Richard Branson, fundador y CEO de Virgin, anunció que sus empleados boicotearán los hoteles gestionados por el Sultán de Brunéi, debido a la entrada en vigor de las leyes anti-homosexuales en el país: ‘Ningún empleado de Virgin, ni nuestra familia, se alojarán en los hoteles Dorchester hasta que el sultán se atenga a los derechos humanos fundamentales”, escribió en su cuenta de Twitter. El anuncio de Branson es parte de un creciente número de celebridades, incluyendo a Ellen DeGeneres y Stephen Fry, que están dando la espalda al Dorchester Hotel Group, propiedad del sultán. El pasado uno de mayo, Brunéi comenzó a aplicar las leyes islámicas de la Sharia que contemplan la lapidación de las personas homosexuales.

La ley iba a entrar en vigor el pasado 22 de abril, pero entonces se retrasó sin que se dieran más explicaciones y después de que organismos internacionales como la ONU pidieran al sultán dar marcha atrás. La ‘sharía’, sin embargo, comenzaba la primera fase de su aplicación este pasado jueves, 1 de mayo. Sin embargo, los castigos corporales, que incluyen la amputación de miembros, no comenzarán hasta dentro de un año mientras que la pena de muerte por lapidación se empezará a aplicar dentro de dos. Hasta ahora, los tribunales islámicos solo intervenían en el país para temas familiares.

Según el nuevo código penal del país, la violación, el adulterio, la sodomía, las relaciones sexuales fuera del matrimonio para los musulmanes, blasfemar sobre cualquier versículos del Corán y del Hadith, declararse a sí mismo profeta, apostatar de ser musulmán y el asesinato son los delitos por los que la pena de muerte puede ser aplicada en el marco del código revisado.

El plan consiste en implementar este código legal en tres años. Habrá multas y penas de prisión por diversos delitos durante la primera fase. Amputaciones por robar durante la segunda fase. Por último, la muerte por lapidación por delitos sexuales como el adulterio, la violación y el sexo gay en el tercer año. ‘Esta ley, sin duda, es ahora parte de la gran historia de nuestra nación “, dijo el sultán, según ha informado el Brunéi Times.

A principios de marzo, el multimillonario Branson escribió una columna para la revista Entrepreneur, argumentando que la igualdad LGBTI es beneficiosa para los negocios: “La investigación muestra que las empresas que cuentan con una fuerza laboral diversa tienen una clara ventaja”, señaló Branson.

Por su parte,  Hollywood está respondiendo a las duras nuevas leyes en la pequeña nación del sudeste asiático de Brunéi boicoteando el Beverly Hills Hotel.

La Asociación cinematográfica y de la televisión se unió a una creciente lista de organizaciones e individuos este lunes, que pasan a negarse a hacer negocios con hoteles de propiedad del sultán o de Gobierno de Brunei. Están protestando por la legislación penal del país islámico que llama a castigar el adulterio, los abortos y las relaciones entre personas del mismo sexo con la flagelación y la lapidación.

Dicha asociación cinematográfica asegura que no celebrará su Pre-Fiesta de los Oscar en el hotel como lo ha hecho durante muchos años. ‘No podemos tolerar ni se tolerará estas leyes severas y represivas’, dijeron los directores de la asociación en un comunicado.

Por su parte, el sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah, que posee el Beverly Hills Hotel y el Hotel Bel -Air, ha elogiado a las nuevas leyes de su país como un ‘gran logro’. ‘La decisión de implementar la Shariah (código penal) no es por diversión, sino que es para obedecer la orden de Alá como está escrito en el Corán’, dijo el sultán la semana pasada.

Brunei, un país conservador donde está prohibido el alcohol y las cortes musulmanas gobiernan los asuntos de la familia, comenzó la eliminación gradual en su versión de la sharia que permite penas como la amputación por robo y la lapidación por adulterio. La mayoría de los castigos se pueden aplicar a los no musulmanes, que representan alrededor de un tercio de las 440.000 personas en el país, rico en petróleo. Los más severos castigos – flagelación , amputación y lapidación – se van a introducir en los próximos dos años.

Otros boicot al Dorchester Collection del sultán, incluyen a Richard Branson del Virgin Group; el Hollywood Reporter, que tradicionalmente tiene un desayuno con los medios estrella en el Beverly Hills Hotel; y la Fundación Mayoría Feminista, que trasladó sus premios anuales de derechos de las mujeres el lunes desde el Beverly Hills Hotel al Museo Hammer. Branson tuiteó durante el fin de que ningún miembro de su personal se quedaría en cualquier hotel Dorchester Collection ‘hasta que el sultán se rige por los derechos humanos básicos. ‘

Mavis Leno, copresidenta con su esposo Jay Leno, de los Premios por los Derechos de la Mujer, dijo que las nuevas sanciones por adulterio, el aborto y la homosexualidad en Brunei que ‘violan el derecho internacional y no tienen lugar en una sociedad civilizada.’ Miembros de la Fundación Mayoría Feminista se unieron a representantes de otros grupos de derechos civiles el lunes por la tarde para establecer piquetes en el hotel. Jay Leno se encontraba entre los manifestantes.

