Comentarios desactivados en Pedro Casaldáliga, poeta de la esperanza
El corresponsal de RD en Brasil viaja a la cuna del profeta de la Amazonía
Al encuentro de Pedro Casaldáliga, icono del Cristo Libertador
“Me repite con fuerza en cuanto aprieta mi mano: ‘oración, comunidad y vida por el pueblo'”
Recuerdos de la visita de Luis Miguel Modino a la Prelatura de São Félix do Araguaia
“Una esperanza que le lleva a ser fiel hasta el final a aquello en lo que siempre creyó y esperó”
“La marca del profeta del Araguaia sigue presente y viva en el pueblo”
Pedro Casaldáliga, un legado permanente para la Iglesia y los descartados
El ministro Patrus Ananías dice que “su legado va a ser permanente en la historia de Brasil”
Nos han parecido muy interesante la serie de reportajes acerca de este obispo de l Pueblo, fiel al Evangelio, gastada su vida por los más desfavorecidos, viviendo entre ellos, lejos de palacios episcopales lujosos y fortaleza…
(Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en Brasil).- Todo lo que nos enriquece, aunque suponga un esfuerzo, vale la pena. Recorrer buena parte de este inmenso Brasil durante dos días, utilizando diferentes medios de transporte, para encontrarse con alguien, puede tener cierta dosis de locura. Esta vez el encuentro es con Pedro Casaldáliga, alguien por quien siempre he sentido admiración y respeto, y en el que en muchos momentos me he fijado para intentar hacer realidad hoy el mensaje de Jesús de Nazaret, viviendo la fe en comunidad.
Su compromiso con los más pobres, a través de una vida entregada hasta el extremo, y su forma de entender la Iglesia, a partir de las Comunidades Eclesiales de Base, me llevan a acercarme a él con temor y temblor, pues estoy llegando hasta alguien que considero un icono del Cristo Libertador.
Durante cientos de kilómetros la carretera serpentea entre grandes haciendas, en las que los dueños, movidos por el lucro a cualquier precio, han destruido la un día abundante vegetación para criar ganado y plantar soja, convirtiéndose en los grandes perseguidores de Pedro, al que muchas veces pretendieron matar, expulsar del país, difamar..., pues él se había posicionado del lado de los indígenas, moradores originarios de estas tierras, y de los pequeños agricultores y trabajadores rurales, unos y otros también perseguidos y expulsados.
Una de las paradas es en Riberão Cascalheira, la ciudad donde en 1976 fue asesinado João Bosco Burnier, uno de sus más estrechos colaboradores y donde se encuentra el Santuario de los Mártires de la “Caminhada”, lugar al que cada cinco años llegan de todos los rincones de Brasil quienes participan de la Romería de los Mártires y que en julio de 2016 celebrará una nueva edición.
El camino continúa, ahora por una carretera sin asfalto, propia de esas periferias del mundo en las que Pedro y muchos otros escogieron vivir. Después de horas y horas de autobús el cansancio aprieta, pero la expectativa por llegar hace que se lleve mejor.
Finalmente llego a San Félix, una pequeña ciudad bañada por el río Araguaia, cuyas aguas se deslizan lentamente. Me dirijo a su casa y compruebo lo que ya había escuchado de muchos que antes le habían visitado, es una casa simple hasta el extremo, propia de alguien que cree y vive en una Iglesia pobre y para los pobres, de alguien que encarna a la perfección a esos obispos no príncipes que tanto le gusta al Papa Francisco que estuviesen más presentes en nuestra Iglesia.
La puerta de la casa está abierta, en señal de acogida. Le encuentro rezando junto con la comunidad de agustinos con los que convive y que tan bien le cuidan. Espero en cuanto llega y al verle pasan por mi mente muchas imágenes, como flashes que se disparan, y que me producen una sensación de alegría.
Ahora se desplaza en silla de ruedas, consecuencia de la fractura de fémur que sufrió meses atrás y de la que dice irse recuperando poco a poco. También le acompañan su hermano Parkinson y sus 87 años. Me siento a su lado y conversamos durante un rato, me presento y le digo de donde vengo y lo que me ocupa en el día a día y juntos compartimos experiencias misioneras. Al lado de alguien que recorre estas tierras desde 1968, mis nueve años de misión hacen que me sienta un pipiolo. Al hablar de la misión se me quedan grabadas tres ideas que me repite con fuerza en cuanto aprieta mi mano: “oración, comunidad y vida por el pueblo“.
Estas palabras vienen a reafirmar que quien sostiene la vida del cristiano, que siempre debe ser discípulo misionero, es el propio Dios, a quien en la oración sentimos más próximo y nos muestra el camino a seguir, que siempre debe ser vivido en comunidad y no como entes aislados, un Dios que en los que en Él creemos da la vida por el pueblo.
En el tiempo que estoy con él llega gente constantemente, de todo tipo y condición, lo que muestra el respeto y admiración que muchos le tienen. Una de las visitas le anuncia que esta tarde llegarán para saludarle Gilberto Carvalho, ministro jefe de la Secretaria General de la Presidencia y uno de los hombres fuertes del gobierno Dilma, y Patrus Ananias, ministro de Desenvolvimiento Agrario, lo que muestra que sus puertas están abiertas para todos y que sus sabios consejos orientan a quien acude a él.
Sin duda, Pedro Casaldáliga es alguien que deja traslucir la presencia de ese Dios que continúa haciéndose presente entre los pobres, entre los crucificados, ese Dios que levanta del polvo al desvalido, que siempre está ahí para acompañar nuestras luchas por un mundo mejor para todos.
(Luis M. Modino, corresponsal en Brasil).- Una forma de ser, de vivir, de relacionarse con los pequeños y pobres, con los descartados por una sociedad construida a partir del lucro. Podríamos decir que ese es el principal legado de Pedro Casaldáliga. Estar a su lado lleva a descubrir eso en pocos instantes. Pedro es alguien que sabe acoger desde el primer momento, que recibe a la gente diciendo “esta es nuestra casa, aquí cabemos todos”. Leer más…
Comentarios desactivados en Agua ideal: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro…
Agua ideal
Agua redonda y cerrada,
el agua del pozo piensa.
El agua andante del río
es buena como una arteria.
La del mar… está muy lejos
para la sed de la tierra.
El torrente lleva el agua
sin saber por qué la lleva.
La fuente, en su boca clara,
la lleva como un poeta.
…Yo busco un agua sin cauces,
pero pensativa y buena.
Honda y cercana. Y sonora.
¡Señor, el agua perfecta!
Los dos bueyes hermanos
sorben pausadamente
la sangre del ocaso.
Los plátanos aplaudían
en silencio, con sus manos verdes
y aterciopeladas.
La torrentera embestía
las rocas como una vaca
de lengua turbia.
Y la tarde
se moría desangrada…
En la feria de tus viñas,
los cascabeles dorados
—de miel y de sol—, Septiembre.
Bajo el toldo de tu cielo,
¡dulce domingo del año!
*
Pedro Casaldáliga, Palabra ungida (Poemas), 1955
***
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. ( Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes la manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas. ) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús
– “¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores“?
Él contesto:
“Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.”
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:
– “Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.”
Comentarios desactivados en “Tenemos Pedro-profeta para rato”
Familiares y colaboradores de Casaldáliga, exultantes tras el éxito de la operación.
Su sobrina asegura que “ha respondido muy bien, tanto a la cirugía como al tratamiento de recuperación”
(Jesús Bastante).- “Familiares y colaboradores de Casaldáliga, exultantes tras el éxito de la operación
Tenemos profeta para rato“. Así de contentos se muestran José María Concepción y Maritxu Ayuso, dos de los más estrechos colaboradores de dom Pedro Casaldáliga, después de que el obispo emérito de Sao Félix de Araguaia superara con éxito la operación en la cabeza del fémur a la que fue sometido la pasada semana.
“Ha pasado una semana y nos satisface informaros que todo ha ido muy bien. Que tenemos Pedro – Profeta para rato“, apuntan los dos amigos del obispo claretiano, que confirman que “la fractura fue trocantérea”, con menos riesgo de lo esperado, y que se utilizó la técnica adecuada, teniendo en cuenta la edad (87 años) y el estado de salud del “profeta de la Amazonía”. Él y su “hermano Parkinson” siguen adelante.
El agustino P. Paulo Gabriel, estuvo visitando a Pedro el viernes pasado y “nos comunica que médicamente se está recuperando muy rápido. Ese día tomó baño y ya se levantó de la cama, permaneció en la silla como en casa. El fisioterapeuta y el médico cirujano quedaron admirados de la recuperación“, aseguran Concepción y Ayuso.
Por su parte, Glòria Casaldàliga, la sobrina de Pedro, acompañó al obispo todos estos días, junto con el padre Ivo. “Ha respondido muy bien, tanto a la cirugía como al tratamiento de recuperación“.
Ahora, Casaldáliga permanecerá en el hospital de Ceres, Goiás, al menos durante unos diez días, que se aprovecharán para completar la revisión anual. “Siempre aceptando que su ‘hermano Parkinson’ continuará a su lado provocando los malestares propios, y generando en Pedro una paciencia y aceptación muy altas“, escriben Maritxu Ayuso y José María Concepción, “felices de poderos dar esta grata información”.
Comentarios desactivados en “Tierra Nuestra, Libertad”: “Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron”
“Tierra Nuestra, Libertad”.
Esta es la Tierra nuestra:
¡La libertad,
humanos!
Esta es la Tierra nuestra:
¡La de todos,
hermanos!
La Tierra de los Hombres
que caminan por ella
a pie desnudo y pobre.
Que en ella nacen, de ella,
para crecer con ella,
como troncos de Espíritu y de Carne.
Que se entierran en ella
como siembra
de Ceniza y de Espíritu,
para hacerla fecunda como a una esposa madre.
Que se entregan a ella,
cada día,
y la entregan a Dios y al Universo,
en pensamiento y sudor,
en su alegría
y en su dolor,
con la mirada
y con la azada
y con el verso…
¡Prostitutos creídos
de la Madre común,
sus malnacidos!
¡Malditas sean
las cercas vuestras,
las que os cercan
por dentro,
gordos,
solos,
como cerdos cebados;
cerrando,
con su alambre y sus títulos,
fuera de vuestro amor
a los hermanos!
¡Malditas sean
todas las cercas!
¡Malditas todas las
propiedades privadas
que nos privan
de vivir y de amar!
¡Malditas sean todas las leyes,
amañadas por unas pocas manos
para amparar cercas y bueyes,
hacer la Tierra esclava
y esclavos los humanos!
¡Otra es la Tierra nuestra, hombres todos!
¡La humana Tierra Libre, hermanos!
*
Pedro Casaldáliga
Tierra nuestra, libertad, Editorial Guadalupe, Buenos Aires 1974, 151 pp
***
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
– “¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?”
Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe contestó:
– “Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.”
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
– “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?”
Jesús dijo:
– “Decid a la gente que se siente en el suelo.”
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
– “Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.“
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
– “Éste sí que es el Profeta que tenía que venir la mundo.”
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Yo, pecador y obispo, me confieso de haber llegado a Roma con un bordón agreste; de sorprender el Viento entre las columnatas y de ensayar la quena a las barbas del órgano; de haber llegado a Asís, cercado de amapolas.
Yo, pecador y obispo, me confieso de soñar con la Iglesia vestida solamente de Evangelio y sandalias, de creer en la Iglesia, a pesar de la Iglesia, algunas veces; de creer en el Reino, en todo caso -caminando en Iglesia-.
