletic Association, al menos, hasta el año 2022, al quedar fijados todos los eventos hasta dicha fecha en los procesos de selección que llevará a cabo la organización deportiva el próximo 18 de abril.
La National Collegiate Athletic Association ya había pedido anteriormente al Estado que anularan la legislación tránsfoba, indicando que tendrían en cuenta la misma cuando tocara elegir localidades del Estado para celebrar eventos deportivos, con la pérdida millonario de ingresos que supone la marcha de sus eventos a otras regiones de los Estados Unidos.
Fuente LGBTQ Nation, PinkNews, vía Universogay
Pat McCrory, exgobernador de Carolina del Norte, se queja de que no le dan trabajo por haber apoyado la ley LGTBfoba del estado
El antiguo gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory, ha declarado que tiene dificultades para encontrar quien le contrate, debido a que se le identifica como un fanático intolerante por haber promulgado y defendido durante su mandato la ley que permite la discriminación de las personas LGTB en su estado. La conocida como ley HB2 sigue en vigor debido al pertinaz empeño de los representantes del Partido Republicano, que cuentan con la mayoría en las dos cámaras del estado, a pesar de los esfuerzos del nuevo gobernador, el demócrata Roy Cooper, por intentar derogarla.
Tras perder las pasadas elecciones frente al demócrata Roy Cooper, Pat McCrory se dispuso a continuar con su vida laboral como consultor y asesor. Sin embargo, ha declarado que se encuentra con dificultades para conseguir contratos con empresas. Según el exgobernador, el hecho de que promulgara y defendiera hasta la saciedad la LGTBfoba ley HB2 “ha tenido consecuencias hasta el día de hoy, incluso después de dejar el cargo. La gente es reacia a contratarme, porque, ‘oh, Dios mío, es un fanático’, que es lo último que soy”.
También declara que ha intentado conseguir ser contratado por universidades para dar clases a tiempo parcial, pero se ha encontrado también con la negativa de los rectores, “por temor a las protestas de los estudiantes”. Otra de sus opciones es trabajar para la administración Trump, pero no parece haber nada claro al respecto.
Por supuesto, McCrory no se cree en absoluto responsable de la repercusión que han tenido sus decisiones políticas, sino que culpa de todo a los “grupos liberales” por haberlas denunciado. Siguiendo lo que parece ser una costumbre entre quienes defienden la intolerancia y la discriminación, el exgobernador dice que está “siendo purgado por sus opiniones”, y afirma que “si no estás de acuerdo con la Policía del pensamiento políticamente correcto sobre esta nueva definición de género, eres un fanático, eres lo peor. Es casi como si hubieras violado una ley”.
El fanatismo de la ley HB2, promulgada por el gobernador
La conocida ley HB2 de Carolina del Norte, fue promulgada en marzo de 2016, y prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer medidas de protección contra la discriminación de las personas LGTB, a la vez que deroga las ya existentes. Una de sus consecuencias es la de impedir que las personas transexuales dispongan de los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares, siendo esta además la medida que con mayor virulencia se defendió cuando la HB2 fue aprobada, poniendo a las personas transexuales en el punto de mira de los fanáticos.
La medida fue clamorosamente denunciada por activistas y defensores de los derechos civiles, que consiguieron el apoyo de empresas y corporaciones dispuestas incluso a boicotear cualquier actividad en Carolina del Norte mientras la infame ley siguiera en vigor. Figuras del espectáculo como Beyoncé, Bruce Springsteen, Dead & Company, Ringo Starr o Cyndi Lauper cancelaron sus conciertos o donaron su recaudación a colectivos LGTB. Eventos y convenciones trasladaron su sede a otros estados, causando pérdidas cercanas a los 330 millones de dólares. Empresas y corporaciones como PayPal o el Deustche Bank cesaron en sus inversiones. 200 directivos de las principales empresas escribieron una carta solicitando al gobernador la derogación de la ley. Otras 67 apoyaron la demanda de inconstitucionalidad, presentando un documento de apoyo ante el tribunal. La propia liga de baloncesto profesional (NBA) anunció el traslado de la sede del All-Star Game, que debería celebrarse en Charlotte en 2017, si no se eliminaba cualquier discriminación a las personas LGTB de las leyes del estado. Las pérdidas económicas para el estado por esta decisión de la NBA se estimaban en 100 millones de dólares.
A pesar de ello, en los últimos intentos por parte del gobernador demócrata Roy Cooper por llegar a un consenso y derogar la ley, los representantes del Partido Republicano rehusaron finalmente votar por su anulación, a pesar de haber alcanzado acuerdos previos para ello. La ley, por lo tanto, sigue en vigor, sin que por el momento haya visos de un cambio de actitud de los republicanos al respecto.
El ex-jugador de baloncesto Tim Hardaway se arrepiete de la homofobia que defendió en el pasado… mientras La NBA se ha comprometido a seguir de cerca a los Estados que contemplen leyes discriminatorias
Una importante ex-estrella de la Liga Nacional de Baloncesto (NBA) de Estados Unidos se ha mostrado arrepentida de haber discriminado en el pasado a la comunidad LGTB, condenando los prejuicios homófobos que promocionó públicamente en dicha época.
Tim Hardaway, ex-jugador de la Liga Nacional de Baloncesto (NBA), de Estados Unidos, se ha mostrado “avergonzado” por los vídeos en los que, hará 10 años, defendía que odiaba a los homosexuales y fomentaba la discriminación hacia dicho colectivo social, Hardaway, en dicha época, había expresado estar “orgulloso” de sus prejuicios homófobos.
“Cuando oigo lo que dije… todavía me enfado cuando pienso en ello y todavía me duele profundamente haber dicho algo así porque le di a ciertas personas la oportunidad de usarlo para dañar a ese colectivo”, ha expresado Hardaway en una entrevista reciente con el medio norteamericano Washington Post. “Me duele hasta el día de hoy aquellas declaraciones que pronuncié. ¿Sabes qué? Me dolerán el resto de mi vida porque no soy ese tipo de persona. Me siento mal por ello y siempre voy a sentirme mal de haberlo dicho”, ha indicado Hardaway en la citada entrevista.
Las declaraciones de la ex-estrella de la NBA se han producido en el contexto del trabajo que está llevando a cabo la Asociación Nacional de Baloncesto para presionar a los Estados de Carolina del Norte y de Texas en contra de la legislación discriminatoria hacia la comunidad transexual que quieren implementar los políticos de dichas regiones.
La NBA se ha comprometido a seguir de cerca a los Estados que contemplen leyes discriminatorias
Los responsables de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) de Estados Unidos han dado a conocer que comenzarán a vigilar la legislación existente en los distintos Estados del país norteamericano para no celebrar sus eventos en las regiones que tengan medidas en contra de los derechos de la ciudadanía en función a la orientación sexual o a la identidad de género de la misma, entre otros tipos de discriminación que desde la NBA consideran inaceptable.
La Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) ha indicado que no celebrará sus eventos en aquellos Estados que discriminen a la población después de haber presionado a las autoridades de Carolina del Norte y Texas para impedir que los políticos republicanos de ambas regiones aprueben dos proyectos de ley que buscan obligar a las personas transexuales a acudir al baño correspondiente a sus genitales de nacimiento, ignorando la verdadera identidad de género de dichos ciudadanos.
Un comisionado de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), Adam Silver, ha sido el responsable de hablar con los medios de comunicación para visibilizar la decisión de la NBA de no volver a celebrar ningún evento en las regiones que discriminen a la ciudadanía, intentando presionar con ello a los políticos locales para abstenerse de legislar en dicho sentido para evitar que sus regiones pierdan los enormes ingresos económicos que proporcionan a la economía local la celebración de los millonarios partidos de baloncesto de la NBA.
El comisionado de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) ha revelado que, además de mostrar su oposición públicamente y amenazar con no celebrar sus eventos en los dos Estado que actualmente están debatiendo un proyecto de ley contra los derechos de las personas transexuales, también se ha reunido con Roy Cooper, gobernador del Estado de Carolina del Norte, para pedir al mismo que intervenga y evite la entrada en vigor del proyecto de ley contra las personas transexuales, en caso de que el mismo consiga ser aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado del Estado norteamericano.
“Nuestros valores en términos de igualdad e inclusión son primordiales. Lo comparte la Asociación Nacional de Baloncesto y todos los miembros de la familia que representa la NBA. Creo que las leyes que están considerando y nuestra posición respecto a las mismas demuestra lo que estoy diciendo“, ha expresado Silver.