Fuente InOutPost y Ragap

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Leemos en Dosmanzanas que la empresa francesa de telecomunicaciones Orange ha comunicado que cesará de insertar publicidad en el semanario ugandés Red Pepper, desde donde se alienta a la persecución pública de los homosexuales. La organización de defensa de los derechos LGTB All Out insta a las empresas ubicadas en Uganda a que actúen del mismo modo, retirando su publicidad de los medios homófobos y comprometiéndose a proteger y apoyar a sus trabajadores LGTB.

Como informábamos hace unas semanas, tras la promulgación por el presidente Yoweri Museveni de la ley que endurece el trato penal a gais y lesbianas, en Uganda se ha instalado el horror homófobo. Uno de los que han contribuido a esa exacerbación de la homofobia es el tabloide Red Pepper, que ha publicado lo que ha llamado “el top 200″ de los homosexuales de Uganda, dando a conocer 200 nombres entre los cuales hay conocidos activistas LGTB (como Pepe Julian Onziema) pero también personas que nunca han expresado públicamente su orientación sexual y otras que sin ser LGTB han apoyado la igualdad de derechos. No hay que olvidar que el asesinato en enero de 2011 del activista gay David Kato se produjo tras ser uno de los 100 ciudadanos homosexuales cuyo nombre y fotografía habían sido publicados por Rolling Stone (otra publicación local), acompañados de la leyenda “Hang Them” (“a la horca”).

Desde la organización de defensa de los derechos LGTB All Out se constató que Red Pepper exhibía publicidad de la empresa francesa de telecomunicaciones Orange, iniciándose el pasado miércoles 5 de marzo una petición para que tanto la multinacional francesa como el resto de empresas implantadas en Uganda cesen de colaborar con una publicación empeñada en una cruel caza de brujas contra un colectivo tan desamparado como el de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. La petición ha recogido hasta el momento más de 70.000 firmas.

Dos días más tarde, el jefe de prensa de la empresa francesa, Jean-Bernard Orsoni, comunicaba que Orange había tomado la decisión de cesar su colaboración con el tabloide homófobo. Orsoni explicaba que “nos anunciamos en todos los países donde operamos, y, por desgracia, nuestra publicidad se publicó en esa revista. Nos ha impactado, pero no tenemos ningún control editorial sobre los medios de comunicación en los que insertamos nuestra publicidad”.

Instan a seguir el ejemplo de Orange

Guillaume Bonnet, responsable de la campaña de All Out en Francia, cree que “Orange puede desempeñar un papel importante tomando la iniciativa y mostrando las consecuencias que puede tener el proyecto de ley contra la homosexualidad en Uganda para los negocios. Si  Orange y otras compañías actúan de este modo, enviarán un mensaje inequívoco a los medios de comunicación y al gobierno de Uganda”. Desde All Out también se insta a que tanto Orange como las demás empresas protejan y apoyen a sus trabajadores en Uganda, incluidos los trabajadores LGTB.

En este sentido, la asociación de trabajadores LGTB de Orange, Mobilisnoo, remitía el mismo viernes 7 de marzo un comunicado al comité ejecutivo del grupo de telecomunicaciones, en el que recordaban que la empresa es “signataria de la carta de compromiso LGTB desde enero de 2013 y que desde el año 2000 la carta deontológica de las Naciones Unidas obliga a condenar enérgicamente estos actos”. El jefe de prensa de Orange aseguraba que “tenemos por costumbre proteger a nuestros trabajadores, sean quienes sean”.

Guillaume Bonnet no dejaba de señalar que la ley recientemente aprobada castiga también a las empresas y multinacionales que apoyen de algún modo a los homosexuales, pudiendo sus responsables ser condenados a penas de prisión de hasta 7 años. “Si Orange defendiera a sus trabajadores LGTB, la empresa sería culpable según la ley”, afirmaba el responsable de All Out, constatando lo absurdo y desproporcionado de la legislación homófoba ugandesa.

Hasta ahora, tan solo una gran empresa ha protestado públicamente contra dicha legislación. El pasado mes de diciembre, el presidente de Virgin, Richard Branson, comunicaba su negativa a hacer negocios en Uganda como consecuencia de la aprobación de la ley homófoba e invitaba a otras empresas a hacer lo mismo. “Los Gobiernos tienen que comprender que las personas deben poder amar a quienes quieran. No es asunto de ningún Gobierno (ni de nadie) juzgar la sexualidad de las personas. En su lugar, deberían celebrar que las personas construyan relaciones amorosas que fortalezcan la sociedad, sin importar quiénes son”, expresaba Branson en una entrada publicada en su propio blog.

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