Provocación y sorpresa.
“Los hijos de este mundo son más sagaces
en sus proyectos y asuntos
que los hijos de la luz en los suyos” (Lc 16, 8b).
¿Y si Tú nos estuvieras poniendo
frente al auténtico dilema de nuestra vida?
¿Y si Tú nos estuvieras despertando
para que nos diéramos cuenta
quién manda en nosotros?
¿Y si Tú nos estuvieras invitando
a tomar conciencia de quiénes somos
en tu proyecto y sueño?
¿Y si Tú nos estuvieras animando
a vivir día a día con sagacidad y sabiduría
en vez de situarnos en una u otra orilla?
Pues en cada uno de nosotros
conviven la luz y las tinieblas,
y la experiencia nos dice
que, cuando nuestro ego se halla en juego,
activamos medios, recursos, tácticas,
argucias, estratagemas,y decisiones…,
con tal de salir airosos y asegurar la supervivencia
-la seguridad, el dinero, el status, lo mío-.
Pero, ¿qué ocurre cuando está en juego la luz que somos?
¿Qué hacemos con lo mejor de nosotros mismos?
¿Dónde está nuestra sagacidad para ganar amigos y vida?
¿Dónde nuestra sabiduría para que el reino
atraiga, emocione, enamore y agarre?
Si pusiéramos tanta motivación,
tantos medios, astucia y sabiduría
para que nuestra verdadera identidad
-la luz que somos y portamos- se manifestara,
nuestro mundo sería bien diferente
y tu mensaje y buena noticia resplandecería
en plazas y calles, oteros y valles,
sendas y autopistas,
lugares de refriega y oasis.
¡Qué ironía la tuya
al confrontarnos con nosotros mismos, y no con otros,
y poner al descubierto
que nos manejamos sabia y astutamente
en los asuntos que conciernen a las tinieblas
y no tanto en los que tienen que ver
con la luz, la vida y la buena noticia!
“Los hijos de este mundo son más sagaces
en sus proyectos y asuntos
que los hijos de la luz en los suyos” (Lc 16, 8b).
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Florentino Ulibarri
Fe Adulta
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