Comentarios desactivados en Monumento al Holocausto en Berlín destrozado en ataque religioso y anti-LGBTQ+
El memorial del Holocausto de Tiergarten en Berlín, Alemania.
Se abrió una investigación después de que los pirómanos atacaran los monumentos conmemorativos del Holocausto en Alemania, uno de los cuales estaba dedicado a las víctimas LGBTQ+.
La policía de Berlín dijo el martes (15 de agosto) que los monumentos fueron atacados por vándalos desconocidos que luego adjuntaron citas del Antiguo Testamento, condenando la homosexualidad, en las áreas destrozadas.
El memorial LGBTQ+, creado en 2008 al borde del parque Tiergarten, en Berlín, está dedicado a la persecución sistemática de hombres y mujeres queer desde 1933 hasta 1945.
Es un cubo de hormigón con una pequeña ventana incorporada, a través de la cual se pueden ver imágenes de dos hombres besándose.
Según los informes, un guardia de seguridad vio a los vándalos arrojando objetos en llamas al monumento el sábado (12 de agosto). No hubo daños permanentes.
El mismo día, el monumento conmemorativo de la plataforma 17 en la estación de tren de Grunewald fue incendiado después de que un hombre supuestamente incendiara una caja que servía como intercambio de libros gratis.
Casi todos los libros fueron destruidos antes de que los bomberos extinguieran las llamas, informaron las autoridades. La mayoría de ellos trataban sobre la vida judía en Berlín durante el régimen nazi, así como sobre la persecución de otros grupos marginados.
La estación de Grunewald sirvió como el principal punto de deportación para más de 50.000 hombres, mujeres y niños judíos, en 186 trenes, la mayoría de los cuales fueron asesinados más tarde en campos de exterminio en la Polonia ocupada.
En total, los nazis asesinaron a más de seis millones de judíos, así como a cientos de miles de miembros de otros grupos marginados, incluidos romaníes y sinti (a quienes los nazis llamaban gitanos), eslavos, negros, discapacitados y homosexuales.
Alrededor de 15.000 hombres homosexuales fueron enviados a campos de concentración durante el Holocausto, mientras que un gran número de personas bisexuales y transgénero, y en menor medida lesbianas, ya que no eran vistas específicamente como criminales o fáciles de detectar, fueron detenidas y torturadas de manera similar.
En un comunicado, la Asociación de Gays y Lesbianas de Berlín-Brandeburgo dijo: “Estamos conmocionados por la energía incendiaria de ambos actos y esperamos que la persona responsable en ambos casos sea capturada rápidamente”.
Comentarios desactivados en “Religarnos. Más allá del monopolio de la religión”, el nuevo libro de Elías Fernández, en Kairós
‘Religarnos. Más allá del monopolio de la religión’ (Kairós, 2023), es el segundo libro de una trilogía en la que busco pensar en la intersección entre la mística, la filosofía y las luchas sociales
El libro consta de cinco partes y se desarrolla a dos niveles de interpretación. Cada una de las cinco partes trata una problemática específica, de tal modo que juntas completan el tejido del argumento que quiero presentar
‘Religarnos‘ quiere impulsar un debate en torno a la dimensión religiosa del colapso actual, así como invitar a reflexionar en serio el papel de la mística en la construcción de alternativas
La crítica a la religión se ha convertido en un lugar común. Abundan tanto las denuncias a sus abusos históricos e institucionales como las propuestas que apelan por una «espiritualidad sin religión». De lo que no se ha hablado suficientemente es de su papel en la crisis civilizatoria.
Este libro denuncia la dimensión religiosa de la crisis actual. Desvela a la religión como el monopolio radical que secuestra las capacidades personales y colectivas para relacionarnos con el Misterio, enajenándonos de la realidad en aras de un proyecto de mundo puramente artificial. El autor se aleja en su análisis tanto de las religiones institucionalizadas como de los rostros de la espiritualidad asimilada por el mercado. Busca la recuperación de la relación personal y comunitaria con la misteriosidad de lo real a través de la amistad y el retorno a los sentidos.
El libro consta de cinco partes y se desarrolla a dos niveles de interpretación. El primer nivel busca presentar una crítica sociohistórica al dispositivo “religión”, exponiendo genealógicamente la construcción del dispositivo y su papel dentro del sistema-mundo actual, subrayando la monopolización de la dimensión espiritual del ser humano. El segundo nivel -de orden más filosófico- trata de leer a la religión como una pretensión distópica y desproporcional por la cual la humanidad ha querido crear su propia realidad independientemente de los ciclos y ritmos de la vida. A esta pretensión le he nombrado como “artificialeza”, enfatizando la aspiración a construir un mundo totalmente artificial.
Cada una de las cinco partes trata una problemática específica, de tal modo que juntas completan el tejido del argumento que quiero presentar. En la primera parte, ofrezco un desarrollo de la artificialeza en términos de colapso y crisis civilizatoria. Se describe el horror que atraviesa nuestras sociedades en tanto un afán por vivir desde mitos desencarnados que no se retroalimentan con la realidad, sino que, por el contrario, buscan implantar su propio proyecto en detrimento de todo aquello que sea diferente.
La segunda parte se enfoca en la crítica específica a la religión en tanto monopolización de la espiritualidad. También se evidencía la relación de la religión con el patriarcado, el colonialismo, la violencia sacrificial y el capitalismo. La tercera dialoga con distintas resistencias de comunidades y pueblos que enfatizan la dimensión comunal y convivial. En esta tercera parte se desglosa el argumento de la recuperación de los verbos frente a la sustantivación de la vida, de tal manera que hablemos no ya de salud sino de sanar -por ejemplo-, tomando la capacidad personal y colectiva de vivir nuestra propia vida.
Lejos de encontrar la respuesta en la máxima “espiritualidad sin religión”, en la cuarta parte analizo las supuestas “espiritualidades alternativas” que en realidad han caído bajo la lógica del mercado, repitiendo los mismos patrones que sus antecesoras institucionales. Finalmente, la quinta parte concretiza la reflexión en una propuesta de mística arraigada en la tierra, encarnada en el mundo y auténticamente alternativa a las lógicas civilizatorias que nos hunden en la catástrofe.
Religarnos quiere impulsar un debate en torno a la dimensión religiosa del colapso actual, así como invitar a reflexionar en serio el papel de la mística en la construcción de alternativas. Se agradece a la editorial Kairós por creer en este proyecto.
Comentarios desactivados en ‘Deus, sive natura’: la religión de Spinoza
La mirada libre del judío-holandés, esforzado luchador contra la locura de los predicadores
“El pensador francés Edgar Morin, que ahora tiene 104 años, subraya la importancia del filósofo judío-holandés Baruch Spinoza con las siguientes palabras: acaba con la imagen de un Dios superior y externo al mundo, que sería su creador y amo. Otorgaba la soberanía creadora a la naturaleza”
“Recientemente, entre nosotros, en Brasil, la filósofa Marilena Chaui mostró el valor y la originalidad de Spinoza en dos tomos: La nervadura de lo real: inmanencia y libertad en Spinoza”
“Estas valoraciones con trastan con la postura de la institución religiosa establecida, que guarda silencio sobre Spinoza… La Iglesia aplasta a Spinoza sin decir nada”
“Merece la pena preguntarnos por un momento dónde sitúa Spinoza la religión, dentro del campo de la inteligencia humana: ¿en el campo de la imaginatio, de la ratio o de la scientia intuitiva?”
| Eduardo Hoornaert
(Koinonía).- En una reciente entrevista, el pensador francés Edgar Morin, que ahora tiene 104 años, subraya la importancia del filósofo judío-holandés Baruch Spinozacon las siguientes palabras: acaba con la imagen de un Dios superior y externo al mundo, que sería su creador y amo. Otorgaba la soberanía creadora a la naturaleza.
Y recientemente, entre nosotros, en Brasil, la filósofa Marilena Chaui mostró el valor y la originalidad de Spinoza en dos tomos: La nervadura de lo real: inmanencia y libertad en Spinoza (Companhia das Letras, vol. I 1999 y vol. II 2016).
Estas valoraciones contrastan con la postura de la institución religiosa establecida, que guarda silencio sobre Spinoza –siguiendo un método ensayado durante largos siglos y siempre eficaz, de dejar las figuras incómodas en la sombra, en los despachos de los intelectuales– se asegura de que no ganen púlpitos. La Iglesia aplasta a Spinoza sin decir nada, simplemente por su larga historia de control del acceso a la fe popular. En general, los papas católicos se esfuerzan por levantar un dique contra la invasión del espíritu spinoziano. Aun así, los exégetas se ven atraídos poco a poco por su espíritu crítico.
Spinoza está directa o indirectamente vinculado a innumerables innovaciones en los campos de la ciencia y de la fe. En el siglo XIX nacen la egiptología, la asiriología, la epigrafía semítica… En el siglo XX se introdujeron la filología, la lingüística y la arqueología bíblica. Todo ello provoca terremotos limitados, localizados y controlables. Y cuando se avanza en la cartografía del universo mítico religioso común a todos los pueblos, se percibe que las grandes imágenes bíblicas son patrimonio común de una humanidad, según determinadas fases históricas; que los ángeles sólo descienden del cielo dentro de un imaginario determinado; que un mundo se derrumba poco a poco, mientras surge otro.
Hasta hoy, la repercusión de estas nuevas percepciones es muy limitada. Aun así, cuando se empieza a comparar entre sí las múltiples narraciones sobre el diluvio, cuando se descubre que hay “diluvios” también en los relatos de Babilonia, Grecia, India, Australia, en Nueva Guinea y Melanesia, en Polinesia y Micronesia, en Sudamérica, Centroamérica y México, en Norteamérica y África (Frazer, J. G., El Folklore en el Antiguo Testamento, Fondo de Cultura Econômica, México, 1986), cuando el vasto campo de estudio de los mitos religiosos se abre, a escala planetaria, y la idea de que “la Biblia tenía razón” se diluye poco a poco, la mirada sobre la mitología bíblica va tomando nuevas formas, en un movimiento lento pero consistente.
Spinoza en su tiempo
Merece la pena recorrer brevemente la trayectoria de Benedicto (Baruch, Benito) Spinoza (1633-1677), judío residente en Holanda. Esforzado luchador contra la locura de los predicadores (tanto judíos como cristianos) de los Países Bajos de su época, Spinoza dice simplemente que es prudente no hablar tanto de Dios. Porque Dios sólo se nos acerca en forma de imágenes y comparaciones. La Biblia es literatura. Los predicadores que utilizan la autoridad de la Biblia para reprimir el libre pensamiento, por ejemplo, no se atienen al sentido común.
Transformar la Biblia en un texto doctrinal es tergiversar su significado, pues su núcleo (la Torá) está formado por una colección de antiguas narraciones populares y prescripciones sacerdotales reunidas por Esdras y otros intelectuales tras el regreso de las élites judías del exilio babilónico en el siglo VI a.e.c. Afirmar esto no es desobedecer a las autoridades religiosas: es practicar la ciencia. Pues no hay que confundir entre conocimiento y obediencia: el error más grave de la teología consiste en ocultar la diferencia entre conocer y obedecer, en hacernos tomar los principios de la obediencia por modelos de conocimiento (Tratado teológico-político, 1672. Véase Spinoza, B., The Complete Works, Ed. M.L. Morgan, Hackett, Indianopolis, 2002).
Estas posiciones, derivadas de una aguda percepción de la diferencia entre lo sensato y lo insensato, hacen que el ciudadano Spinoza sea mirado con recelo en las tranquilas calles de la pequeña ciudad de La Haya, en Holanda, donde vive. La gente empieza a temerle, porque se rumorea –primero en La Haya, luego en Amsterdam y finalmente un poco en todas partes– que es ateo. Un ateo virtuoso, como escribe Bayle en su Dictionnaire Historique et Critique, pero ateo al fin y al cabo. Se convierte incluso en el prototipo del ateo, transgresor de las leyes y de la religión, anarquista. Sus textos circulan clandestinamente.
A lo largo de su vida, Spinoza es consciente de ser un extraño en la casa judía (es expulsado de la sinagoga) como en la cristiana (no acude a la parroquia cristiana). En su última obra, el Tractatus politicus, escribe: ‘He hecho esfuerzos interminables no para ridiculizar, para no deplorar y para no despreciar las acciones humanas, sino para comprenderlas. Para no despreciar las tradiciones religiosas de sus contemporáneos, ya sean católicos, calvinistas o judíos, Spinoza procura que algunos de sus textos no se traduzcan al neerlandés, y toma disposiciones para que su texto principal, la Ética, no se publique hasta después de su muerte, para no escandalizar a las personas con las que convive. Sintiendo la extensión del dominio de la necedad a su alrededor, se desahoga: en el fondo, mi creencia es la misma que la de los profetas hebreos del pasado.
Sólo en la Alemania de finales del siglo XVIII, entre románticos e idealistas como Goethe, Lessing, Herder, Schelling y Hegel, Spinoza encuentra respeto y percepción de su valor. Incluso en el siglo XX, pocos intelectuales hablan de él y, aún hoy, su filosofía es poco conocida. Una excepción, como he dicho más arriba, es la postura de la filósofa brasileña Marilena Chaui, cuyo artículo “Baruch Spinoza” (Revista Cult, 109, diciembre de 2006, p. 53 y ss.) recomiendo vivamente.
Aun así, algo se mueve. Los exégetas comenzaron a estudiar lenguas bíblicas como el hebreo, el arameo y el griego, intentaron leer la Biblia de acuerdo con los dictados de la ciencia moderna, y se enfrentaron, con mayor o menor valentía, a los inevitables obstáculos eclesiásticos. Gracias a la progresiva introducción de la idea de tolerancia a lo largo del siglo XVIII, tanto en Francia como en Alemania los estudios histórico-críticos pudieron avanzar. Voltaire y otros liberales lucharon para que nadie fuera quemado vivo por expresar opiniones contrarias a las autoridades, como todavía le ocurrió a Giordano Bruno en 1600. Esta idea triunfa con la Revolución Francesa de 1789.
Otro paso consiste en la disolución progresiva de que la Iglesia se funda más sobre la doctrina y la profesión de fe que sobre la acción concreta del cristiano. Así, la base del dogmatismo se diluye poco a poco. Aun así, las iglesias siguen teniendo dificultades para unir el amor intellectualis Dei de Spinoza (un amor que fomenta la libre indagación) con la imitatio Dei de tantos maestros y santos.
En el campo católico, las cosas evolucionan lentamente. El Papa se proclama sucesor de San Pedro, ya no vicario de Cristo (como en la Edad Media), lo que ya es un paso adelante. Otro punto positivo es el abandono progresivo del método tradicional de hacer teología a base de citas, y el recurso cada vez más frecuente a la contextualización de los textos evangélicos, coránicos y bíblicos. El reconocimiento positivo del factor sincrético es otro avance importante, ya que erosiona gradualmente la insistencia monoteísta en términos de religión.
La religión de Spinoza
Merece la pena preguntarnos por un momento dónde sitúa Spinoza la religión, dentro del campo de la inteligencia humana: ¿en el campo de la imaginatio, de la ratio o de la scientia intuitiva?
Comienza afirmando que, para la mayoría de las personas, las palabras son puras imágenes que, en sentido estricto, no tienen nada que ver con las ideas. El ser humano apenas vive al máximo las capacidades cerebrales que le ofrece la naturaleza. La inmensa mayoría de las personas permanece toda su vida en el estadio intelectual que Spinoza denomina imaginatio, es decir, un estadio en el que la persona está pegada a las impresiones, imaginaciones, conmociones y afectos que le llegan del exterior.
La tercera parte de su Ética está enteramente dedicada a la cuestión de la prisión “imaginada“. Spinoza no rechaza las imaginaciones y los afectos, no rechaza a Daniel Goleman (inteligencia emocional), pero reconoce que es necesario llegar a un estadio intelectual superior, que él denomina ratio. La imaginación es una parte necesaria del proceso de conocimiento, pero sólo ofrece un conocimiento desordenado y confuso. La ratio, en cambio, permite formular las cosas con mayor claridad. Pero no detiene ahí el proceso.
