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“Lo que nos ha enseñado el Sínodo”, por José María Castillo, teólogo

Domingo, 2 de noviembre de 2014
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papa-francisco1Leído en su blog Teología sin Censura:

1. El papado es necesario en la Iglesia. Ahora vemos, más claro que nunca, que la Iglesia necesita una autoridad suprema, que esté por encima de grupos, tendencias, divisiones y enfrentamientos. De no existir el papado, es posible (incluso probable) que en la Iglesia, después de lo ocurrido, se hubiera producido un cisma. Se sabe que cinco cardenales fueron a pedirle al dimitido Benedicto XVI que apoyara a los defensores de una Iglesia conservadora y tradicional, con una teología y una moral igualmente integrista. Pero el ex-papa Ratzinger les contestó a los cinco cardenales que en la Iglesia no hay más que un papa, que es Francisco. Es más, inmediatamente informó a Francisco de lo que estaba ocurriendo. El papado ha salvado la unidad de la Iglesia. Si un solo arzobispo, Lefebvre, pudo crear un cisma, ¿no habrían podido cinco cardenales ser origen de una fractura mayor?

2. Francisco está cambiando el papado. Lo está transformando más de lo que muchos se imaginan. Y con el papado, está transformado también a la Iglesia. Lo sagrado y lo ritual pierden fuerza. Y crece en importancia lo humano, la cercanía a la gente, la sencillez, la normalidad de la vida. Nace así un estilo nuevo de ejercer la autoridad en la Iglesia. Pierde importancia en ella la religión. Y gana presencia el Evangelio. Además, estamos viendo que este hombre es más fuerte y tiene más personalidad de lo que muchos decían. Una personalidad original, que no le ha llevado a subir, sino a bajar. No para alejarse de los últimos, sino para acercarse a ellos. El nuevo camino de la Iglesia está trazado.

3. El conservadurismo de la Curia pierde fuerza. En este Sínodo no ha ocurrido lo que pasó en el Concilio Vaticano II. Allí también los curiales integristas eran minoría. Pero eran una minoría más fuerte y determinante que la que ha participado en el Sínodo. De hecho, la minoría curial, en el Concilio, supo llevar las cosas a su terreno. Y fue determinante en las cuestiones determinantes para el futuro inmediato. Por eso el capítulo 3º de la Constitución sobre la Iglesia quedó redactado de forma que el papado y la curia han tenido incluso más poder después del Concilio que antes del Concilio. Por otra parte, los escándalos en asuntos de dinero y en abusos de menores han hundido la credibilidad del sistema curial de gobierno en la Iglesia.

4. Ya no son intocables determinados problemas morales que lo eran. ¿Se apela ahora, con la misma seguridad que antes del Sínodo, a la llamada “Ley Natural”? ¿Sigue siendo un tabú lo de la homosexualidad? ¿Alguien se atreve a decir que la Iglesia nunca podrá permitir que los sacerdotes se casen? ¿Es tan impensable, como antes, la posibilidad de que las mujeres lleguen a recibir el sacramento del Orden? ¿No es verdad que la familia tiene hoy problemas mucho más graves y apremiantes que los que se plantean en los confesionarios y en las sacristías? Si ahora nos hacemos estas preguntas – y otras similares -, esto nos viene a decir que en la Iglesia, sin que nos hayamos dado cuenta, el Sínodo nos ha cambiado (algo, por lo menos, o quizás mucho) en temas mucho más serios de lo que imaginamos.

5. La forma de ejercer el poder se está desplazando. El integrismo conservador pierde fuerza porque se empeña en seguir ejerciendo el poder de una forma que cada día tiene menos poder. Cada día tiene menos fuerza el poder que prohíbe, impone, amenaza y castiga. El “poder represivo” es cada día menos poder. Mientras que el “poder seductor” no se enfrenta al sujeto, le da facilidades, es amable y responde a lo que necesita la gente. Es verdad que este poder, cuando “se universaliza”, como ocurre con la informática y su incesante oferta universal de satisfacción inmediata, entonces se convierte en un poder que somete a los sujetos de forma que cada sujeto sometido no es ni siquiera consciente de su sometimiento. Pero cuando el “poder seductor” no “se universaliza, sino que “se humaniza”, entonces lo que hace es que responde a los anhelos más profundos de las personas. Y esto justamente es lo que el mundo está percibiendo en el papa Francisco. Lo que las multitudes de Galilea percibían en Jesús de Nazaret, cuando Jesús anda por el mundo.

 

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Corregir

Jueves, 30 de octubre de 2014
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Del blog Pays de Zabulon:

corriger-son-frere

¿Te gusta corregir a los demás? ¡ ¡Eso no viene de Dios!

