Más de 2.500 personas participan en el Orgullo LGTB de Bucarest mientras un grupúsculo de extrema derecha se contramanifiesta
El Orgullo LGTB de Bucarest ha reunido a más de 2.500 personas. Con una participación bastante superior a la de pasadas ediciones, el activismo LGTB ha exigido con más fuerza la igualdad de derechos. Carla Antonelli, activista y diputada socialista en la Asamblea de Madrid, ha protagonizado una de las intervenciones, en la que animaba al activismo LGTB rumano a luchar contra el veto constitucional al matrimonio igualitario. En este sentido, hace solo unas semanas informábamos de la iniciativa homófoba de la Coalición por la Familia de Rumanía, que ha recogido tres millones de firmas para forzar al Gobierno a prohibir los enlaces entre personas del mismo sexo. Como viene siendo costumbre, un grupo de parafascistas ha convocado una contramanifestación LGTBfóbica.
Las familias diversas han sido las protagonistas del Orgullo LGTB de Bucarest en su edición de 2016. Se trata de una elección de especial relevancia ante el reto de defender la diversidad, frente al posible veto del matrimonio igualitario en la Constitución del país. La organización Rainbow Families România (Familias Arcoíris de Rumanía) es una de las que ha llamado a luchar “por la familia que ya tenemos, la familia que queremos y la familia 3 millones de personas nos quieren negar”.
En la misma línea, ACCEPT, MozaiQ y PSI-Rumanía (las entidades convocantes del Orgullo LGTB de Bucarest) han advertido de que “la decisión de limitar los derechos civiles y las libertades puede dirigir a Rumanía hacia una camino radical de extrema derecha, cada vez más común en la región”. Las asociaciones igualitarias citan como ejemplos preocupantes casos próximos como los de Hungría, Polonia, Rusia o Turquía, y alertan que “vemos varias sociedades en la deriva hacia el autoritarismo”.
Las importantes reivindicaciones que activismo LGTB rumano tiene por delante han hecho que crezca la participación hasta superar el doble de la del año pasado. A la edición de 2014 apenas asistieron 400 personas, sobre todo por miedo a la fuerte LGTBfobia social existente en Rumanía. Aquel año, la comunidad LGTB se enfrentaba a otro órdago discriminatorio: el Parlamento rumano bloqueaba una proposición de ley de uniones civiles que pretendía incluir a las parejas del mismo sexo.
Carla Antonelli: una voz del activismo español en Rumanía
La incansable activista Carla Antonelli se ha sumado a la manifestación del Orgullo LGTB de Bucarest, celebrada el pasado sábado 25 de junio en la capital rumana. Antonelli se dirigía a los asistentes para animarles a defender los derechos del colectivo LGTB, aduciendo que “son posibles, además de fundamentales, y que en España hubo un tiempo que los contemplábamos como inalcanzables”. Sobre la realidad de las personas trans en Rumanía, Carla Antonelli recuerda que solo pueden acceder al proceso sanitario de una cirugía genital tras la sentencia judicial de un tribunal y un largo periplo por todo por todo tipo de comités médicos y psiquiátricos. El cambio de la documentación solo es posible si se ha pasado por una intervención quirúrgica genital.
En su cuenta de Twitter, la diputada socialista en la Asamblea de Madrid anunciaba el comienzo del Orgullo LGTB de Bucarest y se lamentaba de algunos insultos discriminatorios contra los manifestantes:
Comienza #BucharestPRIDE de Rumanía, pasa coche a toda velocidad al grito “maricones” y con + orgullo lucen Arcoiris pic.twitter.com/HSFPSxsEwM
— Carla Antonelli (@CarlaAntonelli) 25 de junio de 2016
La extrema derecha vuelve a protagonizar una contramanifestación
A las 12 del mediodía del sábado, poco tiempo antes del inicio del Orgullo LGTB de Bucarest, los militantes de Noua Dreapta (Nueva Derecha) se manifestaban en contra de la diversidad de orientación sexual e identidad de género. Tras pancartas como “3 millones reclaman la normalidad”, los parafascistas rumanos dejaron claro que apoyan la reforma constitucional para prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y no solo eso, los convocantes aprovecharon para “denunciar” el caso de los Barbu, la familia rumana en el Reino Unido cuyos hijos fueron dados en adopción a una pareja homosexual británica. Poco más de 100 personas dieron apoyo a estos radicales.
“Los niños rumanos no quieren caer en las manos de los homosexuales británicos ni holandeses o en las manos de los homosexuales franceses, por lo que es hora de unirse al partido Nueva Derecha, el principal promotor de los valores tradicionales de la familia”, aseguran en un comunicado.
Según el Eurobarómetro de 2015, del que ILGA se hace eco, un promedio del 58 % de los ciudadanos rumanos cree que la discriminación basada en la orientación sexual está generalizada en el país. Asimismo, el 56 % considera que la discriminación por identidad de género es habitual.
Fuente Dosmanzanas
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