La organización LGTBI Bisi Alimi se atreve a marchar en el Día Nacional de Luto de Nigeria con pancartas que recuerdan a las víctimas de la violencia LGTBfóbica.
Ser homosexual en Nigeria es ilegal y puede suponer pena de muerte o de 14 años de prisión
Llega el verano y arranca la temporada de Orgullos que, como ya sabéis, va de enero a diciembre aunque el momento fuerte sea todo el mes de junio. Y resulta que antes de que arrancara el Pride Month (como se llama ahora) en Nigeria un grupo de activistas nos pasaron la mano por la cara demostrando qué es realmente el Orgullo. Aunque, técnicamente, esto no ha sido un Orgullo.
El pasado 28 de mayo en Nigeria se celebró el Día Nacional de Luto, que es el día en que el país conmemora las vidas de todos los nigerianos que murieron en diferentes actos de violencia. Pero en la marcha, celebrada en Lagos, suele olvidarse a las víctimas de una violencia muy concreta que este año han decidido alzar la voz: el colectivo LGTB+.
La Fundación Bisi Alimi, que recibe el nombre de un activista que tuvo que huir del país en 2004 tras anunciar su homosexualidad en televisión, se atrevió a organizar una pequeña manifestación para recordar a todas las personas LGTB+ que han muerto a manos de la violencia LGTBfóbica en el país. Que es mucha.
Ser homosexual es ilegal en Nigeria y está castigado con pena de muerte por lapidación en los estados norteños del país mientras en los del sur puede suponer una condena de hasta 14 años de cárcel. Como han señalado varios activistas, el simple hecho de salir a la calle con pancartas que mencionan a las personas LGTBI+ podía haberles supuesto un tremendo problema con la justicia; y así es como la Fundación Bisi Alimi ha demostrado qué significa realmente el Orgullo (aunque no fuera un Orgullo).
“Esto es INCREÍBLE, @bisialimi. Es tan VALIENTE, vuestro equipo se merece algunos ELOGIOS. Dios mío, organizar una manifestación con pancartas LGTBI y no ser linchados es un magnífico desarrollo. ¿Cómo lo habéis conseguido?“
En las pancartas que los miembros de Bisi Alimi mostraron durante la manifestación podían leerse frases como “Nuestro silencio por los asesinatos de nigerianos LGTBI ya no es de oro” o “También recordamos a las personas LGTBI de Nigeria asesinadas por ser quiénes eran” o “Las personas LGTBI también son asesinadas ¿por qué nos callamos?”
En un momento de la manifestación la policía se acercó a una de las participantes, pero no hubo problemas. “Algunos policías vinieron a pedirme que les explicara qué significaba LGBTI.” explica la activista Rebecca E. Rose, “lo hice y me preguntó si tenía permiso para llevar esa pancarta. Le dije: ‘No necesito permiso, conozco la ley’. El hombre nos dejó en paz“.
Acuérdate de estos valientes nigerianos y nigerianas cuando venga el próximo hetero a decirte que ya no hace falta el día del Orgullo. Y acuérdate también del inmenso privilegio del que disfrutas por haber nacido donde has nacido cuando este año te subas a enseñar abdominales en una carroza.
LGTBfobia de Estado en Nigeria
La última noticia que publicábamos era la referente a una solicitante de asilo en el Reino Unido, Nneka Obazee, que intentaba suicidarse tras ser detenida para ser deportada a su país de origen, Nigeria, donde podría enfrentarse a la cárcel o incluso la muerte por lapidación al ser lesbiana.
En Nigeria, país con un influyente movimiento evangélico cristiano en el sur y un fuerte apoyo a la ley islámica en el norte, las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio). El pasado mes de abril recogíamos que 53 personas fueron detenidas en el país, acusadas de haber participado en una “boda gay”. La mayoría de los detenidos eran jóvenes de entre 20 y 30 años, que ya prestaron declaración ante el juez y que todavía esperan que se dicte sentencia.
Cabe recordar que a principios de 2014 el presidente Goodluck Jonathan promulgó la mencionada ley, que agrava el tratamiento penal para cualquier actividad relacionada con la realidad LGTB. Desde su entrada en vigor, de hecho, no han cesado de sucederse los actos de barbarie de la población civil contra las personas LGTB de Nigeria, alentados por los líderes políticos y religiosos, que han creado un ambiente de profunda homofobia social. Hemos informado de algunos de estos terribles hechos, aunque es de suponer que la información de la mayoría de este tipo de actos execrables no alcance a los medios de comunicación occidentales.