Fuente PinkNews (1, 2), vía Universogay
La NBA reitera su boicot a Carolina del Norte mientras siga en vigor la ley que discrimina a los ciudadanos LGTB
La NBA y otras asociaciones deportivas han reiterado su rechazo a celebrar sus competiciones en Carolina del Norte hasta que se derogue la ley que discrimina a las personas LGTB del estado, conocida como HB2. El rechazo de los representantes republicanos a invalidar la HB2 en la Asamblea General extraordinaria del pasado miércoles 21 de diciembre ha obligado a los grupos deportivos a tomar esta determinación, que seguirá causando pérdidas millonarias al estado sureño.
La liga profesional de baloncesto estadounidense, conocida mundialmente como NBA, ha confirmado a ESPN que seguirá con su boicot al estado de Carolina del Norte mientras no sea derogada la HB2, la ley que permite la discriminación de las personas LGTB, especialmente del colectivo transexual. La NBA ya trasladó fuera de Charlotte —la ciudad más poblada de Carolina del Norte— la celebración del All-Star Game de 2017, eligiendo como sede a Nueva Orleans, e insiste en que continuará con esa medida hasta que se deroguen todas las normativas discriminatorias en el estado sureño.
Por su parte, la NCAA, la asociación más importante del deporte universitario estadounidense, también ha emitido un comunicado por boca de su portavoz, Bob Williams, en el que informaba que “la decisión de la NCAA de evitar la celebración de campeonatos en Carolina del Norte permanece sin cambios”. Esa postura de la NCAA, ahora reiterada, fue comunicada en el mes de septiembre, cuando los dirigentes de la asociación consideraron que la administración de Carolina del Norte había tomado “un cúmulo de acciones respecto a los derechos civiles”, que entraban en confrontación con “la larga tradición de los valores de la NCAA respecto a la inclusión, el bienestar de estudiantes y atletas, y la creación de una cultura de equidad”.
Ambas reiteraciones se producen después de que la Asamblea General de Carolina del Norte, convocada por el gobernador saliente Pat McCrory, rehusara derogar la HB2 tras una maratoniana sesión. La mayoría republicana rompió sin paliativos el acuerdo al que había llegado con el gobernador entrante, el demócrata Roy Cooper, a pesar de que este había cumplido con su compromiso de conseguir que el consejo de la ciudad de Charlotte revocara su legislación antidiscriminatoria. La decisión de la NBA y la NCAA corroboran las palabras de Chad Griffin, presidente de Human Rights Campaign, tras la negativa republicana a cumplir con su compromiso: “hoy, la confianza pública ha sido traicionada una vez más. Los legisladores han enviado el mensaje de que Carolina del Norte sigue cerrada para los negocios”.
Las pérdidas económicas para Carolina del Norte por la decisión de la NBA de trasladar la sede del All-Star Game de 2017 fuera del estado se han estimado en 100 millones de dólares. En cuanto a la NCAA, para dar una idea del poderío económico y la capacidad de convocatoria de la asociación, en 2014 declaró unos ingresos de 1.000 millones de dólares y en disciplinas como el fútbol americano ha llegado a superar los 38 millones de espectadores. Desde su decisión, ya ha reubicado en otros estados más de 10 eventos de distintas disciplinas.
Una ley contra la igualdad LGTB
La conocida HB2, fue promulgada en marzo de este 2016 por Pat McCrory, después de que las cámaras legislativas del estado, controladas por los republicanos, la aprobaran con carácter de urgencia y sin apenas discusión previa en un proceso que fue ampliamente criticado. La ley prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer medidas de protección contra la discriminación de las personas LGTB y deroga las ya existentes. En realidad, la ley perseguía acabar con la norma que antes había aprobado Charlotte, la ciudad más poblada del estado, y que precisamente amparaba a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales ante cualquier tipo de discriminación de que fueran objeto en lugares donde se ofrecen servicios, como comercios, restaurantes, hoteles o taxis. Entre esas medidas se hallaba la de permitir a las personas transexuales que dispusieran de los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares.
Esta última medida fue la que se tomó como excusa para organizar con carácter de urgencia plenos en ambas cámaras del estado para aprobar la ley a rebufo de la ola de histeria que los grupos más conservadores buscan provocar alrededor del “pánico transexual en los baños”, a semejanza de lo que ocurrió el pasado 2015 en Houston (Texas), donde la campaña contra el uso de los baños femeninos por las mujeres transexuales fue feroz y vergonzosa. Una urgencia que impidió además el debate sobre el alcance de las medidas antidiscriminatorias, aprobadas en dos sesiones vertiginosas en la Cámara de Representantes y el Senado estatales. En este último, los senadores del Partido Demócrata, en minoría, abandonaron la sesión como protesta. En ambas cámaras el resultado fue abrumadoramente mayoritario.
Fuente Dosmanzanas
Carolina del Norte no deroga la tóxica ”ley de los baños”
Los republicanos de Carolina del Norte se sacan de la manga una jugarreta para no eliminar la “ley de los lavabos” durante la sesión que convocaron para eliminar la “ley de los lavabos”.
La discriminatoria ley de Carolina del Norte que limita el acceso a los baños y vestuarios públicos a personas transexuales podía haber sido derogada esta semana después de meses de protestas y boicots económicos. Sin mbrgo, los legisladores del estado de Carolina del Norte han fracasado en su intento de revocar la polémica Ley HB2. Una norma discriminatoria que prohíbe a las personas transgénero usar sanitarios públicos según su identidad de género y las obliga a usar el baño que corresponda a su sexo biológico en edificios públicos. Carolina del Norte ha perdido una gran oportunidad para quitarse la etiqueta de estado más intolerante de EEUU. Tras más de nueve horas de reuniones a puerta cerrada, los legisladores demócratas de Carolina del Norte se marcharon con el ceño fruncido, fruto de la frustración de no haber podido derogar la ley que ha provocado unas perdidas millonarias al estado.
El Instituto Williams de la Escuela de Leyes de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), proyectó que las pérdidas para Carolina del Norte, por la HB2, alcanzarían anualmente los 5.000 millones de dólares.La noticia ha resultado una sorpresa de lo más desagradable. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la ciudad más poblada del estado, Charlotte, ha derogado en su totalidad la ordenanza de no discriminación y el anuncio del nuevo gobernador demócrata que anunció que se había llegado al acuerdo de la eliminación de la HB2, que finalmente no ha sido aprobada por el peso republicano en el parlamento estatal de Carolina del Norte.
La ciudad de Charlotte aprobó hace tiempo una ordenanza municipal que protegía a las personas LGTB de cualquier tipo de discriminación y permitía a las personas trans utilizar el baño del género con el que se identifican. Los republicanos, que controlaban el estado de Carolina del Norte, se opusieron y su gobernador tardó muy poco en aprobar la HB2, una ley estatal que permitía a los negocios seguir discriminando a las personas LGTB y obligaba a las personas trans a utilizar el baño del sexo con el que nacieron; porque según ellos es de sentido común que un hombre no tenga acceso al baño de mujeres.
La HB2 ha supuesto un auténtico desastre económico para el estado, con muchos artistas, empresas y eventos largándose a otra parte porque no quieren invertir en un estado que fomenta la discriminación. Aunque el mayor coste ha sido el del puesto del gobernador, Pat McCrory, que perdió las elecciones en noviembre en lo que se entendió era un plebiscito sobre la HB2.
McCrory perdió las elecciones del pasado noviembre frente al demócrata Roy Cooper, que durante la campaña utilizó la derogación de la HB2 como uno de sus puntos fuertes. Y ahora que Cooper ya ha sido declarado vencedor de las elecciones (no sin varios intentos de McCrory por quedarse en el sillón del gobernador) era cuestión de tiempo que pudiéramos decirle adiós a la HB2.
Con McCrory derrotado, la ciudad de Charlotte daba por hecho que se iba a derogar la HB2 y comenzó negociaciones para eliminar su ordenanza municipal, que ahora sería innecesaria. Y antes de salir del gobierno los republicanos anunciaron una sesión especial de los legisladores para eliminar la HB2, excusándose en que esa ley sólo existía por ordenanzas como la de Charlotte y que además todo había sido culpa de “la izquierda radical“. El ayuntamiento de Charlotte, la ciudad más grande del Estado, votó el pasado lunes la eliminación de las medidas locales de no discriminación que provocaron la aprobación de la HB2, pidiendo a su vez la derogación inmediata de la ley estatal. “Ahora que la ordenanza de Charlotte finalmente ha sido derogada, la privacidad en nuestras duchas, baños y vestuarios es restaurada y protegida por la ley estatal anterior”, dijo McCrory en una declaración grabada en video. Así, tras el acuerdo, el pasado lunes el consejo de Charlotte votaba por unanimidad la derogación de los artículos que entraban en conflicto con la HB2. Tan solo dejaban en vigor aquellos que prohibían al ayuntamiento establecer contratos oficiales con empresas que no establecieran medidas antidiscriminatorias para sus trabajadores LGTB. Pero eso no bastó a los republicanos, que querían una derogación sin excepciones, y acusaron a la “enloquecida izquierda” de Charlotte —refiriéndose a los representantes demócratas del municipio— de haberles engañado.