 La verdadera corrección fraterna es bella y dolorosa a la vez explicó el papa Francisco en su homilía en la mañana del 12 de septiembre de 2014, pero debe siempre ejercitarse con amor, la verdad y con humildad.

Si sentimos placer al corregir a nuestro prójimo, entonces esto no viene de Dios. Este es el verdadero sentido de la homilía del papa después de la proclamación del Evangelio del día en el cual Jesús advierte a los que ven la paja en el ojo de su hermano y no se dan cuenta de la viga que se encuentra en su propio ojo.

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(Fuente)

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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

Los grupos LGTB cristianos disminuyen la homofobia internalizada de sus miembros: Un estudio arroja luz sobre cómo el magisterio católico influencia a gais y lesbianas y cómo una pastoral inclusiva hace la diferencia

Lunes, 27 de octubre de 2014
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cristianiglbtLos grupos como oportunidad única para los católicos LGTB

Interesante resultado el de un estudio llevado a cabo en Italia y que muestra cómo los gays y lesbianas que asisten a grupos LGTB cristianos ven disminuir su propia homofobia internalizada. Un hecho que viene a reforzar la tesis de que una pastoral basada en la afirmación de la identidad y su inclusión resultarían positivas para las personas LGTB católicas. Las conclusiones del estudio adquieren especial relevancia tras el reciente Sínodo sobre la Familia, que anunció un enfoque pastoral más inclusivo para dar marcha atrás posteriormente. Tras el Sínodo extraordinario sobre la Familia, que ha dejado una sensación agridulce, por no decir decepcionante, en materia LGTB, resulta oportuno volver sobre las consecuencias que la actual doctrina y práctica católicas tienen para las personas LGTB que se definen como católicas. Además, tiene también importancia estudiar qué efecto tendría otro enfoque pastoral y doctrinal en estas personas. En este contexto toma especial significado este estudio, dado a conocer por la asociación LGTB cristiana Gionata (Italia) y que fue presentado en el congreso “Los Caminos del Amor”, celebrado a la par que se iniciaba el Sínodo.

Los resultados son claros. En primer lugar, el catolicismo tiene un profundo impacto en cómo gays y lesbianas perciben su homosexualidad. Muestra claramente que los homosexuales católicos tienen mayores niveles de homofobia internalizada si los comparamos con los no creyentes. Además, se comprueba que la homofobia internalizada es tanto más fuerte cuanto más arraigados están los valores católicos en la familia de origen. Otro resultado importante es el que se arroja sobre el efecto de las asociaciones y grupos de personas LGTB cristianas. Estos grupos han ido surgiendo por iniciativa de creyentes LGTB al margen de sus jerarquías y constituyen un “material empírico” disponible, que han desarrollado por su propia iniciativa una actividad pastoral centrada en la afirmación de la identidad LGTB, una vida comunitaria y unas celebraciones fundadas en dicha aceptación. De esta manera, los resultados que ofrezcan pueden tenerse por un primer indicio de qué efectos tiene esta otra línea pastoral. En este sentido, los resultados del estudio son claros: las personas que asisten a estos grupos ven como disminuye su propia homofobia internalizada. Esto es, conforme pasa el tiempo las personas que asisten a estos grupos van reduciendo el impacto que la homofobia tiene en sus vidas. Esta perspectiva temporal ayuda también a entender que los índices de homofobia internalizada en los católicos que asisten a estos grupos siga siendo más alto que entre los no creyentes. Ello tendría como una de sus causas el hecho de que coinciden personas que llevan poco tiempo, y que manifiestan todavía el peso de los prejuicios interiorizados, y otros que tienen ya una trayectoria en dichos grupos. En palabras de Petilli, “parece que quienes tienen una opinión más negativa de su homosexualidad asisten a estos grupos. Conforme pasan más tiempo en ellos, descienden los niveles de homofobia internalizada. Esto muestra lo importante que es para gays y lesbianas católicos que vayan a grupos que validen su homosexualidad”. Para Petilli, el efecto positivo que tienen estos grupos y sus actividades es innegable: “Ha de pensarse que, para algunos, el grupo es el único lugar donde pueden vivir sin inhibir su homosexualidad y es el único contexto donde pueden profesar su religión sin remordimientos. La mayor parte de las actividades en estos grupos intentan ayudar a sus miembros a argumentar contra la doctrina católica oficial (…) y a interpretar la homosexualidad desde una perspectiva religiosa positiva. Es más, en un grupo es posible encontrar a otros gays y lesbianas católicos que tienen la misma experiencia y que pueden convertirse en fuente de apoyo, además de modelos de comportamiento. Esto no debe infravalorarse. Pues con frecuencia los gays y lesbianas católicos son doblemente rechazados tanto por la comunidad gay, que los discrimina porque son creyentes, como por el mundo religioso, que los excluye por ser homosexuales”. Por ello, concluye afirmando que “asistir a estos grupos es una oportunidad única para romper con el aislamiento (…) y desarrollar una nueva identidad donde la homosexualidad y los valores religiosos coexistan en perfecto equilibrio”.