Además de la conquista de la ratio, una persona verdaderamente interesada en proseguir intelectualmente busca alcanzar el estadio de scientia intuitiva, que consiste en “intuir a Dios”, es decir, la naturaleza infinita en la que vivimos y nos movemos. La intuición es el conocimiento que proviene de una experiencia mística (Ética, Parte III). En este tercer grado de la inteligencia humana, el amor propio coincide con el amor al prójimo, el cuerpo del otro coincide con el propio cuerpo, la belleza del otro forma parte de la propia belleza. Spinoza sabe que es difícil llegar a este estadio. En las últimas palabras de su Ética, escribe: lo bello es difícil y raro. La mayoría de las personas no perciben el valor del desafiante proceso cognitivo, porque sólo viven movidas por impulsos inmediatos.
Algunas anotaciones
Hay muchas cosas que merecen consideración al abordar el tema de Spinoza. He aquí sólo algunas notas, en forma resumida.
– Como escribí más arriba, la lectura propiamente moderna de la Biblia comienza en 1670 con el Tractatus theologico-politicus de Spinoza, un texto definitivo, que cuestiona frontalmente el tenor supuestamente histórico de la Torá y su autoría por un único autor Moisés. Con ello, Moisés, David y Salomón pasan definitivamente a ser catalogados en el mundo mítico, junto con los patriarcas Abraham, Jacob, Isaac y José.
El método de Spinoza causó asombro general en la época, pero dio origen a la exégesis crítica propiamente dicha. Y también nace la idea de tolerancia. A lo largo del siglo XVIII, tanto en Francia como en Alemania, progresan los estudios histórico-críticos. Voltaire y otros liberales luchan para que nadie sea quemado vivo por expresar opiniones contrarias a las autoridades, como todavía le ocurrió a Giordano Bruno en 1600. Esta idea triunfa con la Revolución Francesa de 1789.
– La institución eclesiástica reacciona enérgicamente contra la idea de desconsiderar a Moisés como autor de la Torá. Moisés es un nombre consagrado, su nombre aparece no menos de 750 veces en el Antiguo Testamento, y 80 veces en el Nuevo Testamento. Además, meterse con Moisés significa abandonar la idea de una Biblia como cuerpo doctrinal cohesionado, escrito por un gran legislador, y bajo la inspiración directa de Dios. Aun así, desde el siglo XVIII se han sucedido las más diversas hipótesis de lectura bíblica y han aparecido los más ingeniosos métodos de interpretación. Al final, la tendencia es a no creer en la historicidad de muchos textos bíblicos.
Aun así, los papas católicos intentaron poner un dique. León XIII publicó la encíclica Providentissimus Deus en 1893 y Pío X decreta en 1906: Moisés es el autor del Pentateuco. En vano. La tormenta continuó y en 1948 las propias autoridades eclesiásticas dieron marcha atrás, permitiendo de nuevo a los especialistas católicos abrir la investigación. El enfrentamiento no dejó de producir víctimas, entre ellas el sacerdote francés Alfred Loisy (1857-1940), cuyo libro El Evangelio y la Iglesia (L’Évangile et l’Église), publicado en 1902, defendía la antigua tesis del intelectual romano Porfirio: los Evangelios no corresponden fielmente a la historia de Jesús. En 1903, la obra completa de Loisy fue incluida en el Índice de Libros Prohibidos, y en 1908 fue expulsado de la Iglesia. Tras el asunto Loisy, todos los sacerdotes católicos quedaron obligados a prestar un juramento “antimodernista” (léase: anti-Loisy) antes de ser ordenados.
No sólo en el mundo católico causa problemas la exégesis “moderna“. El mundo protestante también se ve afectado. El mismo año de la publicación de El Evangelio y la Iglesia de Loisy, el hijo de un pastor luterano, Adolf von Harnack, publica en Alemania su Misión y expansión del cristianismo en los tres primeros siglos (1902), basado en premisas científico-crítico-históricas similares a las defendidas por Loisy. La obra más importante de Von Harnack es su Lehrbuch der Dogmengeschichte (Manual de historia de los dogmas, Mohr, Tubinga, 1886), en el que ya practica el estudio comparado de las religiones, y que tuvo una inmensa repercusión. Von Harnack también encontró una fuerte oposición por parte de la Iglesia luterana. Las vidas de Loisy y von Harnack ilustran la tensión reinante en las iglesias establecidas en los albores del siglo XX en torno a la crítica histórica y literaria.
– Pero, en el proceso, Moisés es desconsiderado como autor, mientras que la arqueología bíblica experimenta un auge sin precedentes. Ya en el siglo XIX nacen la egiptología, la asiriología, la epigrafía semítica, etc. En el siglo XX, los progresos fueron igualmente grandes, tanto en filología como en arqueología, asustando a los que creían en las “verdades eternas bíblicas”. Una tarde de 1872, en Londres, por ejemplo, Sir George Smith presenta con orgullo al mundo científico inglés una colección de tablillas de arcilla traídas de la biblioteca de Assurbanipal en Nínive, con el texto cuneiforme de la Epopeya (mesopotámica) de Gilgamesh, en la que hay un sugestivo paralelismo con el relato bíblico del diluvio.
Poco a poco, además de Gilgamesh, aparecen otros mitos babilónicos que influyeron en las narraciones bíblicas. Estudiosos como Sir James George Frazer –que ya he mencionado aquí– enumeran las más diversas narraciones del diluvio en Babilonia, Grecia, India, Australia, Nueva Guinea y Melanesia, Polinesia y Micronesia e incluso en América del Sur, América Central y México, América del Norte, África… un poco por todo el planeta, abriendo el campo para un estudio de los mitos religiosos a escala planetaria. Menos de 30 años después de Smith, en 1901, aparece el Código de Hammurabi, con 282 artículos, que coincide en varios puntos con los Diez Mandamientos de la Ley de Moisés. El Código de Hammurabi prohíbe robar, matar, sobornar, mentir y hacer daño a otras personas, en la misma línea que la ley de Moisés.
Es así como la arqueología bíblica entra en el siglo XX, al mismo tiempo que se avanza mucho en la cartografía del universo religioso común a todos los pueblos que mantienen contacto con Mesopotamia, y concretamente con Babilonia, como, por ejemplo, los egipcios. Se registran los grandes paradigmas comunes al imaginario religioso de Oriente Medio, su visión del cielo, de la tierra, el aire, el aliento animador, el sol, el río, la montaña, la llanura, la ciudad, el Estado… Incluso de los utensilios agrícolas, como la azada, el arado, la pala, el horno… Hay dioses celestiales, como Marduk, que crea el cielo y la tierra, da regularidad a los planetas y las estrellas y, en última instancia, da vida a la raza humana. Pero también están los poderes del mundo subterráneo, los demonios. Cada persona tiene su ángel, protector de la vida. Se habla de «hijos de Dios» (título dado a los faraones de Egipto) y de vírgenes que engendran dioses…
– Hoy en día, junto con el estudio más amplio de la mitología en general, la lectura crítico-histórica de la Biblia, iniciada por Spinoza, sigue siendo dinámica en nuestros días, tanto en el mundo cristiano como entre los judíos. La idea de que “la Biblia tenía razón” se diluye cada vez más. Con el tiempo, se acumulan las pruebas en contrario. El relato bíblico del éxodo está siendo despojado de su carácter histórico, pues, hasta hoy, ningún monumento o documento del Antiguo Egipto, encontrado por arqueólogos o por filólogos, atestigua la presencia de israelitas en su tierra. La famosa muralla, mencionada en el libro de Josué, no se ha encontrado en los alrededores de Jericó, a pesar de las exhaustivas excavaciones.
La descripción topográfica de Jerusalén, realizada a partir de textos bíblicos que hacen referencia a los reinados de David y Salomón, no encuentra verificación arqueológica. En torno al monte Sinaí no es posible descubrir restos (en cerámica, por ejemplo) del paso de una importante agrupación de personas por aquellos desiertos, a pesar del impresionante relato bíblico de la estancia de los hebreos con Moisés al pie del monte durante largo tiempo. En otras palabras, los caminos de la arqueología y de la Biblia divergen cada vez más, conduciendo de hecho a horizontes diferentes. Cada vez resulta más difícil entender la Biblia como la palabra inmutable de un Dios único.
– Pero no debemos olvidar la otra cara de la moneda. Si Moisés estuvo durante siglos asegurado por las amarras eclesiásticas, corre el peligro de verse condenado, en los últimos siglos, a la cárcel de una modernidad que desprecia el mito y lo considera producto de tiempos pasados, de etapas primitivas de la evolución de la humanidad, de una forma de comunicar anticuada y confusa. Un postulado de cierta razón moderna, autosuficiente y arrogante, tiende a destruir el mito. Así, la palabra tiende a quedar atrapada en los dominios de una inteligencia fría, racional y calculadora, tiende a emigrar del reino de la libertad al mundo del trabajo por el trabajo, del beneficio por el beneficio.
La modernidad autosuficiente promulga tanto la supremacía de los valores materiales, que puede acabar evaluándolo todo en cifras, cálculos y datos estadísticos comparativos. No se habla de otra cosa, al menos en los grandes medios de comunicación, que producen diariamente una avalancha de palabras prefabricadas, casi matemáticas, para convencer a la gente de que el mundo está hecho de éxito, beneficio y ganancia. En ellos no se dice lo obvio.
No se dice, por ejemplo, que unos ingresos materiales bastante modestos bastan para que un ser humano viva con dignidad, que los valores inmateriales pueden aumentar la “calidad de vida” y que el lucro individual exagerado es una locura, sobre todo teniendo en cuenta la falta de ingresos elementales de la mayoría de la gente. Para sostener semejante locura, la modernidad tuvo que reducir la palabra a una simple fórmula invariablemente repetida, que acaba por no decir nada más, porque cae en el vacío de la comunicación de masas. Esta fórmula sólo sirve para imponer, de manera hábil e insidiosa, la voluntad de lucro ilimitado de algunos en detrimento de la vida de la mayoría de la humanidad.
No es en esta modernidad cerrada, autosuficiente y capitalista donde se sitúa Spinoza, como he intentado demostrar en estas breves notas. La modernidad de Spinoza apela a posturas que, al fin y al cabo, ponen de relieve la originalidad de la Biblia y del cristianismo.
Comentarios desactivados en Hacia un idolatría de la Eucaristía.
Del desaparecido blog À Corps… À Coeur:
[…] El mismo Cristo debe asfixiarse en nuestros ostensorios de oro, en nuestros cálices incomparables, en nuestros copones incrustados de joyas, Él quiso sólo la paja del Pesebre o la madera de la cruz. El culto exagerado de la Eucaristía tiende a hacer de nuestras iglesias templos paganos.
Louis Evely
*
Condúceme de lo irreal a lo real, condúceme de las tinieblas a la luz, condúceme de la muerte a la inmortalidad.
Brihadaranyaka Upanishad
*
Una liturgia sin compromiso místico
Los faraones de Egipto han sido divinizados y los monumentos no dejan de representar su investidura divina. Cuando, más tarde, Alejandro el Grande conquistó Egipto, no creyó que pudiera asegurar su dominación sobre las colonias sin hacerse reconocer como Dios. Del mismo modo los emperadores romanos, para consolidar la unidad de su imperio, aceptaron, luego finalmente impusieron, esta divinización de Roma y de su persona.
Pero esta divinización del faraón provocaba también, casi necesariamente, la “faraonización” de dios. Había una simbiosis, una suerte de comunidad de vida en la que las reacciones eran recíprocas y, finalmente, la imagen de la divinidad se amoldaba a la del faraón divinizado.
¿Hasta qué punto esta situación ha sido reproducida a lo largo de los siglos, incluso en el pensamiento de Israel? ¿En qué medida nuestra liturgia no guarda vestigios de este intercambio ambiguo entre la realeza terrestre y la realeza divina? ¿Hasta qué punto incluso el concepto de la realeza divina no es simplemente una emanación de la realeza humana?
¿En qué medida, en Bizancio, la liturgia de Palacio y la liturgia de Santa Sofía no coincidían en una misma imagen, donde la realeza divina y la realeza humana se confundían de nuevo?
Y en qué medida nuestra liturgia no es todavía una supervivencia de las liturgias reales que no comprometen nunca el fondo del alma? ¿No podemos pensar, a veces, que en nuestra misma liturgia, se trata de rendir homenaje a un soberano, de procesiónar alrededor de su altar, de erigirle un santuario dedicado a él, y una vez hecho esto, queda con Dios, todo esto que puede realizarse y celebrar sin ninguna especie de compromiso místico?
Algo extremadamente peligroso
Es evidente que, si el hombre de la calle es tan a menudo completamente extraño a lo que pasa en nuestras iglesias, es porque no pasa allí ningún acontecimiento susceptible de tocarlo aunque sea un poco. El no se siente allí de ninguna manera alcanzado y concernido a lo más íntimo de él mismo.
Hay una religión aparente que no asume compromiso profundo. Esto es extremadamente grave, y podemos preguntarnos hasta qué punto esto no es a causa de la Eucaristía que llegamos a una confusión tan radical sobre la esencia misma del mensaje de Jesús.
Una especie de materialismo religioso, el peor de todos; puede trágicamente establecerse alrededor de la Eucaristía; tenemos un catalizador de paladio, un pararrayos celeste, sobre la casa, podemos dormir tranquilo, Dios está allí en su cajita y lo tenemos constantemente a nuestra disposición.
¿Nos hemos cuestionado suficientemente sobre el valor de nuestras comuniones? ¿sobre el valor de esos niños? ¿Qué producen? ¿Qué cambian?
En las comuniones sin compromiso, donde se cuenta con el opus operatum (un efecto producido infaliblemente por el hecho de que se recibe el sacramento), en las comuniones donde mecánicamente se debe ser santificado porque se abrió la boca o se tendió la mano para recibir la hostia: hay allí algo extremadamente peligroso porque no se ve en absoluto toda la exigencia que está en la base de una conversión verdadera, y que supone a un nuevo nacimiento; no vemos en absoluto la exigencia de la comunión que implica esta transformación radical donde se pasa del mí posesivo al mi oblativo. ¿ Incluso, cuántos sacerdotes que celebran la misa cada día todavía puede, quizá, estar todavía allí?
Resituar la Eucaristía en la perspectiva evangélica
Debemos pues resituar la Eucaristía, hay que situarla allí dónde la vida de la Iglesia debe encontrar su unidad, hay que situarla en su sitio, es decir en la perspectiva evangélica que se nos impone en los últimos encuentros del Señor con sus discípulos.
La última consigna que resuena en todas las páginas del relato joánico, es que “os améis unos a otros como yo os he amado “. Y esta consigna es también el criterio que hace reconocer a los discípulos de Jesús: ” en esto os reconocerán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros. “
Y para dar una lección a sus discípulos, Jesús les lavó los pies. “Esto es lo que es amar a tu prójimo: lo que he hecho es para que hagáis vosotros lo mismo los unos a los otros.
Por extraño que pueda parecer, la Eucaristía parece haber desaparecido, ni siquiera se nombra en este lugar, ¿por qué? Debido a que está implícita en esta mandato (lavatorio de los pies). Está implícitamente contenida en el mandato y en la consigna final del Señor: “Amaos los unos a los otros”, ya que es exactamente la misma cosa.
“Os conviene que yo me vaya “
Recordemos las trágicas palabras de Jesús en el discurso después de la Última Cena: “Es bueno que yo me vaya porque, si no me voy, el Paráclito, el Espíritu Santo, no vendrá a a vosotros”. ¿Cómo no ver en estas palabras la confesión de un fracaso? Jesús nunca convirtió a nadie … ¡a nadie! Ni la muchedumbre, ni los sacerdotes, ni las autoridades, ni Herodes ni sus discípulos, ni incluso el discípulo amado que se dormirá como los otros enseguida en el Jardín de la Agonía: no ha convertido a nadie.
Y la llamada suprema que les dirige a sus discípulos en el lavamiento de los pies se quedará sin eco: no comprenden que el reino de Dios está dentro de ellos mismos.
No comprenderán que es para hacer nacer este reino interior que Jesús se arrodilla delante de ellos para lavarles los pies, y no comprenden que es para arrancar la piedra de nuestros corazones que Jesús muere sobre la cruz. Y la última pregunta que le harán a Jesús justo antes de la Ascensión será significativa de esta total incomprensión.
¡La humanidad de Jesús debe pues desaparecer! Y es sólo en lo invisible, en el fuego del Pentecostés, como encontrarán a su Maestro como una presencia interior, no lo verán en lo sucesivo ya más delante de ellos sino dentro de ellos, y es en aquel momento cuando lo reconocerán. ¿Podemos desde entonces imaginar un solo instante que Nuestro Señor nos haya dado la Eucaristía para que refabriquemos con este sacramento un culto idolátrico, para que pudiéramos poseerlo allí, al alcance de nuestra mano, encerrándole en una caja para que nos pertenezca? ¿ Podemos concebir un materialismo igual por parte del Señor? ¿Cómo podemos imaginar que les hubiera robado su presencia visible a los Apóstoles para restituirnos en la hostia un foco de idolatría, como si pudiéramos disponer de Dios como el resultado de un objeto? Es absolutamente imposible, es exactamente lo contrario que sucede cuando Jesús nos da la Eucaristía.