El gobernador electo actual, el demócrata Roy Cooper, dijo que contaba con garantías de que los líderes legislativos republicanos apoyarían la derogación de la “ley de los baños”. “Espero que mantengan su palabra”, dijo Cooper en un comunicado, señalando que la derogación ayudará a recuperar los trabajos y eventos perdidos en el boicot. Por ello, este miércoles siguiente, en un nuevo pleno, el consejo derogaba el articulado restante. Aun así, el gobernador electo Roy Cooper hizo unas declaraciones en las que se lamentaba de que los republicanos hubieran roto el acuerdo, a pesar de los esfuerzos realizados en Charlotte.
Pero no ha resultado muy bien… La sesión para repeler la HB2 ha sido un auténtico desastre. El gobernador saliente, el republicano Pat McCrory, había convocado una Asamblea General de las dos cámaras del estado para este mismo miércoles, con el objeto de votar la derogación de la HB2. Pero los representantes republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado pusieron todo tipo de objeciones. Interminables interrupciones y recesos llevaron la sesión hasta altas horas de la madrugada, sin que en la Cámara de Representantes se llegara finalmente a realizar ninguna votación, dando la sesión por concluida sin haber tomado ninguna medida. Para cancelar la ley los republicanos se inventaron otra, la SB4 (Senate Bill 4) que es, básicamente, una cancelación de la HB2. Pero en el último momento intentaron colar en la misma ley una moratoria de 6 meses durante los cuales ningún municipio podría aprobar ninguna ordenanza concerniente al empleo público o el uso de los baños.
En cuanto al Senado, la proposición de ley republicana que trataba de derogar la HB2 fue enmendada por el mismo partido, cuyos miembros votaron favorablemente añadir a la propuesta el establecimiento de un período de demora de seis meses —luego ampliado a todo el ejercicio de 2017—, durante el cual se prohibía aprobar cualquier medida de protección contra la discriminación de las personas LGTB en el estado. Los representantes demócratas acusaron a sus rivales parlamentarios de haberles engañado, pues esa demora, que suponía de hecho continuar con la misma situación, no había formado de los acuerdos.
Tras largos debates, se acordó finalmente someter a votación dos propuestas, una por la que se derogaba completamente la HB2, y otra que recogía la enmienda que incluía la moratoria. La primera propuesta, que suponía la completa derogación de la HB2, fue rechazada por 32 votos a 16. Tras la votación, la sesión quedó finalmente suspendida. La ley discriminatoria sigue totalmente en vigor en Carolina del Norte, con la anuencia del Partido Republicano, que ha conseguido además la claudicación del consejo de la ciudad de Charlotte.
Evidentemente esto ha enfadado muchísimo a los demócratas y a las organizaciones por los derechos del colectivo LGTB, que denuncian que los republicanos han jugado sucio para asegurarse que se eliminaba la ordenanza de Charlotte pero no la HB2: “Éste no era el trato. Esta ley rompe el acuerdo. Charlotte no habría eliminado su ordenanza si esta nueva ley hubiera sido lo acordado“, ha dicho el Senador demócrata Jeff Jackson.
Por su parte los republicanos se defienden diciendo que todo esto es culpa de los demócratas, que pretendían ceder ante la izquierda radical, que ellos no creen en ningún tipo de discriminación pero van a seguir apoyando la HB2 porque “ninguna presión económica, política o ideológica me va a convencer de que lo que está mal está bien. Y permitir que un hombre tenga acceso a los baños y duchas de las mujeres siempre estará mal“, ha dicho Dan Forest, el teniente de Gobernador.
Durante la sesión en la que los republicanos han engañado a todo el mundo se han podido oir gritos de “¡Vergüenza!” por parte de las personas que acudieron al acto. Mara Keisling, la directora del Centro Nacional por la Igualdad Transgénero ha dicho que esta maniobra es inaceptable y que “las acciones de esta legislatura han demostrado a la gente de Carolina del Norte -particularmente a las personas transgénero- que no pueden tener ninguna fe en unos legisladores sinvergüenzas“.
Para Simone Bell, directora regional de Lambda Legal, “la Asamblea General y el gobernador McCrory están jugando al engaño político, y los ciudadanos de Carolina del Norte siguen perdiendo por ello. Es un ultraje que los legisladores de Carolina del Norte no sigan el mandato de los votantes y deroguen la HB2. Mientras la HB2 esté en vigor, miles de personas LGTB que consideran a Carolina del Norte su hogar, especialmente las personas transgénero, están siendo discriminadas y nunca se sentirán seguras. Ha sido un ejercicio contraproducente, al reafirmar al resto del país que Carolina del Norte quiere permanecer atascada en esta disputa divisiva”.
Por su parte, del director del Proyecto LGBT & VIH de la ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles), James Esseks, consideraba que “es una pena que la Asamblea General de Carolina del Norte se haya negado a arreglar el desastre que habían cometido. El apoyo a la comunidad LGBT de líderes políticos, religiosos, empresas y personas de a pie que ha surgido este año no se desvanecerá. Los intentos de expulsar a las personas transgénero de la vida pública no serán tolerados. La legislatura no parece estar dispuesta a deshacer su extralimitación inconstitucional y respetar los derechos de las personas LGBT, así que tendremos que vernos en los tribunales”.
La Human Rights Campaign también ha protestado por la vergonzosa forma de actuar de los republicanos y desde Lambda Legal y la ACLU acusan al gobernador de jugar al juego de “la gallina política” (ya sabes, a ver quién se atreve a llegar más lejos). “Mientras la HB2 siga en los libros, miles de personas LGTB que llaman hogar a Carolina del Norte, especialmente las personas transgénero, seguirán siendo discriminadas y nunca podrán sentirse seguras. Éste ha sido un ejercicio contraproducente que ha confirmado al resto del país que Carolina del Norte quiere seguir enfrascada en esta disputa divisoria“. Chad Griffin, presidente de Human Rights Campaign, afirmaba con contundencia que “hoy, la confianza pública ha sido traicionada una vez más. Los legisladores han enviado un mensaje claro: Carolina del Norte sigue cerrada para los negocios. Sus vergonzosas acciones y las promesas que han roto someten a los ciudadanos LGTB de Carolina del Norte a una discriminación establecida por el Estado, que contribuye a un ambiente de acoso y violencia, y continuará infligiendo un daño significativo a la reputación y la economía del estado. Hoy ha quedado claro que la crueldad de los líderes republicanos hacia los ciudadanos LGTB, especialmente las personas transexuales, de Carolina del Norte no conoce límites. Por nuestra parte, seguiremos luchando para derogar la HB2 y proteger a los ciudadanos de Carolina del Norte, haciendo lo que sea necesario”.
Por cierto, que desde la NCAA y la NBA han dicho que su negativa a organizar eventos deportivos en el estado sigue vigente mientras no se elimine por completo la HB2.
Durante este año, la NBA y los principales eventos deportivos universitarios excluyeron a Carolina del Norte como sede en sus agendas. Además, artistas como Bruce Springsteen, Maroon 5 y Pearl Jam cancelaron varios conciertos y compañías como PayPal Holdings y Deutsche Bank desecharon planes de inversión para la creación de nuevos puestos de trabajo en el Estado.
El gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory, reconoce finalmente su derrota en las pasadas elecciones
A pesar de que Pat McCrory se negaba a reconocer su fracaso electoral, finalmente ha terminado por admitir su derrota frente al demócrata Roy Cooper, quien asume su cargo de gobernador en enero, teniendo como uno de sus objetivos la derogación de la Ley HB2 sobre la restricción del uso del cuarto de baño a las personas transexuales.
De infarto fue el escrutinio de las elecciones que auparon a Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, pero no todos los republicanos lo celebraron de la misma manera porque, si bien ha obligado a un recuento de los votos posponiendo el final de su período como gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory perdía frente el demócrata Roy Cooper, de 59 años de edad y natural de Nashville, que firmará el cargo el 1 de enero siendo uno de sus primeros propósitos el de revocar las leyes discriminatorias contra la comunidad LGBT de su predecesor en el cargo.
El gobernador de Carolina del Norte, el republicano Pat McCrory, ha reconocido finalmente su derrota en las pasadas elecciones, tras largos días de recuento de votos en gran parte de los condados del estado. McCrory es conocido por su empecinada LGTBfobia, que le llevó a aprobar y mantener una de las legislaciones más discriminatorias de los Estados Unidos, la conocida HB2. El nuevo gobernador, el demócrata Roy Cooper, ya ha declarado su intención de “acabar el trabajo” que han hecho los electores y derogar la infame ley. No lo tendrá fácil, dado que los republicanos sí han conseguido renovar el control de la legislatura del estado.
