Comentarios desactivados en Con el debido respeto, señor arzobispo
A don José Cobo Cano, nuevo arzobispo de Madrid
Juan Zapatero Ballesteros
Sant Feliú de Llobregat (Barcelona).
ECLESALIA, 26/06/23.- Señor arzobispo, me congratulo de verdad y le felicito por su nombramiento como nuevo responsable máximo de la iglesia de Madrid. No voy a desearle los mayores éxitos, porque sería ofensivo para usted, dado que en las cosas de Dios y de la Iglesia «solo a Él se le debe todo honor y toda gloria».
A mi entender, creo que ha sido un acierto por parte del Papa Francisco nombrarle pastor de la Iglesia matritense. Su trayectoria pastoral hasta el momento, según escriben de usted quienes lo conocen de verdad, es la mejor garantía de ello. He venido leyendo y escuchando todo lo que se ha venido escribiendo y diciendo hasta ahora de usted, a través de los diferentes medios de comunicación, desde el primer momento de su nombramiento, que ha sido mucho, es verdad, y, todo hay que decir, no es para menos. Desde todo ello me ha parecido intuir que su nombramiento ha sido muy bien acogido en general y ha generado muchísimas esperanzas en sus diocesanos. También en mí, a pesar de no serlo.
Dicho esto, le pido disculpas de antemano, si con ello le puedo llegar a molestar, quisiera manifestar mi disconformidad con una de las afirmaciones que usted hizo en la entrevista de la cadena SER dirigida por el periodista Aimar Bretos el día 15 de junio.
Cito textualmente: «¿Usted casaría a los gais?» (Aimar Bretos). «No» (señor arzobispo). Es verdad que después usted intentó dar una explicación a su «no», pero debo decirle que, no solo no fue capaz de aclararlo, sino que lo puso más oscuro. Al menos para mí, no puedo hablar por nadie más. Es verdad que, a lo mejor, el problema lo tengo yo, por mi falta de fe o mi fe demasiado escuálida.
Y no digamos ya sobre el símil que usted hizo, cuando el propio periodista le preguntó «¿Celebraría una eucaristía para celebrar ante Dios el amor de esos dos gais católicos?». «No», respondió usted de manera rotunda. Para añadir a continuación: «Es como si usted me preguntara: ¿celebraría una misa con Coca-Cola?». Perdóneme, pero debo decirle que huelgan comentarios a su respuesta que considero, como mínimo, un tanto desafortunada.
Me puede contestar usted que, en la negativa a celebrar un sacramento de matrimonio de gais, no hace otra cosa que seguir la doctrina de la Iglesia y del propio Papa Francisco. Me parece bien y creo, además, que ha de ser así. Permítame, sin embargo, que, a mí que soy un perfecto analfabeto en Derecho Canónico, le diga que dicha aquiescencia con el mencionado código me chirríe, en contraposición a la paz y el gozo que me trasmiten palabras como las del apóstol Juan cuando me recuerda que “Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” (1Ju 4,16b). Sea como fuere, quiero decirle que esto se lo digo a usted de la misma manera que se lo diría también al Papa Francisco, si tuviera ocasión de hacerlo.
Quiero decirle que, en el momento en que el periodista le hizo la pregunta sobre el matrimonio de los gais y dio usted su respuesta, me vinieron de inmediato a la mente dos realidades concretas. Por un lado, el pasaje de la unción de David como rey (1Sam, 16, 7): «Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: ¡Seguramente este es el ungido del Señor! Pero el Señor le dijo a Samuel: No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón».
No sé, señor arzobispo: a lo mejor estoy extrapolando el texto bíblico. Pero, qué quiere que le diga, a mí este texto me ha cuestionado muchas veces y continúa cuestionándome ahora.
Por el otro, el hecho de no pensar en los gais de manera genérica, sino de manera concreta y cercana. Me han venido a la mente parejas cristianas, amigas mías, que se quieren con locura, que se aman con el amor que Dios infundió un día en sus corazones y que procuran colaborar cuanto pueden con los grupos cristianos o comunidades con quienes y en donde celebran su fe. Parejas que, deseando ardientemente celebrar su amor a través del sacramento del matrimonio, no entienden las razones que les aduce la Iglesia para negárselo, lo cual no es óbice para que acaten obedientemente la disciplina de esta en dicha materia, a pesar del profundo dolor que les llega a producir.
¿Quiere que le diga lo que me vino a la memoria, cuando usted dijo que el sacramento del matrimonio cristiano es para celebrar la ratificación del amor entre un hombre y una mujer? Pues la afirmación teológica que de manera insistente nos repetía el profesor de sacramentos, cuando un servidor estudiaba teología: «Sacramenta propter homines«. Sabe usted, mejor que yo, lo que esto significa. Supongo que dicho axioma se refiere a todos los sacramentos, también al del matrimonio, supongo.
Quiero acabar este breve escrito para usted, aún a sabiendas de que lo más probable es que no llegue nunca a sus manos, con la promesa de rezar por usted. Aunque, y no es falsa humildad por mi parte, pues creo conocerme muy bien, mi oración es demasiado pobre y, a lo mejor también, poco confiada.
Rece usted también por mí. Pero rece sobre todo por todos los hombres y mujeres, para que nos esforcemos por erradicar de nuestras mentes, y sobre todo de nuestros corazones, tantos prejuicios que no hacen más que enfrentarnos e impedirnos vivir como hermanos.
Que el buen Dios, padre-madre, le ayude y le asista con su Espíritu en todo momento. Que santa María de la Almudena, la buena madre, le cobije siempre bajo su manto.
Comentarios desactivados en La diócesis de Aquisgrán promueve las bendiciones del Día de San Valentín con una foto de una pareja queer besándose
Foto publicada por la Diócesis de Aquisgrán para promover las bendiciones para las parejas en torno al Día de San Valentín
Una diócesis alemana ha promovido bendiciones para las parejas, incluidas las del mismo sexo, incluso publicando una foto de dos hombres besándose con las palabras “El amor lo es todo”.
La Diócesis de Aquisgrán publicó en Facebook a principios de esta semana sobre las bendiciones para conmemorar el Día de San Valentín. El texto que acompaña a la foto decía:
“Este va para todas las parejas y recién casados: ¡Les deseamos un maravilloso Día de San Valentín!
“Si deseas bendecir tu amor: En la Diócesis de Aquisgrán hay celebraciones o servicios de bendición en todas las regiones. (Fechas y lugares en la historia).
“¿Cómo celebras el día de San Valentín? Cuéntanos eso en los comentarios”.
La promoción queer-inclusiva de las bendiciones para parejas de la Diócesis de Aquisgrán probablemente se deba al obispo local, Helmut Dieser, quien es un destacado defensor de que la iglesia evolucione en su comprensión de los problemas LGBTQ+. A fines del año pasado, dijo que tener una orientación homosexual es “la voluntad de Dios” y la enseñanza de la iglesia debe evolucionar en consecuencia porque “no hace justicia a ciertas realidades en el área de la sexualidad humana”. También es partidario del movimiento #OutInChurch de trabajadores eclesiásticos LGBTQ+ alemanes, emitiendo un compromiso por escrito de no despedir a dichos empleados en su diócesis.
Sobre las bendiciones del mismo género específicamente, Dieser desafió la prohibición del Vaticano, diciendo que los sacerdotes y otros ministros pastorales deben guiarse por sus conciencias al decidir si bendecir a las parejas. Como copresidente del foro Synodal Way sobre moralidad sexual, Dieser ha tenido una gran influencia en el desarrollo de documentos que hablan positivamente sobre las personas queer y sus relaciones.
Era impensable, incluso hace unos pocos años, que una diócesis católica publicara una foto de una pareja queer besándose y le diera la bienvenida a las personas LGBTQ+ para bendecir sus relaciones. Sin embargo, la evolución está ocurriendo. El obispo Dieser reconoció el año pasado que su propia comprensión sobre la homosexualidad creció a medida que los fieles lo desafiaban, y dijo en una entrevista:
“Durante mucho tiempo he creído que la homosexualidad es una limitación de la identidad masculina o femenina. A menudo lo he pensado así. Pero especialmente con los jóvenes, sentí lo inaceptable que era. Eso me mantuvo ocupado. Y he aprendido que tales perspectivas no son teológicamente convincentes”.
Es cierto que la Diócesis de Aquisgrán y la iglesia alemana en general son casos atípicos en cuanto a cuán lejos llegan sus esfuerzos para la inclusión LGBTQ+. Pero en su progreso hay lecciones para los católicos a nivel mundial. Una de esas lecciones es que, de hecho, el amor lo es todo y, cuando los líderes de la iglesia aceptan invitaciones para encontrarse con personas y aliados LGBTQ+, a menudo el amor gana.
—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 18 de febrero de 2023
Este 21 de marzo Susi Sánchez cumplirá 68 años. La actriz, ganadora del Goya en 2018 por La enfermedad del domingo, es una de las pocas lesbianas mayores que está fuera del armario. Y creedme cuando os digo que las hay, pero no se hacen visibles.
Rostro frecuente en teatro, televisión y cine. Está nominada otra vez al Goya, esta vez por interpretar magistralmente a una madre fría y un poco insoportable en Cinco Lobitos. Susi ha concedido una entrevista al podcast La Script, donde habla abiertamente de su homosexualidad.
“He trabajado con directores que, cuando han sabido que era lesbiana, precisamente por hacerme proposiciones sexuales y decirles que no, contárselo, han dejado de llamar. No me importa en absoluto, porque si esa era su medida del trabajo no me interesa lo más mínimo trabajar con personas así”, explicó en 2019 en una entrevista con Mujer Hoy.
En el podcast explicaba que ha tenido “una relación homosexual durante muchos años y la he vivido con total tranquilidad y con total normalidad. He crecido mucho en esa relación. Me casé con mi compañera de toda la vida. Luego nos divorciamos, pero después de 30 años”, dice refiriéndose a Consuelo Trujillo, actriz y directora de teatro.
Fue hace un año cuando lo dejó con su pareja. Sin embargo, en una entrevista con El País confirmaba que “después de 30 años hay un vínculo muy fuerte entre nosotras. Tengo un vínculo con Consuelo y lo tendré toda la vida”.
Tras la ruptura, afirmó que lo pasó mal por la soledad, pero que ahora se siente bien. “Cuando me preguntan si tengo ganas de otra relación digo, mira, tengo 67 años, he vivido en pareja toda mi vida. Lo que quiero es estar tranquila”.
A los 15 años Susi supo que era lesbiana, pero esperó unos años para poder hablarlo con su madre. La madre reaccionó como muchas lo han hecho: “me pidió por favor que no se lo dijera a mi padre. Hace unos años que murió mi madre y me pidió también que, mientras ella viviera, no saliera en ninguna parte hablando de esto”.
Comentarios desactivados en Cardenal Müller: La bendición de las parejas homosexuales va contra la palabra de Dios”
(CNS photo/Paul Haring)
Müller: “Las restricciones del Papa Francisco a las misas en latín han sido una imprudencia”
“Para mí el Papa es el Papa, la máxima autoridad. Nadie puede decir que soy enemigo del Papa”
Müller arremete contra el “cisma” que, en su opinión, están promoviendo los participantes en el Camino Sinodal alemán, y cierra la puerta a cualquier tipo de bendición para las parejas homosexuales, como está solicitando la mayoría de los fieles de su país natal: “Va contra la palabra de Dios”
Admite que los ataques de Gänswein contra el Papa, que asegura leyó “en los periódicos”, “no son buenas para el pueblo de Dios”. “La controversia (entre Gänswein y Bergoglio) no hace bien a los católicos”
“La restricciones del Papa Francisco a la misa en latín ha sido una imprudencia. Sugiero al Pontífice que esté más atento a todas las sensibilidades dentro de la Iglesia, incluso a las más alejadas de la suya”. Después de los exabruptos del secretario Gänswein, ahora le toca el turno al cardenal Gerhard Müller. En una entrevista en L’Stampa, quien fuera prefecto de Doctrina de la Fe insiste en que Bergoglio “no ha tenido en cuenta ciertas sensibilidades dentro de la Iglesia, las de los fieles aficionados a la liturgia antigua”.
Müller, como Gänswein, también anuncia un libro en las próximas semanas, en esta ocasión sobre el Papa y su misión. Aunque, por si acaso, aclara: “No soy enemigo del Papa. Hacer sugerencias no significa ser hostil”. Excusatio non petita…
“Cisma” alemán y tensiones con Gänswein
Durante la conversación, el cardenal Müller arremete contra el “cisma” que, en su opinión, están promoviendo los participantes en el Camino Sinodal alemán, y cierra la puerta a cualquier tipo de bendición para las parejas homosexuales, como está solicitando la mayoría de los fieles de su país natal: “Va contra la palabra de Dios”.
En un curioso paralelismo con el secretario personal de Ratzinger, Müller también señala los enfrentamientos entre las distitnas facciones en el seno de la Iglesia. “Desgraciadamente existen estas tensiones”, señala el purpurado, quien reclama que “se acaben los contrastes” porque, de lo contrario, “perjudicaremos a la gente”. Sí admite Müller que los ataques de Gänswein contra el Papa, que asegura leyó “en los periódicos”, “no son buenas para el pueblo de Dios”. “La controversia (entre Gänswein y Bergoglio) no hace bien a los católicos”.
Sin embargo, Müller arremete contra la “confusión doctrinal” que, en su opinión, se está padeciendo en la actualidad, y contra la que aconseja a Francisco “estar al servicio de la unidad de la Iglesia y de la fe revelada”. Y es que, para el ex prefecto, la primera misión del Pontífice es “predicar el Evangelio”.
Al tiempo, recuerda que la doctrina de la Iglesia “no es el programa de un partido político”, porque “los políticos suelen cambiar de ideas según los gustos de los votantes” mientras que “la doctrina de la Iglesia es la expresión de la Palabra de Dios, y nosotros, los hombres, no podemos completar, corregir o modernizar la Palabra de Dios”. Sólo puede explicarse “más claramente en los desafíos del mundo contemporáneo”. “No hay ninguna posibilidad de cambiar la revelación en Jesucristo”, insiste.
Atentos a todas las sensibilidades
Abundando en el Motu Proprio ‘Traditionis Custodes‘, Müller incide en que “yo hubiera sido más tolerante, para no provocar problemas que en este tiempo sobran (…). No era prudente insistir intransigentemente en disciplinar a los llamados tradicionalistas“. Para el cardenal alemán, “hubiera bastado con mantener el Motu Proprio de 2007 del Papa Benedicto, que era más prudente porque mantenía todo el panorama eclesial”.
Por ello, reclama a Francisco “estar más atento a todas las sensibilidades, incluso a las más alejadas de la suya, para tratar de mantener a todos unidos”, porque “a veces algunos de los que son definidos como enemigos del Papa en realidad no lo son”. Como asegura es su caso. “Para mí el Papa es el Papa, la máxima autoridad. Nadie puede decir que soy enemigo del Papa”.
Müller sí advierte del riesgo de cisma “en Alemania, con el sínodo de los llamados progresistas” que“niegan la doctrina revelada”. “No se trata sólo de reformas pastorales o litúrgicas, sino de la sustancia de la fe”, sostiene el purpurado, quien recalca que “Francisco ya ha intervenido varias veces para intentar frenar este movimiento”.
Comentarios desactivados en El Papa Francisco y las personas LGTBI, según James Martin sj
Con motivo del aniversario de su audiencia con el Papa Francisco, el jesuita P. James Martin escribió en el National Catholic Reporter sobre los once pasos clave que Francisco ha tomado para expandir la bienvenida LGBTQ en la iglesia. Para el comentario de Martin, haga clic aquí.
El Papa Francisco ha sido un cambio radical para el ministerio católico LGBTQ
por James Martin
Hace dos años, ayer, 30 de septiembre, me reuní con el Papa Francisco en el Vaticano para hablar sobre mi trabajo con los católicos LGBTQ. Durante ese encuentro, el Santo Padre me pidió que continuara mi ministerio “en paz“. Este fue uno de los muchos pasos que Francisco ha tomado para llegar a los católicos LGBTQ. Pero a menudo la gente pasa por alto los pequeños pasos que Francisco ha dado en esta área, que, en conjunto, se suman a un cambio radical para la Iglesia Católica.
