Colombia: la propuesta de referéndum para prohibir adoptar a parejas del mismo sexo y personas solteras recibe el aval del Senado
Preocupantes noticias las que no llegan desde Colombia, donde la iniciativa promovida por la senadora del Partido Liberal Viviane Morales para convocar un referéndum que prohiba adoptar a las parejas del mismo sexo (y de paso a todas las personas solteras, con el argumento de que los niños necesitan “un papá y una mamá”) avanza a paso firme. Este miércoles el Senado colombiano daba su apoyo a la iniciativa por 55 votos a favor y 22 en contra. La iniciativa discriminatoria debe pasar todavía el filtro de la Cámara de Representantes (donde es altamente probable su aprobación) y, finalmente, de la Corte Constitucional. El alto tribunal, que en su momento avaló la constitucionalidad de la adopción homoparental, parece quedar como la última esperanza de los partidarios de la igualdad.
Colombia, como hemos recogido estos últimos años, ha dado pasos de gigante en lo que al reconocimiento de la homoparentalidad se refiere gracias a su Corte Constitucional. En noviembre de 2015, el más alto tribunal colombiano daba su visto bueno a la adopción homoparental conjunta por seis votos contra dos. Lo hacía centrándose en los derechos de los menores, “especialmente aquellos en situación de abandono, a tener una familia”. Un derecho que “se puede hacer efectivo brindándoles cualquier tipo de familia que se encuentre constitucionalmente reconocido, bien sea de aquellas conformadas por vínculos jurídicos, de las que surgen por vínculos naturales, o de las que se conforman por la voluntad responsable de sus integrantes”. Hay que tener en cuenta, en este sentido, el importante precedente que la misma Corte Constitucional sentó en 2011, cuando en otra histórica sentencia determinó que las parejas del mismo sexo están protegidas por el derecho constitucional a“conformar una familia”.
A los pocos días de la sentencia sobre la adopción, la Corte Constitucional fallaba también a favor de una pareja de hombres que en su momento no pudo registrar a sus dos hijos nacidos en Estados Unidos mediante gestación subrogada, ordenando además adecuar el formato de los registros de nacimiento para que estos admitiesen a los hijos de parejas del mismo sexo. La Corte consideró que los argumentos contrarios a estas inscripciones “se basan en una interpretación tradicional y heterosexual de la familia que aunque se encuentra plenamente protegida por la Constitución, no es la única unión familiar amparada por la Carta”. Ello llevó, pocas semanas después, a que por primera vez dos mujeres pudiesen registrar como madres a su hija, concebida por inseminación artificial en la propia Colombia, sin tener que recurrir a la vía de la adopción en el seno de la misma pareja. Fue ya posteriormente, en primavera de este año, cuando la Corte Constitucional de Colombia fallaba a favor del matrimonio igualitario, una cuestión que en Colombia se ha mantenido jurídicamente disociada de la adopción homoparental.
En definitiva, toda una serie de pronunciamientos en favor de la realidad familiar homoparental que desataron las iras de los homófobos, según los cuales la Corte Constitucional, con este tipo de sentencias, está legislando de espaldas al Congreso, donde es altamente improbable que fuesen aprobadas. Especial éxito tuvo la iniciativa de la senadora liberal Viviane Morales, de convicciones evangélicas (y que contó para ello con el apoyo de numerosos congresistas de diversas fuerzas políticas) para promover un referéndum de reforma constitucional que solo permita adoptar a parejas de distinto sexo. Parejas del mismo sexo (que acaban de estrenar ese derecho) y personas solas (que ya lo disfrutaban) perderían la posibilidad de adoptar a los miles de niños que en Colombia carecen de una familia. Morales debía reunir un número de firmas equivalente al 5% del censo electoral (1.665.000), pero gracias a la intensa movilización tanto de los grupos evangélicos como de las parroquias católicas consiguió de hecho rebasar los 2 millones.
Voto a favor del Senado
Una vez superado el número de firmas necesario, es el Congreso el que debe pronunciarse. La primera cámara parlamentaria en pronunciarse ha sido el Senado. En septiembre, su Comisión primera aprobaba la iniciativa por 10 votos a favor y solo 2 en contra. Este martes, 13 de diciembre, el pleno del Senado le daba su respaldo, tras un agitado debate, por una diferencia menor, pero aún así amplia: 55 votos a favor y 22 en contra. A continuación, la iniciativa de Viviane Morales (que no ha dudado en recurrir a argumentos abiertamente homófobos, como que los hijos de parejas del mismo sexo se ven sometidos a abusos sexuales o que se ve alterado su desarrollo afectivo) debe ser discutida en la Cámara de Representantes, donde todo apunta a que también será aprobada.
La propuesta de referéndum, finalmente, debe ser sometida a revisión de constitucionalidad por la Corte Constitucional, lo que resulta paradójico ya que los derechos que el referéndum pretender retirar a una minoría fueron reconocidos precisamente por una decisión previa de la propia Corte. Varios exmagistrados de la Corte, de hecho, se han pronunciado públicamente en contra de la iniciativa:
Es en este punto del proceso en el que reposarían las esperanzas de los partidarios de la igualdad. Si aun así la iniciativa de referendum fuese declarado exequible (está claro que la presión a la que los miembros de la Corte se verán sometidos puede ser realmente insoportable) se procederá a su convocatoria. Para que el resultado sea considerado válido, requiere no solo que el resultado sea superior al 50% de los votos emitidos, sino que el voto afirmativo exceda de la cuarta parte del total del censo.
El presidente Santos, en contra
Precisamente este miércoles, durante una visita que está realizando a España, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (a cuya reelección contribuyó de forma indiscutible el colectivo LGTB) se mostraba públicamente en contra del referéndum. “Yo no estoy a favor de esa posición. Nosotros somos un Gobierno que ha promovido los derechos de todos los colombianos, incluyendo las minorías homosexuales”, declaraba.
Una postura que, por desgracia, no comparte la mayoría de los legisladores de su propio partido, el Partido de la U. En la votación que tuvo lugar el martes, 11 senadores del Partido de la U votaron a favor del referéndum, mientras que 6 lo hicieron en contra.
Multitud de niños en espera de ser adoptados
Lo verdaderamente paradójico de todo este asunto, en cualquier caso, es que la iniciativa de Viviane Morales para limitar la adopciones tiene lugar cuando el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) se ha visto obligado a lanzar una campaña para promover la adopción debido a la caída en el número de menores adoptados que se ha registrado en Colombia en los últimos años, lo que hace que cada vez más niños tengan que permanecer al cargo del estado sin poder acceder al cariño de una familia.
El ICBF, de hecho, fue uno de los organismos que en su momento avaló la adopción homoparental, al igual que han hecho la Defensoría del Pueblo, el Colegio Colombiano de Psicólogos y varias universidades (como la Universidad Nacional de Colombia, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Valle y la Universidad de los Andes, que ya en 2012 emitieron informes a favor, o la Universidad Externado de Colombia).
Fuente Dosmanzanas
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