Tras pedir recuentos en 52 de los 110 condados que componen el estado de Carolina del Norte, y cuatro semanas después de que se celebraran las elecciones el pasado 8 de noviembre, el ya gobernador cesante Pat McCrory ha reconocido la victoria de su oponente, el hasta hoy fiscal general Ray Cooper, que presentó su candidatura por el Partido Demócrata. Lo ha hecho por medio de este vídeo, en el que declara que “a pesar de las cuestiones que deben tener respuesta respecto al proceso de votación, personalmente creo que la mayoría de nuestros ciudadanos han hablado y ahora debemos hacer todo lo que podamos para apoyar al gobernador número 75 de Carolina del Norte, Roy Cooper. Estoy orgulloso de que nuestro equipo deje este estado en un lugar mucho mejor que cuando llegamos a la oficina”:
Pat McCrory se ha convertido así en el primer gobernador de Carolina del Norte en perder una reelección. Pero lo ha hecho por un estrecho margen de unos 10.000 votos de diferencia de entre los más de 4.700.000 emitidos, a pesar de la polémica que ha rodeado su mandato en los últimos tiempos. La aprobación de la ley HB2, que discriminaba a las personas LGTB y afectaba especialmente a las personas transexuales, puso al gobernador en el ojo del huracán. Una ley infame que McCrory defendió a capa y espada, aun cuando las encuestas reflejaban que el 43 % de los ciudadanos de Carolina del Norte se oponía al texto legal, que tan solo apoyaba un 32 %.
Su aprobación arrastró al estado a grandes pérdidas económicas, debido al boicot de empresas y corporaciones, con la consiguiente repercusión en el empleo. Un estudio del William Insitute de la Universidad de California estimaba que, por cada año que la ley estuviera en vigor, el estado de Carolina del Norte perdería 5.000 millones de dólares. La oposición de los principales directores ejecutivos de empresas, artistas y organizaciones deportivas ha dado un golpe a la imagen comercial de Carolina del Norte, lo que ha llevado a las empresas a retirarse de la expansión en el estado, traducido en un considerable impacto negativo sobre Carolina del Norte, tal y como advertían a los políticos de Texas que habían anunciado su intención de copiar las mismas leyes discriminatorias. Quizás por ello, el ya gobernador electo, Roy Cooper, ha declarado que “con estas elecciones, Carolina del Norte está en en el buen camino para recuperar su reputación. Acabemos el trabajo y revoquemos la HB2”. “Creo que la mayoría o todos los legisladores entienden el severo impacto económico de la Ley HB2 que está teniendo sobre nosotros y que necesitamos hacer algo al respecto”, declara Cooper en una entrevista. Un impacto que, a pesar de todo, ha sido discutido por algunos republicanos, que continúan defendiendo la ley alegando que proporciona privacidad a los menores que hacen uso de los cuartos de baño y los vestuarios en los centros de enseñanza.
Su victoria en Carolina del Norte ha sido celebrada por los líderes de Human Rights Campaign y Equality North Carolina que habían centrado sus esfuerzos en derrotar a McCrory con la movilización del colectivo LGBT en lo que se estiman habrían sido hasta 255.000 votantes.
El presidente de Human Rights Campaign, Chad Griffin, expresó en un comunicado que “el reinado de discriminación de Pat McCrory finalmente ha terminado. El apoyo obstinado y temerario de McCrory a la HB2 le ha costado estas elecciones, y su derrota envía una poderosa advertencia a los legisladores de todo el país de que los ataques a las personas LGTB no serán toleradas. Esperamos con interés trabajar con el gobernador electo Roy Cooper y los legisladores imparciales para derogar HB2. Ya es hora de reparar el daño infligido a la gente, la reputación y la economía de Carolina del Norte”.
“Está perfectamente claro que la gente de Carolina del Norte quiere que esta legislación desaparezca”, declara Chris Sgro, director ejecutivo de Equality North Carolina, esperando que los políticos trabajen a favor de Cooper y deroguen la ley tan pronto como sea posible.
El empecinamiento en la discriminación
La conocida HB2, fue promulgada en marzo de este 2016 por Pat McCrory, después de que las cámaras legislativas del estado, controladas por los republicanos, la aprobaran con carácter de urgencia y sin apenas discusión previa en un proceso que fue ampliamente criticado. La ley prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer medidas de protección contra la discriminación de las personas LGTB y deroga las ya existentes. En realidad, la ley perseguía acabar con la norma que antes había aprobado Charlotte, la ciudad más poblada del estado, y que precisamente amparaba a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales ante cualquier tipo de discriminación de que fueran objeto en lugares donde se ofrecen servicios, como comercios, restaurantes, hoteles o taxis. Entre esas medidas se hallaba la de permitir a las personas transexuales que dispusieran de los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares.
Esta última medida fue la que se tomó como excusa para organizar con carácter de urgencia plenos en ambas cámaras del estado para aprobar la ley a rebufo de la ola de histeria que los grupos más conservadores buscan provocar alrededor del “pánico transexual en los baños”, a semejanza de lo que ocurrió el pasado 2015 en Houston (Texas), donde la campaña contra el uso de los baños femeninos por las mujeres transexuales fue feroz y vergonzosa. Una urgencia que impidió además el debate sobre el alcance de las medidas antidiscriminatorias, aprobadas en dos sesiones vertiginosas en la Cámara de Representantes y el Senado estatales. En este último, los senadores del Partido Demócrata, en minoría, abandonaron la sesión como protesta. En ambas cámaras el resultado fue abrumadoramente mayoritario.
El gobernador firmó inmediatamente la ley, con lo que las normativas antidiscriminatorias para las personas LGTB existentes en los distintos municipios y condados de Carolina del Norte quedaron derogadas. Muchas de ellas llevaban años en vigor, sin que se haya producido ningún ataque a ningún menor en los baños de los centros escolares por “depredadores disfrazados de mujer”. Sin embargo, para el gobernador, “la expectativa básica de intimidad en el más personal de los lugares, un baño o un vestuario para cada género, ha sido violada por la extralimitación del gobierno y la intrusión del alcalde y el consejo de la ciudad de Charlotte”. Esa fue es la única y mendaz razón dada para no solo derogar una normativa antidiscriminatoria para todo el colectivo LGTB, sino además para impedir que puedan establecerse medidas semejantes en el futuro.
La ACLU, la más importante organización de defensa de los derechos civiles del país, consideró de hecho la ley de Carolina del Norte la más regresiva de todas las aprobadas contra las personas LGTB. El fiscal general de Carolina del Norte y ahora gobernador electo, el demócrata Roy Cooper, dejó claro por su parte que no tenía la menor intención de defender ante los tribunales la constitucionalidad de la ley si esta era denunciada.
La patente discriminación que supone la ley HB2 tuvo consecuencias inmediatas para Carolina del Norte. A parte del All-Star, McCrory también ha visto como importantes figuras del espectáculo como Beyoncé, Bruce Springsteen, Dead & Company, Itzhak Perlman, Ringo Starr o Cyndi Lauper han cancelado sus conciertos o han donado su recaudación a colectivos LGTB. Eventos y convenciones han trasladado su sede a otros estados, causando pérdidas cercanas a los 330 millones de dólares. Empresas y corporaciones como PayPal o el Deustche Bank han cesado en sus inversiones. 200 directivos de las principales empresas escribieron una carta solicitando al gobernador la derogación de la ley. Otras 67 han apoyado la demanda de inconstitucionalidad, presentando un documento de apoyo ante el tribunal. La propia liga de baloncesto profesional (NBA) anunció el traslado de la sede del All-Star Game, que debería celebrarse en Charlotte en 2017, si no se eliminaba cualquier discriminación a las personas LGTB de las leyes del estado. Las pérdidas económicas para el estado por esta decisión de la NBA se estimaban en 100 millones de dólares.
Pero quizás la mayor pérdida económica sería la retirada de los fondos federales para educación, cifrados en 4.500 millones de dólares. El pasado mes de mayo, el Departamento de Justicia requirió al estado de Carolina del Norte que suspendiera la aplicación de la ley HB2, al considerar que violaba tanto el Título VII de la Ley de Derechos Civiles, que prohíbe la discriminación en el empleo por razón de sexo, como el denominado de forma genérica “Título IX”, la ley que prohíbe a toda institución educativa que reciba fondos del Gobierno discriminar por razón de sexo (no confundir con el Título IX de la Ley de Derechos Civiles).