– “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”
Disputaban los judíos entre sí:
– “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Entonces Jesús les dijo:
– “Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.”
Comentarios desactivados en El día en que Jesús “hizo las maletas” ¿Dónde estaban Mateo y Juan?
La Ascensión del Cristo es el complemento lógico de su Resurrección y el preludio necesario para su divinización.
En posts anteriores he señalado que se suponía que el mítico fundador de Roma, Rómulo, había corrido la misma suerte .
Añadiré hoy un complemento sobre el valor histórico, desde el punto de vista de algunos, que convendría conceder a tal hecho, bajo el pretexto de que figuraría en documentos que son históricos y presentados como testimonios. Cuando digo “de”, entendamonos: el relato de la Ascensión figura bien en ciertos evangelios apócrifos; pero dejemos éstos de lado por hoy, ya que, según el punto de vista que acometo, es decir el de la historia infestada de teología, los llamados evangelios apócrifos no serían creíbles, de ningún modo; mientras que los cuatro canónicos lo serían. Veamoslos pues.
Primera observación: de los cuatro Evangelios decretados creíbles, sólo dos hablan de la Ascensión : Marcos y Lucas. El pasaje de Marcos es de una brevedad notable: “Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. “ (Marcos 16 , 19 ) . Cada uno sacará las conclusiones que quiera. Lucas es un poco más largo, pero tiene una vaga mirada de la narración, ya que el lugar es mencionado como un gesto (bendición) : “Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lucas 24, 50-51) Esto es realmente corto , sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los Evangelios de Marcos y Lucas son muy abundantes en los detalles de género “vivido” y esto para cantidad de episodios que están lejos de tener la importancia de este último.
Los teólogos no tuvieron ningún problema para edificar un razonamiento para establecer que esta brevedad es querida y significativa; posiblemente veremos allí el signo tangible de la salida simultánea del tiempo y del espacio que debía tener su equivalente en el estilo del relato… ¿Por qué no? Pero los historiadores no pueden, evidentemente, seguirlo y se preguntarán más bien si no se trata, muy simplemente, de una interpolación, es decir de un añadido ulterior debido a un copista que encontraba sin duda que la Ascensión, que conocía por otro lado, sea por la tradición oral, sea por otros evangelios, verdaderamente faltaba en éste y que esto podía ser sólo como consecuencia de un error de uno de sus predecesores, un error que había que reparar.
¿Pero entonces, en este caso, por qué la Ascensión no figuraba en el Evangelio de Mateo y en el de Juan, ya que, de cerca o de lejos, no se encuentra en estos dos textos ninguna mención de tal acontecimiento? Pues bien, primero: nada permite afirmar que no hubieran existido evangelios, según Mateo y según Juan, que no hubieran contenido, precisamente, una mención breve, a manera de Marcos y Lucas, del último episodio de la Ascensión. Haré, un poco más tarde, un post sobre los primeros manuscritos íntegros de los evangelios que poseemos. Los manuscritos muy antiguos de los cuatro evangelios no están exentos de divergencias entre ellos con gran numero de variaciones en relacion a los más antiguos que se encuentra en nuestra posesión. Pero no hay ninguno, claro está, que se sepa que incluya una mención de la Ascensión. No obstante, la hipótesis de que haya existido alguno no es descabellada.
Desconfiemos, sin embargo, de hipótesis en historia y quedémonos con el hecho de que Mateo y Juan no mencionan la Ascensión. Pero recordamos también el hecho, porque está ahí, que Orígenes y Jerónimo se quejan de las variantes que observan en los diversos manuscritos que tienen en su disposición.
Para concluir sobre la Ascensión, la ausencia de este episodio en Mateo y Juan parece estar más cerca del hecho de que, – por lo menos teóricamente ¿debiera suscribirlo? Es otra la cuestión – Mateo y Juan son testigos directos de los acontecimientos que cuentan, contrariamente a Marcos y Lucas.
Suponiendo que Mateo y Juan hayan estado ocupados con otras cosas el día de la Ascensión – lo que sería poco menos que un desastre – por lo menos debían habernos dicho que sus compañeros habían visto …
¿Será que la importancia de la Ascensión se les había escapado? Pero, en este caso, habría sido necesario que el Espíritu Santo que los inspiraba, se hubiera también, el mismo, distraído…
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, paro algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
–“Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
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Mateo 28,16-20
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Existe otro mundo. Su tiempo no es nuestro tiempo, su espacio no es nuestro espacio; pero existe. No es posible situarlo, ni asignarle una localización en ningún sitio de nuestro universo sensible: sus leyes no son nuestras leyes; pero existe.
Yo lo he visto lanzarse, con la mirada del espíritu, cual «fulguración silenciosa», como trascendencia que se entrega; en semejante circunstancia ve el espíritu, con deslumbrante claridad, lo que los ojos del cuerpo no ven, por muy dilatados que estén por la atención y a pesar de que subsista en ellos, después de todo, una especie de sensación residual.
Existe casi una contradicción permanente en hablar de este otro mundo, que está aquí y que está allí, como del «Reino de los Cielos» del evangelio, que puede hacerse inteligible sin palabras y visible sin figuras, que sorprende totalmente sin confundir; pero existe. Es más bello que lo que llamamos belleza, más luminoso que lo que llamamos luz; sería un grave error hacernos una representación fantasmal y descolorida del mismo, como si fuera menos concreto que nuestro mundo sensible.
Todos caminamos hacia este mundo donde se inserta la resurrección de los cuerpos; en él es donde se realizará, en un instante, esa parte esencial de nosotros mismos que se puso de manifiesto para unos por el bautismo, para otros por la intuición espiritual, para todos por la caridad; en él es donde volveremos a encontrar a los que creíamos haber perdido y están salvos. No entraremos en una forma etérea, sino en pleno corazón de la vida misma, y allí haremos la experiencia de aquella alegría inaudita que se multiplica por toda la felicidad que dispensa en torno a sí, y por el misterio central de la efusión divina.
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André Frossard, ¿Hay otro mundo?
Rialp, Madrid 1981.
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Debemos siempre estar muy seguros de hacer la distinción entra la Iglesia invisible, universal y espiritual (Ecclesia) y la organización religiosa sin ánimo de lucro que se reúne en un edificio coronado por un campanario. La diferencia es inestimable, y no tenemos derecho a cometer el error de confundir las dos. Comprende por favor que no cuestionamos el derecho de cualquier grupo religioso de reunirse en paz, de elegir a sus líderes, de recibir dinero, de tener criterios para llegar a ser miembro, de administrarse del modo que le parezca justo – hace tiempo que comprendemos que tal derecho es un derecho civil y no es en ningún caso inalienable, escrito o autorizado por el mismo Dios. Esto no significa que sea malo, pero esto no lo hace espiritual. La Ecclesia no es una organización o una invención humana, sino un organismo lleno de Vida, y que adorarlo “en Jerusalén o sobre esta montaña” es menos importante para Dios que adorarlo “en Espíritu y de verdad“.
¿Entonces dónde es la diferencia? ¿Dónde está el problema? Esto se convierte en un problema cuando el significado espiritual y escriturario es falsamente relacionado con las costumbres sociales, con una norma cultural, con una religión de tradiciones, con una organización o con un lugar para reunirse. Cuando la línea de demarcación si difumina entre, por una parte, la expectativa social, la tradición o las costumbres de la Religión Organizada y por otra parte, la verdadera vida espiritual, la misma esencia de la Ecclesia o del creyente individual, entonces tal sistema tiene la posibilidad de evolucionar en una forma peligrosa de abuso espiritual o de elitismo religioso.
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Chip Brogden
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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– “No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí.En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.”
Tomás le dice:
–“Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”
Jesús le responde:
–“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.”
Felipe le dice:
-“Señor, muéstranos al Padre y nos basta.”
Jesús le replica:
-“Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.”
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Juan 14,1-12
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Hace algunos años, un hombre de Dios que me guiaba entonces me envió un mensaje que me asustó mucho: “Sea siempre fiel a Dios en la observación de sus promesas y no se preocupe de las burlas de los insulsos. Sepa que los santos siempre se han hecho la burla del mundo y de los mundanos y han sido pisoteados por el mundo y por sus máximas. El campo de la lucha entre Dios y Satanás es el alma humana, donde se desarrolla esta lucha en todos los momentos de la vida. Para vencer a enemigos tan poderosos, es preciso que el alma dé libre acceso al Señor y sea fortalecida por él con toda suerte de armas, que su luz la irradie para combatir contra las tinieblas del error, que se revista de Jesucristo, de su verdad y justicia, del escudo de la fe, de la Palabra de Dios. Para revestirnos de Jesucristo, es preciso que muramos a nosotros mismos. Estoy seguro de que nuestra Madre celestial le acompañará paso a paso”.
Estaba yo confuso, mi mente daba vueltas, cavilaba en estos pensamientos sin llegar a ninguna conclusión. Pasó después otro trecho de vida y comprendí que morir a nosotros mismos es hacernos vivir a nosotros mismos. Caigo en la cuenta de que los momentos de vida plena son aquellos en que siento la tentación de hacer vivir en mí a Dios y su voluntad. Al final he comprendido que abandonarme a Dios no significa haber superado todos mis problemas, sino querer verdaderamente, con todo mi ser, que él pueda obrar en mí y pueda encontrar en mí una plena colaboración.
Al leer ahora de nuevo esta carta, cada palabra toma un valor diferente y, contrariamente a hace algunos años, me anima a continuar por este sendero.
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E. Olivero, Amar con el corazón de Dios,
Turín 1993, pp. 72ss).
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Cristo, resucitado y glorioso
es la fuente profunda de nuestra esperanza.
Su resurrección no es algo del pasado;
Entraña una fuerza de vida
que ha penetrado el mundo.
Donde parece que todo ha muerto,
por todas partes vuelven a aparecer
Brotes de la resurrección.
Es una fuerza imparable.
Verdad que muchas veces
parece que Dios no existiera:
Vemos injusticias, maldades, indiferencias
y crueldades que no ceden.
Pero también es cierto
que en medio de la oscuridad
siempre comienza a brotar algo nuevo,
que tarde o temprano produce un fruto.
En un campo arrasado
Vuelve a aparecer la vida,
tozuda e invencible.
Habrá muchas cosas negras,
Pero el bien siempre tiende
A volver a brotar y difundirse.
Cada día en el mundo renace la belleza,
Que resucita transformada
A través de los tormentos de la historia…
esta es la fuerza de la resurrección
y cada evangelizador
es un instrumento de este dinamismo.
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Papa Francisco
Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio” n.276.
Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales
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¡Cristo verdaderamente ha resucitado!
¡Feliz Pascua!
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El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y le dijo:
– “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.”
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no había entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
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Juan 20, 1-9
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En el fluir confuso de los acontecimientos hemos descubierto un centro, hemos descubierto un punto de apoyo: ¡Cristo ha resucitado!
Existe una sola verdad: ¡Cristo ha resucitado! Existe una sola verdad dirigida a todos: ¡Cristo ha resucitado!
Si el Dios-Hombre no hubiera resucitado, entonces todo el mundo se habría vuelto completamente absurdo y Pilato hubiera tenido razón cuando preguntó con desdén: «¿Qué es la verdad?». Si el Dios-Hombre no hubiera resucitado, todas las cosas más preciosas se habrían vuelto indefectiblemente cenizas, la belleza se habría marchitado de manera irrevocable. Si el Dios-Hombre no hubiera resucitado, el puente entre la tierra y el cielo se habría hundido para siempre. Y nosotros habríamos perdido la una y el otro, porque no habríamos conocido el cielo, ni habríamos podido defendernos de la aniquilación de la tierra. Pero ha resucitado aquel ante el que somos eternamente culpables, y Pilato y Caifas se han visto cubiertos de infamia.
Un estremecimiento de júbilo desconcierta a la criatura, que exulta de pura alegría porque Cristo ha resucitado y llama junto a él a su Esposa: «¡Levántate, amiga mía, hermosa mía, y ven!».
Llega a su cumplimiento el gran misterio de la salvación. Crece la semilla de la vida y renueva de manera misteriosa el corazón de la criatura. La Esposa y el Espíritu dicen al Cordero: «¡Ven!». La Esposa, gloriosa y esplendente de su belleza primordial, encontrará al Cordero.
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Pavel Florenskij, Il cuore cherubico,
Cásale Monferrato 1999, pp. 172-174, passim
Comentarios desactivados en ‘Mamacruz’, la película española que reivindica el erotismo de la religión
Kiti Mánver en el cartel de ‘Mamacruz’, película española en Sundance La Claqueta
Patricia Ortega competía en la competición internacional del Festival de Sundance con esta historia sobre la sexualidad en la tercera edad y en una Sevilla donde la Semana Santa domina el imaginario
Javier Zurro
21 de enero de 2023
En España siempre ha habido un problema con la sexualidad. 40 años de dictadura y de nacional-catolicismo han hecho mella, y todavía se viven las consecuencias. Esa herencia religiosa hace que, para muchos, el sexo sea algo oscuro, sucio y avergonzante, de ahí que muchas mujeres hayan vivido negando su propio deseo. La ficción empieza a romper esos tabúes y comienza a traspasar ciertas líneas. Por ejemplo, en la sexualidad en la vejez. Pocas historias han mostrado con naturalidad a cuerpos ancianos. Aquí también se manifiesta el machismo de industrias como el cine, habituada a mostrar galanes de 60 años con parejas décadas menor. Las mujeres, a partir de los 50, se convierten en abuelas en el cine.
Todo eso se resquebraja. Lo mostró el año pasado Buena suerte, Leo Grande, donde Emma Thompson destrozaba prejuicios con un desnudo integral que era una declaración de intenciones. Precisamente aquel filme se presentó en el Festival de Sundance, mismo lugar donde se verá por primera vez la película española Mamacruz, dirigida por la venezolana Patricia Ortega y que realiza la misma operación. Esta vez cambiamos a Emma Thompson por nuestra Kiti Mánver y se le añade un contexto social y político mucho más interesante, el de un pueblo sevillano donde la religión y la Semana Santa tienen mucha importancia. El descubrir sexual de la protagonista, a la que llaman todos Mamacruz, se hará a través del imaginario católico. Ya su póster es una declaración de intenciones, con Kiti Mánver a punto de besar un cristo. Una escena que se repite en un filme valiente y que abre conversaciones importantes y necesarias.
Mamacruz nace de un hallazgo inesperado, el que la directora hizo mientras cuidaba a su madre durante la quimioterapia que recibía en Maracaibo, en Venezuela. De repente, en su cuarto encontró una foto que no había visto hasta ese momento. Una fotografía de su madre desnuda. “Mi mamá siempre ha sido superconvencional y yo era la oveja negra, entonces a raíz de esa foto surgió algo muy bonito entre las dos, una conversación muy bonita y yo empecé a escribir primero un cuento, un relato sobre ella y sobre mi abuela que fue mutando y se convirtió en un tratamiento de guion que empecé a mover por laboratorios de guion, porque hay ideas que cuajan y otras que no, y este cuajó maravillosamente”, cuenta Patricia Ortega.
La autora escribió primero la historia para Venezuela, que adaptó luego a un pueblo sevillano, pero subraya que en Venezuela “todavía hay una militancia católica muy fuerte” y su familia es “supercatólica”. “Pero cuando conocí a Olmo [Figueredo, productor español con La Claqueta] decidimos que la película fuera española y él me sugirió Sevilla. Cuando fui a Sevilla y descubrí la Semana Santa dije, esto es increíble, es mucho más fuerte todo que en Maracaibo, era perfecto para la historia. Así que no tuve que hacer ningún esfuerzo por adaptarla porque acá se contaba perfectamente”, explica.
