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Francisco: “Un Estado debe ser laico. Los estados confesionales terminan mal”

Domingo, 22 de mayo de 2016
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laiLa pregunta que se nos ocurre es ¿Va a disolver el Vaticano? porque para estados confesionales…

El Sumo Pontífice aboga por una “sana laicidad” que respete la libertad religiosa y la objeción de conciencia

Bergoglio denuncia “un sistema económico mundial que ha caído en la idolatría del dinero”

(J. Bastante).- Para bien o para mal, el Papa Francisco nunca deja de sorprender. Justo después de haber solicitado, durante su discurso a los obispos italianos, que abandonen las propiedades materiales no dedicadas al culto, una entrevista con el diario francés La Croix arremete contra la confesionalidad del Estado y reclama una sana laicidad” acompañada de “una sólida ley que garantice la libertad religiosa”.

Un Estado debe ser laico. Los estados confesionales terminan mal. Esto va contra la Historia, subrayó el Papa al diario católico francés. Preguntado por el modelo francés, Bergoglio apuntó que “cada uno debe tener la libertad de expresar su propia fe, y si una mujer musulmana quiere llevar el velo, debe poder llevarlo. De la misma manera que si un católico quiere ponerse una cruz”.

Para el Papa, las personas deben ser libres de profesar su fe en el corazón de sus propias culturas y no en los márgenes. Pese a todo, Francisco matiza y dirige una “modesta crítica” a Francia, a la que acusa de “exagerar con el laicismo“, lo que “lleva a considerar las religiones como subculturas en lugar de culturas a título pleno y con sus derechos. Temo que este enfoque, un comprensible patrimonio de la Ilustración, sigue existiendo. Francia necesita dar un paso hacia adelante sobre este tema para aceptar el hecho de que la apertura a la trascendencia es un derecho para todos“.

En la entrevista, el Papa defiende la autonomía de los estados para establecer las leyes que considere oportunas, pero también la libertad de los creyentes de hacer objeción de conciencia. “El Parlamento es el que debe discutir, argumentar, explicar, dar razones. Es así como crece una sociedad. Sin embargo, una vez que la ley ha sido aprobada, el Estado también debe respetar las conciencias. El derecho a la objeción de conciencia debe ser reconocido dentro de la estructura jurídica, porque es un derecho humano. También para un funcionario público, que es una persona humana”.

Francisco también fue interrogado por el drama de los refugiados en Europa. Para Francisco, “la pregunta de fondo es por qué hay tantos migrantes ahora”. La respuesta arremete contra el consumismo radical de Occidente: “Los problemas iniciales son las guerras en el Medio Oriente y en África, y el subdesarrollo del continente africano, que provoca el hambre. Si hay guerras es porque hay fabricantes de armas. Si existe todo este desempleo, no es por falta de inversiones capaces de llevar el trabajo que África tanto necesita”.

“Más en general -insistió Francisco- esto plantea el problema de un sistema económico mundial que ha caído en la idolatría del dinero. Más del 80 por ciento de las riquezas de la humanidad está en manos del 16 por ciento de la población. Un mercado completamente libre no funciona. Los mercados en sí son un bien, pero exigen una parte tercera o un estado que los monitoree y equilibre. En otras palabras, lo que sirve es una economía social de mercado”.

“Volviendo a los migrantes -continuó el Pontífice- la peor forma de acogida es la guetización. Al contrario, es necesario integrarlos. En Bruselas, los terroristas eran belgas, hijos de inmigrantes, pero que crecieron en un gueto. En Londres, el nuevo alcalde (Sadiq Khan, hijo de musulmanes paquistaníes, ndr.) prestó juramento en una catedral y seguramente se reunirá con la reina. Esto demuestra la necesidad de que Europa vuelva a descubrir su capacidad de integrar”

“Frente al terrorismo islámico, será mejor interrogarnos sobre la manera en la que un modelo demasiado occidental de democracia ha sido exportado a países como Iraq, en donde existía un gobierno fuerte anteriormente. O bien en Libia, en donde existía una estructura tribal. No podemos seguir adelante sin tomar en consideración estas culturas. Como dijo un libio recientemente: ‘Estábamos acostumbrados a tener un Gadafi, ahora tenemos cincuenta’. La coexistencia entre cristianos y musulmanes todavía es posible. Yo provengo de un país en el que cohabitaban bien”, concluye el Papa.

Fuente religión Digital

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“Laicidad del Estado, laicidad del Evangelio”, por José Mª Castillo

Domingo, 22 de mayo de 2016
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la-laicidadLeído en su blog Teología sin Censura:

Las recientes declaraciones, que el papa Francisco ha hecho al diario francés La Croix, han dado pie a un nuevo motivo de sorpresa (y en no pocos casos, de escándalo) para muchos católicos, chapados a la antigua, que dan la impresión de estar todavía anclados en el “Antiguo Régimen”. No en el de Franco, sino en el de los monarcas absolutos, previos a la Ilustración. Y algunos hasta tienen el atrevimiento de acusar al papa Francisco de ignorante en temas de historia.

A quienes se rasgan las vestiduras por lo que ha dicho el papa en su entrevista a La Croix, les vendría bien recordar que no es lo mismo “laicidad” que “laicismo”. El “laicismo” consiste en independizarse “de toda influencia eclesiástica o religiosa”. Lo que, en la práctica, equivale a rechazar a Dios y cuanto se refiere a Dios, la Iglesia, la religión, etc. La “laicidad” no es negación o rechazo, sino independencia de la religión o de lo religioso. Un Estado laico no persigue ni margina el hecho religioso. Simplemente lo respeta. Y permite que los ciudadanos vivan y expresen en público sus creencias, con tal que las distintas confesiones respeten las normas de convivencia que emanan de la Constitución del Estado.

Pues bien, hecha esta aclaración semántica, es importante aclarar dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, no es lo mismo hablar de la “religión” que hablar de “Dios”. La religión es el medio o camino para relacionarse con Dios. De forma que la religión es el “medio”, Dios es el “término”. Teniendo en cuenta que el medio, la religión, es siempre un hecho humano, un fenómeno cultural, una realidad histórica y de este mundo. Mientras que Dios es el Trascendente. Que no es, ni puede ser, inmanente, cultural, histórico o mundano. Es verdad que los seres humanos, ya que no podemos ver a Dios, ni tenemos acceso directo a él, nos “lo representamos”, en cada momento histórico, en cada pueblo yen cada cultura, según los valores o criterios determinantes de esa cultura. Es más, se sabe con seguridad que “Dios es un producto tardío en la historia de la religión” (G. Van der Leeuw, E. B. Taylor, Walter Burkert…), que, durante muchos miles de años, no pasó de ser un fenómeno consistente en una notable variedad de rituales, relacionados con la caza, el ciclo vital y la muerte (Ina Wunn, con abundante bibliografía).

Y en segundo lugar, antes que de la “laicidad del Estado”, tenemos que hablar de la “laicidad del Evangelio”. ¿Por qué? Porque, en realidad, la vida pública de Jesús fue una serie ininterrumpida de continuos conflictos con los sacerdotes, con los doctores de la Ley, con los observantes fariseos, con el templo, con las observancias, normas y rituales religiosos, de forma que todo terminó en el enfrentamiento supremo y decisivo, que llevó a Jesús al tribunal religioso, a la condena a muerte y a la ejecución violenta en la cruz. Lo que nos lleva inevitablemente a la pregunta inquietante y peligrosa: ¿el Evangelio es un libro de religión o es la historia de un conflicto mortal con la religión de los rituales, del templo y de los sacerdotes? La respuesta más razonable a esta pregunta es decir que el Evangelio, antes que un “libro de religión”, es un “proyecto de vida”. Un proyecto centrado en la honradez, la honestidad, la bondad y la misericordia sin limitación alguna.

Por esto se puede afirmar que Jesús sacó la religión del templo. Y la puso en la vida, en la existencia humana, en la tarea incansable por humanizar este mundo, esta vida, la relación de cada cual con los demás. Para así contagiar felicidad, progreso, bienestar, igualdad y dignidad para todos. Si Dios y la religión no nos sirven para ser y comportarnos lo mejor posible unos con otros, sea cual sea la cultura y las tradiciones en las que cada cual ha nacido y se ha educado, entonces ¿para qué nos sirve Dios y de qué nos sirve la religión? Es evidente que este proyecto se hace realidad más y mejor en una sociedad laica y en un Estado no confesional, que en una sociedad y un Estado que, desde una determinada confesión religiosa, actúa como un “sistema excluyente!, que inevitablemente divide, separa y confronta a la gente, constituyéndose en un factor de fanatismo y de violencia.

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El enigma del fundamentalismo religioso

Miércoles, 6 de abril de 2016
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monoteistass“Hay que volver a los fundamentos pero sin rigidez”

“Los credos monoteístas se deslizan hacia convicciones absolutas”

“No hay que negar la historia sino aproximarse a ella de forma abierta”

(Manuel Fraijó, El País).- El fundamentalismo petrifica la Biblia y la convierte en autoridad absoluta”. Así se expresa, pensando en el cristianismo, el teólogo J. Moltmann. Identifica de esta forma una de las tentaciones de las religiones monoteístas: su fe puede, con relativa facilidad, deslizarse hacia convicciones absolutas. Intentemos una mínima clarificación.

Desde luego, nadie reprochará a las religiones que retornen una y otra vez a sus fundamentos. Sus fundadores y el credo al que ellos dieron lugar no puede ser un me- ro punto de partida que caiga en el olvido. Los orígenes no se marginan impunemen- te. Las religiones, como las personas y los pueblos, tienen grandes obligaciones con- traídas con el recuerdo; sin él se perece. “Qué sea el hombre”, escribió el filósofo W. Dilthey, “solo se lo dice su historia“.

Es necesario, pues, que las religiones siempre vuelvan -sobre todo en tiempos convulsos- a su primera hora, a sus fundadores, a sus libros sagrados en busca de la anhelada identidad. Pero la identidad no es algo cerrado ni enlatado que se acumule solo en los inicios y condene a los nacidos después a ser meros repetidores. El momento fundacional no agota las posibilidades de configuración de los proyectos religiosos. El tiempo añadido, la tradición, los siglos transcurridos ayudan a perfilar la intuición originaria.

Esos pasos intermedios reclaman también vigencia y cierta normatividad. Es más: se impone incluso una consideración amable del momento presente. Las religiones son comunidades narrativas de acogida que ayudan a vivir y morir digna y esperanzadamente. Cuando una religión margina alguno de estos tres estadios -los orígenes, la tradición y el momento presente- y se aferra a que el velo se rasgó por completo en los mitificados momentos iniciales surge el fundamentalismo. Su pecado no se localiza, pues, en la búsqueda de fundamento; es humana y necesaria, sin ella se camina a la deriva. El fundamentalismo se hace fuerte cuando las religiones, además de afirmar legítimamente su trascendencia, niegan, ya sin legitimidad para ello, su contingencia histórica y las heridas que el paso del tiempo ocasiona. La negación de la historia es una invitación solemne al fundamentalismo.

El peligro fundamentalista afecta a múltiples ámbitos de nuestras sociedades. Sin embargo, resulta extraño que esté tan presente en las religiones, sobre todo en las monoteístas. Y es que, en palabras del teólogo W. Pannenberg, “el fundamentalista es el hombre de la cosa segura”. Pero ¿qué es lo seguro en las religiones? ¿No es la fe confiada, sin certezas ni evidencias, su seña de identidad? El mundo al que se aso- man los creyentes es tan misterioso, tan tremendo y fascinante, que debería resistirse a la chata objetivación fundamentalista. La experiencia religiosa se forja en contac- to con símbolos, mitos, ritos y leyendas.

Se podría afirmar, con P. Ricoeur, que es “el reino de lo inexacto”. ¿Cómo se puede ser fundamentalista en un escenario tan resbaladizo, en un universo tan cargado de misterio e incertidumbre? Más bien parece que la persona religiosa debería estar familiarizada con el espesor de lo inefable, con los muchos nombres y rostros de lo divino. Todas las religiones saldrían ganan- do si incluyesen en su biblia pequeña el verso de José Ángel Valente: “Murió, es decir, supo la verdad”. Pero hasta entonces, hasta que no doblemos la última curva del camino, la verdad será una criatura huidi- za, especialmente para el fundamentalista.

El filósofo H. Bergson abordó estos interrogantes distinguiendo dos clases de religión: la estática y la dinámica. La primera se agota en la búsqueda de seguridades. Su problema es el miedo, que intenta esquivar acumulando certezas doctrinales y pautas inmutables de conducta que defiende con ira, intransigencia y fanatismo. En definiti- va, la religión estática rechaza las fatigas de la duda y el ejercicio de la razón crítica.

En cambio, la religión dinámica está fa-miliarizada con las preguntas que “el terror de la historia” (M. Eliade) suscita. Sabe que preguntar es ser piadoso. De ahí que, según Bergson, la religión dinámica culmine en la mística. “Superhombres sin orgullo” llama a los místicos, cuya cima son para él san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús. No puede extrañar que este gran europeo muriera (1941) pidiendo “un suplemento de alma” para un mundo en el que ya se vislumbraba que la mecánica estaba ganando la partida a la mística.

Destacados conocedores de la historia de las religiones monoteístas señalan dos ámbitos especialmente sensibles al fundamentalismo. En primer lugar, la comprensión e interpretación de sus textos sagrados. Casi tres siglos lleva el cristianismo a vueltas con la exégesis de su Biblia. La aplicación del método histórico-crítico a los textos bíblicos no ha supuesto su debilitamiento, sino una mayor fortaleza. Algo parecido se espera de la incipiente exégesis crítica del Corán. El libro sagrado de los musulmanes determina rígidamente todos los aspectos de su vida religiosa y social. Según el islam, el Corán fue dictado íntegramente al Profeta Mahoma por un ángel en el cielo. Tal vez esta procedencia divina tan directa esté en el origen del temor a someter el Corán a los rigores de la exégesis histórico-crítica. Un temor que no es unánime: existe un islam fundamental que empieza a asomarse a la exégesis crítica del Corán; menos propenso a esta tarea es el islam fundamentalista, siempre volcado en la interpretación literal del texto sagrado; y ajeno a las fatigas de la interpretación histórico-crítica es el fundamentalismo islámico, de triste actualidad por los fines bastardos con los que lee y aplica determinados pasajes del Corán. No existe, pues, un único islam, como tampoco existe un solo cristianismo o un único judaísmo. Sería injusto no diferenciar cuidadosamente.

