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Dad al César… ¿La fe es ineficaz?

Domingo, 22 de octubre de 2023
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IMG_0965Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

01.- PREGUNTA TRAMPA

La pregunta que los fariseos le lanzan a Jesús es una pregunta trampa: le preguntan “para comprometer a Jesús”. ¿Es lícito pagar el impuesto al César, al opresor extranjero romano?

Jesús se da cuenta de “su mala voluntad”. ¿Por qué me tentáis, hipócritas?

Si Jesús contesta que no hay que pagar impuesto al opresor (al César, a los romanos), los fariseos y la clase alta de Israel puede descansar, pues así pueden poner a Jesús en manos de la justicia romana, quienes lo ejecutarán por revolucionario zelota

Si dice que hay que pagar impuesto, todavía es peor, Jesús sería una especie de traidor a la causa judía y el pueblo se pondría en contra de Jesús.

02.-  JESÚS CONOCE LA MALICIA E HIPOCRESÍA DE AQUELLA GENTE (v 18).

El ámbito de las relaciones entre el poder del César y la autoridad de Dios es siempre un campo minado, tanto en tiempos de Jesús, como hoy en día: fe e ideologías, Iglesia y estado, razón y fe…

Por eso se suele decir que la Iglesia, los curas, incluso los movimientos religiosos no han de entrar en política, pues es competencia del César.

En la respuesta de Jesús hay una cierta ironía.

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Césares ha habido y hay siempre muchos, demasiados, y en todas las esferas de la vida: en política, en economía, en los entresijos eclesiásticos.

Las palabras Kaiser y Zar, son variantes de César.

Hay mucho Kaiser suelto en la vida social, política, económica y eclesiástica.

¿Y qué es lo del César, qué quiere el César? Los zares y césares quieren escaños parlamentarios, mayorías absolutas, poder, dineros, palacios, etc. Pues eso es lo que hay que darles.

Por una parte Jesús conocía la malicia e hipocresía de aquellos fariseos. Por otra parte, Jesús, como buen creyente, conocía bien los mandamientos de los que el primero es: Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma…

Por eso ni Jesús, ni los cristianos adoraron nunca al César, al emperador (y por eso murieron, más bien los mataron: mártires). El primer mártir fue el mismo Jesús, y en la historia matarán después a muchos cristianos que no adoraron al emperador romano; a Bonhoeffer que no se postró ante Hitler, asesinaron a Monseñor Oscar Romero, que no pagó el tributo de Dios a los militares, o a Ignacio Ellacuría que sirvió a Dios y al pueblo en su enseñanza y pastoral universitaria y no a los poderes económicos, etc.

“Mi Reino no es como los de este mundo”. El Reino de Dios es de justicia y de paz. Vivir en ese ámbito de Dios es dar a Dios lo que es de Dios.

03.- ¿LA FE ES INEFICAZ?

Una cuestión candente suele ser si el cristiano, la Iglesia ha de entrar en política o no.

En la sociedad, en la vida socio-política la eficacia está en el César, en el Ayuntamiento, en el Gobierno, etc.

Si se quiere construir una casa de cultura, un polideportivo o un colegio en el pueblo, en el barrio hay que recurrir al César: al ayuntamiento, a la diputación-gobierno vasco o al gobierno central. La misma atención médica, la docencia, el tráfico, etc. funcionan sin la fe. La eficacia está en las ideologías, en el poder.

La fe es humilde y -en este sentido- la fe es ineficaz. Solamente con la fe no se construye un hospital o una escuela.

Pero al mismo tiempo la fe es fuerte. La fe es una reserva, una instancia crítica capaz de poner en crisis las tesis del César. Tú, César, tendrás poder, pero no sensatez ni verdad. Tendrás dineros, escaños, monedas, sedes pero –tal vez- no tienes verdad, ni posiblemente bondad (ética). Lo que emanan de los parlamentos y ámbitos de poder en muchos casos no es ni verdad ni bueno.

La fe es la instancia última que ejerce en el creyente una doble función:

a. Por una parte la fe ilumina el camino de la existencia humana, le confiere sentido y horizonte.

b. Por otra parte la fe es enormemente crítica con lo que supone el “César”, con la ética con la que se regulan las cosas en la sociedad.

Por esto el cristiano, el ciudadano cristiano en la medida de sus cualidades, posibilidades y opciones, ha de entrar en la vida social, política, etc. y trabajar incluso “manchándose las manos”. Pero el que cree en Dios, trabaja con la reserva crítica de la fe.

Recordemos cómo hace unas décadas D. José Mª Arizmendiarrieta creaba e impulsaba todo el movimiento cooperativista de Mondragón: Fagor, etc… Recordemos los movimientos obreros: JOC, HOAC, JEC… Recordemos el movimiento de los curas obreros, etc…

El César, el presidente de gobierno, el banquero, el Obispo tienen poder, pero mi fe está en Dios, no en el César.

Trabajo desde una ideología pero yo no creo ni en Marx, ni en mi ideología-partido político, ni en un movimiento eclesiástico determinado…

No adoréis nunca al César, al poderoso. A los “césares” echadles -dadles- lo que os piden: votos, tarjetas opacas, “Moncloas y Ajuria-eneas” pero no deis al Cesar lo que es de Dios.

Yo creo en Dios. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios (1ªlectura)

En último término, si somos algo valientes en ocasiones habremos de hacer nuestro aquello de San Pedro y los apóstoles: Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, (HH 5,29).

DADLE AL CÉSAR LO QUE LE GUSTA, LO DE DIOS ES OTRA COSA

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“El hermano de Asís al hermano de Roma”, por José Arregi

Sábado, 21 de octubre de 2023
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 francisco-reparaDe su blog Umbrales de Luz:

Nunca quise ser importante, sino el hermano menor de los más pequeños y de todos los olvidados. Pero, por circunstancias de la historia, el día en que pasé de esta vida mortal a la Vida plena se convirtió en un día señalado para muchas hermanas y hermanos de sueños evangélicos.

El tránsito –que quise consumar “desnudo en la tierra desnuda”– tuvo lugar tal día como hoy, 3 de octubre de 1226, hace casi 800 años, en aquella celdita de ramas y tierra en la Porciúncula de Asís, el lugar de mis amores y de mis sueños. En el atardecer del aniversario de aquel día os escribo, hermanas y hermanos todos de la Tierra. Al día siguiente me enterraron en la iglesia de San Jorge de Asís, fundida mi tierra con toda la tierra hermana y madre. ¡Qué descanso! ¡Qué libertad! ¡Qué plenitud! Uno con la tierra, el agua y el aire, con las alondras, las aves y todos los animales, uno con todos los seres humanos, sobre todo con los últimos y todos los desconocidos. Uno con Dios.

Desde niño fui soñador. Soñé con otro mundo en este mundo, donde no hubiera señores y siervos, ricos y pobres, palacios y tugurios, ejércitos y guerras y tanta miseria. Incluso antes de conocer de verdad a Jesús y antes de creer en las llamadas verdades del Credo, soñé vagamente con otra Iglesia sin papas con ejércitos y en guerra, sin clérigos poderosos, sin ambiciones ni riquezas ni monopolio de la verdad.

Luego, cuando aprendí a mirar a Jesús en aquel misterioso crucificado lleno de paz y de luz en la penumbra de la ermita de San Damián –¡aquellos atardeceres de Asís!–, entonces todo encajó en lo profundo de mí. Quería ser como aquel Jesús. Sentía a veces una irresistible rebelión y una paz invencible. Y quise ser rebelde y pacífico. Quise ser hermano de todos, incluso de los grandes señores, y transformar de raíz aquel mundo desgarrado. Y fui sintiendo un impulso intenso por reformar aquella Iglesia de señores de las conciencias y de la verdad, aliados con señores de las tierras y del comercio. Pero decidí no dedicarme a proclamar y promover directamente la reforma irrenunciable de la Iglesia, sino vivir la reforma que soñaba. Por eso no quise ser clérigo ni monje, sino peregrino y compañero de vida de los más pobres, como Jesús. Y todo me decía que la transformación del mundo y de la Iglesia eran inseparables.

Han pasado los siglos, y veo con pasmo que el mundo está más desgarrado que nunca y amenazado por peligros inminentes jamás sospechados. Y veo con tristeza que la institución que se presenta como Iglesia católica de Jesús, en tiempos de tanta gravedad, sigue aferrada al pasado en sus creencias e instituciones, dedica casi todas sus energías a asuntos internos, y limita sus proyectos de reforma a triviales cuestiones de fachada y de aseo. Por eso me permito dirigirme a mi hermano Francisco de Roma con respeto y libertad, como el más pequeño de sus hermanos:

Te deseo Paz y Bien, hermano Francisco de Roma y de las pampas argentinas. Hace 8 siglos, en mi Umbría medieval, me dirigí a “mi señor papa”, pero los tiempos han cambiado. La Vida nos lleva de transformación en transformación. La Vida es permanente novedad en su Fuente indecible y en todas sus formas visibles. El Soplo vital originario, que es también el Espíritu universal de Pentecostés, nos llama a transformar radicalmente la institución de la Iglesia para contribuir con la inspiración de Jesús a la urgente transformación del mundo.

Reconozco, hermano Francisco de Roma, tus esfuerzos, tu valentía y generosidad en medio de tantas resistencias políticas y episcopales. Tu voz resuena en todos los países en favor de la justicia y de la paz, en favor de la vida de todos los empobrecidos, de los pueblos oprimidos, de la comunidad de los vivientes sin respiro. Y me inclino ante ti. Pero déjame que, de Asís a Roma, de corazón a corazón, de hermano a hermano, te diga con humildad y libertad: no percibo la misma claridad y determinación en tu programa de reforma de la Iglesia católico-romana que presides. Los tres sínodos generales celebrados, con todo su fasto y su derroche excesivo, no han traído ninguna novedad de fondo, ningún avance decisivo, y nada anuncia que el cuarto, el “sínodo de la sinodalidad” cuya última fase se inaugura el día de mi tránsito a la plena liberad, vaya a arrancar la raíz principal de los males de la Iglesia: el clericalismo. El clericalismo que relega a la mujer, que reprime el cuerpo y la sexualidad en general y la homosexualidad y las diferencias de género en particular. El clericalismo que se traduce en dominación y en abusos y agresiones. El clericalismo que divide y separa, el clericalismo que se opone a las palabras de Jesús: “No haya entre vosotros ni padres, ni maestros ni señores, pues todos sois hermanas y hermanos”.

La Iglesia no podrá ser presencia inspiradora, sanadora, liberadora en este mundo en grave peligro, mientras no erradique de su seno la raíz clerical, ligada a la ambición de poder. Y, para erradicar esa raíz dañina, no bastará con dar la voz y el voto en el sínodo a dos o tres mujeres, ni con ordenar como sacerdotes a varones casados de virtud probada, ni con ordenar diaconisas de segundo orden. Es necesario derogar la idea misma del “orden sagrado” con el papado en su base, y la ideología patriarcal y la lógica del poder sagrado sobre las que descansa. Y la imagen de Dios que la sostiene.

Hermano Francisco, volvamos al camino y al espíritu de Jesús. Volvamos a la Fuente de toda fraterno-sororidad. Que la Vida te bendiga y te dé la paz.

Aizarna, 3 de octubre de 2023

 

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Iacopo Scaramuzzi: “La Iglesia está llegando a un punto de ruptura en cuestiones de moral sexual”

Miércoles, 18 de octubre de 2023
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“La pederastia clerical es la historia de un gigantesco fracaso del gobierno –masculino– de la Iglesia católica”

“Francisco ha tomado una serie de decisiones – por ejemplo, el nombramiento de Víctor Manuel Fernández para dirigir el Dicasterio para la Doctrina de la Fe – que revelan una determinación para dejar bien su reforma y volverla irreversible para quien lo suceda”

“Al ser una autoridad moral y no una gran potencia política, económica o militar, la capacidad de la Santa Sede de incidir en la política internacional es siempre marginal, lo que no quita para que pueda ser eficaz”

“La fe, en definitiva, es cuestión de sexo. Todo lo cual encuentra, no obstante, escaso o nulo fundamento en las enseñanzas de Jesucristo en los Evangelios”

“Si se toma un manual del confesor de hoy y otro de hace doscientos años se descubre que en lo sustancial la moral sexual católica sigue inmóvil: el único sexo bueno es el que se hace entre esposos, abierto a la procreación”

Del 4 al 29 de octubre de 2023 se celebrará la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos; la segunda será en octubre de 2024. Hay quien considera este acontecimiento un “mini Concilio Vaticano III”. La tensión interna es alta. En teoría, el objeto de dicho encuentro habría de ser el método para abordar los problemas que tiene la Iglesia. No deberían, por tanto, producirse sorpresas de orden dogmático.

Sin embargo, ocurre que la Iglesia ha llegado a una encrucijada histórica. Pese a los esfuerzos de Francisco por evitar que en la Iglesia opere la lógica del conflicto y los bandos, resultará difícil alcanzar acuerdos en el Sínodo. Los abusos sexuales, el celibato obligatorio, el diaconato femenino, el papel de la mujer, la homosexualidad son temas que afectan no sólo al ministerio sacerdotal sino al propio ser de la Iglesia. El próximo Sínodo se dispone, por fin – con doscientos años de retraso –  a abordar esos tabúes. Las asambleas nacionales de las iglesias han llegado a conclusiones muy divergentes.

Todo ello sucede mientras vivimos “una 3ª Guerra Mundial a pedazos” en el que tanto la alianza atlántica como los destropopulismos globales abrazarían de muy buen grado una iglesia más neoconstantiniana, como demuestra la guerra en Ucrania.

¿Qué rumbo tomará la Iglesia tras Francisco? Entrevistamos a Iacopo Scaramuzzi, vaticanista de Repubblica y autor de varios libros centrados históricamente en el papado de Francisco. El último, Il sesso degli angeli. Pedofilia, femminismo, lgbtq+: il dibattito nella Chiesa (no traducido al español), representa la ocasión perfecta para preguntar qué puede acontecer en el próximo Sínodo de la Iglesia y para reflexionar sobre las consecuencias que podría tener para el conjunto de la sociedad.

¿Cómo definiría la fase que está viviendo el pontificado de Francisco en este preciso momento?

IMG_0729Es la fase final. Creo que, si por él fuese, el papa gobernaría al menos otro par de años, hasta los 88 años, el tiempo necesario para llevar a cabo el sínodo en curso, que concluirá en octubre de 2024 y escribir la exhortación apostólica correspondiente. Desde luego depende también de su condición física, el propio Bergoglio es consciente de que antes de esa meta su salud puede deteriorarse. Por ello, me parece que, por un lado, el papa gobierna con la vista puesta en el Jubileo de 2025 y, por otro, “anda apañando la casa” con una cierta prisa. Me parece innegable, en cualquier caso, que tras la muerte de Benedicto XVI Francisco ha tomado una serie de decisiones – por ejemplo, el nombramiento de Víctor Manuel Fernández para dirigir el Dicasterio para la Doctrina de la Fe – que revelan una determinación para dejar bien su reforma y volverla irreversible para quien lo suceda.

 Ha pasado ya más de un año de la guerra de Ucrania. ¿Se atrevería a hacer un balance de la intervención del Vaticano hasta ahora? ¿Qué cabe esperar de la mediación del cardenal Zuppi en el futuro? 

Creo que, pese a las generosas ofertas de mediación y a un activismo notable del papa, la Santa Sede en este escenario resulta sustancialmente irrelevante. Las motivaciones de la guerra son profundas, sus destinos no dependen del palacio apostólico, menos aún teniendo en cuenta que tanto Rusia como Ucrania son países mayoritariamente ortodoxos, lo cual hace difícil que se dirijan a Roma para buscar la paz. Es cierto que el cardenal Matteo Zuppi, enviado especial del papa, está intentando lo imposible: en pocos meses ha pasado por Kiev (donde se vio con Zelensky), Moscú, Washington (donde fue recibido por Biden) y Pekín. Es la primera vez que un cardenal es recibido por las autoridades chinas no ya para hablar de cuestiones religiosas, sino de un problema geopolítico.

Si la evolución en el terreno de la guerra dejase mayor espacio a la diplomacia, el enviado papal, gracias a la red multilateral que va tejiendo, podría desempeñar un papel relevante.   El Vaticano, en todo caso, no ofrece un plan de paz sino una mediación humanitaria en un ámbito más bien circunscrito: la recuperación de los niños ucranianos deportados a Rusia y el intercambio de prisioneros políticos. Para entender la situación actual, comparémoslo con la actuación exitosa de la Santa Sede en el intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Cuba, que resultaría clave para que se sentaran en 2014 en una misma mesa, en el Vaticano, delegaciones de los dos países. La persuasión moral de Bergoglio jugó su papel en este hito, sin embargo, a diferencia de entonces, hoy no parece que los protagonistas, empezando por Rusia, deseen encontrar una salida a la guerra.

La pregunta anterior remite a una reflexión de mayor fondo aún: la influencia de la Iglesia en la política nacional e internacional. Frente a gente que sostiene que la Iglesia, pese al proceso de descristianización de Occidente en general, sigue contando lo suyo, hay otros muchos que se quejan, sobre todo desde dentro de la propia Iglesia, que ya no cuenta tanto, o incluso que ya no pinta casi nada. ¿Qué opina de ello? ¿Cuál cree que será la herencia de este papado a ese respecto? 

Al ser una autoridad moral y no una gran potencia política, económica o militar, la capacidad de la Santa Sede de incidir en la política internacional es siempre marginal, lo que no quita para que pueda ser eficaz. Lo demuestra, por ejemplo, el rol de Francisco con Estados Unidos y Cuba que acabo de mencionar, el de Juan Pablo II en la caída del muro de Berlín o la intervención de Juan XXIII con Kruschev y Kennedy para desactivar la crisis de los misiles de Cuba. Ahora bien: puede también resultar ineficaz, como demuestran, por ejemplo, el intento de Bergoglio de promover la paz entre Israel y Palestina o el de Wojtyla de parar la guerra de Estados Unidos en Iraq.

La gran apuesta de Francisco ha sido, por un lado, archivar la guerra fría, la cual, a mi modo de ver, había dejado encerrada a la Iglesia en el bando occidental (una consecuencia desdichada y flagrante de ello serían las persecuciones de cristianos en Oriente Medio) y la había convertido en vivero de los valores morales conservadores (funcionales a la alianza con Washington) – y, por otro, abrir canales de comunicación con Oriente, tierra históricamente espiritual donde la fe cristiana puede crecer mucho. Bergoglio obtuvo en este sentido dos éxitos históricos: el encuentro con el patriarca ruso Kirill en 2016, que acontecía por primera vez en la historia, y en 2018 el acuerdo con China relativo a los nombramientos de los obispos, que suponía también la primera vez en que Roma y Pekín hablaban desde que Mao Tse-tung llegara al poder.

Sin embargo, Francisco ha tenido mala suerte con la Historia, que sembró en su camino una ola de avatares geopolíticos profundos tales como la guerra en Ucrania que han hecho saltar por los aires toda su Ostpolitik. Pese a todo, tanto el rumbo como la intención de su proceder los considero atinados.