Tienes una obra como el Éxtasis de Santa Teresa que lo que describe evidentemente es orgásmico y muy sensual
Patricia Ortega — Directora de cine
Para Patricia Ortega ese tabú del sexo y el cuerpo no tiene que ver solo con una generación, sino que se perpetúa en las más jóvenes. A ella le sorprendió ver en Sevilla a cofrades tan jóvenes. Descubrió una ciudad que ha crecido con una idiosincrasia y una práctica del catolicismo que ella describe como “muy pagana”. “Los colores, la fiesta que se arma, el fervor, no tiene nada que ver con el Vaticano ni con las normas de la Iglesia. Es muy popular, es muy colorido. Yo lo agarré más desde allí, desde el color, desde lo popular, de cómo las personas se apropian de la religión y hacen lo que les da la gana, independientemente de lo que diga el Vaticano”, añade.
Ahí viene lo rompedor de Mamacruz, y lo que muchos calificarán como provocador. Patricia Ortega utiliza todo ese imaginario de la Semana Santa y de lo católico, mantillas, mantos y cristos, como potenciador de lo erótico y la sexualidad de la protagonista, que se excita viendo el torso desnudo de Jesucristo. “Yo creo que la religión tiene mucho erotismo”, dice Ortega entre risas. “Es que tienes una obra como el Éxtasis de Santa Teresa que lo que describe evidentemente es orgásmico y muy sensual. Y tú lees a Santa Teresa y dices: a ver, esta mujer estaba cachonda también, ¿es evidente, no? O el versículo de la Biblia que nosotros usamos, del Cantar de los Cantares, que también está en una escena que es evidentemente erótica. La religión, como expresión cultural, también tiene erotismo, porque es imposible que los seres humanos, que son los que han representado estas figuras, no están exentos de la sensualidad o de las pasiones que hay allí en todo”.
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En el proceso de documentación y escritura la directora vio el documental ¡Dolores, guapa!, que cuenta la relación del colectivo LGTB con la Semana Santa y donde “retrata muy bien que hay muchos imagineros que usan a sus amantes como modelos para hacer el Cuerpo de Cristo”. “Por eso es que hay Cristos buenorros”, dice riendo Patricia Ortega. “Yo me asombré con un Cristo que hay en Cádiz, que es un Cristo buenorro. Yo decía, pero este Cristo musculoso, de dónde salió. Me parece muy divertido y me parece, no simplemente polémico, sino muy interesante hablar sobre esto, quitar ese estereotipo de que la gente que cree o que es practicante, aunque yo no lo sea, tiene que ser oscura u ortodoxa. Hay mucha gente que vive la sensualidad y el erotismo a través de sus creencias, por eso quise verlo desde allí, desde esta mujer que empieza siendo muy ortodoxa, muy convencional, con mucha culpa, pero que se va liberando y va reinterpretando y llenando de sensualidad su creencia”.
Con Mamacruz también quiere poner a la mujer en la vejez en el centro del deseo y de la historia, porque no recordaba nunca que el cine se centrara en estas historias, sino que cuando hablaba de ellas era en “películas muy oscuras o tristes”. “Parece que la gente después de los 70 años no follara o no sintiera deseo, o pareciera que cuando te haces mayor ya no eres un ser sensual… eso no puede ser. Yo quería borrar el estigma de la edad. Que esta abuela deje de ser una abuela y se convierta en una mujer. Su cuerpo deja de tener el peso de la abuela y se convierte en un cuerpo que quiere jugar, un cuerpo sensual, un cuerpo que siente como cualquier cuerpo similar”, apunta Ortega que también quiere romper con los cuerpos canónicos, porque para el cine parece que “la belleza, el erotismo y la sensualidad solo tienen que ver con la juventud y con un cierto tipo de cuerpo”.
Comentarios desactivados en Adorar en espíritu y verdad: Religión de vivos, no de muertos
Del blog de Ramón Hernández Martín Espeza radical:
Obviamente, aunque toda religión se circunscriba o concrete en fomentar una forma de vida humana que tiende ineluctablemente a su mejora, hace forzosamente una referencia a la divinidad y nace precisamente de su relación con ella. Mientras trata de implantar la justicia y fomenta la solidaridad entre los seres humanos, toda religión que se precie establece lazos con la divinidad en que se apoya y de cuya benignidad se nutre. Para los cristianos, el viejo Dios de Israel, el que se hizo presente en la peña de Horeb de la que manaba agua (primera lectura de la liturgia de hoy), sigue siendo fuente de agua viva o manantial incluso del ser que somos, el compañero fiel de viaje que nos acompaña a lo largo de la peregrinación que es la vida, sobre todo cuando surgen problemas que nos desbordan, cuando nos llenamos de llagas que torturan o cuando nos dominan miedos que encogen el ánimo. Todo lo creado, incluso lo que nos parece negativo o contraproducente, emana de Dios y se nutre de él mientras dura y desempeña su función correctora o vivificadora.
El evangelio de hoy nos presenta a Jesús en Sicar, el pueblo samaritano en el que había un “manantial de Jacob”, pidiendo agua a una “pecadora” para saciar su sed de predicador itinerante, al tiempo que le ofrece a ella a cambio el “agua viva” que brota de la roca providente que es él mismo. Cuando el evangelio de Juan describe la escena y nos da cuenta de una conversación como grabada en un casete, la personalidad de Jesús ya había evolucionado en la mente y en el corazón de la mayoría de sus seguidores a la figura del Cristo de la fe al que se refiere san Pablo en la lectura de su Carta a los Romanos que se hace en la liturgia de hoy, el Señor que, habiendo dado muerte al pecado en su muerte, había consumado la magna obra de la redención.
La condición de profeta que Jesús manifiesta sin tapujos ante la mujer de Sicar la anima a aprovechar la oportunidad para preguntar si, al adorar a Dios, tienen razón los judíos que lo hacen en Jerusalén o los samaritanos, en el monte que ambos tenían delante. Jesús se muestra tan contundente como selectivo al establecer que, aunque se pueda adorar a Dios en ambos lugares o en cualquier otro, lo importante es hacerlo en espíritu y verdad. Sin duda, se refiere a una adoración sincera, seria y con fuerza, en la que se proclame que Dios es no solo la fuente de nuestro ser, sino también el manantial inagotable que alimenta y sacia nuestra vida. Adoración, en fin, que da cuenta real de lo que somos y de lo que debemos hacer.
La mirada que a partir de esa premisa o atalaya debemos dirigir al cristianismo que profesamos ha de ser vivificadora, creativa. Nunca el cristianismo podrá convertirse en“cosa hecha”, en elenco de dogmas excluyente y cerrado, en conjunto de ritos perfilados, ni siquiera en camino escalonado de sacramentos prefijados, que es lamentablemente la forma en que solemos enfocarlo. Como esperanza de que la implantación del reino de Dios avance poco a poco en la sociedad en que nos toca vivir, por muy descompuesta o podrida que nos parezca, el cristianismo es una forma de vida, una sociedad de fe dinámica, un esfuerzo sostenido en la realización de su propio ser y en la consecución de su objetivo de salvación.
De ahí que debamos cambiar por completo la perspectiva para ver en el cristianismo, ante todo, al hombre sufriente de nuestro tiempo a fin de prestarle el servicio o la sanación que le habría prestado Jesús en el suyo. Para situarse seriamente en la estela de Jesús, es decir, para ser cristiano de ley no basta un bautismo como gracia que nos injerta en una nueva dimensión, o profesar una serie de verdades como carnet de pertenencia a una ideología de tinte filosófico, o practicar una serie de ritos cargados de simbolismos circunstanciales poco menos que mágicos. El hecho de ser cristiano ni cambia la condición humana, ni afilia a un club selecto de intelectuales, ni convoca a ningún tipo de aquelarre ritual, sino que nos encamina tras los pasos de Jesús y nos sitúa en las coordenadas de su propia vida. Nos referimos a pasar por este mundo haciendo el bien, a adorar a Dios como es debido, a tratarlo como padre providente en conversaciones frecuentes con él (oración) y a ocuparnos seriamente de los hermanos, justo lo mismo que hizo Jesús. La pregunta correcta para indagar sobre la condición de cristianos no debería ser la de si creemos que Jesús es Dios, que es la que normalmente nos hacemos, sino la de si vivimos a su estilo, si se caminamos tras huellas, si damos testimonio de su vida y si colaboramos en su magna obra de salvación de los hombres.
El auténtico adorador de Dios debe, por un lado, ser humilde de corazón y aceptar plenamente su condición de criatura, lo que lo lleva a la conciencia de que cuanto posee es don divino y de que lo correcto no es esforzarse por dominar a sus semejantes, sino por servirlos. Solo los humildes pueden adorar a otro. Lamentablemente, hay millones de seres humanos, entre ellos muchos que se consideran cristianos, que solo se adoran a sí mismos. La egolatría es una epidemia corrosiva que hace estragos en todos los estamentos de la vida, incluidos los más sagrados y también los más degradados. En todas partes abundan los diosecillos que se alzan con la vara mágica del mando y que se atreven a golpear con ella los baluartes de la vida en busca de sumisión.
Por otro, el auténtico adorador de Dios debe ser sumiso servidor de sus hermanos y desprenderse de cualquier posesión que apunte en otra dirección. Todos tenemos tiempo en abundancia y, aunque no sean muchos, algunos tienen además riquezas sobradas para costear varias vidas. Todos debemos compartir tiempo y, algunos, también riquezas. Si el poder no es capaz de sobreponerse a un tiempo que termina derrotándolo por completo, a las riquezas no se le puede buscar otra función legítima que la de proveer a las necesidades propias y ajenas. Solo quienes utilizan su poder como servicio a sus semejantes y comparten con ellos sus propios haberes, sean tiempos o riquezas, caminan tras las huellas de Jesús y adoran al Padre en espíritu y verdad, lo mismo da que lo hagan en Samaría, en Jerusalén o en cualquier parte del mundo donde se encuentren. Solo ellos son realmente cristianos, auténticos seguidores de Jesús. Insistiré, como cierre de esta reflexión, en que el cristianismo no es un rosario de creencias ni un vademécum de prácticas religiosas, sino una religión de vida o, mejor, una forma de vida inspirada en el modelo de humanidad de un Jesús al que mantiene vivo en el seno de la comunidad de creyentes.
Comentarios desactivados en “La Religión pretende ‘divinizar’ lo ‘humano’, mientras que lo que hace el Evangelio es ‘humanizar’ lo ‘divino'”, por José María Castillo, teólogo
¿Tiempos del “pos-teísmo” y de la “pos-religión”? ¿Dónde y cómo podemos encontrar a Dios?
“Si decimos que Dios es infinitamente bueno e infinitamente poderoso, ¿cómo se explica que, con tanta bondad y tanto poder, Dios haya hecho un mundo en el que tenemos que soportar tantas limitaciones y tantos sufrimientos? O Dios no es tan ‘bueno’ como decimos; o no es tan ‘poderoso’ como nos lo imaginamos”
“Es un hecho que el bienestar, el desarrollo y el disfrute de la vida son experiencias que nos alejan de Dios y de la Religión”
“La experiencia religiosa de todos nosotros ya no es de fiar”. Esto ha escrito recientemente el profesor Thomas Ruster, de la Universidad de Dortmund, en un libro que obliga a pensar: El Dios falsificado (Salamanca, 2011, Ed.Sígueme, pg. 228). Y es que, como sabiamente ha dicho el profesor Juan A. Estrada, en su excelente estudio La imposible teodicea, (Madrid, Ed. Trotta, 1997), “El mal, en su triple dimensión de sufrimiento, injusticia-pecado y finitud-muerte, es el gran obstáculo racional para creer en un Dios bueno y omnipotente”.
Y es verdad. Si decimos que Dios es infinitamente bueno e infinitamente poderoso, ¿cómo se explica que, con tanta bondad y tanto poder, Dios haya hecho un mundo en el que tenemos que soportar tantas limitaciones y tantos sufrimientos? O Dios no es tan “bueno” como decimos; o no es tan “poderoso” como nos lo imaginamos. Es imposible unir lo uno con lo otro. Y para colmo de lo dicho, ¿cómo se explica que el destino final, de tanto disparate, sea la muerte y el infierno eterno, sin otra esperanza de solución?
Creer, a pesar de todo
¿Se puede superar tanta atrocidad? Ha habido héroes que la han superado. En el testamento de un judío que murió el año 1943 en el gueto de Varsovia, se encontró un documento que decía: “Creo en el Dios de Israel, aunque Él haya hecho todo lo posible para que no crea… Dios ocultó su rostro al mundo. Las hojas en las que escribo estas líneas (voy a) encerrarlas en la botella vacía y esconderlas aquí entre los ladrillos de la pared maestra, debajo de la ventana. Si alguien las encuentra un día y las lee, entenderá quizá el sentimiento de un judío –uno de los millones– que murió como abandonado de Dios, ese Dios en el que cree firmemente” (Z. Kolitz, Jossel Rakowers Wendung su Gott, ed. por P. Badde, Berlin, s. a. Cf. U. Luz, El Evangelio según san Mateo, vol. IV, Salamanca, Sígueme, 2005, pg. 447).
Un grupo de judíos húngaros a su llegada a Auschwitz.
Han pasado 80 años de lo que se sufrió en el gueto de Varsovia, en Auschwitz, en todos los campos de concentración y por causa de las crueles atrocidades que se cometieron en aquella guerra mundial. Sin embargo, en tiempos y condiciones de tanta violencia y crueldad, sin duda alguna, se creía más en Dios que en los tiempos actuales. Es un hecho que el bienestar, el desarrollo y el disfrute de la vida son experiencias que nos alejan de Dios y de la Religión.
¿Tiempos del “pos-teísmo” y de la “pos-religión”?
Este fenómeno es tan fuerte –y tiene tales consecuencias– que ya se habla, sobre todo entre teólogos, del “pos-teísmo” y de la “pos-religión”. ¿Significa esto que tenemos que prescindir de Dios y de la Religión? ¿Quiere esto indicar que Dios y la Religión son antiguallas de las que debemos prescindir, como cosas de otros tiempos, cosas – por tanto – que han perdido actualidad y utilidad?
Quienes piensan de esta manera o dan a entender que el problema de Dios ha perdido actualidad, lo que dan a entender es que no podemos, ni debemos, pensar y hablar así de Dios
Quienes piensan de esta manera o dan a entender que el problema de Dios ha perdido actualidad, lo que dan a entender es que no podemos, ni debemos, pensar y hablar así de Dios. Porque Dios es “Trascendente”. Y lo “trascendente” es lo “incomunicable”. Dios es el Absoluto, que trasciende el horizonte último de nuestra capacidad de conocimiento. Dios no está a nuestro alcance. Por eso, cuando hablamos de Dios, lo que en realidad hacemos es “cosificar” al “absolutamente-Otro”, que, por una especie de “conversión diabólica”, reduce al Absoluto en un “objeto mental”. Pero una “idea” nuestra, un pensamiento, por muy sublime que sea, es inevitablemente una “cosa”, un “objeto humano” (cf. Paul Ricoeur, De l’Interprétation. Essai sur Freud, Paris – Cerf, 1965, 508-510).
La solución, que el cristianismo le ha dado a este problema, ha sido la “encarnación” de Dios. Lo que es, en realidad, la “humanización” de Dios. El Evangelio de Juan dice: “A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo único el Padre nos lo ha dado a conocer” (Jn 1, 18). Dios se ha humanizado en Jesús. Por eso, cuando uno de los primeros discípulos (Felipe) le pidió a Jesús: “muéstranos a Dios y con eso nos basta”, la respuesta de Jesús fue tan clara como desconcertante: “Felipe, quien me ve a mi está viendo a Dios” (Jn 14, 8-10).
La Religión pretende “divinizar” lo “humano”, mientras que lo que hace el Evangelio es “humanizar” lo “divino”. O sea –y ésta es mi conclusión– el problema de Dios, que a algunos preocupa y a otros no interesa, tiene en todo y siempre la misma solución: humanizarnos en todo y para todos por igual. En la medida en que humanicemos este mundo tan deshumanizado, en esa misma medida encontramos a Dios.
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Del blog de José Arregi Umbrales de luz:
La gente va a los templos
a saludarme…
¡Qué simples e ignorantes son mis hijos,
que piensan que vivo aislado!
¿Por qué no vienen y me saludan
en la procesión de la vida, donde yo habito,
en las granjas, en las fábricas y en el mercado,
donde aliento a los que ganan el pan con el sudor de su frente?
¿Por qué no vienen y me saludan
en las barracas de los pobres,
y me encuentran bendiciendo a los pobres y necesitados
y secando las lágrimas de las viudas y los huérfanos?
¿Por qué no vienen y me saludan
al borde del camino,
y me encuentran bendiciendo al mendigo que pide pan?
¿Por qué no vienen y me saludan
entre aquéllos que son pisoteados por los orgullosos de alma y poder,
y me contemplan sosteniendo su sufrimiento y derramando compasión?
