Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Resurrección’

¿Dónde y cómo buscamos al Resucitado?

Domingo, 21 de abril de 2019
Comentarios desactivados en ¿Dónde y cómo buscamos al Resucitado?

Domingo-de-Resurreccion-Ciclo-C-5-660x330Jn 20, 1-9

Después de una larga Cuaresma y una reciente Semana Santa, en la que posiblemente hemos vivido serias y profundas experiencias de Pasión, de muerte y de amor entregado, celebramos el domingo de Pascua. Y nos sorprende este evangelio de Juan que, más que darnos de entrada una Gran Noticia, parece que nos invita a seguir buscando, a seguir intentando descubrir entre los muertos al que VIVE PARA SIEMPRE.

Y es que, el domingo de Pascua, no es solo o principalmente el punto de llegada, es también la fuerza para seguir buscando.

El mensaje del evangelio de hoy nos llega a través de diversos personajes, con sus características y circunstancias.

María, la mujer cariñosa y diligente, que ha estado con Jesús hasta en sus últimos momentos y no se resigna a abandonarlo. Y anticipándose al amanecer, cuando aún estaba oscuro…. sale de nuevo a su encuentro, ¿qué buscaba? ¿Ungirle mejor? ¿Comprobar que todo estaba bien? Es difícil creer que iba a ver si “había vuelto a la vida”. Y al llegar, encuentra que su mayor dificultad, ¿quién la ayudaría a quitar la losa?, está solucionada. Nos dice el texto que vio la losa quitada. Superada la dificultad, antes de ser de día, sale corriendo a buscar ayuda, a comunicar la noticia de la sustracción del cadáver.

Lo que le quedaba de Jesús, su cuerpo, ha sido robado y ya no está donde ella podía verlo, ungirlo, controlarlo…

María se afana en buscar a Jesús donde Él no está. Madruga, corre…. Pero solo encuentra un sepulcro vacío. Es la primera constatación de aquellos primeros cristianos que, trastornados por la muerte de Jesús, sin haber asimilado aún el desenlace de la vida de su maestro, se encuentran ante otro hecho inesperado… ¡Todo no ha terminado! ¡Siguen las noticias sorprendentes!

¿Por qué nos dice esto el evangelio? ¿Qué testimonia para nosotros hoy? Que Jesús no es el muerto que permanece en su sepulcro… Que no está donde quisimos retenerlo… Que no tenemos un lugar de peregrinación en el que recordarle… ¡Que lo que Él quiere es otra cosa!

Pedro y el otro discípulo. Dos tipos distintos de seguidores de Jesús: el joven y ágil, el amigo que busca rápido al amigo perdido… y el mayor, el de una experiencia más curtida, en amistad y hasta en traición. Ambos corren juntos pero a distinto ritmo, les mueve lo mismo pero reaccionan desde sus características personales. De ambos nos dice el texto que llegaron, vieron los lienzos y vendas, entraron y creyeron.

Corren en busca de Jesús, llegan, ven signos, entran y creen. Es una buena secuencia, una sucesión de etapas necesarias en el camino de la fe.

El evangelio de este domingo de Pascua no tiene las grandes declaraciones de que el Señor ha resucitado. Solo nos dice que ellos creyeron porque vieron los lienzos, vendas y sudario como señal, porque entraron en el sepulcro. Y entonces comprendieron las Escrituras que anunciaban su resurrección de entre los muertos.

¿No nos está invitando a recorrer nosotros el propio camino hasta llegar a esta fe en Jesús Resucitado? Se trata de plantearnos seriamente cuál es nuestra experiencia de Pascua. ¿Cuál ha sido y sigue siendo nuestro camino de fe en el Señor Jesús, muerto y resucitado?

¿Nos afanamos en buscarle en nuestro mundo, en nuestro entorno? ¿Nos arriesgamos a correr a su encuentro? ¿Nos atrevemos a entrar en tantos sepulcros que presentan signos de su presencia? ¿Cuándo y cómo hemos llegado a comprender que estaba vivo a nuestro lado? Porque la Pascua, el paso de la muerte a la vida, no es algo que se nos narra solamente, o un mensaje que hemos de aprender e incluso creer. Es un camino que tenemos que recorrer hasta encontrarnos con el Señor, un paso que hemos de dar cada uno, como María, como Pedro, como el otro discípulo del que no se nos dice su nombre.

Ojalá aprovechemos esta nueva Pascua para reemprender la búsqueda, incluso cuando aun es de noche o cuando no vemos demasiado, porque muchas y diversas tinieblas nos rodean. Para correr al encuentro con ese Jesús que hace arder nuestro corazón y cuya ausencia apenas podemos aguantar. Para abrir bien los ojos y ver tanta losa que se está quitando y deja al descubierto esas vendas y esos sudarios, que han cubierto heridas y muertes.

Para animarnos a entrar, a tocar, a pisar…. Allí donde ha estado la muerte, donde aun hay muchos signos de muerte, pero ya se deja vislumbrar la vida.

Y entrando hasta el fondo de lo que lo signos nos revelan y lo que nuestro corazón ya sospechaba, comprendamos con esa luz especial que solo el Espíritu hace brillar en nosotros, lo que la fe nos dice, lo que su Palabra tantas veces nos promete y repite: Que Él está vivo, que hay sepulcros y vendas pero que Él no está allí, que eso son solo señales de su vida nueva… que ya está caminando con nosotros y nos precede en nuestros caminos, en nuestras Galileas.

Mª Guadalupe Labrador, fmmdp.

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Nada puede aplastar la vida.

Domingo, 21 de abril de 2019
Comentarios desactivados en Nada puede aplastar la vida.

HE-RISEN-708x350@2xDomingo de Pascua

21 abril 2019

Jn 20, 1-9

El simbolismo de este texto, de una riqueza extraordinaria, empieza jugando con contrastes. Para quien ha vivido la experiencia, se trata del “primer día de la semana”; para María Magdalena, sin embargo, todavía es de noche: “aún estaba oscuro”. Sabemos que para el autor del cuarto evangelio, la noche es sinónimo de oscuridad, confusión, ignorancia; el “primer día”, por el contrario, alude a la “nueva creación”. A la oscuridad de quienes aún no lo han experimentado, los testigos proclaman: Jesús ha resucitado y su resurrección constituye una “nueva creación” del mundo, sobre cimientos de vida y certeza definitivas.

Un contraste similar es el que muestra a María marchando al sepulcro –el “sepulcro” es el lugar de la muerte y de la desesperanza–, cuando la realidad es que “la losa estaba quitada”, es decir, la muerte había sido vencida. Imagen que, entre líneas, nos sugiere algo profundamente sabio: debajo de cada “losa” que parezca aplastarnos, hay vida que quiere resucitar.

Más profundamente aún, no hay ninguna “losa”nada es capaz de aplastar la vida. Cualquier “losa” que nuestra mente pueda imaginar ha sido ya “quitada”: lo que somos, se halla siempre a salvo; la vida no puede ser derrotada.

Pero María sigue sin “ver” –no ve más allá del Jesús difunto– y recurre a una explicación “racional”“Se lo han llevado”. Con todo, no deja de buscar; echa a correr… y contagia a los discípulos en su misma búsqueda, aunque también estos no piensan más que en el “sepulcro”, es decir, en la muerte como final.

Continúa el simbolismo: lo que ven no es al Resucitado, sino “vendas” y “sudario”. El apunte que habla del “sudario enrollado en un sitio aparte” parece querer indicar que no se ha tratado de un robo del cadáver. Pero tanto las vendas como el sudario no son elementos que “produzcan” por sí mismos la fe en la resurrección: es lo que le ocurre a Pedro. Se requiere una forma de “ver” que vaya más allá de la materialidad, o mejor, que sepa descubrir en lo material la Presencia inmaterial que todo lo ocupa y alienta.

Quien sabe “ver” de ese modo es “el otro discípulo, a quien quería Jesús”. Se trata del “discípulo amado” que, en el cuarto evangelio, es imagen del verdadero discípulo.

En el plano simbólico, es indudable que el amor –que “corre” más deprisa que la autoridad– capacita para ver. Vienen a la memoria palabras como las de Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no conoce”; o las de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos; solo se ve bien con el corazón”. Y es que el amor, por su propia estructura integradora y unificadora, nos hace descubrir la dimensión más profunda de lo real que, de otro modo, se nos escapa.

El relato, pues, es una catequesis: una invitación a saber mirar con el corazón para poder descubrir, en las “vendas” que nos rodean, al Resucitado, la Presencia de Lo Que Es.

¿Sé ver más allá de las “vendas” que me rodean por doquier?

Enrique Martínez Lozano

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Domingo de Resurrección

Domingo, 21 de abril de 2019
Comentarios desactivados en Domingo de Resurrección

103023819_oHermanos y hermanas, no es posible celebrar la Pascua si no estamos dispuestos a revisar las opciones de fondo de nuestra vida; si no nos sentimos urgidos por la alegría que siembra en nuestro corazón la utopía de un futuro distinto y urgente. Oremos.

Verdaderamente has resucitado Jesús

• Que la Iglesia promueva la vida de dentro, para abrir los ojos de la fe por medio del amor y de la intimidad con el Resucitado porque sólo el amor nos hace gozar y ser testigos de lo increíble, de lo invisible.

Verdaderamente has resucitado Jesús

• Que los creyentes nos dejemos alcanzar por el Resucitado y así anunciemos a Dios de una manera nueva, como un Padre apasionado por la vida de las personas y donde otros sólo ven ausencia y muerte, nosotros proclamemos Presencia y Vida.

Verdaderamente has resucitado Jesús

• Que la celebración de esta Pascua nos lleve a leer los signos que tenemos en la vida y nos involucremos acogiendo el testimonio de los pobres, la esperanza de los que se entregan, el gozo de los que perdonan, la ternura de los que ofrecen misericordia…

Verdaderamente has resucitado Jesús

• Que el Resucitado suscite entre hombres y mujeres comprometidos incondicionalmente y de manera radical en la defensa de la vida, enviados a hacerse presentes allí donde “se produce muerte”.

Verdaderamente has resucitado Jesús

Padre bueno, hoy nos sentimos llenos de gozo al celebrar la Resurrección de Jesús, concédenos la gracia de ponernos tras las huellas de tu Hijo resucitado, reconocerlo en el que tenemos al lado y… dejarnos encontrar por Él.