Como tuiteé ayer, veo 11 pasos importantes que Francisco ha dado desde su elección como Papa en 2012. Veámoslos cronológicamente.
1.- Cuando se le preguntó sobre los sacerdotes homosexuales en 2013, Francisco pronunció quizás las cinco palabras más famosas de su papado: “¿Quién soy yo para juzgar?“ Con esas palabras, también se convirtió en el primer Papa en usar la palabra “gay” de manera tan pública. Fue una “revolución de la ternura”, para citar al Papa, contenida en una pregunta.
3.- En su exhortación apostólica de 2016 “Amoris Laetitia” (“La alegría del amor”), Francisco escribió que al ministrar a las personas LGBTQ, debemos “antes que nada” afirmar su dignidad humana y el deseo de la iglesia de oponerse a la violencia contra ellos.
4.- En 2016, en una conferencia de prensa en vuelo que regresaba de Azerbaiyán, Francisco alentó un ministerio de “acompañamiento“, diciendo que Jesús nunca le diría a una persona gay: “Aléjate de mí porque eres homosexual”.
5.- Durante una conferencia de prensa en vuelo en 2018, al regresar del Encuentro Mundial de las Familias en Dublín, Irlanda, Francisco dijo que los niños LGBTQ nunca deben ser expulsados de sus familias. “No condenen. Diálogo, comprendan”, dijo, resumiendo lo que les diría a los padres. “Déle espacio al niño para que pueda expresarse“. Los comentarios del Papa pueden haber salvado la vida de muchos jóvenes y haber evitado que muchos jóvenes se quedaran sin hogar.
6.- Su reunión de 30 minutos conmigo en el Palacio Apostólico en 2019, se incluyó en su horario público oficial y se acompañó de fotografías de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, una señal de su apoyo al ministerio LGBTQ.
8.- También el año pasado, ofreció su apoyo a la Hna. Mónica Astorga, una argentina que había trabajado con personas trans durante 14 años, diciendo: “Dios, que no fue al seminario ni estudió teología, le pagará abundantemente”.
9.- En marzo, nombró a Juan Carlos Cruz, un hombre abiertamente homosexual y sobreviviente y defensor de abusos por parte del clero, a una comisión de alto nivel del Vaticano. En 2018, Cruz había informado que Francisco le había dicho “Dios te hizo así”. (Francisco había dicho lo mismo públicamente durante su conferencia de prensa en vuelo cuando regresaba de Dublín ese mismo año: “Siempre ha habido personas homosexuales y personas con tendencias homosexuales”).
10.- En junio, escribió una cálida carta con motivo del seminario web del Ministerio Católico de Alcance LGBTQ, y también afirmó sus oraciones por este “rebaño” de personas LGBTQ. “El corazón de Dios”, dijo, “está abierto a todas y cada una de las personas. “
En conjunto, podemos ver cómo el enfoque de Francisco hacia las personas LGBTQ es de acompañamiento pastoral, avanzando lentamente, con ciertos límites, evitando las declaraciones dramáticas que algunas personas pueden desear. Su enfoque siempre ha estado en el cuidado pastoral de las personas, defendiéndolas contra la violencia y apoyando a quienes ministran con ellas, de maneras que sus predecesores no habrían tolerado.
Desde su elección en 2013, Francisco ha demostrado ser un pastor de católicos LGBTQ y sus familias.
El Papa Francisco sonríe durante un encuentro privado con el padre jesuita. James Martin en el Vaticano el 30 de septiembre de 2019 (CNS / Vatican Media)
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“ Al paso de las personas LGTB”, por James Martin sj.
En los últimos meses, el Santo Padre ha hablado varias veces sobre el enfoque pastoral de la Iglesia hacia las personas LGTB en distintos lugares. Dependiendo de las simpatías de cada uno, las declaraciones del papa Francisco pueden parecer un soplo de aire fresco; para algunos, pueden representar un escándalo; y, para otros, sus posiciones pueden parecer confusas o incluso contradictorias.
En mi opinión, el Papa está creando un espacio muy necesario para las personas LGTB en la Iglesia católica, con algunos límites claros. Pero incluso con esos límites, es un espacio mucho más amplio de lo que cualquiera de sus predecesores hubiera tolerado.
Algunos comentarios recientes de Francisco ponen de relieve esta nueva realidad. Recientemente, habló con los jesuitas de Eslovaquia durante su viaje pastoral a ese país y afirmó la necesidad de una “atención pastoral a las parejas homosexuales”, al tiempo que expresó su oposición a la “ideología de género”.
Durante la rueda de prensa en el vuelo de regreso de Eslovaquia, dijo: “si una pareja gay quiere llevar una vida juntos, los Estados tienen posibilidad de apoyarles civilmente, con el tema de la salud, de la herencia…”. En la misma respuesta, también afirmó la postura tradicional de la Iglesia católica sobre el matrimonio: en la Iglesia, es un sacramento reservado a un hombre y una mujer.
Y hace unos meses, en una carta dirigida a mí con motivo de la Conferencia de Pastoral Católica LGTBQ, animó a quienes atienden al “rebaño” LGTB (utilizó la palabra española feligresía) a acercarse a estas personas con el “estilo de Dios”, que describió como la incorporación de “cercanía, compasión y ternura”.
En esencia, el papa Francisco está animando a la Iglesia a acompañar pastoralmente a las personas LGTB, lo que significa tratarlas con el “respeto, la compasión y la sensibilidad” que pide el Catecismo de la Iglesia Católica; escuchar sus variadas experiencias; ayudarles a sentirse más acogidos en su propia iglesia; y apoyar a las personas y grupos que les atienden en parroquias, escuelas y otros lugares.
Y ha demostrado que está siempre dispuesto a ponerse de su lado contra la homofobia. En anteriores ruedas de prensa, Francisco dijo que las personas LGTB nunca deberían ser expulsadas de las familias y que Jesús nunca diría “aléjate de mí” a una persona gay. Como gran parte de su enfoque pastoral en general, su acercamiento a las personas LGTB puede caracterizarse con la palabra “acompañamiento”.
“Ideología de género”
El enfoque del papa Francisco está matizado por su desconfianza en la ideología de género –cuyos detractores dicen que impone elementos ideológicos a las personas y les anima elegir o cambiar de género–, así como por su énfasis en las enseñanzas tradicionales sobre el sacramento del matrimonio. El papa Francisco, que se opone a las ideologías en general por ser “abstractas” y, por lo tanto, separadas de las experiencias vividas por las personas, calificó de “peligrosa” la “ideología de género” en su discurso a los jesuitas eslovacos.
La Congregación para la Educación Católica del Vaticano ha sostenido que “culmina con la afirmación de la completa emancipación del individuo de cualquier definición sexual dada a priori, y la desaparición de las clasificaciones consideradas demasiado rígidas”.
El espacio que ha labrado, pues, incluye la atención pastoral de las personas LGTB en la Iglesia y la aceptación de las parejas del mismo sexo en la esfera social, sin olvidar las normas sobre el matrimonio sacramental y su posición sobre la “ideología de género”.
Permítanme hablar de dos aspectos notables de este nuevo “espacio”.
En primer lugar, las palabras siempre alentadoras del Papa para las parejas del mismo sexo en uniones civiles y su deseo no solo de apoyar las protecciones legales, sino de acompañarlas pastoralmente, es, como poco, revolucionario. Contrasta ese enfoque con la reciente descripción de Benedicto XVI del matrimonio entre personas del mismo sexo como una “distorsión de la conciencia” y el comentario del papa emérito en 2012 de que “amenaza el futuro de la propia humanidad”.
El apoyo del papa Francisco a la protección legal de los matrimonios del mismo sexo también plantea un desafío para la Iglesia en países cuyas leyes y costumbres se oponen violentamente a cualquier tipo de aceptación de las personas LGTB. Un libro reciente de Mark Gevisser titulado The Pink Line(La línea rosa) ofrece una visión exhaustiva e impactante de las barreras que impiden a las personas LGTB vivir en paz en muchas partes del mundo. El libro de Gevisser detalla las palizas, el acoso y la violencia a la que se enfrentan las personas LGTB –especialmente las parejas– obligados algunos a huir de sus países como refugiados. Por lo tanto, las palabras del Papa, que pueden parecer tibias en Occidente, no lo son en otros lugares.
El estímulo de Francisco para llegar pastoralmente no solo a las personas LGTB sino, como dijo a los jesuitas eslovacos, a las “parejas homosexuales”, también contrasta con la práctica de muchas instituciones en Estados Unidos, a menudo con el estímulo de los propios obispos, de despedir a los empleados que están casados con personas del mismo sexo. Despedir a las personas, privándolas de su sustento y apartándolas de sus puestos, a menudo de larga duración, dentro de sus comunidades, es lo opuesto al “cuidado pastoral”.
Sin orientación filosófica
La cuestión de la “ideología de género” es más complicada. Es un término notablemente amorfo que parece tener tantas definiciones como oponentes. Pero, en general, ha llegado a significar cualquier enfoque filosófico o, más ampliamente, intelectual que cuestione los roles tradicionales de sexo o género. Así que se considera, de nuevo, una “ideología”.
La realidad de las experiencias vividas por las personas LGTB parece más compleja. La gran mayoría de las personas LGTB, especialmente las transexuales, dicen que no responden a ninguna “ideología” filosófica o política, sino que viven lo que creen ser, a menudo bajo la más severa persecución. Como dijo Luisa Derouen, una hermana dominica que trabaja con personas transgénero desde 1999, en un correo electrónico: “Las personas transgénero experimentan una condición neurobiológica que es compleja. Es su experiencia vivida, pero no la han elegido ellos”.
Enfoque pastoral
O como dijo el reverendo Ray Dever, diácono y padre de un niño transgénero,en un artículo publicado en U.S. Catholic: “Cuando oigo declaraciones sobre una ‘ideología de género’, simplemente no me suenan. Cualquiera que tenga alguna experiencia significativa de primera mano con personas transgénero se sentiría desconcertado por la sugerencia de que las personas trans son de alguna manera el resultado de una ideología. Es un hecho histórico que mucho antes de que hubiera programas de estudios de género en cualquier universidad o de que se pronunciara la frase ideología de género, las personas transgénero estaban presentes, eran reconocidas e incluso valoradas en algunas culturas de todo el mundo”.
El enfoque pastoral del Papa, por tanto, puede verse como uno que busca ofrecer cuidado, acogida y acompañamiento, dentro de ciertos límites. Pero el espacio que ha creado es mucho mayor que el limitado espacio que le permitieron sus predecesores. El enfoque de Francisco, tal y como yo lo veo, expresa mucho mejor y se asemeja a la “cercanía, compasión y ternura” de Dios hacia una comunidad de personas que son nuestros hermanos y hermanas.
A la Iglesia católica le queda mucho por hacer, pero el papa Francisco nos invita a caminar siempre en la dirección correcta.
*Artículo cedido por el autor. Traducción de Vida Nueva
Comentarios desactivados en La Facultad de Teología de Ratisbona pide a Doctrina de la Fe “mejores argumentos teológicos” para negar la bendición a las parejas gay
La nota vaticana “sólo puede conducir a la frustración y la amargura”
Existe la necesidad de comprender la sexualidad en toda su amplitud, sin restringirla a la dimensión de la transmisión de la vida, por importante que ésta sea”
Se comprometen a “participar en el necesario diálogo abierto y constructivo en la Iglesia”
La ‘cuna‘ teológica del cardenal Müller se rebela contra Doctrina de la Fe. La Facultad de Teología de la Universidad católica de Ratisbona ha planteado su oposición a la negativa de Roma a bendecir a parejas homosexuales, con un duro comunicado en el que reclama al Vaticano “mejores argumentos que los utilizados hasta ahora“ para cerrar la puerta a estas realidades familiares.
Un documento con el que también responden a su obispos, el ultraconservador Rudolf Voderholzer, uno de los pocos prelados alemanes contrarios al Camino Sinodal, y que proclamó su “agradecimiento” con la “aclaración” de Doctrina de la Fe, que recibió “con beneplácito“.
Ahora, ‘sus‘ teólogos defienden su derecho a “cuestionar críticamente” el Magisterio, y pide a la Curia que “escuche y dialogue” con las Iglesias locales. De lo contrario, cuestionamientos como el de Doctrina de la Fe “sólo pueden conducir a la frustración y la amargura”. “Esto es exactamente lo que estamos experimentando ahora”.
“Existe una urgencia pastoral”
“Existe una urgencia pastoral”, subrayan los teólogos de Ratisbona, que plantean una serie de preguntas, y exigen respuestas de Roma. “¿Cómo puede la Iglesia presentar los valores cristianos o la importancia del matrimonio y la familia sin devaluar otros proyectos de vida o discriminar a las personas?”, se cuestionan, afirmando que “existe la necesidad de comprender la sexualidad en toda su amplitud, sin restringirla a la dimensión de la transmisión de la vida, por importante que ésta sea”.
“¿Deben interpretarse las bendiciones principalmente como imitaciones de los sacramentos, o no hacen visible también, a su manera, la Gracia de Dios en virtud de la intercesión de la Iglesia?”, se preguntan desde Ratisbona. Los firmantes se comprometen a “trabajar en la clarificación teológica de estas cuestiones y “participar en el necesario diálogo abierto y constructivo en la Iglesia”.
Comentarios desactivados en Las parroquias austriacas exhiben banderas del arco iris en solidaridad con las parejas homosexuales
Por la disposición emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe
La decisión fue tomada por los cientos de sacerdotes que pertenecen al movimiento por la reforma de la Iglesia, “Iniciativa Sacerdotal“
Erich Baldauf, pastor de Hard: “No estamos de acuerdo con esta posición obsoleta”
Toni Faber, sacerdote: “Si tuviera la tarea de causar el mayor daño posible a la Iglesia con dos páginas de texto, escribiría exactamente el tipo de carta que ha redactado la Congregación para la Doctrina de la Fe ”
| Adista
(Foro de curas de Bizkaia).-Hay muchos templos católicos en Austria que han izado la bandera del arco iris en solidaridad con la comunidad LGBT afectada por la disposición emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe contra las bendiciones de las parejas homosexuales .
La decisión fue tomada por los cientos de sacerdotes que pertenecen al movimiento por la reforma de la Iglesia, “Iniciativa Sacerdotal” porque, dijo el pastor de Hard, Erich Baldauf , “no estamos de acuerdo con esta posición obsoleta”. La parroquia de Da Baldauf – como otras dos en la parte más occidental de Vorarlberg, fueron incendiadas; otra fue robada.
Contrariamente a la impresión que pueden dar estos incidentes, las encuestas muestran que la opinión pública austriaca está firmemente del lado de la igualdad de trato para las parejas del mismo sexo. El matrimonio entre personas del mismo sexo no solo ha sido legal en Austria desde 2019, sino que una encuesta de la semana pasada encontró que el 64% de los austriacos se opuso a la reciente decisión del Vaticano. Solo el 13% dijo que estaba de acuerdo (hay poco menos de 5 millones de católicos en Austria, de una población de 8,8 millones de habitantes, una vez 90% católicos).
Como es bien sabido, el mismo cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn, no aprobó la medida del Vaticano , “no estoy contento con ella”, dijo. El sacerdote de la catedral de San Esteban en Viena, Toni Faber , fue aún más contundente: “Si tuviera la tarea de causar el mayor daño posible a la Iglesia con dos páginas de texto, escribiría exactamente el tipo de carta que ha redactado la Congregación para la Doctrina de la Fe ”, dijo a la revista Profil .
Comentarios desactivados en Reflexión pascual de un cristiano gay y su pareja para la Iglesia, que los ha unido y los cuida
Caminos que transitan la luz de la Pascua
“Tu muerte abrazó a todos tus hijos e hijas homosexuales y tu Resurrección los alcanza, también. El Espíritu abrirá camino en su Iglesia. ¡Feliz Pascua!”
