“Za” (Sí) al matrimonio igualitario
La ciudadanía de Eslovenia ha comenzado a dirigirse a las urnas para decidir si la ley aprobada el pasado mes de marzo que propone los derechos matrimoniales en términos de género neutro es anulada o no. El domingo conoceremos el resultado, pero hasta entonces varios representantes políticos y sociales han instado al país a conservar el derecho.
Los ciudadanos eslovenos votan esta semana en un referéndum sobre la derogación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, aprobada por una amplia mayoría del Parlamento el 3 de marzo de 2015. La votación anticipada ya ha tenido lugar los días 15, 16 y 17 de diciembre, y concluirá el próximo día 20. Los votos contrarios al matrimonio igualitario no solo tienen que superar a los favorables, sino que además deben suponer al menos el 20 % del total del censo electoral esloveno. Los votos necesarios para invalidar la ley no se sabrán con exactitud hasta el mismo día del referéndum, dado los cambios que puede experimentar el censo, pero se prevé que rondarán los 343.000. Según las últimas encuestas, aunque los detractores de los derechos LGTB logran una pequeña ventaja sobre los partidarios, no lograrán alcanzar el total de votos exigidos para derogar el matrimonio igualitario.
El Parlamento esloveno fijó para el 20 de diciembre de 2015 la convocatoria de un referéndum para derogar la reforma de la Ley de Matrimonio y Relaciones Familiares aprobada el pasado 3 de mayo, que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción homoparental. A pesar de que la ley fue respaldada por una amplísima mayoría de los representantes políticos (51 votos favorables frente a 28 en contra), los contrarios a los derechos LGTB lograron reunir las firmas suficientes para obligar a convocar una consulta popular para invalidarla.
Aunque inicialmente el Parlamento denegó la posibilidad del plebiscito, el Tribunal Constitucional lo consideró pertinente, por lo que finalmente ha tenido lugar. No obstante, el referéndum debe adaptarse a las exigencias de una enmienda Constitucional aprobada en 2013, que endurecía las condiciones para que se pueda derogar mediante consulta popular una ley aprobada por el Parlamento. El texto de la enmienda que se refiere a ese aspecto, dice literalmente:
Una ley será derogada mediante referéndum si una mayoría de los votantes que han emitido votos válidos vota en contra de la ley, siempre que al menos una quinta parte de todos los votantes calificados hayan votado en contra de la ley.
Es decir, además de obtener la mayoría de los votos, el total de votantes contrarios a la ley debe suponer al menos el 20% del total del censo electoral esloveno, independientemente del número de participantes en la consulta.
La Comisión Nacional Electoral estableció el pasado mes de noviembre las condiciones del referéndum. La votación tendría lugar a lo largo de las jornadas del martes 15, miércoles 16, jueves 17 y domingo 20 de diciembre, en horario de 7 a 19 horas. Su presupuesto no podría superar los 3.200.000 euros (3.463.000 dólares). Finalmente, ofrecía el dato del total de electores del censo esloveno en esa fecha, que ascendía a 1.715.518, y consiguientemente el total de votos negativos necesarios para derogar la ley si se mantuviera esa cifra, que debían ser al menos 343.104. La cifra exacta necesaria, sin embargo, no se sabrá hasta la misma jornada del 20 de diciembre.
Integrantes del Parlamento Europeo, entre los que se incluye la Comisaria de Transportes de origen esloveno Violeta Bulc, han iniciado una campaña pública respaldando el respeto a la normativa, con el objetivo de evitar que se revoque la ley que da derechos igualitarios a las parejas hetero y homosexuales en el acceso a la institución matimonial.
A la espera del conocer los resultados del mismo, que se harán públicos este domingo, sus bases detallan que con una participación mayor del 20% su resultado será vinculante, con el consecuente riesgo de que sean cercenados los derechos matrimoniales de las parejas del mismo sexo.
Borut Pahor, Presidente de Eslovenia, ya ha respaldado públicamente su apoyo a la Ley. Y de acuedo con Eurobarómetro de 2015 el 54% de la ciudadanía eslovena está a favor del derecho, frente a un 40% que se opone.
Si el país apoya el respeto a la ley, se convertiría en el primer país de Europa Central que somete a consulta pública la conservación de este derecho, en un contexto que tiene como precedente que más de 10 países europeos ya han implementado leyes en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo –incluyendo a Irlanda, el primero que usó un referéndum para hacerlo-.
Un resultado incierto hasta el último momento
Las diversas encuestas realizadas en los últimos días ofrecen resultados contradictorios, dada la poca diferencia existente entre detractores y partidarios de los derechos LGTB, que parece dividir en dos partes casi iguales a la población eslovena. En lo que coinciden es en el perfil de ambos bandos: los favorables al matrimonio igualitario se encuentran en la izquierda política, las personas más jóvenes, los habitantes de las grandes ciudades y con estudios superiores; los contrarios son mayoritarios entre la derecha, las personas con bajo nivel educativo y profesional, las personas mayores y en el mundo rural.
