Ramanuja, Identidad y diferencia entre el ser humano y Dios.
Actualidad del tema
La acentuación de la identidad o de la diferencia entre el ser de Dios (lo esencial, su identidad) y el ser humano es frecuente tema de debate en las actuales revistas teológicas.
Un Dios personal acentúa la diferencia con los seres humanos y el universo; un Dios impersonal facilita la identificación. La religión favorece la diferencia; la espiritualidad y la mística acentúan la identificación. Solemos caracterizar el pensamiento oriental con la creencia en un Dios impersonal, y el pensamiento occidental con la creencia en un Dios personal (lamentablemente sobrecargado de antropomorfismo); en consecuencia, la espiritualidad oriental nos parece menos comprometida, y la religión occidental más comprometida y profética.
Actualmente los dos sistemas teológicos más controvertidos que tratan este tema son el No-theísmo y la No-dualidad. Ambos diluyen la diferencia, y realzan la identificación; tienden a un monismo, aunque de signo contrario.
El No-theísmo revaloriza la autonomía y libertad humana, partiendo del “como si Dios no existiera” de Bonhöffer, (prescindiendo de lo que antecede “Ante Dios y con Dios…); de manera que, al no contar con Dios, en el mejor de los casos queda reducido a su inmanencia, absorbido por el hombre y el universo. Algunos niegan explícitamente la preexistencia de Dios respecto al mundo y establecen una necesidad recíproca entre Dios y el universo: Dios necesitaría al universo tanto como el universo necesita a Dios. Tiende a un monismo naturalista.
La teología de la No-dualidad ve en el hombre la misma identidad de Dios: no hay dualidad. Lo trascendente es la única verdadera realidad, y todo el acontecer terreno sería mera apariencia. El hombre y el universo quedan prácticamente absorbidos por Dios; no habría diferencia real. Tiende a un monismo supranatural.
Personalmente he mostrado mi preferencia por el Panenteísmo, que mantiene mejor el equilibrio entre trascendencia e inmanencia: Dios sería el gran conjunto que contiene y sobrepasa los diversos conjuntos; el hombre participa de la identidad de Dios pero se diferencia de él porque sólo es un subconjunto en esa identidad; “como el feto en el seno de la madre” según algún autor.
Hoy día en la cultura occidental, por influencia de la cultura oriental, se está introduciendo una tendencia hacia un Dios impersonal. Sin embargo tenemos el testimonio de Ramanuja (siglo XI) que encontró en las Upanishads (s. VIII-IV a C) un Dios personal, creador del universo, más semejante a la teología occidental.
La teología de Ramanuja
Agradezco a Antonio Ruiz Jiménez, colaborador de Fe Adulta, el envío de un artículo sobre Ramanuja, publicado por Gaspar Rul-Lán Buades en Fronteras CTR el 25 de abril de 2018, cuya lectura recomiendo a los que estén más interesados en este tema https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/?p=2972
Rul-Lán presenta a Ramanuja como hinduísta de la rama sankara (la menos conocida en Occidente) en la línea del bhakti-mārga, el camino de la unión amorosa de la criatura y el Creador. En sus comentarios a las Escrituras hindúes, estudió la naturaleza de Dios y su relación con los hombres. Este estudio mostró un equilibrio entre la trascendencia de Dios y su inmanencia en el ser humano y en todo el universo.
Contra la imagen popular de una India de innumerables dioses y diosas con sus, para los occidentales, incomprensibles ritos y ceremonias, templos e ídolos, hay que decir que siempre ha habido en aquel país, desde hace más de dos mil años, un constante movimiento popular monoteísta y anti-ritualista, fundamentado en una relación personal del hombre con el Absoluto, Brahman.
Es lo que se conoce con el nombre de bhakti-mārga, el camino de la unión amorosa de la criatura y el Creador.
Rul-Lan Buades presenta la teología de Ramanuja en cuatro temas, de los que tomaré algunos textos de Ramanuja que reflejan su pensamiento y transmiten su unión amorosa con el Creador.
1. ¿Quién es Brahman en sí mismo?
«Sabemos por las Escrituras que hay una Persona suprema cuya naturaleza es infinita felicidad y bondad; que es totalmente antagónico al mal; que es la causa del origen, el sustento y la disolución del universo; que difiere sustancialmente de las otras criaturas; que es infinitamente sabio… cuyo nombre es el Supremo: Brahman».
