La 91ª edición de los Premios Óscar ha presentado el palmarés más LGTB de la historia de la entidad, si bien la representación escogida no es necesariamente la mejor. Así, tanto la película receptora del máximo galardón (Green Book) como la que más laureles ha recibido (Bohemian Rhapsody) cuentan con protagonistas homosexuales, pero retratados desde una perspectiva reaccionaria. Aun así, hay motivos para festejar.

Como ya he comentado, la gran vencedora de los Premio Óscar ha sido Green Book, de Peter Farrelly, que, tal y como logró hace poco Argo (Ben Affleck, 2012), se ha hecho con el máximo entorchado pese a que su director no lograra siquiera ser nominado. A dicho laurel ha sumado el respectivo a mejor actor secundario para Mahershala Ali, quien ya recibió hace dos años el mismo entorchado por otra cinta de temática LGTB donde, sin embargo, encarnaba a un personaje heterosexual: Moonlight (Barry Jenkins, 2016). Se trata, por cierto, del segundo actor afroamericano que logra dos estatuillas (el primero fue Denzel Washington). Simpática pero facilona y paternalista desde el punto de vista social, la película se ha alzado con el reconocimiento a mejor guion original para Brian Hayes Currie, Peter Farrelly y Nick Vallelonga, perdiendo sólo los relativos a mejor montaje y mejor actor (Viggo Mortensen, precisamente lo mejor de la película).

Las dos derrotas de Green Book se deben a la otra cinta mencionada, Bohemian Rhapsody, de Bryan Singer (más o menos, pues fue despedido por mala conducta), que dio al intérprete de ascendencia egipcia Rami Malek el reconocimiento a mejor actor por su sorprendente pero superficial transformación en Freddie Mercury y recibió también tres entorchados que van a menudo de la mano: montaje (John Ottman, quizá compensado por hacer todo lo posible por salvar la obra tras una producción harto problemática), mezcla de sonido (Paul Massey, Tim Cavagin y John Casali) y, robado a El primer hombre, de Damien Chazelle, montaje de sonido (John Warhurst y Nina Hartstone). Sólo perdió, por consiguiente, en la categoría correspondiente a mejor película, no pareciendo haberle afectado mucho la pésima fama de su realizador, envuelto en polémica por abusos sexuales. Por no hablar de los muchos tópicos donde cae la cinta al abordar la sexualidad del vocalista de Queen.

A La favorita, del siempre arriesgado realizador griego Yorgos Lanthimos, no le fue tan bien: partía de 10 nominaciones y al final sólo se hizo con la correspondiente a mejor actriz, recogida por una emocionada Olivia Colman que no esperaba en absoluto imponerse a Glenn Close (La buena esposa, de Björn Runge) pese a merecerlo por completo. Su discurso fue, de hecho, el más emotivo y auténtico de una noche por lo general prefabricado. Las nominaciones que no fructificaron fueron: película, director, guion original, actriz de reparto (Emma Stone y Rachel Weisz, ambas perfectas, pero ya premiadas en su día), fotografía, montaje, diseño de producción y vestuario, estos últimos recogidos a última hora por Black Panther, de Ryan Coogler, en lo que se antojan reñidas batallas. Quizá estemos ante una obra demasiado valiente para la Academia.

Peor suerte aún corrió ¿Podrás perdonarme algún día?, de Marielle Heller, nominada en los apartados de guion adaptado, actriz (Melissa McCarthy) y actor de reparto (Richard E. Grant) pero finalmente no premiada (en el caso de estos dos últimos, ambos geniales, frente a otras interpretaciones LGTB ya mentadas). Tampoco la sueca Border, de Ali Abbasi (que personalmente leo como un canto LGTB aunque no lo sea necesariamente), pudo imponerse en la sección del maquillaje, que dio el único premio a otra cinta que, sin ser LGTB, sí tiene un hueco para la crítica a la homofobia política: El vicio del poder, de Adam McKay. A su vez, Ha nacido una estrella, de Bradley Cooper, dio a Lady Gaga (cuyo personaje actúa en un club de Drag Queens) el esperado premio a mejor canción por “Shallow”, la cual ambos interpretaron en directo con suma entrega.

Estamos por tanto ante un triunfo agridulce porque las películas de temática LGTB menos premiadas son las mejores de la edición, así como las que ofrecen una visión más progresista de nuestra comunidad (que no necesariamente positiva: ¡vaya personajes más peliagudos!). De todos modos, lo que sí podemos festejar sin lugar a dudas es que tres de las cuatro categorías interpretaciones premiaran trabajos LGTB, siendo, eso sí, una pena que ninguno de los intérpretes lo sea realmente en la vida real. Y no por ellos, que evidentemente son lo que son, sino porque los actores y actrices que han ganado el Óscar estando fuera del armario se cuentan con los dedos de una mano. (Más información sobre todas estas películas en mi última columna.)