Yo, pecador y obispo, me confieso de haber visto a Jesús de Nazaret anunciando también la Buena Nueva a los pobres de América Latina; de decirle a María: «¡Comadre nuestra, salve!»; de celebrar la sangre de los que han sido fieles; de andar de romerías…
Yo, pecador y obispo, me confieso de amar a Nicaragua, la niña de la honda. Yo, pecador y obispo, me confieso de abrir cada mañana la ventana del Tiempo; de hablar como un hermano a otro hermano; de no perder el sueño, ni el canto, ni la risa;
de cultivar la flor de la Esperanza entre las llagas del Resucitado.
*
Pedro Casaldáliga, Todavía estas palabras. 1994
*
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió:
– “Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.”
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
¿Cómo dejarTe ser sólo Tú mismo,
sin reducirte, sin manipularte?
¿Cómo, creyendo en Ti, no proclamarte
igual, mayor, mejor que el Cristianismo?
Cosechador de riesgos y de dudas,
debelador de todos los poderes,
Tu carne y Tu verdad en cruz, desnudas,
contradicción y paz, ¡eres quien eres!
Jesús de Nazaret, hijo y hermano,
viviente en Dios y pan en nuestra mano,
camino y compañero de jornada,
Libertador total de nuestras vidas
que vienes, junto al mar, con la alborada,
las brasas y las llagas encendidas.
*
Pedro Casaldáliga. El Tiempo y la Espera. 1986
*
A los que conmigo dicen de rodillas la Palabra,
a cuantos gritan conmigo -quizá contra los que callan, siempre contra los que mienten-,
a los que conmigo emplazan la lenta aurora del Reino,
… todavía estas palabras.
*
Pedro Casaldáliga. Todavía estas palabras. 1994
***
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
– “¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?”
Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía:
– “No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.”
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
Comentarios desactivados en “Una confusión: tenemos Pere para rato”, por Sor Lucía Caram, OP
“Su estado no es terminal”
Un abrazo de vida y esperanza para todos
De su blog Sintonía Cordial:
El día El día 30 de junio a la mañana, después de la oración de la mañana y a la hora de misa, una persona vinculada a la Asociación de Amics del Bisbe Casaldàliga, nos pidió oraciones. Nos informó que el día anterior su familia había hablado con él y que su estado era grave y que se estaba terminando. Lógicamente la comunidad y los que nos acompañan oramos por él de una forma muy especial. El recuerdo en la oración es seguramente la mejor forma de gratitud y comunión.
Esto nos causó una gran tristeza, y a raíz de esta noticia escribí una líneas llenas de agradecimiento y admiración por el Obispo Pere que es mi referente y el de muchos que creemos en el Evangelio del Reino, en la opción preferencial de Jesús por los más pobres.
Luego supe que el estado de Pere no era diferente del de días anteriores, delicado, pero no terminal. Fue un respiro saber que le tenemos entre nosotros, e inmediatamente mi amigo Jesús Bastante publicó en el mismo portal la noticia de esta equivocación, que soy yo quien más lamento por el sufrimiento de las personas que queremos a Pere, pero también el respiro de saber que tenemos Pere para rato.
Contacté con su familia expliqué el episodio y todos se hicieron cargo de lo ocurrido.
A veces pasan esas cosas: la gente lo primero que hace es ir al Monasterio a pedir oraciones, y como orar no es nocivo, seguro que ésta oración y la de todas habrá reconformado más a Pedro, Pere, la roca y el referente de nuestra fe mientras caminamos hacia la Vida, hacia la Resurrección.
Y como diría Pere, un abrazo de esperanza y de vida para todos
***
Este es el artículo al que hace referencia
“Se nos va un Profeta”
Ayer ponía en mi escritorio, tallado a fuego con caracteres de pasión y convicción, aquello que se convirtió en el lema de mi vida y que lo heredé de alguien que lo vivió a tope y se identificó hasta el final con Jesús, el Maestro del Reino, et testigo del amor incondicional de Dios por los más pobres: Pedro Casaldáliga.
“Mi vida son mis causas y mis causas valen más que mi vida”. Y por que sus causas valían más que su vida fue un hombre que fue ganando cada día terreno a la libertad interior. El descubrió que la sangre de Cristo corría por sus venas y se sintió convocado a ser él mismo “pan comido y repartido para sus hermanos”. La Iglesia oficial no le comprendió, y los poderes de este mundo le persiguieron y amenazaron, pero nada ni nadie le pudo hacer claudicar: Su vida ya estaba entregada y era de Dios y de su Pueblo. Y Pedro, que también es piedra, ha sido la piedra de apoyo y fundamento de muchos cristianos y cristianas de bases, de muchos hombres y mujeres de buena voluntad, inquietos por la humanidad, que se acercaron a su pozo para beber del agua del Evangelio que manaba generosa por cada una de sus venas. Un manantial que ahora manará con más fuerza, porque es inagotable porque está unido al mar infinito de Dios que es la VIDA. Ya pronto tu posesión definitiva.
Esta mañana me dicen que Pere, Pedro, Piedra, “mi maestro y referente” este Padre y hermano obispo, que es Evangelio viviente, está apunto de entrar en la Vida, en la Resurrección. Su Pascua es inminente y su paso de liberación es nuestro paso de avanzada en la esperanza de la que se declaró militante: Hoy estandarte.
Se está apagando, para iluminar como un sol infinito, fundido en el fuego del amor que quemó sus entrañas y que le hizo iluminar: El fuego del Espíritu más Santo, el Espíritu de Jesús.
Pere vivirás en tus causas y en el corazón de todos los que bebemos del Evangelio hecho vida en tu vida, como la del Maestro que fue tu vida y tu TODO.
Hoy me siento triste, y un poco más sola. Tus palabras me alientan y sostienen y sólo Dios sabe la fuerza que me dieron tus consejos y las pocas conversaciones que mantuvimos en la distancia, en momentos de persecución, de incomprensión y hasta de injusticia por aquellos que quisieron apartarme de los pobres, porque yo también me había vuelto incómoda. ¡De eso tú, Pedro, sabías un rato!
Guardo con devoción y cariño tu mensaje en la celebración de mis 25 años de vida religiosa cuando me decías: “Querida Lucía, tú sigue fiel a la vocación de la mística en la calle. Para todos debería ser el mundo el claustro. En todo caso desde cualquier lugar podemos y debemos vivir el Misterio. 25 años de tu salida de Argentina y ahora en Manresa, cerquita de mi pueblo. Seguiremos unidos, no hay distancia para la comunión en el Espíritu de Jesús. Recibe un fuerte abrazo y siempre en la Paz de la Esperanza. Pedro Casaldáliga”
Ahora más unidos que nunca en un abrazo de resurrección, haciendo del claustro del mundo el lugar privilegiado para construir el Reino al servicio de los pobres.
En tu último mensaje, el 24 de septiembre del 2014 me decías; Te doy mi total adhesión a la campaña “Todos contra la pobreza infantil”. Los niños, los preferidos, que hoy sufren están en mi corazón. Desde el cielo, arranca para ellos una bendición, que no les falte el pan de cada día, el pan de la educación, de las oportunidades, de la vida digna, de la paz y de la infancia que tienen derecho a vivir.
Pedro, amigo, hermano, me quedo con “tu fraterna y subversiva Eucaristía, que es mi oración de cada día, que me alienta en las horas baja y me renueva el la vida de cada día.
“Mis manos, esas manos y Tus manos. Hacemos este Gesto, compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y en Tu vida. Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
Comiéndote, sabremos ser comida. El vino de sus venas nos provoca. El pan, que ellos no tienen, nos convoca a ser Contigo el pan de cada día.
Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y subversiva Eucaristía.
El vino de sus venas nos provoca. El pan, que ellos no tienen, nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y subversiva Eucaristía.
Pedro Casaldáliga: “Sigo con mi hermano Párkinson”
(Jesús Bastante).- Acompañan a Pedro Casaldáliga desde hace más de 30 años. Durante su marcha temporal de Sao Félix de Araguaia, hace dos años, tras recibir amenazas de muerte, estuvieron a su lado. Son sus ojos y su voz, ahora que el maldito Párkinson avanza, inexorable. José María Concepción y Mari Pepa Raba hablaron esta misma tarde con el profeta de la Amazonía, preocupados tras algunas noticias que hablaban de un importante agravamiento de la enfermedad:“Sigo con mi hermano Párkinson“, les dijo.
“Está contento, cansado pero lúcido”, relata a RD Mari Pepa, después del susto de esta mañana. “Está atendido por tres enfermeras, y nos han tranquilizado. Tendremos que esperar a los homenajes póstumos, por fortuna”, bromea.
“Paz y bien, os quiero ver pronto“, acertó a decir Casaldáliga durante la breve conversación. A sus 88 años, ha vivido con alegría la publicación de “Laudato Si”, donde se resumen muchas de las luchas que han impregnado su vida en la Amazonía: la Tierra, la causa indígena, el respeto de la Creación y el hombre como parte de una naturaleza global.
Otro amigo de Casaldáliga, Eduardo Lallana, uno de los impulsores de la “Misa de la Tierra Sin Males”(con texto del obispo), se encuentra en estos momentos regresando precisamente de Sao Félix, donde estuvo hasta ayer compartiendo vida, y alegría, con don Pedro. “Nos dijo que le notó igual, con dificultades para hablar, como es lógico, pero perfectamente lúcido“, afirma José María.
“La enfermedad irá avanzando, como es lógico, pero para nada hay que pensar que estemos ante los últimos días de Casaldáliga“, culminan José María Concepción y Mari Pepa Raba. “No hay un proceso de término”, afirman, recordando una de las primeras frases que les dirigió el obispo, el amigo, el cristiano: “Los del Primer Mundo, si no trabajáis la solidaridad, no os vais a salvar, pese lo que os pese”.
Se acaba toda playa.
El río entra en la tierra.
La floresta, en el río.
El cielo es como un río boca abajo.
Y es un cauce de verde sumergido
la orilla forestal.
Crecen las alas. Es un mar el río.
El agua baja turbia, roja,
fusilada de lluvia.
“Las aguas superiores, las aguas inferiores”
del Génesis se llevan
el barco en los bandazos.
Leo cosas de Iglesia. Canto y grito,
elemental y loco de esperanza.
Moverse ya es vivir. Crecen las aguas
del Araguaia nuestro:
ha llegado la hora de la “enchente”,
y se puede cortar el lento viaje
entrando rectamente por los canales nuevos…
El barco ruge y marcha solo,
pobre,
libre, débil, seguro.
Y truena el cielo como un vientre grávido
hacia el glorioso parto teilhardiano.
Es Adviento en la misa y en las aguas.
Es Adviento en la tierra de los hombres.
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
– “Vamos a la otra orilla.”
Dejando a la gente, se lo llevaron en la barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
– “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?“
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:
– “¡Silencio, cállate!”
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
– “¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”
Se quedaron espantados y se decían unos a otros:
– “¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”
Comentarios desactivados en Este es mi cuerpo. Esta es mi sangre.
Mi cuerpo es comida
Mis manos, esas manos y Tus manos hacemos este Gesto, compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.
Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. Comiéndote sabremos ser comida,
El vino de sus venas nos provoca. El pan que ellos no tienen nos convoca a ser Contigo el pan de cada día.
Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y subversiva Eucaristía.
*
Pedro Casaldáliga
***
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
– “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
– “Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.“
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:
– “Tomad, esto es mi cuerpo.”
Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo:
– “Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.”
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
Comentarios desactivados en San Romero de América, Pastor y Mártir nuestro
El ángel del Señor anunció en la víspera…
El corazón de El Salvador marcaba
24 de marzo y de agonía.
Tú ofrecías el Pan,
el Cuerpo Vivo
-el triturado cuerpo de tu Pueblo;
Su derramada Sangre victoriosa
-¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacre
que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada!
