Una universidad de Filipinas prohíbe el sexo gay y obliga a vestir según los estereotipos de cada género
La Universidad Santo Tomás con sede en Manila desata la polémica al obligar a sus alumnos a firmar una nueva normativa mediante la que se comprometen a no mantener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo, así como castiga a quienes no se vistan según los estereotipos de su propio género.
Con sede en Manila y más de 400 años de antigüedad, la Universidad de Santo Tomás es la más antigua del continente asiático. Se trata de un centro de educación católico que ha desatado la controversia en Filipinas debido a un nuevo código de conducta que debe ser suscrito por los alrededor de 40.000 alumnos matriculados que no quieren enfrentarse a la «no readmisión, exclusión o expulsión», y que prohíbe las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo o vestir cualquier tipo de prenda característica del sexo opuesto.
Esta normativa prohíbe la «cohabitación sin el beneficio del matrimonio o la relación contraria a los principios a los que se adhiere la Universidad y las enseñanzas de la Iglesia Católica». Una ofensa que se considera tan grave como el robo el chantaje o el incendio provocado. También prohíben las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo amparándose en su defensa de «la santidad del acto conyugal dentro del matrimonio», que todavía no es legal en Filipinas, aunque su tribunal Supremo está actualmente considerando su legalización.
«Travestirse o usar la ropa del sexo opuesto está prohibido a menos que se autorice para un propósito legítimo solo durante la duración de dicha actividad», advierten en esta especie de contrato, haciendo hincapié en que el alumnado debe vestirse acorde a los estereotipos de cada género. Entre las prohibiciones que afectan a los estudiantes varones está el pelo largo, el uso de horquillas, colas de caballo o cintas en el pelo, así como «aretes ni otros accesorios que normalmente usan las mujeres».
Si bien Filipinas es un país tradicionalmente católico, lo que por extensión se traduce en que está formado por una sociedad mayoritariamente homofóbica, su presidente, Rodrigo Duterte, parece alimentar este sentimiento con declaraciones contradictorias con respecto a las personas homosexuales, bisexuales y transexuales. Mientras el diciembre del año pasado expresa su apoyo al colectivo LGBT al manifestar su intención de buscar una persona que velara por los derechos LGBT y abriendo la posibilidad de la legalización del matrimonio igualitario, en su guerra contra las drogas que había prometido en su campaña presidencial ponía en riesgo los programas de prevención del VIH, fomentando indirectamente el incremento de contagios entre personas del mismo sexo al desaconsejar el uso del preservativo. También han sido muy comentada su reacción a las críticas de Chito Gascon, presidente de la Comisión de Derechos Humanos, preguntando si era gay o pedófilo, así como sus comentarios sobre el embajador estadounidense, Philip Golberg, al asegurar que había discutido con él y afirmar que era «hijo de una prostituta» por ser gay.
Fuente Universogay
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