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Thomas Merton: un monje contemplativo comprometido con La Paz

Lunes, 31 de enero de 2022
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635786917632061025-lcjbrd2-04-11-2015-ky-1-a004-2015-04-10-img-img-img-merton1-jpg-1-1-1eafj3va-l593958368-img-img-img-merton1-jpg-1-1-1eafj3vaThomas Merton es un autor norteamericano que admite múltiples lecturas. Es un monje trapense, un maestro espiritual, un hombre de diálogo, un humanista de hondas raíces cristianas, un pensador  que desafió las certezas de su tiempo, un promotor de la paz y la no-violencia, muy crítico consigo mismo y con cuanto le rodeaba.

Desde muy pronto se compromete con la lucha por la paz.  Su madre era pacifista y se opuso a que su padre fuera a la guerra, afirmando que eso sería asesinar. Vive años convulsos. Nace en plena Guerra mundial, 1915, en un pueblo del pirineo francés, Prades, y muere en Bangkok en 1968. Su madre muere cuando tiene seis años y diez años más tarde muere su padre dejando en él un gran vacío y orfandad. Vive la II Guerra Mundial, la llamada Guerra Fría, la Guerra del Vietnan (1955-1975), las luchas raciales entre blancos y afroamericanos, el llamado problema negro, y la lucha por los derechos civiles. Admira a Martín Luther King y considera el movimiento dirigido por él como el mayor ejemplo de fe cristiana en acción en toda la historia social de Estados Unidos. 

Estudia en la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde se incorpora al movimiento comunista juvenil, participa en mítines y huelgas, pero termina desengañado. Su juventud va a estar caracterizada por la típica bohemia estudiantil pero también participa en todas las publicaciones estudiantiles de la universidad, mostrando que la escritura va a ser una dimensión esencial de su personalidad. Es aquí, en la Universidad de Columbia, donde el Espíritu le mostrará su luz a través de amigos, profesores y lecturas. Lee las Confesiones de San Agustín y la Imitación de Cristo por recomendación de un monje hindú, y otros autores espirituales y autores ingleses como William Blake, Joyce, Gilson y Jacques Maritain. Todos le abren el camino de la fe y contribuyeron a su conversión y su bautismo en la iglesia católica. A los 27 años ingresa en la Abadía trapense de Getsemaní en Kentucky, US (1941), donde vivirá como miembro de la comunidad hasta su muerte. En mayo de 1949 recibe la ordenación sacerdotal.

Desde el silencio y la soledad del monasterio, desde su oración contemplativa, y su gran capacidad para escribir, Merton se convierte en la voz profética que denuncia la injusticia, los falsos dioses: el dinero, el poder, la mentira, la violencia… y clama por la paz en un mundo amenazado por la guerra fría y la guerra nuclear. En el silencio de su celda le asalta la pregunta que Dios hizo a Caín, ¿Dónde está tu hermano? ¿Cómo puedo ser un hombre de paz? ¿Qué es la paz? ¿Qué es la justicia? Busca respuestas a la II Guerra Mundial y observa el mundo en que vive con la mirada crítica del Evangelio.

No se desentendió de los problemas de su tiempo, lo que le ocasionó más de un conflicto con sus superiores, que se preguntaban qué pintaba un monje hablando del peligro nuclear. Intentó comprender lo que sucedía a su alrededor y abrir los ojos a sus contemporáneos. “Estoy de parte de la gente que está harta de la guerra y quiere paz para levantar su país… La tragedia del hombre moderno es que su creatividad, su espiritualidad y su capacidad contemplativa están sofocados por un súper ego que se ha vendido a la tecnología”.

Tras una primera etapa en la abadía en la que escribe textos maravillosos de meditación espiritual y su autobiografía La montaña de los siete círculos a los 33 años, con un éxito extraordinario de best-seller, Merton va a afirmarse en que escribir para él, es el único camino hacia la santidad y escribir se convertirá en un oficio divino y en su segunda naturaleza. En el silencio descubrirá que ser monje es una vocación preeminentemente social, convicción que creció aún más después de 1951 cuando recibe la ciudadanía americana y es nombrado maestro de novicios. El crecimiento social y espiritual de Merton es constante. 

A partir de los años sesenta, comienza a involucrarse cada vez más en los temas sociales y en las protestas contra la guerra del Vietnan y la escalada nuclear, la discriminación racial y la lucha por los derechos civiles. Su voz fue una de las de mayor influencia. La gente le escuchaba para encontrar luz en la oscuridad y claridad en medio de la confusión. Escribe sobre la necesidad de la paz frente a la guerra y la violencia. Clama proféticamente por la paz en el mundo y escribe: “Ser contemplativo no supone desentenderse del mundo y de sus problemas. El armarse hasta los dientes, no garantiza la paz (…) Hago de mi silencio monástico una protesta contra las mentiras de los políticos, de los propagandistas y de los agitadores”. 

Merton anhelaba un mundo nuevo y poner sus talentos a sanar las heridas de ese mundo y lo llevará a cabo desde la Abadía de Getsemaní en Kentucky. En Semillas de destrucción escribe sobre la lucha pacífica contra la segregación y discriminación racial liderada por Martin Luther King. “El negro le ofrece al blanco un mensaje de salvación, pero el blanco está tan enceguecido por su autosuficiencia y su presunción que no reconoce el peligro que corre al ignorar la oferta”.

Gandhi y la no violencia es un dialogo entre dos maestros espirituales, Gandhi y Merton. Ambos están de acuerdo en afirmar que “el camino de la paz es el camino de la verdad, y la mentira, la madre de la violencia. La mentira introduce violencia y desorden en nuestra propia naturaleza. Nos divide contra nosotros mismos, nos hace enemigos de nosotros mismos y de la verdad que está en nosotros. Es de esta división de la que surge el odio y la violencia…”.

Para Merton, la tarea de construir un mundo pacífico es la tarea más importante de su tiempo, pero también la más difícil. “La violencia no cambia nada, pero el amor lo transforma todo. El fin de la no violencia no es el poder sino la verdad”.

Ve la guerra como una tragedia evitable y cree que el problema de resolver el conflicto internacional sin violencia masiva se ha convertido en el problema número uno de su tiempo. Y citando a Kennedy afirma: “Si no terminamos la guerra, la guerra terminará con nosotros”.

En 1962 intenta publicar Paz en tiempos de oscuridad, pero fue vetada por sus superiores. Viene a ser su testamento profético sobre la paz y la guerra. Mucho de lo que se le había prohibido decir, comenzó a decirlo por aquel entonces el papa Juan XXIII y culminó con la publicación de la encíclica Pacem in Terris, en 1963. En ella se manifiesta contra la carrera armamentística y defensor del derecho a la vida como el derecho humano más elemental.

Merton se expresa así: “Me gustaría insistir por encima de todo en una verdad fundamental; que toda guerra nuclear, y, de hecho, la destrucción masiva de ciudades, poblaciones, naciones y culturas, independientemente del medio por el que se lleva a cabo, supone un crimen gravísimo que nos está prohibido, ya no únicamente por ética cristiana, sino por cualquier código moral sensato y serio”.

Merton hizo llegar textos mecanografiados de la obra prohibida a personas importantes e intelectuales de su época como el papa Juan XXIII, el cardenal Montini, Martin Luther King, Kennedy… y a personas participantes en sesiones conciliares. Es llamativo que la única condena especifica promulgada por el Vaticano II en la Gaudium et Spesse exprese en términos semejantes. “Toda acción bélica que tienda indiscriminadamente a la destrucción de ciudades enteras…es un crimen contra Dios y contra la Humanidad que es preciso condenar con fuerza y sin vacilaciones”.

En 1962 es invitado a hacer una oración por la paz en la Cámara de los Representantes de los Estados Unidos en la que entre otras cosas dice: “Señor Omnipotente… escucha compasivo esta oración que asciende a Ti, desde la confusión y la desesperación de un mundo en el que has sido olvidado, en el que no se invoca tu nombre, no se respetan tus leyes y se ignora tu presencia. Ayúdanos a controlar las armas que amenazan con dominarnos. Ayúdanos a emplear nuestra ciencia para la paz y el progreso, no para la guerra y la destrucción. Enséñanos a utilizar la energía nuclear para bendecir a los hijos de nuestros hijos, no para arruinarlos…”.

Le duele la indiferencia y la fe superficial de muchos norteamericanos que viene a ser un ligero barniz bajo grandes apariencias, sin compromiso ni rechazo de la violencia. “Nos guste o no, escribe, tenemos que admitir que ya estamos viviendo de hecho en un mundo postcristiano, es decir, en un mundo en el que los ideales cristianos y las actitudes cristianas se están viendo cada vez más relegados a una minoría. Es inquietante advertir ( …) que ya no solo los no cristianos sino incluso los propios cristianos tienden a pasar por alto la ética evangélica de la no-violencia y el amor, tachándola de sensiblera”.

Y desde una postura de responsabilidad cristiana pregunta, “¿a dónde nos está llevando la carrera armamentística nuclear? ¿Qué queremos hacer con la bomba atómica la menguante minoría cristiana de occidente? ¿Deshacernos de ella o utilizarla contra Rusia?”. Activista por la paz y los Derechos Humanos, Merton intentó abrir los ojos a sus contemporáneos y apoyó el movimiento pacifista y antirracista. Durante sus 20 años en la abadía de Getsemaní, se convirtió en un escritor contemplativo, crítico y en un monje atípico comprometido con la paz. Fue un hombre de fronteras: retirado del mundo, participó al mismo tiempo en la protesta antirracista y anti-Vietnam; místico cristiano y seguidor de Jesús, trata de ser un buen budista.

 

1968

Durante el último tramo de su vida, crece su interés por las tradiciones orientales de meditación y espiritualidad budista, que influyeron mucho sobre su pensamiento y escritos de los últimos años. Estudia la fe islámica, el misticismo sufí y el budismo zen, enriqueciendo a unos y a otros con su amplio conocimiento de la mística y espiritualidad católicas. Sus exploraciones interreligiosas, no fueron ejercicios académicos sino algo esencial a su apertura a Dios en todo momento, apertura al cambio y a la conversión allí donde pudiera tener lugar. Su apertura a las tradiciones orientales culminó con su viaje a Asia en 1968. Tuvo la oportunidad de visitar al Dalai Lama con quien aprendió técnicas de concentración. Muere en Bangkok (Tailandia) donde asistía a un encuentro interconfesional de superiores monásticos de Oriente. 

Hoy, Merton es el máximo exponente del acercamiento entre ascetismo cristiano y la filosofía oriental. Su voz profética es de gran actualidad. Nos recuerda la necesidad vital de cultivar el mundo interior; que la paz es un don y una tarea; que la violencia no cambia nada, pero el amor lo transforma todo. Un buscador de Dios que intentaba descubrir el misterio de su existencia. Su voz profética nos hace conscientes de que en estos tiempos de crisis espiritual y de división entre los pueblos, el diálogo interreligioso es una necesidad urgente, que las religiones están llamadas a construir puentes, recomponer la unidad y a tejer una nueva humanidad fomentando la cultura del dialogo y la solidaridad.