Vicky Irigaray

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Vigilia de Pascua, Ciclo C

Sábado, 20 de abril de 2019
Comentarios desactivados en Vigilia de Pascua, Ciclo C

8C2248B5-9393-4148-B923-CC576CE6A442

“¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado.”

(Lc 24,1-12)

Esta noche Jesús deja de estar en el mundo de una manera, para pasar a estar en él de otra. Ya no está ni vivo ni muerto como se entendían la vida y la muerte hasta entonces. Está vivo después de haber pasado por la muerte, de manera que está Vivo con mayúscula. La vida resucitada es aquella en que todo ha llegado a la plenitud, todo ha florecido, todo se ha desvelado, todo es lo que está llamado a ser, todo es como Dios lo ha soñado y creado.

La mañana del domingo las mujeres se encontraron con que el cuerpo de Jesús ya no estaba con ellas. A partir de entonces su amigo estaría entre ellas de otra manera, para siempre. Llegan al sepulcro del Maestro con óleos aromáticos, con lo necesario para tratar a un muerto, y ven que no está. Dos ángeles les dicen que Jesús vive, y ellas recuerdan que ya lo había anunciado. Creen, comprenden, y se convierten en anunciadoras de la noticia más inverosímil. Pero los apóstoles no las creen.

También a nosotras nos cuesta creernos las buenas noticias, a veces. Nos cuesta confiar y creer que de verdad Dios quiere nuestro bien y actúa en nuestra vida. Nos cuesta alegrarnos, celebrar con todo nuestro ser, dejar que el bien y la alegría que aparecen en nuestra vida nos empapen y nos llenen del todo, a menudo con miedo a perderlo.

Desde esta noche, ya no hay nada que perder. Proque desde hoy sabemos que, incluso cuando nuestro cuerpo muere, ganamos la Vida. Desde hoy vivimos como personas resucitadas, que quiere decir personas que reconocemos que tenemos la vida de Dios dentro de nosotras, y que sabemos que lo que ahora parece seco, feo o torcido en nosotras, un día encontrará su plenitud.

Oración

Concédenos, Padre, sentirnos vivas con la Vida de tu Hijo, que es Vida de esperanza y de alegría.

*

Fuente: Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , ,

Una semana diferente

Lunes, 15 de abril de 2019
Comentarios desactivados en Una semana diferente

BlackJesus

Para algunos será una semana de vacación y ocio. Para otros, semana de fe y de oración, de Cristos yacientes y Dolorosas con lágrimas en los ojos y espadas en el corazón.

Pero si el pueblo recuerda a Jesús no es porque sufrió y murió, sino porque resucitó. Nadie evoca ni celebra la muerte de un fracasado. Ni se entiende el dolor del Viernes Santo, sin la apoteosis del Domingo de Resurrección. Por eso, la Semana Santa, no puede considerarse como una enfermiza y caduca forma de recrearse en el dolor, sino como afirmación rotunda y gozosa de que, a través de la Cruz, se llega a la Pascua.  Que es Luz, Vida y Esperanza para los creyentes. Es la base de nuestra fe cristiana.

Hay algo que los cristianos debemos evitar en Semana Santa: convertirnos en meros espectadores de la Pasión. A este Dios sólo se le entiende cuando sabemos amar a los que sufren, acercarnos a ellos y compartir su Pasión. Como la Verónica y el Cirineo del Evangelio. La Semana Santa es buena ocasión para mirar a nuestro derredor, porque  son muchos los cristos anónimos que cargan con su cruz y suben al Calvario. Arrimar el hombro al dolor de este mundo es el mejor modo de resucitar con Él.

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

“La resurrección de Jesús según san Pablo”, por Gonzalo Haya.

Viernes, 25 de enero de 2019
Comentarios desactivados en “La resurrección de Jesús según san Pablo”, por Gonzalo Haya.

St.Paul-Icon-700pxEl primer documento escrito sobre la resurrección de Jesús se lo debemos a Pablo, solamente 20 ó 30 años después de su crucifixión. El obispo episcopaliano J. S. Spong ( 1, 2,) hace hincapié en este dato, porque se trata de una escueta interpretación de la resurrección, sin la escenografía de apariciones que 40 ó 50 años después presentaron los evangelistas. Y esa escenografía nos ha llevado a imaginar la resurrección como vuelta a la vida del cuerpo, mientras que Pablo interpretó la resurrección como una transformación en otra dimensión.

Exponemos a continuación los textos de Pablo y un resumen de los argumentos del trabajo de Song:

Rom 1,4; que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

Rom 4,25; el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Rom 8,34;  ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Rom 14,9; Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.

1Cor, 15,3-8; Lo que os transmití fue, ante todo, lo que yo había recibido: que el Mesías murió por nuestros pecados, como lo anunciaban las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, como lo anunciaban las Escrituras; que se apareció a Pedro y más tarde a los Doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez: la mayor parte viven todavía, aunque algunos han muerto. Después se le apareció a Santiago, luego a los apóstoles todos. Por último se me apareció también a mí, como al nacido a destiempo.

1Cor, 15,15-17; Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.  Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.

· Pablo nos da las primeras referencias sobre la resurrección de Jesús, principalmente en Rom 1,4 y 1Cor 15,3-8. No conoce nada sobre signos portentosos a la muerte de Jesús ni sobre el sepulcro vacío. Para comprender lo que dice Pablo tenemos que olvidar de momento todo lo que dicen los evangelios sobre la resurrección de Jesús: discípulos de Emaús, tumba de José de Arimatea, mujeres que llevaban ungüentos a la tumba, y otras apariciones.

· Pablo concibió la resurrección según los tres modelos que encontraba en la tradición judía: Henoc “caminó con Dios y después desapareció porque Dios se lo llevó” (Gén 5,24). Moisés murió “como lo había dispuesto el Señor, y lo enterró… y hasta la fecha nadie sabe dónde está enterrado” (Dt 34,5-6) de modo que el pueblo creyó que no había muerto y estaba con el Señor. Elías fue arrebatado por un carro de fuego y transportado vivo a la presencia de Dios (2Reyes 2,11). Estos eran los modelos que tenía Pablo para comprender su experiencia de Jesús vivo a pesar de había sido crucificado y sepultado.

· La resurrección es el momento en que Dios constituye a Jesús como su Hijo, Mesías y Señor (Rom 1,3-4). Esta afirmación podría ser considerada como “adopcionista” según el concilio de Nicea.

· Según Pablo, Jesús se aparece primero a Pedro (según Juan se apareció primero a María Magdalena, según Marcos Mateo y Lucas el primer anuncio fue a un grupo de mujeres que habían seguido a Jesús). Sigue la aparición a los Doce; ahora bien, o Doce es un número simbólico, o Pablo no sabe nada de la traición de Judas, o quizás el personaje simbólico, elaborado posteriormente, sea Judas. Después a quinientos hermanos; después a Santiago, ¿el hermano del Señor? “Por último”, e igualmente,a Pablo; ¡cuya conversión sucedió entre uno o seis años después de la muerte de Jesús!

· Lucas sitúa todos los acontecimientos de Pascua, entre la resurrección y la ascensión, en 40 días. Los casi seis años de Pablo y la falta de detalles de una apariencia física -mensajes orales y contacto físico- nos indican que Pablo no entendió la resurrección como la revivificación del cuerpo físico de Jesús; esas descripciones fueron elaboradas posteriormente por las comunidades y recogidas por los evangelistas.

· Pablo solamente había experimentado que Jesús vivía y entendió que había sido constituido Señor y Mesías. La resurrección fue, más bien, la transformación en un plano diferente, a un orden de conciencia más allá de los límites del tiempo y del espacio… lo que él llamó cuerpo espiritual” 1Cor 15,44). No hubo una revivificación del cuerpo que permaneciera en la tierra durante unos días y luego fuera “elevado” a los cielos. Al morir, fue transformado; ya no es un mortal, “la muerte ya no tiene dominio sobre él” (Rom 6,9). “Esta carne y hueso no pueden heredar el reino de Dios, ni lo ya corrompido heredar la incorrupción (1Cor 15:50)

Tenemos dificultad de imaginar esta transformación porque necesitamos explicarla con los conceptos e imágenes obtenidas de este mundo material, y porque nuestro imaginario se ha nutrido con los relatos de los evangelistas que trataron de plasmar y visualizar la resurrección de Jesús. El pueblo sólo concebía una vida real en un cuerpo; un ser sin cuerpo les parecería un fantasma.

Los estudios bíblicos se concilian mejor con los estudios de la antropología actual, y nos facilitan una comprensión más actual y adulta de nuestra fe. Lo trascendente sigue siendo un misterio, pero al menos no resulta contradictorio con nuestros conocimientos científicos de lo inmanente.

Gonzalo Haya

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , ,

La muerte está vencida

Viernes, 2 de noviembre de 2018
Comentarios desactivados en La muerte está vencida

Del blog ya desaparecido À Corps… À Coeur:

8521285918_fedf5f7f42_z

¡Ver los cementerios como un lugar de vida! Es en la Eucaristía donde estamos más en comunión con nuestros difuntos. Sin embargo, los cementerios son una proclamación magnífica de la esperanza en la resurrección de la carne, bien más allá del postulado simple y arbitrario de una cierta supervivencia del alma. Allí están aquellos a los que los primeros cristianos llamaban ” los durmientes “. Y es a sus hermanos vivos para Dios, por quien los cristianos van a visitar el cementerio. Si se va a la tumba del Cristo, aunque esté vacía, precisamente es porque allí se produjo la resurrección de Cristo, la prenda de nuestra propia resurrección. Mantengamos nuestras tumbas pero no cultivemos la flor del tormento, de la culpabilización. Tenemos algo mejor que hacer: reguemos la flor de la Fe, entonces hagamos de nuestros cementerios  bellos jardines de esperanza! “

*

Père Pierre Trevet

*

¡La Eucaristía! Es el regalo más bello que puede ofrecerse a los que “se fueron”. La Salvación ya ha sido dada de una vez para siempre por la muerte y la resurrección de Cristo, pero la actualización de la misa va a abrir el corazón del difunto y a alumbrarlo con una luz nueva. Si está en el “Purgatorio“, la misa es potencia de liberación. Si ya está en el Cielo, podrá utilizar este don con una “inteligencia” celeste para los de la tierra que lo necesitan más. Comprendamos que es también un regalo para los vivientes porque purificar y lavar nuestra historia pasada aporta bendición en el presente y en el futuro.