Unos resultados que adquieren una significación especial tras el reciente Sínodo extraordinario sobre la Familia, cuya primera síntesis (“Relatio post disceptationem”), publicada a mitad del Sínodo, sorprendió por dar a entender un cambio en la visión de la realidad LGTB. Sin anunciar cambios doctrinales, sí parecía avanzar un cambio en el enfoque pastoral, al hablar de los “dones” que las personas homosexuales tenían que aportar y al reconocer valores positivos en sus parejas. Estos avances fueron sin embargo retirados del último informe (la “Relatio Synodi”).

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Y este es el artículo completo que nos ha enviado Gionata:

Artículo de Innocenzo Pontillo, traducido del italiano por Carola y Carmen del grupo Ichthys (Espana) que hemos recibido a través de Progetto Gionata.

A falta de pocos días para la conferencia internacional Los caminos del Amor, para una pastoral con las personas homosexuales y transexuales (Roma, 3 de Octubre de 2014), que ha querido poner a la atención del Sínodo de los Obispos católicos la pregunta «Cuál es la pastoral para las personas homosexuales y transexuales», se ha publicado por fin el trabajo de investigación “Religión y homosexualidad: un estudio empírico sobre la homofobia internalizada de personas homosexuales en función del grado de religiosidad“. Además, se comprueba que la homofobia internalizada es tanto más fuerte cuanto más arraigados están los valores católicos en la familia de origen.

Esta investigación, por primera vez en Italia, analiza en profundidad el impacto de las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia Católica sobre la vida de las personas homosexuales e investiga sobre los efectos que una pastoral Católica, inclusiva y acogedora, puede tener sobre personas gais y lesbianas católicas.

Este estudio italiano ha involucrado directamente a 366 personas homosexuales, entre católicas y no creyentes, y algunos grupos italianos de personas cristianas homosexuales que tienen experiencia, en la Iglesia Católica, de una pastoral inclusiva que mira a la resolución de los conflictos que gais y lesbianas católicos pueden percibir entre sus creencias religiosas y su homosexualidad.

Este trabajo de investigación ha sido conducido por la doctora Arianna Petilli, titulada en Psicología Clínica y de la Salud (Instituto Miller, Florencia/Génova, Italia), junto con el profesor Davide Dèttore (Departamento de Psicología, Universidad de Florencia, Florencia, Italia), la doctora Antonella Montano (Instituto Eck, Roma, Italia) y al profesor Giovanni Battista Flebus (Universidad de Milán/Bicocca, Milán, Italia).

Los resultados de la investigación confirman que la religión Católica influencia fuertemente el modo en el que gais y lesbianas evalúan su homosexualidad, mostrando que las personas homosexuales católicas están caracterizadas por niveles mayores de homofobia interiorizada, con respecto a las no creyentes. Los resultados evidencian, además, que cuanto más influencian los valores católicos a la familia de origen, más fuerte es la homofobia interiorizada por la persona homosexual y tiene raíces más profundas.

La investigación, por primera vez, analiza también los efectos de la pastoral inclusiva, promovida por los grupos de personas cristianas homosexuales en la Iglesia Católica italiana. Nacidos por lo general de manera espontánea, esos grupos son a menudo hospedados de manera pública en parroquias católicas (como sucede en Italia en Florencia, Catania, Palermo, Padua) y llenan el vacío de una pastoral oficial de acompañamiento de las personas homosexuales.

Los resultados de la investigación muestran que al aumentar el tiempo de frecuentación de estos grupos, los niveles de homofobia interiorizada, o sea el rechazo de su propia homosexualidad, se reducen significativamente en las personas católicas homosexuales.

En efecto muchas de las actividades organizadas en el interior de los grupos (oraciones, testimonios, estudio de textos bíblicos) tienen el objetivo de ayudar a las personas católicas homosexuales a interpretar la homosexualidad desde una óptica religiosa positiva.

El camino de acogida y reconciliación promovido en el interior de la Iglesia Católica por los grupos de personas cristianas homosexuales, hoy presentes en todo el mundo, es un ejemplo extremadamente interesante de una pastoral nacida desde abajo que, cuando se vuelve realidades parroquiales, tiene el mérito de enseñar concretamente a las comunidades religiosas que los acogen cómo superar cualquier forma de discriminación y de estereotipo sobre las personas homosexuales.

Preguntamos a la doctora Arianna Petilli cuál era el objetivo de su estudio? 