Pilar Concejo

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Leone Gianturco: “Desmond Tutu encarnó el poder de la fe profunda en una vida vida diferente”

Lunes, 3 de enero de 2022
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SNF17TUTU-280_890318a“Se inspiraba en el concepto africano de ‘ubuntu'”

La Iglesia y el mundo están de luto por la muerte del arzobispo anglicano Desmond Tutu, que falleció el domingo 26 de diciembre a la edad de 90 años

Símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1984. En un telegrama, el Papa recordó su compromiso con la igualdad y la reconciliación

Leone Gianturco (Sant’Egidio) relata el día de su encuentro en 1988: “su fe y su fuerza moral son inolvidables”

(Vatican News).- “No hemos negado nuestro pasado, hemos mirado a la bestia a los ojos”. Así hablaba el arzobispo Desmond Tutu, uno de los símbolos de la lucha contra el apartheid, fallecido el 26 de diciembre a los 90 años, de su compromiso al frente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, creada en 1994 a instancias del Presidente Nelson Mandela y que fue presidida por el propio arzobispo a instancias del Jefe de Estado sudafricano.

Un hombre de paz

El 16 de octubre de 1984, Monseñor Tutu recibió el Premio Nobel de la Paz. El comité del premio internacional más famoso del mundo citó su “papel como figura unificadora en la campaña para resolver el problema del apartheid en Sudáfrica”. Dos años más tarde, se convirtió en la primera persona de piel negra en dirigir la Iglesia Anglicana en Sudáfrica: fue el 7 de septiembre de 1986.

 El Arzobispo era un hombre de paz, un servidor de Cristo y también se inspiraba en el concepto africano de “ubuntu”, que indica una visión de la sociedad en la que cada persona está llamada a desempeñar un papel importante, con una preocupación natural por los demás y, en consecuencia, por la promoción y el mantenimiento de la paz.

“No hay futuro sin perdón”

Entre los muchos que lo conocieron, la Comunidad de Sant’Egidio también recuerda al clérigo sudafricano, identificando la “fuerza de la paz” como su legado.

Numerosos miembros de la Comunidad coincidieron con él a lo largo de los años. Entre ellos está Leone Gianturco, de la Sección Internacional de San Egidio, que en una entrevista con Radio Vaticano – Vatican News recuerda su encuentro cuando fue a Roma, el 26 de mayo de 1988, a inaugurar la “Tienda de Abraham”, la primera casa de la Comunidad dedicada a los refugiados.

– Gianturco, partamos de su recuerdo personal del arzobispo Tutu:

Su fuerza moral es inolvidable, al igual que su fe cristiana. Recuerdo que cuando vino a Trastevere a inaugurar la “Tierra de Abraham”, me di cuenta inmediatamente de que estaba ante alguien que hablaba con la Palabra de Dios. Tutu había encarnado su vocación, su servicio al Evangelio en la acción contra toda injusticia. Era una personalidad que te hacía temblar un poco el pulso, pero también te tranquilizaba porque era muy humano.

– Una humanidad que también afloró cuando, al frente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, dijo que el mero hecho de escuchar los atroces relatos de lo ocurrido durante los años del apartheid le causaba un gran sufrimiento. A pesar de ello, fue capaz de continuar su búsqueda de la verdad, de promover la reconciliación… 

Sí, de alguna manera enraizó esa humanidad en una fe profunda. Cuando ganó el Premio Nobel de la Paz, era conocido por su lucha contra el apartheid, y en cierto modo también se convirtió en una figura incómoda porque estaba en contra del asesinato de colaboradores negros por los propios negros. Había superado todas las barreras también gracias a su profunda fe en una vida diferente, con un pueblo en conflicto que debía ser conducido a la reconciliación.

Al frente de esa Comisión se embarcó en un viaje difícil, repitiendo que no hay futuro sin perdón. Para perdonar, había que pasar por el sufrimiento de esas terribles historias. Cuando fue a Ruanda se puso a llorar ante aquel genocidio, era una persona que vivía los dramas de su tiempo de forma directa, incluso atrevida. En su fe encontró la fuerza para enfrentar todo esto.

– Una de sus lecciones fue que es mucho más fácil juzgar que promover la reconciliación. ¿Sigue siendo válida esta lección hoy en día?

Ciertamente, lo que nos llamó la atención como Comunidad de Sant’Egidio fue precisamente esta empatía, este rechazo a banalizar el perdón. No se puede perdonar a “bajo precio“, hay que pasar de la indignación que cada uno siente cuando le hieren, al relato, a la búsqueda de la verdad.

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Todos estos son pasos que no son fáciles, pero que permiten llegar a una verdadera reconciliación. Tutu, en su profunda humanidad, también comprendió el problema de la pena de muerte y siempre estuvo en primera línea para condenarla. Acostumbraba a visitar a los condenados a muerte, precisamente porque para él era paradójica la idea de que una justicia hiciera morir a alguien por un acto violento. El perdón, en cambio, era el camino que permitía a los esclavizados por el odio admitir sus faltas y luego superarlas.

– En su telegrama de condolencia, el Papa habló de la contribución de Tutu a la promoción de la igualdad racial. ¿Este aspecto también es de gran actualidad?

Sí, su lección es fuerte porque, viviendo la desigualdad racial, luchó por la superación del racismo a todos los niveles. Nos enseñó que todas las formas de discriminación son erróneas; considerar al otro como diferente de uno mismo es perjudicial, es estúpido, va contra toda lógica cristiana y humana.

En el funeral de Mandela, Tutu se indignó porque había pocos de esos blancos que habían trabajado junto al presidente. Quería que participaran, porque Tutu estaba realmente en contra de todo tipo de racismo. Esa es la fuerza de su testimonio. Adoptó una posición, pero no fue partidista, en el sentido de que su único bando era un mundo de igualdad.

Fuente Religión Digital

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“ Si conociéramos el camino de la paz… ”, por José Arregi

Sábado, 11 de diciembre de 2021
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paloma_de_la_paz_by_azafranzDe su blog Umbrales de Luz:

Los profetas de Israel habían anunciado la paz –el Shalom– para otro tiempo, el futuro mesiánico en el que habría de llegar el Mesías, el rey descendiente de David, “príncipe de la Paz” (Is 9,5), rey descendiente de David. Entonces, escribió Isaías, “de las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra” (Is 2,4-5). Entonces “habitará el lobo junto al cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el ternero y el leoncillo pacerán juntos (…). Nadie causará ningún daño en todo mi monte santo, porque el conocimiento de Dios colmará la tierra como las aguas el mar” (Is 11,6.9). Entonces gozarán las gentes la paz de la RAE: no habrá guerras ni armas, nadie provocará ni padecerá ningún daño ni desastre. Entonces la Tierra rebosará de paz, como los mares rebosan de agua. Podrá ser un futuro lejano o cercano, futuro en todo caso. “Entonces”. Pero será, no os resignéis. Resistid.

¿Qué sería de la historia de la humanidad sin ese sueño, sin ese impulso y acicate de la utopía? Ernst Bloch, marxista crítico, pensador de la esperanza, explicó perfectamente los dos aspectos o funciones que desempeña la utopía: la función crítica o negativa y la función operativa o positiva; crítica del presente por un lado, esperanza eficiente y constructiva del futuro por otro lado. No podemos conformarnos con la permanente guerra que vemos, ni con la mera crítica de lo que tenemos. Construyamos hoy la casa de la paz del futuro, la ciudad de paz.

¿Y si no logramos construirla? Aunque nunca lo logremos, merece la pena que intentemos en paz conseguir la paz. Eduardo Galeano lo dijo perfectamente: La utopía es horizonte; no se puede alcanzar el horizonte, pues se aleja a medida que avanzamos hacia él, pero el horizonte nos muestra por dónde caminar, hacia dónde avanzar.

A Jesús le movía el mismo espíritu de los profetas, su clamor de esperanza: habrá paz sin angustia en los corazones, habrá paz sin injusticia en la Tierra. Pero a esa antigua esperanza profética Jesús le dio un nombre nuevo: “reinado” o “reino de Dios”. Y, sobre todo, introdujo una novedad en su profético: “El reinado de Dios, a saber, la supresión de todas las injusticias y opresiones, la curación de todas las enfermedades y malestares, la desaparición de todas las inquietudes y angustias, no es para luego, es para hoy. El reino de Dios ya viene, está llegando, haciéndose presente. ¿Queréis una prueba? Ved cómo los enfermos empiezan a curarse. Ahora es el momento de la gran paz”. ¿Habló así el Jesús histórico? Así parece, en efecto, pero no nos interesa tanto lo que el Jesús histórico pensó, dijo o hizo exactamente, sino la figura inspiradora que nos ofrecen los relatos, releídos libremente, “espiritualmente”.

El mensaje de esperanza de Jesús debió de tener cierto eco y éxito en el pueblo llano de Galilea, especialmente entre los pescadores y campesinos de la zona del lago Genesaret.  Sin embargo, el reto era ganarse a Jerusalén, y allí se encaminó, y allí “fracasó”. La élite social –los “saduceos”– y religiosa –los principales sacerdotes y escribas– de la “ciudad santa” prefería “la paz del orden” que dirá San Agustín 400 años después más bien que la paz subversiva que anunciaba el joven profeta galileo. Y decidieron que era mejor quitarlo de en medio. Sabemos lo que siguió. Jerusalén se convirtió para Jesús en encrucijada y viacrucis. (El fracaso será, sin embargo, reconocido como martirio y, por lo tanto, como pascua, resurrección).

Jesús presintió lo que le venía, pero no lo rehuyó, lo afrontó. Y no lo afrontó con violencia, sino con tristeza, la tristeza de ver que la ciudad santa se negaba a la paz y, al negarse a ella negaba su propio nombre y su ser. Pues Jerusalén, como se sabe, significa en hebreo “ciudad de la Paz”, y era desde antiguo la imagen de todos los sueños y esperanzas de paz. Al avistar la ciudad desde lejos, los peregrinos la saludaban deseándole la Paz, Shalom, y cantando llenos de alegría: “Vivan en paz los que te aman. Reine la paz dentro de tus muros. En nombre de mi familia y de mis amigos te digo de todo corazón: La Paz contigo” (Sal 122,6-8). También para Jesús, escuchar Jerusalén significaba respirar la paz, decir Jerusalén significaba ofrecer la paz. Había llegado a la ciudad como peregrino, quizá albergando la ardiente esperanza de que, justamente con ocasión de su peregrinación, iba a reventar y florecer el reinado de Dios, la paz plena transformadora de todo, la paz renovadora de todas las cosas.