El ángel del Señor anunció en la víspera,
y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;
como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo.
¡Y se hizo vida nueva
en nuestra vieja Iglesia!
Estamos otra vez en pie de testimonio,
¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!
Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente.
Romero de la Pascua latinoamericana.
Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa.
Como Jesús, por orden del Imperio.
¡Pobre pastor glorioso,
abandonado
por tus propios hermanos de báculo y de Mesa…!
(Las curias no podían entenderte:
ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo).
Tu pobrería sí te acompañaba,
en desespero fiel,
pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.
El Pueblo te hizo santo.
La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.
Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio.
Como un hermano herido por tanta muerte hermana,
tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana!
Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,
con una sola mano consagrada al servicio.
América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini
en la espuma-aureola de sus mares,
en el retablo antiguo de los Andes alertos,
en el dosel airado de todas sus florestas,
en la canción de todos sus caminos,
en el calvario nuevo de todas sus prisiones,
de todas sus trincheras,
de todos sus altares…
¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!
San Romero de América, pastor y mártir nuestro:
¡nadie hará callar tu última homilía!
Comentarios desactivados en San Romero de América, pastor y mártir en defensa de los pobres
¡Alegrémonos! El sábado 23 de mayo tendrá lugar en San Salvador la ceremonia de beatificación de Óscar Arnulfo Romero, que fuera arzobispo de esa ciudad desde 1977 hasta su asesinato, a los 62 años, mientras celebraba la eucaristía, el 24 de marzo de 1980. Su vida y su muerte nos interpelan a los que formamos parte de Redes Cristianas a vivir el cristianismo con coherencia y poniendo en primer lugar a los pobres y a los que sufren por la violencia y la injusticia, y a seguir trabajando por una iglesia cuyas prioridades sean las que tuvo Monseñor Romero, cuya sangre -en un mundo sediento de testimonio- ha sido la mejor “teología narrativa” que podíamos recibir de un obispo:
«Como pastor estoy obligado por mandato divino a dar la vida por quienes amo, que son todos los salvadoreños, aun por aquellos que vayan a asesinarme. Si llegaran a cumplirse las amenazas, desde ya ofrezco a Dios mi sangre por la redención y resurrección de El Salvador.»
Su beatificación, y su eventual canonización posterior, devolverá –como dice su postulador- a los hombres de buena voluntad el legítimo derecho a enarbolar el ideal del amor a los otros hasta el extremo. “Y para los cristianos-católicos, lo hayamos conocido o no, será la expresión personificada del creyente que, con la coherencia de su testimonio y los principios fundamentales de su fe, entendió e hizo suya, con plena conciencia, la opción incondicional por la vida”.
Siguiendo el intrincado protocolo que nuestra Iglesia exige para seleccionar ejemplos existenciales que proponernos, el camino de San Romero de América (tal como lo bautizó Casaldáliga, recogiendo una costumbre popular iniciada el mismo día de su muerte) ha sido largo. En vida, sufrió por sus difíciles relaciones con algunos de sus hermanos obispos. Y, tras su muerte, sólo uno de los miembros de la Conferencia Episcopal Salvadoreña asistió a su funeral. Jon Sobrino nos cuenta que, aún años después, en marzo de 1996, monseñor Revelo (que fue en el pasado obispo auxiliar de Romero, y su gran adversario) le criticó, en un almuerzo con Juan Pablo II, por ser responsable de nada menos que “los 70.000 muertos que se dieron en este país”. Así que no es de extrañar los treinta y cinco años necesarios para llegar aquí. A pesar de que en pocas figuras se produce como en él la aclamación del pueblo sencillo con la que tradicionalmente se elegía a los santos. Y aunque contraste con lo notorios que han resultado, en décadas recientes, algunos procesos de beatificación y canonización desarrollados de forma fulminante, y que obviaron las controversias que ensombrecían a algunos de sus protagonistas. Ha sido, sin duda, decisivo -y muy de agradecer- el impulso dado al proceso por el papa Francisco, que en febrero pasado autorizó la promulgación del decreto para declararlo mártir de la Iglesia… Un obispo asesinado por «odio a la fe». Y, para escándalo de muchos, ¡a manos de otros cristianos!
Óscar Romero fue a lo largo de su vida un notable cristiano, sacerdote y obispo, de talante conservador, que tomó posesión del cargo de arzobispo de San Salvador el 22 de febrero de 1977, en una época particularmente convulsa en su país. El asesinato, unas semanas después, de su íntimo amigo, el jesuita Rutilio Grande, párroco comprometido con las Comunidades Eclesiales de Base y la organización de los campesinos, le llevó a convocar –en contra de la opinión del nuncio apostólico y de otros obispos- una misa única, para mostrar la unidad de su clero. Esta misa, celebrada en la plaza Barrios de San Salvador, fue el inicio de un profundo cambio personal, de una coherente radicalización, y de tres años de “vida pública” que –como a Jesús de Nazaret- le llevaron al martirio.
Monseñor Romero dijo la verdad pública, vigorosa, insistente, larga, repetida y responsablemente, con autoridad, y en fidelidad total al Evangelio. Las palabras de la homilía pronunciada la víspera de su asesinato son memorables:
«En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!»
Treinta y cinco años después, celebramos con el pueblo salvadoreño y con la Iglesia universal, mediante su proclamación como beato, lo que ya Ellacuría dijo en el funeral pronunciado en la UCA pocos días después del asesinato: “con Monseñor Romero, Dios pasó por El Salvador”.
Miles de salvadoreños recuerdan al obispo mártir en murales, estatuas y llaveros
San Romero de América: “Nunca van a callar la voz de un santo”
Todo preparado para la multitudinaria beatificación de este sábado en San Salvador
Monseñor Óscar Arnulfo Romero, símbolo de una Iglesia cercana a los pobres, será beatificado el sábado, aunque los salvadoreños ya lo arropan como un santo al que rezan por un país más justo y lo recuerdan en murales, estatuas y hasta llaveros.
Monseñor Romero será proclamado beato en una multitudinaria ceremonia en la plaza Salvador del Mundo de la capital salvadoreña.
“Monseñor Romero fue un hombre extraordinario, preocupado por su rebaño y es un ejemplo claro al mundo de un pastor que vivió y que sufrió junto a los más pobres”, reseñó monseñor Jesús Delgado, quien fue secretario personal de Romero.
El 23 de marzo de 1980, monseñor Romero en una homilía hizo un vehemente llamamiento a los soldados a desobedecer órdenes de disparar contra el pueblo: “Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, cese la represión“. Un día después del emotivo llamamiento, un francotirador de la extrema derecha le disparo en el pecho cuando oficiaba la misa ante en la capilla del hospital para cancerosos La Divina Providencia, en el norte de la capital.
El 30 de marzo, la multitud que acudió a su funeral fue dispersada a balazos por soldados que dejaron numerosos muertos.
El magnicidio de Romero, fue el detonante de una guerra civil que duró doce años (1980-1992) y dejó 75.000 muertos.
Su vida y la iglesia
Romero nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, un pueblo cafetalero en el departamento de San Miguel, a 156 kilómetros al noreste de San Salvador.
Su vida religiosa comenzó en 1931, cuando ingresó al seminario menor de San Miguel, donde fue conocido como ‘El niño de la flauta’, por el pequeño instrumento de bambú que heredó de su padre.
En 1937, fue aceptado en el seminario mayor San José de la Montaña, en San Salvador, y siete meses más tarde, viajó a estudiar teología en Roma, donde presenció las calamidades de la Segunda Guerra Mundial y fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942.
El 21 de junio de 1970, fue nombrado obispo auxiliar de la capital y, más tarde, obispo de Santiago de María, Usulután, el 15 de octubre de 1974, en momentos que comenzaba la represión contra campesinos organizados.
Conocido entonces por su postura conservadora, Romero fue ungido arzobispo el 23 de febrero de 1977, a sus 59 años.
En marzo de 1977, el asesinato de su amigo el sacerdote Rutilio Grande, junto a dos campesinos, transformó a Romero, quien hizo de la denuncia su bandera. Por las denuncias que transmitía por la radio católica YSAX y el semanario Orientación, Romero llegó a ser conocido como ‘La voz de los sin voz’.
Sencillo y admirado
Muchos salvadoreños lo recuerdan como un hombre sencillo, que disfrutaba de fotografiar escenas de la vida cotidiana. “Era sencillo, le gustaba el contacto directo con la gente. Me dolió su muerte, pues es de los pocos que he conocido que vivió íntegramente el Evangelio”, recuerda el artesano de la madera Fernando Llort, quien conoció personalmente a monseñor Romero. Llort recuerda que Romero visitó varias veces su taller en la ciudad de La Palma, a 86 kilómetros al norte de San Salvador y en una ocasión le pidió que le hiciera un báculo para usar en las misas.
Otros que quizás no lo conocieron en vida visitan a diario la cripta de Romero, en el sótano de la Catedral, donde los fieles se arrodillan, depositan flores, prenden velas y le rezan para pedir mejores tiempos en el país. Uno de tales visitantes, don Guadalupe Navarro, un albañil de 77 años devoto del pastor rememoró: “el día que lo mataron, lloré, perdíamos la esperanza de cambios en el país, pero hoy vemos una luz y esa luz es nuestro San Romero, nunca van a callar la voz de un santo“. Hoy, la imagen de Romero se multiplica en estatuas, murales, camisas, llaveros, y tazas con su rostro que se venden en las calles.
Ante su tumba han desfilado personalidades como el fallecido papa Juan Pablo II en 1983. Años después, en 2011, lo visitó Barack Obama.
Una Comisión de la Verdad creada por la ONU, culpó al fallecido mayor del ejército Roberto d’Aubuisson, fundador de la entonces gobernante Alianza Republicana Nacionalista, de derecha, de ser el responsable de “organizar y supervisar” el asesinato.
La causa para canonizar a Romero se abrió en la Iglesia Católica local en 1994 y en Roma en 1997. En abril de 2013, el papa Francisco desbloqueó el proceso y el 3 de febrero de 2015 firmó el decreto que reconoce a Romero como mártir de la iglesia.
Por su parte, y tal y como informa Radio Vaticana, el coordinador regional de Caritas en América Latina y el Caribe, el padre Francisco Hernández Rojas de Costa Rica explica cómo funciona esta red de Caritas en Latinoamérica compuesta por 22 conferencias episcopales y destaca la importancia de monseñor Óscar Arnulfo Romero quien será beatificado el próximo 23 de mayo en El Salvador. “Caritas América Latina y el Caribe es un órgano de comunión adscrito al Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) dentro del departamento de justicia y solidaridad del CELAM” en los que desarrollan varios ejes de trabajo, como el del medio ambiente, la gestión de los riesgos y las emergencias.
Otro de los ámbitos en los que trabajan es la ‘Dignidad, derechos humanos y construcción de paz’ del cual el padre Francisco Hernández explica que “el punto de partida siempre es la dignidad humana en la misma perspectiva que nos señala el Magisterio social de la Iglesia y desde allí queremos construir una perspectiva de derechos donde todos los seres humanos seamos sujetos de derechos, y también de deberes, y que puedan ser respetados y que podamos ser constructores y sujetos de nuestra propia historia…”.
En esta línea, el sacerdote costarricense señala a Radio Vaticano que “monseñor Óscar Arnulfo Romero es la expresión de la búsqueda de una sociedad justa, fraterna y solidaria como el ‘mínimo de la caridad’ así como nos enseña el Magisterio social de la Iglesia, expresado muy bien, magistralmente, por el Papa Benedicto XVI en -la Encíclica- Caritas in Veritae”. “Monseñor Romero es esa expresión de la entrega en la caridad de una Iglesia que quiere proteger a sus hijos, a sus hijas, que quiere defenderlos, que quiere que todos, cada uno de sus hijos y de sus hijas tengan iguales oportunidades, haya una sociedad equitativa, donde todos puedan encontrar los elementos necesarios para una vida humana tal como lo expresa el documento de Aparecida”.