¿Por qué no vienen y me saludan
entre las mujeres hundidas por la sumisión y la violencia
entre las que me siento para bendecirlas y levantarlas?
Estoy seguro de que nunca pueden echarme de menos
si intentan encontrarme entre el sudor y la lucha por la vida
y en las lágrimas y las tragedias de los pobres.
*
Kushdeva Singh,
físico, místico y activista social indio,
(1902–1985)
Comentarios desactivados en “Los exvotos “, por Isabel Gómez Acebo.
Basilica of Our Lady of the Mount, Bandra (Mumbai)
Leído en su blog:
21.10.2022
La primera vez que fui a Lourdes, no tendría más de 7 u 8 años, quedé asombrada del surtido de muletas que colgaban en la gruta. Eran muy feas, de una madera barata desgastada por los años al aire libre. Mi impresión no fue buena, pero es que yo entonces no conocía la fealdad que suele acompañar a la vejez y a la enfermedad. El surtido, que pendía de la cueva de María, era en agradecimiento por los favores conseguidos
Mucho más bonitas son las cadenas que cuelgan en la puerta de la iglesia de San Juan de los Reyes en Toledo. Son las que dejaron los prisioneros de los musulmanes al conseguir el rescate y la prueba de su agradecimiento a Dios, era su exhibición
Visitando la zona femenina del muro de las Lamentaciones en Jerusalén no pude resistir a la tentación de leer algunos papelitos que dejaron las mujeres que habían orado antes que yo entre las piedras. Los volví a colocar de inmediato en sus lugares originales lo que me hacía pensar que era más leve mi infracción. En ellos pedían a Dios los favores que querían les fueran concedidos. El mayor número giraba en torno al matrimonio, a la forma de conseguir un buen marido, había otros solicitando buenas notas en próximos exámenes y la curación de una enfermedad personal o de una persona querida
Estos recuerdos me han venido a la memoria por un artículo de una revista inglesa que hablaba de un santuario dedicado a María, desde el siglo XVI, en la cima de un monte cercano a Bombay, en el suburbio de Bandra. Hasta allí subían, especialmente en el mes de septiembre, además de católicos personas de otras religiones como hindús o parsis para pedir favores a nuestra Madonna, una cifra que muchos días alcanzaba las 100.000 personas.
Como en Lourdes, tanto en la Iglesia como en las calles cercanas, se podían comprar exvotos fabricados en cera que respondían a las necesidades de los individuos que se acercaban a la Virgen para pedir favores. No hay muchos rosarios ni botellas para el agua bendita como en Lourdes. Allí, se encontraban casitas de todos los órdenes y colores, niños y niñas rodeados de sus familias, bicicletas, motocicletas, coches e incluso aviones. Entre todos estos objetos también se podían encontrar ojos, pies, corazones, brazos y otros órganos del cuerpo humano
Lo más curioso ha sido que en la medida que la India se ha hecho más próspera han cambiado los exvotos. Las casas que ofrecen los tenderos son mejores, algunas incluso tienen dos pisos y llevan por título “casa de ensueño” o “bungalow” como imitación de las metrópolis occidentales. Los edificios se amplían a clínicas, colegios, bares o restaurantes. Hay réplicas de monedas de curso legal, fotos de visados a lugares famosos y tablillas de cera con nombres escritos: negocios, carrera, éxito, artista de cine… Otros me han gustado más como los que ofrecen las palabras paz, perdón y gracias. En Bombay las casas están carísimas y en el santuario todo el mundo puede pagarse un sueño
Me pregunto, dado que todos los seres humanos somos iguales, si han cambiado con la prosperidad los exvotos en nuestro mundo secularizado donde sólo acudimos a Dios o a Santa Bárbara cuando truena. Posiblemente ya no crezca el número de muletas en el santuario de Lourdes ya que los enfermos tienen dolencias más complicadas tampoco se exhiben nuevas cadenas en la Iglesia San Juan de los Reyes porque las cadenas ya no son las que nos colocan los infieles ya que nos las colocamos nosotros mismos ¿Qué piden ahora nuestros contemporáneos? Lo de siempre: curarnos de nuestras dolencias y ayuda en momentos puntuales de nuestra vida, pero también algo nuevo: los europeos pedimos la paz en Ucrania pues la guerra amenaza de cerca nuestras cabezas. Para soñar tenemos la lotería
Comentarios desactivados en Gonzalo Haya: La teología popular en los refranes (II)
II. La Religión
En el Diccionario de 2.500 refranes de Luis de Uceda encuentro 90 sobre la religión en general, la mayoría más bien de crítica.
I. Me extraña queno haya refranes sobre la práctica de la religión.
Solamente vagas referencia a las vírgenes y a los santos como costumbres populares o fechas del calendario.
En cambio abundan temas éticos o espirituales, pero están tratados desde la sabiduría humana, con pocas alusiones a la interpretación o a la práctica específicamente religiosa.
Algunos ejemplos:
La muerte
Suele decirse que el origen de la religión es el miedo a la muerte; sin embargo entre los casi cien refranes que recoge Luis Junceda sobre la muerte, no he encontrado ninguno que ofrezca un consuelo religioso. Solamente alguna referencia a Dios en la que, como ya dijimos, reconoce con sencillez nuestra dependencia: “Matrimonio y mortaja, del cielo bajan”; “Nadie se muere hasta que Dios quiere”.
Algunas vagas alusiones, difíciles de interpretar, sobre los espíritus o el alma en otra vida: “No venga al alma cuando el cuerpo pasa”; “Yo pongo, Dios preste; si muere, fino estése”, que Junceda interpreta como crítica a los falsos curanderos.
En general son reflexiones muy sensatas, “Genio y figura, hasta la sepultura”; “Como se vive, se muere”; “Veinte con sesenta, o sepultura o cornamenta”; especialmente sobre la certidumbre de la muerte, “A todo hay remedio, sino a la muerte”, “
Muestra cierto resentimiento o ironía por la presunción de los más ricos: “Por grande que sea el barco, se lo tragó el charco”; “De cenas y magdalenas están las sepulturas llenas”; “Más mató la cena, que sanó Avicena”; o con una cierta envidia por esas cenas: “Muera Marta, muera harta”; o la aceptación de las contrariedades de la vida: “Muerto el perro, se acabó la rabia”; “Mala hierba nunca muere”; o con resignado realismo, “Dolor de mujer muerta dura hasta la puerta”; “El muerto, al hoyo, y el vivo, al bollo”.
Amor
Encuentro 65 refranes de sabiduría y picardía humana: “Obras son amores, que no buenas razones”; “Galán atrevido, de las damas preferido”; “El amor y el vino, sacan al hombre de tino”. Alguna alusión bíblica: “Más fuerte era Sansón, y le venció el amor”; pero sólo encuentro un refrán que penetra en lo humano más profundo, y excede la norma habitual humana: “Ama a quien no te ama, y responde a quien no te llama”, que puede estar inspirado por el evangelio.
Riqueza y pobreza
Es un tema clave en los evangelios pero apenas se refleja en los refranes, porque la religión cristiana no ha sabido transmitirlo; se transmite con el ejemplo, pero la Iglesia no ha vivido el mensaje evangélico sobre riqueza y pobreza; solamente lo han vivido algunos santos, o algunas Órdenes religiosas en sus comienzos.
Reflejo del evangelio pueden ser “Caridad con trompeta, no me peta”; “Dar limosna nunca mengua la bolsa”; “Cuando pobre, franco; cuando rico, avaro”.
La sabiduría popular va al fondo al reconocer que “El dinero, de unos es señor, y de otros, siervo”; “La pobreza no es vileza, mas deslustra la nobleza”.
Con más frecuencia se deja arrastrar con realismo por el aprecio al dinero, “Entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero”, pero “Entre salud y dinero, salud quiero”.
La mayoría de estos refranes se aferran a lo poco que el pueblo tiene: “Para pasar el agua y dar dinero, nunca seas el primero”; “Si te dan dinero, tómalo al punto; si te lo piden, cambia de asunto”; “Hoy no se fía aquí, mañana sí”.
En otros temas como familia, hijos, honor, matrimonio, prudencia, sabiduría, vejez, vicios, virtudes, apenas hay alusiones a prácticas religiosas.
II. De estos refranes, saco la impresión de que:
El pueblo vive una religión natural
“Bien predica quien bien vive”;“Bien predica fray ejemplo, sin alborotar el templo”; “Cuando el abad está contento, lo está todo el convento”; “Lo que han de comer los gusanos, que lo disfruten los cristianos”; “La campana no va a misa, pero avisa”; “Con tanto decir amén, no sale la misa bien”.
Reconoce la igualdad de todos y las debilidades humanas
“De pobres pañales, obispos y cardenales”; “Caga el rey, caga el Papa; sin cagar, nadie se escapa”.
Y aprecia la ayuda de una religión
“La fe Fe, sin ojos ve”; “Al médico, confesor y letrado, hablarles claro”; “Cuando caen los altares, se alzan los muladares”; “Los truenos y el mar, enseñan a rezar”.
A pesar de que relativiza las creencias y los excesos
“Hágase el milagro, y hágalo el diablo”; “A santo que no me agrada, ni padre nuestro ni nada”; “Cuando el corsario promete misas y cera, mal anda la galera”; “Del agua bendita, poquita”; “Largos sermones, más mueven culos que corazones”; “La monja y el fraile, recen y callen”. Como dice un “refrán” romano: “Ne quid nimis”, Nada en demasía.
Y ha experimentado las incongruencias del clero
“El hábito no hace al monje”; “Al fraile y al cochino, no les enseñes el camino”; “Comunicación con Dios, dijo el fraile, y la puerta cerró”; “A la Virgen salves, a Cristo credos; pero los cuartos quedos”; “Reniego del sermón que acaba en daca”; “Tres cosas hacen al hombre medrar: Iglesia, mar y casa real”.
Así como la hipocresía de muchas prácticas religiosas de los feligreses
“Detrás de la cruz está el diablo”; “Fe sin obras, comida de agua sola”; “El Infierno está lleno de buenos deseos; y el cielo, de buenas obras”.
II. Conclusiones
Creo que los refranes del pueblo coinciden inconscientemente con el consejo de Bonhäffer: “Ante Dios y con Dios… como si Dios no existiera”.
Dios se comunica mejor con nosotros a través de la conciencia que a través de una religión organizada, aunque ésta ha despertado muchas conciencias dormidas.
En la parábola del buen samaritano, la voz de Dios quedó distorsionada por la tradición religiosa del sacerdote, pero llegó limpia a la conciencia del samaritano.
Los primeros cristianos dieron testimonio en todo el mundo conocido, y Esteban afrontó el martirio, movidos por su adhesión a Jesús y a su proyecto, no por unas ideas sobre la Iglesia o la cristología, que apenas comenzaban a elaborarse.
Como reconoce el Papa Francisco, existe una tensión bipolar entre la idea y la realidad, pero “la realidad es más importante que la idea” (Evangelii gaudium nº 231-33).
La realidad de la conciencia, la realidad de la experiencia ética, mejor o peor expresada en los refranes, es más importante que las formulaciones teóricas de las religiones, aunque ambas son complementarias y deben depurarse mutuamente.
Comentarios desactivados en Gonzalo Haya: La teología popular en los refranes (I)
“Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas”
MIGUEL DE CERVANTES
Creo que de los refranes puede decirse algo semejante a lo que Manuel Machado le comentaba a Jorge Guillén sobre las coplas:
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.
Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.
Cada refrán pudo tener su origen en una expresión afortunada de alguien que comentó su propia experiencia, pero el refrán no llega a ser refrán hasta que el pueblo lo repite una y otra vez, porque expresa su propia experiencia. Por eso creo que los refranes que se refieren a Dios o a la religión expresan el pensamiento, la teología popular.
En cuanto a la opinión de Don Quijote, creo que todo refrán es verdadero porque expresa una experiencia que han tenido muchos; sin embargo verdadero no significa que se cumpla siempre y en todas las circunstancias. El refranero recoge refranes contradictorios: “A quien madruga / Dios le ayuda” pero también “No por mucho madrugar / amanece más temprano”.
Porque las experiencias son verdaderas, pero son circunstanciales; por el contrario, los conceptos pretenden ser permanentes y conservar su valor como verdaderos en todas las circunstancia. Cada persona experimenta la vida de manera muy distinta según sus circunstancias y su ambiente.
Los refranes serán más válidos cuanto más repetidos, pero nunca tendrán garantía de permanentemente válidos. También encontramos en los evangelios consejos o decisiones contradictorias, porque están pronunciados para diversas personas o en momentos diferentes.
El Diccionario de refranes de Luis de Uceda recoge 2.500 refranes; de ellos, 64 se refieren a Dios, y 90 a la religión.
Entre los refranes que se refieren a Dios, algunos lo mencionan de una manera indirecta: “Después de Dios, la casa de Quirós”; “Dios los cría, y ellos se juntan”; “Del agua mansa nos libre Dios, que de la brava me libro yo”, aunque implícitamente reconocen su supremacía, no conozco ningún refrán que dude o niegue la existencia de Dios.
Unos destacan la acción de Dios: “Nadie se muere hasta que Dios quiere”; “Cuando Dios no quiere, los santos no pueden; “El hombre propone y Dios dispone”; “Donde Dios no está ¿qué bien habrá y qué mal faltará?”.
Y reconocen sus preferencias. “A quien Dios quiere bien, la perra le pare lechones”; pero la providencia de Dios abarca a todos los seres: “Al erizo, feo y todo, Dios lo hizo”. “Casa de Dios, casa de toos”.
No faltan quejas porque Dios envía también enfermedades: “Dios castiga sin palo ni piedra”; “Da Dios almendras al que no tiene muelas”, pero ni aun así niegan la providencia:“Dios, que da la llaga, da la medicina”.
Este poder de Dios está compensado por la necesaria colaboración y esfuerzo humano: “A quien no habla, no le oye Dios”; “A quien se ayuda, Dios le ayuda”; “No da Dios pan sino en ero sembrado”; “En la Iglesia manda Dios, y en el campo los pastores”; “Gracias a manos mías, que voluntad de Dios visto habías”; “Palo dado, ni Dios lo ha quitado”.
Aunque destacan nuestros egoísmos: “Dice el sano al doliente: Dios te dé salud, hermano”, “Van a misa los zapateros; ruegan a Dios que mueran carneros”; pero Dios se encarga de enderezar estos egoísmos: “Dios escribe derecho con renglones torcidos”.
La teología popular no se ha planteado el problema teológico de conciliar las afirmaciones del Antiguo y del Nuevo Testamento sobre sobre la gratuidad absoluta de la acción de Dios y la retribución por méritos. Se limita a mantener ambos extremos en la vida de cada día. Tampoco Ignacio de Loyola se planteó el problema conceptual y se atuvo a la acción práctica: “trabajar como si todo dependiera de ti, y confiar como si todo dependiera de Dios”.
El refranero español lo expresó con una síntesis más plástica: “A Dios rogando y con el mazo dando”.
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(Jane Barlow/Pool Photo via AP, File)
Hoy, 19 de septiembre, se celebra en Londres, el solemne funeral de la reina Isabel II, cabeza de la Iglesia de Inglaterra y de la hermana Comunión Anglicana. La reina finalmente descansará en la Capilla de San Jorge, en los terrenos del Castillo de Windsor, junto a su “fuerza y permanencia” de 73 años, el príncipe Felipe.
La ‘reina eterna’ dio cinco claves en cinco mensaje de Navidad
Inglaterra, algunos sus discursos están impregnados de alusiones a Dios y a lo que la fe significaba en su vida y en su misión como reina de Gran Bretaña
“El ejemplo de Cristo me ha enseñado a respetar y valorar a todas las personas, sean creyentes o no”, señaló en su mensaje de Navidad de 2014
Esta mañana del lunes 19 de septiembre, declarado feriado público en todo el Reino Unido, terminará el acto de engalanamiento de la reina Isabel II que se convertirá en la primera monarca desde Jorge II en 1760 en celebrar su funeral en la Abadía de Westminster. Luego, el ataúd viajará en procesión una vez más a la Abadía de Westminster para el funeral de estado. El martes llegará el cortejo fúnebre con la reina a Londres y el miércoles el ataúd de Isabel II, envuelto en el Estandarte Real, será trasladado desde el Palacio de Buckingham hasta Westminster donde se instalará la capilla ardiente. Al amanecer del último día de luto nacional, los guardaespaldas del rey comenzarán su última vigilia ante el ataúd de la reina en Westminster.