Luizo_Vega_Cementerio_Pere_Lachaise_París_001-417x500

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , ,

Viernes 02 de Noviembre de 2018. Fieles Difuntos

Viernes, 2 de noviembre de 2018
Comentarios desactivados en Viernes 02 de Noviembre de 2018. Fieles Difuntos

 

apostoluak011

 

Job 19,1.23-27a

Yo sé que está vivo mi Redentor

Respondió Job a sus amigos:

“¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre, con cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! Yo sé que está vivo mi Redentor, y que al final se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré, y no otro, mis propios ojos lo verán.”

***

Salmo responsorial: 24

A ti, Señor, levanto mi alma.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.

Ensancha mi corazón oprimido
y sácame de mis tribulaciones.
Mira mis trabajos y mis penas
y perdona todos mis pecados. R.

Guarda mi vida y líbrame,
no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán,
porque espero en ti. R.

***

Filipenses 3,20-21

Transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso

Hermanos:

Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.

***

Marcos 15,33-39;16,1-6

Jesús, dando un fuerte grito, expiró

Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz potente:

-“Eloí, Eloí, lamá sabaktaní“. (Que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”)

Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

-“Mira, está llamando a Elías.

Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:

-“Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.”

Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

-“Realmente este hombre era Hijo de Dios.”

[Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras:

“¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?

Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo:

-“No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Mirad el sitio donde lo pusieron.”]

***

don-sanvicente004

***

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“Apoteosis”, por Dolores Aleixandre

Sábado, 7 de julio de 2018
Comentarios desactivados en “Apoteosis”, por Dolores Aleixandre

aparicioncenaculoDe su blog Un grano de Mostaza:

El domingo de Pascua me llegó una presentación con el título: Apoteosis de la Resurrección. Me apresuré a mandarlo sin abrir a la papelera, movida por el convencimiento de que, si algo está ausente en las apariciones del Resucitado tal como las cuentan los evangelios, es precisamente la apoteosis.

El diccionario de la RAE la define como “ensalzamiento de una persona con grandes honores y alabanzas”, con sinónimos como “delirio, júbilo, frenesí, entusiasmo, enardecimiento, culminación, cúspide, homenaje o glorificación”.

Pero, por más que busquemos algo de eso en los relatos pascuales (y cuánto nos gustaría, la verdad…), nos es imposible encontrar ni rastro de semejantes exaltaciones, resplandores, centelleos o arrebatos.

A la hora de contar cómo conectaba el Resucitado con los suyos, lo que asombra es su discreta manera de hacerse próximo, de sorprenderles en sus trayectos habituales, de saludarles con el Shalom de cada día, de presentarse bajo las apariencias más comunes: un trabajador de parques y jardines, un transeúnte desinformado al que hay que poner al día de los últimos sucesos, un desconocido ocioso que pregunta desde la orilla qué tal va la pesca.

Todo reenvía a la vida ordinaria, a la Galilea de la cotidianidad más corriente y moliente pero iluminada ahora desde el interior por una secreta alegría. Lo definitivamente portentoso y extraordinario no es que diera de comer a cinco mil en el desierto, sino que preparara él mismo las brasas para que desayunaran los suyos. O que les preguntara otro día si les había sobrado algo del pez asado que acababan de comer. La maravilla no era haber hecho andar a un paralítico con la fuerza de su palabra, sino que Pedro, Juan y María de Magdala corrieran juntos a buscarle en la mañana de Pascua.

Vaya manera tan rara de ejercer la apoteosis.

Espiritualidad , , ,

“La Resurrección como una revolución en la evolución”, por Leonardo Boff.

Lunes, 21 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en “La Resurrección como una revolución en la evolución”, por Leonardo Boff.

Resurrección2En la siguiente entrevista del 27 de marzo de 2018 Boff explica que “la Resurrección es la concreción de la utopía predicada por Jesús, el Reino de Dios que implica la superación de morir y de la muerte”. Pero ¿cómo comprenderlo dejando de lado pruebas (científicas) concretas? Es ahí donde, según el teólogo, se inscribe como alternativa la narrativa mítica. “El mejor camino es elaborar narrativas y proyectar mitos que, en el sentido moderno del término, son un medio de expresar lo indecible. El mito no inventa el hecho, le da una forma para que podamos comprenderlo”, explica.

Lea la entrevista completa.

IHU On-Line – ¿En qué medida la Modernidad perturba el entendimiento pleno del concepto de Resurrección?

Leonardo Boff – No veo que la Modernidad tenga interés en el tema de la Resurrección, no los autores que conozco. Sí se preocupan por el tema de la muerte. Por otro lado, si tenemos un concepto más profundo del ser humano, ahí sí apunta el tema de la Resurrección. Si aceptamos que el ser humano es un proyecto infinito y está devorado por un deseo que no conoce límites, como Aristóteles y Freud reconocieron, ahí se plantea la pregunta: ¿cuál es el objeto adecuado a su impulso infinito y al oscuro objeto de su deseo infinito?

Sólo un infinito sacia nuestra sed de infinito, sólo una vida que es eterna hace descansar el deseo. Es la famosa experiencia agustiniana del “cor inquietum” que sólo descansa cuando encuentra a Dios. El sentido de la vida es más vida, es la plenitud de la vida. Es lo que los cristianos llamamos Resurrección.

IHU On-Line – ¿En qué consiste el “resucitar” según la Teología y la Antropología?

Leonardo Boff – La Resurrección no puede ser identificada con la reanimación de un cadáver como el de Lázaro que, finalmente, acabó muriendo. La resurrección es la irrupción del “novissimus Adam” de San Pablo (1Cor 15,45). Es decir, es la completa realización de todas las incontables virtualidades presentes en el ser humano. Si es un proyecto infinito, la Resurrección representa el momento en que estas virtualidades llegan a su plena floración.

IHU On-Line – ¿Cuáles son los límites de buscar la Resurrección como un dato histórico? ¿Y de qué forma la lectura mítica puede ampliar el entendimiento acerca de la Resurrección?

Leonardo Boff – Nadie vio la resurrección de Jesús. Tenemos sólo testimonios de personas a las que se dejó ver y algunas señales como el sepulcro vacío y sus vestiduras. Por lo tanto, no es un hecho histórico susceptible de ser detectado por una cámara o por la televisión. Es un hecho que sucedió en Jesús, accesible por la fe en los testimonios.

Este evento no pertenece al mundo del bios, de la vida biológica que siempre termina en la muerte. Por eso los textos juiciosamente hablan de Zoé, que significa una vida eterna. Tampoco dicen: hemos visto al Señor, sino: Él se dejó ver (óphte en griego, aoristo pasivo de oráo ver). La iniciativa parte de Jesús y no de los apóstoles, a los que les permite verlo. Podríamos decir que la Resurrección es la concreción de la utopía predicada por Jesús, el Reino de Dios, que implica la superación de la muerte y el morir. No sin razón Orígenes, uno de los más geniales teólogos cristianos del norte de Egipto en el siglo III, denomina la resurrección como la autobasilea tou Christou: la autorrealización del Reino en Cristo.

Cuando las realidades son demasiado grandes, nos faltan conceptos y palabras. El mejor camino es elaborar narrativas y proyectar mitos que en el sentido moderno del término (en C.G. Jung y en los antropólogos) son un medio de expresar lo indecible. El mito no inventa el hecho, le da una forma que podamos comprender. En esa línea se debería pensar la resurrección de Jesús. Antropológicamente es fecunda, pues se encuentra con lo que de utópico e infinito discernimos en el ser humano.

IHU On-Line – Muchos estudiosos sostienen que la Resurrección de Cristo es la victoria de la vida sobre la muerte. ¿Cómo podemos comprender tal perspectiva?

Leonardo Boff – La vida está llamada a la vida y no a la muerte, aun cuando sabemos que un día vamos a morir. Este es el anhelo fundamental del ser humano, no sólo vivir mucho, sino, como señalaba Nietzsche, vivir eternamente. En ese sentido, la Resurrección representa un tipo de vida tan plena que en ella no penetra la muerte. Pero para eso, ella necesita transfigurarse, es decir, realizar totalmente al ser humano en sus infinitas posibilidades. No vivimos para morir, como dirían los existencialistas. Morimos para resucitar. Don Pedro Casaldáliga lo formuló bien: la alternativa cristiana es o vida o resurrección.

IHU On-Line – ¿Es posible afirmar que el Dios vivo en el Cristo sólo se revela plenamente en la Resurrección? ¿Por qué?

Leonardo Boff – Mientras estaba entre nosotros, Jesús participaba de todo tipo de limitaciones e incluso achaques de la existencia humana. Es lo que está implícito en la encarnación. El autor de la Epístola a los Hebreos es muy concreto: “entre súplicas, clamores y lágrimas se dirigió a aquel que lo podía salvar de la muerte… y aprendió a obedecer por medio de los sufrimientos” (Hb 5,7-8). Más adelante dice que él “es el general de la fe” (12,2). La Resurrección es la superación de esta situación carnal y el paso a la situación “espiritual” (del Espíritu de vida). Aquí Dios se revela como el Dios que hace de un muerto, un vivo y de un vivo el “novísimo Adán”. Se da la plena revelación del Dios vivo que quiere la vida y que en el libro de la Sabiduría se revela como “el apasionado amante de la vida” (Sb 11,24).

IHU On-Line – ¿En qué consiste la idea de “resurrección de la carne” y de qué forma se articula con la perspectiva del sepulcro vacío, tan detalladamente descrito en la narrativa de Marcos?

Leonardo Boff – “Carne”, bíblicamente, significa la situación humana frágil, enfermiza, mortal. Esta situación fue totalmente transmutada por la Resurrección. Pablo lo dice claramente: “se siembra un cuerpo vital y se resucita un cuerpo espiritual” (1Cor 15,44). Yo sostengo la tesis, aceptada por muchos, de que las apariciones al final del evangelio de Marcos serían un añadido posterior, un pequeño resumen de las apariciones. El Marcos original no tendría nada de eso. Jesús termina diciendo “a los discípulos y a Pedro que Él (Jesús) los precederá en Galilea. Allí me veréis como os dije” (Mc 16,7).

