Sin embargo, en estos años de desinterés, falta de pulso y apatía, ha sufrido un cierto ‘apagón’. Si la ocasión lo requiere se citan, como de pasada, algunos de sus films emblemáticos o más raramente alguno de sus poemas o textos ensayísticos… y poco más.
Especialmente grave, me parece que tanto en Italia como en el resto de Europa, los jóvenes tienen hoy otras expectativas, están muy alejados del contenido crítico de sus películas, de sus preocupaciones, de su sobriedad y de su actitud anti-consumista y desconocen, por completo, su valentía al apostar por la tolerancia, al situarse nítidamente al lado de los más vulnerables y al denunciar la explotación de los más débiles, la alienación y el desprecio a las minorías.
En breve, va a conmemorarse el centenario de su nacimiento (Bolonia, 5 marzo 1922) una ciudad que se ha caracterizado por su espíritu rebelde y por los conflictos sociales que tenían lugar. Las movilizaciones obreras fueron muchas, existían grandes diferencias… y la miseria, el dolor y la explotación estuvieron muy presentes hasta los años cincuenta.
Es este un momento adecuado para preguntarnos qué legado ha dejado tras sí. Es conveniente realizar unas valoraciones críticas sobre sus concepciones cinematográficas creativas y su pensamiento. En la segunda mitad del siglo XX fue un intelectual de vanguardia y su filmografía, traspasó los límites de su Italia natal, para convertirse en un director de referencia europeo. Fue, asimismo, periodista, filósofo y novelista, llegando a ser considerado uno de los intelectuales más citados y admirados por la originalidad y belleza de su filmografía y por su actitud valiente y decidida, a favor de causas que consideraba que debían ser apoyadas. Es particularmente relevante su visión de los marginados y los considerados ‘excéntricos’ por los mandarines de turno.
No debemos pasar por alto, de ninguna manera, que fue un intelectual polémico y controvertido, levantaba a su paso encendidas y encontradas pasiones. Unos lo defendieron y lo consideraron ‘un ariete’, que había abierto resquicios por los que avanzar en el reconocimiento de la dignidad humana, en tanto que otros lo vilipendiaban por sus ataques a la iglesia católica, a la actitud cruel y despiadada de los poderosos y por sus posiciones irreverentes y rupturistas.
Con el paso del tiempo, su figura continúa teniendo frescura, tanto por las manifestaciones de su espíritu inquieto como por su complejo mundo interior. Fue contradictorio, sentía un fuerte impulso religioso, mas estaba abiertamente en contra del dogmatismo y del ‘secuestro’ del sentimiento religioso por parte de una iglesia inmovilista que lo reducía todo a meros rituales. A la vez, el contenido social de sus ideas tenía una fuerte impronta marxista. Quizás por eso, se enfrentaba abiertamente a quienes, desde una visión acrítica del socialismo, consideraban el marxismo una iglesia, como contra quienes apegados a una tradición arcaica y medievalizante, convertían a la iglesia católica en un aparato de poder que progresivamente, se iba deslizando hacia la corrupción, sin lograr desprenderse de las consecuencias de su colaboración con el fascismo y de su connivencia con los poderosos.
Todavía hoy, la belleza de alguna de sus películas me conmueve. Sus diálogos son fértiles, sus imágenes impactantes. Nos muestra lo que sienten, lo que son y han sido, los humildes, los excluidos y vulnerables que es tanto como decir, los perdedores de cualquier época.
Sus propósitos se manifiestan nítidamente. Sus películas son tan originales como transgresoras. Es capaz de desnudar, sin concesiones ‘su interior’ y desde una visión prístina e incontaminada denunciar la explotación, la injusticia y la violencia. No hacía gala de su homosexualidad, mas no la ocultó nunca… aceptando las consecuencias de sus transgresiones.
En la mayoría de sus films sabe fustigar, con acierto, la intolerancia y la insolidaridad, recurriendo con extrema habilidad a la parábola e incluso a la paradoja. Ya que lo que está haciendo constantemente son interpretaciones de la realidad. Advierte, con lucidez, el daño que pueden causar ciertas amenazas fantasmagóricas que pretenden, ante todo, debilitarnos mediante el miedo y la inseguridad.
No es fácil descifrar los propósitos de Pasolini. En sus creaciones hay veces en que se desprende un halo de pesimismo, mas la vitalidad y la esperanza acaban haciéndose presentes. Aquí y allá su humanismo procura torcer el brazo a cualquier forma de cinismo con sus corolarios de inacción y cobardía.
