Alemania quiere eliminar los antecedentes a personas condenadas por ser homosexuales
El ministro de Justicia alemán anuncia la rehabilitación de los condenados por el homófobo artículo 175
Muchos ya no podrán verlo, pero nunca es tarde cuando se trata de reparar una injusticia de décadas. Alemania plantea por fin dar los pasos necesarios para resarcir a los condenados por las sentencias basadas en el infame artículo 175 del Código Penal, que hasta su completa derogación en 1994 castigó las relaciones consentidas entre hombres. El titular de Justicia Heiko Maas anunció un proyecto de ley cuya concreción tiene aún que discutir el Consejo de Ministros.
La persecución de los homosexuales continuó después del régimen nazi, por lo que Alemania quiere compensar a las víctimas y anuncia su intención de anular los registros de todas las personas que hayan sido condenadas por su orientación sexual. Como parte un «derecho de compensación», el gobierno alemán anuncia que va a proceder a la eliminación de todas las condenas a hombres homosexuales que fueron encarcelados después de la Segunda Guerra Mundial debido exclusivamente a su orientación sexual. Como muchos otros países, Alemania también sostenía la prohibición contra los homosexuales, o más específicamente, las actividades sexuales entre hombres.
Los homosexuales fueron otro más de los grupos perseguidos bajo el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, aunque continuaron siendo víctimas después de la guerra en base a una ley conocida ahora como Párrafo 175, cuyo primer borrador no es precisamente nazi, dado que se remonta a 1871, otorgando un amparo legal a los diferentes gobiernos alemanes para continuar con la persecución contra la comunidad LGTB. Las estimaciones señalan que alrededor de 50.000 personas fueron condenadas entre 1946 y 1969, año en el que la homosexualidad fue finalmente descriminalizada.
Ya se habían anulado las condenas de los homosexuales que sucedieron bajo el régimen nazi en el año 2002, quedando intactas las de años posteriores debido a un conflicto técnico sobre la legitimidad del actual gobierno para anular condenas previas. Un problema que parece haberse eliminado gracias a un estudio de la Agencia Federal contra la Discriminación, que señala que no existe ninguna barrera legal para su eliminación definitiva, lo que permitiría la eliminación definitiva de todo registro de cualquier persona que haya sido condenada por ser homosexual.
El pasado miércoles, la directora de la Oficina Federal Antidiscriminación Christine Lüders presentaba un extenso informe en el que se analizaba el alcance de la persecución a los hombres homosexuales basada en el artículo 175 durante el más de un siglo de su vigencia. Las conclusiones del documento son claras: la criminalización de una parte de la población atentó contra los derechos fundamentales de los ciudadanos y el Estado tiene ahora la obligación de eliminar los antecedentes penales que aún pesan sobre los que fueron objeto de esas injustas sentencias y de resarcirlos.
El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, reaccionaba rápidamente al escrito anunciando un proyecto de ley para la anulación de las condenas basadas en el artículo 175 y la concesión de las correspondientes indemnizaciones. Maas reconoce la imposibilidad de “reparar por completo las infamias del Estado de derecho” que patrocinó la persecución de las relaciones homosexuales y admite la dificultad de la tarea que ahora comienza: gran parte de la documentación necesaria puede haberse perdido. No obstante, hace un llamamiento a la unidad para borrar de una vez “la mancha del prejuicio” que aún portan las víctimas de la ley homófoba.
Pese a lo positivo del anuncio, cabe ser prudentes todavía. Como ha ocurrido ya en varias ocasiones dentro de la gran coalición entre CDU/CSU y SPD, los democristianos tienen menos prisa que sus socios para implantar medidas a favor de la igualdad LGTB. Así, cuando la materialización del mensaje del ministro de Justicia ya se daba por hecha, el titular de Transporte Alexander Dobrindt (CSU) aseguraba en sede parlamentaria que el asunto no se había discutido en el Consejo de Ministros que acababa de celebrarse. El secretario de Estado de Justicia Christian Lange aclaraba a continuación que la propuesta aún se encuentra en una fase preliminar y, por tanto, se desconocen los plazos de su tramitación. Dada la trayectoria del Gobierno durante estos casi tres años, estaremos muy pendientes de los próximos pasos que se den.