Con eso quiero decir que Jesús no se ha manifestado aún de forma plena. Todos estamos en camino a Galilea (el término de la historia) para verlo entonces cara a cara. Me parece que  así se entiende mejor la historia humana, porque a pesar de la Resurrección de Cristo en  verdad nada ha cambiado, pues campa la muerte y la violencia en el mundo. En la esperanza caminamos hacia la Galilea de la resurrección. El mismo Jesús está en proceso de resurrección, pues sus hermanos y hermanas, que somos nosotros, aún no han resucitado ni el universo que le pertenece ha alcanzado su plenitud. Está todavía en fase de cosmogénesis. Cuando todo se complete, entonces, Jesús y su comunidad habrán finalmente resucitado. Aquí caben las palabras de Ernst Bloch: “el génesis está al final y no al principio”.

IHU Online – Usted dice que la Resurrección representa “una revolución en la evolución”. Me gustaría que detallara esa perspectiva.

Leonardo Boff – La moderna cosmología afirma unánimemente que el estado del universo no es la estabilidad, sino la movilidad. Todo se está expandiendo, completándose y autocreando. La evolución permite que las virtualidades latentes dentro del universo conozcan emergencias, puedan irrumpir bajo las formas más diferentes. En este sentido, el universo no está todavía listo. En vez de hablar de cosmología, deberíamos hablar de cosmogénesis, la lenta y progresiva génesis de todas las cosas.

Cuando digo, siguiendo a Jürgen Moltmann, que la Resurrección es una revolución en la evolución, quiero decir que la Resurrección es una pequeña anticipación del fin bueno de la creación, como si el término de la evolución se anticipase y nos mostrara en pequeño lo que nos está preparado. Eso es una revolución dentro de la evolución que aún continúa y sigue su curso.

IHU On-Line – ¿De qué forma el panenteísmo puede contribuir al entendimiento de la Resurrección en nuestro tiempo?

Leonardo Boff – La expresión panenteísmo fue creada en el siglo XIX por un teólogo protestante de nombre Krause. Y no tiene nada que ver con el panteísmo. Él quiere decir lo que la teología antigua y clásica enseñaba y todavía enseña con la expresión “pericóresis” (la intro y retro relación de todo con todo) o “circumincesión”. Primero se aplicaba a la relación de la creación con el Creador: ambos están de tal manera imbricados que uno no puede ser entendido sin el otro. Después se aplicó a la cristología y a la doctrina trinitaria. Las tres divinas Personas están tan íntimamente relacionadas que una siempre implica a la otra y así eternamente.

Panenteísmo significa, entonces, que Dios está en todo y todo está en Dios, guardadas las diferencias entre criatura y Creador. No se trata de panteísmo según el cual todo es indistintamente Dios. El propio Voltaire mostró el absurdo filosófico que tal afirmación comporta. El panenteísmo guarda las diferencias, pero revela cómo ambos están presentes el uno en el otro y no pueden ser pensados separadamente. Esta comprensión puede generar una mística como la de Pierre Teilhard de Chardin o la de San Francisco de Asís, que conseguían ver a Dios en todas y en cualquiera de las realidades.

El Cristo cósmico de las epístolas de San Pablo y de la introducción del evangelio de San Juan nos da la perspectiva del “pléroma”, es decir, de la universalidad de la presencia del Resucitado en todas las cosas. Es célebre el dicho 33 del evangelio apócrifo de Santo Tomás, al que grandes nombres de la exégesis como Joaquim Jeremías y otros confieren gran autoridad, pues parece haber salido de la boca del Resucitado: “Yo soy la Luz del mundo. Todo salió de mí y todo vuelve a mí. Raja la leña y estoy dentro de ella, levanta la piedra y estoy debajo de ella, porque estaré con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos. Levantar una piedra cuesta y rajar la leña es duro. Incluso estos quehaceres comunes contienen la presencia del Resucitado.

IHU On-Line – ¿Cómo puede la vuelta a la experiencia de la Resurrección de Cristo inspirar a la humanidad de nuestro tiempo a superar sus dilemas?

Leonardo Boff – Tal vez este pequeño cuento del área de la ecología que se encuentra en mi libro Ecología: grito de la Tierra – grito de los pobres (307) pueda responder a esta pregunta:

«En cierta ocasión un anciano y santo monje fue visitado en sueños por el Resucitado. Este, el Resucitado, lo invitó a pasear por el jardín. El monje accedió con entusiasmo y lleno de curiosidad. Después de caminar largo tiempo dando vueltas por el sendero del jardín como hacen aún hoy los monjes después del almuerzo, el santo y anciano religioso se atrevió a preguntar:

-“Señor, cuando andabas por los caminos de Palestina, una vez dijiste que un día volverías con toda tu pompa y gloria, ¡pero esa vuelta se está demorando mucho!”.

Tras unos momentos de silencio que parecían una eternidad, el Resucitado respondió:

-“Mi querido hermanito: cuando mi presencia en el universo y en la naturaleza sea evidente; cuando mi presencia en tu piel y en tu corazón sea tan real como mi presencia aquí y ahora; cuando esta conciencia se vuelva cuerpo y sangre en ti hasta el punto de no pensar más en ello; cuando estés tan lleno de esta verdad que ya no necesites preguntar con curiosidad, entonces mi querido hermano habré regresado con toda mi pompa y gloria”».

Más no se necesita decir: el Resucitado está entre nosotros sólo en las fimbrias del misterio; quien crea y sea sensible percibirá su presencia.

Leonardo Boff

Equipo Atrio

Traducción de Mª José Gavito Milano

Tema: Jesús de Nazaret, Resurrección

Espiritualidad , , , , ,

“Resucitar”, por Manuel Vicent

Miércoles, 16 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en “Resucitar”, por Manuel Vicent

a_33Cristo y los espárragos, los virus y las bacterias, los ajos tiernos y las habas, todo resucita esta mañana de gloria. Las golondrinas vuelven, las torcaces pasan, el caracolillo se pega a la carena de los barcos, el pulgón de los rosales realiza la primera escalada hacia la belleza, la flor de los cerezos desafía a la nieve en el deshielo, los insectos hierven en las charcas, las semillas después de pudrirse germinan, el trigo ensaya el primer verde oleaje.

Toda la naturaleza celebra la fiesta de la resurrección, de modo que sal del sepulcro de todos los días, levántate y anda. O más bien, huye, porque hoy la huida es la única forma de salvación.

Creer que mientras vives no estás muerto es solo una bella suposición, puesto que mucha gente muere antes de morir y no se da cuenta. He aquí algunas pruebas inapelables.

Si de madrugada, despierto en la cama, estiras una pierna hacia el lado fresco de la sábana y no sientes placer, es que estás muerto.

Si al abrir los ojos descubres que está el sol en la ventana y no concibes que ese es un milagro que se repite cada mañana exclusivamente en tu honor, es que estás muerto.

Si no agradeces que la brisa de primavera infle los visillos y llene tu habitación de un aroma de mar, es que estás muerto.

Si pese a todo, persistes en enterarte de las noticias que llenan de basura moral el mundo y las prefieres al aroma de café que te llega de la cocina, es que estás muerto.

Bosteza, ráscate la espalda por debajo del pijama y prepárate para el examen ante el espejo del cuarto de baño. Si ese espejo, que lo sabe todo de ti, no te absuelve, es que estás muerto.

En la forma de partir el pan reconocieron al Maestro resucitado sus discípulos en el camino de Emaús. Prueba a compartir una agradable sobremesa con los amigos y si ignoras que la inmortalidad está en el fondo de ese placer, vuelve al sepulcro.

Manuel Vicent

Fuente El País

Espiritualidad , , , , ,

“Nuevo comienzo”. Ascensión del Señor – B (Marcos 16,15-20)

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en “Nuevo comienzo”. Ascensión del Señor – B (Marcos 16,15-20)

AscensiónLos evangelistas describen con diferentes lenguajes la misión que Jesús confía a sus seguidores. Según Mateo han de «hacer discípulos» que aprendan a vivir como él les ha enseñado. Según Lucas, han de ser «testigos» de lo que han vivido junto a él. Marcos lo resume todo diciendo que han de «proclamar el Evangelio a toda la creación».

Quienes se acercan hoy a una comunidad cristiana no se encuentran directamente con el Evangelio. Lo que perciben es el funcionamiento de una religión envejecida, con graves signos de crisis. No pueden identificar con claridad en el interior de esa religión la Buena Noticia proveniente del impacto provocado por Jesús hace veinte siglos.

Por otra parte, muchos cristianos no conocen directamente el Evangelio. Todo lo que saben de Jesús y su mensaje es lo que pueden reconstruir de manera parcial y fragmentaria, recordando lo que han escuchado a catequistas y predicadores. Viven su religión privados del contacto personal con el Evangelio.

¿Cómo podrán proclamarlo si no lo conocen en sus propias comunidades? El Concilio Vaticano II ha recordado algo demasiado olvidado en estos momentos: «El Evangelio es, en todos los tiempos, el principio de toda su vida para la Iglesia». Ha llegado el momento de entender y configurar la comunidad cristiana como un lugar donde lo primero es acoger el Evangelio de Jesús.

Nada puede regenerar el tejido en crisis de nuestras comunidades como la fuerza del Evangelio. Solo la experiencia directa e inmediata del Evangelio puede revitalizar la Iglesia. Dentro de unos años, cuando la crisis nos obligue a centrarnos solo en lo esencial, veremos con claridad que nada es más importante hoy para los cristianos que reunirnos a leer, escuchar y compartir juntos los relatos evangélicos.

Lo primero es creer en la fuerza regeneradora del Evangelio. Los relatos evangélicos enseñan a vivir la fe no por obligación, sino por atracción. Hacen vivir la vida cristiana no como deber, sino como irradiación y contagio. Es posible introducir en las parroquias una dinámica nueva. Reunidos en pequeños grupos, en contacto con el Evangelio, iremos recuperando nuestra verdadera identidad de seguidores de Jesús.

