Kiseliov asegura que la ley anti propaganda gay corregirá la crisis demográfica en Rusia.
Dmitri Kiseliov, el periodista elegido a dedo por Putin como director de la agencia estatal de noticias Rossiya Segodnia (Rusia Hoy), asegura hoy en una entrevista para La Voz de Rusia que la crisis demográfica que experimenta el país se superará gracias a ley anti propaganda gay que rige desde el pasado mes de junio.
“Nuestro gobierno debe salvaguardar la familia por una razón tan importante como obvia: la crisis demográfica que atraviesa Rusia solo se superará si nacen más niños. Apoyar y propagar la cultura gay equivale a la autodestrucción. Pero no tenemos por qué aceptarlo”, trata de razonar el periodista. “Cada país tiene derecho a definir sus normas sociales. En Rusia una de ellas es el concepto de familia”, justifica.
Rusia cuenta con 145 millones de habitantes, según el último censo oficial, que data de 2002. Desde 1989, ha perdido 2 millones, y la población envejece cada vez más. Se producen muchas muertes en relación con el número de nacimientos. La ONU calcula que la población del país de 2006, de cerca de 140 millones, podía decaer en una tercera parte para el año 2050.
Las autoridades y los líderes de opinión se han empeñado ahora en culpar a los homosexuales de esta crisis demográfica. Ahora resulta que hablar públicamente sobre cuestiones relacionadas con el colectivo LGBT influye directamente en la natalidad. La “cultura gay” es la responsable de la pérdida de población. La visión del periodista es un tanto particular en este sentido.
“La cultura gay tiene derecho a existir en Rusia, y de hecho existe. Pero es una cultura minoritaria y seguirá siéndolo. Porque una cultura minoritaria no debe ser impuesta a la mayoría, y menos de manera artificial, mediante la propaganda. No creo que la orientación sexual no tradicional sea una enfermedad. Tampoco creo que esté fuera del rango de normalidad fisiológica. En cambio, estoy convencido de que no está entre las normas sociales”.
Dmitri Kiseliov se ganó un lugar de honor en el listado de los 10 nombres y apellidos de la homofobia en Rusia elaborado por RAGAP. En un programa político en la televisión rusa, arremetió contra los homosexuales: “Considero que es insuficiente multar a los gays por hacer propaganda de la homosexualidad entre los adolescentes. Hay que prohibirles que puedan donar sangre, esperma, y sus corazones, en caso de un accidente automovilístico, deben ser enterrados o quemados como impropios para la continuación de otra vida”.
Ahora trata en vano de justificarlo, aunque no se retracta. Considera que se ha convertido en un “tópico” para generar hostilidad hacia Rusia.
“No renuncio a mis palabras y vuelvo a explicar su sentido. Fueron elemento de un guión para un programa donde se contrastaban opiniones con respecto al polémico tema de la prohibición de la propaganda gay. Se estaba discutiendo la propuesta de aplicar multas por empujar a los menores hacia la homosexualidad, porque hay que entender que los gays no se reproducen, deben reclutar a los jóvenes para nutrir sus filas. Lo hacen, por ejemplo, a través de las marchas gay: todos tan sonrientes y disfrazados, ¡qué divertido!”, dice.
Al mismo tiempo, relaciona homosexualidad con enfermedades de transmisión sexual, obviando que los contagios también se producen entre personas heterosexuales. “La realidad de la comunidad LGBT es muy diferente. Los estudios revelan que la esperanza de vida entre los homosexuales está muy por debajo que la de una persona heterosexual. Según las estadísticas, son más propensos al suicidio y a la violencia sexual. Está reconocido que forman un grupo de riesgo en cuanto a la infección por hepatitis y VIH. Como las metodologías modernas no permiten detectar con absoluta seguridad la presencia del virus VIH en la sangre u órganos, en EEUU, en Canadá y los países de la Unión Europea está prohibido a los homosexuales ser donantes. Los argumentos para tal prohibición están expuestos en la página oficial de una organización tan respetada como Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU”, relata.
El director de la agencia rusa se basa en el psicoanálisis para argumentar sus palabras. “Como dice Sigmund Freud, la conducta sexual definitiva se decide solo tras la pubertad. En esto se basa la prohibición de la propaganda de la homosexualidad entre los menores de edad cuya identidad sexual aún está por formarse. No niego que haya personas con una orientación homosexual predeterminada. Pero se trata de intentar salvar a los demás”.
Kiseliov se ha convertido en el único periodista del mundo afectado por las sanciones políticas. Figura en la lista de las personalidades rusas que tienen prohibido entrar en el territorio de la Unión Europea y poseer bienes en este territorio.
Como todo buen homófobo encubierto, “tiene amigos gays”. La culpa de que sea un personaje tan impopular a nivel internacional es de Occidente. “Tengo colegas gays. En su mayoría son hombres tranquilos que prefieren no ser el centro de atención. No suelen mostrar su orientación homosexual y nunca han manifestado hostilidad hacia mí. Yo no soy homófobo. Es Occidente al que no le gusta Rusia que a día de hoy esté registrando avances espectaculares: ése es el problema. Estamos avanzando, pese a que nuestra economía no crece tan rápido como nos gustaría. Pero la economía es cíclica y el auge siempre sigue al declive. Si existe un programa televisivo que apoya los avances de Rusia, ayuda a liberarse de traumas del siglo XX, entonces Occidente impone sanciones a su autor y acusa a Kiseliov de homofobia, antisemitismo, instigación a reducir a EEUU a cenizas, etc. No son nada sutiles”.
Y es que en la corta trayectoria que tiene la agencia Rossiya Segodnia desde que se creara el pasado mes de diciembre, su director ha tenido tiempo suficiente de atacar en repetidas ocasiones a la comunidad LGBT. Ya en enero acusó a la UE de promover “una visión alienígena de la homosexualidad y del matrimonio igualitario como un estilo de vida”.
Fuente Ragap
Foto: La Voz de Rusia
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