“Hablo concretamente de todos los hermanos y hermanas homosexuales y lesbianas que, siendo cristianos y sintiéndose liberados por el Señor de las ataduras de su sufrimiento, van a buscarlo y… él sale al encuentro”
“Estos hermanos y hermanas nuestras, doblemente marcados por el rechazo de la sociedad y por la Iglesia mantienen la esperanza en esta mañana de Pascua”
“¿Qué sería la Iglesia si todos los homosexuales la hubieran abandonado? ¿Qué sería del clero…? ¿Qué sería de la religiosidad popular?”
| César Triviño
Hace falta valentía y seriedad para dar voz al Resucitado allí donde Él encuentra a sus predilectos. Por eso hay que cruzar puentes para asomarnos al otro lado de la incomprensión donde podemos encontrar testimonios que dan esa luz que ansiamos encontrar en la mañana de Pascua. Quiero compartir con vosotros el testimonio de un buen amigo que busca hacerse presente desde su realidad. Una realidad que tiene tras de sí todo un difícil proceso que con el tiempo logra adecuar para seguir luchando por construir Reino desde un profundo sentimiento de unión eclesial.
En la mañana de Pascua “el primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro”. María Magdalena, la que, después, constituida en apóstol de los apóstoles, les comunicará el encargo de Jesús: anunciar la Resurrección de entre los muertos.
María había estado al pie de la Cruz, era una mujer, no había abandonado al Maestro, no se sumó a la huida en masa desde el huerto de los olivos de los discípulos, ni lo traicionó, ni lo abandonó y… es la primera en ir muy de mañana al Sepulcro a buscar el cuerpo de su Señor.
Lo que ella no puede imaginar es que su inmenso amor y fidelidad va a ser correspondido por el Maestro, que se le va a aparecer a la primera de todos, y que la va a enviar a los hermanos encerrados, por el miedo, en el Cenáculo.
En nuestra Iglesia, en este amanecer de la Pascua, salen al encuentro del sepulcro muchos cristianos y cristianas que, sin ser tenidas en cuenta por la Iglesia como miembros de pleno derecho… salen a buscar al que ha salvado sus vidas del rechazo, la muerte y del fracaso.
Hablo concretamente de todos los hermanos y hermanas homosexuales y lesbianas que, siendo cristianos y sintiéndose liberados por el Señor de las ataduras de su sufrimiento, van a buscarlo y… él sale al encuentro, como con María y los envía a los apóstoles (nuestros obispos y curas) para que les anuncien que el Señor está vivo.
El problema ahora mismo en la Iglesia sigue siendo el mismo que en la vida del propio Jesús. Los jefes del pueblo ante la curación del ciego de nacimiento escogieron no reconocer a Jesús y rechazaon el testimonio del ciego: “¿empecatado naciste tú de los pies a la cabeza y nos vas a dar lecciones a nosotros?”.
Son tantos los testimonios de gays y lesbianas, que ya no se resisten a abandonar la Iglesia y que ahora ven cómo obispos y sacerdotes se animan a bendecir lo que Dios ha hecho nacer y lleva a término: el Amor, pero que la misma institución honorable, presa del legalismo y del rigorismo se adelanta a condenar esas bendiciones, traicionando al propio Espíritu Santo.
“Nosotros no nos escandalizamos porque no se escandalizó Jesús al tener que sanar enfermos y liberar prisioneros en medio de las discusiones y controversias moralistas, clericales que se suscitaban cada vez que hacía el bien” (Homilía Misa Crismal 2021 Papa Francisco).
La universalidad del amor web
Estos hermanos y hermanas nuestras, doblemente marcados por el rechazo de la sociedad y por la Iglesia mantienen la esperanza en esta mañana de Pascua de que la Iglesia, por fin, se abra entera a la sorpresa del Espíritu y fecundada por él sea, ante todo, Madre de todo aquel que se sienta discriminado o rechazado.
Porque ¿qué sería la Iglesia si todos los homosexuales la hubieran abandonado? ¿Qué sería del clero…? ¿Qué sería de la religiosidad popular? ¿Qué sería de todos aquellos ámbitos en los que nuestros hermanos y hermanas aportan su sensibilidad especial, transida por la experiencia profunda de la fe y del amor de Dios: liturgia, cantos, catequesis, compromiso social…?
Esta mañana es una mañana de esperanza, no de resentimiento o miedo. El Espíritu Santo no necesita del permiso de los guardianes de la ortodoxia para actuar y fecundar la vida de aquellos creyentes que no vamos a abandonar la Iglesia nunca. Tampoco abandonaremos nuestras parejas, ni nos sentiremos culpables al participar de los sacramentos en los que el propio Cristo se nos da. Y nos da fuerza para poder continuar en la Iglesia, a pesar de todo. El algodón no engaña: si permanecemos en una Institución que nos persigue, sólo puede ser porque el que nos ha llamado a permanecer en ella ha puesto morada en nosotros y nos fortalece en el desprecio y persecución.
Y todo esto lo haremos desde la lógica de la Cruz: que no ataca (echando mano de todo lo que sabemos muchos de nosotros del clero…), sino desde la lógica del que sabe esperar a que llegue el momento y que sabe vivir lo que Dios nos pide mirando a él y entendiendo y compadeciendo a los guardianes de la Ley. Rezando por los que nos persiguen, bajo la apariencia de los que nos cuidan.
Pedro vio el sepulcro vacío y quedó pensativo… fue Jesús quien tuvo que salir a su encuentro. El papa Francisco entiende bien que “hay que generar procesos, más que cambios revolucionarios”. En esta mañana pascual deseamos que esta realidad humana un día sea acogida por la Iglesia en su integridad superando definitivamente la idea de “desorden”, “pecado”… que ya ha sido desmentida por la ciencia y la propia teología.
Nuestra mayor fuerza es poder hacer nuestras siempre esas palabras de la Secuencia de Pascua:
“Dic nobis, Maria,
quid vidisti in via?
Sepulcrum Christi viventis
et gloriam eius refulgentis”
“Dinos, María, ¿qué viste en el camino? El sepulcro de Cristo que vive y su gloria refulgente”.
Amen. Aleluya.
Firmado: uno de los dos que iban camino de Emaús y al que el Maestro tuvo que recolocar todo en su interior.
Comentarios desactivados en El cardenal arzobispo de Viena Cristoph Schönborn afirma que “La Iglesia es una madre, y una madre no rechaza una bendición”.
El cardenal arzobispo de Viena se suma al rechazo por la nota de Doctrina de la Fe
“No me ha gustado esta declaración de Doctrina de la Fe por la sencilla razón de que el mensaje que dejó en los medios de comunicación de todo el mundo fue sólo un ‘no’”
“La Iglesia es Mater et Magistra (Madre y Maestra) y debe enseñar, pero es ante todo una madre ha de ser una madre para todos los hijos de Dios”
| Jordi Pacheco
Christoph Schönborn, cardenal arzobispo de Viena, suma su voz a las muchas que han expresado desacuerdo ante la negativa de Roma a abrir la puerta a las bendiciones de las uniones gais. “Muchas madres bendicen a sus hijos. Mi madre sigue haciéndolo a día de hoy. No salgo de casa sin que ella me bendiga. Una madre no rechazará una bendición, aunque su hijo o hija tenga problemas en la vida. Al contrario”, ha expresado el prelado a través del semanario diocesano Der Sonntag, publicado hoy.
Teólogo dominico, a sus 76 años Schönborn fue encargado de presentar la exhortación apostólica Amoris Laetitia y goza de una alta estima por parte de Francisco, por lo que sus palabras pueden influir en gran medida sobre el debate generado por la polémica decisión del dicasterio que marca la doctrina católica.
“No me ha gustado esta declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe —afirma Schönborn—. Por la sencilla razón de que el mensaje que dejó en los medios de comunicación de todo el mundo fue sólo un “no”. Y esto es un “no” a la bendición, algo que a muchos les duele en el fondo, como diciendo: “Madre, ¿no tienes una bendición para mí? Después de todo, yo también soy tu hijo”.
La Iglesia, advierte Schönborn, “es Madre y Maestra” y debe, por tanto, “enseñar” pero es ante todo una madre”. La intransigencia eclesial en materia de diversidad sexual es lo que hace, para el arzobispo de Viena, que muchas personas homosexuales y creyentes se preguntan precisamente si la Iglesia es una verdadera madre para ellas y no pueden menos que sentirse rechazadas.
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El presidente de los obispos alemanes admite la “incomprensión” de los católicos al veto de Roma a la bendición de parejas gay
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Bätzing comparte “expresamente” las dudas frente al ‘Responsum’ de Doctrina de la Fe
El obispo de Limburgo denuncia la “autoinmunización” de algunos eclesiásticos a los cambios doctrinales en la Iglesia, y lamenta que el ‘Responsum’ “no podrá contar con una amplia aceptación” por parte de los católicos
Para declarar “el valor esencial del matrimonio no es necesario devaluar otras formas de pareja, que obviamente también existen”.
El ‘Responsum‘ de Doctrina de la Fe prohibiendo las bendiciones a parejas gay ha levantado una sonora polvareda en buena parte del orbe católico, especialmente en Alemania, inmersa en un ‘Camino Sinodal’ cuyos resultados pueden afectar a toda la Iglesia. Y sus jerarcas no han permanecido al margen del debate.
Así, el presidente de la Conferencia Episcopal, Georg Bätzing, ha publicado una entrevista en la web de la diócesis de Limburgo, que recoge Katolisch.de en la que afirma compartir “expresamente” la “incomprensión” de buena parte de los católicos ante el veto de Doctrina de la Fe. Aunque admite que el ‘Responsum’ recoge “la doctrina conocida”, Bätzing insiste en que “no podrá contar con una amplia aceptación, ni con el correspondiente cumplimiento”.
“Un documento que, en su argumentación, se cierra tan descaradamente a un progreso del conocimiento de carácter teológico y humano-científico llevará a que la práctica pastoral lo ignore“, señaló, textualmente, el presidente de los obispos alemanes, quien también reclamó una “reevaluación” del valor de las parejas del mismo sexo, y un mayor desarrollo de la moral sexual de la Iglesia.
Porque, explica el prelado, para declarar “el valor esencial del matrimonio no es necesario devaluar otras formas de pareja, que obviamente también existen”. “Es una cuestión compleja“, destacó Bätzing, quien añadió que “hay muchas personas que viven en parejas responsables, fieles y solidarias sin tener un matrimonio en el sentido cristiano”.
Al tiempo, y haciéndose eco de las palabras del Papa por los 150 años de San Alfonso de Ligorio, el obispo de Limburgo criticó la “autoinmunización contra cualquier cambio en la doctrina de la Iglesia”, pese a que la realidad “sabe que es muy posible y que ha tenido lugar de muchas maneras”. Este tipo de vetos, lamentó el prelado, “es sorprendente”, y lleva a que “los fieles carezcan de orientación en cuestiones de ética sexual y de una comprensión personal de la pareja”.
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El presidente de los obispos austríacos reclama “un acompañamiento ritual” para las parejas homosexuales
Franz Lackner: “Merecen respeto y una respuesta positiva de la Iglesia”
“No debemos dejar solos a las parejas homosexuales ahora”
“La Iglesia debe encontrarse con la gente de hoy tanto como sea posible”
“Si en las relaciones homosexuales se viven valores como el amor, la amistad, el cuidado o la responsabilidad, esto merece respeto y una respuesta positiva de la Iglesia. Cuesta creer que la Iglesia no permita ningún acompañamiento ritual”. El presidente de los obispos austríacos, Franz Lackner, ha reclamado que “no debemos dejar solos a las parejas homosexuales ahora”, después de la polémica nota de Doctrina de la Fe.
En una declaración pública, Lackner recalcó que “no preveía” un ‘Responsum‘ como el firmado por Ladaria hace diez días, especialmente después de las discusiones planteadas en Roma, desde distintos episcopados, para “abordar los deseos y necesidades de las parejas del mismo sexo”.
“El principio fundamental de mi lucha teológica fue y es: la Iglesia debe encontrarse con la gente de hoy tanto como sea posible”, recalcó el prelado, quien insiste en que, aunque para la Iglesia católica la forma de convivencia ideal “es el matrimonio entre hombre y mujer, el lugar donde se produce la transmisión de la vida“, en “las uniones entre personas del mismo sexo “se pueden experimentar algunas, pero no todas, las dimensiones del matrimonio”, y que es preciso “hablar con las parejas afectadas por la decepción que les ha causado” la decisión de Doctrina de la Fe.
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Contundente respuesta de 212 profesores y teólogos alemanes a Doctrina de la Fe
“Con el ‘Responsum’, el Magisterio socava su propia autoridad”
Los docentes denuncian la falta de “profundidad teológica, comprensión hermenéutica y rigor argumentativo” del documento firmado por Ladaria
“El texto se caracteriza por un gesto paternalista de superioridad y discrimina a las personas homosexuales y su estilo de vida. Nos distanciamos rotundamente de esta postura”
“Reconocemos expresamente (las bendiciones a parejas homosexuales) como prácticas a valorar”
“La ‘Nota explicativa’ del responsum y el ‘Comentario’ publicado con él carecen de profundidad teológica, comprensión hermenéutica y rigor argumentativo. Si se ignoran y no se reconocen los conocimientos científicos pertinentes, como ocurre en el documento, el Magisterio socava su propia autoridad“. Un total de 212 profesores y teólogos alemanes han publicado una contundente respuesta a la prohibición de la Congregación para la Doctrina de la Fe a la bendición de parejas homosexuales.
El documento, hecho público hoy, denuncia el “gesto paternalista de superioridad” de un texto que “discrimina a las personas homosexuales y su estilo de vida”. “Nos distanciamos rotundamente de esta postura”, subraya la declaración que asume “que la vida y el amor de las parejas del mismo sexo no valen menos ante Dios que la vida y el amor de todas las demás parejas”.
“En muchas comunidades, los sacerdotes, diáconos y otros agentes de pastoral reconocen a las personas del mismo sexo, celebrando incluso ritos de bendición para las parejas del mismo sexo y reflexionando sobre las formas litúrgicas adecuadas de tales celebraciones”, finaliza el texto, que culmina señalando que “las reconocemos expresamente (las bendiciones a las parejas homosexuales) como prácticas a valorar”.
Este es la declaración íntegra:
El lunes 15 de marzo de 2021, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un responsum, en el que niega la posibilidad de bendecir por la iglesia las uniones entre personas del mismo sexo. Como profesores de teología católica, nos posicionamos al respecto.
La “Nota explicativa” del responsum y el “Comentario” publicado con él carecen de profundidad teológica, comprensión hermenéutica y rigor argumentativo. Si se ignoran y no se reconocen los conocimientos científicos pertinentes, como ocurre en el documento, el Magisterio socava su propia autoridad.
El texto se caracteriza por un gesto paternalista de superioridad y discrimina a las personas homosexuales y su estilo de vida. Nos distanciamos rotundamente de esta postura. Por el contrario, asumimos que la vida y el amor de las parejas del mismo sexo no valen menos ante Dios que la vida y el amor de todas las demás parejas.
En muchas comunidades, los sacerdotes, diáconos y otros agentes de pastoral reconocen a las personas del mismo sexo, celebrando incluso ritos de bendición para las parejas del mismo sexo y reflexionando sobre las formas litúrgicas adecuadas de tales celebraciones. Las reconocemos expresamente como prácticas a valorar.
Comentarios desactivados en Lewis Hamilton “se solidariza con la comunidad LGBT +” después de la “inaceptable” prohibición del Vaticano de las uniones entre personas del mismo sexo
Lewis Hamilton ha descrito la prohibición del Vaticano de que los sacerdotes bendigan las uniones entre personas del mismo sexo como “inaceptable”.
El lunes (15 de marzo), la Congregación para la Doctrina de la Fe respondió a la pregunta de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo en nombre del Vaticano e insistió en que Dios “no bendice el pecado”.
Hamilton, que es católico, usó Instagram para expresar su frustración por la decisión del Vaticano, compartiendo una publicación de Elton John que decía: “¿Cómo puede el Vaticano negarse a bendecir los matrimonios homosexuales porque ‘son pecado’, pero felizmente obtener ganancias de invertir millones en Rocketman, una película que celebró el hecho de que encontré la felicidad de mi matrimonio con David “.