Transcurrido el plazo que el Gobierno estadounidense dio al estado de Carolina del Norte, el gobernador McCrory no solamente se negó a suspender la aplicación de la ley, sino que directamente demandó al Departamento de Justicia ante una Corte federal del estado, por considerar que se extralimitaba en el ejercicio de sus funciones. La respuesta de la administración federal fue rotunda: a través de su fiscal general, la afroamericana Loretta Lynch (natural, ella misma, de Carolina del Norte) anunciaba la presentación de una demanda federal por violación de los derechos civiles contra Carolina del Norte y su gobernador, Pat McCrory, entre otras instituciones del estado. Lo hacía, además, en un apasionado discurso, en el que situaba directamente esta batalla legal en el campo de los derechos civiles. La fiscal instaba a que “en lugar de ignorar a nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, aprendamos de nuestra historia y evitemos repetir los errores de nuestro pasado. Reflexionemos sobre una obvia, pero a menudo olvidada, lección: que una discriminación sancionada por un estado nunca resiste la mirada retrospectiva”.
Derogar la ley no será fácil
Además de la educación, las energías renovables y la justicia criminal, también la revocación de la ley de la restricción del uso del cuarto de baño a personas transexuales en escuelas y edificios gubernamentales, conocida como Ley HB2, es uno de los objetivos de Roy Cooper, que quizás tendrá que esperar hasta el año que viene. Y e que Roy Cooper no lo tendrá fácil: pese a perder las elecciones a gobernador, los republicanos renovaron en noviembre su mayoría en las dos cámaras legislativas del estado y tendrán mayoría a favor del veto en la Cámara y el Senado en 2017. Y aunque varios legisladores republicanos entre los que con toda probabilidad estará Cecil Brockman, que salía del armario con la intención de concienciar a sus compañeros de partido, han manifestado después de todo lo sucedido que ya no están a favor de la ley HB2, ello no parece suficiente para proceder lisa y llanamente a su derogación. Los activistas LGTB locales, no obstante, se muestran moderadamente esperanzados ante la posibilidad de que se alcance algún tipo de compromiso. Estaremos atentos a lo que sucede.
Fuente Dosmanzanas/Universogay
La victoria de Donald Trump, unida al control republicano del Congreso, augura años oscuros para los derechos LGTB en Estados Unidos
A todos estos que dicen que todos los políticos son iguales y que no votan porque son superfragilisticoespialidosos y purísimos, ahora van a ver lo que es un fascista homófobo, machista y xenófobo en la Casa Blanca…
Malas noticias, sin paliativos. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses, así como el control republicano de las dos cámaras del Congreso estadounidense, auguran años de parálisis, si no abierto retroceso, por lo que a los derechos de las minorías se refiere. La minoría LGTB no será una excepción. No tanto por la figura de Trump en sí mismo (que nunca ha mostrado un especial interés hacia este colectivo, ni siquiera a la hora de oponerse a sus derechos) como por la de la plataforma ideológica republicana bajo la que se ha presentado (la más anti-LGTB de su historia) y por sus acompañantes de viaje. Su vicepresidente, recordemos, será Mike Pence, una figura que sí destacó por su LGTBfobia durante los años que fue gobernador de Indiana. Otro punto al que habrá que estar atento es a lo que suceda con el equilibrio en el seno del Tribunal Supremo, una institución cuyos miembros, confirmados por el Senado a propuesta del presidente, lo son de forma vitalicia, y que durante estos años quizá le toque renovar a Trump en parte.
Donald Trump ha ganado de forma clara las elecciones presidenciales estadounidenses, al lograr la victoria en una serie de estados clave que se encontraban en disputa. Ello le otorga mayoría en el colegio electoral. Ha ganado en Carolina del Norte, Florida, Michigan, Ohio, Pensilvania y Wisconsin, lo que unido a los estados que ya se daban por seguros para los republicanos le da la victoria final. Hillary Clinton ha retenido los territorios más fuertemente demócratas (como los estados del noreste y de la costa oeste), además de Colorado, Illinois, Nevada, Nuevo México y Hawaii. Virginia, de donde era gobernador su candidato a vicepresidente, ha caído también del lado demócrata. En voto popular (número total de votos recibidos por cada candidato, con independencia del estado de residencia), se registra sin embargo un cuasi empate, aunque este dato aún no está cerrado. De hecho, conforme se acerca el final del escrutinio parece que Clinton obtendrá finalmente más votos que Trump.
En definitiva, un resultado que muestra una doble fractura de la sociedad estadounidense. A la ya tradicional entre estados fuertemente demócratas y estados fuertemente republicanos, se une el apoyo sin precedentes que Trump habría recibido de los votantes blancos de menor nivel educativo, incluso en caladeros considerados tradicionalmente demócratas, según indican los primeros análisis del voto (ver How the Presidential Election Took a U-Turn in 2016 en The New York Times). La movilización masiva de la clase obrera blanca a favor del republicano parece haber sido el factor fundamental a la hora de decantar el resultado. Lo que ello significará en términos de exclusión de las minorías raciales en los próximos años está por ver.
La plataforma republicana, la más anti-LGTB de la historia
Ya en entradas anteriores nos hemos referido al tema, pero no está de más recordar cuál es la declaración de intenciones del Partido Republicano en materia LGTB de acuerdo a la plataforma ideológica que fue aprobada este verano en la convención republicana:
- Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
- Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
- Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
- Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
- Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
- Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.
¿Y qué han manifestado Trump y Pence?
Siempre se puede argumentar que las plataformas aprobadas por las convenciones son una mera declaración de intenciones y no obligan necesariamente al presidente, que puede decantarse por una política pragmática (y de esto hay sobrados ejemplos en el pasado). Pero tampoco los mensajes lanzados directamente por Trump y el que será su vicepresidente son tranquilizadores. Trump, por ejemp, sugirió en campaña la posibilidad de revertir la histórica decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Más adelante, el magnate anunció que no tendría inconveniente en rubricar la FADA, arriba mencionada, en caso de prosperar, lo que habría virtualmente inútiles las regulaciones antidiscriminatorias de los estados en materia LGTB.
Pence, por su parte, anunciaba recientemente que una de las primeras medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas federales que impiden discriminar a las personas LGTB. Obama, recordemos, ha promovido dos importantes órdenes antidiscriminatorias que obligan tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial).
El único elemento que Trump ha utilizado expresamente para intentar congraciarse con el colectivo LGTB ha sido la islamofobia. Como vuestro presidente, haré todo lo que esté en mi mano para proteger a nuestros ciudadanos LGBTQ de la violencia y la opresión de una ideología extranjera llena de odio, creedme”, expresó Trump en su discurso de aceptación de la nominación republicana. Una frase que de hecho sirvió a a algunos medios de comunicación generalistas (no especialmente preocupados por el detalle cuando de la realidad LGTB se trata) para presentar a Trump como un político sensible a los derechos del colectivo. Activistas LGTB como Michelangelo Signorile alertaron entonces de lo equivocado de esta percepción. Algún tiempo más tarde, Trump propuso que a los inmigrantes que aspirasen a un permiso de residencia en Estados Unidos se les sometiese a un test ideológico que confirmase si comparten o no los valores estadounidenses. Según expresaron entonces miembros de su equipo, entre estos se incluirían los derechos de las personas homosexuales. Nada más se supo de esta propuesta.
Los partidarios LGTB de Trump
Como también hemos venido comentando en entradas anteriores, Donald Trump cuenta pese a todo con seguidores LGTB, como el multimillonario Peter Thiel y muchos de los denominados homocon, una corriente de gais conservadores que comparten el argumentario que sitúa al islam (y no a la derecha religiosa estadounidense) como su principal enemigo. No es casualidad que, coincidiendo con la convención republicana tuviera lugar un evento de apoyo a su candidatura por parte de un grupo (pequeño) de personas LGTB. Los dos principales oradores fueron Milo Yiannopoulos, un columnista conservador abiertamente gay, protagonista de varias polémicas en redes sociales, y la activista antimusulmana Pamela Geller. La intervención de Yiannopoulos, del que son bien conocidas sus opiniones contra el feminismo y el islam, resumió a la perfección el núcleo actual del ideario homocon: el Partido Demócrata no ha hecho nada por los gais, sino que por el contrario ha abierto el país a los musulmanes, enemigos de los derechos LGTB.
Yiannopoulos, por cierto, se ha lanzado en días recientes a una espiral de odio tránsfobo, calificando a las personas trans de “enfermas mentales”, defendiendo las leyes que les impiden usar las instalaciones que corresponden a su identidad de género, convertidas en la punta de lanza del movimiento LGTBfobo estadounidense.
Siendo justos, también hay que recordar que Log Cabin Republicans, el más importante y “serio” de los grupos LGTB afines al Partido Republicano estadounidense, anunció que no apoyaría a Donald Trump en las presidenciales. Aunque hicieron una encendida defensa del candidato republicano, al que calificaron como “el más pro-LGTB de la historia del Partido Republicano”, aclararon que su decisión fue tomada en consideración al equipo fuertemente LGTBfobo que ha escogido para acompañarle en la carrera presidencial y las medidas que defienden.