En segundo y último lugar: a todas las religiones les cuesta separar lo sagrado de lo profano. Muchos musulmanes defienden que, por el honor de Alá, no debería haber zonas francas seculares. Sin embargo, los estudiosos del islam están convencidos de que en algunos países musulmanes el islam está evolucionando y terminará percatándose, como le ocurrió al cristianismo, de que en la vida no todo es religión.

Al comienzo de este siglo, profetas de mal agüero aseguraron que el siglo XXI sería “el siglo de Jesús contra Mahoma”. Es de esperar que aún estemos a tiempo de evitarlo. Y el mejor camino es el de la aproximación mutua, serena y reflexiva, más atenta a lo que une que a lo que separa. En su viaje a Centroáfrica el papa Francisco acudió a una gran mezquita musulmana a orar. En realidad, así fue al principio.

Las crónicas narran que, tras cuatro meses de asedio, el califa Omar (632) conquistó Jerusalén sin ningún género de violencia. Entró como un peregrino, a lomos de un camello y vistiendo un manto usado. A la hora de la oración, el patriarca de Jeru- salén, Sofronio, le ofreció su iglesia para que rezase en ella; pero Omar declinó la invitación con estas o parecidas palabras: mejor no, no sea que el día de mañana, después de mi muerte, algún musulmán te la arrebate diciendo: “Aquí oró Omar”. Un comienzo de diálogo prometedor.

Manuel Fraijó es catedrático emérito de la Facultad de Filosofía de la UNED.

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Debate abierto sobre proyecto de ley de protección laboral LGTB en Nebraska

Sábado, 2 de abril de 2016
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LB264Morfeld4-15-15aAdam Morfeld, senador de Lincoln

Los partidarios de protección laboral para trabajadores LGTB de Nebraska apuran sus últimas bazas de cara al debate y votación de su propuesta de ley, que ha dividido a los sectores más religiosos del estado.

 Más de un centenar de personas se reunían el martes en la rotonda del Capitolio para instar a la aprobación de un proyecto de ley para prohibir la discriminación laboral basada en la identidad de género o la orientación sexual. Esta medida ayudaría al estado frente a su crisis de mano de obra, mostrando que Nebraska está abierta a los negocios. Esta manifestación pretende preparar el ambiente para debatir una propuesta introducida el año pasado por Adam Morfeld, senador de Lincoln.

Los empresarios están desesperados por gente capacitada, declara Linda Dugan, vicepresidenta de la sede en La Vista de la compañía Paypal, que asegura que la propuesta del senador resuelve un problema laboral, económico y sobre los derechos humanos, indicando que «Paypal apoya esta ley furiosa y apasionadamente. Las cámaras de comercio de Lincoln y Omaha apoyan esta propuesta, al igual que la mayor parte de las empresas del estado, pero también se ha encontrado con sus opositores.

Director ejecutivo de la Conferencia Católica de Nebraska, Greg Chleppenbach afirma que no se han presentado evidencias de que la protección propuesta a la comunidad LGTB pueda traducirse en un crecimiento económico. Según él «si vas a emitir una afirmación o petición como esta, danos alguna prueba». El gobernador Pete Ricketts también califica la medida como «innecesaria», puesto que, según ha declarado en rueda de prensa, «tenemos una ley actual que cubre esto», aunque no dio más detalles al respecto, recibiendo la inmediata respuesta de Morfeld, quien asegura que esa afirmación «simplemente no es verdad (…). Le preguntaría que señalase esas leyes».

Brandi Bosier, transexual propietaria de una empresa de servicios de jardinería de Hastings, asegura que conoce empresas que han evitado Nebraska debido a su bajo calificación en las encuestas nacionales en materia de protección de la comunidad LGTB. Según ella, mientras los negocios son cada vez más abiertos a gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, «la religión está sobrepasando los límites». En lso últimos años, los grupos en favor de los derechos de los homosexuales han entrado en conflicto a nivel nacional con los sectores más religiosos.

Algunas organizaciones en riesgo de perder sus subvenciones por discriminación al colectivo homosexual en base a su fe recibían el apoyo de Marcos Kolterman, senador de Sewand, que introducía a principios de año un proyecto de ley con el único objetivo de que no perdieran sus apoyos económicos. Los oponentes a la ley de protección laboral (LB586) defienden que se forzaría a los empresarios a dar empleo a personas con un estilo de vida en conflicto con sus creencias religiosas. La Alianza Familiar de Nebraska declara en un comunicado que «todos estamos de acuerdo en que la discriminación arbitraria es un error (…). Este proyecto de ley cambia la consistente amabilidad y tolerancia de Nebraska por una ley que usaría toda su fuerza y el peso del gobierno en castigar a aquellos que sostienen diferentes creencias sobre el matrimonio y la sexualidad».

En contradicción con todas estas personas y grupos en contra de la ley para evitar la discriminación laboral al colectivo LGTB, el reverendo Jim Keck explicó que la propuesta de Morfeld no es sólo un proyecto de ley, sino que es un llamamiento a «apelar a lo mejor de nosotros mismos». Según dijo Dios creó al hombre a su propia imagen y los cristianos deben «amar al prójimo como a sí mismo (…). Esto es lo que la biblia me dice».

Fuente Agencias, vía Universogay

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El “pare nostre” y la muerte de un joven cristiano

Domingo, 21 de febrero de 2016
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elivolcarsirUn interesante artículo de José Moreno Losada en su blog Cree en la Universidad:

El “Pare Nostre” de un joven sirio cristiano

Se acaba de formar revuelo con la alusión ofensiva al Padre Nuestro en una expresión poética en un acto oficial catalán. La mejor respuesta a las ofensas sean personales o con respectos a nuestras creencias -incluido nuestro sagrado padrenuestro- es saber rezar el Padrenuestro con amor y sangre, si hace falta, como lo ha hecho Elías, un joven estudiante cristiano de Siria comprometido con la fe y la paz en su pueblo. En su muerte encontramos una llamada a trabajar por la Paz y el perdón en nuestro mundo, frente a toda ofensa.

La muerte de este joven cristiano en esa guerra cruel e injusta, nos recuerda la necesidad de avanzar y trabajar con urgencia en una cuestión universal como es el diálogo interreligioso y el respeto mutuo -también entre creyentes y no creyentes- , a lo cual nos está invitando denonadamente el papa Francisco, tanto en su actitud de cara al ecumenismo, así como ante el diálogo interreligioso.

La realidad cultural de nuestro mundo ha cambiado dada la transformación técnico-económica, política y social que estamos viviendo en el fenómeno de la globalización. La idea de nuestro mundo como aldea, hace que todos seamos vecinos de un modo absolutamente nuevo. En esta vecindad nueva hay muchos elementos a resolver de todo tipo, que en principio se plantean problemáticos: económicos, sociales, políticos, culturales. Y dentro de ellos no es ninguna cuestión baladí la realidad religiosa que se ve mezclada e inculturada en todas las demás dimensiones.

Ahí se plantea un reto de gran calado que la Iglesia católica, animada por el Papa Francisco, lo acoge como misión y compromiso, se trata de favorecer un verdadero y auténtico diálogo interreligioso. Por eso en estos días, en que sabemos que el mundo está convulso en cuestiones muy graves en las que entran la persecución religiosa de los cristianos en Oriente – en que una de las últimas víctimas es Elías, este joven conocido de estudiantes extremeños de la juventud estudiante católica-, pero que a la vez, en nuestra propia sociedad, surgen elementos de contradicción y de desafecto entre creyentes y no creyentes, como ha ocurrido con la referencia poco afortunada a la oración entrañable de los cristianos como es el padre nuestro, nos sentimos llamados a reflexionar sobre algo tan necesario como el diálogo interreligioso y las claves del mismo, para un mundo que pretende ser realmente abierto acogiendo la pluralidad como riqueza.

12744616_961750293912508_239036788819030377_nEl diálogo interreligioso exige dos cosas fundamentales: tener algo propio por comunicar, de la misma manera sostener que también los demás tengan algo bueno por enseñarnos; ambos aspectos deben estar unidos y dirigidos al mutuo entendimiento y enriquecimiento.
Si renunciamos a nuestras convicciones por una malentendida actitud de paz, los demás no podrán sacar nada bueno de su encuentro con nosotros. Pero, por otra parte, si no estamos convencidos de que también los seguidores de otras religiones puedan comunicarnos algo bueno, entonces asumiremos una actitud de autosuficiencia y pretenderemos actuar sólo como maestros, cerrando nuestra alma a las riquezas del encuentro.

Se trata ante todo de un “diálogo de vida”: compartir la vida comunidades de religiones diversas que pueden vivir en paz, una junto a la otra, cada uno practicando con coherencia su fe y testimoniándola a los demás, respetándose y solidarizándose en el bien. Esto es urgente en la actualidad, dada la constante movilidad humana.

El cristiano debe estar convencido de que tiene una gran verdad por anunciar a los demás y que éste es un deber preciso; pero también debe estar convencido de que podrá y deberá aprender mucho de los demás: por ejemplo para no caer en el activismo, en el ajetreo de la vida diaria, los monjes budistas dan testimonio del espíritu de oración; o las tendencias individualistas y antiecológicas reciben correctivo de la solidaridad y armonía con la naturaleza de las poblaciones animistas; es muy conocido el influjo ejercitado por Gandhi sobre los cristianos con la doctrina y la práctica de la no-violencia.

Pero también es posible el “diálogo formal”: personas de religiones diversas que se encuentran para afrontar juntos problemas comunes de carácter social, moral, político, etc; cada uno tomando inspiración de la propia religión y buscando encontrar soluciones aceptables para todos. Por ejemplo cómo afrontar problemas de la familia y la vida humana, de la instrucción, de la emigración, de la paz y de la libertad, particularmente la libertad religiosa.

El camino en el diálogo interreligioso está apenas iniciado, así como entre el mundo de la creencia y la increencia; hay mucho trecho por realizar. Dispuestos y deseosos de compartir las propias riquezas y de respetar y de recibir las riquezas de los demás, se podrá construir una mejor convivencia humana.

Estas claves sencillas para lo interreligioso pueden ser también luces para el encuentro entre las personas de nuestra sociedad y sus ideas y creencias. La falta de atención y respeto que hiere a unos y a otros, entre creyentes y no creyentes, no conduce a la verdadera armonía ni a la paz social que todos deseamos. La respuesta a los desencuentros ha de ir por el camino del verdadero diálogo en el que nos encontraremos y aprenderemos a pensar y a sentir, también desde el otro, sabiendo pasar desde la “contra” – diálogo- a ponernos en el lugar del otro –coloquio- , un diálogo coloquial que nos acerca lo que realmente somos, humanos.

José Moreno Losada.

Nota:

Elias-AbiadElías Abiad era… sigue siendo en las manos del Padre… un joven voluntario de Cáritas Siria asesinado en Alepo por los proyectiles que cayeron el pasado sábado 13 de febrero sobre el barrio de Sulaymaniyah. Elías había llegado a a Siria en septiembre del 2014.

Ha dado la noticia el Secretario General de Caritas Internationalis, Michel Roy, en un mensaje de condolencia a la familia de Elías, en el que subraya que el sacrificio del joven voluntario “nos recuerda la continua tragedia cotidiana de Siria, y la urgente necesidad de que cese el fuego y se llegue a la paz”.

Elías trabajaba en proyectos de asistencia de Cáritas Siria en Alepo desde septiembre de 2014. El domingo 14 de febrero, el obispo Georges Abou Khazen OFM, Vicario apostólico de Alepo para los católicos de rito latino, ha lanzado un llamamiento en el que recuerda también el sacrificio de Alias Abiad: “Os escribo desde Alepo” se lee en el texto, publicado por Ora Pro Siria “donde desde hace unos días, estamos bajo continuos bombardeos contra civiles que están causando muertos, heridos y destrucción por doquier. La noche pasada, en nuestros barrios han muerto cuatro personas y más de quince han resultado heridas, eso sin contar las casas y apartamentos dañados. Estos bombardeos” continúa el obispo franciscano “son realizados por los grupos denominados ‘oposición moderada’ y como tales son defendidos, protegidos y armados, pero en realidad solo se diferencian de los otros yihadistas en el nombre”.

Fuente Agencias

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“¿Pueden las religiones ayudar a superar la crisis ecológica?”, por Leonardo Boff

Viernes, 12 de febrero de 2016
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religiones_560x280Enviado a la página web de Redes Cristianas

Por primera vez después de años, los 192 países se pusieron de acuerdo en la COP 21 de París, a finales de 2015, en que el calentamiento global es un hecho y que todos, de forma diferenciada pero efectiva, deben aportar su colaboración. Cada saber, cada institución y especialmente aquellas organizaciones que más mueven a la humanidad, las religiones, deben ofrecer lo que está en su mano. De no ser así, corremos el peligro de llegar con retraso y de enfrentarnos a catástrofes como en los tiempos de Noé.

Obviando el hecho cada religión o iglesia tiene sus patologías, sus momentos de fundamentalismo y de radicalización hasta el punto de haber crueles guerras religiosas, como hubo tantas entre musulmanes y cristianos, lo que se pide ahora es ver de qué forma, a partir de su capital religioso positivo, estas religiones pueden llegar a convergencias más allá de las diferencias y ayudar a enfrentarse a la nueva era del antropoceno (el ser humano como un meteoro rasante amenazador) y la sexta extinción masiva que ya está en curso desde hace mucho tiempo y se acelera cada vez más.

Tomemos como referencia las tres religiones abrahámicas.

Primero, veamos la contribución del judaísmo. La Biblia hebrea es clara al entender la Tierra como un don de Dios y que nosotros hemos sido colocados aquí para cuidarla y guardarla. “La Tierra es mía y vosotros sois huéspedes y forasteros” (Lev 25,23). No podemos como ningún huésped normal haría, ensuciarla, romper sus muebles, estropear su jardín y matar a sus animales domésticos. Pero nosotros lo hemos hecho. Por eso existe la tradición de Tikkum Olam, de la “regeneración de la Tierra”, como tarea humana por los daños que le hemos causado. Hay también sentido de responsabilidad frente a los no humanos. Así antes de comer, cada uno debe alimentar a sus animales. No se puede tirar el nido de un pájaro que está cuidando a sus pichones. “Dominar la Tierra” (Gn 1,28) debe ser entendido a la luz de “cuidar y guardar” (Gn 2,15), como quien administra una herencia recibida de Dios.

El cristianismo heredó los valores del judaísmo. Pero le añadió datos propios: el Espíritu Santo fijó su morada en María y el Hijo en Jesús. Con eso asumió de alguna forma todos los elementos de la Tierra y del universo. La Tierra es entregada a la responsabilidad de los seres humanos, pero estos no tienen un derecho absoluto sobre ella. Son huéspedes y peregrinos y deben cuidar de ella. San Francisco de Asís introdujo una actitud de fraternidad universal y de respeto a cada uno de los seres, hasta a las hierbas silvestres. Por ser el Dios cristiano un ser relacional, pues es Trinidad de Personas siempre relacionadas entre sí, el propio universo y todo lo que existe es también relacional, como tan bien lo expresó el Papa Francisco en su encíclica.