Pretende hacerse entender si no por todos por muchos, sin renunciar a lo complejo y estéticamente elaborado. Muchas veces he pensado que como otros cineastas a los que admiro, busca que el espectador se haga preguntas, en lugar de hacerlo receptor pasivo de ‘píldoras didácticas’. Esta contienda a brazo partido, hace que se sienta precozmente viejo pero, siempre, busca comunicar y provocar respuestas. La comunicación por la comunicación, la entiende como una cáscara hueca, en tanto que los contenidos son los que transmiten vida.
Es más, sin conocimientos, sin raíces, sin memoria, no existiría la conciencia. Para él –y ahí está buena parte de su grandeza- la reflexión y un poco de humor e ironía, deben de estar –y de hecho están- al servicio del espíritu crítico.
Hemos de poner en valor su valentía y su coherencia en vísperas de su centenario. Nos debe servir ante todo, para refrescar la memoria y para que las generaciones nacidas a finales del siglo XX y en el XXI, tengan la oportunidad de conocerlo y valorarlo. En muchos momentos comprometidos decidió ser libre y se negó con entereza a doblegarse o a poner fin a sus valientes y decididas críticas.
Nunca se arrepintió de ser el autor de algunas de las películas más escandalosas del cine europeo del momento. Señalemos tan solo Saló o los ciento veinte días de Sodoma, El Decamerón o El Evangelio según san Mateo, donde se funden logrando un resultado hermoso, la espiritualidad cristiana y marxismo.
Me parece significativo que Pier Paolo Pasolini despreciaba a su padre y sentía veneración por su madre. Por ello, no puede extrañarnos que Susana Corussi (su madre) representara a la Virgen María, en “Il Vangelo secondo Matteo”
https://archive.org/details/1964ElEvangelioSegnSanMateo
Los más cinéfilos recordaran, sin duda, que fue un formidable director de actores. Todavía se recuerda la portentosa interpretación de Anna Magnani en Mamma Roma o tantos momentos inolvidables de Franco Citti, uno de los actores que más y mejor trabajó a sus órdenes.
Su espíritu libre le permitía hacer lo que hasta ese momento otros no se habían atrevido, como cuando en Edipo Re decide apartarse de Sófocles y hacer una interpretación muy personal. De forma similar, cuando rueda Medea -incluyendo a María Callas en el reparto- actualiza y se aparta, hasta cierto punto, de la línea argumental de Eurípides.
Desde muy pronto tuvo feroces enemigos que lo atacaron inmisericordemente desde todos los frentes. Fue denunciado por corrupción de menores y esta no es más que la primera de las muchas persecuciones judiciales que padeció. En la ‘muy católica Italia” igualmente fue condenado por críticas a la Iglesia y a la religión. Por otro lado, el Partido Comunista lo expulsó, al considerar la homosexualidad una degeneración burguesa. La intolerancia, como puede apreciarse, estaba muy repartida en la sociedad italiana del momento y alcanzaba tanto a ‘tirios como a troyanos’
Quisiera dejar sentado porque lo considero relevante, que Pier Paolo Pasolini puede y debe ser considerado uno de los representantes más cualificados del llamado ‘Neorrealismo italiano’, al menos, en su primera etapa.
Es obligado señalar, aunque sea sucintamente, algunos de los premios y distinciones que le fueron otorgados. La lista es amplia. Señalemos, tan solo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venezia por El Evangelio según San Mateo (1964) y en el de Cannes, el Gran Premio del Jurado por Las mil y una noches.
Cuando se trasladó a Roma, Fellini lo apoya y lo ayuda. No tuvo mal padrino. Pasolini por su parte, sabe reflejar con lucidez la vida en los barrios marginales. Dará lugar por tanto, a películas de un fuerte impacto, controvertidas, polémicas y, desde luego, escandalosas para la sociedad bien pensante.
Los ambientes que refleja son sórdidos y suburbiales. En películas como Accattone o Mamma Roma aparecen prostitutas, chaperos, jóvenes marginales sin futuro que huyen hacia delante y delinquen constantemente, así como una extrema violencia y una ausencia desgarradora de horizonte vital. Es muy angosta –si es que existe- la ‘salida del infierno’
Tiempo habrá en los próximos meses para ir analizando, de forma más pormenorizada, alguno de los aspectos que hemos enunciado.
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