Mike Pence, próximo vicepresidente
Sin duda alguna la figura de Mike Pence, el próximo vicepresidente, destaca en este sentido. Su momento de mayor protagonismo como gobernador de Indiana vino precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB: en marzo de 2015 sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos ver foto, a la izquierda).
La norma provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazó con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificase los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Una marcha atrás que dejó tocada la imagen de Pence y que seguramente fue una de las razones que le llevaron a aceptar la propuesta de Trump en lugar de optar a la reelección como gobernador.
El equilibrio del Supremo, amenazado
Otro de los puntos de interés en materia LGTB en los próximos años será lo que suceda con el equilibrio del Tribunal Supremo, cuyos miembros lo son de forma vitalicia. Por lo pronto, hay una vacante sin ocupar, tras el inesperado fallecimiento de Antonin Scalia, el que fuera uno de sus miembros más conservadores. Los republicanos, que controlan el Senado (y lo seguirán haciendo al menos durante dos años más) se ha negado por el momento a ratificar a Merrick Garland, el candidato propuesto por Barack Obama, de perfil centrista. Veremos qué sucede ahora: aunque los analistas apostaban a que la ratificación de Garland se produciría tras las elecciones, en este momento no es descartable que los republicanos prefieran que dicha vacante sea ocupada por un juez fuertemente conservador y contrario a los derechos LGTB.
No está de más recordar, en este sentido, la importancia de Tribunal Supremo como garante del orden constitucional estadounidense por encima de la acción del presidente y del Congreso. Gracias al Supremo, por ejemplo, las leyes de segregación racial quedaron invalidadas en los estados del Sur, y gracias al Supremo hay hoy matrimonio igualitario en todo el territorio de los Estados Unidos. Ese mismo tribunal deberá decidir en los próximos meses, por ejemplo, si es legal o no la discriminación de un adolescente trans al que no le permiten usar el baño de chicos en su instituto.
¿La caída de Pat McCrory, único consuelo?
Con esto terminamos el que es nuestro primer análisis del resultado de las elecciones en Estados Unidos en clave LGTB. Tiempo habrá de hilar más fino (este martes, por ejemplo, también se renovaban numerosas legislaturas estatales y se decidían varios gobernadores).
Sí que parece, a falta de la confirmación oficial, que el colectivo LGTB habría conseguido una victoria simbólica: la derrota del gobernador de Carolina del Norte, el republicano Pat McCrory, a manos de su rival demócrata, Roy Cooper. Pese al estrecho margen (menos de 5.000 votos) la derrota de McCory es especialmente significativa, dado que los republicanos han ganado allí con comodidad tanto las elecciones presidenciales como las elecciones a la legislatura del estado. Y es que la elección de gobernador se había convertido en una especie de “plebiscito oficioso” sobre la ley LGTBfoba aprobada en Carolina del Norte, de la que McCrory se había convertido en principal defensor. Un consuelo sin duda magro: los republicanos conservan el poder legislativo en ese estado y es difícil que acepten la derogación de la ley. Sí que puede servir, en cualquier caso, para lanzar un mensaje a otros líderes republicanos que estén pensando en embarcarse en aventuras similares.
Fuente Dosmanzanas
Al gobernador de Carolina del Norte le hacen el vacío social
El gobernador de Carolina del Norte está triste porque desde que aprobó la Ley de los Lavabos nadie le quiere ni a él ni a su mujer.
McCrory aprobó la HB2 a principios de año y desde entonces ha sumido a Carolina del Norte en un auténtico desastre. Muchos artistas han cancelado allí conciertos para mostrar su rechazo a la ley transfóbica, varios eventos deportivos de primer nivel (como el All-Star de la NBA) anunciaron que también se largaban; y por si todo esto fuera poco, McCrory se ha visto obligado a sacar medio millón de dólares de un fondo reservado para desastres naturales para así poder pagar a los abogados que están defendiendo la ley en los tribunales ante el aluvión de demandas que le han caído.
Todo a punta a que la era McCrory acabará en breve: dentro de un mes hay elecciones, el hombre está más quemado que el palo de un churrero y su oponente es el fiscal general del estado, Roy Cooper, que se opone firmemente a la HB2. Se opone tanto que aún siendo un cargo público que trabaja para el estado dijo que se negaba en redondo a defender esa ley en los tribunales. Para que veas lo desesperado que está McCrory, en una entrevista no hace mucho llegó a decir que la culpa de que exista la HB2 es de Cooper y los demócratas, que nunca han hecho nada por mejorar la educación en el estado.
Hasta el perro parece querer escaparse…
Bueno, pues McCrory ahora está en fase de querer dar pena, pobrecito él que intenta hacer el bien y la gente le trata mal por ello: “A mí mujer y a mí… nos rehuyen por un desacuerdo político, un desacuerdo de valores” ha explicado el pobrecito McCrory en una reunión con otros líderes políticos, “A mí mujer Ann, por ejemplo, le han desinvitado de eventos benéficos. Básicamente le llaman y le dicen ‘Mejor no vengas. Mejor no vengas.’ Es como en el libro 1984 de George Orwell; si no estás de acuerdo con el Gran Hermano o si vas en contra de la policía del pensamiento, serás purgado. Y desaparecerás.”
Evidentemente McCrory sabe que a sus votantes esta estrategia les funciona. No pretendas hacerles entender que el problema es que está equivocado, no pretendas hacerles entender que está vulnerando los derechos humanos de las personas. Para ellos es una cuestión de opinión, porque la transfobia y la homofobia es -para ellos- una opinión tan válida como cualquier otra. Pero no lo es. Y eso es lo que no quieren entender.
McCrory además añadió que hay varias empresas que se han puesto en contacto con él para decirle que es un gobernador magnífico pero que no pueden apoyarle por culpa de la HB2. Que incluso hay amigos suyos de toda la vida que le han dicho que no pueden apoyar la HB2. Pero claro, ya te lo he dicho antes, para McCrory la culpa de la HB2 es de los demócratas: “Fueron los liberales los que se convirtieron en la policía de los lavabos, no los conservadores. Ellos aprobaron una ordenanza para empresas del sector privado que decía que si no reconocían la identidad de género o la expresión de género -dos cosas de las que nunca había oído hablar- te pondremos una multa.”
A partir de ahí McCrory siguió con sus chorradas sobre la penita que da y lo buena persona que es: “Escucho a la otra parte y les digo ‘Estoy en respetuoso desacuerdo contigo’. Pero ellos no me dicen eso, yo les saludo con la mano abierta y ellos responden con un solo dedo. Y es algo personal. Son amenazas de muerte. La última semana fui verbalmente atacado por una estudiante de 21 años borracha. Fue arrestada.”
Y, por supuesto, también tuvo su versión del “tengo muchos amigos trans”: “Me llaman intolerante y soy lo más lejano a una persona intolerante. Quiero a todo el mundo y voy a tratar a todo el mundo de forma igualitaria. Quiero relacionarme con personas transgénero, quiero abrazarles y decirles que les quiero. Pero no estoy de acuerdo con el concepto de redifinición del género. Eso es un enorme cambio social.”
“Hay cosas más importantes que un espectáculo de rock”: Bruce Springsteen cancela un concierto en Carolina del Norte por su ley antiLGTB
Una vez más, por encima de preferencias musicales, Bruce Springsteen muestra su inmensa calidad humana. Mediante un comunicado hecho público en su página web, el boss ha anunciado la cancelación del concierto que este domingo tenía previsto dar en Carolina del Norte como protesta por la ley antiLGTB que acaba de aprobar ese estado:
Como sabéis mis seguidores, este domingo toco en un concierto en Greensboro, Carolina del Norte. Como también sabéis, Carolina del Norte acaba de aprobar la HB2, conocida en los medios como ley “de los cuartos de baño”. La HBs, oficialmente Ley de Seguridad y Privacidad en las Instalaciones Públicas, dicta cuáles son los baños que a las personas transgénero se les permite usar. Tan importante como eso, la ley ataca el derecho de los ciudadanos LGTB a denunciar cuando ven violados sus derechos humanos en sus lugares de trabajo. No existe ningún otro grupo de ciudadanos de Carolina del Norte que tenga que soportar esta carga. Desde mi punto de vista, se trata de un intento de las personas que no soportan el progreso que nuestro país ha hecho reconociendo los derechos humanos de todos los ciudadanos de revertir ese progreso. En este preciso momento hay muchos grupos, empresas y personas individuales en Carolina del Norte trabajando activamente para darle la vuelta a esta situación tan negativa. Teniendo esto en cuenta, siento que es el momento de que yo y mi grupo mostremos solidaridad con estos luchadores por la libertad. Por ello, y con las más absolutas disculpas a nuestros seguidores de Greensboro, hemos cancelado el concierto previsto este domingo, 10 de abril. Hay cosas que son más importantes que un espectáculo de rock, y la lucha contra el odio y los prejuicios, que está teniendo lugar mientras escribo, es una de ellas. Es lo máximo que ahora puedo hacer para dejar oír mi voz en contra de los que siguen empujandonos hacia detrás, en lugar de hacia delante.
