Robert De Niro habla sobre la homosexualidad de su padre: “Sentí la necesidad de desvelarlo. Tenía que hacerlo”
El actor junto a su padre, Robert De Niro Sr.
Robert de Niro sobre su padre: “Era diferente. Nada convencional”
El actor habla a su progenitor en un documental, un artista frustrado y gay cuya vida sexual fue una lucha hasta el final
“Ser pintor es una aflicción como ser homosexual. Tienes que tener la fuerza de continuar trabajando sin esperanzas de ser reconocido”, dejó escrito el artista
“Era mi obligación documentar su obra para preservarla para futuras generaciones”, confiesa el actor de ‘Taxi Driver’
Más que hablar solo, le habla a su padre. Un artista frustrado, un pintor que nunca encontró la fama, alguien abiertamente gay pero cuya vida sexual fue una lucha hasta el final. Un monólogo a cámara donde el actor tan grande en pantalla como breve en sus alocuciones públicas le rinde el tributo debido a quien le dio el nombre. “Era mi obligación documentar su obra para preservarla para futuras generaciones. La única razón (de este documental) es mi padre”, confiesa el actor en esta producción de HBO.
Sus palabras tienen una emoción inusual en un actor conocido por su intensidad contenida. Contra la frialdad de su personaje en Taxi Driver, la humanidad perdida de su Corleone en El padrino o la violencia de sus interpretaciones en Toro salvaje, Casino o en casi todos sus trabajos junto a su mentor, Martin Scorsese, por no hablar del suegro diabólico que es en Los padres de ella, al verdadero De Niro se le escapan las lágrimas hablando de su padre fallecido en 1993 de cáncer a los 71 años. De Niro deja de ser la estrella para ser uno de los nuestros, alguien que echa de menos a su padre y que tiene tantos lamentos como recuerdos familiares. “No pasé con él tanto tiempo, porque mi madre y él se separaron y divorciaron… En muchos sentidos estuvo ausente. Pero me adoraba… como yo adoro a mis hijos”, recuerda ahora en el documental.
El actor le rinde este último homenaje a su padre, cuya obra pictórica aún se exhibe en galerías, sin escatimar medios. Según confesó durante la presentación del documental en el Festival de Sundance, su intención era hacer un vídeo familiar, algo que ayudara a sus hijos, a sus nietos, a saber quién era el mayor de los De Niro. “Un sueño que tuve durante años, pero los años pasaron sin que hiciera nada y no sé porqué”, aclaró. El apellido ayudó a que la cadena de pago financiara este sueño de 40 minutos con música de Philip Glass. Y la fortuna conseguida en sus más de cuatro décadas como actor también le ayudaron a preservar el estudio de su padre, en el SoHo neoyorquino, como si el pintor se hubiera marchado a tomar café. “No podía pensar en desmantelarlo todo y venderlo”, confesó quien también tiene diferentes inversiones inmobiliarias.
En este estudio De Niro abre su corazón y los diarios de su padre para mostrar la biografía de quien podría haber sido. “Para mí siempre fue un artista de verdad”, aclara nada más empezar su narración. Nacido en 1922, el mayor de los De Niro quiso ser artista desde niño y acabó en la escuela de Hans Hofmann donde conocería a Virginia Admiral, también pintora y futura madre del actor. Ambos disfrutaron de ese primer momento de fama en un Nueva York artístico donde formaron parte del movimiento abstracto modernista. Pero mientras los nombres de Jackson Pollock o Willem de Kooning pasaron a la historia, el de De Niro quedó a la zaga, sepultado años más tarde por ese cambio en gustos artísticos que trajo el pop art.
Además de su obra artística, De Niro también habla abiertamente de la homosexualidad de su padre, esa que probablemente –dice- motivó la temprana separación de sus próceres cuando el actor no tenía más de dos o tres años. “Era diferente. Nada convencional”, le recuerda. Pero mientras los que le conocieron hablan de su gusto por la música, el baile y las fiestas, los diarios de este pintor muestran la otra cara de su sexualidad. “Ser pintor es una aflicción como ser homosexual. Tienes que tener la fuerza de continuar trabajando sin esperanzas de ser reconocido, como la vida que uno tiene que seguir sin esperanzas de una unión romántica”, dejó escrito el artista.
Robert De Niro Jr., Bobby como le llamó hasta el final su padre, fue hijo único. Y ahora es padre de seis hijos y tiene cuatro nietos de sus diferentes relaciones amorosas. Aunque ninguno sale en pantalla, De Niro los tiene continuamente en mente, no solo como la razón de este documental sino por entender ahora, como padre, lo que no vio cuando era hijo. “Mi madre no quería hablar (de ello) y uno no está muy interesado a esa edad. De nuevo, por mis hijos, quiero que se paren a pensar y se den cuenta de que en ocasiones no hay que dejar las cosas para más tarde porque 20 años después puede ser muy tarde”, afirma el intérprete. De lo que se arrepiente es de no haberle insistido a su padre que se cuidara el cáncer de próstata que le fue diagnosticado. “A mi también me lo diagnosticaron hace unos años (…) y conseguí vencerlo. Hoy estoy bien y me habría gustado que mi padre hubiera vivido un poco más para que siguiera pintando”, se lamenta ahora que él se acerca a los 71. Sin embargo, por las anotaciones que dejó, su padre nunca tuvo queja de hijo. “Cuando me lo encontré por la calle le acaricié el pelo y le habría dado un beso pero no creo que hubiera apreciado el gesto”, escribió el pintor de uno de los últimos encuentros que tuvo con su hijo ya famoso y con el reconocimiento que él nunca obtuvo.
Fuente El País
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