Nos ha parecido al Espíritu Santo y a Nosotros. Democracia eclesial
Están todos reunidos: los cuatro líderes en primera fila (Santiago y Pedro a un lado, Pablo y Bernabé al otro), todo el pueblo cristiano en torno a ellos, escuchando para decidir. Ése es el tema de las dos primeras imágenes, el Pentecostés de la democracia cristiana del Espíritu Santo:
— La comunidad entera debate sobre el problema (quiénes forman la verdadera iglesia, cuáles son sus compromisos). Han subido algunos de Antioquía (Pablo y Santiago) y se reúnen en Jerusalén, con Santiago y Pedro, y con todos. Hay un problema, deben resolverlo.
— Los líderes aportan sus argumentos, aduciendo a la Biblia y a la propia experiencia de Jesús , expresando las diversas tendencias y visiones de las iglesias. Sin unos líderes buenos, capaces de defender sus posturas, pero dialogando en medio del pueblo no puede haber decisión cristiana.
— Oran juntos, y deciden todos, líderes y comunidad en su conjunto, pues la palabra y la vida es de todos, de manera que la decisión surge de la búsqueda conjunta, de la oración y la conversación.
— Al fin, todos ellos declaran, diciendo: Nos ha parecido al Espíritu Santo y a Nosotros… Seguirá habiendo problemas: Santiago será siempre Santiago, y Pablo será Pablo… y Pedro deberá asumir su tarea y decir su palabra entre todos… para que al final decida “todo el pueblo” (nosotros…) y no sólo los tres líderes.
Esta es la palabra clave de Pentecostés, según el relato del “primer concilio”, donde Pedro es Pedro por estar junto a otros, en medio de la Iglesia
Pedro es uno de los que hablan y votan, pero a su lado hay otros líderes (Santiago, Pablo…). Tienen ideas y prácticas muy distintas, pero se escuchan unos a otros, de manera que todos (ellos, todo el pueblo…) pueden entender, decidir y asumir el compromiso mutuo, en lo esencial (pues sigue habiendo entre ellos muchas diferencias).
No hay una iglesia jerárquica (no deciden nos por otros), sino una iglesia fraterna, donde dialogan y deciden todos…animados por unos líderes distintos entre sí, pero fraternos…
Sin duda, la iglesia tiene otros problemas vinculadas a su encarnación en el mundo de los pobres y a su apertura misionera a las naciones, como signo y sentido de Pentecostés. Pero sin esta democracia del Espíritu ella pierde su sentido y fundamento.
Por eso es importante volver a este Pentecostés del primer Concilio del Espíritu Santo, el año 49 d. C. Buen día a todos.
Nos ha parecido al Espíritu Santo y a Nosotros… El Espíritu es siempre Nosotros:
Ésta es la democracia del Espíritu Santo, que se expresa allí donde la comunidad reunida
Quiero precisar la función del Espíritu Santo en el conjunto de la Iglesia, a partir de la versión lucana del “concilio” de Jerusalén (Hech 15; cf. Gal 2, 1-10), donde la iglesia acepta como seguidores mesiánicos de Jesús (herederos de las promesas de Israel) a los cristianos de la gentilidad, aunque no sean judíos, ni se circunciden, ni cumplan gran parte de la ley nacional. Por su parte, las iglesias de la gentilidad aceptan la raíz judía de su fe, manteniendo la comunión con Jerusalén.
Este es el centro de Hech y del cristianismo: aquí se anudan y separan los hilos de la vida y ministerio de la iglesia, donde el Espíritu Santo de Pentecostés se revela a través del diálogo y decisión de toda la iglesia que dice: Nos ha parecido al Espíritu Santo y a Nosotros. El Espíritu Santo habla así a través de toda la iglesia, con los apóstoles que dialogan/discuten, llegando a un acuerdo con toda la comunidad que asume y confirma su compromiso, a favor de la extensión universal de la Iglesia.
Tema: La Iglesia de Jerusalén, representada por Apóstoles y Presbíteros (15, 2.4.6.22.23), con todos los creyentes reunidos, decide que los cristianos gentiles no han de ser circuncidados, ratificando la conducta de Pablo y Bernabé, aunque les imponen ciertas condiciones (15, 22-35).
Protagonistas son los delegados de la misión gentil (Pablo y Bernabé), los cristianos fariseos (exigen circuncisión: 15, 5) y algunos mediadores como Pedro y Santiago (cf. 15, 7-21).
La presencia de Pedro, que ha salido de Jerusalén hacia el 43 (cf. Hech 12, 17), está atestiguada por Gal 2, 1-10 y por todo el texto de Hch 15. Pero Pablo y Hech 15 suponen que Pedro no pertenece ya a esa comunidad (presidida por Santiago), sino que actúa como misionero.
En el centro de la iglesia de Jerusalén (representante de todas las iglesias) está Santiago. Pedro y Pablo acuden al “concilio” como misioneros de tendencias distintas, para recibir la aprobación de Jerusalén.
La decisión de admitir a los gentiles en la comunión mesiánica, sin exigir que se circunciden parte de Pablo y en algún sentido de Pedro, pero la ha tomado la iglesia judía, que se sitúa así en una postura delicada ante el resto del pueblo… Leer más…
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