Pero no. Tampoco esta vez sucedió. Intuyéndolo, y mirando a la ciudad desde el monte de los Olivos, lloró sobre ella y en tono de pesar y lamento más que de queja y reproche le habló diciendo: “¡Ay Jerusalén, si en este día comprendieras tú también el camino de la paz!” (Lc 19,42). “¡Si supieras cómo encontrar la paz!”. No hay palabras de condena. Pero el camino a la paz es más difícil de lo que Jesús había creído al principio, y no solo en los notables de Jerusalén, sino incluso en aquellas y aquellos que le siguen más de cerca y peregrinan con él. Y en el mismo Jesús, a quien pronto se describe bañado en sudores de angustia en el huerto de Getsemaní, perdida la paz, y poco después gritando en la cruz, perdido también Dios… ¿Cómo podríamos reprocharle haber perdido la paz?

Nadie pierde ni quita la paz a sabiendas, sino por ignorancia. Nadie pierde y quita la paz a propósito, sino por impotencia. Incluso quien provoca una guerra la provoca con el propósito de lograr una paz a su manera. Quien hace daño lo hace en busca de algún beneficio. Quien renuncia a la paz lo hace porque no conoce la paz, no porque no la quiera o porque prefiera el enfrentamiento. No hay enemigo que no prefiera la paz, no hay malhechor que prefiera el mal. Somos errantes que no encuentran el camino, no culpables. Tal vez fue esto lo que el mismo Jesús comprendió, incluso mejor que cuando habló con dolor a Jerusalén, cuando sufrió la congoja de Getsemaní y de la cruz. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34). Y su última palabra es el Todo, vacío y plenitud que queda cuando todo se ha perdido: “Padre, en tus manos confío mi aliento vital” (Lc 23,46). Lo que queda es el eterno Aliento de la Vida.

Desde esta su última palabra y desde su plenitud de aliento nos habla también a nosotros, como nos hablaría cualquiera que ha encontrado el camino de la paz a través de la angustia, nos hablaría con pesar y compasión: “¡Ay si encontraras el camino de la paz! ¡Si supieras distinguir entre la apariencia de la paz y el don de la paz, entre la paz del poder y la paz de la misericordia, entre la paz del Imperio y la paz del Aliento, entre la paz ilusoria y la paz verdadera! ¡Si dejaras de castigarte a ti mismo y al prójimo y dejaras que la paz que te habita te guíe por el camino de la paz! ¡Si comprendieras que, como para todos los peregrinos, también para ti lo esencial no es la meta sino el camino, que el camino mismo es el destino! Está en tus manos. Tienes a mano el camino de la paz, abierto ante ti: en ti mismo, en el prójimo, en la naturaleza, en todo cuanto es. Levántate y camina en paz”. Caminemos en paz.

Todos los caminos –tú mismo, tu prójimo, la naturaleza, todo cuanto es– son uno, como una es la paz. El caminante de la paz recorre a la vez todos los caminos. Y no para llegar alguna vez a la paz plena y definitiva, sino para seguir el camino en paz aun cuando pierda la paz. El horizonte de la paz nos guía en el camino.

(Versión libre del artículo publicado en euskera en la revista Hemen, n. 68 / 2020, octubre-diciembre, pp. 8-11)

Aizarna, 2 de diciembre de 2021

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“En camino a La Paz (I)”, por José Arregi

Lunes, 6 de diciembre de 2021
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paloma_de_la_paz_by_azafranzDe su blog Umbrales de Luz:

No es fácil definir la PAZ, plenitud de todos los bienes. Sabemos lo que es hasta que empezamos a decirlo o, para poder decirlo, miramos un diccionario, y de pronto caemos en la cuenta de nuestra ignorancia. Pero más dolorosa que la ignorancia es la carencia de paz. ¿Podrán las palabras ayudarnos a saberla y a gustarla, a acogerla en nosotros o a caminar hacia ella, aquí y ahora?

Leo en la RAE, en la entrada Paz¸ algunas de sus acepciones: 1. Situación en la que no existe lucha armada en un país o entre países. 2. Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos. 3. Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud.

Nuestra ignorancia y perplejidad persisten. En efecto, la primera de las acepciones recogidas es insuficiente y engañosa: no basta que no haya guerra para que haya paz; como no basta “la tranquilidad del orden” –según la definición de la paz propuesta por San Agustín poco antes de la caída del Imperio Romano–: no hay paz si no hay justicia, por mucho orden que haya, impuesto a la fuerza. Si la primera acepción se queda corta, las otras dos se pasan, pues la “relación de armonía sin conflicto” alguno o el “estado personal no perturbado por ninguna inquietud” simplemente no existen.

¿Tendremos, pues, que emigrar a otro planeta en busca de paz? La humanidad –o lo que vaya resultando de ella– algún día lo hará. ¿Hallará la paz? No es seguro que en el universo infinito exista algún planeta perfecto sin “enfrentamientos ni conflictos” y que no sea “perturbado por ningún conflicto o inquietud”. Y aun cuando existiera, nadie mientras vivamos nosotros podrá llegar a él. ¿Tendremos, pues, que esperar la paz para después de la muerte? San Agustín enseñó que solo en el “cielo” después de la muerte y del fin del mundo gozaremos de la vida “eterna”, mejor, de la vida plena, la dicha y bienaventuranza plenas, la PAZ plena (lo que pasa es que a la inmensa mayoría de los humanos la destinaba al infierno eterno…).

Sea como fuere, la paz la deseamos aquí y ahora, y no tiene por qué ser la paz perfecta del diccionario. Dejemos, pues, de lado los planetas perfectos, existan o no existan, y dejemos la “vida de después”. Vivimos aquí, y aquí nos perturban conflictos e inquietudes, y aquí y ahora deseamos la paz que no hallamos en ninguna parte.

No existe, pero a ella aspiramos. Si no hubiera agua, si no fuéramos agua, no tendríamos sed. Si no hubiera paz, si no fuéramos paz, ¿la podríamos desear? Tal vez exista la paz, pero no lo seamos. ¿Aspiramos acaso a lo que no existe ni somos? Tal vez existamos en la paz y no somos conscientes de ello. O quizá somos paz, pero no sabemos cómo llegar a ser eso que somos.

Pienso que aspiramos a lo que somos en el fondo, en  y es nuestro horizonte común. Pero aspirar de verdad significa caminar. Somos caminantes en camino a la paz que es y que somos.

¿Qué seríamos, qué sería la humanidad sin el sueño, el aguijón, la utopía o la esperanza de la paz? La esperanza no significa esperar o aguardar que algo suceda. Eso sería, en lenguaje de Ernst Bloch –pensador marxista crítico–, una esperanza dormida. La esperanza “despierta” es crítica del presente con su conflicto violento o su (des)orden establecido, y es estímulo del futuro que hay que crear. Esperar significa caminar con espíritu y respiro, dar pasos en dirección hacia la utopía, aunque nunca la alcancemos.

Ser caminante de la paz es la condición y el modo para construir, paso a paso, la paz concreta y posible, una paz parcial y verdadera. Es también la manera de vivir en paz, no en la paz plena inexistente, pero sí en una paz real y suficiente para seguir caminando.

¿Y cómo, en nuestra condición limitada e incierta, podremos seguir caminando cada día a pesar de todo? Señalo tres aspectos o formas fundamentales del camino a la paz: adentrarnos más a fondo en nosotros mismos, hacernos próximos del hermano, de la hermana herida, sumergirnos en la naturaleza que nos rodea y somos. No son tres caminos, sino tres dimensiones de un mismo y único camino. Cada uno implica a los otros; si falta uno faltan todos.

(Versión libre del artículo publicado en euskera en la revista HEMEN 68, diciembre de 2020, pp. 7-8).

Aizarna, 23 de Noviembre de 2021

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” Cultura de la paz “, por Gabriel Mª Otalora

Jueves, 30 de septiembre de 2021
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índiceEl término cultura de paz fue adoptado en la Asamblea General de la ONU, en 1999. DR

De su blog Punto de encuentro:

Siendo Juan Mª Uriarte obispo de San Sebastián, se celebró la XIV Semana Social “Ricardo Alberdi” (2006) bajo el lema “pacificar-normalizar-reconciliar” como la triple tarea capital que la sociedad necesitaba para restañar los zarpazos de la violencia. Soy consciente de las  graves resistencias que aún despiertan este tipo de iniciativas partiendo del concepto de reconciliación en el marco de la verdad, la justicia y el perdón. Resulta más fácil seguir en la línea de quien la hace, la paga; la reconciliación es innecesaria; es imposible; es una traición a los deudos de la violencia; es sospechosa de albergar otros intereses; etcétera.

El objetivo prioritario de aquella iniciativa era restaurar la desgarrada humanidad con independencia del signo u origen  de la violencia. Incluso hay víctimas que han sido a la vez agresores y agredidos. Y todas ellas necesitan ser atendidas de manera diferenciada y proporcionada. La verdad o la justicia de la causa de la violencia lo que les convierte en víctimas, sino el sufrimiento hondo y el daño irreversible. En el fondo anida una “cultura de paz” siendo conscientes de que el perdón y la reconciliación no restituyen al estado anterior a la confrontación violenta: el vacío y la herida están ahí. Pero con la reconciliación, los agresores y agredidos pueden operar un cambio decisivo al recuperar su humanidad y descubrir el respeto y al aceptación del diferente desde la generosidad para perdonar y aceptar el perdón. Y con ellos la sociedad toda.

 La idea es ofrecer a víctimas y victimarios la posibilidad de dialogar sobre el delito y sus consecuencias, profundizar en la asunción de responsabilidad de quienes lo cometieron y acordar la reparación del daño causado de forma real o simbólica. Según las experiencias realizadas en este ámbito, son múltiples los beneficios para las víctimas: posibilidad de explicar su vivencia del delito y sus consecuencias, facilitar la oportunidad de la petición de perdón, la reparación del daño o de cerrar el proceso interior. Todo ello supone un importante avance en el proceso de reinserción, objetivo clave en la legislación penal y el mensaje evangélico.

Aquello se materializó, en parte, con la llamada “Vía Nanclares” para presos y víctima de ETA – interrumpida tras la llegada del PP al Gobierno. Ahora se ha retomado con un enfoque más amplio y con visos de que la iniciativa vaya calando mejor y logre mayores resultados al estar abierta a otro tipo de reclusos. Los talleres de justicia restaurativa se realizan desde 2016, aunque entonces se ofrecían solo a condenados que cumplían sus penas a través de medidas alternativas, no dentro de prisión. En estos otros diálogos 2021 que nacieron en enero de 2020, caben todos los penados a excepción de los condenados por violencia de género y delitos sexuales. Estamos hablando de justicia restaurativa como un derecho de las víctimas, pero también una oportunidad de reinserción para los condenados en general, y los presos de ETA y GAL en particular.

