El arzobispo de Guinea Conakri, Robert Sarah, advierte sobre la familia: “Está entre dos ‘bestias apocalípticas’: ‘la ideología de género’ y el ISIS”
El próximo 25 de octubre finaliza la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y en la agenda, de nuevo, está el espinoso tema de la homosexualidad. Peter Erdö, relator de este encuentro lo ha dicho claramente: ‘No existes analogías entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios para la familia’. Para echar más leña al fuego, el arzobispo de Guinea, el cardenal africano Robert Sarah, ha advertido de que la familia está entre “dos bestias apocalípticas” que son “la ideología de género e ISIS“, durante su intervención en el Sínodo de Obispos sobre la Familia.
Hemos escuchado declaraciones ofensivas hacia las personas LGTB por parte de obispos y cardenales, pero no por ello dejan de sorprendernos palabras como las del cardenal guineano, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y presidente del Pontificio Consejo Cor Unum. Fue durante una intervención que tuvo lugar la semana pasada, y que apenas ha trascendido a nivel general (sí que la han recogido webs ultracatólicas o el digital ultraconservador La Gaceta).
“Nos encontramos entre la ideología de género e ISIS”, ha señalado durante su discurso el prelado africano, también prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Sarah ha calificado estas realidades como “dos bestias apocalípticas” y ha recalcado su origen demoníaco que, a su juicio, se demuestra en que tanto los defensores de la ideología de género como los terroristas islámicos exigen una “regla universal y totalitaria” y son “violentamente intolerantes, destructoras de familias, de la sociedad y de la Iglesia, así como abiertamente cristianófobos”.
Sarah ha evidenciado ante lo más de 330 participantes, entre los que se encuentra más de 270 obispos de los cinco continentes, que la sociedad contemporánea se enfrenta por un lado a la “desintegración de la familia en el Occidente secularizado” a través del “divorcio rápido y fácil, el aborto, las uniones homosexuales y la eutanasia” y, por otro, a la “pseudo-familia del Islam ideologizado que legitima la poligamia o la subordinación femenina”.
La literalidad de las palabras de Robert Sarah resulta más elocuente en sí misma que lo que podamos relatar nosotros:
“Un discernimiento teológico nos permite ver en nuestro tiempo dos amenazas inesperadas (casi como dos ‘bestias apocalípticas’) situadas en polos opuestos: por una parte, la idolatría de la libertad occidental; por otra, el fundamentalismo islámico. Es el ateísmo secularista versus el fanatismo religioso. Por usar un eslogan, nos encontramos entre ‘la ideología de género y el ISIS’. Las masacres islámicas y las demandas libertarias frecuentemente compiten por la primera página en los periódicos (¡Acordémonos de lo que pasó el 26 de junio!)*. De esas dos radicalizaciones surgen las dos mayores amenazas para la familia: su desintegración subjetivista en el occidente secularizado mediante un divorcio rápido y fácil, las uniones homosexuales, la eutanasia, etc. (cf. la teoría del género, las ‘Femen’, el lobby LGBT, IPPF**). Y por otra parte, la pseudo-familia del islam ideologizado, la sumisión de la mujer, la esclavitud sexual, el matrimonio infantil, etc. (cf. Al Qaeda, Isis, Boko Haram…)”
* El 26 de junio el Tribunal Supremo de los Estados Unidos fallaba que prohibir el matrimonio igualitario es inconstitucional y en Túnez un atentado islamista mataba a decenas de personas.
**International Planned Parenthood Federation, en castellano Federación Internacional de Planificación Familiar.
Robert Sarah aprovechó además para protestar por el Sínodo extraordinario de la Familia que tuvo lugar hace un año. El motivo principal de su enfado con lo ocurrido entonces fueron las opiniones relativamente aperturistas que otros prelados expresaron a propósito de los divorciados y de las personas LGTB. Para él, no eran más que opiniones marginales de grupos originarios de países ricos.
Robert Sarah aprovechó además para protestar por el Sínodo extraordinario de la Familia que tuvo lugar hace un año. El motivo principal de su enfado con lo ocurrido entonces fueron las opiniones relativamente aperturistas que otros prelados expresaron a propósito de los divorciados y de las personas LGTB. Para él, no eran más que opiniones marginales de grupos originarios de países ricos.
No es necesario insistir en el carácter profundamente insultante de este discurso. Las noticias de los brutales asesinatos de hombres acusados de ser homosexuales por parte del ISIS son desgraciadamente frecuentes. La dificilísima situación de la población LGTB en África también ha sido bien documentada en esta página. Que en este contexto un cardenal africano equipare al ISIS con la realidad LGTB y con todo lo relacionado con la “ideología de género” (expresión que el ámbito más conservador utiliza para denigrar tanto al feminismo como a buena parte de las reivindicaciones del colectivo LGTB, muy especialmente en los últimos tiempos la lucha en favor de los derechos trans) supone un despropósito de tal calibre que resulta difícil contenerse en los calificativos.
Menos mal que los miembros del Sínodo no tiene potestad para intervenir en las políticas de los países porque a estas alturas al colectivo LGBT nos metían en el mismo saco que los terroristas y pedían nuestra aniquilación como una de las ‘plagas del siglo XXI’. Nos son nada católicas, ni tolerantes, ni piadosas estas incendiarias declaraciones. Como siempre la Iglesia Católica defrauda a tantos fieles que ven como se les condena al ostracismo y la destrucción. Está claro que el arzobispo Sarah se ha cubierto de gloria. Así no nos extraña que cada vez haya menos vocaciones y pierdan continuamente adeptos.
Fuente Ragap y Dosmanzanas
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