En su libro anterior, el excelente Dio in fondo a destra, traducido al inglés y al polaco pero no al español, trazaba una serie de hilos que iban de Fátima a Moscú pasando por Brasil o Estados Unidos, en los que informaba de cómo y por qué el nuevo destropopulismo global (Salvini, Bolsonaro, Putin, Le Pen, Trump…) manipulaban lo sacro para apuntalar lo profano político. Han pasado varios años ya desde su publicación. ¿Qué ha sucedido desde entonces? ¿Qué tendencias prevé?

matrimoniogay1Por desgracia, la tesis de fondo de mi libro no ha hecho sino confirmarse. La pandemia, que estalló tras la primera edición de mi libro, dejó en evidencia a los populistas de derecha, al revelar que los enemigos no eran los migrantes sino un virus chiquito que saltaba tranquilamente todas las fronteras, que sin la solidaridad internacional (y en concreto europea) no se podía salir de la crisis, que para afrontarla eran precisas la competencia y la ciencia. En teoría, los soberanistas deberían haber desaparecido tras la pandemia y, en cambio, volvieron más robustos que antes, desde Giorgia Meloni a Donald Trump pasando por Viktor Orban para llegar, por último a Javier Milei en Argentina.

¿Y por qué? Porque la política no es racionalidad sino pasiones y necesidades, y la pandemia aumentó ese sentido de inseguridad y malestar que ya cundía en los últimos años por todas partes por culpa de la crisis económica, las oleadas migratorias y una globalización deshumanizadora. La reacción a la sensación de decadencia (lo mismo da que sea real o percibida) es la cerrazón, la nostalgia de un pasado que se imagina mejor, el pensamiento simplón. Un repliegue que se nutre asimismo de lo peorcito de la religiosidad, entendida ésta como revoltijo de fe y superstición. En tierras de antigua evangelización, esa simplonería acude a la simbología del cristianismo para reivindicar una identidad que se percibe amenazada.

Vamos llegando a su libro sobre el sexo. Hay historiadores del cristianismo que sostienen que la Iglesia se halla en una crisis sistémica tan grave como la del Concilio de Trento, de la que se salió con la Contrarreforma. ¿Es para tanto? ¿Qué tiene que ver el sexo en ello?

La impresión es, en efecto, la de una crisis existencial de la Iglesia en la que el sexo tiene mucho que ver porque éste tiene que ver con el poder. El drama de los abusos sexuales, por ejemplo, no es un simple escándalo moral ni mucho menos un problema de incontinencia de los individuos, sino una crisis de sistema ya que desvela una malentendida concepción del sacerdote, figura impune en cuanto apartada y superior a los fieles (todo abuso sexual es también un abuso de poder); desvela, asimismo, una moral insistente hasta la obsesión acerca del acto sexual, que calló acerca de las relaciones entre personas del mismo sexo y el cuerpo de las mujeres, o aún peor, se emperró en negar la evidencia ante la inmadurez y las patologías sexuales no episódicas de seminaristas y sacerdotes. Dos cuestiones – ministerio sacerdotal y moral sexual – atinentes a la pura eclesiología, al ser Iglesia en el mundo de hoy. En los cuerpos y su intimidad se han combatido batallas de signo totalmente distinto.

¿De dónde nace Il sesso degli angeli y qué pretendía al publicarlo? 

Nace, primero de todo, de una propuesta de Goffredo Fofi, el editor, que, como sismógrafo sensible a las mutaciones profundas de la sociedad y de la Historia, acaso intuyó que en la catolicidad se está produciendo un cisma de gran calado. Nace también de mi sensación de que la Iglesia está alcanzando un punto de ruptura en cuestiones de moral sexual. Sensación que deriva de mi actividad de periodista “vaticanista”, que todos los días lidia con la actualidad vaticana. Roma es un observatorio privilegiado al ser la terminal del ajetreo que tiene lugar en la Iglesia católica de todo el mundo. Con el paso del tiempo llegó un punto en el que me percaté de que ocuparse de la Iglesia significaba ocuparse constantemente de sexualidad en sentido amplio: abusos sexuales, formación de la afectividad y la sexualidad de los sacerdotes, el nudo de la contracepción, el aborto, la bendición de las parejas gays, la comunión a los divorciados casados de nuevo, las discriminaciones que sufren las mujeres, la hipótesis del diaconato femenino y, en general, el “escándalo” de que la mujer entre en el sancta sanctorum del altar.

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‘C’est la confiance’. Exhortación Apostólica sobre Teresa de Lisieux: “La confianza puede conducirnos al Amor”

Martes, 17 de octubre de 2023
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teresaCon motivo del 150º aniversario del nacimiento de Santa Teresa del niño Jesús

Prender fuego en el corazón de la Iglesia: El tesoro de la santa de Lisieux, descrito por Francisco

El Papa Francisco publica la exhortación apostólica sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz -del Carmelo de Lisieux-

En ella, reconoce el tesoro de su ‘caminito espiritual: “es la confianza la que nos permite poner en las manos de Dios lo que sólo Él puede hacer”

Poner fuego en el corazón de la Iglesia más que a soñar con su propia felicidad (42) le permitió a santa Teresita pasar de un fervoroso deseo del cielo a un constante y ardiente deseo del bien de todos… Llegando de este modo a la última síntesis personal del Evangelio, que partía de la confianza plena hasta culminar en el don total por los demás”

De manera especial los Pontífices siguieron de cerca su vida… Una alma misionera, señala Francisco, que enseña “su modo de entender la evangelización por atracción, no por presión o proselitismo. Vale la pena leer cómo lo sintetiza ella misma: ‘Al atraerme a mí, atrae también a las almas que amo…'”

(Vatican News).-La nueva Exhortación Apostólica «C’est la confiance» del Papa Francisco publicada este 15 de octubre, es dedicada a la confianza en el amor misericordioso de Dios, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz: «La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor» (1), palabras de la joven santa francesa que «resumen la genialidad de su espiritualidad» (2).

En el 2023 se han conmemorado dos fechas importantes de Santa Teresa del Niño Jesús, el 2 de enero fue el 150º aniversario del nacimiento y el 23 de abril el centenario de su beatificación. El Papa Francisco ha querido que esta exhortación apostólica vaya más allá de una celebración y «sea asumido como parte del tesoro espiritual de la Iglesia». Además, «la fecha de esta publicación, memoria de santa Teresa de Ávila, quiere presentar a santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz como fruto maduro de la reforma del Carmelo y de la espiritualidad de la gran santa española» (4)

En cuatro capítulos: Jesús para los demás; El caminito de la confianza y del amor; Seré el amor; En el corazón del Evangelio; y mediante 53 parágrafos el Pontífice presenta la vida y experiencia espiritual la santa francesa del Carmelo de Lisieux que dejó la vida terrena a los 24 años.

 «La Iglesia reconoció rápidamente el valor extraordinario de su figura y la originalidad de su espiritualidad evangélica», de manera espacial los Pontífices siguieron de cerca su vida: “Teresitaconoció al Papa León XIII en su peregrinación a Roma en 1887 a quien pidió permiso para entrar al Carmelo a la edad de 15 años. Pío X percibió su enorme estatura espiritual, luego de la muerte de joven santa. Y Benedicto XV la declara Venerable en 1921, elogiando «sus virtudes centrándolas en el “caminito” de la infancia espiritual», fue canonizada el 17 de mayo de 1925 por Pío XI: «quien agradeció al Señor por permitirle que Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz fuera “la primera beata que elevó a los honores de los altares y la primera santa canonizada por él”. El mismo Papa la declaró patrona de las Misiones en 1927». Luego fue proclamada una de las patronas de Francia en 1944 por el venerable Pío XII.

Posteriormente san Pablo VI recordaba con frecuencia sus virtudes cristianas. San Juan Pablo II en «1997 la declaró doctora de la Iglesia, considerándola además «como experta en la scientia amoris». También, «Benedicto XVI retomó el tema de su “ciencia del amor”, proponiéndola como «guía para todos, sobre todo para quienes, en el pueblo de Dios, desempeñan el ministerio de teólogos». Y el Papa Francisco canonizó «a sus padres Luis y Celia en el año 2015, durante el Sínodo sobre la familia» (6).

Jesús para los demás

El Papa Francisco en el primer capítulo presenta la experiencia cristiana en la santa, desde su oración, vida mística, pero con alma misionera y sin autoreferencialidad: «En el nombre que ella eligió como religiosa se destaca Jesús: el “Niño” que manifiesta el misterio de la Encarnación y la “Santa Faz”» (7), y «el Nombre de Jesús es continuamente “respirado” por Teresa como acto de amor, hasta el último aliento» (8).

Como Patrona de las misiones, recuerda el Papa en la exhortación apostólica, que «como sucede en todo encuentro auténtico con Cristo, esta experiencia de fe la convocaba a la misión. Teresita pudo definir su misión con estas palabras:En el cielo desearé lo mismo que deseo ahora en la tierra: amar a Jesús y hacerle amar”» (9).

Una alma misionera, señala Francisco, que enseña «su modo de entender la evangelización por atracción, no por presión o proselitismo. Vale la pena leer cómo lo sintetiza ella misma: “Al atraerme a mí, atrae también a las almas que amo…» (9), así lo escribía la santa en las últimas páginas de «Historia de un alma» (10) como su testamento misionero «con un ferviente espíritu apostólico» (11), dejándose guiar por la acción del Espíritu Santo: «Yo pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su amor, que me una tan íntimamente a Él que sea Él quien viva y quien actúe en mí» (12).

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Teresa de Ávila y Teresa de Lisieux

El caminito de la confianza y del amor

En el segundo capítulo el Santo Padre recuerda el valor de “El camino de la infancia espiritual” (14) propuesto por Santa Teresa del Niño Jesús que subraya la primacía de la acción de Dios y “la confianza” plena en la misericordia de Cristo:

«Teresita relató el descubrimiento del caminito en la Historia de un alma: “A pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad. Agrandarme es imposible; tendré que soportarme tal cual soy, con todas mis imperfecciones. Pero quiero buscar la forma de ir al cielo por un caminito muy recto y muy corto, por un caminito totalmente nuevo”» (15).

Francisco señala que la santa en su época «frente a una idea pelagiana de santidad, individualista y elitista, más ascética que mística, que pone el énfasis principal en el esfuerzo humano, Teresita subraya siempre la primacía de la acción de Dios, de su gracia» (17), por ello «prefiere destacar el primado de la acción divina e invitar a la confianza plena mirando el amor de Cristo que se nos ha dado hasta el fin» (19).

«Por consiguiente -escribe el Papa Francisco-, la actitud más adecuada es depositar la confianza del corazón fuera de nosotros mismos: en la infinita misericordia de un Dios que ama sin límites y que lo ha dado todo en la Cruz de Jesucristo» (20).

Sobre esta confianza el Santo Padre sugiere no asumirla solo en referencia a la santificación y salvación, sino también como un “abandono cotidiano” en Dios: «Tiene un sentido integral, que abraza la totalidad de la existencia concreta y se aplica a nuestra vida entera, donde muchas veces nos abruman los temores, el deseo de seguridades humanas, la necesidad de tener todo bajo nuestro control» (23).

El Papa recuerda las palabras de Santa Teresita que se refieren a ese “santo abandono” en el Amor: «Los que corremos por el camino del amor creo que no debemos pensar en lo que pueda ocurrirnos de doloroso en el futuro, porque eso es faltar a la confianza» (24).

Este testimonio es considerado por Francisco como “un fuego en medio de la noche”, ya que vivió su última etapa a finales del siglo XIX que la edad de oro del ateísmo moderno: «pero la oscuridad no puede extinguir la luz: ella ha sido conquistada por Aquel que ha venido al mundo como luz (cf. Jn 12,46). El relato de Teresita manifiesta el carácter heroico de su fe, su victoria en el combate espiritual, frente a las tentaciones más fuertes» (26).

Seré el amor

IMG_0941«“La Historia de un alma” es un testimonio de caridad, donde Teresita nos ofrece un comentario sobre el mandamiento nuevo de Jesús: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado (Jn 15,12)» (31), escribe el Papa Francisco en el tercer capítulo de su exhortación ofreciendo un panorama de la repuesta confiada del amor de la santa, a través del prójimo, al amor misericordiosos de Dios.

Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, recuerda el Santo Padre, expresaba en sus escritos su «amor esponsal» (32) con Cristo: «Teresita tiene la viva certeza de que Jesús la amó y conoció personalmente en su Pasión: Me amó y se entregó por mí (Ga 2,20)» (33). Y «el acto de amor “Jesús, te amo”, continuamente vivido por Teresita como la respiración, es su clave de lectura del Evangelio» (34), asegura el Pontifice.

Amor que santa Teresita vivió en la mayor sencilles y experimento en la vida cotidiana (35): «Teresita vive la caridad en la pequeñez, en las cosas más simples de la existencia cotidiana» (36), y en el corazón de la Iglesia, donde buscó su lugar (38): «…Comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que ese corazón estaba ardiendo de amor. Comprendí que sólo el amor podía hacer actuar a los miembros de la Iglesia; que si el amor llegaba a apagarse, los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio y los mártires se negarían a derramar su sangre…» (39).

«No es el corazón de una Iglesia triunfalista, es el corazón de una Iglesia amante humilde y misericordiosa» (40), señala Francisco. Afirmando además que «Tal descubrimiento del corazón de la Iglesia es también una gran luz para nosotros hoy, para no escandalizarnos por los límites y debilidades de la institución eclesiástica, marcada por oscuridades y pecados, y entrar en su corazón ardiente de amor, que se encendió en Pentecostés gracias al don del Espíritu Santo» (41).

Explica el Papa Francisco que este llamado de Dios a «poner fuego en el corazón de la Iglesia más que a soñar con su propia felicidad» (42) le permitió a santa Teresita «pasar de un fervoroso deseo del cielo a un constante y ardiente deseo del bien de todos, culminando en el sueño de continuar en el cielo su misión de amar a Jesús y hacerlo amar» (43). Llegando de este modo «a la última síntesis personal del Evangelio, que partía de la confianza plena hasta culminar en el don total por los demás» (44).

El Papa Francisco llega a un punto central de su exhortación apostólica, indicando que «C’est la confiance. Es la confianza la que nos lleva al Amor y así nos libera del temor, es la confianza la que nos ayuda a quitar la mirada de nosotros mismos, es la confianza la que nos permite poner en las manos de Dios lo que sólo Él puede hacer. Esto nos deja un inmenso caudal de amor y de energías disponibles para buscar el bien de los hermanos. Y así, en medio del sufrimiento de sus últimos días, Teresita podía decir: «Sólo cuento ya con el amor» (45).

En el corazón del Evangelio

En el cuarto capítulo el santo Padre recuerda que el anuncio de una Iglesia misionera se centra en lo esencial: «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (47), y el aporte especifico que regala Teresita, “doctora de la síntesis”: «consiste en llevarnos al centro, a lo que es esencial, a lo que es indispensable. Ella, con sus palabras y con su propio proceso personal, muestra que, si bien todas las enseñanzas y normas de la Iglesia tienen su importancia, su valor, su luz, algunas son más urgentes y más estructurantes para la vida cristiana» (49).

El Papa Francisco afirma que la actualidad de santa Teresa del Niño Jesús perdura en toda su «pequeña grandeza: …En un tiempo de repliegues y de cerrazones, Teresita nos invita a la salida misionera, cautivados por la atracción de Jesucristo y del Evangelio» (52).

“Un siglo y medio después de su nacimiento, Teresita está más viva que nunca en medio de la Iglesia peregrina, en el corazón del Pueblo de Dios” (53), dice Francisco finzalizando con la oración:

“Querida santa Teresita, la Iglesia necesita hacer resplandecerel color, el perfume, la alegría del Evangelio. ¡Mándanos tus rosas! Ayúdanos a confiar siempre,como tú lo hiciste, en el gran amor que Dios nos tiene, para que podamos imitar cada díatu caminito de santidad. Amén.”

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Texto íntegro de la exhortación apostólica ‘C’est la confiance‘ del Papa Francisco sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios

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EXHORTACIÓN APOSTÓLICA C’EST LA CONFIANCE DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE LA CONFIANZA EN EL AMOR MISERICORDIOSO DE DIOS CON MOTIVO DEL 150.º ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS Y DE LA SANTA FAZ 

1. «C’est la confiance et rien que la confiance qui doit nous conduire à l’Amour»: «La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor»[1]

2. Estas palabras tan contundentes de santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz lo dicen todo, resumen la genialidad de su espiritualidad y bastarían para justificar que se la haya declarado doctora de la Iglesia. Sólo la confianza,nada más”, no hay otro camino por donde podamos ser conducidos al Amor que todo lo da. Con la confianza, el manantial de la gracia desborda en nuestras vidas, el Evangelio se hace carne en nosotros y nos convierte en canales de misericordia para los hermanos.

3. Es la confianza la que nos sostiene cada día y la que nos mantendrá de pie ante la mirada del Señor cuando nos llame junto a Él: «En la tarde de esta vida, compareceré delante de ti con las manos vacías, pues no te pido, Señor, que lleves cuenta de mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas a tus ojos. Por eso, yo quiero revestirme de tu propia Justicia y recibir de tu Amor la posesión eterna de Ti mismo».[2] 

4. Teresita es una de las santas más conocidas y queridas en todo el mundo. Como sucede con san Francisco de Asís, es amada incluso por no cristianos y no creyentes. También ha sido reconocida por la UNESCO entre las figuras más significativas para la humanidad contemporánea. [3] Nos hará bien profundizar su mensaje al conmemorar el 150.º aniversario de su nacimiento, que tuvo lugar en Alençon el 2 de enero de 1873, y el centenario de su beatificación. [4] Pero no he querido hacer pública esta Exhortación en alguna de esas fechas, o el día de su memoria, para que este mensaje vaya más allá de esa celebración y sea asumido como parte del tesoro espiritual de la Iglesia. La fecha de esta publicación, memoria de santa Teresa de Ávila, quiere presentar a santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz como fruto maduro de la reforma del Carmelo y de la espiritualidad de la gran santa española.

5. Su vida terrena fue breve, apenas veinticuatro años, y sencilla como una más, transcurrida primero en su familia y luego en el Carmelo de Lisieux. La extraordinaria carga de luz y de amor que irradiaba su persona se manifestó inmediatamente después de su muerte con la publicación de sus escritos y con las innumerables gracias obtenidas por los fieles que la invocaban.

6. La Iglesia reconoció rápidamente el valor extraordinario de su figura y la originalidad de su espiritualidad evangélica. Teresita conoció al Papa León XIII con motivo de la peregrinación a Roma en 1887 y le pidió permiso para entrar en el Carmelo a la edad de quince años. Poco después de su muerte, san Pío X percibió su enorme estatura espiritual, tanto que afirmó que se convertiría en la santa más grande de los tiempos modernos. Declarada venerable en 1921 por Benedicto XV, que elogió sus virtudes centrándolas en el “caminito” de la infancia espiritual, [5] fue beatificada hace cien años y luego canonizada el 17 de mayo de 1925 por Pío XI, quien agradeció al Señor por permitirle que Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz fuera “la primera beata que elevó a los honores de los altares y la primera santa canonizada por él”. [6].

