Elecciones en Turquía: el presidente Erdoğan dice que “nunca será pro-LGBT” porque “la familia es sagrada”
El presidente turco Erdoğan lanzó un nuevo ataque contra su oposición, calificándolos de “pro-LGBT” en un mitin de campaña en Estambul
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, calificó a su oposición de “pro-LGBT” en un mitin de campaña y dijo que los “enterraría” en una “urna electoral”.
Erdoğan celebró un mitin electoral el domingo (7 de mayo) en Estambul y, según Reuters, prometió que su Partido Justicia y Desarrollo (AKP) y otros partidos de su alianza “nunca serán pro-LGBT porque la familia es sagrada para nosotros”.
Erdoğan agregó: “Enterraremos a los pro-LGBT en las urnas”.
Se enfrenta a Kemal Kılıçdaroğlu, líder del Partido Popular Republicano (CHP) y, según Foreign Policy , el CHP “lidera en varias encuestas”. Representa el mayor desafío que Erdoğan ha enfrentado a su liderazgo desde que asumió la presidencia en 2014.
No sorprende entonces que, con Turquía a punto de votar en las elecciones presidenciales y parlamentarias del 14 de mayo, Erdoğan haya intensificado la misma retórica anti-LGBTQ+ por la que ha sido conocido a lo largo de su presidencia.
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En un mitin en Izmir el mes pasado, dijo: “En esta nación, los cimientos de la familia son estables. LGBT no surgirá en este país. Párate derecho, como un hombre: así son nuestras familias”.
El desdén de Erdogan por la comunidad LGBTQ+ está bien documentado. En el pasado, ha etiquetado a la juventud queer como vándalos y su retórica ha llevado a muchas personas LGBTQ+ turcas a vivir con miedo.
Turquía se ha convertido en un lugar cada vez más hostil para las personas queer con políticos de alto nivel, líderes religiosos y minoristas que lanzan ataques contra la comunidad LGBTQ+ y crueles asesinatos y linchamientos.
En septiembre de 2022, miles participaron en una marcha de odio anti-LGBTQ+. La gente sostenía carteles que decían “proteger a la familia es un tema de seguridad nacional”.
Erdoğan y la Turquía de la represión, el silencio y la LGTBfobia
Técnicamente es legal ser gay en Turquía, pero las personas LGBT + en el país tienen pocos derechos legales y enfrentan un estigma extremo, y los desfiles del Orgullo a menudo son brutalmente reprimidos por la policía y en los últimos tiempos, Turquía ha visto un aumento en la retórica homofóbica. De hecho, Turquía abandonó la histórica Convención de Estambul porque “normaliza la homosexualidad”.
En Cristianos Gays hemos informado de la involución de derechos y de visibilidad pública del colectivo LGTB en Turquía. En febrero de este año dos jóvenes eran arrestados en Turquía por un cartel con banderas LGBT.
En 2013 nos hacíamos eco de la histórica manifestación del Orgullo de Estambul, en la que participaron más de 15.000 personas (siendo la más multitudinaria hasta la fecha). Pero las ediciones de 2015 y 2016, en cambio, eran reprimidas violentamente por las autoridades. En 2015, según los organizadores del Orgullo, la marcha fue «prohibida de repente por la oficina del Gobernador de Estambul, a causa del mes de Ramadán, sin ningún aviso».
Una circunstancia que, siendo exactamente igual, no impidió la manifestación en 2014 (un año en el que el Tribunal Constitucional de Turquía reconocía por primera vez que llamar “pervertidos” a las personas LGTB es lenguaje de odio). En 2016 la Policía turca disolvía violentamente la Marcha del Orgullo Trans de Estambul. Fue prohibida por el gobernador, que justificaba su decisión por “la seguridad de nuestros ciudadanos, en primer lugar, de los propios participantes”, pero desde el activismo LGTB se contempló como una claudicación ante las amenazas de grupos de extrema derecha nacionalista e islamistas. Una semana después, el Orgullo LGTB de Estambul correría la misma suerte. En agosto de 2016, la activista trans Hande Kader era brutalmente vejada y asesinada, después de haberse posicionado en primera fila durante el reprimido Orgullo Trans.
Una situación que se repetía en 2017, cuando tras las amenazas de un grupo ultranacionalista, y lejos de asegurar el ejercicio del derecho de manifestación del colectivo LGTB, el gobernador de Estambul prohibía la manifestación del Orgullo cediendo al chantaje de los extremistas. Cientos de valientes activistas desafiaron la prohibición y salieron a las calles, pero fueron duramente reprimidos.
En febrero de 2018 publicábamos que los tribunales administrativos 4º y 13º de Ankara, respectivamente, rechazaban los recursos de apelación de las organizaciones igualitarias Kaos GL y Pink Life (o Pembe Hayat), que pretendían acabar con la prohibición de celebrar actos LGTB, impuesta por el gobernador de Ankara, Ercan Topaca. Para la justicia, que se posicionaba a favor de la oficina del gobernador, «la prohibición no causará resultados irrecuperables», dictaminando que tal decisión «no es ilegal».
El último intento de fomentar el sentimiento homofóbico en Turquía sigue a un pánico moral provocado por una serie de Netflix ambientada en el país. Los rumores de un personaje gay en Love 101, lanzado en Netflix este mes, desató un torrente de furia del estado.
El presidente del Consejo Supremo de Radio y Televisión, Ebubekir Sahin, dejó en claro: “No toleraremos transmisiones que sean contrarias a los valores nacionales y espirituales de nuestra sociedad”. En línea, las publicaciones han acumulado miles de “me gusta” acusando a Netflix de “tratar de normalizar la inmoralidad”, calificando al gigante gigante del “enemigo del Islam” por transmitir el programa durante el Ramadán. No había ningún personaje gay visible cuando Love 101 debutó el 24 de abril, y los fans no tenían claro si el rumor era falso o si se tomó la decisión de editar el programa después de la reacción violenta.
Sin embargo, existe un creciente apoyo a la inclusión en el país. Una encuesta realizada el mes pasado encontró que el 45 por ciento de las personas en Turquía piensan que las personas LGBT + deberían tener los mismos derechos, un aumento del 36 por ciento del año anterior.
Desde el fallido intento de golpe de estado en Turquía, en julio de 2016, el presidente del país, Recep Tayyip Erdoğan, lo ha utilizado para acallar cualquier voz crítica que le resulte molesta. Ha despedido a miles de funcionarios públicos, acusándolos de golpistas, ha perseguido a periodistas y medios de comunicación críticos con el Gobierno y a políticos de la oposición y se ha detenido a activistas LGTB como Levent Pişkin o Uğur Büber. Solo en 2016, se imputaron cargos por “terrorismo” a 47.000 personas.
Como culminación del proceso de concentración de poder, el pasado abril Turquía aprobaba en referéndum convertirse en un estado presidencialista por un 51,41% de los votos. Erdoğan concentraba así toda la capacidad ejecutiva, junto a la potestad de elegir jueces de los tribunales superiores y disolver el Parlamento.
Con los dos mandatos de cinco años, aprobados como el plazo máximo que un presidente tendrá posibilidad de ejercer el cargo bajo la nueva Constitución, Erdoğan podría mantener su poder casi absoluto hasta 2029 (las próximas elecciones presidenciales no tienen lugar hasta 2019). Una situación altamente preocupante para el respeto de los derechos humanos y del colectivo LGTB en Turquía.
Fuente /Pink News/Cristianos Gays
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