Junto a la publicación de John, el piloto siete veces Campeón del Mundo de Fórmula Uno escribió: “Solidarándonos con Elton John y toda la comunidad LGBTQ + en este tema. Es inaceptable que en esta época, alguien deba enfrentar prejuicios o discriminación por la persona que ama, especialmente en el nombre de Dios, quien nos dice que nos ama a todos por igual. Es increíblemente triste que muchos ahora sientan que tienen que elegir entre su fe y ser su verdadero yo, y quiero que mis seguidores sepan que estoy contigo y te apoyo, y que mereces la felicidad. El amor es amor, no dejes que nadie te diga lo contrario”.
Hamilton habló sobre su fe católica cuando fue entrevistado por Serena Williams para Interview Magazine en 2017, y explicó que para él, su religión se trata de elevar a los demás.
Dijo: “Solía sentirme inseguro sobre el hecho de que soy católico y que tengo una relación con Dios. No fue hasta que llegué a la Fórmula Uno que realmente comencé a abrazarlo y a sentirme cómodo mostrándolo. Hay una cita de Marianne Williamson: ‘No hay nada ilustrativo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras a tu alrededor’. Tengo eso tatuado en mi pecho.
“Ella continúa diciendo: ‘Nacimos para manifestar la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No es solo en algunos de nosotros; está en todos. Y cuando dejamos que brille nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para que hagan lo mismo.
“A medida que nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás”.
Comentarios desactivados en “Mi Iglesia, Señor, es la que sigue discriminando a homosexuales, a mujeres, a laicos”
(Dibujo de Agustín de la Torre)
Carta abierta de un clérigo homosexual católico, que no reniega de la Iglesia
“Es la mega institución incapaz de moverse un milímetro, aterrada de perder el poder terrenal, la que esconde abusos y la corrompida por el dinero”
“Pero Señor, tu Iglesia, que es mi madre, también es amor y acogida. Es una Iglesia que no juzga, abre los brazos para amar, escucha la voz de las mujeres y empieza a hacerles hueco, su hueco necesario, despacio, es verdad”
“Es la Iglesia que te pide que la hagas instrumento de tu paz, la que ora ante una basílica derruida en Mosul, la Iglesia de las Bienaventuranzas y de tu preferencia por los más pequeños”
“Es la Iglesia que está en salida, la que trabaja por la fraternidad y la que cuida tu Creación, es la Iglesia de los márgenes y es la Iglesia de la Misericordia”
“Soy tuyo. Todo yo. Con mis pecados, pero también con esos ínfimos destellos de santidad que tenemos todos tus hijos e hijas”
Su Eminencia, un señor que tiene constantemente al Espíritu de Dios sobre su cabeza, que para eso viste sotana y fajín de seda roja, ha hablado, ha sentenciado una vez más, siempre ha sido así, que ese amor desordenado no puede bendecirse, no es digno del amor de Dios, no es posible alabar al Señor con ese amor.
¿Qué pintas tú ahí? No es la primera vez ni el único motivo por el que la pregunta surge en conversaciones con amigos, familia. Y pienso, lo medito, y una vez más, Señor, me pongo ante ti y te lo digo. Porque solo a ti puedo decirte esto. Porque ya conoces lo que voy a decirte.
Mi Iglesia, Señor, es la que sigue discriminando a homosexuales, a mujeres, a laicos. Es la mega institución incapaz de moverse un milímetro, aterrada de perder el poder terrenal, la que esconde abusos y la corrompida por el dinero. Es la Iglesia de curas y monjas señores, de feudalismo contemporáneo, de servidumbre, de “cállate que tú no eres cura”, de púlpitos para arengas políticas.
Es la Iglesia de mármol y piedras preciosas, de Estado, con Jefe de Estado y ministros que se llaman de otra manera, con más boato e incienso, de himnos y revista de tropas. Es la Iglesia de piedra, Señor, inamovible, fría.
Y yo soy parte de ella, de tu Iglesia, y en más ocasiones de las que pienso comparto todo esto con ella. Yo también discrimino, me aferro a mis posiciones, tengo miedo, miro hacia otro lado y abuso, miro mi cartilla como si de ella dependiese mi salvación.
Pero Señor, tu Iglesia, que es mi madre, también es amor y acogida. Es una Iglesia que no juzga, abre los brazos para amar, escucha la voz de las mujeres y empieza a hacerles hueco, su hueco necesario, despacio, es verdad. Es la Iglesia que celebra tu Palabra sin un cura, en Amazonas, en Europa, o donde sea. Es la Iglesia que se reúne en tu nombre, te celebra, te alaba, te pide perdón, te da las gracias.
Es la Iglesia del salmista, capaz de vivir todo contigo, su alegría y su sufrimiento, su espiritualidad y su corporeidad, su santidad y su pecado. Es la Iglesia de tu mirada a Zaqueo, de buscarnos, Señor, de llamarnos y de invitarnos a seguirte. Y también es tu mirada a Pedro después de negarte, esa mirada que nos rompe con su amor extremo, que no somos capaces de comprender desde nuestra limitación tan terrena y tan poco real.
Es la Iglesia que vive su fe de manera popular, sin preguntarse muchas cosas, porque a veces no hace falta, pero también es la que vive en una continua relación de tú a tú contigo, Señor, siendo a veces consciente de la inmensidad de esa relación y otras veces queriéndola utilizar según su conveniencia.
Es la Iglesia que te pide que la hagas instrumento de tu paz, la que ora ante una basílica derruida en Mosul, la Iglesia de las Bienaventuranzas y de tu preferencia por los más pequeños. Es la que te anuncia y recorre en canoas el Amazonas, la que lleva mantas a los campos de refugiados, la que lleva la educación en una pequeña escuela en África, la que cuida a enfermos de sida en Haití, la que da de comer a tantas personas en nuestras propias ciudades, la que ofrece su amor en el momento de la muerte, en la India y en un hospital en plena pandemia.
Es la Iglesia que te reza, confiada, porque solo tú puedes sanar, solo tú puedes liberar, solo tú puedes amar como amas. Es la Iglesia del rosario de mi abuela, la de la liturgia de las horas en un monasterio, es la Iglesia que ve, juzga y actúa, la que desde el desierto te busca y la que camina con tu madre y madre nuestra, la misionera y la que está en salida, la que trabaja por la fraternidad y la que cuida tu Creación, es la Iglesia de los márgenes y es la Iglesia de la Misericordia.
Es mi familia, con tantos colores y tan diversa, pero toda ella tu Iglesia. Es la Iglesia que te canta, y también la que te contempla en el silencio. Esa es tu Iglesia, Señor, la misma que me ha acogido una y otra vez, esa misma que acoge y rechaza. Una madre misericordiosa que sigue castigando. Una Iglesia santa inmóvil en su pecado.
Te sigo buscando, Señor. Te sigo escuchando, Señor. Contigo, nada me puede faltar. Soy tuyo. Todo yo. Con mis pecados, pero también con esos ínfimos destellos de santidad que tenemos todos tus hijos e hijas. Con tu Iglesia. Con nuestra Iglesia. Dios y Señor mío, gracias.
Comentarios desactivados en Monseñor Overbeck: “Necesitamos una nueva visión de la homosexualidad, seria y respetuosa”
El obispo alemán pide modificar posición de la Iglesia ante los homosexuales
El obispo de Essen (oeste de Alemania), Franz Josef Overbeck, pidió revisar la posición de la Iglesia católica ante los homosexuales y rechazo un documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe
La doctrina de la Iglesia necesita “una visión más amplia de la sexualidad humana” según Overbeck, quien dice haber recibido cartas de muchos católicos que rechazan la posición oficial de Roma
El obispo sostiene que hay que evitar toda tentación fundamentalista y que, pese al respeto por la tradición, hay que entender ésta a la luz de los tiempos actuales
| RD/EFE
El obispo de Essen (oeste de Alemania), Franz Josef Overbeck, pidió revisar la posición de la Iglesia católica ante los homosexuales y rechazo un documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe en contra de la bendición de las parejas del mismo sexo.
“Necesitamos una nueva visión de la homosexualidad, seria y respetuosa”, declaró Overbeck en una carta a las parroquias de su diósesis.
La doctrina de la Iglesia, según Overbeck, necesita “una visión más amplia de la sexualidad humana”.
“La declaración de la Congregación de la Doctrina de la Fe ha ofendido a muchas personas con orientación homosexual. Una posición así no es aceptada en otros tiempos y no se puede pasar por alto lo que piensan los creyentes”, agregó.
Overbeck dice haber recibido cartas de muchos católicos que rechazan la posición oficial de Roma.
El obispo sostiene que hay que evitar toda tentación fundamentalista y que, pese al respeto por la tradición, hay que entender ésta a la luz de los tiempos actuales.
Overbeck, además alude a estudios recientes que muestran que una visión simplificada de la sexualidad humana es parte del origen de las posturas que llevaron a “las horribles casos de abusos en nuestra Iglesia”.
Franz-Josef Overbeck: Ruhrbischof fordert Änderung der Lehre zu Homosexualität https://t.co/8ELDoTqmQA
La Congregación de la Doctrina de la Fe había declarado que la Iglesia no debía bendecir uniones homosexuales.
Antes de Overbeck, un grupo de 300 sacerdotes católicos austriacos se había pronunciado en contra de esa declaración. “Ese decreto ofende a muchos cristianos y cristianas y desacredita el mensaje liberador de Jesús”, dice esa declaración.
“Protestamos vehementemente contra la idea de que las parejas homosexuales que se aman no son parte del plan de Dios”, agrega el documento.
El gran drama de nuestra iglesia es la misma iglesia cuando se empeña en mantener un ritmo desacompasado y desafinado en el concierto de la vida y de sus desafíos
El gran drama de nuestra iglesia es la misma iglesia cuando se empeña en mantener un ritmo desacompasado y desafinado en el concierto de la vida y de sus desafíos. Dice el denostado “Catecismo Holandés” que la iglesia se parece, a veces, a ese corredor cansado que jadea cuando está cerca de la meta y ve que otros corredores la adelantan cuando la meta está ya a la vista. Es verdad que, en los últimos tiempos, sobre todo con el papa Francisco, ha logrado dar algunos pasos adelante que con el papa Juan Pablo II, se habían retrocedido de manera significativa. Con el Papa Francisco las cosas han cogido un cierto ritmo pero no todo el que sería necesario para llegar a la meta al mismo tiempo que la modernidad. La iglesia es profundamente moderna si se le permite ser ella misma a la hora de ser madre y acompañar los gozos y las esperanzas, las alegrías y las tristezas del tiempo que nos ha tocado vivir, como nos había dicho el Concilio Vaticano II.
Y entre esos retos que la iglesia tiene que afrontar, ya mismo, si desea ser madre más que madrastra, están algunos como el papel de la mujer en la iglesia, la misión de los sacerdotes casados, la actitud ante movimientos marginados como la comunidad LGTBI, donde hay tantas personas bautizadas y cristianas por convicción, que no acaban de encontrar su lugar en la iglesia. No porque no lo vean sino porque se lo arrebatan con normas y leyes que no están, precisamente, en el Evangelio.
La Congregación para la Doctrina de la fe acaba de afirmar que
“No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio”
Es decir, que la iglesia, nuestra madre, puede bendecir a los animales el día de san Antón, como ya lo hace en distintos lugares de la geografía española -y es algo muy bonito- pero no puede bendecir la unión en el amor de una pareja porque tiene una tendencia sexual distinta. Y es que seguimos pensando en la idea de que el amor no siempre es un don precioso de Dios, sino que hay amores que los carga el diablo. Y, por otra parte, que sólo el amor procreador es amor en plenitud. Pero hay amores que, a cierta edad, ya no pueden ser procreadores y siguen siendo un amor bendecido y amado por Dios, hasta que la muerte los separe. Si la bendición de uniones homosexuales no puede considerarse lícitas, ¿cómo han de considerarse las uniones heterosexuales que se llevan a cabo por intereses económicos, de prestigio y ambición o, simplemente, de imagen?
El amor, cuando es auténtico, y eso solo Dios los sabe, no puede someterlo nadie a tesituras morales ni, incluso, sexuales. El amor es algo más profundo que lo sexual, aunque sea el sexo la manifestación humana más evidente del amor
El amor, cuando es auténtico, y eso solo Dios los sabe, no puede someterlo nadie a tesituras morales ni, incluso, sexuales. El amor es algo más profundo que lo sexual, aunque sea el sexo la manifestación humana más evidente del amor. No hay tribunal humano que pueda poner límites al amor. Hasta Dios ha querido mostrar su amor a la humanidad en forma de amor humano, sexual, en el “Cantar de los Cantares” y místicos como san Juan de la Cruz, han encontrado en la unión sexual la fuente metafórica más sublime para expresar esa unión íntima entre Dios y la humanidad. Lo sexual, lejos de ser algo sospechoso, es un don de de Dios que nos plenifica y nos humaniza.
Los obispos alemanes, que van en sus reflexiones muy por delante del conjunto de la iglesia, y que nos están invitando a una creciente sinodalidad, han reaccionado de inmediato a esta decisión de la Comisión de la Fe que preside Ladaria, para manifestar que “mantendrán la bendición de las parejas gays porque no hay respuestas fáciles y hay que seguir avanzando”. Y es que, realmente, no hay respuestas fáciles a este tipo de cuestiones. En esta misma dirección se han pronunciado los obispos austríacos.
Yo creo, con mucho respeto y humildad, que la iglesia sí tiene poder de bendecir el amor sin apellidos desde que ha oído a su Señor que “Todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo”.(Mt 16, 19)
Es una controversia teológica que no conviene agotar en una declaración, y mucho menos cerrar, sino que ha de ponerse en el candelero de la reflexión cristiana, para que el debate enriquezca la reflexión. Cuatro ojos ven más que dos. Estamos en camino de reflexión y búsqueda fraternal. Resulta, por lo menos, inquietante que muchos de los que reflexionan sobre estos temas o trabajan en estos ámbitos de integración de la Comunidad LGTBI en la iglesia, tengan que hacerlo en pleno siglo de las libertades, con un pseudónimo por miedo a represalias y marginaciones. Y conozco a algunos que tienen un mérito enorme, como profetas auténticos de nuestro tiempo. Una iglesia donde acontece esto no puede llamarse libre. Y para ser libres nos llamó el Señor. (Gal 5, 13)
La decisión de la Comisión de la fe, en este sentido, ha sido un día triste para muchos cristianos que quieren vivir su fe en comunidad, sin renunciar a su personalidad y a su manera de sentir. No se trata tanto de consumar un rito oficial cuanto de humanizar una realidad presente. Y ésta es una de las misiones más hermosas de la iglesia: humanizar.
Creo que no es de recibo que muchas parejas cristianas, convencidas de su fe, tengan que ser excluidas de la vida de la iglesia de tantas maneras como se excluyen, aunque se mantenga la teoría de que “la iglesia no margina a los homosexuales”. Si no bendice su amor, sí los margina. ¿O cómo hay que llamarle a esa prohibición de bendecir las parejas homosexuales?
La homosexualidad está presente de manera muy significativa, hasta un 11 por ciento, dicen los entendidos, en la sociedad y, según parece, en un grado aun mayor entre los sacerdotes. Dejando a un lado la pedofilia, que es un crimen abominable y perseguible, que nada tiene que ver con la homosexualidad, y, menos aún, con el amor, creo que la iglesia, todos los cristianos, hemos de ir dando pasos de comprensión y apertura, de tolerancia y de respeto en este tema que nos ocupa y nos preocupa. Y, sobre todo, preguntarnos cómo actuaría Jesús en estos casos, después de haberle oído decir: “Se le perdona todo porque ha amado mucho”(Lc 7, 47)
Precisamente, en estos días, he querido abordar este tema, y otros temas conflictivos en la iglesia de hoy, en un libro que acaba de salir publicado y que se llama: “Pueblo mío a dónde vas?” Editorial: Nueva Economía Social. Madrid 2021. Creo que la mejor manera de avanzar en estas cuestiones es creando debate y diálogo entre todos, desde la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Porque solo están cerrados los temas que nosotros cerramos con nuestras normas y leyes y, lo que es peor, con nuestra intolerancia. El Espíritu de Dios es abierto y nadie sabe de dónde viene ni a dónde va.
