300 libras de multa a un detenido por corear cánticos homófobos en un partido de fútbol
Uno de los detenidos por los cánticos homófobos durante un partido de fútbol inglés acude a un curso de formación contra la discriminación LGTBI y paga una multa de 300 libras.
Durante un partido de fútbol entre el Leicester City y el Brighton, celebrado el 19 de agosto en el estadio de Hove Albion, se expulsó a un grupo de aficionados que estaban en las gradas coreando cantos homófobos.
Uno de los que gritaban como locos esos insultos homófobos era Jason Holmes, un señor de 44 años que fue detenido por un oficial de policía que le escuchó durante el partido. Holmes se tuvo que presentar en el Juzgado de Leicester y, como no le quedaba otra, se declaró culpable del cargo de “cánticos indecentes” presentado por la fiscalía en base a la Ley de Delitos del Fútbol que data de 1991.
A James le han caído 300 libras de multa, que es más de lo que marca la ley pero se ha tenido en cuenta la naturaleza homófoba de los cánticos. Además ha tenido que pagar 85 libras por los costes del proceso y 30 libras como tasa hacia las víctimas.
Roisin Wood, la Directora Ejecutiva de la campaña, ha explicado que fue crucial que tanto el Leicester como la fiscalía contaran con ellos para que James no se fuera a casa con una multa y listo, que entendiera lo que había hecho y ha destacado que su programa busca “rehabilitar a través de la educación a individuos o grupos que se comportan de forma discriminatoria, porque creemos que es la mejor manera de asegurarnos de que el mensaje de igualdad e inclusión es recibido y entendido por cualquiera que discrimina.”
“La sentencia a Jason“, explica Wood, “es un recordatorio atemporal de que todos los actos de discriminación en el fútbol van contra la ley y pueden acabar en expulsiones permanentes o en un juzgado.”
LGTBfobia en el fútbol
Precisamente en el Reino Unido, Ryan Atkin se convertía en el primer árbitro del fútbol profesional inglés abiertamente gay. En la primera entrevista que concedía, Atkin señaló que “claramente, este es un paso hacia lo desconocido -en nuestra competición profesional en Reino Unido es bien conocido que hoy día no hay futbolistas abiertamente homosexuales, ni ha habido ningún árbitro abiertamente homosexual hasta ahora-. Espero que mi acción, aunque sea pequeña, ayude a darle a otros en una situación parecida la confianza para ser ellos mismos”.
En España la LGTBfobia sigue usándose impunemente como arma arrojadiza para menospreciar a los rivales en los campos de fútbol y en otros deportes. Tras las amargas experiencias del árbitro Jesús Tomillero, Andrés Iniesta le transmitía a este su preocupación por la homofobia en el fútbol: “Mira lo que te pasa a ti, imagínate lo que nos pasaría a nosotros”. A la hora de combatir la discriminación y el odio homófobo en el fútbol no ayudan actitudes como la de los grandes equipos deportivos españoles, que se resisten a implicarse activamente contra la LGTBfobia.
Tampoco lo hacen declaraciones como las que brindó en febrero el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas (ex miembro del partido de extrema derecha Fuerza Nueva y admirador “en ocasiones” de un Le Pen a la española), en las que ponía en el mismo plano a nazis y a homosexuales.
En el sentido contrario, el pasado mes de octubre nos hacíamos eco de que la FIFA comunicaba nuevas sanciones contra las federaciones de varios países (Brasil, Chile, El Salvador, Honduras, México y Perú), debidas a las infracciones cometidas por sus aficiones durante los partidos clasificatorios para la Copa del Mundo de Fútbol de 2018. Entre los comportamientos objeto de multa se incluyen los cánticos de tinte homófobo.
Fuente | Pink News, vía EstoyBailando
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