(RD/Agencias)
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Por otra parte, crece la polémica por la organización de la beatificación de Mons. Romero. Organizaciones romeristas cuestionan el slogan de “Mártir por amor”. También critican que sectores que trabajaron por Romero no estén invitados al acto.
Cecilia Morales/ Antonio Soriano
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Organizaciones como Articulación Nacional de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBES), Tutela Legal María Julia Hernández, Comité Nacional Monseñor Romero, Comunidad Monseñor Romero Cripta, entre otras, alzaron ayer sus voces para cuestionar la organización de los actos de beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, programada para el próximo sábado.
Las organizaciones dicen sentir “temor” porque se desfigure el legado de Romero ahora que es una “marca oficial”. Critican el eslogan “Mártir del amor”. Dicen que puede ser cualquier cosa y que no dice nada del mártir por su pueblo. Recuerdan que el decreto del vaticano dice “por odio a la fe”. Este eslogan, según el colectivo, refleja a un Romero sin compromiso.
“Monseñor dio la vida en defensa de los pobres, de los excluidos, de los marginados, de las víctimas de violaciones de derechos humanos y ahora se lo pueden convertir en un santo totalmente pasivo”, expresó José Roberto Lazo Romero, uno de los miembros del colectivo y exempleado de Tutela Legal del Arzobispado. Lazo también criticó la forma de distribuir las zonas para el acto de beatificación al reservar un espacio para “pobres/campesinos” y no cree que la gente deba asistir al acto como una estadística. “La iglesia jerárquica debe tener más sensibilidad y le va a llevar bastante tiempo asumir este legado, su pensamiento, su pastoral y su opción preferencial por los pobres”.
Por su parte, el presbítero, Simeón Reyes, dijo que respeta la opinión de las organizaciones y lamentó que el acto esté creando divisiones. No obstante, defendió el trabajo que están haciendo las organizaciones del evento. Sobre el jingle de “Mártir por amor” se refiere a que Monseñor fue mártir “por amor a los pobres” o mártir por “amor a la justicia”. “Mártir por amor lo que hace es concentrar todos estos motivos fundamentales por los que Monseñor da la vida, que hayan algunos que no están de acuerdo, bueno lo respetamos”, declaró a Diario El Mundo.
El vocero de la organización rechazó que estén haciendo un uso mediático de Monseñor Romero. “Todo católico debe alegrarse por lo que está sucediendo, un beato, un santo no divide sino que ayuda a estar en más en comunión unos con otros, pueden estar en desacuerdo, pero es que es difícil estar en acuerdo con todos”, reflexionó el padre Reyes sobre las críticas a la ceremonia.
Comentarios desactivados en Rouco presiona a los obispos para que no asistan a la “beatificación política” de monseñor Romero
Desde luego, hay pájaros de mal agüero que no se resignan a “morir matando”…
La ausencia de prelados españoles avergüenza al propio Nuncio del Papa
El único representante oficial de la CEE será el sacerdote José María Gil
(José M. Vidal).- No se resigna a pasar a un segundo plano. El cardenal Rouco Varela mandó tanto y durante tanto tiempo en la Iglesia española que se sigue sintiendo como una especie de “reina madre” del episcopado. Y en calidad de tal, ha llamado personalmente por teléfono a varios prelados españoles, para disuadirlos de asistir a la elevación a los altares del arzobispo salvadoreño, Oscar Arnulfo Romero, por considerar que se trata de “una beatificación política”.
Y las presiones de Rouco han surtido efecto, al menos por ahora. Oficialmente, ni un sólo obispo español estará en la beatificación del Santo de América. La única representación oficial del episcopado la ostentará el secretario general, José María Gil. A no ser que algún prelado se decida a última hora a coger un avión por su cuenta con destino a San Salvador.
En círculos eclesiales se habla de “vergüenza“. Cuentan en esos mismos ámbitos que el propio Nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini, se quedó de piedra al leer esta mañana la nota oficial de la Conferencia episcopal. Y llamó a su presidente, el cardenal Blázquez, para mostrarle su desacuerdo con la decisión.
En los pasillos de la última Plenaria, algunos obispos comentaron su deseo de ir a la beatificación de Romero. Ésos fueron precisamente los que recibieron las llamadas telefónicas del arzobispo emérito de Madrid.
Los demás son conscientes del feo que hace la jerarquía española a la Iglesia salvadoreña y, de rebote, al propio Papa, pero creen que ya es demasiado tarde, para enmendar el error, plantarse ante Rouco y plantearse el viaje de prisa y corriendo, dado que la beatificación es pasado mañana en San Salvador.
Poco tiempo y problemas de agenda han aducido la mayoría de los prelados a los que llamó el Nuncio del Papa, para quejarse. El cardenal Cañizares fue el que se mostró más abierto a la sugerencia de Fratini y hasta podría decidirse asistir al acto.
Pero el ridículo ya está hecho. Porque monseñor Romero es el arzobispo mártir de una Iglesia hermana, vinculada con la española por ser heredera de la fe que allí llevamos, por los misioneros que desde entonces hasta ahora han dejado allí sus vidas. Entre ellos, Rutilio Grande o Ignacio Ellacuría y sus hermanos jesuitas, asesinados por la dictadura militar salvadoreña.
Romero es un mito. Romero es un símbolo. Romero es la antítesis del obispo-príncipe. Romero es un modelo acabado de la Iglesia hospital de campaña, que apuesta por los pobres y da la vida (literalmente) por ellos. Él encarna como nadie esa otra forma de ser Iglesia, enraizada en el Evangelio y en la justicia, que ha estado reprimida y, ahora, de la mano de Francisco, vuelve por sus fueros.
Ante ese icono, el episcopado español se retrata una vez más. Y es que, en la etapa eclesial anterior a Francisco (hace menos de tres años), hablar de Romero, Gutiérrez, Casaldáliga o Helder Cámara era poco menos que nombrar a “herejes”y personajes anti-Iglesia. Ahora, Romero y Cámara van camino de los altares y tanto Casaldáliga como Gutiérrez (y la Teología y la espiritualidad de la Liberación, que representan) han sido rehabilitados por Roma.
Ese giro copernicano es el que no acepta el cardenal Rouco Varela ni el grupito de prelados que todavía lo secunda. Siguen en sus trece, fieles al viejo modelo eclesial y poniendo palos, abierta o camufladamente, en las ruedas del pontificado del Papa Bergoglio. Les parece que se está pasando de rosa al elevar a los altares a los iconos de la ‘progresía’.
Otro grupo de obispos (entre ellos, los que decían en Añastro que querían ir a la beatificación) todavía se dejan condicionar por una llamada del cardenal gallego. Unos porque le deben favores. Otros, porque no se atreven a contradecirle.
Y la gran mayoría de los prelados se deja llevar por la vieja inercia del “no significarse”. Es decir, mantenerse quietos y callados, sin hacer ruido y, por lo tanto, sin subirse decididamente y con ganas al carro de Francisco.
De ahí que esta espantada del episcopado español sea una anécdota con fuerza de categoría. Un episodio con fuerza significativa, que retrata a la perfección la situación actual de la jerarquía española y lo mucho que tendrá que remar el pontificado de Francisco, para que sus reformas y su forma de vivir y predicar el Evangelio llegue a España y cuaje en la jerarquía de su Iglesia.
Victor Codina. El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, recientemente fallecido, escribió el poema Los nadies, verdadera pieza antológica de literatura crítica, accesible en la web, del que transcribimos un fragmento:
Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata.
Este poema, típico de una época en algunos aspectos ya lejana, sigue siendo actual pues su contenido profundo sigue inspirando hoy movimientos sociales, movimientos de indignados, movimientos indígenas, movimientos feministas, de minorías sexuales, de ecologistas e impulsa a los participantes del Foro social mundial a proclamar que otro mundo es posible.
Más aún, los nadies actualizan la tradición bíblica del Éxodo, de los profetas de Israel que denunciaban la injusticia, de las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret, de sus parábolas del buen samaritano, de Lázaro y el rico comilón, y del juicio final en el que Jesús se identifica con los pobres y los constituye jueces de la humanidad.
Y aunque esta tradición bíblica muchas veces fue olvidada y se exhortaba a los nadies a la resignación y se les consolaba con el cielo futuro… siempre se mantuvo en la Iglesia una línea profética que llamaba a los pobres “vicarios de Cristo” y que inspiró a numerosos movimientos religiosos, de mujeres y de hombres, que desde Francisco de Asís a Charles de Foucauld fueron sensibles a los pobres. Los nadies están presentes en la opción de la Iglesia latinoamericana por los pobres y en las teologías liberadoras. Los nadies subyacen en la formulación de Juan XXIII que deseaba que la Iglesia fuese ante todo Iglesia de los pobres, en el sueño del Papa Francisco de una Iglesia pobre y de los pobres y en su revolución de la misericordia y la ternura.
Los nadies hoy son no solo los oprimidos, sino los excluidos, los desechables, las masas sobrantes, son los emigrantes de Lampedusa, las víctimas del terrorismo yihadista, los niños muertos en Siria por armas químicas. Los nadies son aquellos de los que Bartolomé de las Casas decía que Dios siempre tiene memoria de ellos, son los que conmueven el corazón misericordioso del Padre, los que el Espíritu, llamado padre de los pobres, alienta en sus luchas por la vida y por un mundo mejor.
El anciano obispo poeta del Brasil, Pedro Casaldàliga afirma que solo hay dos absolutos, Dios y el hambre, es decir, parafraseado el poema de Eduardo Galeano, Dios y los nadies.
Comentarios desactivados en “La Mística de los ojos abiertos”, por Xavier Melloni s.j.
La mística tiene que ver con el desplegarse de todos los sentidos en una creciente captación y entrega a lo real. Por ello no deja de ser una redundancia hablar de una mística de ojos abiertos, porque una mística que los cerrara y llevara al retraimiento no sería ningún camino verdadero. Pero también es cierto, que comprendemos lo que se desea acentuar cuando así se especifica., porque no todas las místicas tienen la misma orientación.
Johann Baptista Metz presentó precisamente su último libro bajo este título: “Por una Mística de Ojos Abiertos” (Herder, 2013). En esta obra recoge cuanto podía esperarse de una voz que durante décadas ha recordado lo ineludible del compromiso histórico, particularmente con los más desfavorecidos, para quien quiera seguir el camino cristiano. En las últimas décadas son muchos los que han encarnado y siguen encarnando un modo de estar presentes en la realidad política y social nutrida por la mirada interior: Gandhi se entregó a la lucha no violenta por la emancipación de su país y de los descastados; Dag Hanmarskhöld creó una nueva conciencia en la cooperación internacional desde su cargo como Secretario general de las Naciones Unidas; Martin Luther King dio su vida por lograr la igualdad de derechos entre blancos y negros norteamericanos; Ignacio Ellacuría y compañeros cargaron con la responsabilidad de hacer de mediadores en la realidad de Centroamérica; la comunidad trapense de Tibhirine permaneció hasta el final en la tierra islámica apostando por el diálogo interreligioso; Pedro Casaldáliga sigue siendo bardo y profeta en la selva de la Amazonía; Leonardo Boff y todo el grupo brasileño (Frei Betto, etcetc.) siguen inspirándonos con sus mensajes comprometidos con el cuidado de la tierra. Todos ellos son ejemplos visibles de la fecundidad de tener ojos abiertos hacia dentro y hacia afuera al mismo tiempo, poniendo los acentos que a cada cual le tocan vivir.