Comentarios desactivados en MOCEOP: “Como los curas austriacos, no rechazaremos a ninguna pareja de cualquier condición que se ame”
Comunicado sobre la negativa de la jerarquía a bendecir a las parejas homosexuales
“La jerarquía de la Iglesia ha vuelto estos días a condenar por enésima vez las relaciones homosexuales”
“Otra vez la jerarquía de nuestra Iglesia, anclada en prejuicios irracionales, sigue sin tener en cuenta a gran parte del pueblo de Dios, para quien no es aceptable el rechazo de la homosexualidad”
“Pensamos que lo más grave es que esto sigue haciendo sufrir a muchos cristianos y cristianas, y está contra la misericordia y el amor de Jesús de Nazaret a los excluidos”
(MOCEOP).- La jerarquía de la Iglesia ha vuelto estos días a condenar por enésima vez las relaciones homosexuales. La Congregación para la Doctrina de la Fe respondió negativamente, de forma oficial en la web vaticana, a la pregunta de si la Iglesia puede dar su bendición a las parejas homosexuales: “No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”.
Aparte de pervertir el sentido evangélico de la bendición: desear la bendición de Dios a los amigos o las buenas personas que la piden –como sigue siendo una bonita práctica sobre todo en los pueblos de América Latina- e incluso a los enemigos (Lc 6,28), esta declaración eclesiástica nos trae de nuevo la postura de la jerarquía eclesiástica frente a las personas y el colectivo LGTBI, que vuelve a ser negativa; aunque unas palabras del papa Francisco hace tiempo parecían presagiar un cambio de actitud. ¿Aprobaría él este comunicado o estará prisionero de los sectores más conservadores y tradicionalistas de la Iglesia para impedir las necesarias transformaciones en ésta?
Nuestra jerarquía sigue empeñada en su tradición doctrinal, sin entender que las relaciones homosexuales pueden ser de amor y, por lo tanto, buenas y muy queridas por Dios. Sigue empecinada en un dogmatismo rayano en fundamentalismo, creyéndose la única intérprete autorizada del “designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”, confundiendo lo que Dios quiere con su propia doctrina y prejuicios, y diciendo que si una pareja de gays o lesbianas dice que están verdaderamente enamorados y se aman generosa y limpiamente, se equivocan: es una ilusión, un engaño.
Otra vez la jerarquía de nuestra Iglesia, anclada en prejuicios irracionales, sigue sin tener en cuenta a gran parte del pueblo de Dios, para quien no es aceptable el rechazo de la homosexualidad. Una postura que es, además, muy cínica por parte de muchos de nuestros jerarcas represores, como ha quedado de manifiesto.
Manifiesta estar fuera de la evolución histórica y social, fuera de su tiempo, fuera de los avances en los derechos humanos como el que supone amar con respeto y generosidad a quien y como uno quiera. Manifiesta estar fuera del conocimiento de la persona humana que nos fueron dando las ciencias humanas y la experiencia de que hay un espectro muy variado y legítimo de orientaciones sexuales humanas. Manifiesta, en fin, estar fuera de la realidad en el sentido de que las relaciones de amor no están necesaria ni exclusivamente centradas en la procreación, como afirma la nueva moral cristiana que estudiamos hace ya cuarenta años y reconoce para el matrimonio el mismo Derecho Canónico.
Pensamos que lo más grave es que esto sigue haciendo sufrir a muchos cristianos y cristianas, y está contra la misericordia y el amor de Jesús de Nazaret a los excluidos. Lo veíamos estos días en una dolorida y anónima “Carta abierta de un joven gay a Dios con motivo de la última declaración de la Santa Sede sobre la bendición de parejas homosexuales”, aparecida en Religión Digital y de la que recordamos aquí sus palabras, porque las suyas son más importantes que las nuestras:
“Señor, hoy soy solo uno más de tus hijos, que puede ser tu hija, también, y a quien llamas con nombre propio, con plena dignidad… No es nuevo que nos llamen personas con ‘tendencias objetivamente desordenadas’ y que nos pongan el sello del pecado. No es nuevo, pero siempre que se reafirma es doloroso, muerde el alma como el mal espíritu al corazón de tus santos… Recuerdo mi miedo, Señor, miedo que mata la esperanza, que mata la vida… Señor, veo la iglesia delante de mí cerrada… Y luego pienso, ¿esta es la Iglesia que tú querías? ¿Ésta de puertas cerradas, con olor a polilla, de columnas de piedra, de retablos de oro? ¿Ésta de cardenales que acusan, de poderosos que presionan, que le matan el vuelo a la libertad, a la novedad y al encuentro?… Te hablo desde mi fragilidad, Señor, desde mi dolor, desde mi soledad… Te hablo desde mis días de… dolor de consciencia desesperada, de sueños rotos, de necesidad de amor, cariño, libertad, paz… Señor, que repitamos ‘bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados’…y que amemos mucho, en nuestros trabajos, en nuestras familias, en nuestras camas, en todas partes, a quien sea y como sea, pero siempre amando”.
Desgraciadamente, la esperanza de que el papa Francisco –tan acertado en otras cosas- iba a liberar el estancamiento de la doctrina tradicional a este respecto, de que iba a hacer avanzar la reflexión e incluso corregirla, se esfumó de nuevo justamente en los ocho años de su pontificado, y sigue en la línea de sus predecesores.
Pero importantes sectores de la Iglesia europea, inmediatamente después de hacerse pública esta declaración, manifestaron que seguirán bendiciendo las uniones homosexuales exigiendo la modernización de la Iglesia, porque –dice un grupo de curas austríacos– “la realidad nos ha demostrado que las parejas homosexuales pueden celebrar el amor de Dios en la Iglesia igual que el resto”.
Como hermanos y hermanas del MOCEOP nos unimos a esta actitud de rebeldía de nuestros colegas ante una norma de la jerarquía que consideramos injusta y que no corresponde con la misericordia de Dios con todos sus hijos e hijas; como ellos, seguiremos con nuestra disidencia práctica y no rechazaremos a ninguna pareja de cualquier condición que se ame y busque de nuestra parte la bendición de Dios.
Pero sí se pueden bendecir armas que matan…
El Vaticano no aprobará la unión de homosexuales porque “Dios no puede bendecir el pecado”.
Comentarios desactivados en Marcelo Barros: “No se debe obligar a nadie a bendecir la unión gay, pero tampoco se debe prohibir que lo haga”
De su blog Encuentro (s) para el Bien Vivir:
“Negar una bendición es negar que se diga el bien a alguien. Es negar una palabra de amor”
“La nota es extraña porque utiliza una terminología ambigua. Dice que la Iglesia no tiene poder para dar la bendición a una pareja gay. ¿Qué significa eso? ¿De qué habla la congregación? ¿Se refiere a la bendición del matrimonio en sí o simplemente a la bendición de las parejas homosexuales?”
“Según la doctrina más tradicional de la Iglesia, en el sacramento del matrimonio el sujeto del sacramento es el amor y el ministro es la pareja, no el sacerdote. El sacerdote es un testigo cualificado por parte de la Iglesia”
“Como la nota de la Congregación de la Fe dice haber recibido la aprobación del Papa Francisco, muchos se quedan atónitos y se preguntan qué pensar al respecto”
“No creo que haya muchas parejas homoafectivas en el mundo actual que sientan la necesidad de la bendición eclesiástica para vivir su vocación al amor”
Algunos hermanos y hermanas me han pedido que comente la nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe, organismo de la Curia Romana, en la que se afirma que la Iglesia no tiene potestad para dar la bendición a una pareja gay. Por los comentarios que hemos leído, la nota afirma que, si bien hay que respetar a las personas, hay que condenar la unión homoafectiva, considerada como “desordenada”.
Como la nota de la Congregación de la Fe dice haber recibido la aprobación del Papa Francisco, muchos se quedan atónitos y se preguntan qué pensar al respecto.
Lo primero que hay que saber es que esta nota viene de la Congregación de la Doctrina de la Fe y del cardenal Ladaria, precisamente uno de los sectores de la Curia y de la Iglesia católica que más se oponen actualmente al Papa Francisco y que siempre se ha posicionado en contra de cualquier renovación en la Iglesia católica. Así que esta posición no debería sorprender a nadie.
La nota es extraña porque utiliza una terminología ambigua. Dice que la Iglesia no tiene poder para dar la bendición a una pareja gay. ¿Qué significa eso? ¿De qué habla la congregación? ¿Se refiere a la bendición del matrimonio en sí o simplemente a la bendición de las parejas homosexuales? En la Iglesia católica, desde la Edad Media, se diferencia entre sacramento y lo que comúnmente se llama sacramental. Hay un libro para la administración de los Sacramentos y otro diferente es el de las bendiciones.
Esta nota de la Congregación de la Fe parece confundir estos dos elementos. Dice que la Iglesia no puede dar la bendición a las parejas homosexuales. Ahora, los sacerdotes bendicen casas, bendicen coches y en el pasado bendecían animales. Pero las personas humanas que viven el amor homoafectivo no pueden drecibir una bendición. El IHU (sitio web del Instituto Humanitas) publicó un artículo del teólogo italiano Andrea Grillo que llama la atención sobre este lenguaje desproporcionado del “poder de dar la bendición”. Negar una bendición es negar que se diga el bien a alguien. Es negar una palabra de amor. Jesús nunca haría eso.
Estos señores de la curia se colocan así como legítimos sucesores de los doctores de la ley y fariseos que en la sinagoga condenaron a Jesús por curar en el día sagrado del sábado. El Evangelio de Marcos nos cuenta que un día, en la sinagoga, Jesús hace lo que se considera un sacrilegio. Llama al centro de la sinagoga a un hombre que tenía una mano seca (estaba estrictamente prohibido que un enfermo estuviera allí). Jesús los mira a todos con una mirada de enfado, de indignación y pregunta:
– En un día de reposo, ¿qué está permitido hacer: el bien o el mal, salvar una vida o matar?
Hoy Jesús actualizaría esta provocación preguntando a estos maestros de la ley:
– Usted habla en nombre de la Iglesia católica y dice: “¿No tiene la Iglesia católica la facultad de dar la bendición a las parejas homosexuales? No tienen el poder de bendecir. ¿Tienen el poder de maldecir, de discriminar, de legitimar la violencia cotidiana del mundo contra ellos?
¿Qué representa esta postura de esta Congregación de la Curia? Me sigue pareciendo extraña la facilidad con la que hablan en nombre de la “Iglesia”. Como hacen algunos obispos: “La Iglesia católica piensa así o actúa así”. (L’État c’est moi). ¿Cuántos obispos y sacerdotes actuales no están de acuerdo con este tipo de postura del Vaticano? ¿Quién representa más a la Iglesia: los misioneros y pastores que están en la misión o los burócratas de la oficina central?
El Concilio Vaticano II enseñó que la Iglesia es concretamente local. Si esto es así, Roma es la Iglesia primada de la comunión de Iglesias, pero no la sede central de una multinacional con sucursales en todo el mundo. Por lo tanto, en materia de fe y de lo esencial, todos debemos estar unidos, pero en materia de disciplina y de liturgia, cada Iglesia local tiene derecho a su libertad. No se debe obligar a nadie a bendecir la unión gay, pero tampoco se debe prohibir que lo haga.
Según la doctrina más tradicional de la Iglesia, en el sacramento del matrimonio el sujeto del sacramento es el amor y el ministro es la pareja, no el sacerdote. El sacerdote es un testigo cualificado por parte de la Iglesia. Todo amor en sí mismo es sagrado y no necesita la bendición de un sacerdote o pastor para legitimarse.
La función de la bendición matrimonial no sería la de “bendecir” el amor que ya es en sí mismo sagrado, sino la de hacer de esa unión un signo público y un testimonio del amor de Dios por la humanidad. Si es así, con esta desafortunada declaración, lo que la Congregación de la Fe está diciendo es que si la pareja no es hombre y mujer, su unión no es un signo del amor de Dios…. Deberían explicitarlo para que pudiéramos preguntar: ¿Incluso Dios tiene que pedirte permiso para darnos señales de su amor?
No creo que haya muchas parejas homoafectivas en el mundo actual que sientan la necesidad de la bendición eclesiástica para vivir su vocación al amor. Si lo hacen, es normal que busquen Iglesias que quieran ser testigos de que Dios es Amor y portadores de la bendición divina y no Iglesias que se erijan en controladores de los bienes divinos y dueños de la marca Dios o Jesucristo.
En el fondo, lo mejor que se puede hacer en este asunto es ensayar una Iglesia sinodal y no clerical y prestar atención a los signos de vida y amor. La exhortación Amoris Laetitia del Papa Francisco, aunque no es tan abierta a las relaciones homoafectivas, abre espacio al diálogo al decir que la familia se define por la capacidad de amar y que no podemos crear un estereotipo de familia ideal, que todo es parte de una búsqueda y que la condición humana se da en medio de la debilidad y la vulnerabilidad.
Amoris Letitia nos invita a mirar la praxis de Jesús. Nos propone mantener nuestra “mirada fija en Jesús”. Ahí está la verdad y ahí está el parámetro que debemos seguir. Visto así, mirando la dimensión humana y el misterio, es este amor, entre dos personas, un amor que es verdadero, el que se convertirá en sacramento. La mayor ley es la del amor.
Comentarios desactivados en James Alison: “El responsum de la CDF parece seguir realmente el modelo ‘berrinche’ de la educatio interrupta caprichosa”
“Me da mucha alegría que muchos católicos estén aprendiendo a esquivar el berrinche”
“Plantea una pregunta autoprovocada. Y luego ofrece una respuesta autorreferencial. Respuesta que espera que funcione como acto de poder, y no de diálogo”
“Nuestros hermanos están encerrados en un discurso de “objetividad” que tiene escasa relación con la realidad de la creación tal y como la estamos conociendo”
“Y quedarán encerrados hasta que un papa o un concilio les libere de dar vueltas en esta rueda de molino, les autorice formalmente a emprender otro camino”
“De modo que… sobre el asunto de las bendiciones, tanto dadas a parejas del mismo sexo, como recibidas y compartidas por ellas: Nuestro Señor nos enseña que es por el fruto que conocemos al árbol”
| James Alison, teólogo
Imagínate que alguien se encierra deliberadamente en un cuarto pequeño. Luego hace saber que no puede conversar sobre algo contigo… porque se encuentra encerrado en un cuarto pequeño. Y lo justifica diciendo: “No puedo porque digo que no puedo; y lo digo porque ya he dicho que no puedo”.
A semejante acto de comunicación se le llama “berrinche”. No tiene como objetivo enseñarte nada. Aparte, claro está –y de manera accidental–, de informarte sobre lo importante que se considera a sí mismo el protagonista y su apego a una lógica circular. La finalidad es interrumpir aquello que estabas haciendo, jugar con tus emociones e intentar ejercer un poder sobre ti. Exige el fin de un proceso dialógico y la imposición de un absoluto. El tipo de absolutismo que asociamos con infantes enfurecidos.
Por suerte, como saben los adultos, el berrinche solo tiene sobre ti el poder que tú mismo le otorgas.
Digo todo esto no como insulto hacia la CDF, cuyos altos miembros seguramente saben en qué tipo de juego comunicacional se han metido con el Sínodo Alemán. Lo digo para ofrecer una protección a las personas doloridas y escandalizadas por su responsum. Pues, cuando percibes claramente que algo es un berrinche, es menos probable que te cale tan hondo algo dicho por su protagonista. Es menos probable que te des por aludido. Es más probable que reconozcas allí un triste mecanismo engañoso que se retroalimenta.
Dicho esto, hay que añadir que el responsum de la CDF parece seguir realmente el modelo “berrinche” de la educatio interrupta caprichosa. Plantea una pregunta autoprovocada. Y luego ofrece una respuesta autorreferencial. Respuesta que espera que funcione como acto de poder, y no de diálogo.
Luego se justifica con una lógica circular. A partir de una deducción a priori de la presunta heterosexualidad intrínseca de todos los seres humanos, la CDF supone una tendencia objetivamente desordenada y actos intrínsecamente malos en ambas partes en una relación entre personas del mismo sexo. De esa manera llega a la única conclusión posible. Y luego se cita extensamente a sí misma para demostrarlo.