A las 10:00 horas las campanas del Big Ben volverán a sonar para conmemorar la jornada. A las 11.30 horas, el ataúd se trasladará en el carruaje utilizado para los funerales de Lady Di y la reina madre, mientras el rey y los miembros de la casa real irán en procesión desde Westminster hasta la abadía. Allí, a las 12:00 horas, la nación enmudecerá. El funeral de Estado será televisado y se espera que haya unos 2.000 invitados dentro de la abadía. Se colocarán pantallas gigantes en los parques reales de la capital y en todo el país para que pueda seguirse en directo. Se espera que bata récords de audiencia. Después el ataúd se trasladará de nuevo al carruaje para una última procesión fúnebre hasta el Castillo de Windsor, donde la monarca fijó su última residencia tras el estallido de la pandemia y donde se encuentra descansando el cuerpo de su esposo durante 73 años, el duque de Edimburgo.
El cortejo fúnebre empezará a las 15:22 horas (una hora menos en Londres) y el Big Ben tocará las campanas para arrancar el paso. El ataúd será transportado en un carro de armas por la Royal Horse Artillery Troop, por The Mall, a lo largo de Whitehal hasta llegar al Parlamento, una ruta que se espera esté acompañada por miles de ciudadanos. El rey Carlos III y su familia caminarán detrás del féretro.
A partir de media tarde, Westminster permanecerá abierto las 24 horas durante cinco días seguidos para que los ciudadanos vean el ataúd de la reina, y cerrará solo durante un par de horas por la noche para su limpieza. Hacia el sábado se espera que empiecen a llegar los miembros de la realeza internacional, líderes mundiales y diplomáticos a Londres. El rey y la reina consorte comenzarán el día recibiendo a los jefes de Gobierno y a los gobernadores de las cuatro naciones. Por la noche, Carlos III y Camilla darán, junto con otros miembros de la familia real entre los que se espera que esté el príncipe de Gales, una recepción en el Palacio de Buckingham para la realeza extranjera.
La Abadía de Westminster, fundada en el año 960 d.C. por monjes benedictinos, es uno de los monumentos más reconocibles de Londres. La histórica iglesia ha sido escenario de todas las coronaciones desde 1066, y fue donde la entonces princesa Isabel se casó con el príncipe Felipe en 1947. Pero no ha habido un funeral de monarca allí desde el de Jorge II en 1760.
Se espera que allí lleguen jefes de Estado, dignatarios estatales de todo el mundo a la capital británica para unirse a los miembros de la familia real para celebrar la vida de la reina y su inquebrantable servicio a la nación y la Mancomunidad.
Rostros familiares en el servicio televisado serán algunos de los 15 primeros ministros que han servido durante el reinado de la reina y los reyes de España o Joe Biden, entre otros…
Al concluir, el ataúd viajará en procesión hasta Wellington Arch, antes de hacer su viaje final desde Londres hasta Windsor. Su destino es la ahora familiar Capilla de San Jorge dentro de los terrenos del Castillo de Windsor.
Después, el rey y su círculo más cercano participarán en un servicio privado en la misma capilla de San Jorge. Carlos III, igual que hizo su madre Isabel II con su padre, esparcirá tierra sobre el ataúd de la difunta reina.
| RD
Probablemente haya sido la última gran reina cristiana. Cabeza de la Iglesia de Inglaterra, algunos sus discursos están impregnados de alusiones a Dios y a lo que la fe significaba en su vida y en su misión como reina de Gran Bretaña.
Aquí van cinco reflexiones de Isabel II en otros tantos mensajes de Navidad que muestran lo que significaban para ella las enseñanzas de Jesucristo
1.- “Para muchos de nosotros, nuestras creencias tienen una importancia fundamental. Para mí, las enseñanzas de Cristo y mi propia responsabilidad ante Dios proporcionan un marco en el que intento vivir mi vida. Al igual que muchos de ustedes, me han consolado las palabras y el ejemplo de Cristo en los momentos difíciles.
Mensaje de Navidad 2000
2.-“Para mí, como cristianas, una de las más importantes de estas enseñanzas está contenida en la parábola del buen samaritano, cuando Jesús hace la pregunta ‘¿Quién es mi prójimo?’. Es la historia intempestiva de una víctima de la agresión que ha sido ignorada por sus compatriotas pero ayudada por un extraño, y un extraño despreciado. La implicación para Jesús es clara. Todo el mundo es nuestro prójimo, independientemente de la raza, el credo o el color; la necesidad de cuidar al prójimo es mucho más importante que cualquier diferencia cultural o religiosa”.
Mensaje de Navidad 2004
3.-“Aunque somos capaces de grandes actos de ternura, la historia nos enseña que a veces tenemos que salvarnos de nosotros mismos, de nuestra imprudencia o de nuestra codicia. Dios ha enviado al mundo a una persona única: no un filósofo o un general, aunque estos sean importantes, sino a un Salvador, con el poder de perdonar”.
Mensaje de Navidad 2011
4.-“Para mí, la vida de Jesucristo, el Príncipe de la Paz, cuyo nacimiento celebramos hoy, es una inspiración y un ancla en mi fe. Modelo de reconciliación y amor, impuso sus manos en señal de amor, aceptación y curación. El ejemplo de Cristo me ha enseñado a respetar y valorar a todas las personas, sean creyentes o no.
Mensaje de Navidad 2014
5.- “Es cierto que el mundo se ha enfrentado a tiempos oscuros este año, pero el evangelio de Juan contiene un verso de gran esperanza: ‘la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la han detenido’. Aunque fue desplazado y perseguido a lo largo de su corta vida, el mensaje inmutable de Cristo no era de venganza o violencia, sino simplemente que debemos amarnos unos a otros“.
Mensaje de Navidad 2015
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Pocos líderes han tenido tanta influencia en la historia contemporánea como Isabel II, monarca del Reino Unido y de la Mancomunidad de Naciones, fallecida este 8 de septiembre a la edad de 96 años. Isabel II, además de haber sido Reina constitucional del Reino Unido, también fue la cabeza de la Iglesia de Inglaterra durante los últimos 70 años.
Ella fue reconocida a lo largo de su vida con el título de “Defensora de la fe” por su cargo como gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra. Este título originalmente le fue concedido a Enrique VIII por el papa León X después de que el rey escribiera el texto “Defensa de los siete sacramentos” en medio de las disputas teológicas del siglo XVI para defender la fe católica romana. Luego de la ruptura con el papado, el rey continuó reteniendo el título de “Defensor de la fe” pero en relación a la Iglesia de Inglaterra y a la fe anglicana.
Pero además de su papel formal y simbólico como líder de la Iglesia, Isabel II también fue reconocida a lo largo de su vida por tener una fe “profunda y sincera”, esto según las declaraciones de su biógrafo Dudley Delffs.
La fe de la Reina fue una característica “consistente” de su reinado y desde el año 2000 ella había hablado de manera creciente acerca de sus creencias religiosas, lo cual la convirtió en lo que podríamos llamar “una misionera” para el cristianismo, según dijo la ex-directora del diario The Tablet, Catherine Pepinster.
Durante los últimos setenta años, cada navidad, la Reina entregó un mensaje de Navidad a todos sus súbditos, una tradición que comenzó con su padre el rey Jorge V y en la que hablaba de manera directa acerca de su fe.
Incluso antes de su coronación como Reina, Isabel II pidió a sus súbditos que oraran por ella con el siguiente mensaje:
Quiero pedirles a todos ustedes, sin importar qué religión profesen, que oren por mi en ese día [el día de la coronación]. Oren por mí a Dios para que me de sabiduría y fuerza para cumplir con las solemnes promesas que yo estaré haciendo y para que yo pueda servirle fielmente a Dios y a todos ustedes, todos los días de mi vida.
Como una de las líderes más célebres y reconocidas por más de siete décadas, después de su primer mensaje de Navidad, la Reina demostró cómo podía mantener su fe personal como algo privado, abarcador y a la vez compasivo al tiempo que servía en un rol público global bajo el intenso escrutinio de virtualmente cada sector de la sociedad.
En el día de su coronación, la Reina tomó el juramento de “mantener y preservar la inviolabilidad del establecimiento de la Iglesia de Inglaterra, de la doctrina de culto, la disciplina y el gobierno, así como la ley establecida en Inglaterra”.
Sus obligaciones como gobernadora suprema de la iglesia incluían nombrar arzobispos, obispos, y decanos para la Iglesia de Inglaterra, según la asesoría brindada por el primer ministro y la Iglesia. En la práctica, esto quiere decir que ella no tenía poder real sobre la Iglesia de Inglaterra, sin embargo, en su papel simbólico Isabel II supo dar testimonio de su fe y promover el mensaje cristiano con la dignidad propia de su cargo.
En 1970, Isabel se convirtió en la primera soberana en inaugurar y dar un mensaje al Sínodo General de la Iglesia en persona, una práctica que ella continuó cada cinco años después de las elecciones diocesanas.
Tres semanas después de su coronación, la Reina sentó un precedente histórico y juró defender y promover a la Iglesia de Escocia, honrando su obligación de “preservar el establecimiento de la verdadera religión protestante establecida por las leyes creadas en Escocia”. La Iglesia de Escocia es presbiteriana y reconoce solamente a Jesucristo como el “Rey y cabeza de la Iglesia”, lo cual tiene como consecuencia que la Reina carecía de un título oficial dentro de la iglesia o de participación alguna como un miembro regular.
Más que una tradición
A pesar de lo que se pueda pensar o especular, la fe de la Reina era mucho más que el producto de una deferencia amable hacia sus súbditos o de una tradición histórica. A lo largo de su reinado, ella articuló la importancia de la fe y la recomendó a sus súbditos.
“Las enseñanzas de Cristo, y mi propia responsabilidad ante Dios, me proveen de una estructura sobre la cual intento seguir mi vida”, dijo ella en el año 2000. “Me gustaría que muchos de ustedes, puedan hallar un gran confort, en tiempos de dificultad, en las palabras de Cristo y en su ejemplo”.
En el 2002 la Reina soportó un año doloroso de pérdidas personales con la muerte de su hermana, la princesa Margarita, y de la Reina Madre. En su mensaje anual de Navidad de ese año, ella habló de cómo su fe la había ayudado en esos momentos difíciles.
“Sé mucho acerca de depender de mi propia fe para guiarme a través de los momentos buenos y malos”, dijo ella. “Cada día es un nuevo comienzo. Yo sé que la única forma de vivir mi vida es tratando de hacer lo que es correcto, tener una perspectiva amplia, dar lo mejor en cada cosa que el día me trae, y poner mi confianza en Dios”.
La Reina consistentemente extendió su influencia al reconocer y celebrar la diversidad y tolerancia religiosa en el Reino Unido, la Mancomunidad de Naciones, y a través del mundo. En sus mensajes de Navidad y del día de la Mancomunidad de Naciones frecuentemente ella abordó el tema de la armonía interreligiosa y la tolerancia respetuosa. Los líderes de varias denominaciones y religiones regularmente asistieron a ceremonias reales, incluyendo bodas y servicios de Acción de Gracias, por invitación de la Reina y su esposo, el Duque de Edimburgo.
Sin embargo, el papel de Isabel II también consistía en impulsar el ecumenismo. Al celebrar el Jubileo de Diamante en el 2012, la Reina asistió a una recepción multiconfesional en el Palacio de Lambeth, presidida por el arzobispo de Canterbury, y en la que estuvieron presentes los líderes de ocho religiones en el Reino Unido, incluyendo el budismo, el jainismo, el Islam y el hinduismo. En ese evento, la Reina dijo “La fe desempeña un rol clave en la identidad de millones de personas, proveyendo no solo un sistema de creencias sino también un sentido de pertenencia. Puede actuar también para impulsar la acción social. De hecho, los grupos religiosos tienen un récord notable en ayudar a aquellos que se encuentran pasando grandes necesidades, incluyendo los enfermos, los ancianos, las personas solitarias y los vulnerables. Ellos nos recuerdan las responsabilidades que tenemos más allá de nosotros mismos”.
Los esfuerzos de la Reina fueron premiados en el 2007 por el Foro de Las Tres Religiones, una organización dedicada a construir relaciones de entendimiento entre las personas de todas las religiones y creencias. La organización le concedió a Isabel II la Medalla de Oro Sternberg Interfaith, la cual es concedida a los individuos que ayudan a promover la paz y la tolerancia entre las distintas confesiones de fe.
La presunta heredera
Nacida el 21 de abril de 1926, Isabel Alejandra María Windsor fue la primogénita del Duque y la Duquesa de York y la primera nieta del reinante monarca el Rey Jorge V, quien aparentemente se sentía orgulloso por su pensativa y bien comportada hija conocida por la familia como Lilibet. El padre de Isabel ascendió al trono en 1936 como el Rey Jorge VI cuando su hermano, el Rey Eduardo VIII, abdicó con el fin de casarse con una mujer divorciada llamada Wallis Simpson.
Como la presunta heredera del trono, Isabel fue educada privadamente y sirvió en el Servicio Territorial Auxiliar durante la Segunda Guerra Mundial. En 1947 ella se casó con Felipe Mountbatten, un noble de linaje griego y danés. Su unión duró 73 años hasta la muerte de Felipe en el 2021 y fruto de ella nacieron cuatro hijos: Carlos, príncipe de Gales y hoy Rey Carlos III; la princesa Ana; Andrés, Duque de York; y Eduardo, Conde de Wessex. En adición a sus hijos, a la Reina le sobreviven ocho nietos y doce bisnietos.
Desde el comienzo de su reinado, la Reina consistentemente citó referencias de la Escritura, particularmente durante sus mensajes de Navidad.
“¿A qué inspiración y consuelo más grande podemos dirigirnos”, preguntó ella “… que a la imperecedera verdad que puede ser encontrada en este tesoro, la Biblia?”.
En su mensaje de 2016, la Reina explicó:
Miles de millones de personas siguen hoy las enseñanzas de Cristo y encuentran en Él la luz que guía sus vidas. Yo soy una de esas personas porque el ejemplo de Cristo me ayuda a ver el valor que hay en hacer pequeñas cosas con amor, quienquiera que las haga e independientemente de lo que las personas crean.
El rol de la Reina como líder religiosa
Mientras que muchas personas no la veían como una líder religiosa, ella tomó un juramento en su coronación que delineó su rol dentro de la Iglesia de Inglaterra. Este rol no solo incluía apoyar las doctrinas de la iglesia, sino también un papel formal en el nombramiento de obispos y arzobispos.
Isabel II nombró siete arzobispos de Canterbury durante su reinado y numerosos miembros del clero. Momentos notables de su mandato como gobernadora de la Iglesia incluyen el nombramiento del obispo Wilfred Wood, el primer obispo negro de la Iglesia de Inglaterra, en 1985, y el polémico nombramiento de la obispa Libby Lane, la primera mujer en llegar a este rango, en 2015.
Relación con Billy Graham
Además de su papel formal como líder de la Iglesia de Inglaterra, la fe de la Reina ha sido constatada por figuras prominentes de la comunidad evangélica global.
Su amigo y confidente el pastor estadounidense Billy Graham atestiguó el amor de la Reina por la Biblia, así como su fuerte fe cristiana, en su autobiografía Tal como soy.
“Nadie en Gran Bretaña ha sido más cordial hacia nosotros que Su Majestad la Reina Isabel II”, escribió Graham. “Casi cada ocasión que he estado con ella, ha sido cálida o un arreglo informal, tal como un almuerzo o una comida, ya sea solos o con algunos pocos miembros de su familia o con otros amigos cercanos”.
Ellos rara vez publicitaron sus reuniones o apalancaron su relación profesionalmente, pero los dos disfrutaron de una amistad que duró por más de sesenta años hasta que Graham falleció en el 2018. Él escribió, “Siempre la encuentro muy interesada en la Biblia y en su mensaje”.
El interés de la Reina por la Biblia y su mensaje evangélico la llevaron a la participación en una publicación de un libro especial para conmemorar su cumpleaños número 90. Titulado La Reina Servidora y el Rey al que Ella sirve, y en coautoría con Catherine Butcher y Mark Greene, esta pieza de revisión sobre la fe cristiana de la Reina fue publicada por la Sociedad de la Biblia del Reino Unido, a la cual ella sirvió como patrocinadora, así como por HOPE y el Instituto de Londres para el Cristianismo Contemporáneo.