Hemos de volver al Evangelio como nuevo comienzo. Ya no sirve cualquier programa o estrategia pastoral. Dentro de unos años, escuchar juntos el Evangelio de Jesús no será una actividad más entre otras, sino la matriz desde la que comenzará la regeneración de la fe cristiana en las pequeñas comunidades dispersas en medio de una sociedad secularizada.

Tiene razón el papa Francisco cuando nos dice que el principio y motor de la renovación de la Iglesia en estos tiempos hemos de encontrarlo en «volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio».

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Marina Ibarlucea

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

“Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.”. Domingo 13 de mayo de 2018. Ascensión del Señor

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en “Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.”. Domingo 13 de mayo de 2018. Ascensión del Señor

33-AscensionB cerezoLeído en Koinonia:

Hechos de los apóstoles 1,1-11: Lo vieron levantarse.
Salmo responsorial: 46: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Efesios 1,17-23: Lo sentó a su derecha en el cielo.
O bien:Efesios: 4,1-13:
A la medida de Cristo en su plenitud.
Marcos 16,15-20: Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

El tema protagonista de este domingo es, indiscutiblemente, «la Ascensión», la subida misma de Jesús al cielo. Un segundo tema es el de «el mandato misionero» que el autor de los Hechos de los Apóstoles que compuso aquella escena puso en boca de Jesús.

En el primer tema, «la ascensión misma», no serán pocos los predicadores que simplemente la darán por supuesta, como indubitablemente histórica en su literalidad textual; habrá creyentes sencillos, de los que de hecho todavía creen que Jesús emprendió una ascensión real, una subida física y vertical, «hacia el cielo», que saldrán de la misa con la misma fe de siempre en la Ascensión, la misma que tuvieron nuestros abuelos, y los abuelos de sus abuelos.

Otros predicadores tratarán el tema de la ascensión con una calculada ambigüedad en sus palabras, de forma que no afirme explícitamtente la historicidad literal de «la subida», pero tampoco la cuestione; simplemente, dejarla ahí, y saltar por encima de ella para centrarse en el segundo tema, el del mandato misionero.

Una tercera actitud sería la de abordar el tema «agarrando el toro por los cuernos», es decir, haciendo caer en la cuenta a los fieles, explícitamente, de que hoy día, ser cristiano no implica en absoluto la necesidad de creer en una «subida física de Jesús» hacia ninguna parte. No vamos a extendernos aquí en un tema que requiere una explicación clara y detallada. Recomendamos más bien la lectura de este iluminador texto de Leonardo Boff, que puede ser tomado de la biblioteca de los Servicios Koinonía, aquí: http://www.servicioskoinonia.org/biblico/textos/ascension.htm Predicar claramente sobre estos elementos tan elementales, hacerlo con pedagogía y con delicadeza, sin brusquedad de «rompe y rasga», es algo que los fieles suelen agradecer –incluso explícitamente, yendo a la sacristía, tras la misa-. Recomendamos vivamente el texto también para utilizarlo en la reunión de estudio bíblico, o incluso para el estudio personal.

El tema del mandato misionero está asociado a la Ascensión por tradición. El final del evangelio de Marcos es el que asocia un mandato misionero de Jesús en el momento de «su despedida antes de partir para el cielo». Hoy sabemos que tal despedida-subida no es histórica, sino una genial composición literaria de Lucas, y que el capítulo final del evangelio de Marcos es añadido posterior, no original. Nada de ello daña en nada a la Misión, que no recibe su fuerza de que realmente fuera proclamada precisamente en la escena de la Ascensión. La Misión tiene otro fundamento, ajeno a la historicidad de la escena de la Ascensión. Por eso no beneficia a la Misión justificarla con un procedimiento mítico: «Jesús, antes de subir al cielo para irse al lugar de donde habría venido, al despedirse, pidió a sus amigos asumir la misión, ahora en una nueva etapa, hacia los confines del mundo». Proceder así, con esta argumentación «mítica» -que ha sido una argumentación bien radicional, empequeñece la misión, porque rebaja sus fundamentos hasta la categoría del mito. Qué sea la misión y qué fundamento tenga, habrá de definirse desde otros fundamentos. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

13.5.18. Ascensión: Símbolo chamánico, experiencia mística y mensaje pascual

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en 13.5.18. Ascensión: Símbolo chamánico, experiencia mística y mensaje pascual

32104918_977038432473349_1691253585955782656_nDel blog de Xabier Pikaza:

Celebramos el próximo 13 de mayo la fiesta de la Ascensión del Señor, que forma (con Pentecostés) la etapa conclusiva del ciclo pascual. Es una fiesta importante del ciclo litúrgico cristiano, y así quiero presentarla hoy, para evocar mañana el texto litúrgico de Mc 16.

— Empezaré hablando de la Ascensión del alma (o del hombre entero) como símbolo iniciático y místico, que puede encontrarse en los chamanes

— Presentaré después las grandes ascensiones del Antiguo Testamento y de la tradición judía: de Henoc y Elías, con Moisés (a las que se puede vincular la Ascensión de Mahoma en el Corán).

— Trazaré el sentido de la Ascensión de Jesús, a la que uno la Asunción de María, su Madre. Como he dicho, éste es un símbolo importante de la tradición cristiana, una experiencia de fe. Pasado mañana comentaré el texto del evangelio de Marcos. Buen día a todos.

Imagen 1: Ascensión místico-apocalíptica de Henoc, la más famosa de las iniciaciones apócrifas judías.

Imagen 2: Ascensión pascual de Jesús, en fondo grande

Imagen 3: Ascensión/asunción del “alma” de María, según la tradición oriental

(tema desarrollado en Diccionario de las tres religiones, VD, Estella 2009, pag.139-141. Imagen final)
.

1. Judaísmo

1. Tradición antigua. Diversas ascensiones.

La ascensión es un símbolo religioso muy extendido, que expresa el convencimiento de que Dios (lo divino) se encuentra en un espacio superior o cielo se puede subir. En ese contexto se habla de un cosmos en tres niveles: el cielo de los dioses, la tierra de los hombres y el infierno (o mundo inferior) propio del diablo y de los condenados. En muchas religiones antiguas se habla del ascenso interior y corporal de los “chamanes”, que descubren así el corazón de Dios.

El judaísmo, como otras religiones más racionalistas, ha superado pronto el carácter literal de ese símbolo, al descubrir y afirmar que Dios está en todas partes, sin estar físicamente en ninguna (pues no una entidad física, ni ocupa un espacio). Pero ha conservado el simbolismo y así ha podido seguir diciendo no sólo que Dios está en las alturas, sino también que algunos personajes religiosos han “ascendido” ellas.

Así se habla de la Ascensión de Henoc, que fue raptado al cielo (caminó, pues, Henoc con Dios y desapareció, porque Dios lo llevó consigo: Gen 5, 24); la literatura posterior vinculada con ese personaje (1, 3 y 3 Henoc) ha desarrollado de modo figurativo y simbólico su ascenso, iniciando sí un tipo de mística de elevación a lo divino.

La Biblia habla también de una Ascensión de Elías, en un relato que ha tenido gran importancia para toda la tradición posterior:«Aconteció que mientras ellos (Elías y Eliseo) iban y conversaban, he aquí que un carro de fuego con caballos de fuego los separó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino. Eliseo, al verlo, gritó: ¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel, y sus jinetes! Y nunca más le vio» (2 Rey 2, 11-12).

Hay otro relato de subida celesta, titulado Ascensión de Moisés, donde se aplica y expande el primer ascenso de Moisés a la montaña (Ex 24), pero entendido ya en forma escatológica. Se trata de un relato de origen judío, pero recreado después por los cristianos, donde se hablaba de cómo fue ascendido Moisés a los cielos. El ascenso de Moisés y Elías se encuentra atestiguado, desde un fondo judío, por la tradición cristiana más antigua, cuando dice que Moisés y Elías se aparecieron a Jesús desde el cielo donde estaban en el monte de la Transfiguración (cf. Mc 8, 1-8 par).

2. Ascenso a los Hekalot.

32222417_977038655806660_9113464081448173568_nDisputan los especialistas sobre la posibilidad de que existiera ya, a finales de la época del Segundo Templo, una técnica mística de “ascenso” a los Hekalot o palacios celestes para dialogar allí con Dios, siguiendo el ejemplo de 1 Hen 14 (en la línea de 2 y 3 Henoc). Un testimonio de ello podría ser el de Pablo, judío fariseo, que dice de sí mismo:

«Conozco a un hombre en Cristo que hace catorce años–si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe– fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y sé respecto a este hombre–si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe– que fue arrebatado al paraíso, donde escuchó cosas inefables que al hombre no le es permitido expresar» (2 Cor 12, 1-3).

Esta ascensión de Pablo, aunque realizada “en Cristo” (en clave mesiánica) sigue siendo una experiencia expresamente judía. En esa línea podemos hablar de una Escuela de Ascensos Místicos que son propios de los Sefer Hekalot, o libros de Ascenso a los Atrios divinos, donde se describe y organiza el proceso de un ascenso iniciático, que lleva al místico a través de los diversos estadios del cielo (de los cielos), hasta los “atrios supremos del templo de Dios”, para llegar al espacio escondido e invisible de la Majestad, en su gran trono.

Estos libros, escritos hacia el siglo IV-VII d. C., describen de forma clásica el ascenso místico. Algunos de sus protagonistas pueden ser los mismos Amoraim que de un modo público durante el codifican, letra a letra, los principios de la Ley que regula la vida del buen judaísmo (en el Talmud). Pero de pura Ley no se vive y quizá, por la noche, o en otros grupos, ellos mismos van exponiendo las etapas del Gran Viaje de Ascenso celeste. Posiblemente, conservan tradiciones secretas del antiguo templo ya desaparecido. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

(Exor 3): Ascensión de Jesús, la misión de los exorcistas (Mc 16,15-20)

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en (Exor 3): Ascensión de Jesús, la misión de los exorcistas (Mc 16,15-20)

theascensionDel blog de Xabier Pikaza:

Presenté ayer el tema teológico de la Ascensión de Jesús, que la liturgia cristiana del día, y lo hice desde una perspectiva extensa de estudio de las religiones y del judaísmo tardío, situando ese misterio en el contexto de las ascensiones de Henoc, Elías y Moisés (con Mahoma) y de la Ascensión/Asunción de María, su Madre.