El islam sigue las huellas del judaísmo y del cristianismo. También para él la Tierra y la naturaleza son creación de Dios, y han sido entregadas a la responsabilidad del ser humano. En el Corán se dice que tenemos nuestra morada aquí y por un corto tiempo podemos disfrutar de sus bienes (Sura 2,36). El Altísimo y Misericordioso nos da señales a través de la riqueza y la diversidad de la naturaleza que nos recuerdan constantemente su misericordia, con la cual dirige el mundo (Sura 45,3). La entrega confiada a Alá (islam) y la propia jihad (lucha por la santidad interior) implican cuidar de su creación. Hoy muchos musulmanes han despertado a lo ecológico y de Singapur a Manchester pintaron sus mezquitas todas de verde.

Hay unos puntos convergentes en estas tres religiones: entender la Tierra como don y herencia y no como objeto para ser usado simplemente a su voluntad, como lo entendió la modernidad. El ser humano es responsable de lo que recibió, debiendo cuidarla y guardarla (haciéndola fructificar y dándole sostenibilidad); él no es dueño sino cuidador. La Tierra con su riqueza remite continuamente a su Creador.

Estos valores son fundamentales hoy, pues la tradición científico-técnica trata a la Tierra como mero objeto de explotación, situándose fuera y por encima de ella. Somos Tierra (Gn 1,28). Por eso hay un parentesco con ella, nuestra sustentadora.

Además, todas las religiones desarrollan actitudes que actualmente son imprescindibles: el respeto por la Tierra y por todo lo que ella contiene, pues las cosas son muy anteriores a nosotros y tienen valor por sí mismas; la veneración ante el Misterio del universo. Respeto y veneración no solo al Corán o a la hostia consagrada, sino a todos los seres, pues son sacramentos de Dios. Esta actitud impone límites al poder dominador que está hoy poniendo en peligro el equilibrio de la Tierra y amenazando nuestra supervivencia. La irracionalidad científico-técnica debe conocer límites éticos, impuestos por la propia vida que quiere seguir viviendo y mantener su identidad. Si no, ¿a dónde iremos? Seguramente no a la montaña de las bienaventuranzas sino al valle de lágrimas.


Leonardo Boff es articulista del JB online y ha escrito La Tierra en la palma de la mano: una nueva visión del planeta y de la humanidad, Vozes 2016.

Traducción de MJ Gavito Milano

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Líderes islámicos firman la “Declaración de Marrakech” en defensa de la libertad religiosa

Domingo, 31 de enero de 2016
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el-concepto-de-paz-esta-profundamente-enraizado-en-la-religion-del-islam_560x280A los 1.400 años de la “Carta de Medina”

Reclaman que los países islámicos desarrollen un concepto de ciudadanía abierto a todas las religiones

Es inconcebible el uso religión para golpear los derechos de las minorías religiosas en los países musulmanes

(Agencia Fides).- El 27 de enero, 250 estudios islámicos eminentes se reunieron en Marrakech, por invitación del Ministerio de Fomento y Asuntos Islámicos del Reino de Marruecos y del Foro para la Promoción de la Paz en las sociedades islámicas, con sede en los Emiratos Árabes Unidos, han firmado un apelo para que se desarrolle una jurisprudencia islámica sobre el concepto de ciudadanía, que incluya a todos los grupos.

Según un comunicado enviado a la Agencia Fides, la Declaración de Marrakech retoma la Carta de Medina, que este año cumple 1.400 años de su firma, “un acuerdo constitucional entre el Profeta Muhammad y el pueblo de Medina, que garantizaba la libertad religiosa para todos, independientemente de su fe.

Además de pedir a los estudiosos e intelectuales musulmanes que desarrollen el concepto de ciudadanía en la jurisprudencia islámica, se hace un llamamiento a las instituciones educativas para que realicen “una revisión valiente de los programas educativos, y eliminen cualquier tema que incite a la agresión y al extremismo, conduciendo a la guerra y al caos”; y a los políticos para que “establezcan un contrato constitucional entre los ciudadanos”.

Por último, pide a los diversos grupos religiosos que recuerden que durante siglos han compartido la misma tierra, viviendo juntos, y que rechacen cualquier forma de denigración del otro.

La Declaración de Marrakech concluye afirmando que es “inconcebible el uso religión para golpear los derechos de las minorías religiosas en los países musulmanes”. En el encuentro de Marrakech estaban presentes cincuenta líderes de otras religiones que han expresado su agradecimiento por la Declaración

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“La pregunta del fariseo”, por José Carlos García Fajardo, profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

Martes, 26 de enero de 2016
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Ferdinand Hodler El buen samaritano, 1885Ferdinand Hodler: El buen samaritano, 1885

Leído en la página web de Redes Cristianas

El justo no pretende hacer cosas buenas, sino que bueno es lo que hace el justo. Si se busca el mérito de las acciones, éstas se prostituyen.

Existe una tradición milenaria que proclama “amarás al prójimo como a ti mismo”. Aunque ya hay textos hindúes y budistas que la expresaron centenares de años antes. En la parábola del Buen Samaritano está la respuesta al fariseo que pretendía zafarse de toda responsabilidad con quienes no fueran “los suyos”.

Tanto en la tradición judía como en el calvinismo, que va a dar origen al capitalismo deshumanizado, el concepto de pueblo, familia, relación tiene algo de contractual y de mutuo beneficio: te doy esto para que me des aquello o no te hago esto para que no me lo hagas tú. Ahí tiene su origen el individualismo que se va a confundir con la Ilustración que separa religión y cultura, reduciendo aquella a una ideología. Se pueden distinguir pero no separar, pues lo religioso es una dimensión del hombre en busca de sentido. La religión confiere a la cultura su sentido último mientras que la cultura presta a la religión su lenguaje para que pueda expresarse en un contexto cultural. Todo lenguaje está determinado culturalmente y toda cultura está informada por una visión última de la realidad. De ahí que ninguna religión pueda tener el monopolio de lo religioso, de la dimensión trascendente del ser humano y de su expresión por medio de ritos, culto o celebraciones para acercar lo humano a su más plenaria dimensión. La sabiduría está en aceptar y en respetar las diversas tradiciones religiosas como fenómenos que expresan diferentes expresiones de religiosidad siempre que no vulneren los derechos fundamentales de los seres humanos.

No es de recibo admitir la pretensión que hacen algunos seguidores del hinduismo, del budismo, del judaísmo, del cristianismo o del Islam de que la suya es el culmen de las demás religiones. Todas las religiones arrancan de un sentimiento ante lo misterioso humano primordial, sin embargo, cada tradición religiosa tiene fronteras determinadas con sus límites geográficos e históricos. La pretensión de universalidad y el concepto de misión han llevado a desarraigos y a explotaciones inhumanas e injustas. De la misma manera que los pueblos poderosos han pretendido “civilizar” a quienes consideraron “salvajes” porque vivían en las selvas, los misioneros de esas tradiciones entraron a saco en otras culturas tratando de paganos y de supersticiosos, cuando no de ateos y de idólatras, a quienes no pensaban como ellos: destruían sus símbolos calificándolos de ídolos y los obligaban a arrodillarse ante dos palos cruzados, o ante una caja de metal que guardaba un trozo de pan o ante una imagen de escayola. Renegaban de sus cultos con fuego y resinas aromáticas y ellos usaban incienso, velas y agua. Otros los obligaban a cercenarse el prepucio o a postrarse en dirección a la Meca. ¿Qué fue el colonialismo sino un monoculturalismo cuya esencia es creer que desde una sola cultura se puede abarcar la gama total de la experiencia humana?

El culto verdadero se practica en “espíritu y en verdad”. En espíritu, no importa dónde ni bajo qué forma porque todo lugar es santo. Toda verdad se inscribe en una relación inter personal. La verdad es siempre concreta. Todo está relacionado con todo, de manera que nuestra responsabilidad es universal. Sin sincretismo ni relativismo alguno.

“Amar al prójimo como a uno mismo entraña una relación de reciprocidad. Porque el otro nunca podrá ser objeto de nuestro amor ya que siempre será sujeto que interpela. El objeto es medio o instrumento para un fin y el otro es un fin en sí mismo.

El justo no pretende hacer cosas buenas, sino que bueno es lo que hace el justo. Si se busca el mérito de las acciones, éstas se prostituyen. De ahí que el justo no se preocupe por hacer cosas buenas sino que “bueno es lo que hace el justo”. Justo es el término bíblico para sádhaka, el que se ha puesto en camino descubriendo que camino, verdad y vida son la misma realidad.

Ante la pregunta farisaica se alza la evidencia que descubren los sabios, los niños y los limpios de corazón: El otro soy yo, el próximo.

Es preciso encender un fuego para quien sea y donde sea, sin esperar nada a cambio, por el placer de compartir. Porque la esperanza no es de lo futuro, sino de lo invisible. Y en esa donación se descubre la plenitud del regalo como presente. Pues si siempre hay más gozo en dar que en recibir, esta es una asignatura pendiente: cuando se aprende a recibir se enriquece al donante que se desborda, se vierte y así se establece la conversación (cum versare, verternos juntos) y la conversión o metanoia que nada tiene que ver con la idea de penitencia impuesta por un cierto cristianismo distante del mensaje y la conducta del Rabí de Nazaret.

Twitter: @GarciaFajardoJC

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“La mujer en la sociedad y en la religión”, por José Mª Castillo

Jueves, 14 de enero de 2016
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mujer-iglesiaDe su blog Teología sin Censura:

La violencia contra la mujer no tendrá solución, en las religiones, mientras la sociedad, en cada país y en cada cultura, no deje resuelto y zanjado para siempre el problema de la igualdad de derechos y garantías entre la mujer y el hombre. Dicho más claramente, mientras las mujeres no tengan los mismos derechos y las mismas garantías que los hombres, la violencia contra las mujeres seguirá haciendo los estragos que viene realizando desde hace miles de años. Como igualmente se puede afirmar que el día que la sociedad suprima las desigualdades (en dignidad y derechos) entre las mujeres y los hombres, ese día las religiones no tardarán en reconocer, aceptar y poner en práctica la igualdad de los que por, por su condición de género, son diferentes.

Las sociedades mediterráneas del siglo primero eran, como es sabido, sociedades en las que la propiedad pertenecía al patriarcado. Solamente el “paterfamilas” tenía la propiedad, no sólo de los bienes, sino además de las personas en el grupo familiar. El padre era el propietario, el jefe, el amo, el que concentraba todos los derechos. La mujer, los hijos y los esclavos no tenían más remedio que vivir sometidos al patriarca. De ahí que las religiones, lo mismo en Israel que en Egipto, en Grecia o en Roma, eran religiones patriarcales, machistas y justificantes de todas las desigualdades que se derivaban del modelo de familia patriarcal.

Es verdad que, según los evangelios, Jesús tuvo un trato excepcional de respeto, delicadeza y aceptación de la mujer, fuera cual fuese su origen o su conducta. Pero bastantes años antes que los evangelios (según la redacción que la Iglesia ha aceptado como canónica o auténtica), se empezaron a conocer las cartas de Pablo y las llamadas deutero-paulinas (Ef y Col) hasta las pastorales. Y en estos documentos se acepta y se impone el sometimiento y el silencio de la mujer en la sociedad, en la familia y en la Iglesia. Como igualmente sabemos que Pablo aceptó la condición de los esclavos y el sometimiento al emperador (Rom 13, 1-7). Por eso, la Iglesia prohibió la esclavitud cuando eso ya estaba prohibido en la sociedad, aunque – por desgracia – las autoridades religiosas se callan, tantas veces, ante las nuevas formas de esclavitud vigentes en este momento. Por no hablar de los silencios jerárquicos ante las dictaduras políticas.

La lucha, en defensa de los derechos y de la dignidad de la mujer, tiene que ser ante todo una lucha política, jurídica, social y laboral. Mientras las mujeres no tengan la misma autonomía económica que los hombres, las mujeres seguirán aguantando amenazas, insultos, palizas y hasta la misma muerte. Si esta situación no se resuelve, la violencia contra la mujer no tiene solución. Los clérigos seguirán diciendo cosas acertadas (y quizá algunas desacertadas) sobre este asunto. Como es igualmente cierto que en las iglesias se oyen bellos sermones sobre los derechos humanos. Pero la pura verdad es que nos creeremos los discursos eclesiásticos (sobre toda clase de dignidades y derechos) el día que la Iglesia modifique su Derecho Canónico de forma que en él quepan los Derechos Humanos, todos los derechos, concretamente los de la mujer.

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El Congreso de Teología arranca reclamando “urgentes medidas de acogida”

Viernes, 11 de septiembre de 2015
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teol_560x280El 35 Congreso de Teología arranca reclamando “urgentes medidas de acogida y hospitalidad”

Francisca Sauquillo denuncia la “depuración étnica” contra cristianos y minorías por parte del Estado Islámico

“Una fe fanática no sólo mueve montañas: sino que arma ejércitos y promueve el odio”

(Jesús Bastante).- Un año más, y van 35, casi un millar de personas acudieron a la inauguración del Congreso de Teología organizado por la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII. Un congreso marcado por la situación de los refugiados y la persecución de los cristianos en Oriente Medio. “Las religiones: violencia y caminos de paz” es su lema. “Hay que tratar al refugiado como lo que es: un ser humano con nuestros mismos derechos y dignidad”.

La presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, Francisca Sauquillo, arrancó su intervención inaugural reivindicó el Congreso de Teología como “un espacio de reflexión y diálogo que es lo que necesitamos con urgencia”. En esta ocasión, con un tema “que como cristianos nos toca directamente: las raíces de la violencia en la que vivimos”.

“¿Son las religiones fuente de violencia o caminos de paz?”, preguntó la presidenta del MPDL, quien constató que, a lo largo de la historia,las religiones han sido y siguen siendo ambas cosas: fuente de violencia y caminos de paz“. “Pero no es la religión en sí misma, sino los fanatismos religiosos o el uso que otros intereses hacen de la religión los que son fuente de violencia”, incidió.

“Nos encontramos ante un mundo de violencia desatada, con retos que no son nuevos, pero sí diferentes para el cristianismo”, subrayó, indicando que “si queremos que nuestro cristianismo sea camino de paz en lugar de fuente de violencia, lo primero que tenemos que hacer es identificar los problemas y tratar de encontrar la vía por la que discurran hacia una pacificación, y que de ninguna manera sean motivo de conflicto“.