El reto que se presenta a nuestro tiempo es que la mirada hacia lo interior no se evada de la complejidad de nuestro mundo, así como la mirada hacia lo exterior no suponga un descuido del cultivo de lo interior. Nuestra tendencia hacia uno de los polos hace que tengamos desconfianza y reticencias respecto a los que están decantados por el otro. Acabamos de mencionar algunos de los referentes que ilustran lo fecunda que es una vida cuando está iluminada por esta doble visión.
Por otro lado, hablar de una mística de ojos abiertos en el contexto del centenario del nacimiento de Teresa de Jesús es hablar de ella misma, porque fue una mujer ciertamente despierta. Pero fue despierta porque despertó a algo mayor que sí misma. No bastaba con que tuviera un carácter vivaz, que lo tenía, sino que se le abrió una mirada interior que le permitió ver y vivir de otro modo. La reforma del Carmelo brota de una hondura y apertura que potenciaron lo mejor de su personalidad. La lucidez, libertad y valentía que nacieron de ahí la llevaron a la reforma de su orden religiosa. Cada cual ha de escuchar a qué reforma se le convoca. Colectivamente lo que está en juego es la transformación de una sociedad entera, hacia ese otro mundo posible que se hace real cuando hay suficientes miradas lúcidas y comprometidas para cambiar el estado actual de las cosas.
Cultivar la mirada interior para disponer la mirada exterior.
Antes de referirme a lo que conviene mirar, me gustaría aclarar que el cerrar los ojos de la práctica meditativa es para abrir el ojo interior. El caer de los párpados indica el necesario apartamiento dela inmediatez para poder mirar la realidad desde mayor perspectiva. Es inadecuada la comparación que se hace a veces de Cristo muriendo en la cruz con los ojos y brazos abiertos ante el dolor del mundo y el Buda con los ojos cerrados y meditando como si se quisiese evadir del sufrimiento y del mundo. En verdad, son dos modos de estar presente en y para el mundo: uno solidarizándose con el dolor y clamando junto con los que sufren, mientras que el otro enseña a transformarlo mediante el estado meditativo. El episodio del Éxodo en que Moisés ora desde lo alto con las manos extendidas mientras Josué lucha en el llano (Ex, 17, 8-12) es otra expresión de cómo estos dos modos de estar presentes son necesarios y que es importante saber cuándo es tiempo para cada uno: estar codo a codo en la trinchera y tomar distancia para poder mirar con perspectiva.
Hace algunos años un compañero jesuita que llevaba mucho tiempo en el altiplano boliviano entre los aymaras me comunicó una experiencia que vale la pena transmitir. Una mañana se acercó a uno de los poblados para consultar a un anciano un asunto de importancia. Le dijeron que don Genaro estaba ausente pero que regresaría más tarde. Al cabo de unas horas mi compañero volvió a preguntar por él y le dijeron que todavía no había regresado. Volvió por tercera vez al final del día, y todavía no había regresado. MI compañero preguntó esta vez con impaciencia:
– ¿Se puede saber dónde esta?
Uno de los ancianos que estaba presente le indicó una pequeña figura blanca que estaba en el cerro.
– Ahí esta don Genaro.
– ¿y qué hace?
– Está llenándose de luz.
Difícilmente podría decirse mejor lo que está en juego: llenarse de luz para iluminar con esa luz la realidad que se ve. ¿Qué es lo que ven unos ojos abiertos por la experiencia interior? Perciben presencia donde la mirada ordinaria sólo vive la ausencia y captan la interconexión de todo donde la mirada ordinaria sólo ve fragmentación y caos. En lenguaje clásico, “ve a Dios en todas las cosas y a todas las cosas en Dios”.
Esta fue precisamente una de las experiencias que tuvo Teresa de Jesús al inicio de su conversión. Explica ella misma en su autobiografía: ” Estando una vez en oración, se me presentó en breve, sin ver cosa formada, más fue una representación con toda claridad, cómo se ven en Dios todas las cosas y cómo las tiene todas en sí. Saber escribir esto, yo no lo sé, más quedó muy imprimido en mi alma. Es una de las mercedes que el Señor me ha hecho y de las que más me ha hecho confundir y avergonzar, acordándome de los pecados que he hecho. Creo que si el Señor fuera servido viera esto en otro tiempo y si lo viesen los que le ofenden, que no tendrían corazón y atrevimiento para hacerlo” (Vida, 49,9)
La relación que hace Teresa entre la gracia recibida y la confusión por su pecado no es secundaria. Al haber percibido que Dios está en todo, le confunde que el ser humano pueda ensuciar la sacralidad de lo existente. Si Dios está en todo, todo es sagrado, y estamos llamados a vivir de forma sagrada todos nuestros actos y relaciones. La apertura de los ojos tiene que ver con la capacidad de percibir la sacralidad de lo real, la cual otorga a cada ser un valor infinito.
La interrelacionalidad de todas las dimensiones.
Después de los movimientos pendulares que nos han decantado por un polo a costa de descuidar el otro, el reto del momento actual es que seamos capaces de integrar las diferentes dimensiones de la realidad. Simplificadamente podemos distinguir cuatro ámbitos: el personal, el interrelacional, el político social, y el ecológico. Hemos de aprender a cultivar esta cuádruple dimensión desde la mirada interior para percibir su interdependencia y circularidad. Esta interconexión de todo con todo y de todos con todos ha adquirido hoy escala planetaria, lo cual hace todavía más necesaria una visión profunda para poder abarcar tanta amplitud. Es necesario conjugar las oposiciones y hacerlas fecundas: conjuntar la liberación interior y el cambio de las estructuras, la reconciliación de las relaciones humanas y la reconciliación con la naturaleza, con la convicción de que las cuatro dimensiones crecen a la vez y que ninguna de ellas se puede posponer. Trabajar el conocimiento de uno mismo, fomenta la cultura de la paz para posibilitar la convivencia entre identidades culturales y religiosas, luchar por la igualdad y la justicia, y cuidar de la tierra son aspectos de una misma y única tarea: vivir en estado de apertura, de veracidad y de venerabilidad ante todo lo que existe porque se percibe que emana de una fuente común.
ACERCAMIENTO A LAS CUATRO DIMENSIONES
Decía santa Teresa que tenía por más un minuto de verdadero autoconocimiento que muchas horas de oración. Cuando se abren verdaderamente los ojos, uno se ve en lo que ve. No de un modo narcisista, ya que eso nos impide cualquier ver, ahogados en el propio ensimismamiento. El verse así mismo en lo que se ve permite captar que uno no está separado de lo demás ni de los demás. En este camino integral es necsario darse cuenta de que cuánto más honda es la transformación interior, mayor es la captación de lo exterior. Y es que no vemos la realidad tal como es sino tal como somos. Caundo no somos conscientes de esto, proyectamos sobre los demás los propios conflictos y este mutuo arrojarse los demonios crea mas infierno porque nadie comienza por responsabilizarse de sus asuntos no resueltos. Todos tenemos heridas que nos producen un sufrimiento permanente que, sin saberlo condiciona nuestras reacciones y percepciones sobre los demás los demás. El trabajo sobre uno mismo como condición de posibilidad para actuar sobre el mundo ha sido urgido de muchas maneras, no para posponer el compromiso con el mundo, sino para ser consciente de que ambos cambios caminan juntos en todo momento. Ghandi dijo:” Sé tu el cambio que quieres ver en el mundo”
La comprensión del sufrimiento ajeno.
Cuando este trabajo está presente se tiene mayor claridad de lo que sucede en los demás. Se puede captar el sufrimeinto ajeno porque uno está en contacto con el propio, sin eludirlo ni proyectarlo. Uno de los contemporáneos que mas ha colaborado en esta toma de conciencia es Thich Nhat Hanh, monje budista vietnamita que estuvo comprometido desde la no-violencia en la guerra civil de su pais, tratando de hacer de mediador entre ambos bandos. Ante la fuerza debastadora de la ira, se percato que tras ella había un gran sufrimiento, que al no saberse liberar de otro modo generaba todavía más violencia, la cual provocaba todavía un sufrimiento mayor. De la comprensión surge el perdón y la compasión, entendiendo esta en sentido budista: amor consciente. En tal tradición, sabiduría y compasión van de la misma mano. Son las dos caras del mismo despertar. Cuando se comprende se ama. Sólo podemos amar lo que comprendemos, a la vez que amar nos ayuda a comprender. Tal es la base de la reconciliación y del perdón. Una reconciliación y un perdón no sólo dirigidos a los agresores de la propia biografía, sino también a los agresores de la biografía de la humanidad. Pertenece a la misma llegar a comprender que todos somos verdugos y víctimas, que no hay un nosotros y ellos, sino un único nosotros. Esta percepción no desresponsabiliza a nadie ni justifica nada, sino al contrario, hace más corresponsable.
La comprensión de los procesoso sociales.
Los sistemas económico-políticos son la expresión y el resultado de un determinado estado de consciencia colectivo. El grado de depredación y de vandalismo que legitiman depende del avance o regresión de las pulsiones, de toda una sociedad, incluso de una civilización. Determinadas estructuras legitiman, refuerzan tales pulsiones o las contienen y son capaces de canalizarlas hasta llegar a transformarlas. La actuación individual se inserta en un complejo sistema que refuerza o atenúa las desigualdades sociales. Captar la interrlación intrínseca entre el estado interior, la acción local, y la repercusión global requiere gran capacidad de análisis, de información y de ecuanimidad tanto mental como emocional. La glocalidad es una visión nueva de las cosas que incluye también la perspectiva temporal, es decir, las actuaciones de efectos inmediatos y a largo plazo. La mirada depredadora, en cambio, es fragmentaria e inmediata. Estrecha la franja del tiempo, pierde la memoria y olvida el relevo generacional.
El respeto y la gratitud por las cosas
Todo lo que nos rodea es don de la tierra pero nos comportamos como depredadores incapaces de darnos cuenta de las consecuencias de nuestra compulsión. El daño al planeta y a los que viven junto a los lugares que codiciamos es un mismo y único daño que nos estamos infigiendo todos.. Una mísitca de los ojos abiertos tiene que darse cuenta de los efectos de nuestra codicia y del complejo recorrido de los productos que utilizamos despreocupadamente cada día. Ya no podemos ignorar que los 100-150 gramos de cada móvil generan 80Kg de mochila ecológica, además del trastorno que causa a los países africanos la extracción del coltán necesario para nuestros aparatos. El respeto por las cosas es inseparable de las personas que están junto a ellas y tras ellas. Capatr esta relación forma parte de una mirada integrada, iluminada y absolutamente necesaria. Todo ello ha de llevar a un cambio de vida. “Tener menos, para tenerse más” Dejó dicho Facundo Cabral. O como se está difundiendo entre ciertos movimientos alternativos: “Menos es mas”. Dar este giro es todavía un gran avance civilizatorio que todavía es contracultural. Saber ver es saber agradecer. Sólo una mirada agradecida es capaz de darse cuenta del don de cada cosa, de cada objeto que llega a nuestras manos, lo cual lleva al mismo tiempo a restituír lo que tomamos a aquellos a los que les pertenece.
Todo ello son sólo atisbos de un mirar capaz de captar el todo en la parte y la parte en el todo. Si bien la m´sitica había sido en el pasado un cima, hoy urge que se convierta en un punto de partida, en un modo de vivir que lleve a ver a Dios en todas las cosas y todas las cosas en Dios. Dios significa aquí ese Fondo de lo real que es inseparable de las mismas cosas y que al percibirse inseparablemente en ellas, transforma nuestra forma de relacionarnos y de comportarnos con todo. Disponemos del legado de las tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad para adiestranos en ello. Tradiciones que también ellas están llamadas a mirarse y venerarse mutuamente con la luz que se recibe de una mirada abierta sobre la realidad.