El mismo Papa la declaró patrona de las Misiones en 1927. [7] Fue proclamada una de las patronas de Francia en 1944 por el venerable Pío XII, [8] que en varias ocasiones profundizó el tema de la infancia espiritual. [9] A san Pablo VI le gustaba recordar su bautismo, recibido el 30 de septiembre de 1897, día de la muerte de santa Teresita, y en el centenario de su nacimiento dirigió al obispo de Bayeux y Lisieux un escrito sobre su doctrina. [10] Durante su primer viaje apostólico a Francia, en junio de 1980, san Juan Pablo II fue a la basílica dedicada a ella y en 1997 la declaró doctora de la Iglesia, [11] considerándola además «como experta en la scientia amoris». [12] Benedicto XVI retomó el tema de su “ciencia del amor”, proponiéndola como «guía para todos, sobre todo para quienes, en el pueblo de Dios, desempeñan el ministerio de teólogos». [13] Finalmente, tuve la alegría de canonizar a sus padres Luis y Celia en el año 2015, durante el Sínodo sobre la familia, y recientemente le dediqué una catequesis en el ciclo sobre el celo apostólico. [14]

1.- Jesús para los demás 

7. En el nombre que ella eligió como religiosa se destaca Jesús: el “Niño” que manifiesta el misterio de la Encarnación y la “Santa Faz”, es decir, el rostro de Cristo que se entrega hasta el fin en la Cruz. Ella es “santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz”. 

8. El Nombre de Jesús es continuamente “respirado” por Teresa como acto de amor, hasta el último aliento. También había grabado estas palabras en su celda: “Jesús es mi único amor”. Fue su interpretación de la afirmación culminante del Nuevo Testamento: «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16).

Alma misionera 

9. Como sucede en todo encuentro auténtico con Cristo, esta experiencia de fe la convocaba a la misión. Teresita pudo definir su misión con estas palabras: «En el cielo desearé lo mismo que deseo ahora en la tierra: amar a Jesús y hacerle amar». [15] Escribió que había entrado al Carmelo «para salvar almas». [16] Es decir, no entendía su consagración a Dios sin la búsqueda del bien de los hermanos. Ella compartía el amor misericordioso del Padre por el hijo pecador y el del Buen Pastor por las ovejas perdidas, lejanas, heridas. Por eso es patrona de las misiones, maestra de evangelización.

10. Las últimas páginas de Historia de un alma [17] son un testamento misionero, expresan su modo de entender la evangelización por atracción[18] no por presión o proselitismo. Vale la pena leer cómo lo sintetiza ella misma: «“Atráeme, y correremos tras el olor de tus perfumes”. ¡Oh, Jesús!, ni siquiera es, pues, necesario decir: Al atraerme a mí, atrae también a las almas que amo. Esta simple palabra, “Atráeme”, basta. Lo entiendo, Señor. Cuando un alma se ha dejado fascinar por el perfume embriagador de tus perfumes, ya no puede correr sola, todas las almas que ama se ven arrastradas tras de ella. Y eso se hace sin tensiones, sin esfuerzos, como una consecuencia natural de su propia atracción hacia ti. Como un torrente que se lanza impetuosamente hacia el océano arrastrando tras de sí todo lo que encuentra a su paso, así, Jesús mío, el alma que se hunde en el océano sin riberas de tu amor atrae tras de sí todos los tesoros que posee… Señor, tú sabes que yo no tengo más tesoros que las almas que tú has querido unir a la mía».[19] 

11. Aquí ella cita las palabras que la novia dirige al novio en el Cantar de los Cantares (1,3-4), según la interpretación profundizada por los dos doctores del Carmelo, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. El Esposo es Jesús, el Hijo de Dios que se unió a nuestra humanidad en la Encarnación y la redimió en la Cruz. Allí, desde su costado abierto, dio a luz a la Iglesia, su amada Esposa, por la que entregó su vida (cf. Ef 5,25). Lo que llama la atención es cómo Teresita, consciente de que está cerca de la muerte, no vive este misterio encerrada en sí misma, sólo en un sentido consolador, sino con un ferviente espíritu apostólico.

La gracia que nos libera de la autorreferencialidad 

12. Algo semejante ocurre cuando se refiere a la acción del Espíritu Santo, que adquiere de inmediato un sentido misionero: «Esa es mi oración. Yo pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su amor, que me una tan íntimamente a Él que sea Él quien viva y quien actúe en mí. Siento que cuanto más abrase mi corazón el fuego del amor, con mayor fuerza diré: “Atráeme”; y que cuanto más se acerquen las almas a mí (pobre trocito de hierro, si me alejase de la hoguera divina), más ligeras correrán tras los perfumes de su Amado. Porque un alma abrasada de amor no puede estarse inactiva». [20] 

13. En el corazón de Teresita, la gracia del bautismo se convierte en un torrente impetuoso que desemboca en el océano del amor de Cristo, arrastrando consigo una multitud de hermanas y hermanos, lo que ocurrió especialmente después de su muerte. Fue su prometida «lluvia de rosas». [21]

2.-  El caminito de la confianza y del amor 

14. Uno de los descubrimientos más importantes de Teresita, para el bien de todo el Pueblo de Dios, es sucaminito”, el camino de la confianza y del amor, también conocido como el camino de la infancia espiritual. Todos pueden seguirlo, en cualquier estado de vida, en cada momento de la existencia. Es el camino que el Padre celestial revela a los pequeños (cf. Mt 11,25).  Leer más…

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Teresa de Jesús, hoy.

Sábado, 14 de octubre de 2023
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1572630141_4139682b84Leído en la página web de Redes Cristianas

Si la máxima de Ortega, “yo soy yo y mis circunstancias”fuera cierta, no lo sería menos referida a la espiritualidad del ser humano. En cualquier circunstancia, una espiritualidad que diera la espalda a la realidad histórica estaría renunciando a un componente muy sustancial de su propia identidad, y, por eso mismo, estaría acumulando sobrados motivos para ser tachada de engañabobos. Pero, a su vez, una espiritualidad religiosa, cristiana, que renunciara a la tras”-des”-cendencia”y “calidez” del misterio, sería, cuando menos, imperfecta y difícil de entender. Uniendo ambas dimensiones, el papa Francisco, desde su llegada al obispado de Roma, no cesa de clamar contra la “cultura de la indiferencia” y de proponer como revulsivo “la revolución de la ternura”.

La espiritualidad en las religiones siempre ha estado tentada por el escapismo o la huida de la realidad, y por refugiarse en mundos imaginarios y fantásticos frecuentemente aberrantes. La historia, como se irá evidenciando en estas páginas, está cuajada de ejemplos en este sentido. Pero simultáneamente se ha venido desarrollando otro tipo de espiritualidad, generalmente incomprendida por las instituciones, que, desde tiempos inmemoriales, se ha ido haciendo cargo de las irritaciones y desafíos de la realidad. Las tradiciones bíblicas —desde los primeros capítulos del libro del Éxodo, pasando por los Salmos, Job y los profetas hasta Jesús de Nazaret— no han cesado de preguntarse, desde el lado oscuro de la historia, “¿dónde está tu Dios?”. Porque el Dios bíblico, descubierto como amor, es también Dios de justicia; siendo la justicia la mejor imagen que representa al Dios que es amor.

Desde el último cuarto del pasado siglo, el teólogo J. B. Metz ha venido calificando este tipo de espiritualidad, profundamente bíblico, como “Mística de ojos abiertos” (cfr. Por una Mística de los ojos abiertos. Cuando irrumpe la espiritualidad). Una espiritualidad samaritana que, en la terminología del mártir Ignacio Ellacuría, se hace cargo de, carga con, y se encarga de la realidad doliente. A juicio de este eminente teólogo de Münster, cofundador de la revista Concilium, se trata de una espiritualidad que, mirando de reojo al juicio evangélico de las naciones (Mt 25), asume como imperativo ético y político la centralidad y autoridad de las víctimas.

Pues la búsqueda incesante del ser humano por un más allá —que la teodicea reasume en la pregunta por Dios— solo se justifica plenamente desde el sufrimiento y la justicia debida a las personas que sufren y a las empobrecidas. Se trata entonces de una espiritualidad que sitúa en la encrucijada de la historia humana el conflicto entre la injusticia reinante (que proyecta el ser humano a una tarea mesiánica, liberadora) y la plenitud de la justicia que se espera del futuro.

Dedicamos estas páginas a Teresa de Ávila en el quinto centenario de su nacimiento. Es nuestro pequeño homenaje a esta mujer tan entrañablemente nuestra. Fue la suya una espiritualidad de “ojos abiertos”. Nos sigue cautivando aquel gracejo del que es ejemplo su disgusto ante el único retrato en su vida, que le hizo fray Juan de la Miseria: “Me habéis hecho fea y legañosa, fray Miseria, ¡Que Dios os lo perdone!”.

Nos sigue sorprendiendo la profundidad que una mujer “sin letras” —como ella misma se dice en el Libro de su Vida— llegó a cultivar su propio “huerto” y alcanzar una tal experiencia del ser humano y de la divinidad. Nos sobrecoge, sobre todo, su gran habilidad para moverse al filo de la censura doctrinaria de la institución y sortear las siempre amenazantes llamas de la Inquisición. La riqueza personal, de la que Teresa es plenamente consciente, la empuja a moverse con serenidad y sabiduría entre aquellas aguas turbulentas de la religión de su tiempo. El extraordinario temple de esta mujer singular se refleja plenamente en la confesión que le hizo a un fraile carmelita cuando ya rondaba los cincuenta años: “Sabed, padre, que en mi juventud me dirigían tres clases de cumplidos; decían que era inteligente, que era una santa y que era hermosa; en cuanto a hermosa, a la vista está; en cuanto a discreta, nunca me tuve por boba, en cuanto a santa, solo Dios sabe”.

Editorial del nº 127 de EXODO, espiritualidad: Teresa de Jesús, hoy

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La obsesión de Munilla: El obispo de Alicante advierte de la “quiebra del magisterio” en el tema de las bendiciones a parejas del mismo sexo.

Jueves, 12 de octubre de 2023
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Y sigue cerrando las puertas De la Iglesia con su obsesión de “Curar” a las personas LGTBIQ+ con su discurso infantil. Esto ya va siendo una cuestión de denuncia ante la Fiscalía…

La enmienda total de Munilla a Tucho Fernández (y de paso, al papa Francisco)

“¿Podría la Iglesia impartir la bendición a las uniones homosexuales?”, se pregunta el obispo José Ignacio Munilla en su canal de YouTube en base a una supuesta petición que le habrían formulado varias personas gais. Él tiene clara la respuesta y, sobre todo, dónde buscarla para que la entiendan todos: en la nota del cardenal Ladaria de febrero de 2021, cuando todavía era prefecto de Doctrina de la Fe, y no en la que hace unas semanas emanó del mismo dicasterio, ahora bajo la presidencia del purpurado argentino Víctor Manuel Fernández

“Lo confuso no puede ser el punto de interpretación de lo que es claro, ciertamente la declaración que era clara, diáfana, evangélica es la realizada hace dos años y lo que es claro no se puede entender desde lo confuso, más bien lo confuso  tiene que ser lo que se ilumine desde lo que es claro y diáfano y no al revés”

“¿Puede venir un sínodo y cambiarlo? No ¿Puede venir un concilio y lo cambia? ¿El Papa puede cambiar dos años después lo que dio antes? No, no es así, de lo contrario sería una quiebra del magisterio de la Iglesia, especialmente porque ese pronunciamiento realizado hace dos años estaba fundado clarísimamente en razones evangélicas y en la tradición de la Iglesia”

“¿Podría la Iglesia impartir la bendición a las uniones homosexuales?, se pregunta el obispo José Ignacio Munilla en su canal de YouTube en base a una supuesta petición que le habrían formulado varias personas gais. Él tiene clara la respuesta y, sobre todo, dónde buscarla para que la entiendan todos: en la nota del cardenal Ladaria de febrero de 2021, cuando todavía era prefecto de Doctrina de la Fe, y no en la que hace unas semanas emanó del mismo dicasterio, ahora bajo la presidencia del purpurado argentino Víctor Manuel Fernández.

Y adelantamos -aunque es fácil presuponerlo- que la respuesta del obispo de Alicante es un categórico ‘no’ a esas bendiciones, rotunda negativa revestida de caridad que va apoyando durante 35 minutos en el texto del purpurado mallorquín recientemente relevado tras cumplir sus años de mandato.

Para Munilla, ambos pronunciamientos, el de Ladaria y el de Fernández, “son de difícil conjugación”, “lío” que en su opinión se acrecienta por el hecho de que ambos han sido refrendados por el mismo papa: Francisco.

La Iglesia y ‘la agenda Lgtb’

EBC1D11F-45DF-468F-B9AE-AD40B9BE2F12Foto publicada por la Diócesis de Aquisgrán para promover las bendiciones para las parejas en torno al Día de San Valentín

“Se ha generado una cierta polémica y yo entiendo la pregunta: ¿podría la Iglesia impartir la bendición a las uniones homosexuales, y hecha por vosotros [la pregunta], la entiendo perfectamente, porque uno dice, ‘a ver, estamos haciendo una apuesta muy fuerte en nuestra vida por descubrir el designio de Dios y por caminar en el seguimiento a Jesucristo sabiendo que llevamos dentro de nosotros esa inclinación de atracción homosexual y queremos adecuarnos al ideal evangélico. Llevamos una lucha y ahora, algunos nos dicen que la Iglesia hace la interpretación -que algunos medios de comunicación la han hecho- de que la Iglesia ahora asume de alguna manera la agenda Lgtb’”, introduce el prelado vasco.

“Pues hombre, comprendo perfectamente qué digáis ‘pues yo qué estoy haciendo’ -continúa Munilla en tono coloquial, pero preocupado-, pero también os digo que la duda no solamente [viene] desde vosotros, sino que muchos católicos piden una palabra de aclaración, por eso me he decidido a contestaros“.

“En febrero de 2021, entonces cardenal prefecto de Doctrina de la Fe, Ladaria, respondió a un dubia sobre si la Iglesia disponía del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo, y la respuesta fue negativa, ‘no, no dispone de ese poder’, respuesta también asumida por el Papa, señala Munilla, que apoya la nota vaticana con su propia glosa de que “Dios no puede bendecir un camino que vaya en la dirección equivocada, una relación que va en la dirección equivocada”.

Dilema entre verdad y caridad

“Estamos ante un recurrente dilema dualista entre verdad y caridad, es muy recurrente  y es lo que nos divide en las distintas interpretaciones: o confesamos una verdad de forma hiriente, faltando a la caridad, o proclamamos una caridad complaciente, que dista de la verdad”, trata de fundamentar el obispo.

Pero él no tiene dudas: “La principal manifestación de la caridad es transmitir la verdad. Si yo quisiera ir con vosotros de complaciente, de guay, de quedabien y no transmitiendo la verdad del evangelio, no estoy siendo verdaderamente caritativo. Verdad y caridad tiene que estar unidas”.

En este sentido, señala que “tenemos que tener valentía, hoy en día es necesario la parresía para proclamar qué es lo que la Iglesia católica cree en la verdad moral con respecto a la homosexualidad”, y recuerda, citando el Catecismo, que sus actos son “intrínsecamente desordenados” y “no pueden recibir la aprobación en ningún caso”.

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‘Reorientar‘ la homosexualidad

“Quién sabe lo que Dios pueda querer para vosotros el día de mañana, pero lo que está claro es que estáis llamados a la santidad y os puede reorientar una inclinación homosexual o que completéis el camino de vuestra vida viendo en santidad junto con esa inclinación”.

Pero, en todo caso, Dios no bendice ni puede bendecir el pecado”, prosigue el prelado, que, glosando la nota de Ladaria fundamenta en tres aspectos ese ‘no’ a las bendiciones homosexuales. Primero, que “una bendición sobre una relación humana requiere que esta esté ordenada al designio de Dios”; segundo, que “el designio de Dios con respecto al amor conyugal es una unión entre un hombre y una mujer, una unión estable para siempre”; y finalmente, que “esa bendición supondría una simulación sacramental, una imitación, una analogía de una bendición nupcial que está obviamente faltando a la verdad”.

Estos son los aspectos que, para Munilla, deja nítidamente claros la nota de Ladaria que imposibilita tales bendiciones, una declaración que para él es clara, diáfana, evangélica, sencilla como el Evangelio, no juega a las elucubraciones…”.

“¿Puede venir un Papa y cambiarlo? No”

“¿Puede venir un sínodo y cambiarlo? No ¿Puede venir un concilio y lo cambia? ¿El Papa puede cambiar dos años después lo que dio antes? No, no es así, de lo contrario sería una quiebra del magisterio de la Iglesia, especialmente porque ese pronunciamiento realizado hace dos años estaba fundado clarísimamente en razones evangélicas y en la tradición de la Iglesia. Y digo esto por el hecho de que ahora ha habido cinco cardenales que han dirigido unos dubia al nuevo cardenal prefecto de Doctrina de la Fe y han obtenido unas respuestas. Una de esas preguntas era referida a este mismo tema de las bendiciones de uniones homosexuales. Se ha dado una respuesta y se ha formado un pequeño lío, que es si esta respuesta y la anterior, ¿son compatibles, son contradictorias? Y se ha formado esa polémica”.

Tampoco Munilla parece aclararse con la respuesta del nuevo prefecto. “Tiene muchas interpretaciones, pero la que los medios han transmitido es que el Papa parece dar libertad a los obispos para que bendigan a las parejas homosexuales”. Y reconoce que los propios cinco cardenales que presentaron las dubia han dicho que la respuesta les genera más dubia y “ciertamente no es fácil entender qué quiere decir en concreto o cómo se entienden algunas de etas expresiones o si lo que ocurre es que se está renunciando a responder en concreto y se sugiere que cada uno discierna su propia respuesta según las circunstancias, lo cual no sería de recibo”.

Por ello, Munilla, ya en la recta final de su propia declaración paralela, reclama “calma”. Y lanza la andanada: “Lo confuso no puede ser el punto de interpretación de lo que es claro, ciertamente la declaración que era clara, diáfana, evangélica es la realizada hace dos años y lo que es claro no se puede entender desde lo confuso, más bien lo confuso  tiene que ser lo que se ilumine desde lo que es claro y diáfano y no al revés”.

“No olvidemos –prosigue- que las dos respuestas dadas con dos años y meses de diferencia, las dos están asumidas por el Santo Padre y que en la primera decía que la Iglesia no tiene autoridad para poder impartir -no dice que no quiera, dice que no tiene autoridad para poder impartir-, [y] el magisterio no puede contradecirse, de alguna manera se destruiría a sí mismo”.

“¿Qué es lo que debemos hacer? -se pregunta finalmente- Pues atenernos a lo que está claro y pedirle al Señor que aclare lo que no está claro, y pedir a Dios la luz para el magisterio de la Iglesia y orar mucho por la Iglesia, porque obviamente la Iglesia también participa de esta crisis de relativismo en la que está sumida nuestra cultura. También nosotros tenemos secularización interna, vaya si la tenemos, tenemos el riesgo de mundanizarnos”.

