Decenas de miles de personas acuden al Orgullo de Tel Aviv
La popularmente conocida como Marcha del Orgullo Gay, que abre la temporada de esta comunidad en Europa y ha pintado la metrópolis israelí con los colores del arco iris, se inició a las 10.00 hora local (7.00 GMT), en la parque Gan Meir, donde el alcalde Ron Juldaí dio el pistoletazo de salida a los eventos. Besos, risas, manos entrelazadas, exóticos bailes y mucho amor homosexual caracterizaban una jornada que viene celebrándose en Tel Aviv desde 1993.
Decenas de miles de personas han participado en el Orgullo en Tel Aviv, que incluyen un colorido desfile de varios kilómetros por las principales calles de la ciudad y una fiesta en uno de sus parques más emblemáticos. Un evento que abre la temporada de esta comunidad en Europa y que ha pintado la ciudad con los colores del arco iris. Tel Aviv trataba de mantener en alza así el nombre que se ha forjado estas últimas décadas como uno de los principales destinos turísticos del mundo para la comunidad homosexual, y único en todo el Oriente Medio.
Las tiendas de las principales calles de la ciudad israelí amanecieron con la bandera multicolor en señal de solidaridad con la comunidad de lesbianas, gays y transexuales, que como en años anteriores han conseguido atraer a su principal festejo a decenas de miles de personas, tanto israelíes como extranjeros.
“No somos lesbianas pero venimos a apoyar a la comunidad“, dijeron tres adolescentes llegadas desde el kibutz Hazorea, en el norte del país, a unos 130 kilómetros de Tel Aviv.
Los participantes llevaban camisetas alusivas en las que se podía leer “Love is great” (el amor es grandioso) o “No elegí ser gay, simplemente tuve esa suerte”.
La jornada se había iniciado no obstante con las amenazas a un diputado homosexual del partido gobernante Likud, Amir Ojana, que debió llegar a los eventos con escolta tras ser advertido por la guardia del Parlamento de insultos y amenazas.
Allí se encontró precisamente con algunas pancartas contra el Gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, a quien se exigía la plena igualdad de derechos, entre ellos el de poder contraer matrimonio, algo impensable en un país en el que ni siquiera existe el matrimonio civil.
Convertida tradicionalmente en una jornada de reivindicación por los derechos de esta comunidad, la jornada de hoy estaba focalizada en el papel de la mujer dentro de la comunidad LGBT, el empoderamiento de las que nacieron siéndolo y de aquellas que se han convertido físicamente porque ya lo eran en su interior.
“Hoy es un día para los derechos humanos. Luchamos para poner fin a la discriminación entre hombres y mujeres, por la libertad de ser lo que queramos ser, y es un derecho humano básico tener tus funciones anatómicas saludables, tus genitales naturales”, declaró a Efe Alón Sivroni, que salió a la calle con una pancarta pidiendo el cese de la ablación.
Tampoco se ausentaron los carteles en contra de la ocupación de los territorios palestinos. “Queridos turistas, ¿Habéis visto ya los checkpoints? Fin a la ocupación. No al lavado rosa con el orgullo”, decía una pancarta que llevaban un chico gay y una chica lesbiana. Dimsum, el chico, se quejó de que las autoridades israelíes “usan” a la comunidad LGBT para “suavizar e incluso ignorar el crimen que se está cometiendo con los palestinos”, en alusión al apoyo público que se da a la comunidad para mostrar a Israel como un país progresista en el conservador entorno de Oriente Medio.
También había reivindicaciones de alcance internacional, como la demanda a Turquía por parte de la sección local de Amnistía Internacional, que recogía firmas para garantizar que la marcha de Estambul pueda celebrarse este año normalmente, tras los disturbios del año pasado.
Y motivos para el recuerdo, como el homenaje a Shira Banki, la joven israelí que el año pasado murió apuñalada por un ultraortodoxo judío durante la marcha del orgullo gay en Jerusalén, una ciudad a sólo 60 kilómetros de Tel Aviv pero a años luz en tolerancia y libertades.
Según la Policía, hasta mediodía se habían concentrado en la marcha entre 50.000 y 60.000 personas, pero se esperaba a lo largo de la jornada la de unas 200.000, algo más que el año pasado.
Fuente Agencias
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