En enero de 2014, una multitud de miles de personas rodeaba un tribunal islámico, donde se juzgaba a once hombres acusados de practicar la homosexualidad, exigiendo su ejecución inmediata. Meses después, cuatro de los detenidos, que confesaron los hechos probablemente bajo tortura, fueron condenados a recibir públicamente 15 latigazos y al pago de una multa o un año de prisión. En febrero del mismo año, otra horda enfurecida asaltó los domicilios de doce homosexuales en la capital, Abuja, a quienes terminaron por arrancar de sus casas y golpearles incluso ante las puertas de la comisaría local. En las mismas fechas, en la localidad sureña de Port Harcourt, otros dos homosexuales fueron arrastrados fuera de su hogar y obligados a realizar actos sexuales ante una multitud agresiva.
En enero de 2015, la policía islámica de Kato, una ciudad al norte de Nigeria, comunicaba la detención de doce personas por participar en la celebración de una supuesta boda entre dos personas del mismo sexo. La ley vigente en Nigeria, anteriormente citada, castiga con hasta 14 años de prisión a quienes participen en una ceremonia de unión homosexual. En noviembre 21 estudiantes fueron detenidos acusados de prostitución masculina, según un periódico local.
En marzo de 2016, una turba violenta atacó a 20 jóvenes de quienes sospechaban, por su aspecto afeminado, que eran homosexuales. Todos ellos habían sido arrastrados fuera de sus casas y reunidos para golpearlos sin compasión. La brutal paliza a que les sometieron hizo temer por sus vidas. Ninguna de las víctimas quiso presentar denuncia, por temor a las represalias de sus agresores y por no enfrentarse al estigma de ser considerados homosexuales públicamente. En mayo, seis jóvenes fueron detenidos en Benin City acusados de mantener relaciones sexuales.
En el mes de octubre del mismo año, fue detenido un hombre acusado de mantener relaciones homosexuales, tras negarse a ser víctima de un chantaje. Al parecer, todo fue urdido por una pareja de madre e hijo, que se dedican a extorsionar a homosexuales con la amenaza de denuncia. Tras la negativa, la Policía procedió casi inmediatamente al arresto.
Posteriormente, en diciembre dimos la noticia de que un magistrado del Tribunal de Damaturu, la capital del estado de Yobe, había condenado a cinco hombres a sendos siete años de prisiónpor haber mantenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. En abril de este 2017, publicamos la detención de 53 personas, a quienes se acusaba de participar en la celebración de una supuesta “boda gay”.
Actuaciones de este tipo provocaron que el Parlamento Europeo aprobara en marzo de 2014, con el acuerdo de los principales grupos, una resolución de condena a las leyes homófobas de Uganda y Nigeria. El texto de la resolución solicitaba su derogación y proponía que si no había marcha atrás se suspendiese a los dos países del acuerdo de Cotonú sobre intercambio comercial y asistencia entre la Unión Europea y los estados de África, Caribe y Pacífico.
Sin embargo, la directora del programa africano del Centro Europeo para la Gestión de Políticas de Desarrollo (ECDPM), Faten Aggard-Clerx, muy crítica con lo que considera una postura hipócrita de la Unión Europea, se preguntaba, en referencia a Nigeria, si el organismo europeo está dispuesto a “mantener sus valores a pesar de sus intereses en algunas partes de África”. Aggard-Clerx denunciaba que la Unión Europea no había alzado la voz contra las leyes homófobas aprobadas en Etiopía en 2004, pero sí lo hacía una vez que las condenas por homosexualidad iban a carecer de la posibilidad de indulto. También ponía el ejemplo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, muy criticado por aprobar una ley fuertemente homófoba, pero alabado por su papel en Sudán del Sur.
Parece haber servido de poco, sin embargo. En enero del pasado año nos hacíamos eco de un informe de la organización The Initiative for Equal Rights, que denunciaba hasta 152 graves vulneraciones de los derechos humanos de la población LGTB entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016. Evidentemente, se trata de las denuncias que han llegado a conocimiento de las organizaciones de defensa de los derechos humanos. En un país en el que la homosexualidad está fuertemente castigada por el Código Penal y sufre un fortísimo rechazo social, el número real es con seguridad mucho mayor.
Fuente | Gay Star News, vía EstoyBailando/Cristianos gays
General, Historia LGTBI, Homofobia/ Transfobia.
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