Fuente Religión Digital

 

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Hacia lo bello

Martes, 10 de octubre de 2023
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Del blog Nova Bella:

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Omitimos siempre el camino hacia lo bello, que es otro trascendental: la belleza desde los sueños

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Francisco

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Masiá, ante las ‘dubia’: “El catolicismo conservador no digiere la evolución”

Lunes, 9 de octubre de 2023
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IMG_0753De su blog Pensar y Vivir en la frontera:

“Teólogos y teólogas anti-sinodales no entienden que mentalidad sinodal y evolutiva son inseparables”

“En el fondo de las “dudas” hay un problema de pensamiento y de espiritualidad: la falta de un pensamiento evolutivo y la falta de una espiritualidad de dejarse llevar por el Espíritu”

“Los medios católicos favorables al Papa Francisco han saludado con respeto las respuestas informales del Papa a los dubia. Pero si los cardenales de “voces ultras”pecan por exceso, Francisco se queda corto”

“Incluso los más progresistas, a la hora de la verdad tienen miedo a la evolución de las doctrinas, no se atreven a combatir el estreñimiento por miedo a las diarreas. Pero no tengan miedo. La diarrera, como el sudor y otras expulsiones de lo que atasca el tráfico vital, son beneficiosas para la salud corpórea y psíquica…”

El catolicismo conservador no digiere la evolución. Teólogos y teólogas anti-sinodales no entienden que mentalidad sinodal y evolutiva son inseparables. Pero en el fondo de las “dudas” hay un problema de pensamiento y de espiritualidad: la falta de un pensamiento evolutivo y la falta de una espiritualidad de dejarse llevar por el Espíritu.

 Como decía en sus buenos tiempos conciliares el entonces todavía joven teólogo “quasi-progresista” Ratzinger, lo único que no cambia es el Espíritu que nos hace cambiar. Es el Espíritu que, como dice Papa Francisco, suscita en la iglesia el cambio, la pluralidad y la conversión.

 El Concilio Vaticano II reconoció que “la humanidad pasa de una concepción más bien estática de la realidad a otra más dinámica y evolutiva” (léase despacio todo el n. 5 deGaudium et spes). Pero los cardenales escrupulosos que presentan a Roma sus dudas (“¡dubia!”) sobre la inmutabilidad de las doctrinas tienen un serio problema de estreñimiento intelectual y miopía creyente. Parece que presuponen una mentalidad sustancialista que no digiere la evolución. Evolución es más que mero cambio y conlleva creatividad y saltos cualitativos de novedad.

Los medios católicos favorables al Papa Francisco han saludado con respeto las respuestas informales del Papa a los dubia. Pero si los cardenales de “voces ultras” pecan por exceso, Francisco se queda corto. Les contesta con su característica delicadeza, humildad y caridad, usando un lenguaje minimalista del mismo paradigma no evolutivo que ellos pueden entender y no tendrán más remedio que admitir.

 Por ejemplp cuando ellos le dicen que la Revelación es inmutable y no valen nuevas interpretacions, él les dice que interpretar mejor es descubrir más su riqueza y expresarla mejor. Es lo mismo que tuvo que hacer Juan XXIII para conseguir que el giro de 180 grados del Vaticano segundo fuese aceptado por conservadores y progresistas igualmente:Una cosa, dijo, es la sustancia del depósito de la fe y otra la manera como se expresa”.

 Eso era lo mínimo que le perdonarían los más ultraconservadores. Pero era, al fin y al cabo “sustancialista”. Felizmente el Concilio fue más allá y optó por la evolución (Véase Dei Verbum 8 y Dignitatis humanae, 1 )

Las respuestas que dará la teología revisionista de mentalidad evolutiva tendrán que ser más radicales.

Por ejemplo, cuando preguntan los “ultras” sobre la pecaminosidad “intrínseca y objetiva” de determinado comportamiento sexual según manuales de confesores o catecismos, no basta con decirles que “la caridad pastoral nos exige no tratar sin más de ‘pecadores’ a otras personas cuya culpabilidad o responsabilidad pueden estar atenuadas por diversos factores que influyen en la imputabilidad subjetiva. Hay que ir más lejos y cuestionar esas distinciones escolásticas de objetivo-subjetivo, sustancia y accidentes, etc. Hay que reconocer la evolución de las doctrinas que exige la revisión de catecismos y manuales de confesores de acuerdo con la creatividad que nos impone el Espíritu durante el camino sinodal de conversión y discernimiento.

 Otro ejemplo, cuando los “ultras” preguntan sobre lo intocable del concepto canónico de matrimonio o lo indisoluble del vínculo, no basta con decirles que El Derecho canónico no debe ni puede abarcarlo todo”, y “la vida de la Iglesia corre por muchos cauces además de los normativos”.  Hay que ir más lejos y reconocer la necesidad imperiosa de revisar las normativas a nivel canónico de acuerdo con la evolución doctrinal que se exige a la altura de los tiempos.

 Me dirán que eso tiene peligro de relativismo e historicismo y quizás alguien sospeche que estoy influido por algún sinodo regional norte-europeo. Pues no, precisamente desde hace mucho tiempo que hice estas propuestas durante el papado de Juan Pablo II, me inspiro en un pensamiento evolutivo científico filosófico de autores de nuestro país tan cualificados como Xavier Zubiri, en su metafísica, Laín Entralgo en su Antropología y Diego Gracia en su Bioética, así como en la teología moral que compartían en los 80 y 90 en Comillas  Javier Gafo, Marciano Vidal, Torres Queiruga y un largo etc…

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Mary McAleese, expresidenta de Irlanda pide al Papa que se pronuncie contra las leyes que criminalizan a las personas LGBTQ+ y a los líderes de la iglesia que condenen más enérgicamente

Viernes, 6 de octubre de 2023
Comentarios desactivados en Mary McAleese, expresidenta de Irlanda pide al Papa que se pronuncie contra las leyes que criminalizan a las personas LGBTQ+ y a los líderes de la iglesia que condenen más enérgicamente

ex-presidenta-irlanda-y-su-hijo-gayLa ex presidenta de Irlanda, Mary McAleese y su hijo gay Justin.

Mary McAleese, expresidenta de Irlanda y abogada canónica, criticó al Papa Francisco y pidió a los líderes de la iglesia que condenen más enérgicamente las leyes que criminalizan a las personas LGBTQ+.

Según The Tablet, McAleese declaró:

“Francisco intenta tener ambas cosas en relación con la legislación anti-gay. Fue útil que pidiera a sus colegas obispos, particularmente a los países africanos, que no apoyaran una legislación que prohibiera la homosexualidad sino que más bien la despenalizaran. Pero con el mayor respeto al Papa Francisco, ese es el tipo de cosas que decíamos hace 40 o 50 años. Está al menos cuatro décadas por detrás de la curva de dónde se encuentra el pueblo de Dios en relación con la homosexualidad”. McAleese añadió que, en términos de reformas internas de la Iglesia sobre sexualidad y género, el Papa “no ha hecho prácticamente nada que sea creíble”.

La enseñanza de la Iglesia en relación con la homosexualidad es una fuente de leyes contra los homosexuales en lugares como Uganda, ha dicho la profesora Mary McAleese.

Hablando de los derechos humanos y la Iglesia, dijo que la Iglesia “practica, incorpora y enseña cosas que promueven el odio, el desprecio, la exclusión, la intolerancia, el prejuicio, la discriminación, la vergüenza de las víctimas y el encubrimiento”.

La ex presidenta de Irlanda es uno de los oradores principales en la asamblea sinodal dirigida por laicos en octubre y organizada por la red internacional de reforma Spirit Unbounded. La asamblea, sobre el tema de los derechos humanos en la Iglesia católica, tendrá lugar en Roma, Bristol y en línea del 8 al 14 de octubre y está abierta a todos.

Otra oradora que se dirigirá a la asamblea, Marianne Duddy-Burke, directora de DignityUSA, pidió al Papa Francisco y al Vaticano que sean más vocales y se pronuncien contra las leyes anti-gay de Uganda.

Le dijo a The Tablet que los miembros de la comunidad LGBTQI+ en Uganda temen por sus vidas. Se refirió al comentario del Papa Francisco en enero pasado cuando dijo: “Ser homosexual no es un delito” y criticó las leyes que penalizan la homosexualidad como “injustas”. Duddy-Burke dijo que el Papa debe seguir esto “con directivas claras para los obispos y católicos sobre nuestro deber moral de honrar la dignidad y los derechos humanos de las personas LGBTIQ+. Están en juego las vidas de muchas personas, en África y en otros lugares”.

Dijo que a través de su trabajo como copresidenta de la  Global Network of Rainbow Catholics – Red Global de Católicos Arcoíris y DignityUSA estaba “escuchando historias horribles de ataques intensificados” desde que entró en vigor en Uganda la ley que aumenta las penas por ser gay. “Hay tantos lugares en África donde la situación de las personas LGBTQI se ha vuelto terrible”, dijo.

Mary McAleese dijo que el Papa Francisco ha dicho una serie de “cosas vagamente útiles” sobre el tema, como su comentario ¿Quién soy yo para juzgar?”. “Eso fue interesante y útil, excepto que él juzga y su Iglesia juzga y lamentablemente el documento de la CDF sobre las bendiciones para personas del mismo sexo que [Francisco] aprobó, utilizó esta terrible expresión de que los católicos casados homosexuales no podían ni recibir la gracia de Dios”.

Y añadió: “Francisco trata de actuar en ambos sentidos en relación con la legislación anti-gay. Fue útil que pidiera a sus colegas obispos, particularmente a los países africanos, que no apoyaran una legislación que prohibiera la homosexualidad sino que más bien la despenalizaran. Pero con el mayor respeto al Papa Francisco, ese es el tipo de cosas que decíamos hace 40 o 50 años. Está al menos cuatro décadas por detrás de la curva de dónde se encuentra el pueblo de Dios en relación con la homosexualidad.

“Para mí la cuestión más apremiante es qué hace el magisterio internamente; ¿Cómo cambia la enseñanza, por ejemplo, en relación con los homosexuales dentro de la Iglesia? ¿Cómo cambia la enseñanza y la práctica de la Iglesia en relación con la inclusión o exclusión de las mujeres? La verdad es que, en términos de esas cuestiones, él [Francis] no ha hecho prácticamente nada que sea creíble”.

La cuestión de dónde encajan los derechos humanos internamente en la Iglesia es “crucial”, dijo, porque “establece la agenda sobre cómo nos reunimos y cómo nos reunimos. ¿Nos encontramos como iguales? ¿Será el sínodo un discipulado de iguales? Y la respuesta parece ser no, el magisterio sigue teniendo el control. El magisterio seguirá fijando la agenda, decidirá qué se puede discutir y decidirá cuáles serán los resultados”.

El denunciante y ex sacerdote Brian Devlin, uno de los organizadores de la asamblea Spirit Unbounded, dijo a The Tablet: “Existe un problema real con los derechos humanos en la Iglesia católica que debe abordarse. Somos una asamblea de cristianos que estamos tratando de hacer de la Iglesia un lugar mejor, un lugar más amable y un lugar más seguro para que cada uno de nosotros viva y abrace”.

Fuente The Tablet

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El Papa aboga por un nuevo multilateralismo en ‘Laudate Deum’, su nueva exhortación apostólica: “Un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”

Jueves, 5 de octubre de 2023
Comentarios desactivados en El Papa aboga por un nuevo multilateralismo en ‘Laudate Deum’, su nueva exhortación apostólica: “Un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”

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Francisco denuncia “la debilidad de la política internacional” y apuesta por el multilateralismo “desde abajo” y “no simplemente decidido por las élites del poder”

El Papa exige a la COP28  medidas “que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente”, para un nuevo proceso “que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos”

Francisco defiende a los activistas climáticos, que “cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos”

El Papa pide “generar un modelo de diplomacia multilateral que responda a la nueva configuración del mundo”

Ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos”, señala el Papa, quien insiste en que “la posibilidad de llegar a un punto crítico es real”

Laudate Deum: “Ya no se puede dudar del origen humano del cambio climático”. Análisis de la exhortación del Papa, ocho años después de Laudato Si, por Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano.

Un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”. Así concluye ‘Laudate Deum’, la esperada segunda parte de Laudato Si, esta vez formulada como exhortación pastoral y publicada este miércoles. Un texto corto (apenas 24 páginas, con 6 capítulos y 73 apartados), directo y concreto, en el que Francisco clama contra el más que posible “punto de quiebre” del planeta, aboga por un nuevo multilateralismo que acabe con los excesos del poder y, especialmente, pone el foco en la próxima cumbre del clima, la COP28, que se celebrará en Dubai y para la que el Papa espera medidas “que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente”, para un nuevo proceso “que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos”.

“Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”, señala Bergoglio en su texto, publicado el mismo día 4 en que se celebra la festividad de San Francisco de Asís, el fin del Tiempo de la Creación y el comienzo del Sínodo de la Sinodalidad.

Ocho años después de la publicación de Laudato Si, el Papa apunta cómo la realidad marca un camino tenebroso para el planeta: “Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen”.

El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial”, sacude Francisco, quien recalca que “por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes”. Pese a todo, lamenta, “en los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación”, utilizando argumentos para “ridiculizar a quienes hablan del calentamiento global”.

 Cuando hablamos del cambio climático nos referimos a una realidad global —con constantes variaciones locales— que persiste durante varias décadas”, añade el Papa, quien critica que, “con la pretensión de simplificar la realidad, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados”.

“Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres. ¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?”, lamenta el Papa, quien incide en el “origen humano del cambio climático”.

Sin embargo, pese a las evidencias, “la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda”. Una realidad “que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica”.

“Ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos”, señala el Papa, quien insiste en que “la posibilidad de llegar a un punto crítico es real”.

“El mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, advierte Bergoglio, que confiesa que “provoca escalofríos advertir que las capacidades ampliadas por la tecnología dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo”.

No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad”, subraya, recordando las bombas atómicas o la aniquilación de etnias enteras en “momentos históricos donde la admiración ante el progreso no dejaba ver lo horroroso de sus efectos. Pero este riesgo está siempre presente”. “No es extraño que un poder tan grande en semejantes manos sea capaz de arrasar con la vida, mientras la matriz de pensamiento propia del paradigma tecnocrático nos enceguece y no nos permite advertir este gravísimo problema de la humanidad actual”.

Y es que, para Francisco, “el gran problema actual es que el paradigma tecnocrático ha destrozado esta sana y armónica relación”. “Hemos hecho impresionantes y asombrosos progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia”, señala el Papa, que apunta al “aguijón ético” de quienes, mediante “el marketing y la información falsa” engañan a los más pobres con falsas promesas de desarrollo, “posibilidades económicas, laborales y de promoción humana” sin señalar que “detrás de ese emprendimiento quedarían una tierra arrasada; unas condiciones mucho más desfavorables para vivir y prosperar; una región desolada, menos habitable, sin vida y sin la alegría de la convivencia y de la esperanza; además del daño global que termina perjudicando a muchos más”.

“La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad”, denuncia Francisco quien advierte que “aturdidos y extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas, a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos”.

Así, “se consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder, con la inestimable ayuda de “la debilidad de la política internacional”. Frente a ello, Francisco vuelve a apostar por “los acuerdos multilaterales entre los Estados”, aunque advierte: “no es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder”, sino con “organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de “autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables”.

Y es que, “más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial”, provocando “un multilateralismo “desde abajo” y no simplemente decidido por las élites del poder”.

No se trata de reemplazar a la política, porque por otro lado las potencias emergentes se vuelven cada vez más relevantes y de hecho son capaces de obtener resultados importantes en la resolución de problemas concretos, como algunas de ellas han demostrado en la pandemia. Precisamente el hecho de que las respuestas a los problemas puedan venir de cualquier país, aunque sea pequeño, termina presentando al multilateralismo como un camino inevitable”, concluye el Papa, que constata la necesidad de “generar un modelo de diplomacia multilateral que responda a la nueva configuración del mundo”.

Porque “el mundo se vuelve tan multipolar y a la vez tan complejo que se requiere un marco diferente de cooperación efectiva”. “No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común”, por lo que “se trata de establecer reglas globales y eficientes que permitan “asegurar” esta tutela mundial”.

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Centrándose en las sucesivas conferencias sobre el clima, el Papa constata “avances y fracasos” desde 1990 a nuestros días, especialmente desde el protocolo de Kyoto al Acuerdo de París. Tras “la decepción de la COP25 de Madrid” y las siguientes (Glasgow y Sharm El Sheikh), el Papa constata que “los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación”, y pone sus esperanzas en la COP28 de Dubai. “Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático”, apuesta Francisco.

“Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente”, reclama Francisco, quien advierte de que “corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando”.

“Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve”, subraya, defendiendo el papel de los activistas climáticos que son criticados como “radicalizados”. Pero en realidad ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos”.

Es hora, resalta Bergoglio, de medidas “que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente”, para un nuevo proceso “que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos”.

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Lee aquí la exhortación apostólica ‘Laudate Deum’

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Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”

“Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen”

“Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente”

“La sociedad entera debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos”

“No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX”

“Me veo obligado a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias, debido a ciertas opiniones despectivas y poco racionales que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica”

“La vida humana, la inteligencia y la libertad integran la naturaleza que enriquece a nuestro planeta y son parte de sus fuerzas internas y de su equilibrio”

“No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder”

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EXHORTACIÓN APOSTÓLICA LAUDATE DEUM DEL SANTO PADRE FRANCISCO

 A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA

1. «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Esta era la invitación que hacía san Francisco de Asís con su vida, con sus cánticos, con sus gestos. Así recogía la propuesta de los salmos de la Biblia y reproducía la sensibilidad de Jesús ante las criaturas de su Padre: «Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos» (Mt6,28-29). «¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos» (Lc 12,6). ¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús ante todos los seres que nos acompañan en el camino!

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Francisco advierte a los padres sinodales que no quiere “batallas ideológicas” ni polarizaciones

Miércoles, 4 de octubre de 2023
Comentarios desactivados en Francisco advierte a los padres sinodales que no quiere “batallas ideológicas” ni polarizaciones

IMG_0755“No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas”

El pontífice dio el puntapié inicial para el Sínodo que hasta el 29 de octubre reunirá a más de 400 participantes, incluidas 54 mujeres con derecho a voto

“Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas”

Pidió que los participantes se mantengan lejos de “algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”

Del 4 al 29 de octubre, Asamblea sinodal en Roma

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María Luisa Berzosa, facilitadora en la asamblea sinodal: “Si hay verdadera escucha, el modelo vertical de Iglesia cambiará”

Unidad, unidad, unidad. Ese es el deseo del Papa para la Iglesia, pese a una vez más haber recibido críticas de los conservadores en la víspera de un Sínodo. Pero Francisco mantiene el rumbo y, al inaugurar este miércoles la reunión que hasta el 29 de octubre reunirá a laicos y religiosos de todo el mundo, rechazó nuevamente las “batallas ideológicas” en la Iglesia.

Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas”, planteó el pontífice este miércoles en su homilía de apertura, y agregó que “no se trata de si el Sínodo abrirá esta puerta o daré tal o cual permiso”.