¿Cómo lograr esto? En primer lugar, defendiendo “la justicia y el respeto a los derechos humanos”, pues “la violencia que vivimos están íntimamente relacionados temas como la corrupción, la explotación de seres humanos y la pérdida de los valores”.

“Hemos dejado de advertir que nuestro beneficio es perjuicio de los demás”, denunció Sauquillo, quien se preguntó si ¿puede existir la paz cuando hay hombres, mujeres y niños que no pueden vivir según las exigencias de la plena dignidad humana? ¿Puede existir una paz duradera en un mundo donde imperan relaciones sociales, políticas , económicas y mercantiles que favorecen a una minoría a costa de las mayorías populares empobrecidas ¿Puede establecerse una paz genuina sin el reconocimiento efectivo de la sublime verdad de que todos somos iguales en dignidad porque todos hemos sido creados?

Pese a las luchas por un mundo más justo, se siguen viendo “guerras injustas como las de Irak o Siria, el conflicto entre Israel y Palestina, Libia, Eritrea, etc., Con ellas se busca el beneficio de unos pocos y que tienen consecuencias catastróficas para muchos”.

En segundo lugar, la ponente abogó por “la tolerancia y el respeto al otro”, frente a la situación actual, donde una fe fanática no sólo mueve montañas: sino que arma ejércitos, promueve el odio y encuentra en otro mundo las razones para desdeñar la vida humana en éste. El resultado es escalofriante: el supuesto mandato divino es una de las principales causas de muerte en el planeta.

 “El fenómeno del yihadismo afecta a cualquier población que no cumpla los requisitos de unas normas estrictas, basadas en una visión fundamentalista , lo que está obligando a musulmanes, Kurdos, cristianos, etc, a huir de sus territorios”, subrayó Sauquillo, recordando, “pues creo que se habla poco de ello, a los cristianos en Oriente perseguidos y asesinados por el llamado Estado Islámico y otras organizaciones terroristas“.

“Hoy, los cristianos en Oriente Medio forman el 5% de la población, muy por debajo del 20% de comienzos del siglo XX”, y el futuro es muy poco alentador: “se estima que de los 12 millones de cristianos de la región probablemente se habrán reducido a seis millones para el año 2020“.

Los cristianos son verdaderas víctimas de una depuración étnica llevada a cabo por los yihadistas radicales“, que buscan “instaurar una uniformidad religiosa en una tierra donde durante siglos convivieron con amplios grados de tolerancia las tres grandes religiones monoteístas”.

En tercer lugar, Sauquillo habló de “la solidaridad”. “Dedicamos cada vez menos esfuerzos a la cooperación al desarrollo, cuando cada vez gastamos más en armas, etc…”, sostuvo, indicando que “nos encontramos con un problema que exige de nosotros un esfuerzo enorme por la envergadura que ha alcanzado. Este es el problema de los refugiados que han llegado a Europa.

“Los cristianos y las cristianas debemos actuar con generosidad, no solamente a un nivel personal, sino institucional. Las parroquias, las asociaciones, las ONG,s, los organismos y también al más alto nivel de representación de las instituciones eclesiásticas, debemos tomar iniciativas que traten de paliar la terrible situación de los refugiados y obligar a los Estados y en concreto al Estado Español y al Estado Vaticano a tomar urgentes medidas de acogida y hospitalidad, reclamó.

En cuarto lugar, “la sostenibilidad”, frente a la “degradación y muerte de nuestro planeta”. En este sentido, la encíclica papal “ha supuesto un hito en la conversación global sobre la situación ambiental de nuestro mundo, al plantear los problemas que origina el modelo de desarrollo científico técnico de la modernidad: la pérdida de la diversidad biológica, la escasez de agua, la degradación de los océanos o la descongelación del Ártico”.

“El binomio paz y vida, puede parecer un eslogan retórico, pero no lo es”, añadió la ponente, quien indicó, como el Papa, que “todo delito contra la vida es un atentado contra la paz”.

En quinto lugar, la “cultura de paz”, que comporta “la armonía del ser humano consigo mismo, los demás y la naturaleza; la transformación pacífica de los conflictos; los valores cooperativos, la equidad y justicia social; el respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y libertades fundamentales“.

Algo fundamental ahora que “estamos presenciando cómo muchos hombres, mujeres, niños, viejos, enfermos, están sufriendo y muriendo, y piden ayuda a nuestra vieja y rica Europa huyendo del hambre, de la persecución y el odio, en tiempos en los que los medios técnicos han alcanzado la posibilidad de hacer de la pobreza historia. Y de lograr una vida próspera, y en paz de la humanidad“.

Ante esta situación, concluyó, “este Congreso de Teología no puede permanecer en silencio y tiene que exigir que la Iglesia, el Estado Vaticano y los estados europeos actúen y nosotros no permanezcamos insensibles a ello”.

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“Construyendo religión y homosexualidad en los medios de comunicación. ¿Condenadas a no darse la mano?”, por Mariecke Van Den Berg

Jueves, 16 de julio de 2015
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20150515_mariecke_vanderberg_1De la página Web de CRISMHOM:

Puedes consultar el AUDIOVÍDEOPRESENTATION (pdf in English), CONFERENCIA (pdf en español)CONFERENCE (pdf in English) y CONFERENCE (on line in English) de esta ponencia de Mariecke Van Den Berg, doctora en Teología y socióloga o las II Jornadas completas.

 Introducción: la emancipación LGBT en los Países Bajos

Me gustaría compartir brevemente el proyecto de investigación en el que estoy trabajando y que se titula “Polos opuestos, la relación opuesta entre homosexualidad y religión en el debate público”.

En este proyecto, mis colegas y yo estamos investigando por qué religión y homosexualidad siempre se ven como opuestas en los medios de comunicación y por qué forman una combinación tan “explosiva”. Creo que Los Países Bajos son conocidos en el mundo entero, o quizá les gusta serlo, por su elevado nivel de aceptación de la homosexualidad. Probablemente sabrás que los Países Bajos fueron los primeros, en 2001, en introducir el matrimonio entre parejas del mismo sexo tras haber introducido un registro de relaciones de pareja en 1998. Ya en 1986, una de las muchas denominaciones eclesiales decidieron bendecir relaciones entre personas del mismo sexo. En 2004, la Iglesia Protestante de Los Países Bajos, la denominación eclesial mayoritaria, decidió hacer lo mismo. Las organizaciones LGTB tienen una larga historia de obtención de subvenciones estatales. Los derechos LGTB se han convertido en un importante producto de exportación de Los Países Bajos, con todas las consecuencias tanto positivas como negativas.

 Religión y homosexualidad en los medios

Sin embargo, hemos tenido recientemente debates encarnizados sobre homosexualidad y en todos estos debates la religión ha sido un factor importante.

Quizá sorprendentemente, el matrimonio entre parejas del mismo sexo no fue en sí un tema de gran discusión. Ha estado presente durante mucho tiempo. Hubo mucho foco de atención en los medios internacionales para la primera boda gay, pero no en Los Países Bajos. Pero después de la introducción del matrimonio entre parejas del mismo sexo, hubo un debate muy controvertido sobre qué hacer con la “objeción de conciencia de los funcionarios matrimoniales” del estado. La cuestión entonces fue qué hacer con los funcionarios civilles que son religiosos y mayoritariamente cristianos, que en base a sus convicciones religiosas se negaban a casar a parejas del mismo sexo. ¿Tendrían que ser obligados a hacerlo como representantes del estado o a ser despedidos? O ¿deberían ser protegidos como miembros de una minoría religiosa?

El segundo debate vino con el creciente número de inmigrantes musulmanes a Los Países Bajos. Especialmente para partidos de derecha, el Islam se está viendo como una amenaza a nuestros valores “judeo-cristianos”. Para simplificar y a pesar de que se trata de una realidad más compleja, los musulmanes presuponen una cierta aceptación LGBT en estos valores. Pero los debates comenzaron realmente cuando los imanes, muchas veces mencionados en los medios como “odiados imanes”, predicaban contra la homosexualidad. Lo que cuenta aún más es que la gente se preguntaba sobre la disyuntiva entre libertad de religión y expresión o protección del colectivo LGBT contra la discriminación.

En tercer lugar, había debates en los que se discutía sobre si se debía permitir que los colegios cristianos pudieran despedir personal contratado cuando se mostraban en relación con otra persona del mismo sexo, contra el reglamento interno del colegio. ¿A qué se debería dar más peso? ¿a los derechos legales de estos profesores o al derecho del colegio a organizarse según sus propios principios religiosos?

Nos parece que religión y homosexualidad tienen roles negociados. En el pasado, la religión era una parte evidente de la esfera pública, mientras que la homosexualidad estaba restringida a la privacidad de la alcoba. Ahora, la religión está bajo sospecha, algo que practicas en casa y no puedes mostrar públicamente, mientras que la homosexualidad a llegado a ser muy visible no sólo en el Orgullo, sino también en televisión.

En nuestro proyecto comenzamos preguntándonos dos cosas. La primera es: ¿son estos debates tal y como los conocemos en Los Países bajos, donde la homosexualidad es un tema central, particulares a nuestro país? Un país caracterizado por la diversidad religiosa pero también por una dominancia calvinista. ¿Son estos debates distintos en países con una historia eclesial y clima político diferentes? Y en caso de serlo, ¿por qué son distintos? Y en segundo lugar, ¿por qué la homosexualidad? ¿Por qué es este tema, de todos los posibles, tan controvertido? ¿Por qué acapara tanta atención en los medios, especialmente cuando se añade a la religión?

Para responder a estas preguntas, se me dio un sub-proyecto en el que comparo los debates en Los Países Bajos a otros debates en otros países en Europa, con un enfoque especial en Serbia, Suecia y España. Escogimos estos países porque en ellos dominan distintos tipos de cristiandad o lo hicieron en el pasado: Ortodoxia oriental en Serbia, Luteranismo en Suecia y Catolicismo en España. Durante esta investigación, otros países fueron en ocasiones incluidos.

En esta investigación utilizo el método de análisis de discurso. Un discurso puede describirse como un conjunto de ideas que se aglutinan entre sí produciendo coherencia dentro de una determinada ideología. Un discurso conservador cristiano puede por ejemplo consistir en que Dios condena la homosexualidad en la biblia y que la homosexualidad es una amenaza contra la familia. Un discurso más progresista puede ser que Dios creó la diversidad y que debemos por tanto ver la diversidad sexual como como una bendición. En el análisis de discurso, estamos interesados en cómo se puede ejercer poder a través del lenguaje. Las palabras pueden tener mucha fuerza cuando son pronunciadas por una persona con gran autoridad como un político o un obispo.

Las palabras pueden ser significativas cuando pueden llegar a una gran audiencia, por ejemplo en las noticias de las 8 de la tarde. Y pueden ser relevantes cuando evocan ciertas emociones entre el público. Tómese por ejemplo el himno nacional de Los Países Bajos. En este himno cantamos, lo creamos o no, que yo soy William de Nassau, soy de sangre alemana y siempre he sido fiel al rey de España. No os voy a molestar con el contexto histórico en el que estas palabras cobran sentido.

Mi punto de vista es que las palabras del himno tienen fuerza, porque son el himno. A veces alguien podría querer cambiar la letra porque no mucha gente se siente leal al rey de España, dudaría que supieran incluso su nombre. Pero habrá mucha resistencia a cambiarla. La gente está emocionalmente unida a otras cosas sobre las que se sienten fuertemente vinculadas  emocialmente. De igual manera, la gente puede sentirse emocionalmente vinculada a un cierto discurso sobre la homosexualidad. Para esas personas, la forma en la que hablan de la homosexualidad se ha unido a otras cosas con las que con fuerza se sienten emocionalmente vinculadas, como su país, religión o posición en la sociedad. Hablaré sobre eso después. Por el momento, en lo que está interesado este proyecto de investigación es qué palabras se están utilizando y cómo se articula el poder a través de ellas utilizando 1) autoridad, 2) cómo llegan a los medios y 3) las emociones que llevan consigo.

 Casos ejemplo

1) El Anticristo es gay: Rusia.

Al hablar de palabras, me gustaría dar un ejemplo de un país donde una palabra ha llegado a ser central y es Rusia. En particular, me gustaría entrar en el uso en internet de la palabra Anticristo en Rusia. Cada vez más rusos están haciendo uso de internet y es ahí donde mucha ideología, tanto nacionalista como no, está siendo expandida. Leer más…

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35 Congreso de Teología: “Las Religiones: violencia y caminos de paz”

Martes, 7 de julio de 2015
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pikaza_camino_paz-938c8Portada del libro de Xavier Pikaza “El camino de la paz”

10-13 septiembre 2015

“LAS RELIGIONES: VIOLENCIA Y CAMINOS DE PAZ”

Programa del 35 Congreso de Teología

ASOCIACIÓN DE TEÓLOGOS Y TEÓLOGAS JUAN XXIII,
info@congresodeteologia.info
MADRID.

Entre los días 10 y 13 de septiembre se celebrará en el Salón de Actos de Comisiones Obreras de Madrid la 35ª edición del Congreso de Teología organizado por la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII. El tema elegido para este año es “Las religiones: violencia y caminos de paz”.

A continuación os dejamos el programa que se desarrollará en esos días:

Jueves, 10 de septiembre

19:15 h: Saludo de bienvenida y presentación del Congreso
Francisca Sauquillo. Presidenta del Movimiento por la Paz, la Democracia y la Libertad (MPDL)

19:30-21:00 h: Primera Conferencia
Los conflictos en el mundo de hoy y sus causas. Análisis crítico
Mariano Aguirre. Director del Centro Noruego por la Construcción de la Paz (NOREF). Oslo

Viernes, 11 de septiembre

10:00-11:30 h: Comunicaciones
Modera: Comunidad Fray Pacífico
- Violencia en los adolescentes y los jóvenes JOC
- Discriminación y violencia contra las mujeres en el ámbito laboral. Mª del Carmen Heredero. Secretaría Mujer, Igualdad y Política Social. CC. OO.
- Violencia contra la infancia: los niños robados. Francisco González Tena. Autor de “Nos encargamos de todo. Los niños robados en España”

Descanso

12:00-13:30 h: Primera Mesa redonda: Acuerdos de Paz y Memoria histórica
- Acuerdos de paz en El Salvador. María Dolores Albiac. Periodista.
- Acuerdos de paz en Guatemala. Yago Pico de Coaña. Diplomático
- Movimiento de la Memoria Histórica en España. Jaime Ruiz

16:00-16:30 h: Comunicaciones Abiertas
- La Agenda latinoamericana. Veinticinco aniversario
Fernando Bermúdez. Teólogo

16:30-18:00 h: Segunda Mesa redonda
Encuentro por la paz y la convivencia en Euskal Herria
- Rosa Rodero. Víctima de ETA
- Axun Lasa. Víctima del GAL
Moderan: Carlos Olalla. Actor, y Javier Baeza, de la Parroquia de San Carlos Borromeo, Entrevías

Descanso

18:30-20:00 h: Segunda Conferencia
– Violencia de género y respuesta del feminismo
Ana de Miguel. Profesora Titular de Filosofía. Universidad Rey Juan Carlos. Madrid

Sábado, 12 de septiembre

10:00-11:30 h: Tercera Conferencia
Paz y violencia en África: el papel de las religiones Cyprien Melibi. Teólogo. Camerún.

