Del blog Pays de Zabulon:
Dos personas que se encuentran, son dos mundos que se encuentran.
¿Qué es el amor?, es una relación…
Toda relación es un misterio, y dado que existe entre dos o más personas, depende de ambos. Y en ese encuentro un nuevo mundo es creado. El sólo hecho del encuentro, es un fenómeno que no ha ocurrido antes. Y esto cambia y transforma a ambas personas.
Toda relación es creada por uno, pero a su vez esa relación te crea. Cuando dos personas se encuentran, son dos mundos que se encuentran, y es algo muy complejo. “Cada persona es un mundo en sí mismo, un misterioso complejo con un largo pasado y un futuro eterno”.
La cosa no es tan simple sino que, al contrario, es algo muy complejo, lo más complejo que pueda ser: Cada persona es un mundo en sí misma, un misterio complejo con un largo pasado y un futuro eterno.
Esta relación es en principio un encuentro periférico. Pero si la relación crece en intimidad, se vuelve más próxima, se vuelve más profunda, entonces poco a poco, los centros comienzan a reunirse. Si tú estás en tu centro, y él también lo está, estos centros comienzan a encontrarse cada vez más … y comienza lo que se llama amor. Cuando el encuentro es periférico, son simplemente “conocidos“, tocas a la persona desde afuera, desde el borde, eso es “un conocido”, solemos llamar muchas veces a este encuentro “amor“, pero te equivocas: “ser un conocido no es amor“.
El amor es una cosa muy rara. Llegar y encontrar a una persona en su centro, es pasar uno mismo por un gran cambio, por una revolución. Porque si quieres encontrar a una persona en su centro, tendrás que permitir que esa persona llegue también a tu centro. Para lo que debes volverte vulnerable, abierto, lo que es un gran riesgo, es peligroso, porque nunca se sabe qué es lo que te hará esa persona, una vez que todos tus secretos son conocidos por él, una vez que todo lo que ocultas de ti mismo queda al descubierto, quedas completamente expuesto. Allí aparece el miedo, y nos es muy difícil abrirnos, o directamente nunca nos abrimos…
Un encuentro simple, y pensamos que el amor llegó. Las periferias se ponen en contacto y creemos que hemos sido encontrados y pasamos de una a otra persona como simples conocidos, y podemos pensar que es el amor lo que ha sucedido, pero no es así, es sólo el encuentro de dos periferias, esta periferia no eres tú, es la cerca que hay a tu alrededor, es donde tú terminas y comienza el mundo. Hay parejas casadas y amantes que han vivido por años juntos, y que sólo han sido conocidos, que nunca se han conocido realmente el uno al otro. Y hay situaciones en las que cuando más vives con alguien, más te olvidas de que los centros han permanecidos desconocidos.
No tomes a los conocidos por amor. La primera cosa que hay que comprender es pues: no confundir relación, pareja y amor. Puede también que estés haciendo el amor, relacionándote sexualmente, pero esto también es periférico. A no ser que los centros se encuentren, el sexo resulta sólo el encuentro de dos cuerpos. Sólo el sexo es amor, cuando ambos en esa relación sexual, estén ambos en su centro, en ese caso el sexo es sublime, es eterno… Y ¿cuando permitimos que alguien entre en nuestro centro? Sólo cuando no tienes miedo, cuando no eres temeroso…
Por lo que sólo hay dos formas de vivir: “Orientados hacia el miedo, u orientado hacia el amor”. Lo contrario al Amor es el Miedo. Vivir en el miedo nunca podrá permitirte una relación profunda. Permaneces temeroso y no puedes dejar hacer el otro: no puedes permitirle entrar en tí verdaderamente hasta tu corazón. Toleras al otro hasta cierto punto, y luego es el muro y todo se para.
Aquél cuya vida está orientada hacia el amor es el ser religioso y espiritual. La persona orientada hacia el amor, es alguien que no teme al futuro, que no le teme al que tiene junto a él, que se abre, que se expone, que se brinda, que se pone en sus manos… Que no le teme al resultado y a la consecuencia, “alguien que vive aquí y ahora“
Krishna le dice a Arjuna en el Gita: “No te preocupes por los resultados, eso es sólo tú mente orientada hacia el miedo”. No pienses en lo que sucederá a consecuencia de lo que hagas. Permanece aquí, nada más y actúa totalmente. No calcules, no planees, no hagas arreglos, no te pongas a salvo. Toda tu vida se pierde de está manera. Vive el momento, lo demás es irrelevante. Si puedes estar en este momento, sólo así puedes amar.
El amor es una rara flor, que no siempre florece. Y sólo sucede cuando no hay miedo, nunca puede suceder antes. Cuando no tienes miedo, no hay nada que ocultar, puedes ser abierto, retiras todas tus fronteras y puedes invitar a que la otra persona penetre en ti hasta el cento mismo. Y es regla, que siempre que permitas que alguien penetre en tí profundamente, él te permitirá penetrar en él, porque cuando tú das el primer paso, y permites que penetre en tí se crea una confianza; cuando no tienes miedo, el otro también se vuelve libre de miedo.
Cuando una pareja, dos amantes, se tienen miedo, esto no es amor, es sólo un acuerdo entre dos personas temerosas que dependen el uno del otro, peleando, explotándose, manipulándose, controlándose, dominando, poseyendo, teniendo sexo,… pero no es amor
Para lograr el amor, debes abandonar el miedo, y tienes tanto miedo porque no puedes ver… que amando no tienes nada que perder… No hay nada que temer, no hay nada que perder, no hay nadie en contra tuyo… aún cuando lo sientas… porque todos sólo se preocupan sólo en sí mismos, no de tí.
Medita sobre esto y permite que el otro entre en tí. No pongas barreras, sé un pasaje siempre abierto, sin llaves, sin puertas cerradas…
Cuando dos centros se encuentran entonces hay amor. Y el amor es como un fenómeno alquímico. Tal como si oxígeno e hidrógeno se encuentran, permiten entrar en ellos se unen, se forma algo nuevo: agua, se ha creado agua… Pero si no entran uno en el otro, si no se unen, puedes tener todo el hidrógeno del mundo, todo el oxígeno, y tienes sed… De nada te servirán, la sed no se te irá.
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Osho
Mi camino, el camino de las nubes blancas
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