 “No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas”, les dijo, luego de que esta semana recibiera un fuerte mensaje de cinco cardenales conservadores con críticas a los temas que tratará el Sínodo. Aún está fresca la tinta de la carta de “los cinco” que bajo la aparente neutralidad teológica de los “dubia” buscaron emplazar al Papa a polarizar la reunión, de forma totalmente infructuosa.

Así, pidió que los participantes se mantengan lejos de “algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”

El Sínodo “no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión”, agregó.

En su mensaje a los participantes hombres y mujeres que serán parte de la reunión destinada a debatir, entre otros temas de alto impacto mediático, sobre la acogida de las personas homosexuales y la comunión de personas divorciadas vueltas a casar, el Papa dio líneas del tipo de Iglesia que imagina.

La convocatoria papal a la unidad no pudo haber sido más clara: Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente“, pidió.

Así, Jorge Bergoglio habló de una Iglesia que, “en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”.

En una homilía en la que llamó a que los participantes del Sínodo rechacen el “espíritu de división y de conflicto, el pontífice volvió a plantear también la apertura de la institución “a todos“, como había hecho en un vuelo al regreso de Portugal en agosto.

“Una Iglesia que acoge. En una época compleja como la actual, surgen nuevos desafíos culturales y pastorales, que requieren una actitud interior cordial y amable, para poder confrontarnos sin miedo”, sostuvo Francisco.

De acuerdo al pontífice, el Sínodo debe mostrar una Iglesia “que no impone cargas y que  repite a todos: ‘vengan, todos los que están afligidos y agobiados, vengan ustedes que han extraviado el camino o que se sienten alejados, vengan ustedes que le han cerrado la puerta a la esperanza”.

Durante la duración del Sínodo de este mes, los miembros trabajarán en grupos lingüísticos y luego se dividirán en los denominados círculos menores con los que buscarán reflexiones comunes sobre los temas de la reunión.

El Vaticano publicó el mes pasado el denominado “Instrumentum laboris para el “Sínodo de la Sinodalidad“, que incluye preguntas a los participantes sobre el celibato opcional, el acceso de la mujer al diaconado, la acogida de divorciados o el colectivo LGTBQ+ en la Iglesia, cambios profundos en la estructura institucional de la Iglesia, el papel del primado de Pedro, cómo aprender de otras comunidades cristianas e, incluso, la creación de un ministerio específico para el cuidado de los “descartados“.

La reunión tendrá la particularidad ya anunciada por el Vaticano de que, por decisión de Francisco, habrá 54 mujeres con derecho a voto, algo reservado a los hombres hasta este año, entre los 365 participantes con posibilidad de sufragio.

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Texto íntegro de la homilía del Papa

El Evangelio que hemos escuchado está precedido por el relato de un momento difícil de la misión de Jesús, que podríamos definir de “desolación pastoral”. Juan Bautista dudaba de que él fuera realmente el Mesías; muchas ciudades por las que había pasado, a pesar de los milagros realizados, no se habían convertido; la gente lo acusaba de ser un glotón y un borracho, mientras poco antes se lamentaba del Bautista porque era demasiado austero (cf. Mt 11,2-24). Sin embargo, vemos que Jesús no se deja vencer por la tristeza, sino que levanta los ojos al cielo y bendice al Padre porque ha revelado a los sencillos los misterios del Reino de Dios: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños» (Mt 11,25). En el momento de la desolación, por tanto, Jesús tiene una mirada que alcanza a ver más allá: alaba la sabiduría del Padre y es capaz de discernir el bien escondido que crece, la semilla de la Palabra acogida por los sencillos, la luz del Reino de Dios que se abre camino incluso durante la noche. 

Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas. No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas. No. Estamos aquí para caminar juntos, con la mirada de Jesús, que bendice al Padre y acoge a todos los que están afligidos y agobiados. Partamos, pues, de la mirada de Jesús, que es una mirada que bendice y acoge. 

1. Es, sobre todo, una mirada que bendice. Cristo ―aun cuando experimentó el rechazo y encontró a su alrededor tanta dureza de corazón―, no se dejó aprisionar por la desilusión, no se volvió amargado, no abandonó la alabanza. Su corazón, cimentado sobre el primado del Padre, permaneció sereno aún en medio de la tormenta. 

Esta mirada de bendición del Señor nos invita también a ser una Iglesia que, con corazón alegre, contempla la acción de Dios y discierne el presente; que, en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda. Esta es la sabiduría espiritual de la Iglesia, resumida con serenidad por san Juan XXIII: «Ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico» (Discurso para la solemne apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, 11 octubre 1962). 

La mirada de bendición de Jesús nos invita a ser una Iglesia que no afronta los desafíos y los problemas de hoy con espíritu de división y de conflicto, sino que, por el contrario, vuelve los ojos a Dios que es comunión y, con asombro y humildad, lo bendice y lo adora, reconociéndolo como su único Señor. Le pertenecemos a Él y ―recordémoslo―, la única razón de nuestra existencia es llevarlo a Él al mundo. Como nos dijo el apóstol Pablo, sólo podemos gloriarnos «en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gal 6,14). Esto nos basta, sólo Él nos basta. No queremos glorias terrenas, no queremos quedar bien a los ojos del mundo, sino llegar a él con el consuelo del Evangelio, para testimoniar mejor, y a todos, el amor infinito de Dios. De hecho, como dijo precisamente Benedicto XVI al dirigirse a una Asamblea sinodal, «la cuestión para nosotros es: Dios ha hablado, ha roto verdaderamente el gran silencio, se ha mostrado, pero ¿cómo podemos hacer llegar esta realidad al hombre de hoy, para que se convierta en salvación?» (Meditación durante la Primera Congregación General de la XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos, 8 octubre 2012).

Esta es la cuestión fundamental. Esta es la principal tarea del Sínodo: volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia. Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, su Esposa. 

2. Después de la mirada de bendición, contemplamos la mirada de Cristo que acoge. Mientras aquellos que se creen sabios no reconocen la obra de Dios, Él se alegra en el Padre porque se revela a los pequeños, a los sencillos, a los pobres de espíritu. Y así, a lo largo de toda su vida, asume esta mirada acogedora hacia los más débiles, los que sufren, los descartados. A ellos, en particular, se dirige diciendo lo que hemos oído: «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré» (Mt 11,28). 

Esta mirada acogedora de Jesús nos invita también a ser una Iglesia que acoge. En una época compleja como la actual, surgen nuevos desafíos culturales y pastorales, que requieren una actitud interior cordial y amable, para poder confrontarnos sin miedo. En el diálogo sinodal, en esta hermosa “marcha en el Espíritu Santo”, que realizamos juntos como Pueblo de Dios, podemos crecer en la unidad y en la amistad con el Señor para observar los retos actuales con su mirada; para convertirnos, usando una bella expresión de san Pablo VI, en una Iglesia que «se hace coloquio» (Carta enc. Ecclesiam suam, n. 34). Una Iglesia “de yugo suave” (cf. Mt 11,30), que no impone cargas y que repite a todos: “vengan, todos los que están afligidos y agobiados, vengan ustedes que han extraviado el camino o que se sienten alejados, vengan ustedes que le han cerrado la puerta a la esperanza, ¡la Iglesia está aquí para ustedes!”. 

3. Hermanos y hermanas, Pueblo santo de Dios, frente a las dificultades y los retos que nos esperan, la mirada de Jesús que bendice y que acoge nos libra de caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma. 

Caminemos juntos: humildes, vigorosos y alegres. Caminemos siguiendo las huellas de san Francisco de Asís, el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios” que llevó en su cuerpo las llagas de Jesús y, para revestirse de Él, se despojó de todo. San Buenaventura cuenta que, mientras rezaba, el Crucifijo le dijo: «Francisco, vete y repara mi casa» (Legenda maior, II, 1). El Sínodo sirve para recordarnos que nuestra Madre Iglesia tiene siempre necesidad de purificación, de ser “reparada”, porque todos nosotros somos un Pueblo de pecadores perdonados, siempre necesitados de volver a la fuente, que es Jesús, y emprender de nuevo los caminos del Espíritu para que llegue a todos su Evangelio. Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio: la humildad y la unidad, la oración y la caridad. ¡Hagamos lo mismo también nosotros! 

Y si el Pueblo santo de Dios con sus pastores, provenientes de todo el mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión. El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Abrámonos e invoquemos al Espíritu Santo, Él es el protagonista. Y con Él caminemos, con confianza y alegría.

 

Fuente Religión Digital

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“Francisco de Asís, en quien el ser humano resultó bien”, por Leonardo Boff

Miércoles, 4 de octubre de 2023
Comentarios desactivados en “Francisco de Asís, en quien el ser humano resultó bien”, por Leonardo Boff

san-francisco-de-asc3ads-y-el-hermano-leproso6Considerando el panorama mundial, la violencia bélica en varias naciones con terribles matanzas de seres humanos, o la violencia de estudiantes que, enardecidos, invaden una escuela y abaten a tiros a decenas de compañeros, por no hablar de las torturas y de los abusos que se cometen contra inocentes, nos surge espontánea la pregunta: ¿el ser humano ha resultado bien? ¿No somos una excrecencia del proceso evolutivo?

Nos cuesta identificar figuras ejemplares que nos desmientan esta tétrica impresión. Pero gracias a Dios existen, como un Don Helder Câmara, una Hermana Dulce, la Hermana Teresa de Calcuta, un Chico Mendes, un José Mujica, ex-presidente de Uruguay, un Gandhi, un Dalai Lama y un Papa Francisco, entre otras.

Pero quiero detenerme en una figura seminal en la que la humanidad resultó bien de un modo convincente: San Francisco de Asís. Uno de los legados más fecundos del “Sol de Asís” como lo llama Dante, actualizado hoy por Francisco de Roma, es la predicación de la paz, tan urgente en los días actuales. El primer saludo que dirigía a los que encontraba por los caminos era “Paz y Bien”, que corresponde al Shalom bíblico. La paz que ansiaba no se restringía a las relaciones interpersonales y sociales. Buscaba una paz perenne con todos los elementos de la naturaleza, tratándolos con el tierno nombre de hermanos y hermanas.

Su primer biógrafo Tomás de Celano testimonia maravillosamente el sentimiento fraterno que lo invadía:

«Se llenaba de inefable gozo todas las veces que miraba el sol, contemplaba la luna y dirigía su vista hacia las estrellas y el firmamento. Cuando se encontraba con las flores, les predicaba como si estuviesen dotadas de inteligencia y las invitaba a alabar a Dios. Lo hacía con tiernísima y conmovedora candidez: exhortaba a la gratitud a los trigales y los viñedos, a las corrientes de los ríos, a la belleza de las huertas, a la tierra, al fuego, al aire y al viento».

Esta actitud de reverencia y de ternura lo llevaba a recoger las babosas de los caminos para que no las pisasen. Durante el invierno daba miel a las abejas para que no muriesen de escasez y de frío. Pedía a los hermanos que no cortasen los árboles por la raíz con la esperanza de que pudiesen rebrotar. Hasta las malas hierbas debían tener un lugar reservado en los huertos, para que pudiesen sobrevivir, pues «ellas también anuncian al hermosísimo Padre de todos los seres».

Sólo puede vivir esta intimidad con todas las cosas quien ha escuchado su resonancia simbólica dentro del alma, uniendo la ecología ambiental con la ecología profunda. Jamás se situaba por encima de las cosas sino a su mismo nivel como quien convive verdaderamente como hermano y hermana, descubriendo los lazos de parentesco que unen a todos.

El universo franciscano y ecológico nunca es inerte. Todas las cosas están animadas y personalizadas. Descubrió por intuición lo que sabemos actualmente por vía científica (a través de Crick y Dawson, que descifraron el ADN): que todos los vivientes somos parientes, primos, hermanos y hermanas, pues todos tenemos el mismo código genético de base.

De esta actitud nació una paz imperturbable, sin miedos y sin amenazas. San Francisco realizó plenamente la espléndida definición que la Carta de la Tierra encontró para la paz: «Es la plenitud creada por relaciones correctas consigo mismo, con las demás personas, con otras culturas, otras vidas, con la Tierra y con el Todo mayor del cual somos parte» (n.16 f).

El Papa Francisco parece estar realizando las condiciones para la paz, fundada en la compasión por los que sufren, por la valiente denuncia del sistema que produce miseria y hambre, y por la permanente búsqueda de la justicia social que deja atrás la filantropía para dar lugar a los cambios estructurales.

La suprema expresión de la paz, hecha de convivencia fraterna y cálida acogida de todas las personas y cosas está simbolizada por el conocido relato de la perfecta alegría, donde, a través de un artificio de la imaginación, Francisco presenta todo tipo de injurias y violencias contra dos cofrades, uno de ellos él mismo. Aunque habían sido reconocidos como cofrades, fueron vilipendiados moralmente y rechazados como gente de mala fama.

En este relato de la perfecta alegría, que encuentra paralelos en la tradición budista, Francisco va paso a paso, desmontando los mecanismos que generan la cultura de la violencia.

La verdadera alegría no está en la autoestima, ni en la necesidad de reconocimiento, ni en hacer milagros y hablar lenguas. En su lugar coloca los fundamentos de la cultura de la paz: el amor, la capacidad de soportar las contradicciones, el perdón y la reconciliación más allá de cualquier reclamación, retribución o exigencia previa. Vivida esta actitud irrumpe la paz, la paz del corazón, inalterable, capaz de convivir jovialmente con las más duras oposiciones, paz como fruto de un completo despojamiento. ¿No son estas las primicias de un Reino de justicia, de paz y de amor que tanto deseamos?

Esta visión de la paz de San Francisco representa otro modo de estar-en-el-mundo junto con las cosas, una alternativa al modo de ser de la modernidad y de la posmodernidad, asentado sobre el estar-sobre-las-cosas, dominándolas y usándolas de forma irrespetuosa para el enriquecimiento y el disfrute sin el menor sentido de sobriedad.

El descubrimiento de la hermandad cósmica nos infundirá un espíritu de respeto y nos devolverá la claridad y la inocencia infantil de la edad adulta, importantes para que salgamos bien de la crisis.

Leonardo Boff escribió Francisco de Asís: ternura y vigor, 6ª edición, Sal Terrae, 1995.

Traducción de MJ Gavito MiIano

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Francisco, a los cardenales de los ‘dubia’: “No podemos constituirnos en jueces que sólo niegan, rechazan, excluyen”

Miércoles, 4 de octubre de 2023
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“Si bien es cierto que la divina Revelación es inmutable y siempre vinculante, la Iglesia debe ser humilde y reconocer que ella nunca agota su insondable riqueza, y necesita crecer en su comprensión”

“El Derecho canónico no debe ni puede abarcarlo todo”, y “la vida de la Iglesia corre por muchos cauces además de los normativos”

“La misma caridad pastoral nos exige no tratar sin más de ‘pecadores’ a otras personas cuya culpabilidad o responsabilidad pueden estar atenuadas por diversos factores que influyen en la imputabilidad subjetiva”

“Si bien ustedes reconocen la suprema y plena autoridad” de la Iglesia en el Papa, “estos dubia manifiestan su necesidad de participar, de opinar libremente y de colaborar, y así están reclamando alguna forma de ‘sinodalidad’ en el ejercicio de mi ministerio”

“San Juan Pablo II también afirmó otras cosas” respecto a la superioridad, la jerarquía o el dominio. “Si esto no se comprende y no se sacan las consecuencias prácticas de estas distinciones, será difícil aceptar que el sacerdocio esté reservado solo a los varones y no podremos reconocer los derechos de las mujeres o la necesidad de que participen, de diversas maneras, en la conducción de la Iglesia”

“El arrepentimiento es necesario para la validez de la absolución sacramental”, aunque “aquí no hay matemáticas, y una vez más debo recordar que el confesionario no es una aduana”

Lee aquí las respuestas del Papa

El pasado 11 de julio, el Papa Francisco respondía, en privado a las ‘dubia‘ planteadas por cinco cardenales –Juan Sandoval Íñiguez (México), Robert Sarah (Guinea), Joseph Zen Ze-kiun (China), Raymond Leo Burke (Estados Unidos) y Walter Brandmüller (Alemania)-, antes del Sínodo de la Sinodalidad. Y lo hizo aunque “no siempre me parece prudente responder a las preguntas dirigidas directamente a mi persona, y sería imposible responderlas a todas”. Que nadie diga que el Papa no responde, y de una en una, tal y como ha tenido acceso, en exclusiva, RD  .

Respecto a la primera ‘dubium’ (sobre la afirmación de que la Revelación Divina deba ser reinterpretada en función de los cambios culturales y antropológicos en boga), el Papa responde que “si se entiende por ‘interpretar mejor’ la expresión es válida”, añadiendo que “si bien es cierto que la divina Revelación es inmutable y siempre vinculante, la Iglesia debe ser humilde y reconocer que ella nunca agota su insondable riqueza, y necesita crecer en su comprensión. Por ello, “los cambios culturales y los nuevos desafíos de la historia no modifican la Revelación, pero sí pueden estimularnos a explicitar mejor algunos aspectos de su desbordante riqueza (…). Es inevitable que esto pueda llevar a una mejor expresión de algunas afirmaciones pasadas del Magisterio”.

Los cambios culturales y los nuevos desafíos de la historia no modifican la Revelación, pero sí pueden estimularnos a explicitar mejor algunos aspectos de su desbordante riqueza (…). Es inevitable que esto pueda llevar a una mejor expresión de algunas afirmaciones pasadas del Magisterio

Del mismo modo, añade Francisco, “es cierto que el Magisterio no es superior a la Palabra de Dios, pero también es verdad que tanto los textos de las Escrituras como los testimonios de la Traición necesitan una interpretación que permita distinguir su substancia perenne de los condicionamientos culturales”, recalca poniendo como ejemplo algunas “intervenciones magisteriales que toleraban la esclavitud”. “Lo mismo vale para algunas consideraciones el Nuevo Testamento sobre las mujeres”. En definitiva, “una sola formulación de una verdad nunca podrá entenderse de un modo adecuado si se la presenta solitaria”. “Cada línea teológica tiene sus riesgos, pero también sus oportunidades”, finaliza en su primera respuesta.

Segundo Dubium sobre la afirmación de que la práctica generalizada de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo concuerda con la Revelación y el Magisterio (CEC 2357). 

Respecto a la segunda cuestión, Francisco recuerda quela Iglesia tiene una concepción muy clara sobre el matrimonio (…). Solo a esa unión llama ‘matrimonio’”, y señala que “no es una mera cuestión de nombres”.

“Por esta razón, la Iglesia evita todo tipo de rito o de sacramental que pueda contradecir esta convicción y dar a entender que se reconoce como matrimonio algo que no lo es”, recalca el Papa. No obstante, subraya, “en el trato con las personas no hay que perder la caridad pastoral, que debe atravesar todas nuestras decisiones y actitudes”.