En el caso  de ETA, son 20 reclusos los que han solicitado participar en estos talleres. Se trata de sentarse cara a cara cada persona recusa con sus víctimas con un doble objetivo: que las víctimas consigan una reparación, al menos simbólica, por el daño sufrido y, a la vez, facilitar la reinserción de los presos haciéndoles conscientes del dolor que han causado. Que nadie se rasgue las vestiduras, que no habrá reducción de pena por adherirse a esta iniciativa, más allá de que los equipos de tratamiento de las cárceles sí tendrán en cuenta esta actividad a la hora de hacer las valoraciones para progresar al tercer grado o atender a permisos; medidas de reinserción legal nada excepcionales. No hay que desdeñar las peticiones de perdón y arrepentimiento por escrito que ya se han producido: ocho presos dieron este paso en 2018 (año del fin oficial de ETA), treinta en 2019 y más de cuarenta en 2020.

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Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jauregi, ex gobernador civil socialista de Gipuzkoa aparece sentada en una mesa de la sociedad de Legorreta, junto con Ibon Etxezarreta, ex militante de ETA, y autor del atentado mortal contra su marido. (EiTB)

Para algunos es una claudicación; para otros, una iniciativa inútil. Pero yo hablo en nombre de un número indeterminado de personas, muchas de ellas cristianas, que ven en este tipo de medidas algo revolucionario en el sentido de transformador y que forma parte de la esencia evangélica. Qué poco se ha informado de todo esto; y cuántos palos se han metido en las ruedas en forma de presiones de todo tipo para que este tipo de iniciativas no avancen.

Pero hasta las piedras debieran gritar clamando la bondad y la necesidad de dichas iniciativas, fundamentales para una convivencia óptima en plena coherencia moral y ética. Señores obispos y arzobispos, les ruego que divulguen, apoyen y presionen para que esta iniciativa tenga el recorrido y el éxito que se merece, empezando por su divulgación y siguiendo por su adhesión pública y comprometida como lo que ustedes son: pastores de la Buena Noticia. Que no se quede, en fin, en honrosas excepciones.

 

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¡Paz a todos los hombres de mala voluntad!

Lunes, 28 de junio de 2021
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Hoy es el día en el que celebramos el Día Internacional del Orgullo Gay, en recuerdo del levantamiento dela comunidad LGTBI frente a la opresión social y el acoso policial en The Stonewal Inn ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Se cita a estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la comunidad LGBTI luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBTI en Estados Unidos y en todo el mundo.

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Jesús nos invita a despojarnos del miedo, a levantar la cabeza, a dejar las opresiones y decir alto y claro a los que detentan el poder en las distintas iglesias: ¡Somos  creyentes, somos cristianos, somos personas LGTBI, somos Hijos e Hijas de Dios! ¡Nada ni nadie nos va a parar!

Y, a pesar de los avances, no podemos olvidar a quienes han caído en el camino victimas de la homofobia, de la Transfobia… Homofobia y Transfobia que hoy es jaleada por partidos de derecha y extrema derecha: Rusia, Hungría, Polonia… y hasta el Gobierno de la Comunida de Madrid que, para asegurarse un puñado de votos no duda en eliminar las leyes LGTBI…

Por eso, gritamos fuerte con este texto que hemos recogido del blog de la Communion Béthanie:

¡ Paz a todos los hombres de mala voluntad!

Qué cese toda venganza y toda llamada al castigo.
Los crímenes sobrepasan toda medida,
hay demasiados mártires…
También, no midas sus sufrimientos al peso de tu justicia, Señor,
y no deja estos sufrimientos al cargo de los verdugos,
para hacerles pagar una factura terrible.
Qué todo sea pagado de otra manera.
Ponte a favor de los verdugos,
de los delatores,
de los traidores
y todo hombre de mala voluntad,
el coraje y la fuerza espiritual de los demás,
su humildad,
su dignidad,
su lucha interior constante y su indecible esperanza,
la sonrisa que estanca sus lágrimas,
Su amor,
sus corazones quebrantados que permanecen firmes y confiados a la misma muerte, sí,
hasta los momentos de la más extrema debilidad…
Qué todo esto sea depositado delante de Ti,
Oh, Señor,
para el perdón de los pecados,
como rescate para el triunfo de la justicia.
¡ Qué el bien sea contado, no el mal !
Y qué las víctimas se queden en la memoria de los que les persiguen,
no como una pesadilla,
no como de los espectros atados a sus pasos,
sino como apoyos en su propio esfuerzo
para reducir la furia de sus pasiones criminales.
No pedimos nada más.
Y cuando todo esto se acabe,
da a las víctimas el vivir,
Señor,
hombres entre los hombres,
y que la paz vuelva sobre nuestra pobre tierra,
paz para todos los hombres de buena voluntad
y para todos los demás.

 Esta oración procede de los archivos de un campo de concentración en Alemania
*

Mgr Antoine Bloom
« Prière vivante »

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Oración de las madres

Miércoles, 16 de junio de 2021
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El susurro del viento del océano
está soplando desde lejos

y la ropa colgada está golpeando
la sombra en las paredes.

Entre el cielo y la tierra
hay personas que quieren vivir en paz.

No te rindas, sigue soñando
con la paz y la prosperidad.

Cuando se derritan las paredes del miedo,
cuando regrese de mi exilio

y mis puertas se abran
a lo que es verdaderamente bueno.

¡Vamos, a dormir para el nuevo Amanecer!
¡Vamos, quítate el sueño! Ya es de mañana.
¡Vamos al sacrificio!
Una madre envía una paloma para ti,
junto con una oración:

¡Vuela paloma, confía! Tus hijos están en la escuela.
Nos reiremos con los niños, al sonido.
Para que puedan descansar, de la guerra.

Las paredes del miedo
se derretirán algún día,
y regresaré del exilio.
Mis puertas se abrirán,
a lo que es realmente bueno

Desde el norte hacia el sur;
Desde el oeste hasta el este;
Escucha la oración de las madres:
¡Que haya paz!
¡Tráeles paz!

La luz se eleva desde el este
hasta la oración de las madres por la paz

*

Yael Deckelbaum 

***

El movimiento Women Wage Peace surgió en el verano de 2014 durante la escalada de violencia entre Israel y los palestinos, y la operación militar “Tzuk Eitan”. Un par de años más tarde, el 4 de octubre de 2016, este grupo de mujeres judías y árabes organizaron conjuntamente la denominada Marcha de la Esperanza.

En ella, miles de mujeres marcharon pacíficamente desde el norte de Israel a Jerusalén en un histórico y simbólico llamamiento por la paz.

La convocatoria fue todo un éxito y alcanzó su punto culminante el 19 de octubre, en una marcha que llevó a alrededor de 4.000 mujeres, siendo la mitad de ellas palestinas, y la mitad israelí, hasta Qasr el Yahud (en el norte del Mar Muerto), para terminar realizando una oración conjunta por la paz.

Durante esa misma noche otras 15.000 mujeres se manifestaron igualmente frente a la casa del primer ministro israelí en Jerusalén.

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A las marchas se unieron el ganador del Premio Nobel de la Paz Leymah Gbowee, la activista liberiana que organizó un movimiento por la paz que puso fin a la Segunda Guerra Civil de Libia en 2003 y que significó toda una demostración del tremendo poder que las mujeres unidas pueden conseguir en el mundo.

Felicidades a las mujeres del movimiento Women Wage Peace,
gracias por sostener la paz para las mujeres palestinas durante tanto tiempo,
quiero daros las gracias y deciros que un mundo en paz es posible sólo
cuando las mujeres con integridad y fé luchan por el futuro de sus hijos.

Gracias por los hijos de Israel,
Gracias por los hijos de Palestina,
Gracias, Paz, Shalom.

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שלום


SHALOM


سلام


SALAM

 


PEACE


PAZ

 

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¿En camino hacia la paz?

Viernes, 15 de enero de 2021
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6CCC7022-B1B3-4E3E-9ADD-45668DE638D7Del blog de José Arregi Umbrales de Luz:

Inmóvil y silencioso en la rama desnuda, un mirlo contempla el paisaje nevado de Aizarna. Todo emana quietud y armonía. Todo respira en paz.

Pero en cuanto me asomo a la primera noticia, a la primera página, al primer pensamiento, se hacen presentes la enorme incertidumbre planetaria del momento, las amenazas de esta pandemia y de otras peores presentes ya o venideras. Surge la zozobra, se resquebraja la paz. Y vuelvo a preguntarme sobre el enigma y la contradicción de nuestra especie humana: ¿Somos capaces de la paz que emana del fondo de esta mañana de invierno, de la paz que anhela el corazón de cuanto es y nuestro propio corazón? ¿Será posible la paz en la Tierra dominada por el Homo Sapiens?

No la paz sumisa o conformista de la “tranquilidad en el orden” que dice San Agustín en La ciudad de Dios (libro XXII, cap. 30), si bien hay que decir que por “orden” entendía Agustín “que cada uno ocupe el lugar justo que le corresponde”. Pero él amaba el orden del Imperio y su paz, y lamentó su caída, de la que fue testigo.

Jesús no amó el Imperio romano ni ningún Imperio. He venido a traer fuego a la tierra, y ¡cómo desearía que ya estuviese ardiendo! ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues no, sino división (Lucas 12,49-51). No la paz del Imperio, no la paz del Pretorio, ni la paz del Templo, ni la paz de la Bolsa: ¿hay algo más estresado que la Bolsa? ¿Hay algo más estresante y enemigo de la paz que la especulación financiera, que derroca gobiernos, hunde pueblos, arruina empresas, desahucia familias? ¡Ojalá ardiera!

Anhelamos la paz del reconocimiento mutuo, del respeto profundo, del cuidado universal. La paz de la igualdad y de la justicia. No una paz perfecta y sin tensiones ni sombras, sino una paz en camino, una paz que mira hacia la meta sin pretender alcanzarla, una paz que yerra y cae –errar y caer es humano– y cada vez tiende la mano y se deja tomar de la mano, y se levanta y camina de nuevo humildemente, humanamente, sin desesperar de sí ni condenar al prójimo.

¿Pero es capaz de esta paz nuestra especie Sapiens? ¿Nuestro cerebro de 1.400 cm3 y nuestro ADN nos lo permiten? No, no aspiro a la paz del mirlo, por mucho que la admire. Tal vez su cerebro no le permite ser consciente de su paz y disfrutarla con la intensidad con que nosotros podemos hacerlo. Pero nuestra ventaja se trueca en desventaja, la mayor capacidad se vuelve en mayor amenaza.