Todo el trabajo ha sido guiado por un objetivo bien preciso, tratar de entender cómo la religión Católica influencia las actitudes que gais y lesbianas adoptan con respecto a su propia homosexualidad. Por lo tanto, han sido confrontados tres distintos grupos de personas homosexuales: los gais y las lesbianas que se definían no creyentes, los gais y las lesbianas católicos que frecuentaban un grupo de cristianos homosexuales y los gais y las lesbianas católicos que declaraban no haber nunca frecuentado uno.

En total la investigación ha involucrado a 366 personas. De los tres grupos han sido medidos y confrontados los niveles de homofobia interiorizada. Antes de proceder a analizar juntos los resultados de su investigación, nos explica mejor qué es la homofobia interiorizada y cómo la religión católica influencia los niveles de homofobia interiorizada de gais y lesbianas.


Con la expresión “homofobia interiorizada” se hace referencia a la interiorización, por parte de una persona homosexual, de la visión negativa que la sociedad tiene enraizada con respecto a la homosexualidad. Dicho en otros términos, le personas homosexuales aprenden y aplican hacia ellas mismas los estereotipos negativos relativos  a la homosexualidad que están difundidos en el contexto social en el que viven.

Por lo que respecta a la relación entre religión Católica y homofobia interiorizada, parecería que reconocerse en una religión que promueve una visión negativa de la orientación homosexual, no haga más que incrementar los prejuicios de gais y lesbianas hacia la homosexualidad y, por consecuencia, hacia ellos mismos.

Como es sabido, de hecho, la Iglesia Católica mantiene firme su posición de condena moral de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, proponiendo la castidad como única posibilidad de conducta correcta para gais y lesbianas.

Una persona, por lo tanto, que siente atracción hacia el mismo sexo y que se define católica, deberá enfrentarse a las enseñanzas de su propia confesión religiosa, en especial si en ellas se reconoce y si éstas tienen un importante valor subjetivo.

En la mayor parte de los casos eso ocasionará un fuerte conflicto entre sus propias preferencias sexuales y las creencias religiosas, lo cual obstaculizará el proceso de aceptación de su propia homosexualidad.

Cuáles son los resultados de su estudio sobre la relación entre religión Católica y homofobia interiorizada?

De una manera que no sorprende, también los resultados de mi estudio confirman que la religión católica influencia notablemente el modo en el que gais y lesbianas evalúan su homosexualidad, mostrando que las personas gais y lesbianas católicas involucradas en la investigación, con respecto a los no creyentes, están caracterizadas por niveles mayores de homofobia interiorizada.

Los resultados evidencian, además, que cuanto más influencian los valores religiosos católicos a la familia de origen del entrevistado, tanto más su homofobia interiorizada es fuerte y arraigada.

Concentrémonos más de cerca en los grupos de personas cristianas homosexuales. Ante todo, cómo nacen estos grupos y cuál es su finalidad? 



Esta perspectiva temporal ayuda también a entender que los índices de homofobia internalizada en los católicos que asisten a estos grupos siga siendo más alto que entre los no creyentes. Ello tendría como una de sus causas el hecho de que coinciden personas que llevan poco tiempo, y que manifiestan todavía el peso de los prejuicios interiorizados, y otros que tienen ya una trayectoria en dichos grupos. En palabras de Petilli, “parece que quienes tienen una opinión más negativa de su homosexualidad asisten a estos grupos. Conforme pasan más tiempo en ellos, descienden los niveles de homofobia internalizada. Esto muestra lo importante que es para gays y lesbianas católicos que vayan a grupos que validen su homosexualidad”.

No obstante la doctrina católica institucionalizada, en varias partes del mundo gais y lesbianas católicos se han reunido espontáneamente en grupos en los (cuales) que siguen practicando su religión sin buscar esconder o modificar su homosexualidad, ni mucho menos proponiendo la castidad como único camino a poderse recorrer. 
Esto ha tenido lugar también en Italia con el  nacimiento de grupos de cristianos homosexuales.

La finalidad, en especial, es la de ayudar a las personas participantes a resolver la incompatibilidad que experimentan entre sus creencias religiosas y la homosexualidad.

Como explicaba antes, a causa de las enseñanzas católicas oficiales que siguen mostrándose contrarias a la sexualidad homosexual, muchas personas gais y lesbianas católicas pueden percibir un fuerte conflicto entre sus valores religiosos y su orientación sexual.

Los grupos de personas cristianas homosexuales buscan ofrecer a quienes participan en ellos la posibilidad de vivir su homosexualidad en el respeto de las creencias religiosas, sin tener que renunciar a ninguno de estos dos aspectos.

Cómo buscan alcanzar este resultado?

En el interior de cada grupo se organizan numerosas actividades con la finalidad de promover una nueva interpretación religiosa positiva de la homosexualidad. Por ejemplo algunos encuentros se dedican a la lectura de los textos sagrados, interpretados según las contribuciones de la nueva exégesis que demuestran como cada pasaje de la Biblia tenga que ser atentamente posicionado en el interior del contexto histórico y cultural en el que se escribió.