Y esto es lo triste de su situación: nuestros hermanos están encerrados en un discurso de “objetividad” que tiene escasa relación con la realidad de la creación tal y como la estamos conociendo, y en la cual estamos participando. Y quedarán encerrados hasta que un papa o un concilio les libere de dar vueltas en esta rueda de molino, les autorice formalmente a emprender otro camino.
Una pregunta clave para dejar atrás la enseñanza al estilo berrinche: ¿De qué modo está –de hecho, en la práctica– revelándonos la Sabiduría Divina la inteligibilidad de todo lo creado, convirtiéndonos, por medio de nuestra participación activa e inteligente en esa misma Sabiduría Creadora, en hijas e hijos de Dios, herederos de la Creación?
Lo que hemos aprendido durante los últimos cien años, más o menos, sobre los asuntos que ahora denominamos LGTB+ sirve como un buen campo de prueba para que nos acerquemos a una respuesta. Donde una moral asustadiza busca cerrar las cosas, la Sabiduría, comenzando por nuestros rechazados, va desplegando la realidad de lo que es, mientras nos dejamos perdonar por la estrechez de nuestra bondad y la dureza de nuestro corazón, tamizando nuestros miedos y engaños. Así llegamos a descubrir a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y cómo somos amados.
Solo puede ayudar en esto una antropología teológica del aprendizaje que esté en armonía con la forma en que, de hecho, aprendemos. No una que exija una serie de deducciones a partir de principios generales, y que luego descarte los elementos de realidad que no encajan.
De modo que… sobre el asunto de las bendiciones, tanto dadas a parejas del mismo sexo, como recibidas y compartidas por ellas: Nuestro Señor nos enseña que es por el fruto que conocemos al árbol. O sea, él provoca en nosotros un proceso de aprendizaje. Y esto nos conduce a descubrir la bendición en las cosas, formas de vida bendecida nuevas y antiguas.
El poder y la gloria del Creador realmente tienden a mostrársenos por medio de nuestro devenir, mientras discernimos para qué y quiénes somos. Es especialmente bendito este aprendizaje cuando nos encontramos recibiendo el perdón por haber caracterizado a grupos de personas de manera falsa, y al descubrir que la vida es más rica y mejor para todos nosotros cuando a estas personas se les anima a ser lo que son.
La CDF, confrontada con el mismo árbol y su fruto nos asegura que, como es el tipo de árbol equivocado, entonces su fruto debe ser malo. Esto no es un proceso de aprendizaje. Es aferrarse a un principio sagrado restrictivo que dispensa de la necesidad de aprender a quienes lo esgriman.
Me da mucha alegría que muchos católicos estén aprendiendo a esquivar el berrinche, adhiriéndose más bien a Nuestro Señor. Es muy poco probable que el responsum nos disuada de bendecir a Dios al descubrir que Dios nos está bendiciendo.
(Traducción del autor, con mejorías por amigos, del artículo “How to recognise a tantrum” que sale en The Tablet – revista católica inglesa – el 25 de marzo. Aparece en castellano primero con permiso del editor de la misma revista)
Comentarios desactivados en No bendecirás parejas homosexuales: el 11º pecado del Santo Oficio
Del blog de Xabier Pikaza:
“Lo que importa no es ‘la canonicidad’ de ese rito, sino la bendición de la vida”
La Congregación para la Doctrina de la Fe (por tradición Santo Oficio) ha respondido negativamente al “dubium” de si la Iglesia puede impartir su bendición a parejas homosexuales, añadiendo unas reflexiones posteriores que parecen auto-acusaciones (excusa no pedida, acusación manifiesta: Excusatio non petita, accusatio manifesta).
Como verá quien siga leyendo hasta el final, el 11º pecado del Decálogo no es de los homosexuales que piden bendición a la iglesia, que valientes y cristianos son al hacerlo, sino del Santo Oficio que la niega, con pretendidas razones cristianas.
Quizá no competía al Santo Oficio. Tres principios
1. La pregunta del “dubium” podía haberse evitado. Hay cosas que no se preguntan, se hacen. No hay que dudar de bendecir, hay que bendecir y punto, porque eso es evangelio (cf. Lc 6, 28; Rom 12, 14). Si van dos homosexuales y piden a la comunidad que les bendiga, es normal que la comunidad lo haga.
Una comunidad de cristianos que recibe y bendice a parejas de homosexuales no es un grupito de “párvulos” bajo el dictado de una autoridad externa, sino iglesia de adultos responsables, que pueden y deben asumir sus decisiones como supone Mt 18, 15-20, sin necesidad de tocar a la al Santo Oficio. En esa línea, no me parece propio haber empezado presentando el “dubium” al Santo Oficio.
2. El Colegio del Santo Oficio debía haber respondido diciendo “non procedit…”:, nosotros no estamos para resolver desde arriba esa: vedlo y responded vosotros, bendiciendo a los homosexuales; hacedlo con la vida, más que con 8º sacramento, pero si os piden rito o sacramento impartido también… Esa rito es un asunto de la comunidad, no de un Santo Oficio por encima de ella.
(Por otra parte, el Santo Oficio, llamado ahora Congregación para la Doctrina de la fe, debería asumir otras tareas de explorar y abrir caminos de bendición de vida, en diálogo con otras iglesias, religiones y culturas, desde la raíz del Evangelio, que es más vida que doctrina. En este momento, el Santo Oficio se ocupa más de pederastia ministerial o de bendecir o no bendecir homosexuales. A mi juicio, la respuesta en nuestro caso debería haber sido a los del “dubium”: “Vedlo y responded vosotros y nos decís después lo que habéis dicho, para compartir así vuestro” evangelio).
3. Ese “non procedit” no sería “echar balones fuera” o lavarse las manos, sino comprometerse a buscar y recorrer en comunión caminos de evangelio, no con rebajas morales (como si el cristianismo estuviera de saldo y todo diera ya lo mismo), sino con elevación de vida, evangélica y moral, desde la perspectiva de Jesús.
No se trata de amar menos, sino de hacerlo más, pasando de la problemática sexual externa (entre adultos) a la experiencia superior de amor, de corazón y la palabra, entre personas responsables, desde una perspectiva individual o de pareja, en un contexto comunitario de apertura al amor más alto, en línea individua, de pareja y grupo de familia.
Reflexión posterior. Tres concreciones
1. En un plano general, hoy por hoy, pienso que el matrimonio “oficial”, entre un varón y una mujer, debe dejarse como está, tal como fue establecido en la Edad Media, con papeles especiales, con una bendición solemne.
Antes de la Edad Media hubo otras formas de celebrar el matrimonio, sin papeles ni ordenamientos jurídicos, dentro de la tradición de cada iglesia. Pero lo que entonces hizo la Teología y el Derecho, al “canonizar” un tipo de matrimonio ha sido bueno, y así es bueno que quede. De todas formas, eso que hizo entonces y sigue hoy haciendo la iglesiano es único, pues hay otras bendiciones, como la de Esaú al lado de la Jacob, en el Pentateuco.
2. Al lado de ese matrimonio canónico que viene del medioevo, desde su raíz de evangelio y de experiencia actual, la iglesia puede y debe ofrecer también su bendición a las parejas homosexuales que lo pidan (para que ella, la Iglesia entera reciba también la bendición del evangelio homosexual). Algunos no le llamarán “matrimonio”, sino bendición de amor.
Quizá no será necesario abrir unos libros distintos de “comuniones homosexuales”; no es necesario que haya nuevos papeles canónicos (que son necesarios para la sociedad civil), pues los “papeles” de la Iglesia son la palabra el testimonio del amor celebrado en comunidad, con la bendición de la vida. En esa línea, me parece absolutamente necesario que la iglesia acepte como “parejas bendecidas” a las parejas de homosexuales cristianos que así lo pidan y que sean aceptados así por sus homosexuales-
3. Lo que importa no es “la canonicidad” de ese rito, sino la bendición de la vida: Que los homosexuales que se sientan cristianos no pidan bendición por obligación, sino porque lo quieren y se quieren como pareja ante la iglesia, pidan una bendición de Iglesia y que ella se la ofrezca, no por imposición, sino por gozo y tarea de amor.
Ese “matrimonio entre homosexuales” no es un “octavo sacramento”, distinto de los anteriores, sino una forma externamente distinta, internamente complementaria, de celebrar la unión de amor de dos personas, como un modo intenso de vivir el amor cristiano.
(1) La visión de Pablo. Homosexualidad y comunión personal. Se le ha echado la culpa a San Pablo que lo habría (Romanos 1-3), no a Jesús, que estaría a favor de los homosexuales, bendiciendo la pareja del centurión y su “siervo”. Pero lo que Pablo rechaza no es la homo-sexualidad de amor en libertad, sino una homo- o hétero-sexualidad de imposición, que niega la “diferencia libertad (es decir, personalidad de los creyentes). Allí donde niega o impide esa libertad de fe y amor, el homo o hétero-sexul se cierra en sí mismo y corre el riesgo de entender al otro (varón o mujer) en forma de posesión e imposición.
En contra de eso, desde la perspectiva de Jesús, el Dios de Pablo es defensor de la libertad de cada persona, manteniendo la diferencia y la comunión de amor entre personas, en gratuidad y perdón, superando el egoísmo propio. Lo que a Pablo le interesa no es la homosexualidad como fenómeno sexual… sino como negación de la gratuidad, como imposición de uno sobre otro. Donde no existe esa imposición, donde no se niega la gracia, sino que al contrario se potencia… un tipo de homosexualidad poder una experiencia riquísima de gratuidad personal, de evangelio.
(2) Homosexualidad y ley, superar la imposición.Pablo condena la homosexualidad si es que ella es ley de un deseo que destruye al otro, si no arranca al hombre (varón o mujer) de su egoísmo, sino que le cierra en un plano de talión, de manera que cada uno se busca a sí mismo en el otro, sin salir de sí, sin experimentar la alteridad como gracia, sin convertir la vida en encuentro de fe, de apertura gratuita. Por eso, cuando Pablo se refiere a la homosexualidad está hablando en el fondo de un tipo de auto-erotismo, es decir, de un tipo unión sin gratuidad, de pareja como reino del puro egoísmo. Pablo no condena la homosexualidad como forma de amor, sino un tipo de homosexualidad como dictadura de unos sobre otros, sin fe, sin comunión personal de vida.
Al situarse en ese nivel, Pablo está planteando un tema que es mucho mayor que el de la homosexualidad físico-biológico; está planteando el tema de un erotismo sin respeto personal, como esclavizamiento de unos sobre/contra otros, una forma de buscarse uno a sí mismo no al otro ni en el otro. Pues bien, el tipo de mal erotismo puede darse no sólo en las relaciones homo-sexuales, sino también (e incluso mucho más) en las hetero-sexuales donde el varón domina y esclaviza a la mujer.
(3) Homosexualidad y gracia. El acceso a la libertad personal en el amor mutuo.La homosexualidad (y la hétero-sexualidad) se opone al evangelio si es que niega el valor de la alteridad (la existencia y vida del otro) y destruye por tanto la gracia. Sólo así se pude afirmar que ella es pecado, con los otros dos «pecados» que Pablo condena en Rom 1, 19-31: la idolatría de uno mismo y la lucha de todos contra todo). .
Ciertamente, el l tema resulta complejo en plano psicológico y social, de manera que es difícil ofrecer en este plano unas respuestas que agraden a todos. Pero el intento de condenar toda forma de homosexualidad física desde la antropología bíblica y en especial desde Rom 1, 24-27 (donde se asume y culmina para los cristianos lo dice el Antiguo Testamento sobre el tema) carece de sentido y acaba siendo contrario al argumento de Pablo. Condenar la homosexualidad por ley implica caer en la peor de las leyes que Pablo ha querido superar en todo su evangelio.
(4) ¿Homosexualidad evangélica? Ser cristiano (vivir la gracia de Cristo) precisamente por ser homosexual. En la línea anterior, si mantienen y desarrollan el principio y experiencia de la gracia, muchas uniones homo-sexuales pueden ser y son más evangélica (más paulinas) que aquellas uniones hetero-sexuales en los que cada uno se busca a sí mismo en el otro, e incluso en los hijos. Partiendo de estos principios se podría elaborar también una antropología del celibato (cf. 1 Cor 7), poniendo de relieve que la vida del célibe sólo tiene valor cristiano en la medida en que aparece como posibilidad de apertura a los demás en cuanto distintos (personales) y al Dios que es principio de toda alteridad amorosa.
Allí donde el celibato se vuelve expresión de clausura de un hombre o mujer en sí mismos (de auto-erotismo más o menos espiritualizado) va en contra del ideal cristiano. El ese sentido, el celibato cristiano como trascendimiento positivo (no de simple negación) del amor intersexual puede vincularse a un tipo de homosexualidad, que no se entienda sólo como pura negación de alteridad sexual, sino como búsqueda de otros tipos de comunicación personal y gratificante con los otros.
(5) Homosexualidad como gracia, en diálogo con Pablo.El problema no está por tanto en el género de aquellos que se aman (varones y/o mujeres), sino en la forma de relación personal que establezcan, en línea de alteridad, de manera que cada uno no se busque a sí mismo en el otro, sino que busque y encuentre al otro como distinto y así en el otro, con el otro, pueda compartir la vida como gracia, superando las diversas formas de imposición y dominio económico, social y personal que Pablo entiende como idolatría o negación de Dios.
Con esto no se resuelven todos los problemas, pero pueden plantearse mejor, situándolos en un contexto cristiano, de gracia. Por eso, todo lo que Pablo dice en Rom 1 sobre homosexualidad ha de reinterpretarse desde lo que va diciendo en Rom 1-3 (pecado universal) y desde lo que dice sobre el pecado y la gracia de Dios, a lo largo de la carta a los Romanos.
La «condena» de la homosexualidad greco-romana de Rom 1 forma parte del argumento retórico de Rom 2, donde Pablo condena la «no-homosexualidad egoísta» de aquellos judíos que condenan a los greco-romanos, situándose en su mismo nivel de egoísmo y falta de gracia. En uno y otro caso, Pablo ha querido superar el nivel de la ley, para situar todas las acciones y la vida de los hombres sobre un nivel nuevo de gracia (cf. Rom 3, 1-31), donde todo queda redimido por el amor de Cristo. Por eso, entender esa condena de la homosexualidad de un modo objetivista, como algo ya resuelto al comienzo de la carta, olvidando que se trata de un argumento retórico, que se invierte y recrea a través del desarrollo y, sobre todo, al final del espléndido despliegue de gracia y amor que ofrece Romanos (culminando en Rom 12-13), significa negarse a entender a Pablo.
(6) Jesús y Pablo, un tema de gratuidad, de amor como entrega y comunión de vida. Leído así, el discurso de Pablo concuerda con el Sermón de la Montaña, donde Jesús no condena la homosexualidad, sino que sitúa por encima de ella, abriendo unos caminos de amor en gratuidad, que valen tanto para varones como para mujeres, para homosexuales como para heterosexuales. Éste es un camino abierto, el despliegue del Reino de Dios, según el evangelio.
Siguen planteadas muchas cuestiones, sobre todo en un plano psicológico y sociológico, sin que los cristianos queramos imponer a la sociedad unas formas objetivas de conducta sexual que, por otra parte, no derivan del conjunto de la Biblia, rectamente entendida, ni de la vida y mensaje de Jesús, ni del evangelio de la gracia de Pablo. Tanto la homosexualidad como la heterosexualidad suscitan problemas difíciles de resolver de un modo objetivo (¿para qué resolverlos a ese plano?) y es posible que en algunos casos las uniones homosexuales resulten más complejas y difíciles» que las heterosexuales, sobre todo en relación con la adopción y educación de los hijos (pues puede faltar la diferencia y complementariedad de la figuras paterna y materna).
De todas formas, en muchos casos, precisamente esa misma dificultad, con la problemática social de fondo, puede hacer que las uniones (matrimonios) homosexuales pongan mejor de relieve algunos rasgos de gratuidad y alteridad personal que Pablo ha destacado en Rom 1, 18-31 y en el conjunto de su carta a los Romanos.