Tal vez podemos sentirnos más felices y en paz que un mirlo, pero seguro que un mirlo nunca se sentirá tan infeliz y angustiado como los humanos ni jamás infligirán a sus semejantes y al planeta el sufrimiento y el daño que infligimos nosotros a los demás, al planeta, a nosotros mismos. El pesar por el pasado y la inquietud del futuro, la insatisfacción con lo que somos y tenemos, el miedo a perder lo que amamos y el impulso de destruir lo que odiamos, la ambición de ser más que los otros y la angustia de ser menos, la ira, la envidia… nos atormentan con un tormento que no parecen experimentar ninguna de las demás especies animales conocidas. Y miles y miles de años de historia demuestran que la historia humana no avanza hacia la paz de la especie y de los individuos, tal vez al contrario… Y no por maldad, sino por error e impotencia.

¿Y entonces qué? ¿Será que somos una especie tan depredadora que a la larga resulta inviable en un macro-organismo vivo como es la Tierra, una especie condenada a la extinción por su propio poder ilimitado en un planeta limitado, una especie biológicamente malograda, incapaz para gestionar su extremada complejidad en armonía colectiva e individual? ¿Seremos un ensayo errado de la evolución de la vida en la Tierra? ¿Cabrá todavía alguna solución que la pueda rescatar del abismo en que se hunde a un ritmo cada vez más acelerado? ¿Cabrá alguna solución que no pase por intervenir con suficiente garantía algunos de los mecanismos fundamentales (desajustes neuronales, desarreglos genéticos…) y recrear esta especie o crear una nueva?

Lo siento. La fiesta que hoy celebramos puede no ser el día más indicado para plantear cuestiones tan escabrosas. Pero entiendo que la Luz de la Epifanía no encubre y engaña, sino desenmascara y alienta, como el fuego recreador de Jesús. No creo en el poder, el dominio y la competición.

Pasan los años y se cansa la esperanza, pero la vida necesita seguir respirando. Se nos gastan y apagan las palabras, pero necesitamos reavivar el eco de lo Indecible que en ellas resuena. Creo en esas palabras.

Creo en el relato simbólico de los magos, en su largo viaje en busca de la paz, en la estrella del corazón del universo que los guía, en el desapego que los lleva a deponer sus riquezas y también su religión ante la vida. Creo en la pobreza y la fragilidad de la vida, en lo más valioso y adorable: un niño en un pesebre.

Aizarna, 6 de enero de 2020

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Juan Zapatero Ballesteros: Feliz 2021 en un mundo al revés.

Sábado, 2 de enero de 2021
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mundo_revesCon sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra”.  (Isaías 2,4).

Érase una vez un lobito bueno, al que maltrataban todos los corderos. Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado. Todas estas cosas había una vez, cuando yo soñaba un mundo al revés” (José Agustín Goytisolo).

Por deseos que no quede; y, además por mi parte, los más abundantes y mejores: ¡Feliz año 2021! No hace falta ser muy avisado para darse cuenta de que, en ningún principio de año como este, nos hemos deseado tanta felicidad y con tanta fuerza. Es verdad que razones no nos faltan después de lo vivido durante prácticamente todo el año que acaba de finalizar. ¡Y lo que nos queda, a pesar de la llegada de los tan ansiados remedios farmacéuticos! Sí; porque los males “epidérmicos” tienen solución de manera rápida, una vez descubierta la “pócima milagrosa”. Pero en este caso el mal que nos acecha es de muy profundo calado. Hemos llegado tan lejos que ya no sirven ni valen los paños calientes ni los apaños.

El deseo de felicidad personal y mutua, sobre todo para las personas más allegadas, es algo que el ser humano ha tenido desde siempre, pero de manera especial cuando la situación se ha convertido en crítica o rayando con ello debido a que las cosas parece que no funcionaban ni funcionan como fuera o es de esperar. Dos ejemplos muy claros separados por veintiocho siglos en el tiempo son el profeta Isaías y el escritor José Agustín Goytisolo. ¡Qué mejor y mayor deseo que transformar armas destructoras en instrumentos capaces de producir alimentos! O, ¿se puede soñar algo más inverosímil que la maldad más cruel convertida en bondad e inocencia? ¿O la fealdad más horrenda en la hermosura más bella? ¿Y qué decir de quien habiendo hecho del atropello el objetivo de su vida decide convertirse en una persona pulcra y decente?

Como podemos ver, tanto Isaías como Goytisolo lo dejan muy claro: no valen los remiendos ni los barnices que adornan y lo dejan aparentemente muy bonito, pero que siguen procrastinando la verdadera solución del problema. Las medias tintas, según puede deducirse de sus palabras, deben ser descartadas de manera definitiva. Aunque pueda sonar duro, cabe decir que hace falta ese cambio radical y profundo que tan bien expresado y definido viene dado por las palabras “metamorfosis” y “metanoia”. “El mundo al revés” de Goytisolo y la gran utopía de Isaías “No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra” son el claro paradigma de lo que nuestro planeta y nuestra sociedad están esperando con una urgencia inaplazable.

Esperar, esperar… Claro que sí; esperar con fuerza y entusiasmo hasta pulir esta virtud de toda actitud pasiva o conformista ante los retos con los que podemos ir encontrándonos. Pues, si es verdad que la esperanza exige siempre compromiso y apuesta sin condiciones, lo es mucho más y de manera radical al comenzar un nuevo año, cuando parece que los buenos propósitos, los mejores deseos y los óptimos augurios solamente van a continuar haciendo imposible que se convierta en realidad la utopía más inverosímil. El planeta, el mundo y todas y cada una de las personas no podemos seguir esperando a que todo se vaya sucediendo a nivel de pequeños cambios; necesitamos un “mundo al revés”; de ello debemos convencernos a pie juntillas, porque en ello, valga la redundancia, nos va todo al planeta, a la sociedad y a cada uno de nosotros. Hablar, pues, de esperanza en estos momentos es hablar del pleno convencimiento por nuestra parte, desde el que únicamente será posible pensar en una transformación profunda y radical. Convencidos de mente, por supuesto; pero además y sobre todo apostando de manera decidida desde la voluntad.

Pero ¡ojo!, porque no es cuestión de salir en tromba y comenzar a dar sin más, a diestro y siniestro. Pues, si es verdad que nada de lo que nos rodea nos puede ni nos debe ser ajeno, no lo es menos el hecho de tomar conciencia de que la primera y gran proximidad comienza por cada una de nuestras propias vidas. Intentando evitar con ello “ver la paja en el ojo ajeno y no ver la biga en el propio”, llegando a convertirnos en prácticamente ciegos a nosotros o, como mínimo, distorsionando la realidad que consideramos que debe ser transformada de manera urgente. Esto nos está indicando que la radicalidad del compromiso debe comenzar por el yo, el tú y el nosotros a la hora de provocar esa transformación profunda que tan urgente nos parece y que, sin duda, debe ser realizada cuanto antes respecto a nuestro entorno. Coherencia, esa palabra vieja y bastante en desuso, sería la que mejor definiría esa actitud inaplazable por nuestra parte. No pensemos, pues, en pequeños retoques, en pequeños cambios de vida o algo por el estilo. Pienso que se hace necesario encentar un nuevo paradigma en cuanto a valores; o, a lo mejor, vivir los que en su momento tuvimos, pero que, por vete tú a saber qué intereses o caprichos, quedaron guardados entonces a buen recaudo.

¡Feliz 2021, pues, en un mundo al revés!

Juan Zapatero Ballesteros

Fuente Fe Adulta

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Acercarse…

Miércoles, 19 de agosto de 2020
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Acercándonos a otra persona con amor en el corazón,

sin pedir nada sino tan sólo ofreciendo ese amor,

creamos relaciones milagrosas.

*

Wayne Dyer

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Andrés Rojas: “Es impensable que un cristiano asuma la violencia o la guerra como una salida mediática para los conflictos de hoy”

Miércoles, 19 de agosto de 2020
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Cristianismo-violencia_2258484171_14832604_660x371La muerte del justo redime al pecador

“Aún hoy quedan esos vestigios de una religión guerrera, de una religión intransigente, incapaz de dialogar con el que piensa distinto. Debo confesar que hace poco viendo una representación de Miguel Arcángel, descubrí que no había imagen más anticristiana que la de un ángel levantando una espada pisando al ‘diablo'”

“El Dios que lucha, lo hace del lado de los pequeños, de los pobres, de los oprimidos. Dicha visión del Dios protector, del pastor, incluso del עִמָּנוּאֵל (Emanuel) se acompaña de la tríada completada por profetas como Isaías: huérfanos, viudas y extranjeros”

“Dicha visión de un Dios de la guerra queda absolutamente abolida o más bien zanjada en la presentación mesiánica de Jesús y su proyecto de Reino”

La crisis del cristianismo actual se debe a una visión mesiánica veterotestamentaria, la misma que fue criticada por Jesús al ser propuesta por Simón Pedro.

La Edad Media, cargada de tantos fenómenos religiosos, llegó a repensar el cristianismo como un gran ejército que era capaz por la espada, de silenciar a los infieles y de instaurar el Reino de la Iglesia (no el Reino de Dios) con el Sumo Pontífice a la cabeza (no la de Cristo).

La idea de defender la religión y los lugares santos con la orden del Temple o las “Cruzadas” (instigado por algunos reyes católicos) es sin duda una de las tergiversaciones más graves del cristianismo, y aún hoy quedan esos vestigios de una religión guerrera, de una religión intransigente, incapaz de dialogar con el que piensa distinto. Debo confesar que hace poco viendo una representación de Miguel Arcángel, descubrí que no había imagen más anticristiana que la de un ángel levantando una espada pisando al “diablo”.

Esta imagen del arcángel es tomada por el libro del Apocalipsis para asociarlo a la imagen de los mártires que con su sangre son capaces de proclamar la victoria del Cordero (Ap. 12, 7-9), dicho relato presenta la expulsión del “cielo” del “acusador de nuestros hermanos” (Ap. 12, 10), una clara evocación al personaje que ocasiona los males al justo Job, cuyo mito tiene como intención hablar de la ley de la compensación y responder a la pregunta ¿por qué le pasan cosas malas a los justos? (Job. 1, 6)

No es precisamente un combate entre iguales; dicho libro, el Apocalipsis, puede manifestar muy bien la intención final de esta reflexión, los oprimidos alcanzan la victoria, no levantándose en armas contra sus victimarios, sino asumiendo la misma condición del Cordero degollado, lavando sus vestiduras en la sangre del martirio (Ap. 7, 14).