“No podemos constituirnos en jueces que sólo niegan, rechazan, excluyen”, insiste el Papa, que pide “prudencia pastoral” para “discernir adecuadamente si hay formas de bendición, solicitadas por una o por varias personas, que no transmiten una concepción equivocada del matrimonio”. Entrando en el fondo, el Papa añade que “si bien hay situaciones que desde el punto de vista objetivo no son moralmente aceptables, la misma caridad pastoral nos exige no tratar sin más de ‘pecadores’ a otras personas cuya culpabilidad o responsabilidad pueden estar atenuadas por diversos factores que influyen en la imputabilidad subjetiva”. Eso sí, “no es conveniente” que este tipo de decisiones “habiliten constantemente y de modo oficial procedimientos o ritos para todo tipo de asuntos”. “El Derecho canónico no debe ni puede abarcarlo todo”, y “la vida de la Iglesia corre por muchos cauces además de los normativos”.

Sobre el tercero de los ‘Dubium’ (sobre la afirmación de que la sinodalidad es una “dimensión constitutiva de la Iglesia” (Const. ap. Episcopalis communio, 6), de modo que la Iglesia sería sinodal por naturaleza), Francisco lanza una ‘puya’ a los cardenales, a quienes recalca que “si bien ustedes reconocen la suprema y plena autoridad” de la Iglesia en el Papa, “estos dubia manifiestan su necesidad de participar, de opinar libremente y de colaborar, y así están reclamando alguna forma de ‘sinodalidad’ en el ejercicio de mi ministerio”.

Al tiempo el Papa insiste en que no solo la jerarquía sino todo el Pueblo de Dios (…) pueden hacer oir su voz y sentirse parte en el camino de la Iglesia”. “Otra cosa” añade, es “sacralizar o imponer una determinada metodología sinodal que agrada a un grupo, convertirla en norma y cauce obligatorio para todos”.

Respecto al cuarto ‘Dubium’ (sobre el apoyo de pastores y teólogos a la teoría de que “la teología de la Iglesia ha cambiado” y, por tanto, la ordenación sacerdotal puede conferirse a las mujeres) el Papa también es claro negando que “el sacerdocio común de los fieles” sea “algo de segunda categoría o de menor valor”. Sobre las palabras de Juan Pablo II y la imposibilidad de conferir la ordenación a mujeres, el Papa recuerda que “San Juan Pablo II también afirmó otras cosas” respecto a la superioridad, la jerarquía o el dominio. “Si esto no se comprende y no se sacan las consecuencias prácticas de estas distinciones, será difícil aceptar que el sacerdocio esté reservado solo a los varones y no podremos reconocer los derechos de las mujeres o la necesidad de que participen, de diversas maneras, en la conducción de la Iglesia”.

Al tiempo, añade que “para ser rigurosos”, aún “no se ha desarrollado exhaustivamente una doctrina clara y autoritativa acerca de la naturaleza exacta de una ‘declaración definitiva’” que “no es una definición dogmática y sin embargo debe ser acatada por todos. Nadie puede contradecirla públicamente y sin embargo puede ser objeto de estudio, como es el caso de la validez de las ordenaciones en la Comunión anglicana”.

Finalmente, el ‘Dubium’ sobre la afirmación “el perdón es un derecho humano” y la insistencia del Santo Padre en el deber de absolver a todos y siempre, de modo que el arrepentimiento no sería una condición necesaria para la absolución sacramental. 

En este punto, Francisco aclara que “el arrepentimiento es necesario para la validez de la absoluci´pon sacramental”, aunque “aquí no hay matemáticas, y una vez más debo recordar que el confesionario no es una aduana”.

“Hay muchas maneras de expresar el arrepentimiento”, concluye Francisco, que recuerda que “no debemos exigir a los fieles propósitos de enmienda demasiados precisos y seguros, que en el fondo terminan siendo abstractos o incluso ególatras”.

***


New Way Ministry: La guía sobre bendiciones ‘avanza significativamente’ la afirmación LGBTQ+ del Papa

una-pareja-gay-polaca-viaja-al-vaticano-para-desplegar-una-bandera-gigante-del-orgullo-frente-al-papa-francisco-pidiendo-ayuda-0Ayer, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó un responsum ad dubia, o documento que responde a preguntas, que provino directamente del Papa Francisco. La publicación se produjo después de que cinco cardenales conservadores emitieran una carta abierta antes de la asamblea del Sínodo que comienza esta semana en la que buscaban condenas por parte del Papa sobre las bendiciones eclesiásticas para personas del mismo sexo, la ordenación de mujeres y otras cuestiones.

A principios de este año, el Papa Francisco respondió a las preguntas de los cardenales, quienes luego las volvieron a presentar, descontentos con la respuesta inicial del Papa. La publicación ahora de la respuesta señala el rechazo del Vaticano a la evaluación negativa del cardenal del Sínodo sobre la Sinodalidad. Un informe completo sobre esta noticia está disponible en el National Catholic Reporter. Una traducción al inglés de la respuesta está disponible en Vatican News, así como la versión original en español.

La siguiente es una declaración de Francis DeBernardo, director ejecutivo del Ministerio New Ways Ministry :

Aunque la última declaración del Vaticano sobre las parejas del mismo sexo no proporciona un respaldo pleno y rotundo a la bendición de sus uniones, el documento avanza significativamente el trabajo del Papa Francisco para incluir y afirmar a las personas LGBTQ+.

Este nuevo paso, descrito en un documento publicado el 2 de octubre por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano, permite a los ministros pastorales administrar tales bendiciones caso por caso, aconsejando que la “prudencia pastoral” y la “caridad pastoral ”debe guiar cualquier respuesta a las parejas que solicitan una bendición. También indica que permitir tales bendiciones no puede ser institucionalizado por regulaciones diocesanas, tal vez una referencia a algunas diócesis en Alemania donde ya se están llevando a cabo bendiciones con un permiso oficial y explícito. “La vida de la Iglesia”, escribe el Papa, “discurre por muchos canales además de los habituales”, indicando que el respeto a situaciones diversas y particulares debe tener prioridad sobre la ley de la Iglesia.

La asignación para que los ministros pastorales bendigan a las parejas del mismo sexo implica que la iglesia efectivamente reconoce que el amor santo puede existir entre parejas del mismo sexo, y el amor de estas parejas refleja el amor de Dios. Esos reconocimientos, si bien no son exactamente lo que querrían los católicos LGBTQ+, son un enorme avance hacia una igualdad más plena e integral. Esta declaración es una gran gota para romper el vaso del trato marginado que las personas LGBTQ+ experimentan en la Iglesia.

El documento, llamado “responsum ad dubia”, fue escrito en julio como respuesta a las preguntas de cinco cardenales conservadores al Vaticano, incluida una pregunta sobre la bendición de parejas del mismo sexo. Descontentos con la respuesta, los cardenales reformularon las preguntas nuevamente y el Papa no respondió. El Vaticano dio a conocer las respuestas del Papa ahora porque hoy los cinco cardenales hicieron público su conjunto de preguntas reformuladas.

El momento de la publicación del documento es significativo. Aunque los cinco cardenales recibieron estas respuestas en julio y volvieron a presentar sus preguntas en agosto, las hicieron públicas en vísperas de la asamblea del Sínodo sobre la Sinodalidad, una reunión en la que está en la agenda una mayor atención pastoral a las personas LGBTQ+. Al publicarlo, pidieron al Papa Francisco que condenara las relaciones entre personas del mismo sexo. Este momento parece diseñado para impedir cualquier discusión significativa en la asamblea sinodal sobre estos asuntos. El Papa Francisco haría bien en no responder a su petición. De hecho, la publicación de la respuesta del Papa muestra más claramente que el Papa quiere un debate sobre una mayor inclusión pastoral de las personas LGBTQ+.

—Francis DeBernardo, Ministerio New Ways, 3 de octubre de 2023

Artículos relacionados

Crux: “Pope offers cautious ‘yes’ on blessing some same-sex unions, ‘no’ on woman priests” (“El Papa ofrece un cauteloso “sí” a la bendición de algunas uniones entre personas del mismo sexo, un “no” a las mujeres sacerdotes”)

The Advocate,“Pope Francis’s Stance on LGBTQ+ People Challenged by Group of Five Cardinals” (“La postura del Papa Francisco sobre las personas LGBTQ+ cuestionada por un grupo de cinco cardenales”)

América,“Pope Francis expresses openness to same-sex blessings in response to cardinal critics“ (“el Papa Francisco expresa apertura a las bendiciones para personas del mismo sexo en respuesta a las críticas de los cardenales”).

Fuente Religión Digital/New Ways Ministry

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El Sacerdote camerunés Ludovic Lado, S.J. cree que es probable que los delegados del Sínodo africano se resistan a las ideas pro-LGBTQ+

Miércoles, 27 de septiembre de 2023
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Fr. Ludovic Lado, S.J.

Un sacerdote camerunés ha sugerido que los delegados africanos a la asamblea del Sínodo sobre la Sinodalidad del próximo mes en el Vaticano pueden mostrarse bastante resistentes a cualquier esfuerzo por ser más inclusivos con las personas LGBTQ+.

Escribiendo en The Tablet el mes pasado, el Hno. Ludovic Lado, S.J. reflexionó críticamente sobre cuán negativamente la iglesia en África ha estado recibiendo el proceso sinodal, y específicamente cuando se trata de cuestiones de género y sexualidad. El escribe:

“No escucho a ninguno de los delegados africanos al Sínodo en Roma decir que hacer espacio para ‘todos’ en la Iglesia significa incluir a las personas LGBT+. Muchos pueden estar abiertos a la idea de hacer más espacio para las mujeres en puestos de autoridad en la Iglesia, pero eso es lo más lejos que pueden llegar en cuestiones de equidad de género. ¡Por ahora!”

Lado, quien supervisa un centro educativo administrado por una iglesia en Chad y es originario de Camerún, comienza con estas palabras:

“[A] partir de lo que he observado, sería difícil decir que los católicos de base en África están particularmente entusiasmados con el próximo Sínodo sobre la sinodalidad que se celebrará en Roma en octubre. Las cosas son como de costumbre en la iglesia y la sociedad: cada una continúa imperturbable, gobernada por el dogma del patriarcado, como lo ha sido durante siglos”.

Lado, autor de The Politics of Gender Reforms in West Africa, reconoce que, en lo que respecta a los derechos y roles de las mujeres en la iglesia, “la igualdad de género sigue siendo marginal y muy controvertida” en muchas naciones africanas. Según Lado, las religiones, en particular el cristianismo y el islam, que dominan muchos países, son fundamentales para la opresión actual. En su examen de los derechos LGBTQ+, afirma:

“Esta resistencia al cambio goza de un poderoso apoyo popular, especialmente cuando está vinculada a la inclusión de los homosexuales en la vida de la Iglesia y los derechos de las personas LGBT+. En la Iglesia hay lugar para todos – ¡Todos, todos, todos! (“¡Todos, todos, todos!’) – dijo el Papa Francisco a las grandes multitudes de jóvenes en Portugal la semana pasada. Pero su mensaje de que la Iglesia debería aprovechar los dones de todos sus miembros y estar abierta a todos –incluidas las personas LGBT+– no está llegando a África. La matriz social –especialmente en las comunidades religiosas– sigue siendo en gran medida homofóbica”.

Lado señala que la declaración del Papa Francisco a principios de este año de que la homosexualidad no es un crimen no fue bien recibida por la mayoría de los líderes eclesiales y políticos africanos. Más bien, estos líderes se basan en sentimientos anti-homosexuales para retener el control y fusionarse en el poder. Lado concluye que tales actitudes impedirán que los participantes africanos en la asamblea del Sínodo estén abiertos a gestos inclusivos:

“Algunos líderes políticos han dominado el arte de aprovecharse de sentimientos homofóbicos, alegando que los lobbies occidentales tienen una nueva misión de colonización ideológica en África. Y no recuerdo haber leído nunca una carta pastoral de un obispo africano defendiendo a los homosexuales del prejuicio y la discriminación. Por el contrario, la mayoría cita textos bíblicos y magisteriales para apoyar su condena de la homosexualidad. El Papa Francisco instó a los jóvenes de Lisboa a cantar: “Todos, todos, todos“.

“No escucho a ninguno de los delegados africanos al Sínodo en Roma decir que hacer espacio para ‘todos’ en la Iglesia significa incluir a las personas LGBT+. Muchos pueden estar abiertos a la idea de hacer más espacio para las mujeres en puestos de autoridad en la Iglesia, pero eso es lo más lejos que pueden llegar en cuestiones de equidad de género. ¡Por ahora!

El análisis del P. Lado sobre la actual asamblea sinodal es coherente con los acontecimientos de Sínodos anteriores, como los de la familia en 2014-15 y los de la juventud en 2018. Los delegados de Europa del Este y partes de África en esas reuniones resistieron firmemente cualquier esfuerzo por mejorar Atención pastoral a personas LGBTQ+. Sin embargo, esos delegados eran todos obispos. Quizás, ahora que los laicos, incluidas mujeres, religiosos y clérigos, serán delegados, habrá más voces africanas como la del P. Lado trazando un camino diferente que levante una iglesia para “todos”.

—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 11 de septiembre de 2023

Fuente New Ways Ministry

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Grupos católicos latinos y caribeños piden al Papa que incluya a personas LGBTQ+ en el Sínodo

Viernes, 22 de septiembre de 2023
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IMG_0498Sesenta grupos que forman una red católica iberoamericana LGBTQ+ han escrito al Papa Francisco pidiendo que las personas LGBTQ+ participen directamente en la asamblea del Sínodo el próximo mes, en lugar de ser meros “objetos” de discusión.

La carta de agosto fue publicada por los miembros latinoamericanos, caribeños y de la Península Ibérica de la Red Global de Católicos Arcoíris, que es una alianza mundial.

Expresando gratitud porque los aliados de las personas LGBTQ+ participarán en la asamblea del Sínodo, los grupos, sin embargo, hacen una petición al Papa en términos directos (a través del Traductor de Google):

“[Nosotros] nos sentimos “objetos de estudio” del debate pastoral. En el espíritu de una verdadera conversión pastoral, sugerimos un cambio de paradigma para que el abordaje de la diversidad pase de ‘objeto’ a ‘sujeto’, pedimos representación directa en instancias de diálogo, pues anhelamos participar activamente en los espacios oficiales, especialmente en el futuro Sínodo de los Obispos, donde nuestras voces podrán ser escuchadas y nuestras experiencias compartidas. Al permitir nuestra participación, estaría dando un paso crucial hacia la inclusión y la reconciliación dentro de la comunidad católica, demostrando al mundo que la fe y la diversidad pueden coexistir en armonía.

“Creemos en la importancia de un diálogo respetuoso, compasivo y sensible dentro de la Iglesia, en el que se tengan en cuenta todas las voces. Para ello, nos comprometemos a brindar espacios cordiales para encuentros respetuosos con los líderes de la Iglesia. Al mismo tiempo solicitamos apertura en las diócesis y conferencias episcopales para generar y participar en este tipo de espacios, apertura que a veces no hemos percibido”.

En la carta también se incluye una segunda solicitud sobre proteger al clero y la religión LGBTQ+ y mejorar la formación de los ministros en general para que sean más inclusivos:

“[H]emos aprendido que el Espíritu Santo SÍ suscita vocaciones buenas, fructíferas y abundantes a la vida sacerdotal y religiosa en las personas LGBTIQ+. Sin embargo, constantemente se expresan por ser honestos sobre su orientación sexual e identidad de género en el diálogo de dirección espiritual o acompañamiento con sus formadores y superiores. La persecución a personas LGBTIQ+ en seminarios y casas de formación genera deshonestidad y doble moral respecto de su propio proceso por temor a ser expulsados. . .

“Santo Padre, consideramos urgente revisar la formación de los seminarios, casas de formación y parroquias, en temas de afectividad y sexualidad, así como los términos utilizados en los documentos de la Iglesia sobre las personas LGBTIQ+, de modo que se favorezca un enfoque basado en la acogida. la cultura del encuentro, la eclesiología, la ciencia actual y las humanidades”.

La carta de tres páginas reconoce los desafíos que enfrenta LGBTQ+, como verse obligado a migrar o enfrentar discriminación, y, sin embargo, el tono general del grupo es de gratitud y esperanza. Además de su atractivo, la carta pretende informar al Papa Francisco sobre la existencia y los esfuerzos de la red católica iberoamericana LGBTQ+. Hacia el final, los grupos concluyen:

“Creemos firmemente que la diversidad es un don de Dios que beneficia a la humanidad y se expresa en la Iglesia. Al reconocernos como pueblo amado por Dios, también nos reconocemos como parte del Pueblo de Dios y por ello, consideramos imprescindible hacernos visibles con total libertad, más aún cuando históricamente se nos ha exigido guardar silencio sobre nuestras identidades. Anhelamos una Iglesia que legitime y defienda nuestra existencia, la de nuestras familias y la de nuestros amores. . .

“Les aseguramos nuestras oraciones y nuestro compromiso de que, bajo su guía y sabiduría, la Iglesia continúe avanzando hacia una mayor inclusión y comprensión. Estamos seguros de que, con su liderazgo, podemos dar pasos significativos hacia una Iglesia que acoja a las personas sin excepción”.

—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 9 de septiembre de 2023

Fuente New Ways Ministry

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Jesús Lozano Pino: Medio kilo de diálogo y otro tanto de ternura. Sólo el Amor convierte en milagro el barro.

Jueves, 21 de septiembre de 2023
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Dialogo_2042805779_12054334_800x553Mientras muchos afirman que estamos ante la más terrible crisis de increencia que se haya conocido (es posible que en algunos aspectos así lo sea y que parte de culpa sea de los que nos llamamos creyentes), algunos pensamos que deberíamos poner un poco de sensatez y asumir que todos, sin excepción, creemos de alguna forma en algo. Se trataría únicamente de ver si podemos lograr algún acuerdo en aquello en lo que decimos creemos o no creemos. Es muy probable que no andemos tan lejos los unos de otros… Como he dicho en algún que otro artículo (a veces de forma indirecta), cuando con nuestras palabras y obras traducimos «Dios» por «Amor», los universos de comprensión de los interlocutores se conectan. Ya san Juan nos dejó escrito de forma indeleble que «Dios es amor», y san Pablo clarificó y esclareció qué connotaciones conlleva hablar de amor, hablar de Dios. Este lenguaje, bien explicado, es todavía hoy (en nuestro tiempo) universal: apreciado y entendido, bien acogido.

Por ello, lo que en principio pudiera parecer debilidad (en su sentido más negativo), se convierte, potencialmente para los creyentes, en una preciosa oportunidad. ¿Por qué renegar de la postmodernidad, de esta época en la que nos ha tocado vivir y dar respuesta como fieles creyentes? ¿Por qué querer encontrarnos con tiempos pasados que tampoco fueron perfectos (y algunos incluso indeseables)? Es una obligación de toda la Iglesia saber leer los signos de los tiempos y, sin traicionar la esencia del mensaje de Jesús, traducirlo adecuadamente a los oídos, las mentes y los corazones de las personas que habitan nuestro mundo. ¿O es que acaso el mensaje de Dios ya hoy no tiene la misma validez? Lo que sí es cierto y debemos ser conscientes es de que la gente es más exigente cada día en la respuesta que espera por parte de la Iglesia. No nos quepa duda.