«Nunca podremos retirar las horribles atrocidades cometidas por este país, pero queremos rehabilitar a las víctimas. Los homosexuales condenados no deberían tener que seguir viviendo con la marca negra de una condena penal», declara Heiko Maas, ministro de justicia. Asimismo, ha anunciado que el proceso se hará de forma general, no teniendo que cursar ninguno de los afectados petición alguna para la eliminación de sus antecedentes. Se ha previsto que los supervivientes puedan reclamar una compensación por el daño causado, siendo destinado a programas de educación en el caso de aquellas víctimas que ya hayan fallecido.
Esta regulación se ha estado elaborando en los últimos meses y requiere su aprobación por el parlamento alemán. Grupos de derechos por la comunidad LGTB que han presionado para que su aprobación definitiva se haga posible de la manera más rápida posible, evitando que pueda utilizarse como moneda de cambio entre partidos políticos. «El tiempo es esencial para que las víctimas de la persecución homosexual puedan restaurar su dignidad», explican desde la Asociación de Lesbianas y gays de Alemania.
A menudo la persecución de los homosexuales se atribuye únicamente al período del conflicto bélico, pero continuó igualmente durante la posguerra. Si bien la mayor parte de estas víctimas son ahora personas mayores, la compensación sigue siendo un problema a tratar debido a los problemas que pudieran haber tenido en su momento de cara a la inserción laboral como consecuencia de las condenas. La decisión del gobierno alemán no puede deshacer las atrocidades cometidas, pero puede contribuir a que las familias de las víctimas puedan pasar página sobre unos terribles acontecimientos.
Artículo 175: más de cien años de infamia
La criminalización de las relaciones sexuales consentidas entre hombres llegó a Alemania en 1871, año en que se ilegalizaron “los actos contra natura entre personas del sexo masculino o entre personas y animales”. La pena alcanzaba entonces los seis meses de prisión. La situación empeoró considerablemente bajo el régimen nazi, cuando toda forma de afecto entre hombres fue castigada con cinco años de prisión; miles de homosexuales o sospechosos de serlo fueron enviados a los campos de concentración, donde la mayoría de ellos murieron a causa de los malos tratos y los trabajos forzados.
Pero mientras que las demás víctimas del Holocausto fueron debidamente compensadas y reconocidas tras la Segunda Guerra Mundial, y las leyes contra ellas derogadas, el artículo 175 mantuvo su vigencia y las personas LGTB siguieron siendo perseguidas; a veces, incluso, con pruebas recogidas durante los años del nazismo. La evolución fue diferente en la República Federal (RFA) y la República Democrática (RDA): el Gobierno comunista de la RDA dejó de perseguir a homosexuales a partir de finales de los años 50, reformó la legislación para permitir las relaciones consentidas entre varones adultos en 1968 y equiparó la edad de consentimiento con la del sexo heterosexual en 1988. Sin embargo, la RFA castigó las relaciones entre varones hasta 1973 y no eliminó por completo el vergonzante artículo 175 hasta 1994, ya después de la reunificación.
Con posterioridad a la derogación, los colectivos LGTB se centraron en conseguir la anulación de las sentencias por homosexualidad y la reparación de sus víctimas. Por sorprendente que parezca, hasta 2002 no se consiguió la nulidad de las condenas dictadas durante el régimen nazi, y ello todavía contra el criterio de los democristianos de la CDU/CSU y de los liberales del FDP. Las sentencias posteriores a 1945, a pesar de basarse en la versión agravada del artículo 175 aprobada por los nazis, siguen siendo consideradas como válidas. Según la CDU, “las decisiones de un Estado de derecho y sus tribunales no pueden ser consideradas de manera global como injustas”. Una posición que condena a cientos de homosexuales a vivir con el estigma de tener antecedentes penales por el mero hecho de serlo.
Fuente Universogay/Dosmanzanas
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