Algunas imágenes de Dios, en el antiguo testamento, lo presentan como el Tsebaoth צבאות (Dios de los ejércitos) al estilo del dios griego Ares, con su equivalente romano: Marte, dios de la guerra. Junto al pueblo de Israel, conquistando la tierra prometida, está la mano poderosa de Dios contra sus adversarios; pero muchos de estos relatos son post Babilónicos, es decir, tuvieron la intención de recuperar el sentido de nación de Israel luego de la deportación y casi desaparición de ellos como pueblo. Se puede hacer una lectura con las mismas herramientas hermenéuticas del libro del Apocalipsis, sobre todo en los libros del Éxodo, Josué, Jueces, entre otros.

El Dios que lucha, lo hace del lado de los pequeños, de los pobres, de los oprimidos. Dicha visión del Dios protector, del pastor, incluso del עִמָּנוּאֵל (Emanuel) se acompaña de la tríada completada por profetas como Isaías: huérfanos, viudas y extranjeros. Pero la lectura superficial de los textos veterotestamentarios pueden llevar a la confusión de creer que YHWH es un “dios de guerra”. Dicha visión queda absolutamente abolida o más bien zanjada en la presentación mesiánica de Jesús y su proyecto de Reino, distinto a la visión de los judíos de la época. Si Dios era Rey, no lo era como los de este mundo (Mt. 10, 43-45), y si la espada se utilizaba para conquistar, debía ser envainada porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán. (Mt. 26, 52)

La imagen del siervo sufriente, adoptada por Jesús, es el único camino para la consecución de los valores auténticos del Reino. El malvado, de frente al rostro sin apariencia humana (Isaías 53, 2) no tiene de otra más que verse identificado en el reflejo de inhumanidad y sentirse tocado por aquellos que sufren, aunque no se de en el mismo momento, o incluso a largo plazo. La redención del malvado se da en esa espiral de relaciones inhumanas, el criminal al verse confrontado con la paciencia y amor ágape (ἀγάπη) de la víctima, redescubre su propia humanidad perdida, y para completar la escena de misericordia, sucede algo impensable, la víctima muere perdonando, sus últimas palabras no son de venganza, ni de odio, sino de una profunda espiritualidad que viene concebida por la confianza en el Dios que resucita.

Por eso el autor de la doble obra neotestamentaria (Lucas y Hechos) presenta a Jesús perdonando (Lc. 23, 34) y al primer mártir imitando a su maestro (Hc. 7, 60). El libro de Hechos, que es un evangelio proyectado en la vida de los seguidores de Jesús, presenta cómo la persecución e incluso la muerte, se convierten en semillas de nuevos cristianos, como aseguraba Tertuliano (año 197), que de seguro se inspira en las palabras del Señor, cuando evoca la realidad de la semilla que cae en tierra y muere (Jn. 12, 24)

Yo he sido un convencido de que el relato de la conversión de Pablo camino a Damasco es una respuesta “reflejo” del apóstol frente a los que él perseguía. Jesús se le presenta como el perseguido y él reconoce el rostro del Señor en todos aquellos que había enviado a la cárcel y hecho azotar.

Por eso es impensable que un cristiano asuma la violencia o la guerra, como una salida mediática para el conflicto del mundo de hoy, no se pueden ni siquiera consentir en el pensamiento ideas que promuevan conflictos armados o “venganzas a propia mano”. Hace poco se viralizó una noticia acontecida en México de dos ladrones que se subieron a una combi (bus de transporte público) y uno de ellos fue presa de sus víctimas, quienes le proporcionaron una golpiza que lo llevó finalmente a la muerte. Mucha gente celebró enfáticamente el trágico acontecimiento, pero sin duda puede que los redimidos no hayan sido los que se libraron del atraco sino el atracador, porque esa es la lógica ilógica de Dios, a quien no le podemos reprochar el modo de gobernar el mundo (Mt. 20, 1-16).

Y en Colombia, una gran parte de la población siente un odio visceral por los grupos armados al margen de la ley, muchos de ellos ni siquiera estuvieron en el fuego cruzado en los momentos más duros de la guerra, pero aún así existe en el imaginario colectivo una visión de “la muerte redentora”, es decir, la idea de que matando a los malos se logrará la paz. En el fondo la guerra nunca se irá porque quedarán los victimarios de los victimarios, es como un círculo de violencia de nunca acabar. Una tarea grande que se tiene en este país, que se profesa de mayoría cristiana, es ayudarles a redescubrir la humanidad de todos, incluso de los que se consideran malos, ya que muchos de ellos fueron reclutados siendo niños y no conocieron otra realidad más que la guerra.

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‘Bojayá entre fuegos cruzados’, documental dirigido por Oisín Kearney

En la película de Harry Potter y la orden del Fénix, sin pretender hacer apología de la “brujería” o cosa parecida, en un diálogo entre Harry y su padrino Sirius, él le recuerda que “las personas no se dividen en buenos y malos; todos tenemos luz y oscuridad en nuestro corazón. Lo importante es qué parte decidimos potenciar” o en la traducción latina “lo que importa son los caminos que tomamos”. Dicha escena puede concluir cuando al final de la película Sirius es asesinado y en el recuerdo de la imagen de su padrino, Harry opta por perdonar a la asesina.

El mensaje de Jesús es contundente, perdonar a los que nos ofenden, orar por quienes nos persiguen e imitar al Padre, que hace brillar el sol sobre justos e injustos (Mt. 5, 45). El cristianismo no puede seguir dividido entre los que son buenos y merecen premios temporales y los que son malos y deben ser rechazados por la comunidad, esa división, según los relatos Bíblicos, no se da sino hasta el juicio del Hijo del Hombre sobre el mundo (Mt. 14, 24; 25, 32). Él es el único con la autoridad de juzgar (Mt. 7, 2). Además, puede correrse el riesgo de que todos los que se consideraron a sí mismos como trigo, resulten siendo cizaña, o que sean como el hijo mayor de la parábola, creyendo que por vivir en la casa del Padre estaba con su corazón embotado totalmente a su voluntad (Lc. 15, 11-32).

Estos postulados no implican un silencio frente a las injusticias o a la denuncia profética de las estructuras de muerte, al contrario, asumir la actitud del siervo sufriente es una denuncia mucho más locuaz que las mismas palabras. Se contagia con un testimonio capaz de desenmascarar a los verdaderos “diablos” y llevar a los perversos a caminos de humanización.

Y esta tarea de humanización es bidireccional, en desarmar a los que se creen buenos y en convertir por la fuerza de la bondad interior a los que usan la violencia como instrumento de poder. Esta misión urge en un mundo donde crece el individualismo ateo y donde cada vez más crece una brecha entre unos que se creen buenos y otros que son considerados como malos. En el fondo dicha brecha va a acompañada, no exclusivamente, en la división de estratos sociales.

Comprender ese misterio del Reino de Dios no es algo fácil, el Señor nos pone a prueba no en los momentos felices de nuestra vida, sino en los momentos límites, el que pierde su vida la ganará (Mt. 10, 37 ss). Pero la religiosidad actual se encuentra en crisis, la negación de los compromisos auténticos del cristianismo ha llevado a un tipo de religiosidad peligrosa: con valores torcidos, con visiones híbridas de un espiritualismo medieval, un capitalismo salvaje y un consumismo individualista y deshumanizado. Al punto llegaremos a ser hombres y mujeres profundamente creyentes en un más allá vacío y en un más acá sin sentido. Tendríamos que tener el valor de la mujer que vio a todos sus hijos morir y solo confiaba en la promesa de recuperarlos en la eternidad: “Él, en su misericordia, les devolverá la vida y el aliento” (2 Mac. 7, 23).

A modo de conclusión, como afirmaba Hans Kung en su obra Ser Cristiano, “cristianismo y humanismo no son polos opuestos; los cristianos pueden ser humanistas, y los humanistas, cristianos… El cristianismo sólo puede entenderse rectamente como humanismo radical” (Cfr. Pág. 29. Ed. 1977) Dicho humanismo no pone al ser humano como el centro del universo, dominando y controlando al resto de la creación, más bien pone al hombre al servicio del hombre, y ese servicio implica una integración con todo lo que lo rodea, cambiando el modo de estar el mundo y abriendo su corazón al Evangelio, capaz de hablar en medio de las tormentas del mundo de hoy y dar respuestas radicales frente a una sociedad relativa.

Solo hay dos caminos, el primero lleva a la Resurrección. Pero dicho camino implica el sufrimiento y la cruz asumidos con valentía profética, y el segundo camino termina en el calvario, con las armas empuñadas y mirando una cruz vacía, con unos edictos de guerra sin sentido y un fratricidio que terminará con las vidas de todos los involucrados en el conflicto. La muerte de los que siguen el camino de Jesús, hará brotar la esperanza en un mundo dividido, redimiendo y perdonando a los que persiguen.

Fuente Religión Digital

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¡Paz a todos los hombres de mala voluntad!

Domingo, 28 de junio de 2020
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Hoy es el día en el que celebramos el Día Internacional del Orgullo Gay, en recuerdo del levantamiento dela comunidad LGTBI frente a la opresión social y el acoso policial en The Stonewal Inn ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Se cita a estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la comunidad LGBTI luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBTI en Estados Unidos y en todo el mundo.

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Jesús nos invita a despojarnos del miedo, a levantar la cabeza, a dejar las opresiones y decir alto y claro a los que detentan el poder en las distintas iglesias: ¡Somos  creyentes, somos cristianos, somos personas LGTBI, somos Hijos e Hijas de Dios! ¡Nada ni nadie nos va a parar!

Y, a pesar de los avances, no podemos olvidar a quienes han caído en el camino victimas de la homofobia, de la Transfobia… Por eso, gritamos fuerte con este texto que hemos recogido del blog de la Communion Béthanie:

¡ Paz a todos los hombres de mala voluntad!

Qué cese toda venganza y toda llamada al castigo.
Los crímenes sobrepasan toda medida,
hay demasiados mártires…
También, no midas sus sufrimientos al peso de tu justicia, Señor,
y no deja estos sufrimientos al cargo de los verdugos,
para hacerles pagar una factura terrible.
Qué todo sea pagado de otra manera.
Ponte a favor de los verdugos,
de los delatores,
de los traidores
y todo hombre de mala voluntad,
el coraje y la fuerza espiritual de los demás,
su humildad,
su dignidad,
su lucha interior constante y su indecible esperanza,
la sonrisa que estanca sus lágrimas,
Su amor,
sus corazones quebrantados que permanecen firmes y confiados a la misma muerte, sí,
hasta los momentos de la más extrema debilidad…
Qué todo esto sea depositado delante de Ti,
Oh, Señor,
para el perdón de los pecados,
como rescate para el triunfo de la justicia.
¡ Qué el bien sea contado, no el mal !
Y qué las víctimas se queden en la memoria de los que les persiguen,
no como una pesadilla,
no como de los espectros atados a sus pasos,
sino como apoyos en su propio esfuerzo
para reducir la furia de sus pasiones criminales.
No pedimos nada más.
Y cuando todo esto se acabe,
da a las víctimas el vivir,
Señor,
hombres entre los hombres,
y que la paz vuelva sobre nuestra pobre tierra,
paz para todos los hombres de buena voluntad
y para todos los demás.