Otros momentos están dedicados a la oración, colectiva e individual y, otros todavía, a la profundización con expertos de temas referentes a la relación entre Iglesia Católica y homosexualidad. Además, sobre la base de mi experiencia en algunos grupos de cristianos homosexuales, me he podido dar cuenta de cómo, en el interior de los grupos, la religión se interpreta a menudo como una relación directa con Dios que no necesita de la mediación de la institución Católica.

De este modo será privilegiado un camino espiritual personal que tendrá el efecto de reducir la importancia de los documentos católicos, siempre hostiles a la homosexualidad ejercitada, y por lo tanto de redimensionar su impacto negativo sobre la imagen que los homosexuales católicos tienen de sí mismos y de su sexualidad.

Por otro lado, aunque la mayoría de las veces los que frecuentan esos grupos sean mayormente católicos, la definición de “cristianos” indica su distancia de las jerarquías eclesiales y de una manera de concebir la religión como un conjunto de dogmas y prohibiciones.

Cuáles son los resultados de su estudio en lo que respecta a los grupos de cristianos homosexuales?

Como decía antes, las personas gais y lesbianas católicas de mi estudio han resultado ser más homofóbicas que las personas homosexuales no creyentes, sin distinción determinada por formar parte o no de un grupo de cristianos homosexuales. Se podría por lo tanto considerar superficialmente que estos grupos no sean capaces de alcanzar el efecto esperado.

En realidad, la investigación pone en evidencia ulteriores resultados que ofrecen diferentes motivos de reflexión. Ante todo se ha observado que al aumentar el tiempo de frecuentación del grupo, los niveles de homofobia interiorizada de los participantes se reducen significativamente.

Además, confrontando los niveles de homofobia interiorizada de las personas gais y lesbianas que habían llegado al grupo hace menos de un año con los de las personas católicas que nunca habían frecuentado esos grupos, se ha podido apreciar cómo, al menos en este estudio, sean justamente las personas que acaban de llegar al  grupo las más homofóbicas.

Parecería, por lo tanto, que esos grupos sean frecuentados sobre todo por quienes poseen una visión más negativa de su homosexualidad. El hecho de que, con el aumentar del tiempo de participación, los niveles de homofobia interiorizada se reduzcan, hace evidente cuán importante sea, para las personas gais y lesbianas católicas, frecuentar grupos religiosos que validen su homosexualidad.

Por qué, según su opinión, frecuentar estos grupos tiene efectos tan positivos?



Debéis tener en cuenta que, para algunas personas, el grupo representa el único lugar en el que vivir sin inhibiciones su propia homosexualidad y el único contexto en el cual practicar su propia religión sin sentimientos de culpa.

Muchas de las actividades organizadas (al) en el interior de los grupos, de hecho, tienen el objetivo de ayudar a los participantes a poner en discusión las enseñanzas católicas oficiales, siempre contrarias a su sexualidad homosexual, para interpretar, por lo contrario,  la homosexualidad, desde una óptica religiosa positiva. 
En el grupo es además posible conocer otras personas gais y lesbianas católicas que, viviendo la misma condición, pueden llegar a ser importantes fuentes de apoyo además de válidos modelos de referencia.

Se trata de un aspecto, este último, para no subestimar por qué a menudo gais y lesbianas católicos están forzados a un doble aislamiento, el que reciben por la comunidad homosexual, que los repulsa por ser creyentes, y el del mundo religioso que los rechaza por ser homosexuales.

Se hace evidente, por lo tanto, que la frecuentación de esos grupos se transforma en una oportunidad única para romper el aislamiento al que a menudo muchas personas homosexuales católicas están forzadas y para desarrollar una nueva identidad en la cual homosexualidad y valores religiosos coexisten en equilibrio perfecto.

Frente a ello, este estudio avala la tesis de que un enfoque más inclusivo sería mucho más positivo para sus propios fieles LGTB. En 2015 tendrá lugar otra sesión del Sínodo, que serán la base para decisiones vinculantes. Está por ver si se retoma lo que se abrió paso para luego dar marcha atrás. Por el momento, ya hay también apoyos empíricos.

