La provincia indoesia de Aceh aprueba aprueba finalmente castigar con 100 latigazos las relaciones gays
Como habíamos anunciado, los legisladores de la provincia indonesia de Aceh, la única del país donde se aplica la ley islámica, han dado luz verde a una ley que permite el uso del castigo físico contra las personas que mantengan relaciones homosexuales. El castigo se ejecutaría con una vara larga de madera y en público con el fin de aleccionar a la población. Conforme al nuevo decreto, aquellos que practiquen sexo con personas de su mismo género serán penados con hasta 100 latigazos, en una decisión calificada como “un enorme paso atrás” por las organizaciones pro derechos humanos.
“Un enorme paso hacia atrás”, así califican las organizaciones dedicadas a los derechos humanos las nuevas leyes aprobadas en la conservadora provincia indonesia de Aceh. Es la única zona de la nación de mayoría musulmana, lo que les ha llevado a aplicar la sharia, la ley islámica, que ordena azotes públicos para los juegos de azar, el consumo de alcohol, mantener sexo fuera del matrimonio o con una persona de tu mismo sexo.
Dicha ley, además, prohíbe explícitamente el sexo anal entre hombres así como los “frotamientos de las partes del cuerpo de la mujer para estimularse“,por lo que la homosexualidad, técnicamente, es ilegal por primera vez en Aceh. Amnistía Internacional, quien pide el fin de los castigos físicos en la región, ha instado los legisladores locales en un comunicado a «retirar de inmediato o revisar la disposición de la ordenanza que viola los derechos humanos“.
La ordenanza también será la primera en la provincia que se aplicará a los no musulmanes, tanto indonesios como extranjeros. Amnistía Internacional califica la flagelación como un crimen contra las leyes internacionales sobre la tortura y los derechos humanos por lo que ha pedido que se termine con esta práctica en Aceh. El principal valedor de esta ley, Ramli Sulaiman del partido Aceh, ha celebrado que esta reforma salga adelante. Ahora, la pelota está en el tejado del Ministerio del Interior de Indonesia, quien puede tumbar la ley por violación de los derechos humanos. Amnistía Internacional, que ha pedido que se ponga fin a la flagelación, exigió que la ordenanza quedara derogada inmediatamente. “Criminalizar a los individuos según su orientación sexual es un duro golpe para la igualdad en Indonesia”, declaró Richar Bennett, director de Amnistía Internacional en Asia y el Pacífico. La nueva regulación será aplicada también contra personas no musulmanas y extranjeros.
El castigo físico ya es utilizado en esta región autónoma indonesia por delitos como beber alcohol, apostar y mantener relaciones fuera del matrimonio. “El azotamiento es cruel, inhumano y un castigo degradante que está claramente prohibido por la legislación internacional. Las víctimas no solo experimentan dolor y humillación, a menudo también se enfrentan a daños físicos y psicológicos de largo plazo”, sentencia Bennett.
Bennett considera que la ley aumentará el “clima de homofobia, miedo y hostigamiento que muchos sufren ya en Aceh”. Los azotes se llevarán a cabo con palos de ratán en público y están dirigidos a humillar más que a causar dolor físico. La ley debe ser aprobada por el Ministerio del Interior en Yakarta, que indicó la semana pasada que podría anular la norma por respeto a los derechos humanos. Sin embargo el jefe de la comisión que redactó el proyecto de ley, Ramli Sulaimán, asegura que todos los organismos pertinentes en Yakarta habían dado luz verde.
Desde el 2010, al menos 156 personas han sido condenadas a castigos físicos en Aceh, según datos de la organización. En el año 2001 el gobierno indonesio concedió a Aceh mayores poderes de autonomía para suavizar el proceso separatista abierto en la región desde hacía décadas. Desde entonces, esta provincia de mayoría musulmana está imponiendo la ley islámica de la sharia. Su legislación prohíbe el consumo de alcohol, el juego, la fraternización a hombres y mujeres solteros y las muestras de afecto fuera del matrimonio y a las mujeres musulmanes en Aceh cantar o bailar, impuso el hiyab y el toque de queda nocturno. La barbarie de los musulmanes más radicales y machistas en la interpretación y aplicación de la sharia llega hasta el punto de condenar por adulterio a una mujer violada por varios hombres. Las flagelaciones públicas se han convertido en la forma de castigo preferida por las autoridades para dar ejemplo. Y pese a lo que pueda parecer, esta reforma es más suave que la que el parlamento de Aceh intentó imponer en 2009 y que condenaba el adulterio con pena muerte por lapidación. Una medida anulada por el gobernador ante la indignación internacional.
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