Descanso

12:00-13:30 h: Cuarta Conferencia Violencia, terrorismo y religiones monoteístas
- Natalia Andújar. Directora de los programas “Educaislam” y “Feminismo islámico”. Córdoba

- 17:00-18:30 h: Quinta Conferencia
El compromiso con los pobres como aportación a la paz y a los procesos latinoamericanos de liberación
Suyapa Pérez Escapini. Teóloga. UCA. San Salvador. El Salvador

- 19:00-20:15 h: Homenaje a Pedro Casaldáliga y recuerdo de Monseñor Romero
- Suyapa Pérez Escapini
- Benjamín Forcano. Teólogo y sacerdote de la Prelatura de Père Casaldàliga
- Glòria Casaldàliga. Presidenta de la Asociació amb el Bisbe Casaldàliga

Domingo 13 de septiembre

10:00-11:30 h: Sexta Conferencia: Las religiones, caminos de paz
Xavier Melloni. Director del Centro de Espiritualidad de Manresa

12:00 h: Celebración de la Eucaristía y colecta solidaria
Comunidad de Santo Tomás

Mensaje del 35º Congreso de Teología.

Para más información e inscripciones:
http://www.congresodeteologia.info
info@congresodeteologia.info

Textos para la contraportada

Forjarán de sus espadas azadones y de sus lanzas podaderas. No levantará  la espada nación contra nación ni se ejercitarán más en la guerra.   Is.  2,4

Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahvé como las aguas colman el mar.   Is. 11,9

Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno derribando el muro divisorio, la enemistad…  Vino a anunciar la paz; paz a vosotros los que estabais lejos y paz a los que estaban cerca.   Ef. 2, 14-17

***

Fuente Alandar

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Dios, un espacio múltiple: No al terror anti-religioso (26.6.15)

Domingo, 28 de junio de 2015
Comentarios desactivados en Dios, un espacio múltiple: No al terror anti-religioso (26.6.15)

david-haines-decapitado--644x362Del blog de Xabier Pikaza

En nombre de Dios, ha vuelto a derramarse sangre humana: Grupos de falsos musulmanes han asesinado a docenas de inocentes en varios países, para que así triunfe el orden inhumano de su religión.

En contra de eso, desde tiempo antiguo, los amigos de la vida, los fieles de Dios, han sabido que la verdad propia no consiste en destruir al otro, al que piensa y es distinto, sino en abrir caminos y espacios para que puedan caber todos:

La Cábala judía afirmaba que Dios se “encoge” para que puedan ser las cosas que son diferentes, que existamos nosotros; pero no todos los judíos han seguido esa enseñanza, y hay algunos que imponen un tipo de visión exclusivista de la vida donde están primero ellos, ellos, ellos.

El Dios del Islam dejaba espacio para los pobres y excluidos de la Meca y de la tierra entera; pero algunos musulmanes, de ISIS y otros grupos ser únicos, uniendo el “sólo Dios” (falsamente interpretado) al “sólo nosotros”, no dejando que a su lado existan otros, con formas distintas de vida, y matándoles por tanto, como ayer lo han hecho de nuevo.

El Dios Cristiano abre un espacio para los distintos, dejándose incluso expulsar de su tierra en Jesucristo, pero no todos los cristianos han entendido y seguido a Jesús de verdad, y entre ellos (los cristianos) ha crecido un tipo de imperialismo económico-militar que quiere dominarlo todo sobre el mundo.

Pues bien, eso que hace Dios han de hacerlo sus “creyentes”: dejar espacio, alegrarse de que vivan otros:

que los judíos abran abran campos de vida para musulmanes y distintos;que no se piensen los únicos, que no se apoderen de una tierra que es de todos, que no empleen el dinero al servicio de sus intereses.

que los musulmanes busquen el bien los judíos, no en teoría o en discursos oficiales, sino en la vida concreta (que no quieran echarles al mar); que exijan la disolución de ISIS y de todos los grupos terroristas, para que pueda darse una verdad universal sobre la tierra, pues de lo contrario acabarán matándose ellos mismos y matando su religión milenaria.

que los cristianos sepan lo que significa “amar a los enemigos y distintos”, querer que les vaya bien, orar por ellos; que desliguen su experiencia religiosa de un tipo de imperialismo de la razón económica y política de algunas de sus instituciones.

Un camino, un proyecto

papa-jerusalen_642x428Se trata de pasar del imperialismo de la desconfianza (de un Dios absoluto que no deja lugar para los otros) a la tolerancia activa de un Dios cuya esencia consiste en hacer que los otros sean, que sean distinto, un Dios que no ocupa espacio, porque su espacio son todos.

Este es el baile de la verdad que suscita otras verdades, la danza de Dios, es decir, el baile de aquellos que giran y giran para compartir lños frutos de la tierra, los amores de la vida para disfrutar de esa manera unidos en comunión.

Por eso quiero hablar de la razón plural de Dios, que sólo es única siendo múltiple, siendo dialogada. Quiero hablar del baile de Dios que los teólogos cristianos llaman perijóresis: cada persona vive en la medida en que da mano a otra y bailan juntas y así se relacionan.

Eso es Dios, el giro creador del gozo compartido. O, si alguien prefiere, no hablemos de Dios, sino del baile y camino de la vida.

Que todos podamos compartir la danza creadora de la vida: niños judíos y musulmanes… Chicas y chicos, de oriente y occidente, cristianos, budistas, musulmanes… Empecemos bailando, sigamos bailando, es decir, dándonos la mano, para ser en común y alimentarnos uno de (con) los otros.

Aquí no hay sillón fijo ni siquiera para Dios,

conforme a esa experiencia de la perijóresis de Dios, que los viejos teólogos latinos tradujeron con dos palabras fuerte.

— Dios es circumincessio, un camino en el que cada una va hacia el otro, para verle y sentirle, para gozar juntos.

— Dios es circuminsessio: cada uno se sienta en el lugar del otro, no para ocupar su sillón y dominarle, sino para ver las cosas desde allí.

El judío tiene que ponerse en la “piel” de árabe de Gaza y viceversa; el musulmán de ISIS al que llaman fundamentalista y asesino, por imponer su visión equivocada del Islam, tiene que ponerse en el lugar del judío y del cristiano…

Sólo así, poniéndonos cada uno en el lugar del otro, estaremos todos en el lugar de Dios y Dios y en el de todos. Sólo así veremos que hay sitio para todos en la pequeña Palestina, tierra de filisteos, judíos y cristianos, con musulmanes… Y que hay lugar para todos en las viejas tierras de Sirio y Mesopotamia, de Túnez y Kuweit, donde ayer (26, 6, 15) han vuelto a estar llar las bombas.

No se gana nada por la fuerza de las armas, por el terror de las bombas, por la imposición económica. Sólo se gana vida y humanidad compartiendo, abriendo espacios para los otros?

— ¿Podrán hacer eso los judíos y los musulmanes del entorno de la tierra de Palestina, en la costa oriental del Mediterráneo, en Siria y en Irak?

— ¿Podrán cambiar en esa línea los musulmanes violentos del Estado Islámico, que nos están ofreciendo la caricatura más horrible del auténtico Islam?

— ¿Podrán cambiar en esa línea los poderosos de oriente y occidente, con religión o sin religión, pero siempre con un dios de violencia y de poder, que suele llamarse dinero (Mamona)?

Pero no se lo podemos pedir a ellos solos: debemos comenzar creando espacio de baile de vida compartida en España y Alemania, en Congo y en Siberia…, en cada uno de los pequeños y los grandes lugares de la tierra. En esa línea debe situarse el cristianismo, en esa línea deen situarse las tradiciones religioesa y sociales de nuestro tiempo, como seguiré indicando.

Una reflexión final

Originalmente, las religiones son una experiencia integral y abierta de comunicación, por la que los miembros del grupo comparten experiencias, ideales y caminos. En ese sentido, las grandes religiones son anti-imperialistas (y anti-terroristas), de manera que han nacido o se han reformado cuando ciertas personas carismáticas (fundadores o reformadores) han criticado a la jerarquía anterior y han ofrecido la experiencia sagrada a todos los miembros de la sociedad:

— así hicieron los hebreos, saliendo del sistema imperial de Egipto,
— así hizo Jesús criticando a los escribas de un judaísmo jerárquico,
— así hizo Buda separándose de los grandes jerarcas de la mística hindú,
— así hizo Muhammad rompiendo con la oligaría comercial e ideológica de la Meca…

Por eso queremos que las religiones vuelvan a su origen, viniendo a presentarse como experiencias de comunicación…

— La verdad del judaísmo no está en el triunfo del pueblo judío, sino en la vida de todos los pobres “hebreos” del mundo.
— La verdad del cristianismo no está en la victoria del Dios de los cristianos, sino en la llegada del Reino de Dios para todos los pobres y excluídos de la tierra, sean o no cristianos.
— Finalmente, el triunfo del Islam no está en la victoria de una determinada comunidad musulmana, sino en la revelación de la Verdad y de la Vida de Dios para todos los hombres.

Un buen cristiano debe querer el triunfo del auténtico Islam y un buen musulmán el triunfo del auténtico cristiano… y un buen judía el triunfo de todos, es decir, la llegada del tiempo mesiánico de la reconciliación y del diálogo, es decir, del baile de Dios.

Cristianismo (Iglesias), General, Islam, Judaísmo , , , , ,

El Senado de Georgia (EE.UU.) aprueba un proyecto de ley para discriminar a los ciudadanos LGTB y en Texas presentan un proyecto similar

Miércoles, 18 de marzo de 2015
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200-bandera-georgia-eeuuEl Senado de Georgia ha aprobado con una gran mayoría un proyecto de ley que permitirá que las organizaciones religiosas del Estado puedan discriminar a los ciudadanos en base a la orientación sexual o a la identidad de género de los mismos.El resultado fue de  37 votos a favor de la medida y solo 15 votos en contra de la misma.

El proyecto de ley homófobo que ha sido aprobado por el Senado de Georgia establece que las organizaciones religiosas, por respeto a sus “creencias”, tienen derecho a discriminar en base a la orientación sexual o a la identidad de género de los ciudadanos.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos han condenado que las autoridades de Georgia estén impulsando la discriminación de los ciudadanos del Estado norteamericano, recordando que, por muy minoritaria que pueda ser la diversidad sexual, el gobierno tiene el deber de proteger sus derechos al igual que el del resto de la ciudadanía. “Este proyecto de ley es un ataque indignante contra las personas LGTB y sus familias. El proyecto crea consecuencias perjudiciales para todas las personas del Estado”, ha indicado Marty Rouse, activista de la organización Human Rights Campaign.

HRC reacciona, a través de esta declaración:

En términos prácticos, S. B. 129 podría permitir a las empresas negar el servicio a parejas del mismo sexo, un paramédico a negarse a proporcionar servicios de salvamento a una persona LGBT, o un consejero escolar a rechazar los servicios de un adolescente LGBT. El proyecto de ley pone a los grupos minoritarios en riesgo de que les sean negados los servicios por todas partes, desde la tienda de conveniencia a la oficina del doctor.

“No se refiere a cualquier problema legítimo con la legislación actual y crea consecuencias perjudiciales para las empresas de todo el estado. No sólo pone en peligro a la comunidad LGBT, sino a las mujeres, a los miembros de religiones minoritarias y otras clases minoritarias. Todos los georgianos merecen ser tratados con dignidad y respeto, y necesitamos a todas las personas ecuánimes en el estado para ayudar a detener este proyecto de ley “.

“Es decepcionante que el Senado votó hoy una pieza tan divisora e innecesaria de la legislación”, dijo el Director Ejecutivo de Georgia Equality Jeff Graham. Los expertos jurídicos de todo el espectro político están de acuerdo en que este proyecto de ley podría abrir la puerta a la discriminación. Y si no se trata de crear una licencia para discriminar, ¿por qué trabajan tan duramente para evitar un lenguaje que aclare esta agregación de la ley.  Las acciones de hoy tendrá un efecto negativo en la reputación de Georgia y envian un mensaje de intolerancia a la siguiente generación “.

El empuje de Georgia por consagrar una mayor discriminación legal contra la comunidad LGBT se ha enfrentado recientemente con la oposición de una fuente inesperada: Mike Bowers,  el ex Fiscal General de Georgia que defendió la ley de sodomía del estado en el caso histórico Corte Suprema Bowers v. Hardwick. El mes pasado, se manifestó en contra de este tipo de propuestas como “excusa para practicar discriminación injustas.”

Presentan un proyecto de ley en Texas para evitar que se prohíba la discriminación LGTB

6a00d8341c730253ef01b7c758600b970b-800wiUn miembro del Partido Republicano en el Estado de Texas ha presentado un proyecto de ley contrario a la prohibición de la discriminación que sufren los ciudadanos LGTB. La medida ha sido presentada por Mike Miller, un político del Partido Republicano perteneciente a la Cámara de Representantes del Estado norteamericano de Texas.

La ley de Texas no incluye la orientación sexual o la identidad de género y expresión. El proyecto de ley establece que ninguna ciudad o condado del Estado tiene derecho a crear ordenanzas contra la discriminación que sean más completas que la ley estatal al respecto.

La medida, de ser aprobada, impedirá que las localidades de Texas puedan crear ordenanzas contra la homofobia, bifobia o transfobia, al no prohibir dichos tipos de discriminación la ley estatal al respecto.

El proyecto de ley del representante republicano Rick Miller, de ser finalmente aprobado, desprotegerá a 7,5 millones de ciudadanos que en la actualidad están protegidos de la discriminación basada en la orientación sexual o en la identidad de género.

Dichos ciudadanos de Texas están protegidos contra la discriminación LGTB gracias a las ordenanzas al respecto existentes en las localidades de Austin, Dallas, San Antonio, El Paso, Fort Worth, Houston y Plano.

La   HB 1556 es más específica que una medida similar introducida por el senador Don Huffines (R-Dallas). Huffines ‘SB 343 prohibiría ciudades de aplicar cualquier ordenanzas que sean más rigurosas que la ley del estado, a menos que lo autorice la ley.