Los resultados completos de la investigación en Italiano (archivo PDF): https://waysoflove.files.wordpress.com/2014/09/articolo-italiano-conferenza-1.pdf

Los resultados completos de la investigación en Inglés (archivo PDF):  http://waysoflove.files.wordpress.com/2014/09/articolo-inglese-conferenza-1.pdf

Gionata

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El Vaticano investiga a sacerdotes italianos que posan desnudos para webs gays

Lunes, 27 de octubre de 2014
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curas-ortodoxosLa diócesis de Albenga-Imperia, en el Norte de Italia, es acusada de ser la nueva Sodoma

Los sacerdotes están siendo apodados como “sacerdotes playboy

Francisco ya había enviado a Adriano Bernardini para investigar a l0s supuestos “curas playboy” y Obispo Oliveri,

Líbranos del mal, murmura el Obispo Mario Oliveri desde el altar de la Catedral de San Miguel Arcángel. Se extiende una arruga de profundo dolor en la frente , la ansiedad. Amén, Señor Obispo, pero ¿ es cierto que con todos estos sacerdotes pecadores, Francisco ha decidido commissariaresu diócesis? El obispo Oliveri, un firme tradicionalista que celebró una vez una misa de tres horas en América, dijo al diario La Repubblica: No quiero hablar de ello. Este no es el momento adecuado .

La Santa Sede ha enviado a la pequeña curia de Liguria un administrador apostólico” para supervisar el obispo Oliveri. Durante su episcopado, que duró 25 años, ha habido abuso de los niños y las investigaciones de abuso, incluso sexuales El gran número de escándalos fueron llevados a la atención del Vaticano por los feligreses horrorizados, entre ellos una médico, Luisa Bonello, que escribió al Papa en febrerose suicidó el mes pasado.

No se trata de los ya famosos curas ortodoxos del Este de Europa (un ejemplo en la imagen), que cada año realizan un calendario erótico, pero se les aproximan. Francisco ha decidido enviar un “administrador apostólico” para evaluar las acusaciones de los feligreses de la diócesis de Albenga-Imperia, en el norte de Italia, entre las que se incluyen que algunos de los sacerdotes han publicados fotos desnudos en webs homosexuales y han subido a Facebook también fotos ligeros de ropa.

La cuestión no parece anecdótica, pues también algunos de los sacerdotes han sido acusados de robo, de trabajar de camareros y de haberse tatuado el cuerpo. Los menos han sido denunciados por acoso sexual a los feligreses y otros han sufrido la acusación de vivir con parejas homosexuales. 

calendario-sacerdotes

Un sacerdote fue declarado recientemente culpable de regentar un negocio de prostitución con menores de edad y otro, el Padre Luciano Massaferro, pastor de Alassio, fue condenado a más de siete años de prisión por abusar sexualmente de un monaguillo, enérgicamente defendido por el obispo durante la investigación. Silvano De Matteis, pastor en Diano San Pietro, acusado por un capitán de puerto de haber cortejado a su esposa durante una procesión. Don César Donati, pastor de Bastia d’Albenga, que fue destituido bajo la acusación de tener un compañero su lugar es tomado por un sacerdote que ha sido fotografiado desnudo en un sitio gay y luego dice que oficia en fracciones pero termina trabajando de barman. Padre Alfonso María Parente, quien actuó en el Festival de San Remo, que huye de la parroquia de Pairolo. Tiene espacio para Don Juan Pablo Esquivel, quien vive con un amigo y  entusiasta del culturismo, ya recuperado de mononucleosis (¿Quién le habrá besado?Fue el slogan de los fieles), famoso por sus diatribas contra las arpías insatisfechas . Un enlace a Don Juan también está en la página de Facebook del Obispo Oliveri. Y Facebook se terminó puré de Don Gabriel Viorel Irla, pastor de Poggi de Imperia: desnudo, por supuesto. Son algunas de las muchas historias de las que Bernardini se dio cuenta. ¿Pero el resto?

Una ardiente liturgia  tradicionalista: El Obispo Mario Olivericelebró en 2008 una misa en latín en la catedral, de tres horas y media. En sus post en las redes sociales a menudo evoca el Papa Benedicto XVI”. También se relacionó con el cardenal Domenico Calcagno, desestimado por Bergoglio recientemente por el IOR. Calcagno ha sido acusado de haber cubierto varios casos de pedofilia en la Diócesis de Savona, donde había sido obispo durante cinco años, tomando el relevo en 2003 del Obispo Dante Lanfranconi a su vez investigado hace dos años por el fiscal de Savona para encubrir los casos de maltrato infantil y abuso sexual en  la diócesis que linda con la de Albenga.

Oliveri y Lanfranconi se habían instalado juntos, hace un cuarto de siglo. Luisa Bonello, Savona médica, en febrero de Francis Papa había dado un informe detallado sobre la violencia cometida por sacerdotes de la zona, denunciando la connivencia” de los superiores. Líbranos del mal”, preguntó ella. Murió el mes pasado. El Poder Judicial abrió una investigación por “incitación al suicidio.

El obispo Oliveri, que ha estado a cargo de la diócesis durante los últimos 25 años, será investigado a pesar de no estar implicado directamente. Se espera que sea reemplazado pronto por un obispo auxiliar. Un portavoz del Vaticano ha confirmado que la Santa Sede llevará a cabo una investigación tras recibir un gran volumen de quejas por parte de los feligreses.