(7) Así podemos terminar diciendo que no hay según Pablo homosexual y heterosexual (ni varón ni mujer…), sino que todos son (han de hacerse) uno en comunión de amor y libertad en Cristo. Porque en el fondo, desde el evangelio, puede y debe superarse un tipo de diferencia corporal-genética entre el varón y la mujer (cf. Gal 3, 28), siempre que se acentúe y promueva la diferencia y alteridad entre personas, al servicio del encuentro gratuito de la vida.
Desde ese fondo, queremos añadir que nos parece fuera de sentido (exegéticamente falso y cristianamente equivocado) el intento de aquellos que quieren negar a los homosexuales el acceso a la bendición del “matrimonio”, es decir, a la bendición de la pareja como forma privilegiada (no exclusiva, ni siquiera la mejor, en rodos los casos) de amor de amor mutuo, según el evangelio. En este caso, igual que en la proposición teórica e hipócrita de la prohibición de los ministerios eclesiales para los homosexuales, reservándolos solo para los heterosexuales, en el caso de la negación de una bendición matrimonial para los homosexuales (reservándola sólo para los heterosexuales) va en contra del evangelio.
Éste es, a mi juicio, un pecado grave, muy grave (no digo mortal, de esos que mandan a uno al infierno, que eso está en otro plano). Es un pecado grave, es decir, uno de esos que se pagan, y el Santo Oficio con un tipo de Vaticano lo pagará muy caro (y muy pronto) como se ira viendo.
Comentario del Responsum ad dubium
La actual intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe es la respuesta a una pregunta – en términos clásicos, a un dubium – presentada, como sucede normalmente, por los pastores y los fieles que tienen necesidad de una clarificación orientativa sobre una cuestión controvertida. Frente a la incertidumbre suscitada por afirmaciones o por las prácticas problemáticas en ámbitos decisivos para la vida cristiana, se pide responder afirmativa o negativamente y, por lo tanto, exponer los argumentos que sostienen la posición asumida. La finalidad de la intervención es la de apoyar a la Iglesia universal en el responder mejor a las exigencias del Evangelio, de dirimir las controversias y de favorecer una sana comunión en el pueblo santo de Dios.
La cuestión disputada surge en el marco de la «sincera voluntad de acogida y de acompañamiento de las personas homosexuales, a las cuales se proponen caminos de crecimiento en la fe» (Nota explicativa), como ha indicado el Santo Padre Francisco, en la conclusión de dos Asambleas sinodales sobre la familia: «con el fin de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida» (Exh. ap. Amoris laetitia, n. 250). Esta es una invitación a evaluar con el oportuno discernimiento los proyectos y las propuestas pastorales ofrecidas sobre este tema. Entre estas, están también las bendiciones impartidas a las uniones de personas del mismo sexo. Se pregunta, por tanto, si la Iglesia dispone del poder para impartir su bendición: es la fórmula contenida en el quaesitum.
La respuesta – el Responsum ad dubium – encuentra su explicación y motivación en la anexa Notaexplicativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del 22 de febrero de 2021, a cuya publicación ha dado su asentimiento el propio Papa Francisco.
La Nota se centra sobre la distinción fundamental y decisiva entre las personas y la unión. De tal manera que el juicio negativo sobre las bendiciones de las uniones entre personas del mismo sexo no implica un juicio sobre las personas.
Las personas ante todo. Sirve, por tanto, y es un punto de no retorno, cuanto ya se había declarado en el n. 4 de las Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales de la misma Congregación y retomado del Catecismo de la Iglesia Católica: «Según la enseñanza de la iglesia, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta” (2358)». Enseñanza recordada y repetida por la Nota.
Sobre las uniones entre personas del mismo sexo, la respuesta al dubium «declara ilícita toda forma de bendición que tienda a reconocer sus uniones». Ilicitud que la Nota explicativa refiere a un triple orden de motivos, en conexión entre ellos.
El primero viene dado por la verdad y el valor de las bendiciones. Estas pertenecen al género de los sacramentales, que «son acciones litúrgicas de la Iglesia» que exigen consonancia de vida con aquello que estos significan y generan. Significados y efectos de gracia que la Nota expone de manera concisa. En consecuencia, una bendición sobre una relación humana requiere que esta esté ordenada a recibir y expresar el bien que le ha sido pronunciado y donado.
Llegamos así al segundo motivo: el orden que hace que uno sea apto para recibir el don viene dado por los «designios de Dios inscritos en la Creación y revelados plenamente por Cristo Señor». Designios a los que no responden las «relaciones, o parejas estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio», es decir «fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta por si misma a la transmisión de la vida». Es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. Sin embargo, no son las únicas – como si el problema fuera sólo de estas uniones – sino que cualquier unión que comporte un ejercicio de la sexualidad fuera del matrimonio es ilícita desde el punto de vista moral, según lo que enseña el ininterrumpido magisterio eclesial.
Esto nos habla de un poder que la Iglesia no tiene, porque no puede disponer de los designios de Dios, que de otro modo, serían rechazados y negados. La Iglesia no es árbitro de estos designios y de las verdades de vida que expresan, sino su fiel intérprete y anunciadora.
El tercer motivo viene dado por el error, que se induciría fácilmente, de identificar la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo con la de las uniones matrimoniales. Por la relación que las bendicionessobre las personas tienen con los sacramentos, la bendición de tales uniones podría constituir en cierto modo «una imitación o una analogía con la bendición nupcial», impartida al hombre y a la mujer que se unen en el sacramento del Matrimonio. Lo que sería erróneo y engañoso.
Por los anteriores motivos «la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada licita». Esta declaración no perjudica de ninguna manera la consideración humana y cristiana que la Iglesia tiene de cada persona. Tanto es así que la respuesta al dubium «no excluye que se impartan bendiciones a las personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios así como los propuestos por la enseñanza eclesial».
Comentarios desactivados en “Mi grito, Señor, es el grito de un pueblo, el pueblo católico sexualmente diverso al que hoy le han dado un nuevo golpe”
“No es nuevo que nos llamen personas con “tendencias objetivamente desordenadas” y que nos pongan el sello del pecado. No es nuevo. Pero siempre que se reafirma es doloroso, muerde el alma como el mal espíritu al corazón de tus santos”
“¿Esta es la Iglesia que tú querías? ¿Esta de puertas cerradas, con olor a polilla, de columnas de piedra, de retablos de oro? ¿Esta de cardenales que acusan, de poderosos que presionan, que atornillan, que le matan el vuelo a la libertad, a la novedad y al encuentro?”
“Me han negado la vocación que tengo por ser como soy. Me han dicho que mi sacerdocio es inviable por mi “tendencia profundamente arraigada”. Señor, yo no la tengo profundamente arraigada. La tengo como algo más de mi persona, que no me quita ni me pone, que simplemente es”
“Todos pueden hablar de sus parejas, de sus amistades, de sus amores, menos yo. Yo tengo que ser prudente. ¿Por qué, Señor?”
“Que vivamos en esta esperanza, Señor, y que amemos mucho, en nuestros trabajos, en nuestras familias, en nuestras camas, en todas partes, a quien sea y como sea, pero siempre amando”
| Ignacio de Magdala (pseudónimo)
Carta abierta de un joven gay a Dios con motivo de la última declaración de la Santa Sede sobre la bendición de parejas homosexuales
Algún lugar del mundo, 15 de marzo de 2021
Señor:
Hoy soy solo uno más de tus hijos, que puede ser tu hija, también, y a quien llamas con nombre propio, con plena dignidad. Yo, Señor, hoy me siento como Job. Estoy ahora mismo ante una iglesia, solo, con la luz del mediodía. La gente pasa y ni ve la iglesia, porque ya es parte del paisaje. No es nada nuevo. Tampoco es nuevo lo que hoy dijo tu siervo. No es nuevo que nos llamen personas con “tendencias objetivamente desordenadas” y que nos pongan el sello del pecado. No es nuevo. Pero siempre que se reafirma es doloroso, muerde el alma como el mal espíritu al corazón de tus santos. Y recuerdo las noches sin dormir, porque no podía sacarme de encima este deseo, estas ganas de amor “desviadas”, “mal encaminadas”, “con un objetivo erróneo”. Recuerdo la adolescencia negándome a mí mismo, escondiéndome. Con miedo a sacar a relucir mi secreto. Recuerdo mi miedo. Miedo, Señor, que mata la esperanza, que mata la vida. Señor, ¿tu camino no era el de la Verdad y la vida? ¿Por qué estuve tantas veces muerto?
¡Cuántas veces, Señor, me dijeron que esto era una prueba tuya! Que todo esto era una suerte de treta para probar hasta dónde podía darme a ti, hasta dónde lo dejaba todo por seguirte, hasta dónde podía negarme a mí mismo. Señor, me decían que me ibas a dar la vida si moría a este pecado. Pero yo moría entero, estaba muerto entero, como si nunca me fuera a llegar la vida.
Hoy me planto frente a esta iglesia tuya, donde tantas conversaciones hemos tenido. Y recuerdo toda la consolación que me has dado, toda la vida que me has dado tan gratuitamente. Recuerdo incluso el amor que me ha venido en forma de otro hombre, como yo. Ese amor que sé que ha venido de ti, a salvarme de mí mismo, de mis cerrazones, de mis angustias, de mis miedos, y me ha llenado de esperanza y de sentido de misterio. A estos recuerdos me aferro, Señor, para no perder el norte.
Hoy me planto frente a esta iglesia tuya, donde tantas conversaciones hemos tenido. Y recuerdo toda la consolación que me has dado, toda la vida que me has dado tan gratuitamente. Recuerdo incluso el amor que me ha venido en forma de otro hombre, como yo. Ese amor que sé que ha venido de ti, a salvarme de mí mismo, de mis cerrazones, de mis angustias, de mis miedos, y me ha llenado de esperanza y de sentido de misterio. A estos recuerdos me aferro, Señor, para no perder el norte.
Ya no estoy en edad, pero recuerdo el desasosiego que me llevaba a pensar en que me odiaras, en que repudiaras lo que sentía. Señor, fueron días en que no quería ni estar vivo. En que me despreciaba, me odiaba. Señor: odio, miedo, desesperanza, repudio, cerrazón, obsesión, ¿todo esto viene de ti? Ya sé que no.
Señor, veo la iglesia delante de mí cerrada: estarán almorzando. Y luego pienso, ¿esta es la Iglesia que tú querías? ¿Esta de puertas cerradas, con olor a polilla, de columnas de piedra, de retablos de oro? ¿Esta de cardenales que acusan, de poderosos que presionan, que atornillan, que le matan el vuelo a la libertad, a la novedad y al encuentro? Señor, en muchas partes de esa Iglesia me han hecho a un lado, se han asustado conmigo, por miedo a esa autoridad. Me han negado la vocación que tengo por ser como soy. Me han dicho que mi sacerdocio es inviable por mi “tendencia profundamente arraigada”. Señor, yo no la tengo profundamente arraigada.
La tengo como algo más de mi persona, que no me quita ni me pone, que simplemente es. Solo tú sabes por qué me hiciste así y cuál es tu plan conmigo, pero quería yo entregarme al servicio a tu Iglesia y me cerraron las puertas. Algo que ni siquiera constituye el centro de mi vida pasó a ser una “tendencia profundamente arraigada” ese día. Como si el objeto de mi deseo afectivo se volviera algo crucial, determinante. Como si lo que hiciera con mi genitalidad (que Tú creaste, que Tú me diste y que agradezco) fuera algo exento de ti, exento al Amor, a la vida, a la Verdad. Todo parece siempre reducirse a eso: a rechazar mi carne, a plantearme un dualismo entre mi cuerpo y mi alma que no viene de ti.
Luego quise apoyar desde el laicado. Y siempre viene el miedo, Señor. A no encontrarme un presbítero tan abierto, a encontrarme con argucias argumentativas que justifican la doctrina de mi dolor, que justifican la injusticia que siento que se me hace. A encontrarme con que incluso me pueden negar la subida a tu altar y la comunión, como si eso no fuera conmigo. Me escondo en muchos escenarios por miedo, me da miedo mostrarme como soy, decir lo que siento. Todos pueden hablar de sus parejas, de sus amistades, de sus amores, menos yo. Yo tengo que ser prudente. ¿Por qué, Señor?
Te hablo desde mi fragilidad, Señor, desde mi dolor, desde mi soledad. Te hablo desde las palabras sin decir, desde las palabras sin entender. Te hablo desde mis días de pobreza, de miseria, de dolor de consciencia desesperada, de sueños rotos, de necesidad de amor, cariño, libertad, paz. De todo eso que solo tú nos das. Te hablo desde el miedo a que esto se lea y que me censuren, que me castiguen. Te hablo desde una prisión que me he hecho y me han hecho.
Hoy, Señor, te hablo desde aquí y te veo en la cruz, todo lleno de heridas, de insultos, de agravios. Te veo condenado por el sanedrín, acusado de no obedecer la Tradición, de poner a la persona que sufre antes que la Ley. Por curar en sábado, por poner al leproso en el medio, por andar con prostitutas y pecadores, por andar con lo excluido, con lo condenado, y por no pedirles nada más que amor. Hoy me siento como Job, Señor, gritando desde mi pequeñez, diciéndote que me duele. Diciéndote desde todo lo que no sé que te necesito. Sabiendo que mi grito es el de un pueblo, el pueblo católico sexualmente diverso al que hoy le han dado un nuevo golpe. Por estas razones te escribo como anónimo: por miedo, por mi fragilidad, por mi condición de pecador (como todo ser humano, no por gay), y porque siento que así muchas personas se verán reflejadas en estas palabras. Por eso también quiero que se publique, para que no nos sintamos solos, sino que somos comunidad, como tú quieres.
Por estas razones te escribo como anónimo: por miedo, por mi fragilidad, por mi condición de pecador (como todo ser humano, no por gay), y porque siento que así muchas personas se verán reflejadas en estas palabras. Por eso también quiero que se publique, para que no nos sintamos solos, sino que somos comunidad, como tú quieres
Señor, desde aquí te pido que me ayudes. Y que me des fuerzas, porque veo mi lucha vana, incierta. Porque me siento mal en una Iglesia que me va a maltratar cada tercer año de este modo. Porque cada paso hacia adelante significa dos para atrás. Dánosla a todos los que dudamos de la santidad de tu Iglesia, para que podamos discernir tu camino, para que podamos seguir contigo, aunque a muchos les pese. Danos consciencia de que no quieres victorias, sino luchas por la justicia, aunque estén perdidas; que no quieres coronaciones mundanas, títulos cardenalicios y presbiterales mundanos, sino obras de misericordia. Que repitamos “bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”. Que vivamos en esta esperanza, Señor, y que amemos mucho, en nuestros trabajos, en nuestras familias, en nuestras camas, en todas partes, a quien sea y como sea, pero siempre amando.
Comentarios desactivados en El Ministerio de Justicia polaco quiere prohibir la adopciones a las parejas del mimo sexo “por el bien del niño”
Al explicar las razones del proyecto de ley, Zbigniew Ziobro, dijo que el entorno natural para la crianza de los hijos era una familia tradicional y que la constitución reconocía el matrimonio solo como una unión entre una mujer y un hombre.
El Ministerio de Justicia de Polonia está preparando un proyecto de ley que prohíbe a las parejas homosexuales adoptar niños.
El ministro de Justicia, Zbigniew Ziobro, cuyo partido Polonia Solidaria es parte de la coalición de derechas unidas en el poder de Polonia, liderada por el partido firmemente conservador Ley y Justicia, dijo el jueves que el proyecto de ley fue diseñado para proteger a los niños de la adopción por homosexuales. “Sin dejar de respetar el derecho de las personas cuya orientación sexual es diferente (…) tenemos que recordar que hay siempre un valor superior, el bien del niño”. Claro, porque que un niño o niña no tenga padres ni madres y crezca en una institución (o en un sitio peor) siempre será mejor que que lo haga dentro de una familia de personas del mismo sexo.
El gobierno de Polonia ha hecho de la protección de lo que considera los valores tradicionales del país de las tendencias liberales y cosmopolitas una piedra angular de sus políticas, a pesar de haber generado fuertes críticas nacionales e internacionales.