La ley a la que hace referencia Springsteen, fue promulgada la pasada semana por el gobernador de Carolina del Norte, el republicano Pat McCrory, después de que las cámaras legislativas del estado, controladas por los republicanos, la aprobaran con carácter de urgencia y sin apenas discusión previa en un proceso que ha sido ampliamente criticado. La ley prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer medidas de protección contra la discriminación de las personas LGTB y deroga las ya existentes. En realidad, la ley perseguía acabar con la norma que antes había aprobado Charlotte, la ciudad más poblada del estado, y que precisamente amparaba a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales ante cualquier tipo de discriminación de que fueran objeto en lugares donde se ofrecen servicios, como comercios, restaurantes, hoteles o taxis. Entre esas medidas se hallaba la de permitir a las personas transexuales que dispusieran de los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares.
Esta última medida fue la que se tomó como excusa para organizar con carácter de urgencia plenos en ambas cámaras del estado para aprobar la ley a rebufo de la ola de histeria que los grupos más conservadores buscan provocar alrededor del “pánico transexual en los baños”, a semejanza de lo que ocurrió hace unos meses en Houston (Texas), donde la campaña contra el uso de los baños femeninos por las mujeres transexuales fue feroz y vergonzosa. Una urgencia que impidió además el debate sobre el alcance de las medidas antidiscriminatorias, aprobadas en dos sesiones vertiginosas en la Cámara de Representantes y el Senado estatales. En este último, los senadores del Partido Demócrata, en minoría, abandonaron la sesión como protesta. En ambas cámaras el resultado fue abrumadoramente mayoritario. El gobernador firmó inmediatamente la ley, con lo que las normativas antidiscriminatorias para las personas LGTB existentes en los distintos municipios y condados de Carolina del Norte quedaron derogadas. Muchas de ellas llevaban años en vigor, sin que se haya producido ningún ataque a ningún menor en los baños de los centros escolares por “depredadores disfrazados de mujer”. Sin embargo, para el gobernador, “la expectativa básica de intimidad en el más personal de los lugares, un baño o un vestuario para cada género, ha sido violada por la extralimitación del gobierno y la intrusión del alcalde y el consejo de la ciudad de Charlotte”. Esa fue es la única y mendaz razón dada para no solo derogar una normativa antidiscriminatoria para todo el colectivo LGTB, sino además para impedir que puedan establecerse medidas semejantes en el futuro.
La ACLU, la más importante organización de defensa de los derechos civiles del país, consideró de hecho la ley de Carolina del Norte la más regresiva de todas las aprobadas contra las personas LGTB, denunciando además que la norma ponía en peligro los más de 4.500 millones de dólares de fondos federales que Carolina del Norte recibe para subvencionar centros escolares, y que están condicionados a que en los mismos no exista discriminación por razón, entre otras, de la orientación sexual o identidad de género. El fiscal general de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, dejó claro por su parte que no tiene la menor intención de defender ante los tribunales la constitucionalidad de la ley si esta es denunciada.
PayPal cancela una inversión millonaria
Ya desde un principio expresaron su repulsa a la ley la Liga de Municipios de Carolina del Norte y empresas como Red Hat, Dow Chemical, Apple, Siemens, Microsoft o AT&T. Pepsi Cola, compañía que precisamente nació en Carolina del Norte, ha pedido también la derogación de la ley. Wells Fargo, importante empresa de servicios financieros, expresaba también su opinión contraria de una forma especialmente original: adornando su rascacielos de Charlotte con los colores de la bandera trans coincidiendo con el Día Internacional de la Visibilidad Trans.
Una primera consecuencia negativa para la economía de Carolina del Norte ha sido de hecho la decisión de PayPal de cancelar la inversión de 3,6 millones de dólares para desarrollar un nuevo centro global de operaciones en Charlotte que hubiera supuesto la creación de hasta 400 puestos de trabajo. La compañía de pagos online buscará una localización alternativa. Por otra parte, diversas administraciones públicas de otros lugares de Estados Unidos ya han anunciado que, salvo necesidad insalvable, dejaran de sufragar gastos de viaje a sus empleados para cualquier acto que tenga lugar en Carolina del Norte.
El temor a este tipo de repercusiones económicas ha sido lo que de hecho ha conseguido el veto de otros gobernadores a legislaciones parecidas en estados como Indiana, Dakota del Sur, Georgia o Virginia. No ha sido posible sin embargo en Mississippi, cuyo gobernador sancionaba su propia ley LGTBfoba esta misma semana. Veremos lo que sucede con los proyectos en marcha en muchos otros estados.
Fuente Dosmanzanas
Activistas y colectivos LGTB plantan cara al estado de Carolina del Norte por su política transfóbica y es aprobada nueva ley LGTBfoba en Kansas
Carolina del Norte frena las iniciativas legales contra la transfobia
Legisladores republicanos del estado de Carolina del Norte han aprobado un proyecto de ley que impide que gobiernos locales y municipales aprueben sus propias normas contra la discriminación.
El proyecto de ley fue, además, aprobado de urgencia por las cámaras estatales, en un proceso muy criticado. La ley prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer medidas de protección contra la discriminación de las personas LGTB y deroga las ya existentes. Sus efectos tendrán lugar el próximo 1 de abril.
La iniciativa, firmada por el gobernador Pat McCrory, ha sido un duro golpe para el movimiento LGBT después del éxito conseguido con las últimas protecciones legales para evitar la discriminación en las ciudades de todo el país.
La Asamblea General, controlada por los republicanos, actuó después de que los líderes municipales de la ciudad de Charlotte aprobaran el mes pasado una medida que permite que las personas transexuales puedan utilizar sin ningún obstáculo los aseos públicos acordes con su identidad de género. McCrory, que fue alcalde de Charlotte durante 14 años, ha criticado la ordenanza local. Aunque 12 demócratas se unieron a los republicanos presentes contra el proyecto de ley, posteriormente todos los demócratas en el Senado salieron del recinto durante el debate en señal de protesta. Los restantes republicanos en la cámara alta respaldaron la iniciativa transfóbica de forma unánime. “Elegimos no participar en esta farsa“, afirmó Dan Blue de Raleigh, líder de la minoría en el Senado. Phil Berger de Eden, líder de la cámara alta, dijo que no recordaba haber visto un acto así por parte de algunos legisladores antes de una votación, lo que consideró una “violación grave de su obligación hacia los ciudadanos que votaron para elegirlos”.
Como decimos, el detonante fue el proyecto de ley aprobado en la localidad de Charlotte, que amparaba a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales ante cualquier tipo de discriminación de que fueran objeto en lugares donde se ofrecen servicios, como comercios, restaurantes, hoteles o taxis. Entre esas medidas se hallaba la de permitir a las personas transexuales que dispusieran de los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares.
Y esta última medida fue la que se tomó como excusa para organizar con carácter de urgencia plenos en ambas cámaras del estado para derogar la normativa de Charlotte, a semejanza de lo que ocurrió en Houston (Texas), donde la campaña contra el uso de los baños femeninos por las mujeres transexuales fue feroz y vergonzosa.
Pero lo que no hubo en Carolina del Norte fue un debate sobre el alcance de las medidas antidiscriminatorias, sino dos sesiones vertiginosas llevadas a cabo el pasado miércoles en la Cámara de Representantes y el Senado estatal. En este último, los senadores estatales del Partido Demócrata, en minoría, abandonaron la sesión como protesta. En ambas cámaras el resultado fue abrumadoramente mayoritario, por lo que el proyecto de ley fue enviado al gobernador McCroy para su promulgación.
Enarbolando una vez más el fantasma (inventado) del “depredador sexual disfrazado de mujer”, el gobernador firmó inmediatamente la ley, con lo que las normativas antidiscriminatorias para las personas LGTB existentes en los distintos municipios y condados de Carolina del Norte quedaron derogadas. Muchas de ellas llevaban años en vigor, sin que se haya producido ningún ataque a ningún menor en los baños de los centros escolares por “depredadores disfrazados”. Sin embargo, para el gobernador, “la expectativa básica de intimidad en el más personal de los lugares, un baño o un vestuario para cada género, ha sido violada por la extralimitación del gobierno y la intrusión del alcalde y el consejo de la ciudad de Charlotte”, y esa es la única y mendaz razón dada para no solo derogar una normativa antidiscriminatoria para todo el colectivo LGTB, sino además para impedir que puedan establecerse medidas semejantes en el futuro.