Fuente The Telegraph y Republica. it Genova

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“Familia: ¿Qué quiere la Iglesia?”, por José María Castillo, teólogo

Domingo, 26 de octubre de 2014
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Dios es FamiliaDe su blog Teología sin Censura:

¿Qué quiere resolver la Iglesia en lo que se refiere a los problemas que más preocupan ahora mismo a la familia? Como es lógico, lo primero que llama la atención – y resulta difícil de explicar – es que los problemas que ha tratado el Sínodo no son los que más interesan y preocupan a la gran mayoría de las familias del mundo. El angustioso problema de la vivienda, el problema de un jornal o un sueldo con el que llegar dignamente a fin de mes, el problema de la salud y de la seguridad social, el de la educación de los hijos. Por lo menos, estos asuntos tan graves y que tanto angustian a la gente no han estado – que sepamos – como problema centrales en el orden del día de ninguna de las comisiones o de las sesiones del Sínodo.

Esto da pie para pensar o quizá sospechar – al menos, en principio – que quienes han preparado y organizado los trabajos del Sínodo son personas que pueden dar la impresión de que viven más preocupadas por los dogmas católicos y la moral, que predica el clero, que por los sufrimientos y humillaciones que están soportando muchas más familias de las que imaginamos. No hay que ser ni un sabio ni un santo para darse cuenta de esto. Para hacerse lógicamente la pregunta que acabo de plantear. Y que nadie me diga que los asuntos, que acabo de apuntar, son problemas que tienen que ser resueltos por economistas y por políticos. Por supuesto, lo que he dicho es asunto que concierne directamente a la economía y a la política. Pero, ¿sólo a economistas y políticos? Y entonces, ¿el sufrimiento, la dignidad, la seguridad y los derechos de la gente, los derechos fundamentales de las familias, no nos tienen que interesar, ni por ellos podemos ni tenemos que hacer nada?

Esta es la primera gran cuestión que, a mi modesto entender, tendría que interesar sobre todo – y antes que ninguna otra cosa – a la Iglesia, especialmente a sus dirigentes. Lo digo con tiempo, cuando todavía tenemos un año por delante para llegar a las conclusiones finales del Sínodo.

Pero, viniendo ya a los problemas que el Sínodo ha tratado, mi pregunta es la siguiente: a la Jerarquía de la Iglesia, ¿qué es lo que más le interesa y le preocupa? ¿gente que “se quiere”? o ¿gente que “se somete”? Confieso que estas preguntas se me han ocurrido pensando y recordando lo que yo mismo estoy viendo en el mundo eclesiástico desde hace más de 60 años, es decir, desde que ando metido en ambientes clericales. Lo mismo en España que fuera de España, lo que yo he palpado, en los ambientes de Iglesia, es que los problemas de la economía y los asuntos sociales no suelen preocupar demasiado. Porque normalmente tales problemas (en las instituciones eclesiásticas) están resueltos. Mientras que los asuntos relacionados con la ortodoxia dogmática (sumisión a la Jerarquía) y con el sexo (observancia de la moral), no sólo suelen ser muy preocupantes, sino que con frecuencia resultan casi obsesivos o rozando la obsesión. La consecuencia, que se suele seguir de este estado de cosas, y que la gente nota mucho, está a la vista de todos: los obispos no suelen hablar (o se limitan a alusiones genéricas) sobre la corrupción política y sus consecuencias, mientras que esos mismos obispos suelen poner el grito en el cielo si lo que se plantea es el problema de los matrimonios entre personas homosexuales o, en general, cuestiones relacionadas con el sexo. De ahí, por poner un ejemplo, la diferencia de trato que reciben, en tantos confesionarios, los capitalistas y banqueros o los gays y lesbianas.

Todo esto nos lleva – me parece a mí – a una pregunta mucho más radical: ¿por qué las religiones afrontan de manera tan distinta los problemas relacionados con “la propiedad de los bienes” y los problemas que se refieren al “cariño entre las personas”? Desde el punto de vista de la sociología, uno de los especialistas más reconocidos en esta materia, Anthony Giddens, ha escrito: “La familia tradicional era, sobre todo, una unidad económica. La producción agrícola involucraba normalmente a todo el grupo familiar, mientras que entre las clases acomodadas y la aristocracia la transmisión de la propiedad era la base principal del matrimonio. En la Europa medieval el matrimonio no se contraía sobre la base del amor sexual, ni se consideraba como un espacio donde el amor debía florecer” (Un mundo desbocado, pg. 67-68).