Dos de los últimos sondeos, efectuados el 16 de diciembre, dan muestran de lo apretado del resultado previsto, pues cada uno de ellos otorga la victoria a un bando diferente por un margen de diferencia muy pequeño.
Según el diario Delo, un 40 % de los eslovenos votaría en contra del matrimonio igualitario y un 43 % lo haría a favor. El restante 17 % se mostraba indeciso.
En el sondeo efectuado por la empresa Episcenter, sin embargo, un 51,5 % afirma que votará en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo y un 48,5 % lo hará a favor. Episcenter ofrece además el porcentaje de participación en la consulta, que prevé en un 37,4 % del electorado. Las cifras entonces serían las siguientes:
- Según Episcenter, el total del censo electoral esloveno al 11 de diciembre era de 1.714.050 ciudadanos.
- La quinta parte de ese censo electoral es 342.810, que sería el total de votos negativos necesarios para derogar la ley de matrimonio igualitario.
- La participación del 37,4 % daría un total de 641.055 votantes.
- El 51,5 % de esos votantes que se prevé que voten negativamente ascendería entonces a 330.143, por lo que no se alcanzaría el mínimo necesario para invalidar la ley.
En todo caso, dado lo apretado de la diferencia entre detractores y partidarios, el margen de error de ese resultado previsto es muy amplio. Estaremos atentos a los resultados del domingo 20 de diciembre.
Una aprobación histórica puesta en la cuerda floja
El Parlamento de Eslovenia aprobó el 3 de marzo de 2015 una reforma de la Ley de Matrimonio y Relaciones Familiares que abría la institución a las parejas del mismo sexo y permitía además la adopción homoparental. La medida fue aprobada por una abrumadora mayoría de 51 votos contra 28. A favor votaron los diputados de Izquierda Unida, los del centrista Partido de Miro Cerar (el actual primer ministro), los Socialdemócratas y los liberales de la Alianza de Alenka Bratušek. El Partido Democrático de los Pensionistas dejó libertad de voto a sus parlamentarios. En contra votaron los diputados del centroderechista Partido Democrático Esloveno y los del democristiano Nueva Eslovenia. Eslovenia se convertía así en el 13º país europeo en aprobar el matrimonio igualitario (posteriormente Irlanda sería el 14º). También era el primer país perteneciente a la antigua Europa del Este, y el primero de mayoría eslava, en hacerlo.
Pero los opositores al matrimonio igualitario se pusieron inmediatamente manos a la obra para conseguir la convocatoria de un referéndum que anulase la nueva redacción de la ley, tal y como sucedió en 2012, cuando una reforma mucho menos ambiciosa, referente a la adopción de los hijos de la pareja del mismo sexo, fue invalidada por un 54,55% de los votos en un referéndum cuya participación fue del 30,31%. En poco tiempo, los contrarios a los derechos LGTB lograron recoger las 40.000 firmas necesarias para instar la consulta popular, pero el Parlamento decidió de forma muy mayoritaria suspender el proceso, al considerar que el referéndum tenía como objeto derogar una ley que reconoce derechos fundamentales, y que por lo tanto sería contrario a la enmienda a la Constitución aprobada en 2013. Según dicha enmienda, no pueden ser sometidas a consulta popular “las leyes que supriman una inconstitucionalidad en el campo de los derechos humanos y las libertades fundamentales o cualquier otra inconstitucionalidad”.
Sin embargo, el bando homófobo decidió recurrir la resolución del Parlamento ante Tribunal Constitucional, al no considerar el matrimonio entre personas del mismo sexo un asunto de derechos humanos o libertades fundamentales, causando de ese modo la suspensión de su entrada en vigor hasta que se dilucidase el recurso. Comenzó también una fuerte campaña contraria a los derechos LGTB, a la que se sumó con entusiasmo la jerarquía de la iglesia católica. El arzobispo de Liubliana, Stanislav Zore, apoyó la convocatoria del referéndum contrario al matrimonio igualitario, pues, según sus palabras, viola “una de las verdades fundamentales de nuestra fe” que dicta que “el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer contraída de manera legal”.
Lamentablemente, los argumentos de los intolerantes convencieron a los miembros del Tribunal Constitucional, que resolvieron anular la disposición del Parlamento y permitir la convocatoria de la consulta popular. Como las 40.000 firmas necesarias ya habían sido recogidas, el Parlamento esloveno se vio obligado a fijar la fecha de celebración del plebiscito, haciéndolo, como hemos expuesto, para este 20 de diciembre.
Fuente Dosmanzanas y politico.eu / Redacción chueca
General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica
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