Comentarios desactivados en “Carisma y carismáticos: ¿qué energía es esa?”, por Leonardo Boff, teólogo
Leído en la página web de Redes Cristianas
Carisma, carma, Crishna, Cristo, crisma y caritas poseen la misma raíz sánscrita kri o kir. Significa la energía cósmica que acrisola y vitaliza, penetra y rejuvenece todo, fuerza que atrae y fascina los espíritus. La persona no posee un carisma, es poseída por él. La persona, sin ningún mérito personal, se ve tomada por una fuerza que irradia sobre otras, haciendo que queden estupefactas: si están hablando, se callan; si están entretenidas en alguna cosa, pasan a prestar atención a la persona carismática. El carisma es algo sorprendente. Está en los seres humanos, pero no viene de ellos. Viene de algo más alto y superior. Nietzsche cuenta que cuando paseaba por los Alpes se sentía poseído por una fuerza que le hacía escribir. Era otro que se servía de él. Tomaba su cuaderno y en él escribía lo mejor de sus intuiciones.
Los antropólogos introdujeron una palabra sacada de la cultura de Melanesia: mana. La personalidad-mana irradia un poder extraordinario e irresistible que, sin violencia, se impone a los demás. Atrae, entusiasma, fascina, arrastra. Es el equivalente de carisma en nuestra tradición occidental.
¿Quiénes son los carismáticos? En el fondo, todos. A nadie le es negada esa fuerza cósmica de presencia y de atracción. Todos cargamos con algo de las estrellas de donde venimos. La vida de cada persona está llamada a brillar, según dice un cantor, a ser carismática de una u otra forma. Bien decía José Martí, pensador cubano de los más agudos de América Latina: hay seres humanos que son como las estrellas, generan su propia luz, mientras otros reflejan el brillo que reciben de ellas. Algunos son sol, otros, luna. Nadie está fuera de la luz, propia o reflejada. En fin, estamos todos en la luz para brillar.
Pero hay carismáticos y carismáticos. Hay algunos en los cuales esta fuerza de irradiación implosiona y explosiona. Son como una luz que se enciende en la noche. Atraen todas las miradas me valen las dos. Se podía hacer desfilar a todos los obispos y cardenales delante de los fieles reunidos, podía haber figuras impresionantes en inteligencia, capacidad de administración y celo apostólico, pero todas las miradas se fijaban en Dom Hélder Câmara cuando todavía estaba entre nosotros, portador eminente de carisma. Su figura era insignificante. Parecía el siervo sufriente sin belleza ni adorno. Pero de él salía una fuerza de ternura que unida al vigor de su palabra se imponía suavemente a todos.
Muchos pueden hablar, y hay buenos oradores que atraen la atención. Pero dejen hablar al obispo emérito de São Félix do Araguaia. Su voz es ronca y a veces casi desaparece. Pero en ella hay tanta fuerza y tanto convencimiento que la gente queda boquiabierta. Es la irrupción del carisma que hace que un obispo frágil y débil parezca un gigante. Hoy sin casi poder hablar a causa de un fuerte Parkinson, sus escritos y poemas tienen la fuerza del fuego. Es un eximio poeta.
Hay políticos hábiles y grandes administradores. La mayoría maneja el verbo con maestría. Pero hagan subir a Lula en la tribuna delante de las multitudes. Empieza hablando bajo, asume un tono narrativo, va buscando el mejor camino para comunicarse. Y lentamente adquiere fuerza, irrumpen conexiones sorprendentes, la argumentación adquiere su armazón adecuada, el volumen de voz alcanza altura, los ojos se incendian, los gestos modulan el habla, en un momento dado todo el cuerpo es comunicación, argumentación y comunión con la multitud que de bulliciosa pasa a silenciosa y de silenciosa a petrificada, para, en el punto culminante, irrumpir en gritos de aplauso y entusiasmo. Es el carisma haciendo irrupción. Poco importa la opinión que podamos tener de sus ocho años de gobierno. En él no se puede negar la presencia del carisma.
No sin razón Max Weber, estudioso del poder carismático, lo llama «estado naciente». El carisma parece que hace nacer, cada vez que irrumpe, la creación del mundo en la persona carismática o personalidad-mana. La función de los carismáticos es la de ser parteros del carisma latente dentro de las personas. Su misión no es la de dominarlas con su brillo, ni seducirlas para que los sigan ciegamente, sino despertarlas del letargo de lo cotidiano. Y, despiertos, descubrir que lo cotidiano guarda en su interior secretos, novedades, energías ocultas que siempre pueden despertar y dar un nuevo sentido de brillo a la vida, a nuestro corto paso por este universo.
Que cada cual descubra la estrella que dejó su luz y su rastro dentro de él. Y si fuera fiel a la luz, brillará y otros lo percibirán con entusiasmo.
Voces. Benjamín Forcano. [Cuarto poder]No me interesaría la Teología de la Liberación si no fuera por tres razones: primera, porque hubo muchísima gente que, sin informarse, desconfiaron de ella y la condenaron siguiendo el dictamen de la jerarquía eclesiástica; segunda, porque esa gente no llegó a conocer la novedad de la Teología de la Liberación y lo que supuso de represión y sufrimiento para muchos teólogos; y tercera, porque sin ella se privó a la Iglesia de un nuevo modo de anunciar el Evangelio, que le hizo perder credibilidad y la distanció aún más del mundo moderno.
Nunca en la historia de la Iglesia se suscitó tanta preocupación sobre un tema que, a primera vista, parecía irrelevante. Algo inesperado saltó a la sociedad con la Teología de la Liberación, pues puso en alarma a los centros más sensibles del Poder civil y religioso. Estamos en los años posteriores al concilio Vaticano II y al primer Encuentro del Episcopado Latinoamericano en Medellín año 1968, y ya pudimos leer: “Si la Iglesia latinoamericana cumple los acuerdos de Medellín , los intereses de Estados Unidos están en peligro en América latina” (Rockefeller). “La política exterior de Estados Unidos debe comenzar a enfrentar (y no simplemente a reaccionar con posterioridad) la Teología de la Liberación tal como es utilizada en América latina por el clero de la Teología de la Liberación” (Documento de Santa Fe, siendo presidente Reagan).
Vieja novedad de la Teología de la Liberación: recuperar a Jesús
La Teología de la Liberación traía a primer plano la vida de Jesús de Nazaret, con todo el escenario sociocultural y político de su tiempo. Era imposible comprender al Jesús de la fe, al Jesús resucitado, si se lo desposeía de su condición humana histórica. La suerte de Jesús, su calvario y crucifixión, no habían sido efecto del azar, del fatalismo o de la voluntad divina, sino del hecho de haber vivido una opción radical por la verdad, por la justicia y por la liberación de los oprimidos. Su proyecto, –el anuncio del reino de Dios–, era incompatible con el proyecto imperial romano y con el proyecto religioso de Jerusalén. Y por ello ambos –imperio y sinagoga- se unirían para eliminar a Jesús y su proyecto.
La Teología de la Liberación no buscaba sino aplicar a nuestro tiempo lo que Jesús hizo en el suyo: denunciar la opresión que, en nombre del emperador y de Dios, se sigue ejerciendo sobre las personas y los pueblos. Era, así, la Teología de la Liberación una teología nueva, que reivindicaba la dignidad y derechos de toda persona, sacudía la alianza de la religión con el poder dominante, devolvía dignidad y esperanza a los despreciados y excluidos, soliviantaba a quienes veían en ella una amenaza para su seguridad e intereses y todo ello porque bebía de la fuente del Evangelio.
Sonaron falsas las alarmas, pero fue calumniada y perseguida
Comenzando por el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez (iniciador y llamado “padre” de la teología de la liberación) han sido luego centenares los teólogos que la cultivaron y defendieron, miles los libros y artículos que sobre ella se han escrito, miles las iniciativas y actividades pastorales que en ella se han inspirado, miles las comunidades de base que en ella se han fraguado y miles y aun millones los cristianos (políticos, sindicalistas, maestros, catequistas, sacerdotes, religiosos y religiosas, etc.) que la generaron y recibieron de ella luz y fuerza para su caminar comprometido.
Pero surgieron pronto las alarmas que la señalaban como heterodoxa y reclamaban para ella controles y sanciones. Había grupos eclesiales donde mencionar la Teología de la Liberación era tabú. Aún recuerdo el comentario que un amigo hacía de otra persona al enterarse que un teólogo iba a hablar de este tema, – Es la peste, dijo. Y ayudé a una joven que, interesada por el tema, escuchó de su directora estas palabras: – ¡Pero si los teólogos de la liberación son como los masones dentro de la Iglesia!
Y los prejuicios y la hostilidad se hicieron irreversibles después que el mismo cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, expresara que los grandes males de la Iglesia actual se deben sobre todo al pos concilio, pero también al Concilio mismo. Y, refiriéndose a la Teología de la liberación, sentenció ver en ella “un error sobre un núcleo de verdad”, elaborada por teólogos que “han hecho propia la opción fundamental marxista” y que “se ha dejado sugestionar por el punto de vista inmanentista, meramente terrenal, de los programas de liberación secularizados”.
Ratzinger fue recibiendo contestación adecuada a sus infundadas afirmaciones. Cito por lúcida y contundente la dada por el obispo Pedro Casaldáliga: “Siempre lo hemos dicho, la Teología de la Liberación es teología y es de liberación no porque optó por Marx sino por el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su Reino y sus pobres. Nuestro Dios quiere la liberación de toda esclavitud. La situación de los 2/3 de la humanidad es contraria a la voluntad de Dios y la Teología de la Liberación asume el compromiso de transformar esa situación. Sólo a los enemigos del pueblo irrita la Teología de la Liberación. Y por eso la han calumniado y la han perseguido”.
Se entenderá fácilmente que, a partir de esta posición oficial, fueran creciendo las falsedades sobre la Teología de la Liberación y sus teólogos:
– Los teólogos de la liberación hacen suya la filosofía marxista.
– Reducen el Cristo del Evangelio al Cristo de la “sola liberación temporal”.
– La Buena Noticia del Evangelio es sólo para los pobres, pero entendidos “como una opción de clase” y según criterios puramente políticos e ideológicos y con sentimientos de odio y lucha entre hermanos.
– Presentan una “iglesia popular” en contra de “una iglesia burguesa” reintroduciendo de esta manera los conflictos de clase en el interior mismo de la Iglesia.
– Se someten a ideologías extrañas y olvida la “doctrina social de la Iglesia” por considerarla inviable.
Estas calumnias, que no se encuentran en ningún teólogo de la liberación, fueron difundidas desde muchas plataformas de la Iglesia oficial.
La novedad de la teología de Liberación
Es ahora cuando, después de lo mucho que se la difamó, considero esencial señalar lo más básico de la Teología de la Liberación.
– La Teología de la Liberación surge de las necesidades de un mundo mayoritariamente pobre y oprimido y al que quiere liberar desde la fe. Incluye negativamente una liberación del pecado, de la esclavitud y de la muerte y positivamente una liberación centrada en el Reino de Dios, en la creación de un hombre nuevo y en la consumación de la historia. Liberar es la finalidad última de la teología de la Liberación, con lo que deslegitima el ataque que la Ilustración siempre lanzó contra la teología de ser esclavizadora de la subjetividad y libertad humanas y legitimadora de la opresión histórica. La Teología de la Liberación se mueve sobre la necesidad absoluta de liberar a la realidad oprimida, a los pueblos que mueren lentamente o son crucificados, a las personas y pueblos que son oprimidos. Y tiene como destinatario a esa gran mayoría en cuanto no-hombres y en cuanto no-pueblos.