Carlo Carretto (un inspirado de Dios como el Cardenal Martini), siendo de edad avanzada, cuando su salud le obligó a abandonar el desierto, se retiró a una comunidad religiosa en su nativa Italia. Estando allí leyó un libro escrito por un ateo que le pedía cuentas a Jesús acerca de una frase del Sermón de la Montaña, donde éste dice: “Buscad y hallaréis”, queriendo decir, por supuesto, que, si buscas a Dios con un corazón honrado, lo encontrarás. El ateo había titulado el libro «Busqué y no encontré», arguyendo desde su propia experiencia que un corazón honrado puede buscar a Dios y volver de vacío. Carretto le replicó con un libro titulado «He buscado  he encontrado». Para él, el consejo de Jesús resultaba verdadero. En su propia búsqueda, a pesar de observar muchas cosas que podían indicar la ausencia de Dios, él encontró a Dios. Pero admite las dificultades, y una de esas dificultades es, a veces, la propia iglesia. Ella puede -y a veces lo hace por su pecado- hacer difícil a algunos creer en Dios. Carretto lo admite con desarmada honradez, pero arguye que esto no es el cuadro completo. De aquí que su libro combine su profundo amor por su fe y su iglesia con su negativa a cerrar los ojos a las muy verdaderas faltas de los cristianos y las iglesias. En un lugar del libro nos dice abriendo el corazón:

“¡Cuánto debo criticarte, iglesia mía, y, sin embargo, cuánto te quiero! Tú me has hecho sufrir más que nadie, y, sin embargo, te debo a ti más que a ningún otro. A veces me gustaría verte destruida, y, sin embargo, necesito tu presencia. Tú me has escandalizado tanto, y, sin embargo, solamente tú me has hecho comprender la santidad. Nunca he visto en este mundo nada tan falso, tan condescendiente, y, sin embargo, nunca me he topado con nada más puro, más generoso y más hermoso.

¡En innumerables ocasiones he sentido ganas de darte con la puerta de mi alma en las narices, y, sin embargo, todas las noches he rogado para que un día pueda yo morir seguro en tus brazos! No, no me puedo liberar de ti, porque soy uno contigo, aun sin ser plenamente tú. Además, también, ¿a dónde iría yo? ¿A formar otra iglesia? Pero no sería capaz de formarla sin los mismos defectos, ya que son mis defectos. Y de nuevo, si yo hubiera de formar otra iglesia, ésa sería “mi” iglesia, no la iglesia de Cristo. No, soy suficientemente viejo, no me voy a equivocar” (Carlo Carretto).

Después de estas bellas y sentidas palabras de Carlo Carretto (un hombre que había buscado y que había encontrado –de todo–  en el seno de la institución eclesial), ponemos la esperanza en la Iglesia de Jesús, especialmente en el proceso iniciado en estos últimos años que quiere dar respuesta a muchas de las cuestiones que el Pueblo de Dios se pregunta. Asuntos tales como la mujer en la Iglesia, el papel de los jóvenes y la familia cristiana, la ecología y la creación, los abusos sexuales dentro de la iglesia, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, el celibato, la homosexualidad, la actualización del mensaje cristiano y la justicia económica y social…, muchos de ellos, temas, si no tabúes, de lento y complejo acercamiento, ya han sido acometidos o están siendo hoy estudiados y analizados para orientar mejor a la comunidad eclesial en estos difíciles tiempos que corren.  Tal y como Francisco invita a la Iglesia, pidamos a Dios que seamos capaces de dialogar, porque no existe un humanismo auténtico que no contemple el amor como vehículo entre los seres humanos… Y el amor siempre pasa por el diálogo, principalmente en la Iglesia.

Ya nos lo decía hábilmente Francisco en 2015:

«No debemos tener miedo del diálogo, es más, el enfrentar opiniones y la propia crítica nos ayuda a preservar la teología de transformarse en ideología […] La Iglesia también sabe dar una respuesta clara ante las amenazas que emergen en el interior del debate público y esta es una de las formas de contribución específica de los creyentes a la construcción de la sociedad común».

También nos lo cantaba de forma preciosa Silvio Rodríguez en una canción de la que rescato especialmente tres versos:

[…] Sólo el Amor engendra la maravilla

Sólo el Amor consigue encender lo muerto

Sólo el Amor convierte en milagro el barro.

 

Jesús Lozano Pino

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“El anticristianismo de Vox”, por Gabriel Moreno González

Miércoles, 20 de septiembre de 2023
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IMG_0492Muchos de sus dirigentes proceden de ámbitos ultracatólicos, como el Opus Dei

Las propuestas e ideas de Vox son abiertamente incompatibles con el ideario cristiano del que supuestamente dicen provenir y al que en teoría proclaman defender

Muchos de sus dirigentes, con el nuevo ungido Buxadé a la cabeza, proceden de ámbitos ultracatólicos, como el Opus Dei, y son de misa diaria (y esperemos que de confesión también periódica)

(elDiario.es).- Ahora que parece existir cierto empeño en el centroderecha español de menoscabar a Vox, una vez constatado que resta más que suma y que el propio proyecto de ultraderecha se ha vuelto más autorreferencial y tribal que nunca, no viene mal ayudar a tan loable y al mismo tiempo cínica tarea para rematar la faena en la progresiva desaparición de esta apendicitis política de España.

Quisiera detenerme aquí en una de las principales contradicciones que la formación de Santiago Abascal muestra desde su nacimiento, y que ha sido muy poco o nada explotada por sus contrincantes políticos. Me refiero a la de la incompatibilidad de las ideas y políticas que enarbolan con el ideario cristiano del que supuestamente dicen provenir y al que en teoría proclaman defender. Son incontables las veces que hemos escuchado de sus bocas manifiestos en defensa de la cultura occidental cristiana y de los valores asociados al cristianismo, como parte además “esencial de la identidad española”. Muchos de sus dirigentes, con el nuevo ungido Buxadé a la cabeza, proceden de ámbitos ultracatólicos, como el Opus Dei, y son de misa diaria (y esperemos que de confesión también periódica).

 ¿Pero cómo puede ser cristiano un partido que demoniza a los menores no acompañados, que defiende un bloqueo naval y militar frente a las pateras de personas migrantes o que propugna la expulsión de estas por el mero hecho de no tener recursos y ser extranjeros? Empezando por los menores: las enseñanzas de Jesucristo son rupturistas con la tradición judía y romana de tratarlos como meros objetos, de deshumanizarlos como simples pasos previos a la madurez. “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños” (Mt. 18: 10-14), “dejad a los niños y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como estos es el reino de los cielos” (Mt., 19:13-14). En cuanto a las personas migrantes y su rechazo por Vox (de las pobres, claro, de las ricas nunca dice nada), recordemos las palabras del Evangelio (Mt. 25: 35-40): “Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui extranjero, y me acogisteis”.  ¡Pero si la propia Sagrada Familia fue emigrante y refugiada en Egipto!

¿Y cómo puede ser cristiano un partido que arremete contra el Estado social y contra la consiguiente solidaridad de nuestra comunidad política?

¿Y cómo puede ser cristiano un partido que arremete contra el Estado social y contra la consiguiente solidaridad de nuestra comunidad política? Reducir el Estado es reducir las políticas de redistribución de la riqueza, o, en términos cristianos, las políticas y mecanismos de compasión institucionalizada y colectiva. Los Evangelios son claros: en Jesús y en su mensaje los pobres, los humildes, los despreciados, los últimos, tienen un lugar y una atención preferente. Él mismo fue pobre y vivió como pobre. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mt. 5: 6-7). Pocos mensajes hay más sociales, de tanta y tan intensa fraternidad, como la parábola de los jornaleros de la viña y la frase que desconcertó a siglos de jerarquía: “los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos” (Mt. 20: 1-16).

En las antípodas de la DSI

El neoliberalismo extremo de Vox los sitúa en las antípodas no solo del mensaje de fraternidad cristiana, sino también del mensaje oficial de la Iglesia Católica desde la Rerum Novarum de León XIII, de su doctrina social y de la postura del papa Francisco. Su encíclica Fratelli Tutti es uno de los manifiestos mejor fundamentados contra el capitalismo neoliberal y contra el nacionalismo xenófobo y excluyente de los que hoy hace bandera la ultraderecha mundial y, en particular, la nuestra nacional. “Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes”, afirma el sucesor de San Pedro.

Por último, ¿cómo puede ser cristiano un partido que abomina del cuidado de la “casa común” y que está vendido a la más pueril retórica antiecologista? El negacionismo climático y la ausencia de medidas de transición ecológica, cuando no directamente su rechazo, van contra la consideración cristiana de la creación y de lanecesidad de su preservación ante la amenaza que nos cierne. La degradación del medio ambiente y el cambio climático acabarán arrasando con los “lirios del campo” (Mt. 6: 28-34) y con la Laudato Si de San Francisco de Asís. Como afirma el Papa: “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan? Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá.”

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Durante estos años se han echado de menos más pronunciamientos expresos de la Iglesia, y sobre todo de la Iglesia española, sobre la deriva antihumanista y abiertamente anticristiana de la ultraderecha

Sin embargo, durante estos años se han echado de menos más pronunciamientos expresos de la Iglesia, y sobre todo de la Iglesia española, sobre la deriva antihumanista y abiertamente anticristiana de la ultraderecha. Nunca es tarde si la dicha es buena, aunque también es ciertamente sorprendente el silencio del centroderecha o de la llamada “democracia cristiana”, cuando no directamente su connivencia con estos proyectos extremistas. Recordemos que Abascal o Melloni no solo han terminado siendo abrazados por la derecha clásica y supuestamente moderada, sino que provienen de sus filas o fueron acogidos en su momento con gusto por sus parapetos institucionales, desde los que luego crecieron y alimentaron al monstruo. Si la derecha moderada, sensata y verdaderamente cristiana (que la hay) ahora quiere volver a meter al genio en la lámpara, debería esforzarse también por combatir la retóricaque nos ha arrastrado hasta aquí y que ha potenciado, hasta límites intolerables, la polarización y la crispación. ¿Lo hará o se quedará en el mero tacticismo de la política cortoplacista en la que todos parecemos estar insertos? Lamentablemente, guardo pocas esperanzas.

 Fuente Religión Digital

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Diez años después de que el Papa Francisco dijera “¿Quién soy yo para juzgar?”, ¿qué ha cambiado para los católicos LGBT?

Martes, 19 de septiembre de 2023
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cartel_papa_paraguayCartel visita Papa Francisco a Paraguay

Una cosa es irrefutable: el tono del Vaticano ha cambiado. Para el puñado de católicos LGBTQ+ que conozco, este desarrollo lo ha significado todo.

Ty Wahlbrink, S.J., colaborador de The Jesuit Post, escribió una reflexión sobre el décimo aniversario de la famosa frase del Papa Francisco “¿Quién soy yo para juzgar?” cómo. Wahlbrink señala cuánto ha evolucionado la inclusión LGBTQ+ en la iglesia en la última década, citando los comentarios y acciones tanto positivos como negativos del Papa, y concluye que si bien la enseñanza sigue siendo la misma, “el tono del Vaticano ha cambiado”. Y continúa: “Para el puñado de católicos L.G.B.T.Q.+ que conozco, este desarrollo lo ha significado todo. Y este repentino cambio de tono es la razón por la que “¿Quién soy yo para juzgar?” se destaca de manera tan prominente en los recuerdos de mis amigos queer de la fe”. El comentario completo está disponible en America.

Hace diez años, en el vuelo de regreso de su primera Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, el Papa Francisco pronunció estas cinco simples palabras que resonaron en todo el mundo: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Entonces un pontífice relativamente nuevo, este fue su comentario en respuesta a un periodista que preguntó sobre un “lobby gay” en el Vaticano. Francisco añadió que las personas LGBTQ+ “no deberían ser marginadas. La tendencia [a la homosexualidad] no es el problema…son nuestros hermanos.

Dado el espectacular aumento en Occidente en la aceptación de las personas L.G.B.T.Q.+, revisar los últimos 10 años puede garantizar que el impacto de estas simples palabras no se pierda en el tiempo. Según Gallup, la opinión de los estadounidenses sobre la permisibilidad moral de las relaciones entre gays y lesbianas aumentó del 55 por ciento al 71 por ciento entre 2012 y 2022. Además, Obergefell v. Hodges, que otorga el derecho legal a todos los estadounidenses a contraer matrimonio civil entre personas del mismo sexo, no se decidiría hasta 2015. Las recientes controversias sobre las Misas especiales para el Mes del Orgullo no fueron un problema porque era insondable que cualquier parroquia celebrara el Orgullo. Finalmente, el Papa Benedicto había escrito en su libro de 2010 Luz del mundo: el Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos que “la homosexualidad es incompatible con la vocación sacerdotal”.

Habiendo contextualizado el mundo de 2013, no sorprende que estas cinco palabras ocuparan un lugar destacado en la cobertura periodística del nuevo Papa. La revista Time, que nombró a Jorge Bergoglio como el “Papa del Pueblo”, cita esta famosa pregunta en su promulgación del Papa Francisco como su Persona del Año 2013. Algunos medios de prensa sugirieron que el Papa Francisco podría incluso cambiar la enseñanza oficial de la iglesia sobre la homosexualidad. Mientras tanto, otras organizaciones de medios se apresuraron a analizar la declaración de Francisco para demostrar que no tenía intención de cambiar las enseñanzas de la iglesia.

¿Cuál es el significado de estas palabras 10 años después? De hecho, el debate aún continúa sobre hasta qué punto las personas L.G.B.T.Q.+ pueden participar en la vida, las actividades y los sacramentos de la iglesia. Un breve repaso de los últimos 10 años del pontificado de Francisco revelará cómo ha evolucionado la relación de la Iglesia Católica con los católicos queer.

Ciertamente, el Papa Francisco, a través de varias declaraciones y acciones, ha seguido invitando a los católicos LGBTQ+ a tener relaciones más estrechas con la iglesia y la sociedad en general. En particular, Francisco en un documental de 2020 expresó su apoyo a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, diciendo que “lo que tenemos que crear es una ley de unión civil. De esa manera [los homosexuales] están cubiertos legalmente”. Más recientemente, el Papa instruyó a los obispos a no apoyar leyes que criminalicen la homosexualidad, afirmando que un acto homosexual “no es un delito. Sí, pero es pecado”. Hace apenas unas semanas, Francisco envió sus buenos deseos y oraciones a la Conferencia de Ministerio Católico Outreach LGBTQ. Al principio de su papado, escribió en El nombre de Dios es Misericordia que “prefiere que los homosexuales se confiesen, que permanezcan cerca del Señor y que oremos todos juntos”. Francisco incluso cenó con personas homosexuales y transgénero encarceladas en 2015.

Más allá del Papa, la iglesia en general ha hecho esfuerzos para ministrar a los católicos LBGTQ+. Después del tiroteo en el club nocturno Pulse, el P. James Martin, SJ escribió Construyendo un puente: cómo la Iglesia católica y la comunidad LGBT pueden entrar en una relación de respeto, compasión y sensibilidad. El mes pasado, el Vaticano publicó el borrador de trabajo del documento del sínodo en curso que exige un nuevo enfoque pastoral para los católicos queer, en particular utilizando el acrónimo L.G.B.T.Q.+ que la Iglesia había evitado durante mucho tiempo.

Al mismo tiempo, la autoridad docente de la iglesia ha sido clara al defender las enseñanzas tradicionales sobre el matrimonio y la vida familiar. Tras los comentarios de Francisco apoyando las uniones civiles entre personas del mismo sexo, la Congregación para la Doctrina de la Fe (ahora dicasterio) aclaró que la doctrina de la iglesia no ha cambiado. Algunos meses después, el Vaticano estipuló además que la Iglesia no puede aceptar las uniones entre personas del mismo sexo.

soy-homosexual-tengo-hijos-soy-catolico1La respuesta del dicasterio se basa en la exhortación apostólica de Francisco “Amoris Laetitia” que dice que “no hay absolutamente ningún motivo para considerar que las uniones homosexuales sean de alguna manera similares o incluso remotamente análogas al plan de Dios para el matrimonio y la familia”. A su vez, el plan de Dios para la familia se resume sucintamente en el Catecismo de la Iglesia Católica 1601: “La alianza matrimonial, por la cual un hombre y una mujer establecen entre sí una sociedad para toda la vida, está por su naturaleza ordenada hacia el bien de los cónyuges y la procreación y educación de la descendencia”.

Con esta visión de los comentarios y respuestas, puede resultar difícil evaluar si algo ha cambiado. Si bien es posible que nada haya cambiado oficialmente en la doctrina o la práctica de la iglesia, una cosa es irrefutable: el tono del Vaticano ha cambiado. Para el puñado de católicos LGBTQ+ que conozco, este desarrollo lo ha significado todo. Y este repentino cambio de tono es la razón por la que “¿Quién soy yo para juzgar?” se destaca de manera tan prominente en los recuerdos de mis amigos queer de la fe?

La historia de mi amigo, a quien me referiré como “Mark” para mantener el anonimato, ejemplifica cuán trascendente ha sido el nuevo tono oficial para un católico gay. Recientemente conversé con Mark para escuchar sus reflexiones ahora que “quién soy yo para juzgar” ha pasado una década. Para él, las cinco sencillas palabras que pronunció el Papa hace 10 años fueron un “cambio de juego” en su comprensión de su lugar en la Iglesia católica.

Mark creció en una familia católica devota. Puede recordar mensajes sutiles de su cultura, e incluso mensajes explícitos de la iglesia institucional, que sugieren que una orientación no heterosexual es algo que debe guardarse bajo llave. Cuando Mark empezó a comprender que podría ser gay, sintió que tenía que dejar esa parte de él en el estacionamiento los domingos.

A medida que comenzó a desarrollar una relación más cercana con Dios a través de varios retiros, Mark comenzó a escuchar un llamado al sacerdocio. Estos sueños para su futuro se vieron rápidamente frustrados por los comentarios de Benedicto sobre el sacerdocio y la homosexualidad. En sus palabras, Mark sintió que necesitaba “cerrar esa puerta con llave”. Si bien no culpó ni abandonó a Dios, se quedó tratando de reconstruir un nuevo futuro para sí mismo que sentía que ni él ni Dios querían para él.

Mark aceptó su sexualidad algunos años después, lo que lo llevó a trabajar para reconciliar su fe con este aspecto de su identidad. Recuerda una conversación significativa con un sacerdote cuando le reveló su orientación. El sacerdote le preguntó a Mark cómo desea que sea su relación con la iglesia. Mi amigo expresó por primera vez que quiere ser total y católico. Quería estar “dentro de la iglesia, no fuera de ella”. Aún así, Mark no estaba seguro de si eso era posible dado el lenguaje doctrinal de “intrínsecamente desordenado” que a menudo acompañaba cualquier declaración de la iglesia sobre asuntos LGBTQ+.

Entonces, el Papa Francisco dijo esas cinco palabras. La sensación de calidez y bienvenida del Papa le hizo finalmente creer que tal vez la Iglesia católica también lo quería dentro. El lenguaje del catecismo y los comentarios de la iglesia sobre la sexualidad en el hogar y el sacerdocio no lo atormentaron tanto como en el pasado. Incluso consideró explorar nuevamente la vocación sacerdotal. A Marcos no le sorprendió que el Papa no cambiara ninguna enseñanza de la iglesia. Lo más importante fue que sintió que su hogar finalmente lo había abrazado.