En Arkansas el mes pasado, un proyecto de ley similar se convirtió en ley sin la firma del gobernador. Los activistas de base criticaron a las  organizaciones nacionales LGBT por no hacer lo suficiente para oponerse a la medida Arkansas, SB 202, que fue redactada en respuesta directa a la aprobación de una ordenanza no discriminación LGBT inclusiva de Fayetteville.

 

Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Las religiones y el terrorismo”, por Leonardo Boff

Domingo, 15 de febrero de 2015
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061217-las-tres-religiones-culturas-alianza-de-civilizaciones-laicista-fundamentalismoLeído en la página web de Redes Cristianas

Los principales conflictos del final del siglo XX y de los inicios del nuevo milenio tienen un trasfondo religioso. Así en Irlanda, en Kosovo, en Cachemira, en Afganistán, en Iraq y en el nuevo Estado islámico, extremadamente violento. Quedó claro en París, con el asesinato de los caricaturistas y otras personas por fundamentalistas islámicos. ¿Cómo entra la religión en esto?

No sin razón escribió Samuel P. Huntington en su conocido libro El choque de civilizaciones: «En el mundo moderno, la religión es una fuerza central, tal vez la fuerza central que motiva y moviliza a las personas… Lo que en último término cuenta para las personas no es la ideología política ni el interés económico, aquello con lo que las personas se identifican son las convicciones religiosas, la familia y los credos. Por estas cosas luchan y hasta estarían dispuestas a dar su vida» (1997, p.79). Critica la política exterior norteamericana por no haber dado nunca el debido peso al factor religioso, considerado algo pasado y superado. Craso error. Es el sustrato de los conflictos más graves que estamos viviendo.

Nos guste o no nos guste, a pesar del proceso de secularización y el eclipse de lo sagrado, gran parte de la humanidad se orienta por la cosmovisión religiosa, judaica, cristiana, islámica, sintoísta, budista y otras.

Como afirmaba ya Christopher Dawson (1889-1970), el gran historiador inglés de las culturas: «las grandes religiones son los cimientos sobre los cuales reposan las civilizaciones» (Dynamics of World History,1957,p.128). Las religiones son el “point d’honneur” de una cultura, pues a través de ella proyectan sus grandes sueños, elaboran sus dictámenes éticos, confieren un sentido a la historia y tienen una palabra que decir sobre los fines últimos de la vida y del universo. Solamente la cultura moderna no ha producido ninguna religión. Encontró sustitutivos con funciones idolátricas, como la Razón, el progreso sin fin, el consumo ilimitado, la acumulación sin límites y otros. La consecuencia fue denunciada por Nietzsche que proclamó la muerte de Dios. No que Dios haya muerto, pues no sería Dios. Es el hecho de que los hombres mataron a Dios. Con eso quería significar que Dios no es ya punto de referencia para valores fundamentales, para una cohesión por encima entre los humanos. Los efectos los estamos viviendo a nivel planetario: una humanidad sin rumbo, una soledad atroz y el sentimiento de desenraizamiento, sin saber hacia dónde nos lleva la historia.

Si queremos tener paz en este mundo necesitamos recuperar el sentimiento de lo sagrado, la dimensión espiritual de la vida que están en los orígenes de las religiones. A decir verdad, más importante que las religiones es la espiritualidad, que se presenta como la dimensión de lo humano profundo. Pero la espiritualidad se exterioriza bajo la forma de religiones, cuyo sentido es alimentar, sustentar e impregnar la vida de espiritualidad. No siempre lo realizan porque casi todas las religiones, al institucionalizarse, entran en el juego del poder, de las jerarquías y pueden asumir formas patológicas. Todo lo que es sano puede enfermar. Pero por lo “sano” medimos las religiones, así como a las personas, y no por lo “patológico”. Y ahí vemos que ellas cumplen una función insustituible: el intento de dar un sentido último a la vida y ofrecer un cuadro esperanzador de la historia.

Sucede que hoy el fundamentalismo y el terrorismo, que son patologías religiosas, han adquirido relevancia. En gran parte debido al devastador proceso de globalización (en verdad es occidentalización del mundo) que pasa por encima de las diferencias, destruye identidades e impone hábitos extraños a ellas.

Por lo general, cuando eso ocurre, los pueblos se agarran a aquellas instancias que son los guardianes de su identidad. En las religiones guardan sus memorias y sus mejores símbolos. Al sentirse invadidos como en Iraq y en Afganistán, con miles de víctimas, se refugian en sus religiones como forma de resistencia. Entonces la cuestión no es tanto religiosa. Es antes política que usa la religión para autodefenderse. La invasión genera rabia y deseo de venganza. El fundamentalismo y el terrorismo encuentran en ese complejo de cuestiones su nicho de origen. De ahí los atentados del terror.

¿Cómo superar este impasse civilizacional? Es fundamental vivir la ética de la hospitalidad, disponerse a dialogar y aprender con el diferente, vivir la tolerancia activa, sentirnos humanos.

Las religiones necesitan reconocerse mutuamente, entrar en diálogo y buscar convergencias mínimas que les permiten convivir pacíficamente.

Antes de nada es importante reconocer el pluralismo religioso, de hecho y de derecho. La pluralidad se deriva de una correcta comprensión de Dios. Ninguna religión puede pretender encuadrar el Misterio, la Fuente originaria de todo ser o cualquier otro nombre que quieran dar a la Suprema Realidad, en las mallas de su discurso y de sus ritos. Si así fuera, Dios sería un pedazo del mundo, en realidad, un ídolo. Él está siempre más allá y siempre más arriba. Entonces hay espacio para otras expresiones y otras formas de celebrarlo que no sea exclusivamente a través de una religión concreta.

Los once primeros capítulos del Génesis encierran una gran lección. En ellos no se habla de Israel como pueblo elegido. Se hace referencia a todos los pueblos de la Tierra, todos como pueblos de Dios. Sobre ellos se eleva el arco iris de la alianza divina. Este mensaje nos recuerda todavía hoy que todos los pueblos, con sus religiones y tradiciones, son pueblos de Dios, todos viven en la Tierra, jardín de Dios y forman la única Especie Humana compuesta de muchas familias con sus tradiciones, culturas y religiones.

Leonardo Boff es columnista del JBonline, filósofo y teólogo.

Traducción de MJ Gavito Milano

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Un buen fundamento, el mejor antídoto contra el fundamentalismo

Miércoles, 4 de febrero de 2015
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coexistenciaDel blog de Xabier Pikaza:

Lo que llamamos normalmente “fundamentalismo”, tanto en el plano de la cultura como de la política y de la religión, nace de la ausencia de un buen fundamento. Quien tiene un buen fundamento, quien cree de verdad en lo que cree no es nunca fundamentalista, sino un hombre de principios, que sabe respetar la fe de otras personas.

En esa línea añado (para ir a lo concreto) que un judío de fundamento nunca ha sido ni será fundamentalista en el sentido estrecho del término, sino todo lo contrario. Por eso quiero que el judío vaya a la raíz y fundamento de su experiencia social y religiosa, en el sentido fuerte del término: Cuanto más “crea” en su misión mesiánica (ser fermento de comunión para todos los pueblos), cuanto más fundamentado esté menos fundamentalista será en sentido negativo. Un judío que rechaza a los demás , que niega el valor de los otros pueblos (a los que debe ofrecer su testimonio) deja de ser judío.

Un cristiano de fundamento deja de ser cristiano en el momento en que se hace fundamentalista, en el sentido estrecho del término. Un cristiano que deja de amar a los enemigos (a los distintos en cuanto distintos), queriendo imponer su verdad a los otros, deja de ser cristiano. Por eso, no quiero que el cristiano renuncie a su verdad “absoluta” y crea que en el fondo todo da lo mismo, pues su verdad “absoluta” (si se quiere utilizar, a pesar de todo, ese término) es lque el debe dar su vida por los demás (para que los otros tengan vida), como muestra el símbolo-dogma de Cristo.

Un musulmán de fundamento deja de ser musulmán si quiere imponer su fe a los otros: Deja de creer en el Dios de la Paz (Shalam, Islam) para creer en sí mismo, en una palabra petrificada. Por eso, no quiero que el musulmán abandone su fe más profunda (en el sentido de radical), sino que profundice en ella, descubriendo en la radicalidad de Dios (¡Dios clemente y misericordioso!) el principio de toda apertura a los demás. En ese sentido, lo “absoluto” (en cuanto fundante) deja de ser absoluto-separado y se convierte en principio de comunicación.

A partir de aquí he retejido unas reflexiones sobre el fundamentalismo, que pueden ayudarnos a entender algunas actitudes de judíos y de musulmanes (en el cercano oriente) y también de cristianos, con materiales que pueden ayudarnos a entender el movimiento (pseudo-)fundamentalista de la IS.

 1. Las religiones, espacios de encuentro comuntario

1. Las religiones no son experiencias “colectivas” (de masas), sino comunitarias (de encuentro personal)… Experiencias que han nacido, en general,de la aportación y experiencia creadora (distinta) de los grandes maestros, como Moisés (los profetas bíblicos), Jesús o Muhammad… Ellos no han buscado una legitimación colectiva sin más, sino que han ofrecido a los demás su experiencia radical de encuentro con lo divino,en comunión de libertad, sin imposición de grupo (con los matices que se deben precisar en cada caso y circunstancia).

2. Por eso, al lado de la comunicación (diálogo inter-religioso), que es básica, tiene que darse la búsqueda de lo fundamental, en el sentido fuerte del término, tal como lo han descubierto y explorado los grandes maestros, como Jesús y Muhammad. En esa línea, creer (por ejemplo) en Jesús como revelador de la verdad fundamental de Dios y del hombre (creer en su verdad absoluta) implica creer en la comunión de los hombres, asumiendo la tarea de poner la propia vida al servicio de esa comunión (para que les vaya muy bien a los distintos –¡enemigos!–, rezando y preocupándose por ellos, como dice el Sermón de la Montaña).

3.En general, los “anti-fundamentalistas” suelen ser fundamentalistas de otro tipo (en otra línea). Lo más parecido a un fundamentalismo de derechas es uno de izquierdas, lo más parecido a un fundamentalista religioso es un fundamentalista anti-religioso (valga esa terminología). Se suele decir “dime de qué presumes y de diré de qué careces”. Los que presumen de anti-fundamentalitas suelen ser a veces fundamentalistas larvados. Desde ese fondo quiero ofrecer las aportaciones que siguen, ofreciendo tres “principios”, para añadir después el trabajo que un servidor y J. F. Durán Velasco hemos publicado en X. Pikaza y A. Aya, Diccionario de las tres religiones (Verbo Divino, Estella 2009).

2. Tres principios:

1. Hay que distinguir entre búsqueda de lo fundamental (radicalidad) y fundamentalismo. Como en otros casos (aunque no siempre), la terminación “-ismo” suele tener un matiz peyorativo. En ese sentido, un fundamentalista es aquel que sólo valora lo suyo, excluyendo lo de todos los demás. Pues bien, en contra de eso, aquel que busca lo fundamental (radical) de una religión no es fundamental-ista “condenable”, sino que puede ofrecer un testimonio ejemplar de hondura religiosa y de comunión. En esa línea, el buen fundamentalismo es hoy más necesario que nunca.

2. El diálogo de religiones no debe hacerse negando las particularidades de cada una y conservando un cómodo común denominador (que sería una racionalidad difusa), sino intentando que cada religión busque y desarrolle sus valores más hondos: el judaísmo la promesa mesiánica, el cristianismo la encarnación de Dios en la historia, el Islam la trascendencia de Dios… Allí donde un judío, un cristiano o un musulmán buscan de forma intensa sus raíces pueden no sólo encontrarse, sino dialogar de un modo fecundo al servicio de la humanidad. Un buen fundamentalista es siempre un hombre de comunión, pues busca en lo más propio aquello que le permite dialogar mejor con los demás.

3. El riesgo está en la búsqueda y cultivo de un aspecto marginal de cada religión, no en línea de “experiencia fundamental”, sino de puro fundamental-ismo…
Cuando una religión olvida su centro (su núcleo inspirador) y se deja prender por aspectos marginales de su historia se vuelve fundamental-ista. En ese sentido, ser fundamentalista es perder el “fundamento”, es olvidar la esencia. Por eso, el mejor antídoto contra al fundamentalismo es buscar y cultivar el fundamento de cada religión, en apertura hacia las otras, al servicio de la revelación del misterio de Dios, que es la plenitud de lo humano. Leer más…

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Las mujeres en el diálogo interreligioso

Viernes, 23 de enero de 2015
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pag13_cantarentierra_web-3-a10dcVoces. Victorino Pérez Prieto. [alandar] Como es bien sabido, desde el neolítico, a todo lo largo de la historia y hasta hoy mismo, el sexismo patriarcal ha marginado a las mujeres de todo protagonismo social. Afortunadamente, desde hace más de 30 años se ha estado haciendo una excelente reflexión al respecto, que busca recuperar su presencia para hacerla visible en la Iglesia y la sociedad y recuperar su riquísima aportación, particularmente en la teología, el pensamiento y la espiritualidad. Pero hay aún un aspecto en el que esta discriminación de la mujer sigue siendo muy palpable: su ausencia en el diálogo interreligioso; un punto muy sensible y una triste constante en todas las religiones, que no ha sido tratada hasta recientemente… y muy poco. Las teólogas feministas han dicho, con razón, que el programa de diálogo interreligioso ha adolecido de una naturaleza patriarcal, que ha llevado a una participación insuficiente de las mujeres y a la ausencia de sus intereses en las publicaciones al respecto.

Maura O’Neill, una de las mujeres que se ha acercado a esta cuestión con una publicación de referencia, ha escrito con mucha razón: La voz de las mujeres ha sido tradicionalmente excluida del diálogo entre los representantes de las religiones mundiales. Esta exclusión oscurece la diversidad misma de la perspectiva de la mujer dentro de cada tradición” (Mending a Torn World: Women in Interreligious Dialogue). Y la conocida teóloga feminista R. Radford Ruether escribe: “El feminismo llama a un nuevo contexto para situar las necesidades de lo divino. No sólo respecto del Judaismo y el Cristianismo, el Islam y el Budismo, sino también respecto a las antiguas religiones tribales, que no han permitido la experiencia de lo divino por los caminos apuntados por las mujeres” (Feminist and Jewish-Christian Dialogue, en The Myth of Christian Uniqueness, de J.Hick-P.Knitter).