«Al igual que del fuego se alzan chispas diminutas, asimismo de este Ātman surgen… todos los mundos, todos los dioses, todos los seres. Su vínculo secreto es la «realidad (relativa) de lo Real (absoluto)». Todas las criaturas son reales y el Ātman (Brahman) es su Realidad».
2. Brahman diferente de las criaturas, pero alma de todas ellas
«Así como un trozo de sal arrojado en el agua se disuelve en ella y ya no se le puede encontrar, y dondequiera que se tome el agua, ella está salada, así también ocurre con este gran Ser infinito, (Ᾱtman) ilimitado, masa compacta de conciencia, presente en las criaturas».
«Esta Persona Suprema (Paramātman) es diferente de las encadenadas y liberadas almas es decir las almas individuales y finitas, perecederas y no perecederas. Él pertenece a una categoría completamente distinta. Al definir a esta Persona Suprema como el Ser Supremo todas las Escrituras lo distinguen claramente de los seres creados… Él penetra estos tres mundos como su Alma (Ātman) y los sostiene”. “El alma individual tiene a Brahman como su Alma. Brahman es el Alma dentro de alma, sin ser idéntica a ésta».
3. Relaciones Creador-creatura
Rul-Lán deja claro que Rāmānuja levantó su extraordinario edificio intelectual para refutar no solo el dualismo de la filosofía Shamkhya, sino, principalmente el aparente monismo de la escuela advaita. Contra este último, la postura de Rāmānuja es radical: rechaza la no-dualidad, según la cual la única realidad es el Absoluto, Brahman, y que sólo la ignorancia (avidya) es causa de un pluralismo ilusorio (māyā). Rāmānuja, por el contrario afirma que el pluralismo de los seres es real, pero con una realidad relativa, ya que proceden, viven y vuelven al Ser absoluto que es Brahman.
La relación del Creador y la creatura es como la del todo y la parte; la sustancia y el modo (“todas la entidades existen solamente como mis modos”; “mi existencia no depende para nada de ellas”); principal y auxiliar; controlador y controlado (en esta relación se plantea el tema de la libertad humana).
4. Liberación final
Rul-Lán comenta que, según Ramanuja, la salvación final (moksha) no es otra cosa que la unión amorosa del alma con Dios. Y a esta salvación están llamados todos, incluidos los de las clases inferiores y los pecadores.
“Todos estos seres son fruto, en realidad, de la felicidad que es Brahman; una vez nacidos viven de la felicidad; y al morir se reintegran a la felicidad”. “El que me adora de esta manera no perecerá nunca, aunque haya cometido en el pasado alguna mala obra. Habiendo alcanzado este estado eterno de libertad, alcanza para siempre el perfecto estado del Amor».
“El medio para alcanzar a Brahman es una clase superior de amor (bhakti)… y este amor, es una forma muy especial de conocimiento». «Es aquel conocimiento que se ha elevado a una forma superior de amor, el único camino para alcanzar al Señor».
“Convencido de que dependes de Mí totalmente y actuando con ese convencimiento te liberarás de todos los resultados de esta vida terrena (karmita) que se interponen entre tú y Yo. Y libre de todos estos impedimentos me alcanzarás».
«Al final de la vida, el hombre que ha alcanzado el conocimiento supremo encuentra su refugio en Mí, dándose cuenta de que Vāsudeva (Brahman) es el TODO”.
CONCLUSIÓN
¿Identificación o diferencia entre el ser humano y Dios? Si acentuamos la identidad difícilmente evitaremos un monismo, ya sea naturalista o sobrenaturalista; si acentuamos la diferencia nos aproximamos a un deísmo, que corta nuestra relación con Dios.
Ramanuja reconoce una identificación por amor, que culminará cuando el hombre se desprenda de lo temporal, pero mantiene una diferencia entre la realidad relativa del ser humano y la realidad absoluta de Brahman (quizás otra manera de expresar la analogía entre el ser de Dios y el ser humano).
El misterio de Dios resulta paradógico para nuestra inteligencia racional porque es “concordantia oppositorum” (síntesis de los contrarios), y tiene que superarlo con sutilezas conceptuales. Lo que la lógica racional no logra unir, lo une con sencillez la “lógica del corazón”.
Gonzalo Haya
Fuente Fe Adulta
Comentarios recientes