Mark recuerda lo diferente que se sintió al entrar a su parroquia en los meses siguientes. Ya no necesitaba dejar una parte de sí mismo en la puerta. Mark me dijo: “Siempre quise entregarme por completo al Señor para que él pudiera guiarme por el camino de la santidad. Por fin sentí que podía ofrecer todo mi ser a nuestro Dios”.

Ahora que sentía que podía vivir su llamado universal a la santidad, Mark se volvió más receptivo a las necesidades de los demás y a cómo podía ayudar a las personas a reconocer el gran amor de Dios por ellos. Una de las formas en que lo hizo fue enseñando confirmación y siendo voluntario para el grupo de jóvenes de la parroquia. Mark aprecia estos años de acompañar a los jóvenes cuando comenzaron a comprender cómo la fe religiosa es relevante para sus vidas. En un caso particular, recuerda a una chica de secundaria que se angustió al darse cuenta de que podría ser queer. Si bien Mark no le reveló su propia orientación, la animó y le aseguró los dones que todavía tiene para ofrecer a la iglesia y al mundo. Esa simple afirmación la ayudó a mantener la esperanza de que Dios todavía desea que ella esté en la iglesia.

article-2567963-1BCDA6E000000578-354_634x499Mark reflexiona que si el Papa Francisco no le hubiera dado permiso para aceptarse a sí mismo, no habría podido aconsejar a la joven. Marcos compara su ministerio antes del comentario del Papa Francisco con la imagen de Jesús de una persona ciega guiando a otra (cf. Lucas 6:39). Las palabras del Papa Francisco le dieron a Marcos una nueva visión de su vida y ahora puede ayudar a otros a ver más claramente las esperanzas de Dios para ellos.

Cuando mi conversación con Mark llegó a su fin, le pregunté qué buscaba (si es que buscaba algo) de la iglesia una década después. Mark volvió al momento de hace años cuando el sacerdote le preguntó cómo quería que fuera su relación con la iglesia. Ahora, pide que “la iglesia haga lo mismo: preguntarse cuál quiere que sea su relación con la comunidad L.G.B.T.Q.+”.

Las reflexiones de Marcos me parecen particularmente destacadas para este momento de la historia. La aceptación de las personas LGBTQ+ por parte de los estadounidenses cayó siete puntos porcentuales el año pasado. Los católicos están cada vez más divididos sobre si pueden o no celebrar el Mes del Orgullo. Sin embargo, la iglesia está abordando esta cuestión precisa (entre muchas otras) en el sínodo global.

Aún así, una lección está clara. Muchos católicos LGBTQ+, como Mark, se sienten más bienvenidos en la iglesia. Algunos católicos queer y sus aliados no se conforman sólo con un cambio de tono. Sin embargo, como lo demuestra la propia historia de Mark, muchos de nuestros hermanos y hermanas homosexuales quieren estar dentro de la iglesia. Hace diez años, el Papa Francisco abrió más la puerta.

IMG_0453Este artículo escrito por Ty Wahlbrink, S.J., fue publicado originalmente por The Jesuit Post.

Nota del editor:

El entrevistado solicitó permanecer en el anonimato. El autor recibió permiso explícito para compartir la historia de Mark. Para proteger la identidad del entrevistado, el autor cambió su nombre y generalizó detalles sobre su vida.

Fuente América

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Lo queer debe ser “componente esencial del viaje sinodal”, argumenta un teólogo gay

Jueves, 14 de septiembre de 2023
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channels4_profileUn teólogo gay ha argumentado que lo queer y la teología queer deben ser “un componente esencial del viaje sinodal” antes de la primera asamblea global del Sínodo sobre la Sinodalidad en octubre.

Ish Ruiz, profesor de teología en la Universidad Emory, presentó su argumento en el blog Go, Rebuild My House, un medio organizado por la Universidad del Sagrado Corazón, Connecticut. Las referencias a la teología queer suelen ser específicas de cuestiones LGBTQ+, pero Ruiz también sostiene:

“[L]a teología queer busca perturbar, desafiar y transgredir las normas opresivas dominantes. . ¿Hay lugar para un proyecto transgresor tan desestabilizador en una Iglesia sinodal que, como prevé el Papa Francisco, enfatiza la unidad y la unión en el camino como Pueblo de Dios? ¿La teología queer presentaría una antítesis a esa visión sinodal?

“En respuesta, sostengo que lo queer debería ser un componente esencial del viaje sinodal”.

Para Ruiz, lo queer en realidad ayuda a transformar un problema en la iglesia donde las reformas chocan con el pensamiento anticuado de los líderes intransigentes de la iglesia. En cambio, la teología queer plantea preguntas como “¿A qué normas religiosas nos suscribimos y cómo se produjo el conocimiento que las sustenta?” y “¿Quién está oprimido por esas normas?” Él continúa:

“Para hacer mi propuesta más concreta, aunque bien intencionada, la sinodalidad podría caer presa de un obispo que, mientras alaba el viaje sinodal, continúa aferrándose ferozmente a ideas de género y sexualidad del ‘vino viejo’ que en última instancia oprimen a los católicos LGBTQ+ que la sinodalidad espera acoger (como lo demuestra la mayoría de los informes sinodales continentales en todo el mundo). Así, la sinodalidad se vuelve ineficaz y contraproducente. Suponiendo que este obispo sea racional y bien intencionado (por muy generoso que pueda ser en algunos casos), es obvio que es posible que no se haya abierto a cuestionamientos en cuestiones de normatividad sexual. Tal vez ni siquiera pueda imaginar que tales normas puedan ser cuestionadas de manera creíble. Por lo tanto, un espíritu genuino de sinodalidad, para este obispo, haría uso de una metodología extraña que desafía cualquier norma opresiva previamente desapercibida que aún opera bajo la superficie de su camino sinodal”.

La intersección de Ruiz entre lo queer y la iglesia no es unidireccional. De hecho, la teología queer necesita la sinodalidad porque “la sinodalidad ayuda a que lo queer permanezca cerca del suelo y conectado con las experiencias históricas de las personas”. Señala acertadamente que “desafiar las normas por el simple hecho de desafiarlas es peligroso” porque “un proyecto queer que pierde de vista las experiencias humanas, la opresión histórica, la importancia de la comunidad y una visión del futuro orientada a la justicia podría causar daños graves”.

Ruiz termina con una nota esperanzadora al citar la carta del Papa Francisco al nuevo jefe del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), el cardenal designado Víctor Manuel Fernández, en la que el Papa critica los métodos opresivos anteriores del dicasterio. Ruiz concluye:

“Soy cautelosamente optimista en cuanto a que tal visión ayudaría al DDF a abrirse al movimiento del Espíritu manifestado en las transgresiones queer en lugar de tratar de preservar rígidamente las normas establecidas que claramente amenazan la dignidad de muchos católicos queer. Los líderes católicos, y la Iglesia en su conjunto, podrían beneficiarse significativamente de las ideas y los desafíos que presenta la teología católica queer”.

—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 28 de agosto de 2023

Fuente New Ways Ministry

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Terraplanismos populistas de mercado y Doctrina Social de la Iglesia (I)

Miércoles, 13 de septiembre de 2023
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Terraplanismos-populistas-Doctrina-Social-Iglesia_2590850891_16679347_660x371Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado” (Simone Weil)

En la sobrevaluada civilización del conocimiento exclusivamente racional y sin lugar para la Trascendencia, que nos prometía progreso infinito y acabar con la ignorancia… han aparecido estos nubarrones imprevistos que reclaman una felicidad y sentido de la vida que esta cosmovisión no ha podido brindar…y le están pasando factura.

Los negacionistas se sienten depositarios de meta-argumentos, de certezas emocionales que descartan escuchar cualquier razonamiento…Ya no hace falta leer ni pensar ni seguir a los maestros. Tenemos “influencers” que nos desenmascaran “la verdad” de todo.

No son un agujero en el sistema. Son el antisistema. Y vienen con una furia fundamentalista que no le interesa el diálogo ni la participación de los demás. Sus líderes mesiánicos , cada vez más votados, encarnan la reacción frente a un sistema que los ha “engañado”. Alarma el número de ciudadanos occidentales que no se sienten representados ni comprendidos por la democracia tal como la veníamos concibiendo.

Las salidas populistas o liberales son la simplificación errónea del problema, como advierte el Papa Francisco: “El desprecio de los débiles puede esconderse en formas populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos. En ambos casos se advierte la dificultad para pensar un mundo abierto que tenga lugar para todos, que incorpore a los más débiles y que respete las diversas culturas”. (Francisco, FT 155)

El nuevo escenario negacionista

Terraplanistas, antivacunas, conspiracionistas, negacionistas de todo tipo cada día ganan más adeptos. Adhieren a la negación deliberada o la minimización de hechos históricos, científicos o eventos ampliamente aceptados. Hay varias razones y factores que alimentan esta reacción:

…negar hechos y verdades que no cuadran con determinadas ideologías, el insaciable uso de las nuevas tecnologías que desfigura la percepción de la realidad, la pérdida  del sentido de la historia y la pertenencia a un pueblo y su cultura, la desconfianza de las instituciones y de las leyes, el miedo a un mundo que cambia y que amenaza destrucción total, la  afiliación a grupos cuyas identidades son puestas en duda por las certezas de siempre, la educación deficiente que produce unos pocos universitarios especialistas y masas inmensas “desinformadas” por las redes y los mass media, las polarizaciones fundamentalistas llenas de odio al adversario, un nivel de vida imposible a no ser por el delito, etc.

En la sobrevaluada civilización del conocimiento exclusivamente racional que nos prometía progreso infinito y acabar con la ignorancia…han aparecido estos nubarrones imprevistos que reclaman una felicidad y sentido de la vida que esta cosmovisión no ha podido brindar…y le están pasando factura. Como cristianos, la complejidad de la situación nos convoca a ver, discernir antes que condenar y ser creativos en el actuar misericordiosamente  desde el Evangelio.

Ya no “todo lo real es racional ni todo lo racional es real“. La frase está tomada de Hegel, el máximo filósofo del racionalismo ilustrado. Un autor difícil, pero que ha sido sustento de todas las ideologías contemporáneas, algunas opuestas como el marxismo-nazismo o incluso el “paradigma tecnocrático” denunciado por Francisco en Laudato Si.

Mientras tanto, la Iglesia, tras ser defenestrada en cuanta ocasión se tenga, ha contribuido con su propia decadencia perdiendo el hilo de la Trascendencia encarnada en los signos de los tiempos. Presa de soberbias clericales y problemas autorreferenciales de ombligo; han dejado a las espiritualidades en una dispersión huérfana, “como ovejas sin pastor” (Mt 9,36). La incidencia de estas espiritualidades aisladas en la modificación de la cultura global es ínfima, por eso han sido permitidas por el sistema, para “distraer y no molestar”, como placebos para el individuo egoísta, consumista y aislado que esta civilización ha creado.

El siglo XX fue a las guerras mundiales y las actuales, “legitimadas” por las artificiales construcciones ideológicas…que justifican el ansia de poder y tener sin límites, de siempre. Del placer se encarga el sobredimensionado consumismo de “entretenimiento”, una maquinaria de circo capitalista que arrasa todas las generaciones dejando un tendal de analfabetismo comunitario y cultural.

La educación ya no busca formar personas cultas con sentido crítico. Las escuelas son burocráticos enseñaderos donde se pretende entrenar individuos para tener competencias, en su doble sentido: competir con el otro y adquirir adiestramiento para producir y consumir… pero sin la movilidad social que en otra época identificó a la educación.  Los medios de comunicación banalizan al que ha estudiado e investigado, y pone su discurso a la misma altura de ignorantes opinólogos disruptivos de tv.

Toda la carga del sistema recae sobre docentes agobiados por hacer informes, cumplir protocolos, bajar ocurrencias políticas oficiales y mediáticas todo el tiempo, cumplir con más y más trámites como bolas sin manija… mientras los medios, la sociedad y sus gobiernos les piden que hagan milagros con una tarea educativa… que en realidad no les interesa.

Pero como dice el proverbio africano, “la que educa es la tribu”... y aquí la tribu está en otra cosa. No es raro pues encontrar un alumnado tan desmotivado y una masa de jóvenes ignorantes y divertidos que adherirán a un negacionismo sistémico de lo que sea y de lo que se predique en las redes asegurándoles emociones y certezas sin elaboración, felicidad y no compromiso con los demás, tranquilidad egoísta y desinterés social.

burocracia_escolarEste desgaste de la visión ilustrada que, aunque sesgada, otrora irradió admiración global por su imaginario universal, ha dado pie a nuevos e inciertos fenómenos masivos. Terraplanismos de todo tipo y color que tienen en común un mismo fervor antisistema. Millones de personas dentro del occidente de la racionalidad triunfante se sienten engañanadas…y reaccionan peligrosamente en muchos planos.

Ni la amenaza terrorista islámica, ni el peligro chino, ni Putin, etc. son tan peligrosos (que lo son) como esta bomba en el interior de una cosmovisión deteriorada que ha perdido los grandes sueños colectivos. Grandes civilizaciones cayeron desde dentro, el imperio romano, la URSS, etc.

Alguien dirá que no hay nada mejor para justificar la irresponsabilidad que echar la culpa al engaño de otros. Pero también sucede que engaños del sistema no faltan, desde los negociados de las farmacéuticas, el greenwhashing de las empresas contaminantes, la extorsión de la deuda externa de los pobres, el voluntarismo que lucra con la vanidad de los selfies con los pobres,  los discursos mentirosos de los políticos, el mercantilismo que todo lo invade, la acumulación sin medida en paraísos fiscales, la desigualdad y violencia que se pretende combatir con más violencia, la depredación de recursos naturales y humanos de los países pobres, la provocación de mayor inmigración a la que se deja morir, etc. Ahora todo se conoce rápido (no como en los tiempos de Leopoldo y su Congo Belga en “El corazón de las tinieblas”).

Aquel mundo racional hace agua, o tal vez es que nos estamos enterando. Y la respuesta lamentablemente no se da desde el discernimiento y la cordura. La ciencia institucionalizada, los sistemas legales, económicos y políticos se perciben como parte de una gran conspiración: antivacunas, negación del covid, prácticas sanitarias y alimenticias absurdas, negación del cambio climático, de acontecimientos históricos como el holocausto, el desprecio por la historia, la investigación y el estudio, etc. ya no son casos aislados. Tribus de todo tipo surcan manifestaciones callejeras reclamando, cancelando opositores y pidiendo más derechos, no siempre muy acordes a la dignidad humana personal y social.

Potenciados por las redes sociales, generan convicciones colectivas muy difícil de rebatir con las mejores evidencias y explicaciones que ayuden a distinguir la paja del trigo. Siempre tendrán alguna incierta anécdota particular que rebate “el sistema”.

Ya no hace falta leer ni pensar ni seguir a los maestros actuales y perennes, tenemos “influencers” que nos desenmascaran “la verdad” de todo. Nuestros ídolos, “los que venden”, se dedican al entretenimiento y al espectáculo, donde los otros son escenografía pero no compromiso con el destino de un “todos”.

Francisco lo ha captado en Fratelli Tutti: “Se suele confundir el diálogo con algo muy diferente: un febril intercambio de opiniones en las redes sociales, muchas veces orientado por información mediática no siempre confiable. Son sólo monólogos que proceden paralelos, quizá imponiéndose a la atención de los demás por sus tonos altos o agresivos. Pero los monólogos no comprometen a nadie, hasta el punto que sus contenidos frecuentemente son oportunistas y contradictorios (FT 200) …Prima la costumbre de descalificar rápidamente al adversario, aplicándole epítetos humillantes, en lugar de enfrentar un diálogo abierto y respetuoso, donde se busque alcanzar una síntesis superadora…lenguaje habitual de campañas políticas que se ha generalizado a lo cotidiano (201)

Los negacionistas se sienten depositarios de meta-argumentos, de certezas emocionales que descartan escuchar cualquier razonamiento, porque son considerados parte de la “conspiración”. Todos tienen en común la no aceptación de una realidad que se puede verificar de una manera empírica. No importa que mueran miles de niños de sarampión por no vacunarse o sentencien a un ex-presidente americano por decenas de delitos. El negacionista evita aceptar un escenario que le incomoda psicológicamente. Les resulta más sencillo optar por no creer en las evidencias, aunque sean fácilmente comprobables y siempre tiene a mano su canal de red social en el que mediocres y exaltados formadores de opinión, les confirman la burbuja de su sesgo antisistema.

Los terraplanistas de la cultura eclesial ya los conocemos de antes, han buscado salvar la iglesia muchas veces desde la inquisición, las cruzadas, la quema de herejes, el santo oficio, el contubernio con las colonizaciones depredadoras, el silencio con los demoníacos totalitarismos, tradicionalistas de latín y amenazas del infierno, los abusos y pederastias para someter, someter y someter, etc. Bastante carga tiene Francisco en sus espaldas para anunciar un Evangelio mancillado por históricos pecados estructurales a personas que ya no quieren saber nada que huela a incienso.

El negacionismo antidemocrático

d97a8beb-09f4-45d9-a959-22b266daa813_16-9-aspect-ratio_default_0Es común ver en muchos jóvenes, que la aspiración democrática gestada en occidente durante casi 200 años ya casi no responde a sus expectativas. La desconfianza hacia “los políticos”, opera como chivo expiatorio de todos los males. Ellos son acusados de ser los únicos culpables, la casta que impiden una vida “natural”, como si la hubiera.

Ya no es un combate moral entre progresistas y reaccionarios. Por eso, solo buscando comprender a los negacionistas y terraplanistas de todo tipo, se puede entender la sociedad en la que vivimos y hacia donde vamos, algo que ni los encuestadores captan antes de la elecciones. No son un agujero en el sistema, son la dinamitación del mismo. Y vienen con furia fundamentalista, sin el menor interés por el diálogo ni la participación de los demás en la toma de decisiones consensuadas. Son los herederos del individualismo a mansalva del hipercapitalismo.

Sus líderes mesiánicos, cada vez más votados, encarnan la reacción frente a un sistema que los ha “engañado”. Alarma el número de ciudadanos occidentales que no se sienten representados ni comprendidos por la democracia tal como la veníamos concibiendo. Hace falta que las democracias se adapten a estos reclamos inteligente y generosamente.

Como vemos, no solo la Iglesia viene lenta. Los tiempos se han acelerado. En la próxima nota veremos cómo también el sistema neoliberal genera sus propios populismos desbocados para responder a los problemas que él mismo ha generado. Mientras, terminamos con una frase icónica de Francisco que advierte sobre las soluciones erróneas:

Las salidas populistas o liberales son la simplificación errónea del problema, como advierte el Papa Francisco: “El desprecio de los débiles puede esconderse en formas populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos. En ambos casos se advierte la dificultad para pensar un mundo abierto que tenga lugar para todos, que incorpore a los más débiles y que respete las diversas culturas. (FT 155)

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Recordatorio

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