El movimiento por los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) catalán celebró este año el cuarenta aniversario de la primera vez que se salió a la calle en Barcelona para reivindicar los derechos del colectivo en 1977, que fue también la primera del territorio español. Consiguieron reunir a más de 4.000 personas entre personas LGBTI y participantes procedentes del movimiento feminista, el vecinal, el sindical o los partidos políticos más a la izquierda. Sus organizadores reconocen que en aquel momento temieron porque el miedo les llevara a reunir sólo a unos pocos. No fue así, fue un primer gran éxito.
De hecho, llevaban ya siete años trabajando para dar visibilidad a la reivindicación LGBTI y para conectar al colectivo y el movimiento con el resto de luchas sociales democráticas que estaban emergiendo en aquel momento. En 1970, en plena dictadura franquista, había nacido el Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH) a partir de un grupo de personas LGBTI, entre los que estaba Armand de Fluvià, que, pensó que hacía falta movilizarse contra la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, aprobada aquel año, que penalizaba la homosexualidad con prisión y centros de “reeducación”.
En 1976 había nacido el Institut Lambda con el objetivo de dotar a las personas LGBTI de un espacio social, de relación, cultura y apoyo mutuo. En 1977 nacía el Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) que sucedía al MELH y que daba un giro ideológico y hacía suyos los postulados más subversivos de Stonewall a imitación de los Gay Liberation Front que surgían en aquel momento en Estados Unidos y Gran Bretaña y abrazaban el marxismo y la superación del capitalismo como espacio político. Su planteamiento era muy diferente al del movimiento LGBTI de los cuarenta y cincuenta, no pretendía asimilar la homosexualidad a la sociedad para hacerlos “respetables”, sino que cuestionaba la sociedad heteropatriarcal y su norma sexual y de género y aspiraba a superarlos. Se pasó de un planteamiento de mera adaptación a otro de cambio social. En 1979 se consiguió la derogación de la Ley de Rehabilitación y Peligrosidad Social, uno de los primeros éxitos de un movimiento social emergente.
La memoria histórica LGTB
Barcelona cuenta, desde hace años, con dos orgullos: el organizado exclusivamente por asociaciones y coordinado por la Comisión Unitaria del 28 de junio y el Pride Barcelona, liderado por la Asociación Catalana de Empresas para Gays y Lesbianas (ACEGAL), aunque participan también la mayoría de las asociaciones LGBTI barcelonesas. Una diferencia que hay quien equipara a la que en Madrid existe entre el Orgullo y el Orgullo crítico. Esta comisión ha organizado durante todo el mes de junio multitud de actos de memoria: se ha celebrado la Mostra Fire!! de cine LGTBI, un acto de memoria por los 40 años del FAGC, la más antigua del Estado español, que incluyó la relectura del Manifiesto del FAGC y un homenaje a sus fundadores; además el 17 de junio se hizo una manifestación descentralizada en Lleida, a lo que cabe añadir diferentes actos lúdicos, culturales o de debate. Entre estos destaca la exposición histórica de los “40 años de lucha en la calle” del movimiento catalán que tuvo lugar el pasado 26 de junio en el Casal Lambda en la que se presentó un documental con imágenes inéditas sobre la manifestación LGBTI que tuvo lugar en 1977 en Barcelona, obra del activista gay José Romero.
El mismo 28 de junio tuvo lugar el acto de central de las celebraciones: el debate “40 años de lucha por la liberación LGBTI, continuamos haciendo nuestra la calle” que dejó constancia de dos cosas: lo mucho que se ha avanzado en 40 años y lo mucho que aún queda por avanzar. Los discursos muchas veces se complementaban y ponían en evidencia la complejidad y diversidad del movimiento LGBTI. Lesbianas y transexuales criticaron la presencia predominante de los hombres gais en el movimiento y reivindicaron su espacio. Maria Giralt, en la mesa, presente en la manifestación del 28 de junio de 1977 y una de las fundadoras del primer grupo catalán de lesbianas, denunció que el machismo y la misoginia están presentes en el movimiento LGBTI: “la he padecido de mano de hombres gais y hombres transexuales”. Por su parte, una activista madrileña sentada entre el público abundó en la crítia a la infrapresentación de los otros colectivos y la sobrerepresentación del gay así como la comercialización de una fecha de lucha social por la diversidad afectivo-sexual, familiar y de género. Frente a eso, reivindicó el “orgullo crítico” frente a un World Pride comercial, más preocupado en atraer turismo LGBTI que en denunciar la discriminación.
También se hablo de machismo y homofobia interiorizados y de cómo éstos se reproducen dentro del movimiento las discriminaciones propias del heteropatriarcado y cuáles son las estrategias para combatir esta situación. Por su parte, Mar Cambrollé, histórica activista trans andaluza, reivindicó una ley específica para su colectivo que garantice sus derechos y libertades y fue muy crítica con los discursos conformistas desde dentro del propio movimiento LGBTI o que pretendían invisibilizar la reivindicación trans: “Sí, vamos en el mismo barco pero unos tienen camarotes de lujo y otras estamos en las calderas”. Por otra parte, el nuevo portavoz de FAGC, Fran Sanchez, reclamó los avances conseguidos en cuanto a igualdad legal y garantía de derechos y el cumplimiento de la ley contra la LGBTIfobia a través de su desarrollo y de una dotación presupuestaria suficiente. En último lugar, Giralt reivindicó también más debate ideológico que consideraba que en los setenta estaba más presente, cosa que corroboraron tanto Armanda de Fluvià como Joan Andreu Bajet, los dos miembros fundadores del FAGC y actualmente en el Casal Lambda.
Manifestación reivindicativa
El 1 de julio salieron a la calle miles de personas a conmemorar este 40 aniversario y a reivindicar los derechos de las personas LGTBI convocados por la Comisión Unitaria, que se reclama heredera de los convocantes de la primera manifestación del 1977, y que contó con miles de asistentes y que transcurrió en un tono festivo y reivindicativo y cuyo lema central fue “40 años de lucha por la liberación LGTBI, continuamos haciendo nuestra la calle”. Al final de la manifestación, que recorrió el centro de Barcelona hasta Plaça Sant Jaume donde se encuentran las sedes del Ayuntamiento y de la Generalitat, se leyó un manifiesto que exigía el cumplimiento y despliegue de la ley contra la LGBTIfobia catalana aprobada en 2014. Además, se realizó una emotiva perfomance que repasó la historia del movimiento LGBTI catalán y todas sus victorias al menos en gran parte de la Europa Occidental. Un movimiento que quiere permanecer en la calle porque es donde el colectivo LGBTI se ha movilizado y donde tiene que estar visible. El colectivo LGBTI ha sido protagonista de una de las revoluciones sin armas más importantes de los últimos 50 años: la de la libertad sexual y los derechos de las personas LGBTI.
Fuente Dosmanzanas
General, Historia LGTBI
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