Al lado de esa visión hay en el NT al menos otras tres, que enmarcan y definen el misterio cristiano:

El Evangelio de Juan identifica la Ascensión con la Crucifixión: Jesús elevado en la Cruz “sube” (se introduce) en el misterio pleno de Dios y lo atrae todo hacia su Vida.

— Mt 28, 16-20 interpreta la Ascensión como presencia misionera de Jesús en sus discípulos: Él se aparece en la Montaña de Pascua en Galilea y les envía al mundo entero, para así extender su “discipulado” (su experiencia de Dios y su tarea) a todas las naciones, diciendo: “y yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos”. Jesús no “sube” al cielo, sino que está en todos sus enviados y en los pobres del mundo (Mt 25,31-46).

— La carta a los Hebreos… interpreta la Ascensión como ascenso del Cristo Crucificado en el Santuario del Cielo, en la fiesta universal del Yomm Kippur cristiano, para abrir así el camino de la nueva Humanidad reconciliada.

Pues bien, el evangelio de este domingo de la Ascensión está tomado del apéndice “canónico” (no del texto original) de Marcos, y es uno de los textos más significativos de la historia de la iglesia, “manual” de exorcistas y carismáticos.

– Un texto extraño, abrupto, que rompe el “discurso” anterior de Marcos (que acaba en Mc 16, 8) y ofrece un compendio de la misión cristiana, desde una perspectiva carismática y milagrosa de decisión, valentía (osadía) y esperanza, pero con el riesgo de insistir en aspectos “milagrosos” que no responder al texto anterior del evangelio.

— Un texto añadido por un “redactor” eclesial. A mediados del s. II, algunos manuscritos comenzaron a incluir tras Mc 16, 8 un apéndice, que antes circulaba quizá de forma independiente, con un compendio de experiencias pascuales, y un mandato misionero con la Ascensión del Señor (que ahora presentamos: Mt 16, 15-20). Este pasaje recoge, en forma de resumen o compendio, algunos testimonios fundamentales de la experiencia pascual y del comienzo de la Iglesia.

imagesLa inclusión hizo fortuna y desplazó, y luego eliminó del texto actual de Mc, otro final no canónico más pequeño. Desde entonces, este pasaje se añadw en los manuscritos más utilizados y en el texto “canónico” del Nuevo Testamento (A C D W)

— Es un pasaje espléndido, que expresa la fe de una iglesia antigua, quizá la de Roma, un compendio del cristianismo de milagros, formulado de manera rompedora, radical. Éstos son los signos de la Ascensión y de la Fe en Cristo, conforme a este pasaje:

– expulsar demonios, liberar así a un mundo endemoniado,
– hablar todas las lenguas, abriendo un espacio universal de palabra,
– inmunizarte a todos los venenos, no dejar que el mal te invada,
– curar a los enfermos, hacer un mundo sano.

Este evangelio del domingo de la Ascensión ofrece el mejor “manual” de exorcistas y carismáticos de la Iglesia. Ninguno de los textos posteriores de la iglesia (ni los antiguos, como en de la imagen 2), ni los nuevos (como los que están surgiendo por doquier y ahora mismo se enseñan en el Congreso de Exorcistas de Roma) es superior a éste del final canónico de Marcos. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Ascensión del Señor. Ciclo B. Triunfo y misión

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en Ascensión del Señor. Ciclo B. Triunfo y misión

Ecce Homo +Elisabeth Ohlson Wallin+1998Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Nota previa sobre el evangelio

            En el ciclo B se lee el evangelio de Marcos. El original terminaba de forma bastante abrupta, diciendo que las mujeres que habían ido al sepulcro, aunque reciben el encargo de ir a decir a los discípulos que Jesús ha resucitado y que lo verán en Galilea, muertas de miedo no dijeron nada a nadie (16,8). No sabemos por qué el autor quiso terminar su obra de esta forma. Como una película que acaba cuando nadie lo espera y suscita muchos comentarios. Quizá fuese esa su intención: provocar al lector.

Años más tarde, un autor que conocía los evangelio de Mateo y Lucas, y el libro de los Hechos, recogió de ellos, dándoles un enfoque muy personal, algunos relatos de apariciones de Jesús y la noticia final sobre su ascensión al cielo. Estos versículos 16,9-20 es lo que se conocen como el «final largo de Marcos». De él está tomado el fragmento de hoy (Mc 16,15-20).

Subir al cielo como imagen del triunfo (Hechos 1,1-11)

            Jesús subiendo al cielo es una imagen bastante representada por los artistas, y la tenemos incorporada desde niños, además de formar parte de nuestra profesión de fe. Alguno podría imaginar que esta escena se encuentra en los cuatro evangelios. Sin embargo, el único que la cuenta es Lucas, y por dos veces: al final de su evangelio y al comienzo del libro de los Hechos. Pero lo hace con notables diferencias.

En el Evangelio, Jesús bendice antes de subir al cielo (en Hch, no).

En Hechos, una nube oculta a Jesús (en el evangelio no se menciona la nube).

En el evangelio, los discípulos se postran (en Hch se quedan mirando al cielo).

En el evangelio vuelven a Jerusalén; en Hch se les aparecen dos personajes vestidos de blanco.

Si el mismo autor, Lucas, cuenta el mismo hecho de formas tan distintas, significa que no podemos quedarnos en lo externo, en el detalle, sino que debemos buscar el mensaje profundo.

La idea de la ascensión resulta chocante al lector moderno por dos motivos muy distintos: 1) no es un hecho que hayamos visto; 2) se basa en una concepción espacial puramente psicológica (arriba lo bueno, abajo lo malo), que choca con una idea más perfecta de Dios.

Precisamente por esta línea psicológica podemos buscar la explicación. Desde las primeras páginas de la Biblia encontramos la idea de que una persona de vida intachable no muere, es arrebatada al cielo, donde se supone que Dios habita. Así ocurre en el Génesis con el patriarca Henoc, y lo mismo se cuenta más tarde a propósito del profeta Elías, que es arrebatado al cielo en un carro de fuego. Interpretar esto en sentido histórico (como si un platillo volante hubiese recogido al profeta) significa no conocer la capacidad simbólica de los antiguos.

Sin embargo, existe una diferencia radical entre estos relatos del Antiguo Testamento y el de la ascensión de Jesús. Henoc y Elías no mueren. Jesús sí ha muerto. Por eso, no puede equipararse sin más el relato de la ascensión con el del rapto al cielo.

Es preferible buscar la explicación en la línea de la cultura clásica greco-romana. Aquí sí tenemos casos de personajes que son glorificados de forma parecida tras su muerte. Los ejemplos que suelen citarse son los de Hércules, Augusto, Drusila, Claudio, Alejandro Magno y Apolonio de Tiana. Los incluyo al final para los interesados.

Estos ejemplos confirman que el relato tan escueto de Lucas no debemos interpretarlo al pie de la letra, como han hecho tantos pintores, sino como una forma de expresar la glorificación de Jesús.

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les recomendó:

̶  No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.

Ellos lo rodearon preguntándole:

̶  Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?

Jesús contestó:

̶  No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.

Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:

̶  Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.

Sentarse a la derecha de Dios como imagen del triunfo (Efesios 1,17-23)

La segunda lectura de hoy es muy interesante para interpretar rectamente la fiesta de hoy. No habla de la ascensión de Jesús al cielo, pero se explaya hablando de su triunfo con una imagen distinta: está sentado a la derecha de Dios, por encima todo y de todos.

Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.

Subir y sentarse a la derecha de Dios, pero insistiendo en la misión (Marcos 16,15-20)

El final del evangelio de Marcos une las dos imágenes: «fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios». Una forma muy humana de hablar, pero habitual en la Biblia. Jesús subió triunfalmente al cielo y ahora sigue ocupando la máxima dignidad junto a Dios Padre.

Pero el evangelio concede más importancia aún al tema de la misión de los apóstoles, como se advierte comparándolo con la 1ª lectura.

En Hechos, los discípulos muestran una vez más su preocupación política por la restauración del reino de Israel, y Jesús desvía la atención hacia la próxima venida del Espíritu Santo, que les dará fuerzas para ser sus testigos en todo el mundo.

En Marcos, el tema de la misión se trata en cinco puntos:

1) Orden de ir al mundo entero a proclamar la buena nueva.

2) Esa noticia puede ser aceptada o rechazada, pero con consecuencias muy distintas en cada caso.

3) Se mencionan las señales que acompañarán a los misioneros: expulsión de demonios, don de lenguas, inmunidad ante ataques de serpientes, curaciones. Estas señales recuerdan lo que se cuenta en el libro de los Hechos de los Apóstoles a propósito de Pablo.

4) En Hechos, la reacción de los discípulos es quedarse embobados mirando al cielo. En Marcos, se ponen en marcha de inmediato a pregonar el evangelio por todas partes.

5) En Hechos se habla de la fuerza del Espíritu Santo que acompañará a los apóstoles. En Marcos, «el Señor cooperaba y confirmaba el mensaje con las señales que lo acompañaban».

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

            Por eso, la Ascensión o triunfo de Jesús no es motivo para quedarse mirando al cielo. Hay que mirar a la tierra, al mundo entero, en el que los discípulos de Jesús debemos continuar su misma obra, contando con la fuerza del Espíritu y la compañía continua del Señor.

Los cuarenta días

            El evangelio no dice nada de este período de 40 días entre la resurrección y la ascensión. ¿Qué significa, y por qué lo introduce Lucas? El número 40 se usa en la Biblia para indicar plenitud, sobre todo cuando se refiere a un período de tiempo. El diluvio dura 40 días y 40 noches; la marcha de los israelitas por el desierto, 40 años; el ayuno de Jesús, 40 días… Se podrían citar otros muchos ejemplos. En este caso, lo que pretende decir Lucas es que los discípulos necesitaron más de un día para convencerse de la resurrección de Jesús, y que Jesús se les hizo especialmente presente durante el tiempo que consideró necesario.

Textos clásicos sobre la subida al cielo de un gran personaje

A propósito de Hércules escribe Apolodoro en su Biblioteca Mitológica: “Hércules… se fue al monte Eta, que pertenece a los traquinios, y allí, luego de hacer una pira, subió y ordenó que la encendiesen (…) Mientras se consumía la pira cuenta que una nube se puso debajo, y tronando lo llevó al cielo. Desde entonces alcanzó la inmortalidad…” (II, 159-160).