Isabel II escribió personalmente el prólogo, agradeciendo a los lectores por sus oraciones y buenos deseos. “Yo he sido y permanezco muy agradecida a… Dios por Su constante amor. Yo he visto de hecho Su fidelidad”, escribió ella.
El libro fue distribuido a miles de iglesias a lo largo del Reino Unido y en muchos de los países de la Mancomunidad de Naciones poco antes del cumpleaños de la Reina en el 2016. El libro resultó ser tan popular que la Sociedad de la Biblia tuvo que imprimir otras 150 000 copias para satisfacer la demanda.
La relación de Isabel II con los evangélicos
Es probable que la fe de la Reina Isabel encontrara sus raíces en la profunda tradición evangélica de la “iglesia baja” de Inglaterra. La fe de la iglesia baja fue favorecida inicialmente dentro de la monarquía británica por la Reina Victoria y por la casa de Windsor, aunque la Reina Isabel también tenía un carácter marcadamente ecuménico.
En consecuencia, las creencias de Isabel II deberían tener como eje central el carácter vicario de la salvación gratuita ofrecida a la humanidad en la crucifixión de Jesucristo. Prueba de esta fe fue la estrecha relación de la monarquía británica con líderes y predicadores de tradición evangélica reformada, tales como el Reverendo Martyn Lloyd-Jones.
Cuando su padre, el Rey Jorge VI, murió en 1952, Martyn Lloyd Jones predicó un sermón para la ocasión el domingo siguiente, el 10 de febrero. El predicador tomó como su texto base Romanos 13:7 e hizo un comentario profético hacia la parte final de su homilía:
No hay nada más importante, en esta etapa particular de la historia, en consideración a nuestra monarquía constitucional, que el carácter. Nunca el carácter del ocupante del trono fue tan importante como en este momento… El carácter cuenta como nunca lo ha hecho antes. Por lo tanto, oremos para que nuestra nueva Reina sea consciente de esto, y que ella pueda considerar esto como lo más importante de su vida, la vida cristiana, y que ella pueda establecerse a sí misma como un ejemplo para toda la nación.
La oración de Lloyd-Jones por la Reina pudo haber sido respondida, porque el compromiso de Isabel en su seguimiento a Jesús fue bastante claro, especialmente en sus ampliamente difundidos mensajes de Navidad. Aunque generalmente ella mantenía su fe como algo bastante reservado, su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, la animó a hablar mucho más de ello. Gracias a este impulso, la Reina mostró constantemente un compromiso con la fe cristiana y animaba a las personas con las que se reunía a buscar el consuelo y el apoyo necesario para sus vidas en las acciones y palabras de Jesús.
Lloyd-Jones se reunió con la Reina en octubre de 1970, gracias a la amistad de Margery Blackie, médica personal de Isabel y miembro de la Capilla de Westminster, con el reverendo Lloyd-Jones.
Su fe y otras creencias
Después de cinco siglos, Inglaterra no es la misma nación que era durante la Reforma protestante, en la que las guerras de religión y la intolerancia por las creencias marcaban por igual la vida política y social. En este sentido, la libertad de creencias y su expresión es algo que también ha marcado el carácter abierto que hoy la monarquía tiene ante el mundo.
En 2015, el príncipe Carlos señaló que el rol de su madre no era “defender el anglicanismo para excluir a otras confesiones religiosas. En vez de ello, la Iglesia [de Inglaterra] tenía la obligación de proteger la libre práctica de todas las creencias en este país”.
Estos comentarios se dieron luego de que el príncipe señalara que cuando él fuera Rey, debería ser nombrado “Defensor de fe” en lugar de “Defensor de la Fe”, indicando que la religiosidad y su derecho de expresión por parte de todas las personas deberían ser elementos garantizados. Los comentarios del príncipe fueron apoyados por la Reina después de que estos suscitarán controversia entre el público británico.
Promotora de la paz
Uno de los actos más importantes de su reinado, y uno que bien nos muestra su amabilidad cristiana, tuvo lugar cuando la Reina visitó la República de Irlanda en mayo de 2011. La última visita de un monarca reinante al sur de Irlanda había sido en 1911, cuando su abuelo el Rey Jorge V (monarca desde 1910 a 1936) había visitado Dublín en mayo de 1911, un siglo antes. Ese siglo había sido testigo de una multitud de actos de violencia en las islas británicas e Irlanda que envenenaron las relaciones entre las dos naciones.
Cuando la Reina voló a Irlanda, eligió vestir un abrigo y un sombrero verde. Y en una cena de estado, cuando ella se levantó para hablar, cautivó a sus oyentes con algunos comentarios de apertura en gaélico. Cuando terminó de hablar, el historiador Robert Lacey notó que todas las personas de la habitación se pusieron de pie y aplaudieron con la “sostenida y sentida apreciación del puente que la Reina había construido” entre Gran Bretaña e Irlanda esa noche. Durante su viaje, también visitó El Jardín Nacional de la Memoria que conmemora a los hombres y mujeres irlandeses que habían muerto luchando contra los británicos en la Guerra de Independencia (1919-1921) y con una simple inclinación de su cabeza, mostrando dolor sincero, ella se ganó los corazones de muchos en Irlanda.
La Reina comentó en un discurso de 2015 que recordaba esa ocasión: “San Pablo nos recuerda a todos los cristianos, que como embajadores de Cristo, se nos ha confiado el ministerio de la reconciliación. Expandir la Palabra de Dios en la difícil pero recompensante tarea de hacer la paz y resolver los conflictos son partes importantes de este ministerio”.
Cumpliendo su promesa hasta el final
En parte princesa y en parte obispa, tanto como guardiana como bisabuela, diplomática y discípula, la Reina Isabel II fue una figura que trajo calma y estabilidad a su nación y a la mancomunidad de naciones durante periodos tumultuosos de cambio histórico y avance tecnológico.
“Finalmente, la monarquía señala más allá de sí misma la majestad de Dios”, escribió Ian Bradley, profesor en la Escuela de Divinidad de la Universidad St Andrews. “Impulsa las facultades dadas al hombre por Dios de reverencia, lealtad y veneración. Deriva su verdadera sanción y autoridad desde lo alto en vez que desde abajo”.
La Reina Isabel II fue una monarca impresionante. Uniendo los siglos 20 y 21, la modernidad y la postmodernidad, la Reina señaló su fe personal en Dios y su creencia en Cristo como su ancla en medio de las muchas tormentas, tanto públicas como privadas, por las que atravesó. Al final, fue fiel a los sagrados votos a Dios que realizó el día de su coronación y sirvió a aquellos a los que se le encomendó cuidar.
Con información de Christianity Today, The Gospel Coalition, The Guardian y MSNBC.y Religión Digital
Comentarios desactivados en La Fiscalía pide pena de cárcel para un pastor evangélico y su esposa, a los que acusa de maltrato homófobo a su hijo
Nuevo caso de violencia homófoba en el seno de una familia. Un matrimonio (él pastor de un culto evangélico) ha sido acusado por la Fiscalía de maltratar de forma repetida a su hijo y a la pareja de este por ser gais.
La noticia la ha difundido la agencia EFE y la han recogido Heraldo de Aragón y Nius. Según la versión del hijo, a la que la Fiscalía da credibilidad, este se vio obligado a abandonar su domicilio familiar en Terrassa (Barcelona) a principios de 2017 ante la marcada homofobia de sus padres, temeroso de que estos llegaran a ser conscientes de su homosexualidad. Los padres se personaron en repetidas ocasiones en el instituto del chico, tensionando la situación hasta el punto de que tuvo lugar una reunión en el propio centro en la que el hijo, acompañado de personal docente, explicó finalmente a sus padres que era gay y que tenía pareja.
El hecho de que el hijo estuviera arropado por personal docente no calmó a los padres, que no aceptaron la situación y continuaron acosándolo con argumentos abiertamente homófobos y diciéndole que si se arrepentía «Dios lo iba a curar». Tiempo después el hijo, acompañado de su pareja, concertó una cita con los padres en plena calle para que estos le devolvieran documentación, encuentro en el que hubo insultos, forcejeos y golpes.
La Fiscalía atribuye a los padres dos delitos contra la integridad moral o alternativamente de lesiones contra la integridad de la persona y, además, uno de maltrato y otro de lesiones, solicitándo dos años y cuatro meses de cárcel para el padre, pastor evangélico, y año y medio para su esposa. Por lo que se refiere al episodio del forcejeo, sobre el que hay denuncias cruzadas, la Fiscalía pide la absolución de los dos jóvenes y limita la acusación a los padres del chico.
Comentarios desactivados en “Otro adiós”, por Koldo Aldai.
He estado recientemente en ceremonias civiles de despedida física de seres cercanos que me han tocado el corazón, me han permitido vivir el momento con sentimiento y profundidad. Cuando trascendemos el guión manido, el ritual millones y millones de veces repetido, de repente nos sentimos cocreadores de un ritual nuevo, nos vivimos como protagonistas de un momento esencial, de repente hacedores de una ceremonia clave, alentadores de un futuro más compartido.
El último adiós tenía diferentes atalayas, se expresaba desde diferentes gargantas y registros. Resulta que tras el último aliento, las flores destilaban variados perfumes, los poemas brotaban de distintos firmes y sentires, el más allá se divisaba con particulares brillos, el periscopio interior avistaba desde dispares honduras…, la despedida por lo tanto no debía seguir siendo una y única. Los monopolios de todo orden tienen sus días contados, por más que el alejamiento habrá de ser sin ápice de rencor. Jamás podremos edificar lo nuevo con la fuerza de la ira.
El adiós ya no es necesariamente un coto más de la Iglesia. Es hora de desprenderse de posesiones físicas, también de territorios menos tangibles. Se imponía trasladar el acto a espacios más de todos y todas, menos significados, en la medida de lo posible también más circulares, menos controlados. El parque, la cima de la montaña, el tanatorio, la sala del cementerio…, se ofrecieron para ese imprescindible salto al “vacío”.
Teníamos una larga historia religiosa monocolor, tuvimos como reacción un tiempo más laico. Ahora comenzamos a disfrutar una era más consciente y sagrada, al tiempo que universal e integradora. En medio de todo ello teníamos que descubrir cómo nos acercábamos al vehículo deshabitado, a la urna corporal vacía e inanimada, qué hacíamos con nuestros seres queridos que físicamente nos abandonan. Nuestra forma de permanecer ante el ataúd, nuestra manera de entender y gestionar la llamada muerte marcará en importante medida nuestro futuro colectivo.
Nuestras despedidas dicen todo de nuestra forma de estar en el mundo. La ceremonia ha estado hasta el presente gobernado por el credo único. Tras el control es natural la desbandada; tras el sacerdocio monocolor es normal el relevo, la palabra abierta, el atril sin dueño. Toca acercarnos recogidos, respetuosos, cargados de confianza y aurora al micrófono a ras de tierra, que no al púlpito en las alturas dominadoras. No importa el balbuceo inicial, quizás cobre más importancia el afirmar un futuro sin dirigentes, ni dirigidos en todos los ámbitos de la vida, por supuesto también en lo que compete a la trascendencia.
Cuando los valores humanos, cuando los principios superiores han acompañado nuestros días es natural que también presidan el adiós. Cuando la belleza, el arte y la armonía han estado presentes en nuestras vidas, querremos que lo estén también en su omega físico. Éste es un fenómeno novedoso que está aconteciendo en nuestros días. El templo católico ya no es el único lugar para la ceremonia de despedida de nuestros seres amados. El cuestionamiento del funeral clásico es un signo cargado de futuro, en la medida en que democratiza la ceremonia, en la medida en que concita a ciudadanía de todo signo. La proliferación de la despedida civil es un hecho esperanzador en la medida en que devuelve al humano un poder durante milenios delegado. La despedida civil puede restar luto al acto, puede reunir otros cantos, otras reflexiones, otras formas de estar en el mundo y salir de él.
No mi adiós, ni tu adiós, no ya el del credo imperante o el de la falta de él, sino un adiós en que unos y otros nos encontremos, en el que podamos desplegar todos nuestros variados pañuelos al Viento, concitar nuestras eventuales lágrimas, nuestras fes, sobre todo nuestras esperanzas, cobren éstas el color que sean.
Comentarios desactivados en Hacia un idolatría de la Eucaristía.
[…] El mismo Cristo debe asfixiarse en nuestros ostensorios de oro, en nuestros cálices incomparables, en nuestros copones incrustados de joyas, Él quiso sólo la paja del Pesebre o la madera de la cruz. El culto exagerado de la Eucaristía tiende a hacer de nuestras iglesias templos paganos.
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Louis Evely
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Condúceme de lo irreal a lo real, condúceme de las tinieblas a la luz, condúceme de la muerte a la inmortalidad.
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Brihadaranyaka Upanishad
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Una liturgia sin compromiso místico
Los faraones de Egipto han sido divinizados y los monumentos no dejan de representar su investidura divina. Cuando, más tarde, Alejandro el Grande conquistó Egipto, no creyó que pudiera asegurar su dominación sobre las colonias sin hacerse reconocer como Dios. Del mismo modo los emperadores romanos, para consolidar la unidad de su imperio, aceptaron, luego finalmente impusieron, esta divinización de Roma y de su persona.
Pero esta divinización del faraón provocaba también, casi necesariamente, la “faraonización” de dios. Había una simbiosis, una suerte de comunidad de vida en la que las reacciones eran recíprocas y, finalmente, la imagen de la divinidad se amoldaba a la del faraón divinizado.
¿Hasta qué punto esta situación ha sido reproducida a lo largo de los siglos, incluso en el pensamiento de Israel? ¿En qué medida nuestra liturgia no guarda vestigios de este intercambio ambiguo entre la realeza terrestre y la realeza divina? ¿Hasta qué punto incluso el concepto de la realeza divina no es simplemente una emanación de la realeza humana?
¿En qué medida, en Bizancio, la liturgia de Palacio y la liturgia de Santa Sofía no coincidían en una misma imagen, donde la realeza divina y la realeza humana se confundían de nuevo?
Y en qué medida nuestra liturgia no es todavía una supervivencia de las liturgias reales que no comprometen nunca el fondo del alma? ¿No podemos pensar, a veces, que en nuestra misma liturgia, se trata de rendir homenaje a un soberano, de procesiónar alrededor de su altar, de erigirle un santuario dedicado a él, y una vez hecho esto, queda con Dios, todo esto que puede realizarse y celebrar sin ninguna especie de compromiso místico?
Algo extremadamente peligroso
Es evidente que, si el hombre de la calle es tan a menudo completamente extraño a lo que pasa en nuestras iglesias, es porque no pasa allí ningún acontecimiento susceptible de tocarlo aunque sea un poco. El no se siente allí de ninguna manera alcanzado y concernido a lo más íntimo de él mismo.
Hay una religión aparente que no asume compromiso profundo. Esto es extremadamente grave, y podemos preguntarnos hasta qué punto esto no es a causa de la Eucaristía que llegamos a una confusión tan radical sobre la esencia misma del mensaje de Jesús.
Una especie de materialismo religioso, el peor de todos; puede trágicamente establecerse alrededor de la Eucaristía; tenemos un catalizador de paladio, un pararrayos celeste, sobre la casa, podemos dormir tranquilo, Dios está allí en su cajita y lo tenemos constantemente a nuestra disposición.
¿Nos hemos cuestionado suficientemente sobre el valor de nuestras comuniones? ¿sobre el valor de esos niños? ¿Qué producen? ¿Qué cambian?
En las comuniones sin compromiso, donde se cuenta con el opus operatum (un efecto producido infaliblemente por el hecho de que se recibe el sacramento), en las comuniones donde mecánicamente se debe ser santificado porque se abrió la boca o se tendió la mano para recibir la hostia: hay allí algo extremadamente peligroso porque no se ve en absoluto toda la exigencia que está en la base de una conversión verdadera, y que supone a un nuevo nacimiento; no vemosen absoluto la exigencia de la comunión que implica esta transformación radical donde se pasa del mí posesivo al mi oblativo. Incluso, ¿cuántos sacerdotes que celebran la misa cada día todavía pueden, quizá, estar todavía allí?
Resituar la Eucaristía en la perspectiva evangélica
Debemos pues resituar la Eucaristía, hay que situarla allí dónde la vida de la Iglesia debe encontrar su unidad, hay que situarla en su sitio, es decir en la perspectiva evangélica que se nos impone en los últimos encuentros del Señor con sus discípulos.