Ciertamente, la ausencia de las mujeres en el diálogo religioso empobrece el diálogo mismo, privándolo de la riqueza que estas aportan; tanto de sus particulares talentos como de sus diferentes puntos de vista. Contrariamente, el feminismo es una de las principales revoluciones del siglo XX y la teología feminista representa una nueva manera de vivir y pensar la fe religiosa desde las mujeres en las diferentes religiones: parte de las experiencias de sufrimiento y resistencia de estas contra el patriarcado; recupera la memoria de las antepasadas que trabajaron por avanzar hacia la libertad y la emancipación de las mujeres; reescribe la historia de las religiones desde la perspectiva de género, utilizando sus categorías para analizar las estructuras patriarcales y discursos androcéntricos de las religiones y proponer una teología alternativa.

Esta teología feminista y la hermenéutica feminista se han ido generalizando en las últimas décadas en el mundo de las religiones, tanto en la lectura y reinterpretación de los textos sagrados como en la reflexión teológica hecha desde esa reinterpretación. Como escribe Cady Stanton, una de las primeras teólogas feministas, en su Biblia de la mujer, un libro de referencia escrito junto con otras mujeres: “La Biblia es un libro escrito por hombres que nunca han visto a Dios ni han hablado con él” (The Women’s Bible); pero es necesario tener también en cuenta que decir “la Biblia” es semejante a decir textos sagrados de las otras grandes religiones.

Hablar de religión y mujer a lo largo de la historia es hablar de tristezas y alegrías, de opresión/sumisión y también de liberación; es hablar de invisibilidad y también de visibilidad y empoderamiento… Hay que reconocer que su discriminación histórica tiene una importante base en prejuicios religiosos que se van solventando lentamente. A pesar de que -según muchos antropólogos- el matriarcado precedió al patriarcado y la madre aparece como el signo más antiguo que emerge del espacio de sacralidad indiferenciada en el neolítico, cuando las madres representaban a la Gran Diosa o Diosa Madre. Pronto los varones acabaron por imponerse… y llegó la violencia: animus -ley de la fuerza- frente a anima -ley del cuidado y el cariño incondicional, la maternidad. Los varones dominaron a las mujeres y divinizaron la paternidad: Dios Padre, engendrador, dominador y todopoderoso.

La integración de las mujeres en el diálogo interreligioso significa escuchar su perspectiva y participar con ellas en su lucha pacífica por unas religiones igualitarias y no patriarcales. Sin duda, ellas entienden mejor que los varones lo que es trabajar en grupo, en un auténtico diálogo no jerarquizado, más allá de las etiquetas religiosas que dividen religiones y pueblos. Esta integración de las mujeres en el diálogo interreligioso generará más tolerancia interreligiosa frente a estereotipos negativos, como afirma otra teóloga feminista: “La perspectiva feminista sugiere la afirmación radical del pluralismo religioso, pero no sin dejar de tener presente un conocimiento crítico del bienestar en la comunidad humana al lado del diálogo interreligioso e intrarreligioso” (M. Hewitt Suchocki, Religious Pluralism from a Feminist Perspective, en J. Hick-P. Knitter).

La armonía cosmoteándrica que expresó genialmente Raimon Panikkar exige también una mutualidad andrógina que él no llegó a elaborar, pero que nosotros y nosotras podemos y debemos elaborar ahora.

Imagen extraída de: alandar

Fuente Cristianismo y Justicia

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Las religiones, ¿contra los derechos humanos?”, por Juan José Tamayo, teólogo

Miércoles, 17 de diciembre de 2014
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derechos20humanos2Conferencia de Juan José Tamayo en Metalibrería-Madrid-10 de diciembre de 2014

Las religiones nunca se han llevado bien con los derechos humanos. Unas y otros han estado en permanente conflicto. Pero han sido las religiones las que más resistencias han opuesto a los derechos humanos por considerar que eran contrarios a los derechos divinos o, al menos, entraban en competencia con el reconocimiento que se le debía a Dios. Las declaraciones de los derechos humanos, empero, no ha reaccionado de la misma forma, sino que han demostrado un respeto escrupuloso hacia las religiones, ya que uno de los derechos que con más celo ha respetado es el de la libertad religiosa.

Pues bien, hoy la actitud de las religiones hacia los derechos humanos es hoy uno de los criterios decisivos para reconocer su relevancia o irrelevancia social, su significación o insignificancia ética, su aceptación o rechazo en la sociedad. En este artículo analizaré, primero, las dificultades y los problemas de las religiones con la teoría y la práctica de los derechos humanos, para, a continuación, mostrar las aportaciones que las religiones pueden hacer a los derechos humanos a partir del testimonio y del mensaje de algunos de sus líderes.

1. Problemas de las religiones con los derechos humanos

Antropología pesimista

. Las religiones tienden a considerar a los seres humanos dependientes de su creador, sin autonomía en su modo de ser, pensar y de actuar. La persona es pecadora a los ojos de Dios y necesita redención. La imagen que las religiones tienen del ser humano suele ser pesimista y negativa. Este difícilmente puede ser portador de dignidad y sujeto de derechos. Más bien lo es de deberes y obligaciones, expresados en los distintos códigos religiosos en forma de prohibiciones y de castigos, no sólo temporales, sino también eternos. Para que las religiones reconozcan a los seres humanos como sujetos de derechos tienen que cambiar de concepción antropológica. De lo contrario, seguirán estando en las antípodas del paradigma de los derechos humanos.

Fundamentación

El fundamentalismo religioso contrapone el derecho divino a los derechos humanos y reconoce a aquel: a) superioridad, al haber sido revelados por Dios; b) inmutabilidad en razón de su origen divino; c) plenitud, ya que posee todos los elementos necesarios para la consecución de sus fines; d) universalidad, ateniendo al carácter universal de la revelación.

Jerarquización de los seres humanos en función de las creencias

Las religiones tienden a establecer diferencias entre los seres humanos en función de las creencias; diferencias que, a la postre, desembocan en desigualdad y generan procesos de discriminación y exclusión. Se distingue entre creyentes de la propia religión y creyentes de otras religiones. Los primeros son considerados elegidos por Dios y gozan de todos los privilegios que la divinidad tiene reservados a sus fieles. Los miembros de otras religiones son tenidos por inferiores y son objeto de castigos. Las diferencias se tornan más acusadas todavía entre creyentes y no creyentes, llegándose a afirmar que estos se encuentran en el error y no pueden ser sujetos de derechos, conforme a la lógica agustiniana: “el error no tiene derechos”.
Otra tendencia es a establecer rígidas jerarquías en el seno de las religiones entre las autoridades. que dicen representar a Dios y los fieles creyentes, que deben acatar sumisamente y poner en práctica de manera escrupulosa las directrices emanadas de lo alto. Los primeros gozan de todos los derechos; para los segundos todos son deberes.

Conflictos en el plano institucional

En el plano institucional se producen permanentes conflictos entre el poder legislativo y las autoridades religiosas, que tienen por inmodificables determinados principios morales que, a su juicio, pertenecen a la ley natural. Las autoridades religiosas suelen oponerse a leyes sobre el divorcio, la interrupción voluntaria del embarazo, el matrimonio de homosexuales, la investigación con células madre embrionarias, al tiempo que no reconocen legitimidad a los representantes del pueblo para legislar sobre esas materias.

Transgresión de los derechos humanos en el interior de las religiones

Las religiones se resisten a defender a reconocer los derechos sexuales y reproductivos y a practicar los derechos humanos en su seno alegando que deben obedecer los preceptos emanados de sus respectivos textos sagrados, que expresan la voluntad de Dios, y no tienen por qué someterse a declaración humana alguna de derechos.
La mayor dificultad de las religiones para con los derechos humanos está en su propia organización, que no es democrática, sino jerárquico-piramidal, hasta el punto de transgredir constantemente los derechos humanos en su seno alegando, en el caso de la Iglesia católica, que a) es de institución divina, b) se mueve en el terreno espiritual, y no político, y c) y su funcionamiento no es equiparable al de otras instituciones civiles. Yo me pregunto: ¿Cómo puede querer Dios la democracia y los derechos humanos en la sociedad y no en las instituciones religiosas?

Concepción homófoba de los derechos humanos

Las religiones tienen una concepción homófoba de los derechos humanos. Ponen límites al amor entre personas del mismo sexo. Reducen el modelo de pareja, de familia, de matrimonio al modelo heterosexual Rechaza Ponen límites a las identidades sexuales: No reconoce la identidad bisexual, ni la transexual, ni la homosexual. La única orientación conforme a la ley divina y a la ley natural es la heterosexual.

Concepción patriarcal y androcéntrica de los derechos humanos

Para las religiones Dios es el fundamento de los derechos humanos. Y Dios es representado como varón: sus atributos son varoniles; sus cualidades son masculinos; sus sentimientos, los propios del hombre. A es ál a quien le corresponde la visibilidad, la autoridad, la racionalidad, la representatividad La masculinidad de Dios como fundamento de los derechos humanos convierte a éstos en derechos masculinos, de los que las mujeres son remedo e imitación. A ellas las religiones no suelen reconocerles como sujetos morales, políticos, jurídicos. Solo lo son por delegación del varón, y en la medida en que se sometan a la concepción patriarcal de los derechos humanos.

Líderes religiosos en defensa de los derechos humanos.

Pero esta es solo una cara de las religiones. Hay otra que se traduce en la defensa de los derechos de los empobrecidos y excluidos por mor de la globalización neoliberal y de cuantas personas y colectivos son marginados por razones de género, religión, etnia, cultura, clase social, identidad sexual, etc. No pocos de los líderes que trabajan en defensa de los derechos humanos y de la justicia social en el mundo pertenecen a distintas tradiciones religiosas y espirituales y, con frecuencia, basan su lucha en las creencias religiosas que profesan.

En el cristianismo destacan personalidades como Martin Luther King, Desmond Tutu, Oscar A. Romero e Ignacio Ellacuría. Luther King asumió la resistencia no violenta contra la discriminación racial y la defensa sus derechos civiles. Lideró la marcha de 29 de agosto de 1963 a Washington, donde pronunció su emblemático discurso Tengo un sueño, en el que llamó a luchar por la justicia y por todos los derechos de los seres humanos y contra la pobreza en que vivían las personas negras. En 1968 fue asesinado.
Para Desmond Tutu, la base del igualitarismo de la Biblia radica en la idea de que todo pertenece a Dios y de que todos los seres humanos tienen igual dignidad. A partir de ese principio protagonizó la lucha contra el apartheid y por la igualdad de derechos de blancos y negros en Sudáfrica.

Monseñor Romero denunció los abusos del gobierno salvadoreño que legitimaba la violencia hasta convertirla en uno de los pilares del Estado y mantenía a las mayorías populares en una situación crónica de pobreza estructural. Condenó a los escuadrones de la muerte, al Ejército y a los gobernantes (católicos) por la represión llevada a cabo contra la población campesina. Defendió un cambio de estructuras que permitiera un mejor reparto de la riqueza e hizo constantes llamamientos a la reconciliación. El 24 de marzo de 1980 era fue asesinado.

Ignacio Ellacuría fue uno de los principales teóricos de los derechos humanos de la teología de la liberación y uno de sus más comprometidos defensores en El Salvador. Los derechos humanos son algo debido a toda persona y vienen exigidos por la unidad real de lo humano. Su disfrute o carencia condicionan sobremanera el desarrollo de cada persona. La liberación integral de las mayorías populares constituyen el ámbito de su defensa y ejercicio. Murió asesinado, junto con cinco compañeros jesuitas y dos mujeres salvadoreñas en 1989.

En el islam son numerosos los líderes religiosos comprometidos en la defensa de los derechos humanos desde el interior mismo de la fe musulmana. Muhammad Jatami, presidente de la República Islámica de Irán (1997-2005) aboga por el diálogo de civilizaciones y considera que los derechos humanos son uno de los mayores logros del mundo actual, que la democracia no tiene significado sin su reconocimiento y que deben ser respetados los valores religiosos y culturales. En la defensa de los derechos humanos, especialmente de las mujeres, destacan también Fátima Mernissi y Shirin Ebadi: la primera, por sus investigaciones históricas sobre el origen de la misoginia en el islam y por su crítica de la discriminación de las mujeres en el mundo musulmán; la segunda, por su compromiso con los derechos humanos, especialmente de los niños y niñas, y por la liberación de las mujeres en Irán desde el interior del islam.
Dentro de la tradición hindú brilla con luz propia Gandhi, que defendió los derechos humanos a través de la resistencia cívica y de la no violencia activa teniendo como fundamentos de su lucha el deber y la fe en Dios. La obediencia a la ley divina exige resistir a las leyes injustas. La protección de los derechos humanos es, para él, inseparable de la de derechos de la naturaleza y de los animales. Fue asesinado en 1948.

La vieja tradición de la hospitalidad y de proteger a la viuda, al huérfano y el extranjero sigue viva hoy en el judaísmo y se expresa a través de movimientos que luchan contra la ideología discriminatoria del “pueblo elegido” y la “tierra prometida”. y de mujeres judías que lideran la lucha por su emancipación en el movimiento feminista.
En el budismo hay movimientos y personas que reformulan sus principios éticos en el horizonte de los derechos humanos, siguiendo la tradición del Buddha, que defendió la igualdad de todos los seres humanos y se opuso a la estructuración de la sociedad en castas. Dos ejemplos luminosos son el monje vietnamita Thich Nhat Hanh, que sensibiliza a sus seguidores en la conciencia de la fraternidad y el Dalai Lama, uno de los principales referentes mundiales en el trabajo por la paz y el diálogo interreligioso.

Leer los textos sagrados de las religiones a la luz de los derechos humanos

Las religiones deben ser las primeras interesadas en luchar contra las tendencias fundamentalistas instaladas en su seno, ya que el fundamentalismo no es inherente a las religiones, sino que constituye una de sus más graves patologías, al tiempo que es el factor que más las desacredita. Por eso, es necesario leer los textos sagrados a la luz de los derechos humanos, desde la perspectiva de género, en clave ecológica y con el compromiso y la voluntad de trabajar por la paz y la justicia. Esta lectura hermenéutica de los textos fundantes de las religiones constituye el mejor antídoto contra los fundamentalismos.

Las religiones deben subordinar sus textos legales: Libro de los Muertos, Vedas, Cuatro Nobles Verdades, Tao, Torá, Talmud, Sermón de la Montaña, Corán, Shari’a, etc., a unos mínimos éticos de los seres humanos y de la naturaleza. De lo contrario, y por mor de la preservación de la pureza de su lenguaje, de su doctrina, de sus cultos y de su moral particular, lejos de ser patrimonio de la humanidad por la regla de oro formulada en todas ellas, se convertirán en enemigas de la humanidad y de la naturaleza1. Una lectura fundamentalista de los textos “sagrados” de las religiones constituye la más crasa negación del mensaje que quieren trasmitir. El literalismo textual desemboca derechamente en falseamiento de sus enseñanzas para hoy.