Suetonio cuenta sobre Augusto: “No faltó tampoco en esta ocasión un antiguo pretor que declaró bajo juramento que había visto que la sombra de Augusto, después de la incineración, subía a los cielos” (Vida de los Doce Césares, Augusto, 100).

Drusila, hermana de Calígula, pero tomada por éste como esposa, murió hacia el año 40. Entonces Calígula consagró a su memoria una estatua de oro en el Foro; mandó que la adorasen con el nombre de Pantea y le tributasen los mismos honores que a Venus. El senador Livio Geminio, que afirmó haber presenciado la subida de Drusila al cielo, recibió en premio un millón de sestercios.

De Alejandro Magno escribe el Pseudo Calístenes: “Mientras decía estas y otras muchas cosas Alejandro, se extendió por el aire la tiniebla y apareció una gran estrella descendente del cielo hasta el mar acompañada por un águila, y la estatua de Babilonia, que llaman de Zeus, se movió. La estrella ascendió de nuevo al cielo y la acompañó el águila. Y al ocultarse la estrella en el cielo, en ese momento se durmió Alejandro en un sueño eterno” (Libro III, 33).

Con respecto a Apolonio de Tiana, cuenta Filóstrato que, según una tradición, fue encadenado en un templo por los guardianes. “Pero él, a medianoche se desató y, tras llamar a quienes lo habían atado, para que no quedara sin testigos su acción, echó a correr hacia las puertas del templo y éstas se abrieron y, al entrar él, las puertas volvieron a su sitio, como si las hubiesen cerrado, y que se oyó un griterío de muchachas que cantaban, y su canto era: Marcha de la tierra, marcha al cielo, marcha” (Vida de Apolonio de Tiana VIII, 30).

Sobre la nube véase también Dionisio de Halicarnaso, Historia antigua de Roma I,77,2: “Y después de decirle esto, [el dios] se envolvió en una nube y, elevándose de la tierra, fue transportado hacia arriba por el aire”.

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

VII Domingo de Pascua. La Ascensión del Señor. 13 Mayo, 2018

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en VII Domingo de Pascua. La Ascensión del Señor. 13 Mayo, 2018

la-ascension

Ellos salieron a predicar por todas partes y el Señor cooperaba con ellos

(Mc 16, 15-20)

En su origen, el evangelio de Marcos terminaba de una manera un poco brusca, tal vez cortante, con las mujeres en la mañana de resurrección, que llenas de temor huyen del sepulcro y no cuentan a nadie lo que han visto y oído por miedo. Miedo, ¿a qué? Ni idea. Además de ser cortante, con este final no es que las mujeres salgamos muy bien paradas… ¡miedosas!.

Pero después hubo un añadido, un apéndice, y es el que nos va situando en el evangelio de hoy. Primero habla de incredulidad, una característica muy propia de nuestra condición humana. No creyeron a María de Magdala y prefirieron continuar tristes y llorando; tampoco a los que se encontraron con Jesús de camino a Emaús; no creemos a las demás y dudamos de ellas, de sus capacidades, hasta que vemos con nuestros propios ojos. Y luego nos supone un esfuerzo decir “tenías razón”.

No creyeron hasta que se presentó Jesús cuando estaban todos juntos a la mesa. Y ahí, en medio del grupo, de la comunidad, en medio del miedo, de la incredulidad, de la tristeza y las lágrimas, confiando una vez más en ellos les encargó: ID por todo el mundo y proclamad la buena noticia. Y ellos fueron, salieron, sabiendo que el Maestro les acompañaba.

Salgamos nosotras también. Porque no solo hoy en esta fiesta de la Ascensión, sino en cada Eucaristía, en cada celebración que estamos juntas a la mesa, en torno al Pan bendito, cada vez que somos conscientes de la presencia de Jesús en medio de la comunidad, en medio de nuestra condición humana vuelve a confiar en nuestra fragilidad y nos encarga ID. Vayamos, salgamos como discípulas que somos, sabiendo que el Maestro nos acompaña. Salgamos, y que se nos note que lo sabemos.

Oración

Gracias, Trinidad Santa, por sacarnos una y otra vez de nuestro barro. Bendita seas.

Amén.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Una vez muerto, Jesús está fuera del tiempo y el espacio.

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en Una vez muerto, Jesús está fuera del tiempo y el espacio.
 ASCENSIONMc 16, 15-20

¿Qué estamos celebrando? Es la pregunta que debemos hacernos hoy. Nos va a costar Dios y ayuda superar la visión física, corpórea y chata de la Ascensión, que venimos aceptando durante demasiados siglos. Nos encontramos con el problema de siempre: Mezclar la realidad con el relato mítico. La Ascensión no es más que un aspecto de la cristología pascual. Resurrección, Ascensión, glorifica­ción, Pentecostés, constituyen una sola realidad, que está fuera del alcance de los sentidos. Esa realidad no temporal, no localizable, es la más importante para la primera comunidad y es la que hay que tratar de descubrir.

Hoy tenemos conocimientos suficientes para intentar una interpretación más acorde con lo que los textos nos quieren trasmitir. No podemos seguir pensando en un Jesús subiendo físicamente más allá de las nubes. Para poder entender la fiesta de la Ascensión, debemos volver al tema central de Pascua. Estamos celebrando la Vida, pero no la biológica sino la divina. Esa Vida no está sujeta al tiempo, por lo tanto no hay en ella acontecimientos, es eterna e inmutable. Solo teniendo en cuenta estas sencillas verdades, podremos comprender adecuadamente lo que estamos celebrando este domingo.

Mt no sabe nada de una ascensión. Jn no habla de ascensión, pero en la última aparición, Jesús le dice a Pedro: “si quiero que éste permanezca hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?” Está claro que para volver, primero tiene que irse. El final canónico de Mc, que fue añadido a mediados del s. II, nos dice que Jesús se sentó a la derecha de Dios. Solo Lc nos habla de ascensión: “se separó de ellos y fue elevado al cielo”. También en Hechos nos cuenta, incluso con todo lujo de detalles, la subida de Jesús al cielo.

Relatos de raptos eran frecuentes en la literatura clásica. Tito Livio, en su obra histórica sobre Rómulo dice: “Cierto día Rómulo organizó una asamblea popular junto a los muros de la ciudad para arengar al ejército. De repente irrumpe una fuerte tempestad. El rey se ve envuelto en una densa nube. Cuando la nube se disipa, Rómulo ya no se encontraba sobre la tierra; había sido arrebatado al cielo”. Tenemos otros ejemplos: Heracles, Empédocles, Alejandro Magno y Apolonio de Tiana. Todos siguen el mismo esquema.

El AT cuenta el rapto de Elías. También se habla de la asunción de Henoc en (Gen 5, 24). El libro eslavo de Henoc, escrito judío del siglo primero después de Cristo, describe el rapto de Henoc: “Después de haber hablado Henoc al pueblo, envió Dios una fuerte oscuridad sobre la tierra que envolvió a todos los hombres que estaban con Henoc. Y vinieron los ángeles y cogieron a Henoc y lo llevaron hasta lo más alto de los cielos. Dios lo recibió y lo colocó ante su rostro para siempre”. Nada nuevo bajo el sol.

La palabra “cielo” es muy utilizada en religión. La repetimos dos veces en el Padrenuestro, dos en el Gloria y tres en el credo. Arrastra una amplia gama de significados desde la cultura griega y de todo el Oriente Medio. La complejidad de las concepciones del mundo físico en aquella época explica los innumerables matices que encontramos en el “cielo” teológico. No es fácil dilucidar qué sentido se quiere dar a la palabra en cada caso. En el bautismo de Jesús, el cielo se rasgó y lo divino bajó hasta él. Cuando termina su ciclo vital, el cielo vuelve a romperse para que Jesús vuelva a traspasar el límite de lo terreno, para entrar en el cielo.

Un dato muy interesante que nos proporciona la exégesis es que las más antiguas expresiones de la experiencia pascual que han llegado hasta nosotros, sobre todo en escritos de Pablo, están formuladas en términos de exaltación y glorifica­ción, no con la idea de resurrección y menos aún de ascensión. En el AT encontramos abundantes textos que hablan del siervo doliente, machacado por los hombres, pero reivindicado por Dios. Esta fue la base de la idea de glorificación con la que se quiso expresarse la experiencia pascual.

Lo que celebramos no está en el tiempo, pertenecen al hoy como al ayer, no hacen referencia a un pasado. Son realidades que están hoy en nuestra propia vida. Puedo vivirlas como las vivieron los discípulos. El hombre Jesús se transforma definitivamen­te, alcanzando la meta suprema. Se hace una sola realidad con Dios. Nosotros necesitamos desglosar esa realidad para intentar penetrar en su misterio, analizando los distintos aspectos que la integran. La Ascensión quiere manifestar que llegó a lo más alto, pero no en sentido físico.

La verdadera ascensión de Jesús empezó en el pesebre y terminó en la cruz cuando exclamó: “consumatum est”. Ahí terminó la trayectoria humana de Jesús y sus posibilidades de crecer. Después de ese paso, todo es como un chispazo que dura toda la eternidad. Pero había llegado a la plenitud total en Dios, precisamen­te por haberse despegado (muerto) de todo lo que en él era caduco, transitorio, terreno. Solo permaneció de él lo que había de  Dios y por tanto se identificó con Dios totalmente, divinamente. Esa es también nuestra meta. El camino también es el mismo que recorrió Jesús: despegarnos de nuestro ego.

La experiencia pascual, consistió en ver a Jesús de una manera nueva. El haber vivido con él, el haber escuchado lo que decía y visto lo que hacía, no les llevó a la comprensión de su verdadero ser. Estaban demasiado pegados a lo externo, y lo que hay de divino en Jesús no puede entrar por los sentidos. Su desaparición les obligó a mirar dentro de sí, y descubrir allí lo que había vivido Jesús. Solo entonces ven al verdadero Jesús. Hoy seguimos apegados a una imagen terrena de Jesús que también nos impide descubrir su verdadero ser.