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El otoño pasado se estrenaba en cines Bohemian Rhapsody, el biopic de Freddie Mercury (y Queen) que ha sido amado y odiado a partes iguales. Y es que la película no solo se promocionó de forma un tanto cuestionable, “ocultando” la sexualidad del personaje, sino que su propio protagonista, Rami Malek, cree que se quedó corta en este aspecto.

Bryan Singer, conocido sobre todo por Sospechosos habituales y también las dos primeras y las dos últimas películas de la saga X-Men, hace tiempo fue acusado de violar a un menor en 2003, polémica que coincidió con su despido del rodaje de Bohemian Rhapsody a poco tiempo de su finalización.

Tras el estreno de Bohemian Rhapsody, las denuncias se han multiplicado, y han aparecido personas que aseguran que Bryan Singer abusó sexualmente de ellos a los 15 e incluso los 13 años. The Atlantic publicó recientemente una exposición sobre las acusaciones contra Bryan Singer. Los periodistas que escribieron la historia pasaron 12 meses investigando demandas y acusaciones en total, y hablaron con más de 50 fuentes. Varias personas entrevistadas en el artículo alegaron que Singer había abusado sexualmente de ellas.  Él ha negado todas sus acusaciones y, por supuesto, ha desaparecido por completo de la promoción de la película, de hecho, ni los actores lo mencionaban al recoger sus premios.

Ahora, la GLAAD (Alianza Gay y Lésbica contra la difamación) ha decidido retirarle a Bohemian Rhapsody la nominación a Mejor Película a la que optaba en los premios que reparten cada año. Según han dicho, con este gesto quieren mostrar su solidaridad con las víctimas de abuso sexual.

En una declaración, añaden: “A la luz de las acusaciones recientes contra el director Bryan Singer, GLAAD ha tomado la difícil decisión de retirar a Bohemian Rhapsody la nominación al premio en la categoría de Película Destacada de Lanzamiento Amplio de este año. El artículo de esta semana en The Atlantic que documenta daños inenarrables sufridos por hombres jóvenes y adolescentes han sacado a la luz una realidad que no puede ser ignorada ni premiada siquiera de forma tácita“.

Otra organización que no ha dudado a la hora de mostrar su apoyo a las víctimas ha sido la Academia de Cine Británica (BAFTA), que ha retirado a Bryan Singer la nominación a Mejor Director por la película; aunque su nombre sigue formando parte de la nominación a Mejor Película.

En cualquier caso, Bohemian Rhapsody sigue teniendo cinco nominaciones a los Premios de la Academia, pues este año optará a nada menos que cinco Oscars, incluyendo el de Mejor Película y Mejor actor para Rami Malek, por su papel de Freddie Mercury. A Malek le preguntaron hace unos días tras una proyección de la película sobre su trabajo con Synger y el actor solo se atrevió a decir que había sido “incómodo” . Hablando en el Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara, Malek dijo: “En mi situación con Bryan, no fue agradable, en absoluto. Y eso es lo que puedo decir al respecto en este momento”.

Hollywood Reporter ha dicho que Malek estaba visiblemente emocionado después de hacer la declaración, y añadió: “Para cualquiera que busque consuelo en todo esto, Bryan Singer fue despedido. Bryan Singer fue despedido, no creo que fuera algo que alguien vio venir pero creo que tenía que pasar y así fue”. El director fue despedido de su posición como director de Bohemian Rhapsody por no presentarse a trabajar en vez de por acusaciones de abuso.

En su intervención en el evento, Malek también dijo que “todo el mundo merece una voz y todo aquel que quiera hablar de lo que pasó con Bryan merece que su voz sea escuchada”. Continuó: “Mi corazón está con cualquiera que tenga que vivir algo como lo que he oído y lo que hay ahí fuera. Es horrible, es extraordinario que esto suceda, puedo apreciar mucho por lo que han pasado y lo difícil que debe ser para ellos. A la luz de la era #MeToo de que esto de alguna manera parece existir después de eso, es algo horrible”, dijo.

Mientras tanto, el productor de cine Avi Lerner ha dicho que planea mantener a Singer como director de la próxima película, Red Sonja, y describió las acusaciones como “noticias falsas”.

Él dijo: “Bryan Singer sigue contratado. Los más de 800 millones de dólares que ha recaudado Bohemian Rhapsody, lo que lo convierte en el drama más taquillero de la historia del cine, es un testimonio de su extraordinaria visión y perspicacia. Conozco la diferencia entre las noticias falsas de la agenda y la realidad, y me siento muy cómodo con esta decisión. En América la gente es inocente hasta que se demuestre lo contrario.”

Fuente Hazte Queer/Cromosomax

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