Activistas por los derechos de la diversidad sexual han impugnado la nueva ley de Carolina del Norte, al iniciar una demanda federal el lunes en la que califican la ley de discriminatoria y da al colectivo LGTB un “tratamiento desfavorable”.
Para la ACLU, la más importante organización de defensa de los derechos civiles del país, se trata de la ley más regresiva de todas las aprobadas contra las personas LGTB, pues los legisladores de Carolina del Norte “en lugar de ampliar las leyes antidiscriminatorias para proteger a todos los ciudadanos de Carolina del Norte, malgastan más de 42.000 dólares en un proyecto de ley extremista, que deshace todas las leyes antidiscriminatorias locales y excluye específicamente a los homosexuales y las personas transgénero de cualquier protección legal”.
ACLU también denuncia que se ponen en peligro los más de 4.500 millones de dólares de fondos federales que Carolina del Norte recibe para subvencionar centros escolares, y que están condicionados a que en los mismos no exista discriminación por razón, entre otras, de la orientación sexual o identidad de género. También han expresado su repulsa a la ley promulgada por el gobernador la Liga de Municipios de Carolina del Norte y empresas como Red Hat, Dow Chemical, Apple, Siemens, Microsoft,y AT&T.
El fiscal general de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, ha comunicado por su parte que no defenderá ante los tribunales la constitucionalidad de la ley LGTBfoba si esta es denunciada.
La ley, a la que también se oponen enérgicamente grandes empresas como Apple y Google, fue sancionada por el gobernador republicano Pat McCrory la semana pasada. La legislatura, dominada por los republicanos, aprobó la ley en respuesta a una ordenanza del municipio de Charlotte que permitía a las personas transexuales utilizar los baños correspondientes al género con que se identifican. La nueva ley del estado, prohíbe a ciudades y condados aprobar disposiciones que protegen la orientación sexual y la identidad de género de la discriminación en establecimientos públicos.
“Al brindar a las personas LGBT un tratamiento desfavorable e incluir explícitamente la discriminación de las personas transexuales en el derecho estatal, la nueva ley viola las garantías básicas de tratamiento igualitario y la Constitución de Estados Unidos”, reza la demanda.
Así, a partir de la sanción de la ley, Carolina del Norte se ha convertido en el primer estado que obliga a estudiantes de escuelas y universidades públicas a usar los baños que corresponden a sus certificados de nacimiento.
Los detractores de esta discriminatoria ley dicen que los legisladores estatales presentan argumentos falsos y los partidarios dicen que la nueva ley protege a las personas de tener que compartir el baño con gente que les provoca “inquietud”.
La demanda fue presentada por dos personas transexuales, una profesora lesbiana de la Universidad de Carolina del Norte y varios grupos defensores de las libertades civiles.
Ray Cooper, secretario de Justicia del estado y perteneciente al Partido Demócrata, también es otro de los acusados a pesar de su oposición la ley y sus declaraciones a favor de que se derogue, debido a que su oficina defiende al estado en la Corte.
Kansas
Por su parte, el gobernador de Kansas, Sam Brownback, ha promulgado también una ley motivada por esa supuesta defensa de la libertad religiosa, que permitirá que las asociaciones de estudiantes de los centros de enseñanza secundaria y universitarios puedan rechazar el ingreso de quienes “no se adhieran a las convicciones religiosas de la asociación”. Eso permitirá que se deniegue formar parte de esas asociaciones a los estudiantes LGTB, incluso en instituciones financiadas mayoritariamente con fondos públicos. La excusa del gobernador para la promulgación es que “la libertad religiosa es parte de lo que somos como nación y como estado”.
Según Human Rights Campaign, la ley pone en peligro políticas de no discriminación ya establecidas en instituciones educativas de Kansas, incluida la propia univesidad estatal. Estas instituciones prohíben que las organizaciones estudiantiles puedan discriminar por motivos de raza, sexo, religión, orientación sexual o identidad de género para seguir recibiendo apoyo financiero. También denuncian el daño que producirá a miles de estudiantes, que no podrán incluir en sus currículos la pertenencia a determinadas asociaciones de prestigio que se adhieran a la nueva ley.
Para el presidente de Human Rights Campaign, Chad Griffin, “la historia nunca ha estado de parte de los líderes que promueven la discriminación, y el gobernador Brownback ha abandonado imprudentemente su responsabilidad de asegurar que todos los estudiantes sean tratados con dignidad y respeto. Este es un día oscuro para Kansas, y tenemos que encontrar la manera de que esta deplorable ley sea finalmente derogada”.
Para Thomas Witt, director ejecutivo de Equality Kansas, la ley es una muestra más de la intolerancia del gobernador, pues “la administración Brownback se ha pasado seis años tratando de incluir la discriminación en las leyes de Kansas. Dirigirse contra los estudiantes universitarios con un proyecto de ley que les obliga a financiar grupos que les discriminan activamente es intolerante y vergonzoso. Este es un día triste para Kansas“.
Agencias/Cáscara Amarga/Dosmanzanas
El día en que la libertad religiosa entró en debate para apoyar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Las leyes de matrimonio de Carolina del Norte son una afrenta directa a la libertad de culto”, aunque no lo parezca son las palabras de un reverendo, concretamente, J. Bennet Guess, pastor de la Iglesia Unida de Cristo, con sede en Cleveland (Carolina del Norte), que se queja por la prohibición del estado a los matrimonios del mismo sexo.
Son muchos los argumentos que se pueden usar para defender el matrimonio gay. La religión no suele incluirse entre ellos y cuando entra en liza habitualmente es para atacar al colectivo LGBT. Pero los tiempos cambian y ahora el argumento de la libertad religiosa se ha empleado oficialmente por primera vez para apoyar el matrimonio gay. La United Church of Christ, o Iglesia Unida de Cristo, ha desafiado la prohibición del matrimonio gay en Carolina del Norte con un argumento muy novedoso: impedir la celebración de matrimonios del mismo sexo atenta contra la libertad religiosa al prohibir al clero bendecir a estas parejas. Siguiendo este argumento, además, la prohibición es inconstitucional al ir en contra de la primera enmienda.
Jake Sussman, abogado de la coalición de clérigos, declaró que este es uno de los más de 60 casos que se han presentado en contra de las cortes federales reclamando la aprobación del matrimonio gay para garantizar la libertad religiosa, tal y como defiende la Primera Enmienda de la Constitución.
“No hemos planteado esta demanda para obligar a otros a aceptar nuestras creencias, sino para reivindicar el derecho de todas las confesiones de ejercer libremente sus prácticas religiosas”, ha explicado Donald Clark, consejero general de esta iglesia que agrupa a un millón de creyentes en Estados Unidos. Esta confesión defiende el matrimonio igualitario desde 2005, pero según argumenta Clark el estado actual de la legislación les impide realizar los ritos de su religión cuando se trata de personas del mismo sexo. Según las leyes del estado, los pastores pueden bendecir parejas ya casadas en otros estados pero “si realizan una ceremonia religiosa de bendición de una pareja del mismo sexo en su iglesia, se exponen a persecución y a un juicio civil”.
Junto a la propia Iglesia en la demanda también participan varias parejas del mismo sexo así como representantes de otras religiones. Concretamente se han unido a la demanda un sacerdote luterano, un rabino, dos ministros unitarios universalistas y un pastor baptista. Todos apoyan el argumento de que la prohibición “representa una intervención ilegal del gobierno en la estructura interna y las prácticas religiosas de los demandantes”.
Por el momento el fiscal general de Carolina del Norte, Roy Cooper, ya había anunciado anteriormente que defenderá las leyes del estado aunque su opinión personal es que debería levantarse la prohibición del matrimonio gay. Por el momento no hay una reacción oficial de la fiscalía a esta demanda. Actualmente hay 70 casos abiertos contra la prohibición en este estado, aunque este es el primero apoyado en argumentos religiosos.
La Coalición por los Valores de Carolina del Norte se ha apresurado a criticar a la iglesia por esta demanda: “Es tanto irónico como triste que una denominación religiosa al completo y su clero, que se supone que defiendan las enseñanzas cristianas sobre el matrimonio, vayan a los tribunales a justificar sus creencias erróneas. Estos individuos son simplemente revisionistas que tergiversan las enseñanzas de las Escrituras para justificar la revolución sexual, no la santidad matrimonial”, ha explicado en un comunicado Tami Fitzgerald, directora ejecutiva de este colectivo.
Fuente Ragap
General, Iglesia Bautista, Iglesia Inclusiva, Iglesia Luterana, Judaísmo
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