Esa vivencia no puede venir de fuera, sino de lo más íntimo de nosotros mismos. Por eso decía Pablo en la segunda lectura: “Que el Dios de Nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerle; ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la riqueza…” No se pide ciencia, sino Sabiduría. No pide que nos ilumine los ojos del cuerpo ni de la mente, sino los del corazón. Todo lo que podamos aprender sobre Dios y Jesús, nunca podrá suplir la experiencia interior.

Debemos tener en cuenta que todos estos relatos teológicos tienen una finalidad catequética. Están elaborados para que nosotros entremos en la dinámica de Jesús. No se nos proponen para que admiremos la figura de Jesús ni para que nos sintamos atraídos por ella, sino para que repitamos su misma vivencia. “El padre que vive…” En él debemos descubrir las posibilidades que todo ser humano tiene de llegar a lo más alto del “cielo”. La verdadera salvación del hombre no está en que los libren del pecado, sino en alcanzar la plenitud a la que estamos llamados todos. Esta verdad es la base de toda salvación.

El fin del periplo humano de Jesús da paso al comienzo de la nueva comunidad. Podemos considerar la Ascensión como el final de una etapa en la que los discípulos tuvieron una experiencia singular y única de un Jesús vivo. Sería el momento en que los primeros cristianos dejan de estar pasmados y empiezan la tarea de llevar esa experiencia a todos los hombres. Dejan de mirar hacia el cielo y comienzan a mirar a la tierra. Recordemos que los cuarenta días no es una medida cronológica. Se trata de un kairos espiritual.

Meditación

Hoy nos fijamos en la meta a la que Jesús llegó,
que es, al mismo tiempo, el punto del que partió.
Todos hemos salido del Padre y hemos llegado al mundo.
Todos tenemos que dejar el mundo y volver al Padre.
Ese Padre está en lo más hondo de nuestro ser.
Si me empeño en buscarlo en otra parte, encontraré al ídolo.

 

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Ascensión.

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en Ascensión.

el-papa-visita-mexico-y-cuba_480_311Vacíate de la preocupación. ¿Por qué te quedas en prisión cuando la puerta es tan amplia? Muévete fuera de la maraña del miedo (Rumi)

13 de mayo. Domingo VII de Pascua. Ascensión del Señor

Mc 16, 15-20

Y les dijo: Id por todo el mundo proclamando la Buena Noticia 

Toda la Biblia, debe leerse siendo conscientes de que contiene muchas leyendas, símbolos, mitos y tradiciones del pueblo hebreo y otros pueblos.  Y, en este caso, el hecho de la Ascensión. Además, es importante que todos sus textos los ubiquemos e interpretemos en los contextos culturales en que fueron escritos. El ascenso de Mahoma es también un hecho milagroso, ya que se le concede la posibilidad de ver todas las características del cielo y del infierno. También Jesús había bajado a los infiernos y subido al cielo: “¿Qué quiere decir subió sino que también bajo a las regiones inferiores de la tierra? Este que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo” (Efesios 4, 9-10).

Y dicho esto, fue llevado de su presencia. Una nube lo envolvió de modo que ya no lo vieron más; desapareció y ellos se quedaron mirando al cielo. Mientras miraban atónitos hacia el lugar por donde se había ocultado, aparecieron junto a ellos dos ángeles con blancas vestiduras, que les dijeron: “Hombres de Galilea, ¿qué hacéis asombrados mirando al cielo? Jesús ha sido llevado de aquí, según habéis visto. Y este mismo Señor, así como ha sido llevado al cielo ante vuestros ojos, así también volverá” (Hechos 1, 1-11).

El Museo del Prado nos permite contemplar un óleo sobre tabla –La Ascensión del Señor-del pintor belga Juan de Flandes (1460-1519). Oculto por una nube, Jesús asciende al cielo ante María y los Apóstoles, entre los que destaca Santiago con vara y sobrero de peregrino. La parte superior de su cuerpo aparece oculta para otorgar mayor protagonismo a las huellas de sus pies, impresas en la cima del Monte de los Olivos. Un ambiente de humanidad trascendida y una invitación a acompañarle, presiden todo el cuadro.

El célebre poeta místico musulmán persa conocido como Yalalad-Din Muhammad Rumi (1207-1273) nos explica cómo alcanzó la meta de lo trascendental por él tan soñada. En 1244 experimentó una profunda transformación, a raíz de su encuentro con un sufí errante llamado Shams-ol din Malekdad. Rumi abandonó toda ciencia, toda autoridad y toda posición social y religiosa, y, renacido en el Amor, se fue expandiendo hasta alcanzar la Unión con el Amado. El propio Rumi evocaba así aquel encuentro trascendental:

“Estaba muerto, volví a la vida; sólo lágrimas era,

me troqué en risa, 

me llegó la fortuna del amor, y, por su gracia, me hice eterno”.

A partir de ahí aconsejaba a sus discípulos que hicieran lo mismo, y les decía: Vacíate de la preocupación. ¿Por qué te quedas en prisión cuando la puerta es tan amplia? Muévete fuera de la maraña del miedo.

Otro tanto había hecho Jesús doce siglos antes. Primero renaciendo personalmente en el amor con el Padre, y luego proponiendo a sus seguidores la misión de ayudar a los demás a hacer otro tanto: Y les dijo: Id por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a todos (Mc 16, 15).

El Calendario 2018 de SED, nos invita a abrir nuestra vida a la trascendencia y a comprometernos con el hermano.

DANZA DE LA FRATERNIDAD

“El ritmo de la solidaridad une corazones y nos fortalece en la emocionante danza de la fraternidad.

Actuando con justicia evitas sufrimientos y promueves la paz.

Permite a tu espíritu salvar la barrera de lo material, lo inmediato, lo caduco… Abre tu vida a la trascendencia. Ejercítate en la meditación y llegarás a sentir los fundamentos de tu ser.

Sumergirse en el mundo natural serena el espíritu y cautiva los sentidos, de tal manera, que su música, emociona; y la paleta de sus colores sugiere caminos nuevos.

Situar tu vida ante la presencia de Dios misericordioso, que Jesús nos reveló como Padre, es oración. Oración que transforma el corazón, oración que te compromete con el hermano.

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

40 Días.

Domingo, 13 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en 40 Días.

peques-idi-la-biblia-en-imagenes-72-728Mc 16,15-20

El número 40 aparece con frecuencia en la Biblia. 40 fueron los años que el pueblo de Israel vivió en el desierto guiado por Moisés tras salir de Egipto (Ex 16,35). 40 los días que éste pasó en oración en el Monte Sinaí antes de recibir las tablas de la Ley (Dt 9,9-11). 40 fueron también los días que duró el diluvio (Gn 7,12), los que pasó Elías en el Monte Horeb (1Re 19,8) o lo que los 12 exploradores estuvieron en la tierra de Canaán (Nm 13,25). Asimismo, 40 fueron los días que Jesús pasó en el desierto llevado por el Espíritu (Mt 4,2).

Este número, por tanto, se encuentra relacionado con tiempos de experiencias vitales hondas, cruciales, fundantes. A veces de camino incansable, otras de espera paciente, pero siempre tiempos de búsqueda, preparación, escucha y crecimiento personal y/o grupal o comunitario.

Y han sido 40 (alguno más al celebrarlo en domingo y no en jueves) los días que han pasado ya desde que celebramos la Pascua, el acontecimiento gozoso de la Resurrección de Jesús. ¿Nos hemos dado cuenta de ello? Quizás sea un buen momento para tomarnos el pulso de cómo lo estamos viviendo. Así nos lo relata el libro de Hechos: “a ellos (los apóstoles) se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios” (Hch 1,3).

También a nosotros, como discípulos suyos, se nos ha presentado Jesús Vivo y Resucitado durante 40 días. Nos ha hablado de paz, de esperanza, de fortaleza, del inmenso amor con que nos ama, del sentido de su muerte y su pasión… Conociendo en profundidad nuestros miedos y debilidades, nos ha prometido con insistencia que siempre se quedará entre nosotros a través del aliento y la fuerza de su Espíritu, de la Ruah creativa y transformadora.

Hemos tenido, por tanto, 40 días en los que nos hemos podido preparar para acoger la nueva forma de presencia de Jesús, esta que comienza, según nos dice el evangelio, una vez que él asciende al cielo.

Hablamos, entonces, de tiempo (40 días) y espacio (la ascensión al cielo). Tiempo y espacio que, de modo claramente pedagógico, son utilizados por el evangelio como medios de preparación para que podamos hacer proceso. Porque lo que recordamos, como sabemos, no es que Jesús subiera físicamente al cielo. Lo que hoy festejamos es lo mismo que hemos celebrado cada día de este tiempo de Pascua o lo que celebraremos en Pentecostés: la certeza de que nuestro Dios es un Dios Vivo y un Dios de Vida, que no permite que la muerte tenga la última palabra y que se empeña en que nosotros seamos, junto a Él, dadores de vida.

Por todo ello es importante que estemos atentos a lo que Jesús nos dice en el evangelio de hoy, a estas “últimas palabras” del evangelio de Marcos: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. Parece que Jesús, al “ascender”, nos pone a su vez en movimiento a nosotros. “¿Qué hacéis ahí parados?”, dirá el libro de los Hechos. Después de estos 40 días de preparación es tiempo ahora de moverse, de salir (¿no nos lo repite continuamente el Papa Francisco?), de ponernos en camino. No hay pérdida. Toca poner en práctica todo lo escuchado y experimentado. Es tiempo de expulsar demonios, de curar enfermos, de hablar lenguajes nuevos… Cada una, cada uno de nosotros podemos poner nombre a esos demonios que estamos llamados a expulsar, a las enfermedades que debemos sanar o a los lenguajes que debemos practicar con insistencia hasta hablarlos adecuadamente.

No perdamos el tiempo. Hemos tenido el suficiente, 40 días. Ya no hay excusas. El Señor no sólo nos ha preparado para ello, sino que, además, promete seguir a nuestro lado, actuar junto a nosotros y confirmar la Palabra con signos que todos puedan comprender.

No nos quedemos parados. El Señor nos pone en movimiento con un envío apasionante: que al mundo entero llegue la Buena Noticia, la que nosotros ya hemos recibido.

Inma Eibe, ccv

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.