Me parece importante aplicar el principio de reciprocidad, compartido por las grandes tradiciones religiosas: trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Los derechos humanos, la diversidad cultural, la defensa de la naturaleza, la justicia y la solidaridad: he aquí el horizonte en el que deben interpretarse los textos religiosos. Sin olvidar la libertad, pues como dice El Quijote “no hay en la tierra contento que se iguale a alcanzar la libertad”.

A su vez, la teoría y la práctica de los derechos humanos deben estar abiertas a las aportaciones creativas de las religiones, no ciertamente en sus tendencias fundamentalistas, sino a partir de sus mejores tradiciones humanitarias y ecológicas. No se olvide que las actuales declaraciones de los derechos humanos surgen en el horizonte de una tradición religiosa, la judeo-cristiana, tienen sus raíces en las filosofías griega y romana y están formuladas conforme a una tradición cultural, la occidental-humanista. Tradiciones todas ellas que tienden a subrayar con mayor intensidad la dimensión personal e individual que la social y comunitaria, y suelen descuidar la dimensión ecológica. +

Es necesario incorporar los valores de las demás tradiciones religiosas: el vivir conforme a la naturaleza del taoísmo; la ética de la alteridad y de la reciprocidad en el trato humano del confucionismo; la armonía con el todo del hinduismo, la compasión, la interdependencia y el camino medio del buddhismo; la defensa de la tierra, el respeto a la naturaleza y la ética del buen vivir de las religiones indígenas, etc. Sin olvidar la esperanza y el recuerdo de las víctimas del judaísmo, la opción por los excluidos y la ética liberadora del cristianismo y la hospitalidad y los deberes sociales del islam.

Juan José Tamayo es autor de “Religiones y derechos humanos”, en id., Fundamentalismos y diálogo entre religiones, Trotta, Madrid, 2009, 2ª ed., pp. 3205-273; y director de Diez palabras clave sobre derechos humanos, EVD, Estella (2005).

Fuente Redes Cristianas

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Raimundo Hinzpeter, hijo de un ex ministro chileno: “Orgulloso de gritar que soy gay”

Martes, 9 de diciembre de 2014
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av_347492668Raimundo Hinzpeter, el hijo del ex ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, publicó una carta en donde confesó abiertamente su homosexualidad. “No hay religión ni ideología que esté o pueda estar por encima de los derechos humanos”. De esta manera comienza la carta que Raimundo Hinzpeter, hijo del ex ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, publicó y confesó abiertamente su homosexualidad. En ella, también describió cómo le contó a sus padres sus condición sexual, lo agobiado que se sentía y las consecuencias que le trajo -y que aún le traen- su confesión tanto en su entorno estudiantil como familiar.  La misiva vio la luz este jueves, cuando el El Diario Judio -medio de comunicación crítico y con más de 150 columnistas- decidió publicarla en su sitio web. Su gesto  ha obtenido un amplio respaldo. A continuación dejamos la carta:

por RAIMUNDO HINZPETER, Est. 3° Medio, Maimonides School.

 “No hay religión ni ideología que esté o pueda estar por encima los derechos humanos”.

Terminé por aceptarlo una noche hace ya dos años, era septiembre. Me acuerdo porque habíamos ido a almorzar afuera y era feriado. El día se me había hecho muy difícil, me sentía deprimido. Tenía un secreto enorme dentro de mí, un secreto que me estaba ahogando y que nadie conocía más que yo. Sabía que tarde o temprano debía  sacarlo, y que mientras antes lo hiciera, mejor.

Y llegó el momento. Fui al dormitorio de mi mamá pensando que no sería capaz, pero le dije: “tengo algo que decirte”. Me acosté en su cama junto a ella, me cubrí de pies a cabeza con las sábanas. Mis hermanos ya dormían. “¿Qué te pasa?”, me pregunta preocupada porque obviamente yo no estaba bien. Al darse cuenta que no voy a poder expresarlo, me va pidiendo que le dé pistas: “es algo muy grande, un secreto muy fuerte que me tiene mal”. Mi mamá ya lo intuye, me doy cuenta: “nadie puede guardar un secreto tan grande por tanto tiempo, no hace bien”, le pido que me vaya preguntando. Yo ni me atrevo a destaparme, a mostrar la cara, menos a mirarla. Me empieza a dar opciones, hablando al aire, lanzando ideas. A cada una le iba diciendo que no, que eso no era, hasta que lo pregunta, y me quedo callado. Se da cuenta que eso es, se da cuenta que soy gay. Me abraza y me dice que me ama, que todo va a estar bien desde ahora en adelante, y me pide que me destape, pero me da vergüenza y le pido que mejor apague la luz. Yo solo quería dormir, estaba muerto.

Con decirle, no se me hizo más fácil ni fue un alivio, ni nada por el estilo. Estuve semanas sin poder mirar a la cara a mi mamá. Medio año más tarde, ya le había contado a mi papá quien me apoyó incondicionalmente, pero todavía las cosas no eran ni un pelo más fluidas. Siempre con ese vacío por dentro, incapaz de llenar; no sabía ni qué era, ni a qué se debía.

No podía estar tranquilo ni en mi casa: siempre fingiendo cómo actuar, cómo sentarme, cómo vestirme, cuán ajustados podía ponerme los pantalones, etc. Era vivir un sufrimiento constante, una tensión permanente, tenía que ser X persona. No podía ser ni reaccionar como yo lo sentía, ni siquiera sabía qué series ni qué música escuchar por el constante nerviosismo a la reacción del otro, a la burla, y entre tanto, mis papás me llevaban a un psicólogo y a un psiquiatra.

La gente cree que ser gay es una enfermedad, y más encima “tratable”, pero no. Muchos jóvenes creen que a través del abuso verbal, mágicamente, esta “enfermedad” se cura, como si después de cincuenta veces que te digan “no seai maricón”, te comenzaran a gustar las mujeres, como a la sociedad le gustaría, pero no.

Aún después de desahogarme, seguí yendo al psicólogo y al psiquiatra, pero no iba por cumplir con lo que me pedían mis papás, sino por mi propia convicción: tenía que planear mi camino, uno que solamente yo tenía que seguir. Como dice Orson Welles: “Nacimos solos, vivimos solos y morimos solos, sólo a través de nuestro amor y amistad podemos crear la ilusión por un momento que no estamos solos”.

índiceEste tiempo creo que fue el más duro: dos meses en donde mis papás se fueron dando cuenta, lentamente, que yo soy quien soy. Vieron ciertos cambios en mí, no abruptos pero sí simples cambios en mi actitud. Al principio les costó pero lo hicieron; se adaptaron a una nueva realidad que rompía completamente su paradigma. Es un hecho que ya no soy el que usaba para esconderme de mi realidad. Probablemente nunca lo fui. Ese personaje no fue más que un escondite, una máscara, un lugar incómodo donde no valía la pena quedarme un minuto más.

Lamentablemente, en nuestra sociedad “desarrollada” no están acostumbrados a este modo de vida: los adultos especialmente reaccionan mal, con palabras hirientes que nunca se te van a olvidar, una marca útil para darte cuenta que la gente es dura y mala, sin filtro en lo que dicen, defendiendo ideales rígidos con frases dolorosas. Pero el director de media de mi colegio me dijo algo muy útil que nunca se me va a olvidar: “se duro con tus ideales, pero blando con la gente”. Empatía.

Una vez, me dijeron que no podía contarle que era gay a un niño chico, que sería como soltarle una bomba, pero yo no soy una granada, soy quien soy y si al de al lado le molesta o le incomoda, ¿qué puedo hacer? ¿Por qué los niños no van a poder entender la homosexualidad? Tristemente, vivimos en una sociedad sin buenas intenciones, donde los seres humanos, naturalmente buenos, somos corrompidos desde pequeños, llenándonos de prejuicios como la homofobia.

Para el mundo judío religioso, cerrado a la diversidad, es mucho más difícil aceptar otras realidades. En mi colegio (judío religioso), antes de mí no existía “ser gay”. Pero siempre hay un primero y me han acogido con una comprensión inimaginable. Me di cuenta que aparentan ser cerrados a la diversidad, tal vez por el miedo que les produce caminar por lo desconocido.

Lo más importante es poner en marcha el proceso. Porque es un proceso. Si bien se ve como un acto de valentía y de una tremenda fuerza interior, al aceptar y mostrarle al mundo quién realmente soy, para mí sólo fue un acto de escapatoria de ese callejón oscuro del que logré salir: ser judío-gay-en Chile. No es fácil ser judío ni gay, en ningún lugar de este planeta impío, mucho menos en este país con cavernícolas incapaces de abrir el círculo para que las minorías entren y se acomoden, un país lleno de falsas morales, doble estándar y apariencias. Un país en donde formalmente se castiga la discriminación, pero al mismo tiempo se practica cotidianamente. Nos dicen que somos iguales, que tenemos los mismos derechos, pero nos prohíben el matrimonio, crean leyes y normas para las minorías, para nosotros los distintos; vivimos en un país de hipócritas.

Dar ese paso es lo único que alivia total y completamente. Porque hay gente buena, familiares, amigos que te quieren y te sorprenden con su acogida y apertura absolutas. Son quienes te permiten sacarte un peso, e incluso volver a nacer como siempre debiste. Sentirte como el otro yo del que primero dudabas y ahora necesitas. Libre para actuar como quieres sin importar cómo te miren. Porque llega un momento en el cual uno se vuelve impermeable a la crítica destructiva de los más básicos. La gente común es homofóbica hasta que conocen a un homosexual de cerca, y ahí es cuando los prejuicios se enfrentan a nuestros afectos y entendemos que son pura y simple ignorancia y poca educación.

Algunos no comprenden cómo soy capaz de tolerar todos los improperios. Les parecen cuchillos capaces de producir las más profundas y permanentes heridas. Para mí, la homofobia es un reflejo más de la incapacidad de producir sinapsis y vivir en armonía con la diversidad. Reflejo de poca cultura, nula empatía y mucha limitación. Así lo vivo, como un defecto ajeno que no me toca.

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“No creo en el código canónico sino en los evangelios”, por Oscar Fortín

Domingo, 16 de noviembre de 2014
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Ya llegamos a las verdaderas opciones que permiten aclarar en que realmente creemos. No siempre hacemos la diferencia entre lo de la religión y lo de la fe.

En mi entendimiento, las religiones se reconocen ante todo por los cultos que llamamos sus practicas religiosas y por las doctrinas que determinan sus contenidos de fe.

En cuanto a la religión católica, uno se dice practicante si cada domingo va a la misa, hace de los sacramentos la referencia principal de su vida de fe. La Iglesia se identifica ante todo por sus sacerdotes, obispos, cardenales y el papa. Estos personajes aseguran el buen funcionamiento de la práctica religiosa en referencia a la ley fundamental del derecho canónico que determina lo que se puede hacer de lo que no se puede hacer. Determina en la practica lo que es bueno y lo que es malo. En lo bueno corresponden las virtudes y las bendiciones de Dios. En lo malo, corresponden los vicios y las sanciones que les corresponden. El perdón y la misericordia se actualizan à través del sacramento de la confesión. Al no cumplir con este ritual, las condenas se hacen irrevocables. Al respecto, me permito referirles a una reflexión sobre el juicio final según las leyes de la Iglesia.

Por otra parte, la fe puede entenderse no como una religión, con unos cultos y doctrinas, sino como una vida nueva surgida del testimonio mismo de Jesús y de su acción en el corazón de cada uno . Vista así, la fe es más un don gratuito de Dios que el resultado de una enseñanza doctrinal o de la acción del culto. La fe que nace de los Evangelios y del testimonio de Jesús es la que abre el camino hacia la justicia, la verdad, la compasión, la solidaridad, el amor gratuito del prójimo y que da la fuerza para que esos valores sean realidades para todos los humanos de la tierra.

Esta fe nos coloca en el corazón de la historia de estas mujeres y hombres de todos los tiempos que aspiraron y aspiran a una humanidad en que se reconozca la verdadera imagen de Dios, Jesús, el primero nacido de esta humanidad nueva, nos enseño, tanto por su vida que por su enseñanza, el camino para alcanzar la gran meta de una humanidad liberada de la mentira, de las manipulaciones, de las injusticias, del odio, de la crueldad, de los juicios sin compasión y de las condenas sin misericordia.

La Iglesia de la fe se reconoce por su actuar y sus compromisos en los que luchan para que la humanidad sea cada vez más humana y semejante a Dios que la creó para que así sea.

Si los cultos religiosos, los sacramentos, las celebraciones y fiestas no conducen a estos compromisos al servicio de una Humanidad siempre más a la imagen de Jesús, no sirven para nada. Tampoco pueden presentarse como una alternativa a los compromisos por la justicia, la verdad, la solidaridad, la compasión, etc. La Iglesia, la de la fe, está plenamente radicada en la historia de los hombres y mujeres, y su actuar debe encontrarse con el actuar de todos los que obran y luchan en la misma dirección. En este sentido, la Iglesia llevada por la fe viva y el Espíritu prosigue la encarnación de Jesús en la historia de los tiempos que vivimos.

Sobre este tema de los sacramentos de la Humanidad les refiero a dos artículos recientes :

http://blogs.periodistadigital.com/humanismo-de-jesus.php/2014/03/09/y-si-la-humanidad-fuera-iglesia-cuales-s

http://blogs.periodistadigital.com/humanismo-de-jesus.php/2014/03/27/los-sacramentos-de-la-humanidad

Al decir que no creo en el código canónico no significa que no reconozca la importancia de tener reglas que encuadran las practicas religiosas relacionadas con la fe. Sin embargo, esas reglas deben resaltar de una voluntad que viene de todos los miembros de la Iglesia y que no se substituyen a los evangelios y aun menos al Espíritu que actúa como bueno lo entiende en cada de los miembros del Cuerpo de la gran Iglesia. En este sentido, la cúpula que encabeza la Iglesia debe bajar a la base del pueblo al cual el Señor a dado los mismos poderes (Mt.18,18) que a Pedro (Mt,16,19).

En esta Iglesia de la cual nos habla el apóstol Pablo, no hay espacio para monopolio de un grupo sobre el otro. Todos estamos bajo la dirección del Resucitado y de su Espíritu. La fe nos hace a todos y todas libres en Cristo.

Oscar Fortín
20 de septiembre 2014

Sobre el mismo tema

http://blogs.periodistadigital.com/humanismo-de-jesus.php/2014/05/16/no-creo-en-el-estado-del-vaticano

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