La última consigna que resuena en todas las páginas delrelato joánico, es que “os améis unos a otros como yo os he amado “. Y esta consigna es también el criterio que hace reconocer a los discípulos de Jesús: ” en esto os reconocerán que sois mis discípulos, si os amais los unos a los otros. “
Y para dar una lección a sus discípulos, Jesús les lavó los pies. “Esto es lo que es amar a tu prójimo: lo que he hecho es para que hagáis vosotros lo mismo los unos a los otros”.
Por extraño que pueda parecer, la Eucaristía parece haber desaparecido, ni siquiera se nombra en este lugar, ¿por qué? Debido a que está implícita en esta mandato (lavatorio de los pies). Está implícitamente contenida en el mandato y en la consigna final del Señor: “Amaos los unos a los otros”, ya que es exactamente la misma cosa.
“Os conviene que yo me vaya “
Recordemos las trágicas palabras de Jesús en el discurso después de la Última Cena: “Es bueno que yo me vaya porque, si no me voy, el Paráclito, el Espíritu Santo, no vendrá a a vosotros”. ¿Cómo no ver en estas palabras la confesión de un fracaso? Jesús nunca convirtió a nadie … ¡a nadie! Ni la muchedumbre, ni los sacerdotes, ni las autoridades, ni Herodes ni sus discípulos, ni incluso el discípulo amado que se dormirá como los otros enseguida en el Jardín de la Agonía: no ha convertido a nadie.
Y la llamada suprema que les dirige a sus discípulos en el lavamiento de los pies se quedará sin eco: no comprenden que el reino de Dios está dentro de ellos mismos.
No comprenderán que es para hacer nacer este reino interior que Jesús se arrodilla delante de ellos para lavarles los pies, y no comprenden que es para arrancar la piedra de nuestros corazones que Jesús muere sobre la cruz. Y la última pregunta que le harán a Jesús justo antes de la Ascensión será significativa de esta total incomprensión.
¡La humanidad de Jesús debe pues desaparecer! Y es sólo en lo invisible, en el fuego del Pentecostes, como encontrarán a su Maestro como una presencia interior, no lo verán en lo sucesivo ya más delante de ellos sino dentro de ellos, y es en aquel momento cuando lo reconocerán. ¿Podemos desde entonces imaginar un solo instante que Nuestro Señor nos haya dado la Eucaristía para que refabriquemos con este sacramento un culto idolátrico, para que pudiéramos poseerlo allí, al alcance de nuestra mano, encerrándole en una caja para que nos pertenezca? ¿ Podemos concebir un materialismo igual por parte del Señor? ¿Cómo podemos imaginar que les hubiera robado su presencia visible a los Apóstoles para restituirnos en la hostia un foco de idolatría, como si pudiéramos disponer de Dios como el resultado de un objeto? Es absolutamente imposible, es exactamente lo contrario que sucede cuando Jesús nos da la Eucaristía.
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle:
– “Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.”
Él les contestó:
– “Dadles vosotros de comer.”
Ellos replicaron:
– “No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.”
Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos:
– “Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.”
Lo hicieron así, y todos se echaron.
Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.
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Lucas 9, 11b-17
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El milagro de la multiplicación de los panes tiene lugar allí donde en el pueblo de Dios se escucha la Escritura cuya exégesis mesiánica nos proporcionó Jesús, y, por consiguiente, allí donde se respeta la Escritura y se obedece su Palabra, que encuentra su expresión actual en la asamblea de la comunidad.
Eso significa: allí donde se vive la vida cotidiana bajo el lema de la voluntad de Dios […]. El milagro de la multiplicación de los panes tiene lugar allí donde se celebra el banquete mesiánico, al que Jesús quiso invitarnos precisamente a todos, a los justos y a los pecadores, a los sanos y a los enfermos, a los invitados de la primera hora y a los que se quedan mirando los toros desde la barrera, es decir, allí donde se ha hecho posible, a continuación, la integración y la unanimidad de aquellos que quieren ponerse al servicio ae la construcción del pueblo de Dios. Eso significa: allí donde al convivium, o sea, al banquete de la eucaristía, le corresponde de nuevo el convivir, o sea, la convivencia de los creyentes que precede y sigue a la eucaristía, y encuentra su síntesis festiva en la celebración de semana en semana, de una fiesta a la otra.
El milagro de la multiplicación de los panes tiene lugar allí donde se vuelve vital la fe en que el hombre no vive sólo de pan, sino que vive, en primer lugar, de la Palabra de Dios, de su promesa y de la voluntad de aquel que se ha creado un pueblo al que debe llevar a una tierra que mana leche y miel. Eso significa que el milagro tiene lugar asimismo allí donde los creyentes se atreven a dar pruebas de su propia fe y a ponerla a prueba.
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R. Pesch, Ilmiracolo della moltiplicazione dei pañi. C’é una soluzione per la fame nel mondo?,
Brescia 1997, pp. 182ss, passim.
Comentarios desactivados en José María Castillo: “Donde encontramos a Dios es en la liberación del sufrimiento de los oprimidos de este mundo”
De su blog Teología sin censura:
“Lo que más quiere Dios no es la observancia sumisa de los ‘religiosos'”
“Dios es el Trascendente. Y la ‘trascendencia’ es incomunicable. Está fuera del ámbito de nuestra capacidad de conocimiento”
A Dios solamente lo podemos conocer, no por lo que es, sino por lo que hace A Dios se le conoce únicamente si nos dedicamos a la tarea que Él nos propone y nos impone: “He visto la opresión de mi pueblo… He bajado a librarlo”
“La conducta que tuvo Jesús, anteponiendo la liberación de los que sufren a las leyes y rituales de la Religión, esa conducta fue la que llevó a Jesús a ser alzado en la cruz”
Nuestra relación con Dios es tan simple y tan complicada, ambas cosas a la vez, que seguramente muchos de los que nos consideramos creyentes, en realidad, posiblemente somos ateos. Y a la inversa, muchos de los que aseguran que son ateos, en realidad y seguramente, son creyentes.
¿Por qué esta interpretación tan extraña y contradictoria? La Biblia, en el libro del “Éxodo”, dice que Dios se reveló a Moisés en una zarza ardiendo (Ex 3, 1-3). Y de la zarza salió la voz del Señor que dijo: “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores, conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo…” (Ex 3, 7-8). Como es lógico, ante una tarea tan difícil, Moisés le preguntó a Dios: “Si me preguntan: ¿Cuál es tu nombre?” A lo que Dios respondió: “Yo soy el que soy”. Y añadió: “Les dirás: “Yo soy” me envía a vosotros” (Ex 3, 14). Y concluyó: “Este es mi nombre para siempre” (Ex 3, 15).
¿Qué significa todo esto? Dios se da a conocer con un nombre y una tarea. El nombre se expresa en una oración gramatical que tiene sujeto y verbo, pero no tiene predicado. El nombre de Dios, si nos atenemos a lo que es o quién es, no sabemos, ni podemos saber, nada de Él. A Dios no se le puede conocer, si es que pretendemos conocer su ser o su esencia. Dios es el Trascendente. Y la “trascendencia” es incomunicable. Está fuera del ámbito de nuestra capacidad de conocimiento.
A Dios solamente lo podemos conocer, no por lo que es, sino por lo que hace A Dios se le conoce únicamente si nos dedicamos a la tarea que Él nos propone y nos impone: “He visto la opresión de mi pueblo… He bajado a librarlo”. Aquí está la clave y la tarea en la que podemos conocer a Dios. Lo determinante, en este asunto tan oscuro, no son las “ideas” de nuestra cabeza, sino las “obras” que produce nuestra vida.
El Evangelio de Juan pone, en boca de Jesús, hasta 18 veces la expresión “yo soy”. Casi siempre con un predicado: “yo soy” el pan de la vida, la luz del mundo, el buen pastor, la puerta, el camino… Pero, en sus enfrentamientos con los dirigentes de la Religión, Jesús les dijo: “Si no creéis que “yo soy”, moriréis en vuestros pecados” (Jn 8, 24). Más aún, en el mismo enfrentamiento, Jesús afirmó: “antes de que Abrahán existiera, “yo soy” (Jn 8, 58). Por eso Jesús llega a decir: “Yo y el Padre somos uno” (Jn 10, 29). Jesús se identifica con Dios.
Pero, ¿en qué se fundamenta semejante identificación? ¿En una argumentación especulativa de ideas o teorías, por muy sublimes que fueran tales argumentaciones? Nada de eso. La identificación de Jesús con Dios no se basa en teorías y argumentos. Todo se basa en la conducta de Jesús, en las obras que Jesús hacía. Lo dijo el mismo Jesús: “Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí” (Jn 10, 25). Y más claro aún: “Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis a mí, creed a mis obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre” (Jn 10, 37-38).
Ahora bien, ¿a qué “obras” se refería Jesús? A lo mismo que se refería Dios cuando le habló a Moisés en el desierto: “He visto la opresión de mi pueblo… conozco sus sufrimientos” (Ex 3, 7). Aquí y en esto tocamos el fondo de la cuestión. Lo dijo Jesús muy claro: “Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que Yo soy” (Jn 8, 28). La conducta que tuvo Jesús, anteponiendo la liberación de los que sufren a las leyes y rituales de la Religión, esa conducta fue la que llevó a Jesús a ser alzado en la cruz.
Lo que más quiere Dios no es la observancia sumisa de los “religiosos”. Antes que todas las observancias de la Religión, lo que Dios quiere ante todo y donde encontramos a Dios es en la liberación del sufrimiento de los oprimidos de este mundo. Por esto resulta evidente que hay tantos fieles observantes, que tranquilizan sus conciencias cumpliendo con su Religión tranquilizante. Pensando ellos que son muy religiosos, en realidad son ateos. Como también resulta evidente que quien centra su vida en la lucha contra el sufrimiento de los oprimidos, aunque no sea observante y sumiso a las minuciosas observancias de la Religión, en realidad ese es el que puede decir: si alguien quiere de verdad remediar el sufrimiento de este mundo, aunque fracase como un delincuente, ese “yo soy”.
Comentarios desactivados en La Corte Interamericana de Derechos Humanos condena al Estado chileno por impedir dar clases de religión a una profesora lesbiana
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha condenado al Estado chileno por impedir desde 2o07 a la profesora Sandra Pavez dar clases de religión solo por ser lesbiana. «Estoy muy contenta porque desde ahora, con esta sentencia, en ningún país de América los docentes, y en particular las profesoras y profesores de religión, ya no podrán ser discriminados por su orientación sexual o identidad de género. La libertad religiosa y el derecho de los padres y madres a educar a sus hijos/as, ya no podrán usarse como excusa para discriminar a las personas LGBTIQA+. Esto es un momento histórico no para mí, sino para todas las personas discriminadas», ha declarado Pávez tras conocer el fallo.
Resumimos la historia de discriminación que hay detrás de la histórica sentencia. En julio de 2007 la Iglesia católica revocó a Sandra Pavez el certificado de idoneidad que le permitía dar clases de religión en el Colegio Municipal Cardenal Antonio Samoré, donde ejercía como profesora desde 1985. Lo hizo por orden del obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz, aún en el cargo. La razón era que se había hecho público que Sandra Pavez es lesbiana y mantenía una relación con otra mujer, habiéndose negado además a someterse a «terapias» psicológicas y psiquiátricas ofrecidas por la Iglesia para intentar revertir su orientación sexual. La Iglesia católica actuó amparada en un decreto del Ministerio de Educación chileno (el Decreto 924) dictado en 1983 bajo la dictadura de Augusto Pinochet, que faculta a la Iglesia a decidir quién puede o no impartir la asignatura, aunque se trate de un colegio público.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile (MOVILH) luchó en los tribunales chilenos por el derecho de Sandra Pavez a continuar ejerciendo su trabajo, pero finalmente la decisión de la Iglesia católica fue ratificada por la Corte Suprema de Chile en abril de 2008 (en su momento recogimos la noticia). Sandra Pavez y el MOVILH no se rindieron y elevaron el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que casi 15 años después ha fallado a su favor.
En la sentencia, cuyo texto íntegro puedes descargar aquí y cuyo resumen oficial puedes descargar aquí, la CIDH reconoce que las autoridades religiosas chilenas cuentan con autonomía amplia a la hora de otorgar un certificado de idoneidad para dictar clases de religión que derivan del derecho a la libertad religiosa. Sin embargo, precisa que, al ser una asignatura que al fin y al cabo forma parte de los planes educativos de la escuela chilena deben adecuarse a los otros derechos y obligaciones vigentes en materia de igualdad y no discriminación. En ese sentido, la Corte advierte que el Decreto 924 hace una delegación incondicionada de la facultad de otorgar certificados de idoneidad a personas para ejercer la docencia religiosa en establecimientos públicos sin que exista una vía clara para impugnar este tipo de decisiones. En este sentido, reconoce que la decisión de conceder o no el certificado de idoneidad por parte de las autoridades religiosas debe estar sujeta a un control posterior por parte de las autoridades estatales o a recursos idóneos y efectivos ante las autoridades jurisdiccionales para proteger y salvaguardar los derechos de las personas contra actos discriminatorios o arbitrarios contrarios a la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
En este sentido, la CIDH constata que en el caso de Sandra Pavez la decisión de retirarle el certificado de idoneidad fue producto de un trato diferente basado en su orientación sexual, viéndose afectados sus derechos a la libertad personal y a la vida privada y vulnerándo el principio de igualdad y no discriminación. Esa afectación, podemos leer en el resumen oficial de la sentencia, «se produjo también porque su vida sexual fue objeto de intromisiones por parte de la Vicaría que la habría exhortado a terminar su vida homosexual, y porque se condicionó su permanencia en el cargo de profesora de religión católica a su sometimiento a terapias médicas o psiquiátricas». Por otra parte, la CIDH considera que el derecho al trabajo de Sandra Pavez también se vio comprometido «en la medida que, a través de la reasignación de funciones que sufrió Sandra Pavez Pavez, se menoscabó su vocación docente y ello constituyó una forma de desmejora laboral en la medida que ella se vio impedida de continuar dictando clases de religión católica».
Por lo que se refiere a la responsabilidad del Estado chileno, la Corte concluye que la víctima careció de recursos idóneos y efectivos para impugnar los efectos de la decisión de revocación de su certificado de idoneidad y sostiene que las autoridades judiciales internas no efectuaron un adecuado control de convencionalidad sobre el acto del colegio mediante el cual se separó a Sandra Pavez Pavez de su cargo de profesora de religión católica. Por esos motivos, se vulneraron también los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial.
En razón de estas violaciones, la CIDH ha ordenado diversas medidas de reparación integral a Chile, que incluyen tanto una indemnización compensatoria a Sandra Pavez como el establecimiento de garantías de que un caso así no puede volver a repetirse, para lo cual el Estado chileno deberá implementar un plan de capacitación permanente a las personas encargadas de evaluar la idoneidad del personal docente y adecuar la normatividad sobre recursos, procedimiento y competencia judicial para impugnar decisiones de los centros educativos públicos en torno al nombramiento o remoción de profesores de religión.
Satisfacción del MOVILH y felicitación del presidente de Chile, Gabriel Boric
El dirigente del MOVILH, Rolando Jiménez, ha destacado la satisfacción del colectivo por la decisión de la CIDH pese al enorme retraso. «Estamos en presencia de un acto de justicia frente a unos de los abusos más brutales sufridos por una persona en razón de su orientación sexual o identidad de género en Chile», ha declarado. Jiménez ha añadido que «en un hecho inédito en el mundo, Sandra Pavez ha vencido al Estado, pero también a todas las iglesias del país que el año pasado se unieron por primera vez en su historia para incidir en la Corte Interamericana con el fin de que negara derechos a la docente en virtud de una supuesta libertad religiosa. La Corte ha sido clara, el Estado no puede discriminar en razón de la orientación sexual o identidad de género, ni tampoco puede permitir a las iglesias hacerlo. Esta es una sentencia histórica, de doble triunfo, sobre los abusos religiosos y estatales».
Un dato muy relevante es que tras conocerse la sentencia, el nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, ha felicitado personalmente a Pavez. «Valoro mucho que el presidente me llamara, me felicitara y mostrara su compromiso de cumplir con la sentencia. Esta es una justa y buena noticia de parte de un presidente por quien voté», ha declarado la profesora, que en estos 15 años, y según ella misma ha declarado, no había recibido ningún tipo de apoyo gubernamental. La sentencia también ha sido recibida favorablemente por el actual ministro de Educación, el abiertamente gay Marco Antonio Ávila, que ha anunciado la próxima revisión del Decreto 924 en la línea de lo señalado por la CIDH.
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