– La Teología de la Liberación hace hincapié en la liberación del otro y de lo otro, a diferencia de la teología europea que se centra en el propio sujeto creyente; habla del Reino de Dios como referente y medida de la transformación que hay que realizar en este mundo y afirma además que tal Reino es para implantarlo ya en este mundo y lograr así que la vida de los pobres llegue a ser realidad.
– La Teología de la Liberación tiene como fuente de conocimiento la revelación de Dios en la Escritura, la Tradición eclesial y el Magisterio de la Iglesia. Pero, también y previo a la revelación de Dios en los textos, existe la real revelación de Dios en la historia, del pasado y del presente. Dios sigue manifestándose en los llamados signos de los tiempos: “La miseria colectiva que clama al cielo y el anhelo de liberación de todas la esclavitudes”, fue sancionado por el Episcopado Latinoamericano (Medellín 1968) como uno de esos signos.
– En esta línea, la revelación de Dios se halla sobre todo en la respuesta que los fieles, con su praxis , dan a esa revelación a través del seguimiento de Jesús, de la misericordia, la defensa de la vida, etc. Hacer todo esto, “Significa asumir dentro del conocimiento la dialéctica del mismo Dios en cuanto encarnado en la historia, privilegiadamente en Jesucristo; significa que Dios no es puramente alteridad trascendente con respeto a la historia sino que se da él mismo a la historia” (J. Sobrino).
• La Teología de la Liberación no se contenta con que la inteligencia se reduzca a la captación del sentido del ser: “La inteligencia en este quehacer teológico tienen una triple dimensión: el hacerse cargo de la realidad, el cargar con la realidad y el encargarse de la realidad” (Ignacio Ellacuría).
Conocer es estar en la verdad de las cosas y para estar en la verdad de las cosas hay que encarnarse en la verdad de la realidad, dejar que hable y dejarse afectar por ella, lo cual lleva a utilizar los conocimientos necesarios: científicos, filosóficos, ético-sociales, etc.
Pero, y además, encarnarse en la realidad es encarnarse en el mundo de los pobres, lo que exige ser parcial. Y si es cierto que ningún lugar parcial es la totalidad, cada vez se demuestra con mayor claridad que desde los pobres, desde el Tercer Mundo, se conoce mejor la totalidad que desde su contrario: “Desde el Tercer Mundo se conoce la verdad de éste y se descubre mejor la verdad del primero; lo cual no acaece a la inversa” (J. Sobrino). Convéncete, me decía Casáldaliga en una entrevista: “Sólo en la medida en que el Primer Mundo deje de ser Primer Mundo podrá ayudar al Tercer Mundo. Para mí esto es dogma de fe. Si el Primer Mundo no se suicida como Primer Mundo, no puede existir “humanamente” el Tercer Mundo. Mientras haya un Primer Mundo habrá privilegio, exclusión, dominación, lujo y marginación. Si vosotros en el Primer Mundo no resolvéis ser un Mundo humano, nosotros no podemos serlo”.
– La Teología de la Liberación confiere un determinado talante a quienes se guían por ella y no debiera faltar en ningún otro tipo de teología. Este tipo de teología está siempre dispuesta a verificar si se hace con fidelidad a lo revelado por Dios y si produce en el pueblo de Dios lucidez y ánimo para la construcción de su Reino. Si una teología produce desinterés por el Evangelio y se hace incomprensible a las mayorías debe cambiar. Nunca un método del quehacer teológico puede absolutizarse, sino que debe estar abierto al cambio.
La Teología de la Liberación debe ser servicio para la liberación histórica y transcendente, y esto le hace convertirse en práctica de amor, como debe serlo todo quehacer cristiano. La teología debe ser compasiva y desde la compasión descubrir las causas que a tantos empobrecen y los hace sufrir, y buscar creativamente soluciones, por lo que, introducida en los conflictos de la historia, se enfrentará a las falsas divinidades y difícilmente podrá escapar a la persecución de los poderes de este mundo.
Esta teología debe hacerse dentro del pueblo de Dios, en relación y solidaridad con todos sus estamentos, de él recibirá ayuda y con él, y en medio de él, podrá responder a los problemas reales. Si la Iglesia es Pueblo de Dios y es una Iglesia de los pobres debe ejercer su responsabilidad en medio de ella.
La teología de la Liberación, poseída por el espíritu de las Bienaventuranzas, será profundamente espiritual, misericordiosa, limpia de corazón, creativa, motivadora de oración, de confianza y disponibilidad, hasta adentrarse en el misterio de Dios.
Y, finalmente, junto al rigor de su método, avanza con esos ojos nuevos, que recibe del compartir con los pobres. Sólo así puede tocar lo más sagrado que es experimentar a Dios, su Reino y a Jesús como buenos, buenos para el hombre y la historia, buenos porque humanizan y salvan, buenos sobre todo para los pobres y su liberación.
La Teología de la Liberación de la Periferia, contra la Teología del Centro.
Se había establecido un Orden socioeconómico y político mundial de acuerdo a las leyes del más fuerte, consagrado éticamente y bendecido por la voluntad de Dios. De esa manera, ese Orden quedaba consolidado en países tradicionalmente cristianos y obtenía legitimidad de la teología oficial. Cualquier intento de cambio era considerado sacrílego.
Externamente los centros financieros y políticos no dudaban en apropiarse de esta Teología que en nada los cuestionaba, fomentaba la resignación y mostraba las desigualdades sociales y los males como pruebas mandadas por Dios para santificarse y acumular méritos para el cielo. Una teología ésta, indiferente, que enaltecía la gloria de Dios y, a la par, justificaba la conculcación de los derechos humanos y en especial de los más pobres.
En 1984, 32 teólogos de la revista europea Concilium, escribieron: “La Teología de la Liberación busca afrontar el problema de los oprimidos a la luz de la fe y promover su liberación integral. Sabemos que existen grupos integristas o neoconservadores que al rechazar un cambio social y pregonar una religión que pretende ser apolítica, luchan contra los movimientos de liberación y defienden una línea que es, de hecho, una ofensa contra los pobres y oprimidos. Un signo de fecundidad del Evangelio es hoy el hecho de que el mensaje cristiano sea vivido en contextos diferentes y de diversas maneras. Nuestra revista Concilium se manifiesta solidaria con los teólogos de la liberación no sólo en cuanto a su pensamiento teológico sino en cuanto a sus compromisos concretos. Creemos que en los movimientos y teólogos de la liberación se decide de alguna manera el futuro de la Iglesia, la llegada del Reino de Dios y el juicio de Dios sobre el mundo”.
En el mismo año 1984, 40 teólogos españoles de la Asociación Juan XXIII escribían: “Compartimos con los teólogos de la liberación la tarea de elaborar en la “óptica del pobre” una reflexión cristiana rigurosa, una espiritualidad del seguimiento de Jesús , una Iglesia comunitaria y una acción pastoral solidaria con los desheredados de la tierra en el interior de un pluralismo de opciones que no rompe con la comunión eclesial”.
Por supuesto, de estos movimientos de liberación y de sus comunidades de base surgía un nuevo impulso de reforma y una nueva teología que ponía en cuestión el quehacer teológico tradicional. “La teología que se forma dentro de este impulso y que los sustenta no se presenta en contra de la autoridad de la Iglesia, sino bajo la autoridad del Espíritu… En el seguimiento al Hijo del Hombre, aquellos que han vivido hasta ahora “como si fueran hijos de nadie” se convierten en sujetos en el resplandor de Dios” (Johann Baptist Metz).
El ensimismamiento de la Iglesia en sí misma, acompañado de una teología indiferente ante el dolor y esclavitud de mayorías, desarrollaba continuas y pomposas ceremonias religiosas, orientadas a asegurar el negocio de la propia salvación; enarbolaba preceptos, doctrinas, leyes y dogmas que se habían de saber de memoria; promovía rezos y misas interminables, pero todo a la postre quedaba como obras piadosas, sin plantear para nada lo que la vida de Jesús pedía denunciar y hacer en cada lugar y momento de la sociedad.
Esperamos que cuantos por ignorancia u otras causas abominaron de la teología de la liberación, se abran a ella y se dejen convertir como lo hizo el actual Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, Gerhard Müller: “La teología de la liberación está unida para mí al rostro de Gustavo Gutiérrez, a su enseñanza y al encuentro vivo con los pobres; con él experimenté un giro decisivo en mi enfoque teológico. El nos enseñó que aquí se trata de teología y no de política, de un programa práctico y teórico que pretende comprender el mundo, la historia y la sociedad y transformarlos a la luz de la propia revelación sobrenatural de Dios como salvador y liberador del Hombre. La teología de Gustavo Gutiérrez, independiente del ángulo desde el que se mire, es ortodoxa porque es ortopráctica y nos enseña el adecuado actuar cristiano porque procede de la verdadera fe”.
Comentarios desactivados en “Hay que nacer de nuevo, hermanos Nicodemos”: Casaldáliga felicita las Navidades
“De esperanza en esperanza, de pesebre en pesebre, todavía hay Navidad”
“Con los pobres de la tierra, confesamos que Él nos ha amado hasta el extremo de entregarnos su propio Hijo”
Sube a nacer conmigo,
dice el poeta Neruda.
Baja a nacer conmigo,
dice el Dios de Jesús.
Hay que nacer de nuevo,
hermanos Nicodemos
y hay que nacer subiendo desde abajo.
De esperanza en esperanza,
de pesebre en pesebre,
todavía hay Navidad.
Desconcertados por el viento del desierto
que no sabemos de donde viene
ni adonde va.
Encharcados en sangre y en codicia,
prohibidos de vivir
con dignidad,
sólo este Niño puede salvarnos.
De esperanza en esperanza,
de pesebre en pesebre,
de Navidad en Navidad.
Siempre de noche
naciendo de nuevo,
Nicodemos.
“Desde las periferias existenciales;”
con la fe de Maria
y los silencios de José
y todo el Misterio del Niño,
hay Navidad.
Con los pobres de la tierra,
confesamos
que Él nos ha amado hasta el extremo
de entregarnos su propio Hijo,
hecho Dios venido a menos,
en una Kenosis total.
Y es Navidad.
Y es Tiempo Nuevo.
Y la consigna es
que todo es Gracia,
todo es Pascua,
todo es Reino.
Comentarios desactivados en Santa María de nuestra Liberación
María de Nazaret, esposa prematura de José el carpintero,
aldeana de una colonia siempre sospechosa,
campesina anónima de un valle del Pirineo,
rezadora sobresaltada de la Lituania prohibida, indiecita masacrado de El Quiché,
favelada de Río de Janeiro,
negra segregada en el Apartheid,
harijan de la India,
gitanilla del mundo;
obrera sin cualificación, madre soltera, monjita de clausura;
niña, novia, madre, viuda, mujer.
Cantadora de la Gracia que se ofrece a los pequeños,
porque sólo los pequeños saben acogerla;
profetisa de la Liberación que solamente los pobres conquistan,
porque sólo los pobres pueden ser libres:
queremos crecer como tú,
queremos orar contigo,
queremos cantar tu mismo Magníficat.
Enséñanos a leer la Biblia -leyendo a Dios-
como tu corazón la sabía leer,
más allá de la rutina de las sinagogas
y a pesar de la hipocresía de los fariseos.
Enséñanos a leer la Historia
-leyendo a Dios, leyendo al hombre-
como la intuía tu fe,
bajo el bochorno de Israel oprimido,
frente a los alardes del Imperio Romano.