 Esta oración procede de los archivos de un campo de concentración en Alemania
*

Mgr Antoine Bloom
« Prière vivante »

1815079201

***

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Con paz y alegría.

Lunes, 4 de mayo de 2020

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La Buena Noticia se convierte en mala noticia cuando es anunciada sin paz ni alegría. Todo el que proclama el amor de Jesús, que perdona y cura, con un corazón amargado es un falso testigo.

Jesús es el salvador del mundo. Nosotros, no. Nosotros estamos llamados a dar testimonio, siempre con nuestra vida y, en ocasiones, con nuestras palabras, de las grandes cosas que Dios ha hecho en favor de nosotros. Ahora bien, ese testimonio debe proceder de un corazón dispuesto a dar sin recibir nada a cambio.

Cuanto más confiemos en el amor incondicionado de Dios por nosotros, más capaces seremos de anunciar el amor de Jesús sin condiciones internas ni externas.

*

H. J. M. Nouwen,
Pan para el viaje, PPC, Madrid 1999.

***

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Si fuésemos como nos quieres, Señor…

Viernes, 13 de marzo de 2020
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Si fuésemos como nos quieres, Señor;

la tierra seria diferente:

estaríamos gozosos de existir

comprender darnos y perdernos.

¡Igual que el Padre, que hace brillar el sol

sobre los campos de buenos y malos:

estaríamos radiantes al vencer por amor

y poner fin a una historia de muerte!

¡Así es, solo así: de otro modo

no podéis salvaros, hombres!

Si matáis a Caín

siete veces os aniquilará la muerte.

Señor te pedimos

que todos se libren del insidioso deseo de vengarse,

del instinto justiciero a la medida,

de devolver golpe por golpe: éste es el cáncer que nos devora;

que tus creyentes, al menos, extirpen del corazón

la idea del enemigo. Amén

*

D. M. Turoldo

***.

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Bombardeo siempre cercano

Miércoles, 5 de febrero de 2020
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mirada-de-esperanza-1-e1579201882934Koldo Aldai Agirretxe
Artaza (Navarra).

ECLESALIA, 17/01/20.- Nos llegan washaps invitándonos a tomar “prudente” distancia del acontecer mundial y más concretamente de la reciente crisis surgida a raíz del asesinato del general Soleimani. Nos cuesta tomar esa distancia, más bien no la deseamos. Queremos estar con la humanidad. Aspiramos a ser uno con ella.

Podemos y seguramente deberemos dosificar telediario, limitar el tiempo que nuestro oído ofrece al dolor del mundo, podemos mantener una conexión controlada con el devenir de nuestros hermanos…, pero nunca de espaldas a ese dolor, nunca al margen de esos avatares. Nos sentimos felices de estar en medio de este tiempo, tan difícil como apasionante, tan complicado com esperanzado. No renunciaremos a ese privilegio.

Los misiles sobrevuelan nuestras cabezas, los cráteres del metal arrojado se siembran en nuestros caminos, brotan a nuestros pies. Nos sentimos íntimamente vinculados al devenir humano. No nos exiliaremos de la geografía ya sufriente, ya carenciada. Las Grandes Almas no han dejado lugar a la duda al respecto: “No queremos devotos nuestros. No necesitamos de nadie que nos alabe. Queremos devotos de la humanidad…” (Maestro Dhwal Khul; expresión no literal) ¿Cómo podremos ser devotos de una humanidad de la que no sabemos lo que le acontece? ¿Cómo podremos ayudar a un necesitado de quien desconocemos sus necesidades?

No es de Ley sacarla del “kit”. La responsabilidad planetaria iba en el contrato de vida. No representa un peso, sino una necesidad, una oportunidad para revertir en clave de evolución. Ahora bien, el compromiso que sea siempre imbuido de cordura, respeto y ecuanimidad, restado de toda emocionalidad negativa. No somos los labios de la maledicencia y el exabrupto. Pensamiento y Verbo siempre rendirán a la Luz. Somos los labios del futuro, la expresión de la esperanza, la manifestación de la nueva Tierra privada de toda suerte de rencor y animadversión.

La música de las esferas llegará después de haber agotado la oración, después de haber atendido al grito del Sur y al estruendo de los bombardeos. Vacaciones de telediario cuando el planeta se instale en amor y fraternidad. Disfrutaremos exclusivamente del “tatami”, el incienso y el silencio, cuando toda herida cicatrizada, cuando todo estómago saciado, cuando todos nuestros hermanos vivan en cooperar y compartir. Gozaremos de las mieles del descanso cuando la humanidad y nosotros con ella, nos hayamos por fin liberado.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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Algunas claves para la paz.

Viernes, 8 de noviembre de 2019
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36244E4A-285A-4918-83FC-34692789685CAunque correspondía al mes de octubre…

El mes de octubre empieza el calendario cristiano, con la celebración de Teresa de Lisieux, sigue la de Francisco de Asís, y luego la de Teresa de Jesús.

Ahí están tres ejemplos de personas que evolucionaron y permitieron así un cambio radical de modos de orar y como consecuencia de vivir en consonancia con la naturaleza, de soportar el dolor, la incomprensión, la calumnia y desprecio…y en medio de todo ello, y tal vez, por la lucha que todo ello suscitó en ellos, nos presentan una experiencia de Dios que rompe los moldes de todo lo establecido.

Imagina la experiencia de las dos Teresas… mujeres enamoradas, no sin luchas fuertes y desoladoras incomprensiones…la de Ávila reta a los más altos maestros del momento con sus experiencias interiores amorosas en medio de una despiadada persecución por parte de la Inquisición, por ser mujer, por hablar de Dios…también por ser de ascendencia judía. Pero ella se mantiene viva y fuerte por la experiencia potente de Amor y fuerza, que como transfusión, recibe. Aunque no le fue fácil llegar ahí.

Estas potentes mujeres, desde conventos, sin permisos de sínodos…siguen evolucionando, siguen escuchando, y la fuerza de Dios entra en ellas y acampa a sus anchas. Cambian la religiosidad estancada de muchos, en experiencia viva y personal de una trascendencia imparable.

Francisco no se queda atrás. Enfrenta en su persona, todos los poderes patriarcales, empezando por su padre y siguiendo por el Vaticano. No espera permisos, vive por fuera lo que descubre dentro.  Y además,  vive ofreciendo la solución a la humanidad de hoy, colaborando con la evolución desde un respeto a todo, con su estilo de vida proféticamente pobre para demostrarnos cuán equivocados estamos con nuestro consumo abusivo y búsqueda obsesiva del bienestar.

Su templo está afuera, ha descubierto el rostro del Amado en todo, e identifica todo como un Todo.

Francisco y las Teresas tienen las claves:

Sencillez evangélica:

Uso de todos los recursos y talentos-capacidades recibidos para transformar el presente. Son personas de Paz y de denuncia. Son personas que cambian con sus vidas, estructuras anquilosadas y perniciosas para la salud mental y espiritual de la gente.

Inteligencia emocional y espiritual equilibrada:

Cambian la iglesia transformando estructuras que tenían una gran incidencia social. Se enfrentan a lo establecido y reglado con una nitidez envidiable.

¿Qué podemos aprender de estas personas?

Cada uno tiene una experiencia de Dios genuina. Esta es la experiencia raíz común en ellos: una relación con Dios madura, natural, familiar, sin intermediarios. El Dios con quien dialogan y están en íntima comunicación es el Abba de Jesús.

Es para ellos, y para nosotras, el agua que sacia la sed. No en la forma de varios vasitos al día, sino en la forma de fuente que nunca se seca, de catarata que impulsa su energía y la nuestra para llegar donde hace falta.

El agua que millones no tienen. No sólo materialmente, que son muchísimos, demasiados y cada día más por la emergencia climática, sino también interiormente.

En un momento político muy complicado en nuestro país, pido, oro por esa Paz que se obtiene con el respeto a la diversidad y que tan lejana se presenta.

Pido humildad franciscana para los políticos. Veo arrogancia, falta de calidad humana y muchas ganas de mandar.

No es momento de discursos, es momento de andar unidos para salvar el planeta, recuperar lo extinguido: a millones de especies y a la especie humano-divina que somos. Recuperar la fuerza interior que hombres y mujeres de nuestra historia pueden compartirnos. Su método. Su esfuerzo. Su amor que les impulsa y desinstala.

Duele la división, la incomprensión, duele el dolor que causamos con nuestras divisiones políticas, religiosas, familiares, estremece la destrucción de la casa común con sus consecuencias imparables.

Unámonos en ese trabajo escondido por la paz. Paz que viene de una igualdad que se experimenta dentro, como nos enseñan las Teresas y Francisco. Paz que se transmite con un estilo de vida de peregrina: carga ligera, comida sana y frugal, compartir lo que se tiene con los caminantes, respetar el suelo que se pisa y las gentes y costumbres que lo habitan.

Eduquemos a nuestros hijos en un nuevo paradigma. El de la Paz, fruto de la justicia y del amor que todo lo envuelve.

Por nuestra parte, nos proponemos no callar. Podéis dejar de leernos, escucharnos, pero mientras haya sed deseamos compartir del agua que nos sacia.

Magda Bennásar Oliver

Fuente Fe Adulta

Espiritualidad

En busca de la paz

Sábado, 14 de septiembre de 2019
Comentarios desactivados en En busca de la paz

9788415809548Pedro Zabala,
Logroño.

ECLESALIA, 02/09/19.- En la Colección Sinergia, editada por el Instituto Emmanuel Mounier, el profesor Federico Velázquez de Castro González ha publicado una obra pequeña de tamaño, mas enjundiosa de contenido. Su título: Persona y naturaleza.

En su Introducción, señala que vivimos una crisis con muchas facetas: ambiental, económica, de valores, alimentaria… Esto puede llevarnos a un colapso, si no reaccionamos ante las evidentes señales de alerta. Urge despertar, individual y colectivamente. Con tres ejes: Unidad, Espiritualidad y Compromiso.

Sigue diciendo que “la paz no es tanto un valor a conseguir, sino un fruto que procede del espíritu y de la comprensión de la realidad. En nuestra experiencia diaria observamos cómo la paz es inestable, cómo hay momentos en los que, a través de ella, nos sentimos unificados y otros en los que la perdemos, bien por agitación interior o por los estímulos externos”.

Sólo desde la serenidad, podemos conseguir paz, pues es fruto de la confianza. ¿Confianza en qué, en Quién? En que la vida -a pesar de sus sinsabores- tiene un sentido. Somos amados, por eso y para eso existimos. Enseña el profesor que  para la resolución de los problemas, el método de las tres “I”. puede servirnos de ayuda.

