El teólogo alemán Magnus Striet, tilda de “pura fantasía” las palabras de Ratzinger en su nueva biografía
Magnus Striet, catedrático en Friburgo, contesta a Benedicto XVI
“Joseph Ratzinger no entiende lo que son las sociedades modernas y el estado secular”
“La afirmación de Ratzinger de una dictadura global es pura fantasía“. Magnus Striet, catedrático de Teología Fundamental en la Facultad Católica de Teología de la Universidad de Friburgo, ha contestado al adelanto editorial del próximo libro-biografía que Peter Seewald ha publicado sobre Benedicto XVI.
Del mismo modo, el profesor discute el planteamiento de Benedicto XVI sobre la existencia de un “credo anticristiano” en las sociedades modernas. “Joseph Ratzinger no entiende lo que son las sociedades modernas y el estado secular”, se cuestiona, insistiendo en que los ciudadanos “pueden vivir su credo cristiano, ya sea de forma individual o comunitaria, y lo mismo se aplica a personas con diferente credo. El único requisito es que no entren en conflicto con la ley vigente”.
Y es que, sostiene el teólogo de Friburgo, la sociedad de la que habla Ratzinger no existe o, al menos, “no es de ninguna manera anti-religiosa”, porque las autoridades religiosas ya no son “autoridades culturalmente trascendentes”. “Joseph Ratzinger puede afirmar que en Alemania existe un falso y absurdo humanismo se opone al credo cristiano: recibirá críticas por pare de un país que practica la democracia, no por hostilidad”.
Sobre su condición de Papa emérito, Striet insiste en que los historiadores de la Iglesia afirman con rotundidad que no puede haber dos papas, aunque Ratzinger sí lo admite. “Cabe señalar que no escribe si ha habido un Papa emérito, sino si puede haberlo”, apunta entre signos de admiración.
Finalmente, Ratzinger afirma que las diaconisas y sacerdotisas nunca existieron. “Los historiadores están de acuerdo en esto, pero ¿no pueden existir en el futuro?”. “Imaginemos que nunca ha habido una aceptación moral-teológica de las parejas homosexuales en la historia de la iglesia y que Juan Pablo II ha enseñado una teología del cuerpo que excluye definitivamente el reconocimiento de tales parejas. ¿No puede, sin embargo, tener lugar tal reconocimiento en el futuro? Finalmente, también hay una razón teológicamente creativa para el hecho de que pueda haber el nuevo título y luego probablemente también el nuevo cargo de un Papa emérito”, argumenta el teólogo.
“Personalmente -concluye- creo que Joseph Ratzinger tiene una buena dosis de auto-ironía”, pues “es completamente imposible que él, que se describió a sí mismo como el “simple trabajador de la viña del Señor”, eligiera el título de Papa emérito por razones de vanidad”.
“Honestamente, me es indiferente si Dios considera razonable el oficio de un Papa emérito. Encuentro más urgente la pregunta de qué pasa con aquellos que tienen que vivir diariamente con el miedo existencial desnudo y qué tiene que decir la fe de la oración de Jesús al respecto. O cómo esta fe se relaciona con situaciones ‘problemáticas’ que éticamente ya no son decisivas”.
Fuente Religión Digital
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