En una conferencia de prensa, agregó que el proyecto de ley correspondía “a los deseos de la mayoría de los polacos” y que la medida estaba en consonancia con la constitución polaca, que colocó el bienestar de los niños como una prioridad clave.
Al explicar las razones del proyecto de ley, Ziobro dijo que el entorno natural para la crianza de los hijos era una familia tradicional y que la constitución reconocía el matrimonio solo como una unión entre una mujer y un hombre. Explica el ministro que este borrador de legislación que han puesto sobre la mesa es que los niños sean acogidos en una familia “donde estén rodeados de amor y cariño que garanticen un desarrollo y crianza adecuados”. También señaló que la gran mayoría de los polacos compartía puntos de vista similares.
Pero el gobierno conservador del país tiene claro que hecha la ley (que todavía no está hecha), hecha la trampa, de ahí que se haya propuesto incorporar matices para cortar de raíz el acceso de personas homosexuales a los programas de adopción. O lo que es lo mismo, que no podrán adoptar ni parejas homosexuales ni personas solteras si estas mantienen una relación con alguien del mismo sexo.
En Polonia no existe el matrimonio igualitario. Es más, ni siquiera la opción de unión civil, restringiendo el matrimonio entre hombre y mujer.
Pero la propuesta generó críticas inmediatas de la oposición política.
Michał Kobosko, del grupo Polonia 2050, dijo que el proyecto de ley era perjudicial y solo sembraría la discordia social. Kobosko agregó que la política del gobierno de la Derecha Unida se basaba en “causar conflictos en la sociedad y hacer que las personas se enfrentaran entre sí” y podría traer “efectos devastadores”. “Cada día que pasa bajo este gobierno es perjudicial para Polonia”, advirtió Kobosko.
¿Qué dice Europa de todo esto? La FRA, también conocida como Agencia europea de Derechos Fundamentales, estima que el 43% del colectivo LGTBI se ha sentido discriminado en el último año, subiendo este porcentaje hasta el 60% para personas trans. Asimismo, llama a los gobiernos a instaurar una cultura de tolerancia cero contra la violencia y la discriminación, además de formar a la policía para un mejor tratamiento de los delitos de odio. Desgraciadamente no queda más que en un estudio y buenas palabras, pero pocas acciones que lleven a detenerlo.
LGBTfobia de Estado
En Polonia y Hungría, la situación de las personas LGBT + es cada día más difícil.Los gobiernos en el poder han implementado una política abiertamente LGBTfóbica.Los activistas LGBT + piden a las instituciones europeas que los protejan.Margot, una activista no binaria que se ha convertido en un símbolo en Polonia, anunció que “nuestra investigación muestra que el 70% de los polacos LGBT + tienen pensamientos suicidas” antes de abordar un SOS.“Cuando nos unimos a la Unión, firmamos los tratados y dimos nuestro acuerdo sobre el respeto de los derechos humanos, la igualdad, la libertad, el estado de derecho. Estos valores no son respetados por Polonia hoy. Una de las respuestas debe ser financiera: es una de las herramientas más efectivas “, dijo a TÊTU el eurodiputado abiertamente gay Robert Biedroń.
El Gobierno de extrema derecha de Polonia es en la actualidad, junto con el de Hungría, la punta de lanza de la involución LGTBIfoba en la Unión Europea. Nos hemos hecho eco de numerosas manifestaciones de esta oleada de hostilidad contra la comunidad. Una de las más recientes se produjo el pasado mes de abril, cuando el Parlamento votó a favor de la iniciativa de la organización LGTBIfoba Stop Pedofilia para criminalizar la educación sexual, con el apoyo del gobernante PiS. Ya el año pasado, el líder del partido y ex primer ministro Jarosław Kaczyński aprovechó una iniciativa inclusiva del alcalde de Varsovia para echar gasolina a la LGTBfobia. El político calificó los derechos LGTBI de un «ataque a la familia y a los niños» que amenaza los valores tradicionales polacos.
Esta protesta responde a la cada vez más difícil situación de la comunidad LGTBI en Polonia, desde marzo de 2019, donde alrededor de un centenar de localidades y regiones se han declarado «libres de ideología LGTBI», una campaña de odio institucional cuyo ámbito de actuación se extiende ya por un tercio de la geografía polaca. En este sentido, la declaración de apoyo de los embajadores se suma a las recientes declaraciones de la presidenta de la Comisión Europea contra la existencia de estas zonas. La iniciativa LGTBIfoba tiene un carácter principalmente simbólico, pero conlleva una indudable carga de hostilidad y estigmatización de la comunidad. La medida de odio LGTBIfobo, que el diario italiano La Repubblica comparó con el concepto nazi de zonas judenfrei («libres de judíos»), llegó hasta el Parlamento Europeo. El 18 de diciembre del año pasado la cámara aprobó, por 463 votos a favor frente a 107 en contra, una resolución de condena. En agosto de este año, la Comisión anunciaba la retirada de las ayudas a seis localidades polacas, que requerían financiación para un programa de hermanamiento entre ciudades de distintos países, por haberse declarado «zonas libres de ideología LGTBI». La Comisión declaró que se habían negado a respetar los “valores y derechos fundamentales de la UE”. Es posible que otras áreas puedan ser penalizadas de manera similar, ya que varias ciudades de Europa han terminado los acuerdos de hermanamiento con sus homólogos polacos.
El punto de origen es el discurso abiertamente homófobo del partido gobernante en Polonia, Ley y Justicia (PiS), que agitó la campaña presidencial (que ganó su candidato Andrzej Duda por un estrecho margen de votos) identificando la defensa de los derechos de la comunidad LGTBI como una «ideología» que no dudaron en calificar de «extranjera» y «más perjudicial que el comunismo».
Durante este verano, la proclamación de estas zonas «libres de ideología LGTBI» provocaron la organización y reacción de distintos grupos LGTBI y pro-derechos humanos que desembocaron en manifestaciones pacíficas fuertemente reprimidas por la policía. La manifestación de Varsovia fue la más numerosa y acabó con el arrestó de la activista Małgorzata Prokop-Paczkowska, más conocida como Margot. Su arresto provocó más manifestaciones en las que fueron detenidas hasta 47 personas más en lo que ya se conoce como el Stonewall polaco, en referencia a las revueltas de 1969 en Nueva York que originaron lo que hoy conocemos como el Orgullo LGTBI. Margot ha sido encarcelada durante dos meses.
Por declaraciones y hechos como estos resulta especialmente llamativa la respuesta del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, a la publicación de la carta de los diplomáticos: «Discrepo por completo con la carta de los embajadores en la parte en la que dicen que hay personas en Polonia a la que de alguna forma ya no se les respeta», ha defendido. Según Morawiecki, «la tolerancia forma parte de los valores del país» y lo más sorprendente es que ha llegado a negar la existencia de las zonas «libres de ideología LGTB».
Comentarios desactivados en Veto a la bendición de parejas gays. “¿Y si no fuera una cuestión de falta de autoridad, sino de falta de voluntad?”
“Qué difícil sigue siendo para Roma el pensamiento en libertad. Larga es la sombra de los últimos pontificados”
El Vaticano dice “no” a la bendición de las parejas homosexuales porque contradice el orden divino de la creación. Los teólogos Stephan Goertz y Magnus Striet ven esta decisión una forma de aferrarse a la doctrina moral de la década de 1950 y predicen una aceleración de la pérdida de autoridad de la iglesia
“Sin inmutarse por su propia insignificancia fáctica en este ámbito, evidente a más tardar desde la Humanae vitae (1968), la Congregación para la Doctrina de la Fe, en conformidad con su propia tradición doctrinal, afirma una especial competencia ético-sexual y declara: Toda práctica sexual fuera del matrimonio del hombre y la mujer es moralmente condenable”
“Al final, la lectura romana del mensaje evangélico es inequívoca: las relaciones homosexuales nunca deben entenderse como relaciones de amor. Y si las lesbianas y los gays creen que están enamorados, se equivocan: su felicidad es sólo una ilusión”
“La carta de la Congregación ignora que existe, como las ciencias humanas han demostrado desde hace tiempo, un espectro de orientaciones sexuales”
“El documento está atascado en una doctrina moral formulada en los años cincuenta. El desarrollo teológico del último medio siglo se obvia generosamente”
| Por Stephan Goertz y Magnus Striet, teólogos
(Katholisch.de).- La Curia Romana muestra su preocupación. Preocupado porque en la Iglesia Católica se bendicen relaciones humanas que contradicen los planes de Dios. Lo que es moralmente inadmisible no debe ser aprobado por una acción eclesiástica. La preocupación se dirige de nuevo a la sexualidad humana. Sin inmutarse por su propia insignificancia fáctica en este ámbito, evidente a más tardar desde la Humanae vitae (1968), la Congregación para la Doctrina de la Fe, en conformidad con su propia tradición doctrinal, afirma una especial competencia ético-sexual y declara: Toda práctica sexual fuera del matrimonio del hombre y la mujer es moralmente condenable.
Cualquier analogía entre los matrimonios heterosexuales y homosexuales se basa en un malentendido del orden divino. La razón conocida es: la sexualidad en una relación no es expresión del verdadero amor humano, si con ello -esto parece ser tan claro que la Congregación para la Doctrina de la Fe ha omitido señalarlo de nuevo explícitamente- se impide la posibilidad de procreación en el matrimonio por voluntad humana. En consecuencia, en las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, no sólo los órganos sexuales no se complementan, sino que dos personas no se complementan realmente en tales relaciones, porque Dios no previó esta posibilidad en su orden creado. Al final, la lectura romana del mensaje evangélico es inequívoca: las relaciones homosexuales nunca deben entenderse como relaciones de amor. Y si las lesbianas y los gays creen que están enamorados, se equivocan: su felicidad es sólo una ilusión.
¿Cómo lo sabe el personal de la Congregación para la Doctrina de la Fe? Estudiando los textos en los que la voluntad divina ha sido interpretada por la Iglesia en el pasado. Por eso la Iglesia no tiene autoridad para bendecir hoy. Pero, ¿y si no fuera una cuestión de falta de autoridad, sino de falta de voluntad? Entonces habría que justificar esa voluntad con más detalle, en lugar de limitarse a afirmar que la homosexualidad no fue originalmente querida por Dios, como dijo una vez Benedicto XVI. La Congregación para la Doctrina de la Fe parece estar muy segura de conocer la voluntad de Dios.
¿Cómo llega a la conclusión de que las parejas homosexuales no son relaciones amorosas? Invoca los planes de Dios tal y como han sido fielmente interpretados y proclamados por la Iglesia, o como lo han sido en el pasado. Los planes de Dios inscritos en la creación han sido plenamente (!) revelados por Cristo. Esto significa: Lo que es bueno, lo dice la iglesia, porque la iglesia sabe que está autorizada a determinar lo que es bueno. La obediencia, y no la propia perspicacia, es la actitud adecuada ante tal autocomprensión.
Hasta ahora, me resulta familiar. Hasta 2013 esta era la opinión magistral penetrantemente repetida. La esperanza de que el Papa Francisco esté dispuesto a recapacitar, a liberar la discusión y posiblemente incluso a corregir la opinión doctrinal de sus predecesores, se esfumó brevemente. Ahora, en el octavo año de pontificado del Papa Francisco, eso fue probablemente todo con las expectativas de que la doctrina de la iglesia pronto podría moverse un poco en este campo. Francisco se muestra como un discípulo obediente de sus predecesores.
La “Nota explicativa” relacionada con el dubium presentado “¿Tiene la Iglesia autoridad para bendecir uniones de personas del mismo sexo?” (respondió inequívocamente “No”), sólo muestra hasta qué punto se ha aislado de los discursos morales modernos y se ha instalado en un mundo interno católico
La carta de la Congregación ignora que existe, como las ciencias humanas han demostrado desde hace tiempo, un espectro de orientaciones sexuales. Es de suponer que la descripción éticamente neutral de que existen otras formas de deseo más allá de la heterosexualidad es una consecuencia de la Caída. ¿O no? Frente a las normas científicas humanas se establece un orden objetivo de la creación. Que esto pueda ser también una mera construcción no puede ser, ya que el Magisterio sabe lo que Dios quiso originalmente. Ningún otro argumento cae. Curiosamente, la carta carece de cualquier referencia a las condenas bíblicas de las prácticas homosexuales. Esto al menos da la esperanza de que al menos la literatura exegética haya penetrado en los muros del Vaticano. Lo que finalmente llama la atención de la carta es lo fuerte que es el desacuerdo con lo que las relaciones amorosas modernas, al menos según el ideal, constituyen en su núcleo: no el contrato ni las consideraciones sociales, sino el afecto y el libre consentimiento. El deseo sexual que prevalezca aquí es irrelevante. La única cuestión decisiva es si la otra persona se entiende como persona. ¿Y esas relaciones no las querrá bendecir Dios?
Cuando la carta afirma que “la naturaleza de la bendición dada por la Iglesia” sólo es compatible con “lo que en sí mismo se ordena para servir a estos planes”, uno quisiera saber con un poco más de precisión cuáles son estos planes. Si sólo se refiere a la procreación de la descendencia, habría que interpretar la creatividad de Dios en materia de planes como algo limitado. Y cuando, citando a Francisco, dice que las personas con tendencias homosexuales deben “recibir la ayuda necesaria” para “comprender y cumplir plenamente la voluntad de Dios en sus vidas”, nos deja sin palabras. ¿Qué se recomienda aquí? ¿La superación de la tendencia? ¿Abstinencia sexual completa? El documento está atascado en una doctrina moral formulada en los años cincuenta. El desarrollo teológico del último medio siglo se obvia generosamente.
Al igual que con la cuestión de si la Iglesia quiere o no ordenar sacerdotes homosexuales, la Curia Romana se mantiene en el rumbo tomado bajo Juan Pablo II y Benedicto XVI. Se considera justa la estricta desigualdad de trato (¡sin analogía!) entre los matrimonios heterosexuales y los homosexuales. No ver esto como una discriminación sigue siendo un privilegio de la teología romana. Hablar de respeto, compasión y tacto mientras se niega la realidad de la homosexualidad y el amor de los homosexuales es una prueba no sólo de falta de mundo sino de un concepto de moral premoderna. ¿Se sabe a qué heridas conducen estas confesiones prejuiciosas? ¿Qué deseos excluyentes se esconden tras la formulación de querer promover una “comunidad sana en el pueblo santo de Dios”?
¿Se sabe a qué heridas conducen estas confesiones prejuiciosas? ¿Qué deseos excluyentes se esconden tras la formulación de querer promover una “comunidad sana en el pueblo santo de Dios”?
Todas estas preguntas sin respuesta llevarán a que cada vez menos personas estén dispuestas a someterse a la pretensión de que el Magisterio pueda decidir con su propia autoridad lo que está o no está facultado para hacer en materia moral. No hay que hacerse ilusiones: La Congregación para la Doctrina de la Fe no quiere que las parejas homosexuales sean apreciadas como relaciones amorosas en la Iglesia Católica. La única pregunta es qué precio están dispuestos a pagar los obispos por esta negativa. El documento de Roma acelerará aún más la emancipación de los católicos de la Iglesia como madre y maestra de moral. La “Nota explicativa” relacionada con el dubium presentado “¿Tiene la Iglesia autoridad para bendecir uniones de personas del mismo sexo?” (respondió inequívocamente “No”), sólo muestra hasta qué punto se ha aislado de los discursos morales modernos y se ha instalado en un mundo interno católico.
Por supuesto, la mayoría no está necesariamente en la verdad. Pero ante la explosividad de la cuestión sobre la bendición de las parejas homosexuales, que puede intervenir profundamente en la realidad de la vida de las personas creyentes, habría que hacer al menos un esfuerzo por dar razones en lugar de referirse siempre sólo a un orden divino de la creación. También dicho orden tiene que respetar el derecho de autodeterminación de las personas, siempre que no se vean afectados los derechos personales de los demás o de los necesitados de protección, dicho orden ha de ser un orden posible para el hombre. La “nota” difícilmente podrá contar con la obediencia. Sin embargo, es indicativo de lo difícil que sigue siendo para Roma el pensamiento moderno sobre la libertad. Larga es la sombra de los últimos pontificados.
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