La primera “I” es la Impregnación: el examen de los problemas desde todos los ángulos. La siguiente es la Incubación, en ella parece que descansamos del agobio, durante ella el cerebro coloca cada pieza en su sitio. La tercera “I” es la Iluminación, el momento crucial en que nos aparece súbitamente la solución.

La meditación y la atención generan importantes cambios personales que nos sitúan en el camino hacia la paz. Pues, si no la hemos interiorizado, difícilmente podremos laborar por la paz en el mundo.

¿Cuándo somos instrumentos de la consecución de la paz?:

  • “Cada vez que ofrecemos sentido a la vida, transmitiendo valores y esperanza.
  • Cuando somos instrumentos de conversión.
  • Cada vez que intervinimos constructivamente en los conflictos de la vida.
  • Cuando no avasallamos, ni somos desconsiderados, respetamos y escuchamos.
  • Cuando sabemos absorber la violencia, frenándola, deteniéndola.
  • En el amor y en el perdón”.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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¡Paz a todos los hombres de mala voluntad!

Viernes, 28 de junio de 2019
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Hoy es el día en el que celebramos el Día Internacional del Orgullo Gay, en recuerdo del levantamiento dela comunidad LGTBI frente a la opresión social y el acoso policial en The Stonewal Inn ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Se cita a estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la comunidad LGBTI luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBTI en Estados Unidos y en todo el mundo.

Jesús nos invita a despojarnos del miedo, a levantar la cabeza, a dejar las opresiones y decir alto y claro a los que detentan el poder en las distintas iglesias: ¡Somos  creyentes, somos cristianos, somos personas LGTBI, somos Hijos e Hijas de Dios! ¡Nada ni nadie nos va a parar!

Y, a pesar de los avances, no podemos olvidar a quienes han caído en el camino victimas de la homofobia, de la Transfobia… Por eso, gritamos fuerte con este texto que hemos recogido del blog de la Communion Béthanie:

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¡ Paz a todos los hombres de mala voluntad!

Qué cese toda venganza y toda llamada al castigo.
Los crímenes sobrepasan toda medida,
hay demasiados mártires…
También, no midas sus sufrimientos al peso de tu justicia, Señor,
y no deja estos sufrimientos al cargo de los verdugos,
para hacerles pagar una factura terrible.
Qué todo sea pagado de otra manera.
Ponte a favor de los verdugos,
de los delatores,
de los traidores
y todo hombre de mala voluntad,
el coraje y la fuerza espiritual de los demás,
su humildad,
su dignidad,
su lucha interior constante y su indecible esperanza,
la sonrisa que estanca sus lágrimas,
Su amor,
sus corazones quebrantados que permanecen firmes y confiados a la misma muerte, sí,
hasta los momentos de la más extrema debilidad…
Qué todo esto sea depositado delante de Ti,
Oh, Señor,
para el perdón de los pecados,
como rescate para el triunfo de la justicia.
¡ Qué el bien sea contado, no el mal !
Y qué las víctimas se queden en la memoria de los que les persiguen,
no como una pesadilla,
no como de los espectros atados a sus pasos,
sino como apoyos en su propio esfuerzo
para reducir la furia de sus pasiones criminales.
No pedimos nada más.
Y cuando todo esto se acabe,
da a las víctimas el vivir,
Señor,
hombres entre los hombres,
y que la paz vuelva sobre nuestra pobre tierra,
paz para todos los hombres de buena voluntad
y para todos los demás.

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Activistas recrean una foto de amor lésbico por la actuación de Madonna en Israel

Miércoles, 22 de mayo de 2019
Comentarios desactivados en Activistas recrean una foto de amor lésbico por la actuación de Madonna en Israel

activistas-recrean-una-foto-de-amor-del-mismo-sexo-para-celebrar-a-madonna-en-israelActivistas en Israel han recreado una foto icónica que muestra a una mujer judía y a una mujer musulmana a punto de besarse para celebrar la llegada de Madonna a Israel para su actuación en Eurovisión.

El fotógrafo Ziv Sade se volvió viral hace cuatro años cuando compartió una foto de un hombre judío y un hombre musulmán a punto de besarse, que publicábamos este domingo. La foto fue luego compartida por Madonna online para promocionar su álbum Rebel Heart.

Activistas LGBT+ israelíes y Sade decidieron recrear la poderosa imagen para celebrar la llegada de Madonna a Tel Aviv para actuar en el Festival de Eurovisión.

El fotógrafo quería mostrar que el amor puede “derribar barreras”. Las dos mujeres de la foto son activistas LGBT+ de la organización Solutions Not Sides y son una pareja en la vida real, según Sade. “Queríamos tener otra oportunidad para demostrar que el amor no tiene límites ni muros, que el amor puede derribar barreras y nociones preconcebidas”, dijo Sade a PinkNews.

Explicó que visitó Israel a principios de este mes desde Los Ángeles y fue contactado por uno de los hombres de la foto original, quien les sugirió que recrearan la imagen, pero esta vez con dos mujeres. “24 horas más tarde estábamos en el plató con la idea de crear la versión femenina. Fue como si las estrellas se estuvieran alineando”, dijo. “Nuestro objetivo con esta foto era continuar la discusión sobre nuestras relaciones con la religión y las culturas y tratar de cerrar la brecha con amor.

Dijo que quería crear una conversación sobre el “amor” y la “aceptación” y que quería romper con las ideas preconcebidas sobre cómo la gente debe comportarse y actuar. “El arte nos ayuda a crear cosas que a veces tenemos miedo de poner en palabras, y espero que esta foto, como la anterior, envíe un mensaje de apertura, libertad, coraje, progreso y amor”.

Al hablar sobre la decisión de Madonna de compartir su foto en línea como parte de su campaña de promoción del Corazón Rebelde, Sade dijo que estaba “halagado y emocionado”. Ahora espera que ella vea el remake y lo comparta en línea.

Ziv Sade dijo que un boicot a Eurovisión “detendría” la conversación. En otros lugares, Sade hizo un llamamiento para que Madonna cancelara su actuación como parte de la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel. “Entiendo la rabia y la frustración que algunas personas sienten por los acontecimientos de Eurovisión en Israel, especialmente en estos tiempos tan delicados en los que la gente del otro lado de la frontera está luchando, y entiendo por qué algunas personas están enfadadas por esta situación. Mi objetivo como artista es reunir a la gente y tratar de inspirar tolerancia y amor”, continuó Sade. “Es una situación muy complicada y necesitamos recordar que cada vez que la oscuridad se apodera de nosotros, necesitamos hacer brillar nuestra colorida luz más y más fuerte”.

Dijo que el boicot a Eurovisión “detendría” la conversación, y que el arte permite que se inicie una conversación.

Fuente PinkNews

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Debate sobre Oriente Medio en la ONU: El Vaticano vuelve a defender “la solución de dos Estados” para Israel y Palestina

Jueves, 2 de mayo de 2019
Comentarios desactivados en Debate sobre Oriente Medio en la ONU: El Vaticano vuelve a defender “la solución de dos Estados” para Israel y Palestina

shutterstock_381326254“La dificultad no significa imposibilidad;  corresponde a las partes, a los actores regionales y al resto de la comunidad internacional, hacer todos los esfuerzos y utilizar toda su persuasión política y diplomática para evitar que esta dificultad se convierta en una imposibilidad”

Jerusalén, “patrimonio común de la humanidad y especialmente de los fieles de las tres religiones monoteístas” 

En la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York el Arzobispo Bernardito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU participa en el debate sobre la situación en Oriente Medio, incluida la cuestión palestina y señala que “la formación de un nuevo gobierno palestino ofrece un atisbo de esperanza en medio de las sombras de la desesperación que durante demasiado tiempo han caracterizado el conflicto israelí-palestino”. Además, puntualiza, “la unidad es esencial” para una Palestina políticamente estable y económicamente viable y elogia los esfuerzos “incansables” de los países vecinos “para forjar conversaciones con las distintas facciones palestinas y facilitar el diálogo entre ellos”.

Hablando a cerca de la descripción realizada por el Coordinador Especial para el Proceso de Paz de Oriente Medio, Nickolay Mladenov, quien pinta con frecuencia un panorama sombrío de la situación en la que se afanan las tensiones y donde la violencia entre comunidades tiene el potencial de estallar en cualquier momento, asegura que en Gaza, “la situación humanitaria desastrosa alimenta la desesperación de la población palestina, a veces manipulada por grupos extremistas que recurren a la violencia, mientras aumenta el temor por la seguridad israelí”.

coexistenceEn este sentido, Mons. Auza recuerda a los tantos civiles inocentes que, en ambos lados, “han pagado el precio del uso indiscriminado de la violencia y la fuerza”.

La solución de dos Estados: Dificultad no significa imposibilidad

Durante su intervención, Mons. Auza también ha expresado que la tierra palestina está “cada vez más fragmentada” y esto provoca “que la solución de dos Estados sea más difícil de realizar”. Pero – ha señalado – “la dificultad no significa imposibilidad; por lo tanto, corresponde a las partes, a los actores regionales y al resto de la comunidad internacional, hacer todos los esfuerzos y utilizar toda su persuasión política y diplomática para evitar que esta dificultad se convierta en una imposibilidad”. Además, ha pedido que si la solución de dos Estados se convierte en una realidad, “el ciclo de violencia debe romperse y ambas partes deben resolver para evitar acciones unilaterales que socavarían la solución de dos Estados.

Jerusalén: patrimonio común de las tres religiones monoteístas

Al final de su discurso, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU advierte de “los movimientos que quieren cambiar la identidad de Jerusalén y su status quo”, los cuales – dice – “no solo afectan a las poblaciones ya frágiles que viven allí, sino que también tienen efectos perjudiciales para la paz y la estabilidad en la región”. En este sentido, recuerda el “llamado conjunto” del Papa Francisco y Su Majestad el Rey Mohammed VI que tuvo lugar durante el Viaje Apostólico del Papa a Marruecos el pasado mes de marzo en el que ambos shutterstock_323599394.0declararon la importancia de preservar la Ciudad Santa de Jerusalén “como el patrimonio común de la humanidad y especialmente de los fieles de las tres religiones monoteístas, como un lugar de encuentro y como símbolo de la coexistencia pacífica, donde se puede cultivar el respeto mutuo y el diálogo”.

Por último, hace suyas las palabras del Papa durante su mensaje de Pascua de este año: “Que la luz de la Pascua ilumine a todos los líderes gubernamentales y pueblos del Medio Oriente, comenzando con los israelíes y los palestinos, y los aliente a aliviar ese gran sufrimiento y perseguir un futuro de paz y estabilidad”.

Fuente Religión Digital

Cristianismo (Iglesias), Iglesia Católica, Islam, Judaísmo , , , , , , , , , , ,

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