Enséñanos a leer la Vida
-leyendo a Dios, leyéndonos-
como la iban descubriendo tus ojos, tus manos, tus dolores, tu esperanza.
Enséñanos aquel Jesús verdadero,
carne de tu vientre, raza de tu pueblo, Verbo de tu Dios;
más nuestro que tuyo, más del pueblo que de casa,
más del mundo que de Israel, más del Reino que de la Iglesia.
Aquel Jesús que, por el Reino del Padre, se arrancó de tus brazos de madre
y se entregó a la muchedumbre,
solo y compasivo, poderoso y servidor, amado y traicionado,
fiel ante los sueños del Pueblo,
fiel contra los intereses del Templo,
fiel bajo las lanzas del Pretorio,
fiel hasta la soledad de la muerte
Enséñanos a llevar ese Jesús verdadero
por los callados caminos del día a día,
en la montaña exultante de las celebraciones,
junto a la prima Isabel,
y a la faz de nuestros pueblos abatidos que, a pesar de todo, Lo esperan.
María nuestra del Magníficat,
queremos cantar contigo,
¡María de nuestra Liberación!
Contigo proclamamos la grandeza del Señor, que es el único grande,
y en ti nos alegramos contigo, porque, a pesar de todo, Él nos salva.
Contigo cantamos, María, exultantes de gratuidad,
porque Él se fija en los insignificantes;
porque su poder se derrama sobre nosotros en forma de amor;
porque Él es siempre fiel,
igual en nuestras diversidades,
único para nuestra comunión,
de siglo en siglo, de cultura en cultura, de persona en persona;
porque su brazo interviene históricamente
-por intermedio de nuestros brazos, inseguros pero libres-
y porque un día intervendrá, definitivamente Él;
porque es Él quien desbarata los proyectos de las transnacionales
y sostiene la fe de los pequeños
que se organizan para sobrevivir humanamente;
porque vacía de lucros los cofres de los capitalistas
y abre espacios comunitarios
para el plantío, la educación y la fiesta
en favor de los desheredados;
porque derriba de su trono a todos los dictadores
y sostiene la marcha de los oprimidos
que rompen estructuras en busca de la Liberación;
porque sabe personar a su sierva, la Iglesia,
siempre infiel creyéndose señora,
siempre amada escogida, sin embargo,
por causa de la Alianza que El hizo un día con la sangre de Jesús.
María de Nazaret, cantadora del Magníficat, servidora de Isabel:
¡quédate también con nosotros, que está por llegar el Reino!;
quédate con nosotros, María,
con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia;
quédate con nosotros,
con el Verbo que iba creciendo en ti,
humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo,
nuestro Hermano,
Jesús.
Comentarios desactivados en La Asociación de Teólogos “Juan XXIII” reivindica “el respeto a la laicidad y la denuncia del neoliberalismo”
“Si la reforma de la Iglesia se hace de espaldas a los marginados, estará siendo infiel a sus orígenes y a los pobres”
“Dicha Reforma requiere la práctica de la democracia, el reconocimiento y ejercicio de los derechos humanos, entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, así como el gobierno sinodal”
Condena el terrorismo del Estado Islámico, la masacre de Israel en Gaza, y la violencia contra los cristianos
(Jesús Bastante).- “Si la Reforma de la Iglesia no se lleva a cabo, ella misma se estará haciendo el harakiri, y no podrá responsabilizar a otros de su crisis y gradual pérdida de credibilidad. Si se hace de espaldas a los marginados, estará siendo infiel a sus orígenes y a los pobres. Si no es paritaria, inclusiva, intercultural e interreligiosa se alejará del movimiento de Jesús”. Estas son las claves del cambio en la Iglesia, según la Asociación de Teólogos y Teólogas “Juan XXIII”, que este fin de semana celebró en Madrid su XXXIV congreso, centrado en la reforma de la Iglesia sobre la opción por los pobres.
En su declaración final, los teólogos progresistas -que este año han contado con el apoyo visible de tres obispos: Joan Godayol, Pedro Casaldáliga y Santiago Agrelo– constatan que “Jesús puso en marcha una comunidad de iguales, un movimiento de hombres y de mujeres, que le acompañaron y se comprometieron en la construcción del Reino de Dios como Buena Noticia para los Empobrecidos”. Un idea que “fuedesdibujándose hasta desembocar en una Iglesia aliada con el poder, clerical, piramidal y patriarcal“.
“Hoy consideramos necesaria una Reforma radical de la Iglesia“, incide el mensaje que reclama “la práctica de la democracia, el reconocimiento y ejercicio de los derechos humanos, entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, así como el gobierno sinodal”, así como superar la “incoherencia vaticana”.
La reforma de la Iglesia, en opinión del congreso de Teología, ha de trazarse en “el respeto de la laicidad”, la “denuncia del neoliberalismo” y “en el apoyo a alternativas políticas y económicas“. Y requiere “el respeto a la diversidad cultural y religiosa, Lo contrario sería imperialismo”.
Una reforma que “ha de hacerse desde abajo, desde la base social y eclesial, y exige una nueva ubicación: situarse en el lugar y del lado de los excluidos del sistema” y sobre la base de “la opción por los pobres”, con el fin de “crear una comunidad acogedora, solidaria y samaritana, donde quepamos todas y todos”.
“Si la Reforma de la Iglesia no se lleva a cabo, ella misma se estará haciendo el harakiri, y no podrá responsabilizar a otros de su crisis y gradual pérdida de credibilidad”, añade el mensaje final, que concluye denunciando “el terrorismo del Estado Islámico, la masacre de Israel en Gaza, así como la violencia contra los cristianos y otros grupos religiosos. Nos solidarizamos con las víctimas y exigimos responsabilidades, reparación, rehabilitación y justicia”.
MENSAJE DEL 34 CONGRESO DE TEOLOGÍA SOBRE LA REFORMA DE LA IGLESIA DESDE LA OPCIÓN POR LOS POBRES
Del 4 al 7 de septiembre de 2014 hemos celebrado en Madrid el 34 Congreso de Teología sobre “LA REFORMA DE LA IGLESIA DESDE LA OPCIÓN POR LOS POBRES”, que ha reunido a personas procedentes de los diferentes países y continentes, culturas y religiones, en un clima de reflexión, convivencia fraterno-sororal, diálogo e intercambio de experiencias.
1. Comenzamos nuestra reflexión con la pregunta “¿fundó Jesús la Iglesia?”. La respuesta es que puso en marcha una comunidad de iguales, un movimiento de hombres y de mujeres, que le acompañaron y se comprometieron en la construcción del Reino de Dios como Buena Noticia para los Empobrecidos. Dicho movimiento continuó en las comunidades cristianas con responsabilidades compartidas y especial protagonismo de las mujeres. En ellas se tomaban las decisiones con la deliberación de todos sus miembros y se tenía como ideal la comunidad de bienes. Con el paso del tiempo este ideal fue desdibujándose hasta desembocar en una Iglesia aliada con el poder, clerical, piramidal y patriarcal, si bien hubo siempre colectivos que trabajaron por la reforma y y el retorno al ideal evangélico de vida.
2. Hoy consideramos necesaria una Reforma radical de la Iglesia, conforme al movimiento de Jesús y como respuesta a los desafíos de nuestro tiempo. Dicha Reforma requiere la práctica de la democracia, el reconocimiento y ejercicio de los derechos humanos, entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, así como el gobierno sinodal, vigente durante los primeros diez siglos del cristianismo, con la participación del laicado, que es la base de la Iglesia, para así superar la “incoherencia vaticana”, que consiste en defender los derechos humanos y la democracia en la sociedad y no aplicarlos en su seno.
3. Creemos que la Reforma de la Iglesia ha de traducirse:
-en el respeto a la laicidad, la crítica del poder y el compromiso con los sectores más vulnerables;
– en la denuncia del neoliberalismo, que el papa Francisco ha calificado de “injusto en su raíz” ya que fomenta “una economía de exclusión”, “una globalización de la indiferencia”, “una nueva idolatría del dinero”, un medio ambiente “indefenso ante los intereses del mercado divinizado,” y una incapacidad para “compadecernos ante los clamores de los otros”;
– y en el apoyo a alternativas políticas y económicas, propuestas por los Foros Sociales.
4. La Reforma de la Iglesia requiere el respeto a la diversidad cultural y religiosa, Lo contrario sería imperialismo. Consecuente con esa actitud el Congreso de Teología ha escuchado las voces, los testimonios y las interpelaciones de las iglesias del Sur, sobre todo las procedentes de África y de América Latina, que reflejan su riqueza cultural, sus potencialidad liberadora y sus propuestas de Reforma. Escucha que implica cambiar la manera de pensar, de vivir, de producir, de relacionarse el Norte con el Sur, una relación no opresora sino co-operadora, no arrogante sino servicial, no colonizadora, sino decolonial. .
5. La Reforma ha de hacerse desde abajo, desde la base social y eclesial, y exige una nueva ubicación: situarse en el lugar y del lado de los excluidos del sistema, que son escandalosamente mayoría en la población mundial y que están creciendo por mor de la crisis. Requiere, asimismo, un horizonte que la oriente: la Iglesia de los pobres, y un principio ético-evangélico a seguir: la opción por los pobres.
6. La Reforma de la Iglesia debe ser inclusiva, ha de superar las discriminaciones y exclusiones todavía vigentes y operantes por razones de género, religión, cultura, etnia, clase social, orientación y opción sexual, opción política, procedencia geográfica, relaciones de pareja, y crear una comunidad acogedora, solidaria y samaritana, donde quepamos todas y todos.
7. Esta Reforma ya está haciéndose realidad en los diferentes ámbitos religiosos, eclesiales y sociales, como han mostrado las enriquecedoras experiencias narradas por los propios protagonistas: en el mundo rural compartiendo las luchas por la dignidad del campesinado, el reparto equitativo de la tierra y las relaciones eco-humanas; en la inmigración luchando por la liberación de las mujeres indígenas; en las cárceles ayudando a las presas y los presos a recuperar la libertad y la alegría de vivir; en las comunidades de base viviendo la fe cristiana en el horizonte de la laicidad; en la lucha solidaria contra los desahucios; en el ministerio episcopal y sacerdotal construyendo la Iglesia de los pobres bajo la guía de la teología de la liberación; entre los jóvenes indignados con el modelo de Iglesia autoritaria y de sociedad que los margina.
8. Si la Reforma de la Iglesia no se lleva a cabo, ella misma se estará haciendo el harakiri, y no podrá responsabilizar a otros de su crisis y gradual pérdida de credibilidad. Si se hace de espaldas a los marginados, estará siendo infiel a sus orígenes y a los pobres. Si no es paritaria, inclusiva, intercultural e interreligiosa se alejará del movimiento de Jesús y del principio igualitario formulado nítidamente por Pablo de Tarso: “Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, hombre o mujer” (Gálatas 3,26).
9. Amigas y amigos, estamos llamados a la tarea de la Transformación de la Iglesia, pero no aisladamente, sino en sintonía los movimientos sociales, ecológicos, religiosos y de espiritualidad liberadora. Para ello necesitamos, como dice la canción, todas las manos, las negras y las blancas, y extenderla lo más posible, desde la playa hasta el monte, desde el monte hasta la playa, con la mirada puesta en el horizonte, camino hacia la utopía.
10. No podemos terminar este Mensaje sin denunciar el terrorismo del Estado Islámico, la masacre de Israel en Gaza, así como la violencia contra los cristianos y otros grupos religiosos. Nos solidarizamos con las víctimas y exigimos responsabilidades, reparación, rehabilitación y justicia.
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