En realidad, “la propiedad de los bienes” (y no “el cariño entre las personas”), como factor determinante de la familia tradicional, viene de más lejos y tiene su origen en otra fuente: el Derecho. Como es sabido, la familia era la unidad que interesaba al primer Derecho romano. Este Derecho no se ocupaba de lo que ocurría dentro de la familia. Las relaciones entre sus miembros eran un asunto privado, en el que la comunidad no intervenía. La familia estaba representada por su cabeza, el paterfamilias, en el que se concentraba toda la propiedad familiar. Y todos sus descendientes, en línea paterna estaban bajo su control. Cualquier hijo no dejaba de estar bajo su poder. Más aún, un hijo no dejaría de estar bajo el poder de su padre hasta que llegase a adulto e incluso, hasta que no muriese el padre, no podría tener propiedades por sí mismo. Consecuentemente toda la propiedad familiar se mantenía unida y los recursos de la familia, como un todo, se reforzaban (Peter G. Stein, El Derecho romano en la historia de Europa, pg. 7-8). Lo notable es que la Iglesia hizo plenamente suyo este Derecho. De forma que, por ejemplo, el concilio de Sevilla, del año 619, califica al Derecho romano como lex mundialis, es decir la ley por antonomasia a la que tendrían que someterse todos los pueblos (cf. E. Cortese, Le Grandi Linee della Storia Giuridica Medievale, pg. 48).

Pues bien, en este contexto de ideas y de leyes, resulta comprensible y lógico que la Iglesia, a medida que se fue acomodando a la cultura y al Derecho heredado del Imperio romano, en esa misma medida fue asumiendo e integrando en su vida y en su sistema organizativo lo que era común a las demás religiones. Me refiero a lo que, con razón, ha dicho uno de los más reconocidos especialistas en esta materia: “La religión es generalmente aceptada como un sistema de rangos, que implica dependencia, sumisión y subordinación a superiores invisibles” (Walter Burkert, La creación de lo sagrado, pg. 146). De ahí que las teologías y los rituales de las religiones, si en algo insisten y en algo son semejantes los unos a los otros, es precisamente en cuanto afecta a la “sumisión”. Y conste que, por lo que afecta concretamente a esta sumisión, los rituales que la crean, la fomentan y la mantienen, “no están limitados a una religión particular, sino que se encuentran en todo el planeta, y se puede demostrar que algunos de ellos son prehumanos” (o. c., pg. 156). La sumisión, desde las sociedades prehumanas, se expresa creando la impresión que uno produce al inclinarse, arrodillarse, tirarse al suelo, arrastrarse, en suma, todo lo que es “no agrandarse”. Y está demostrado que los rituales religiosos coinciden todos en esto (K. Lorenz, On Aggression, Nueva York, 1963, pg. 259-264; I. Eibl-Eibesfeldt, Liebe und Hass: Zur Naturgeschichte elementarer Verhaltensweisen, Munich, 1970, pg. 199 ss).

Ahora bien, lo más sorprendente, en todo este asunto, es comparar estos supuestos básicos de la familia y de la religión con los relatos de los evangelios que, repetidas veces, se refieren tanto a la familia como a la religión. Sabemos, en efecto, que Jesús, lo mismo en lo que se refiere a la familia como en lo que respecta a la religión, asumió públicamente y sin ambigüedades una actitud sumamente crítica. Me explico.

Por lo que afecta a la religión, los evangelios nos informan de los enfrentamientos y conflictos constantes y crecientes que tuvo Jesús con los dirigentes religiosos y sus rituales. A esto se refieren los enfrentamientos con escribas y fariseos, con los sumos sacerdotes y senadores, incluso con el mismo Templo de Jerusalén. Hasta terminar siendo detenido por las autoridades religiosas, acabando en el juicio, la condena y la ejecución violenta en el tormento de los crucificados, los “lestaí” (Mc 15, 27; Mt 27, 38), es decir, no los simples ladrones, sino los rebeldes políticos, como explica F. Josefo (H. W. Kuhn: TRE vol. 19, 717). Jesús fue el hombre más profundamente religioso que podamos imaginar. Pero la religión de Jesús quedó desplazada del modelo establecido: su religión (como el Dios que representaba) no estuvo centrada en “lo sagrado”, sino en “lo humano”. Esto es capital para entender el Evangelio Y sin embargo, esto no es central para entender la Teología cristiana. Ni esto es tampoco el centro de la vida de la Iglesia.

Por lo que se refiere a la familia, es seguro que las relaciones de Jesús con su propia familia fueron tensas y complicadas: sus parientes lo tuvieron por loco (Mc 3, 21) y no creían en él, incluso lo despreciaban (Mc 6, 1-6; cf. Jn 7, 5). Por otra parte, lo primero que Jesús les exigía, a quienes pretendían seguirle, era abandonar la propia familia (Mt 8, 18-22; Lc 9, 57-62). Y cuando un día le dijeron que le buscaban su madre y sus hermanos, la respuesta de Jesús fue decir que su madre y sus hermanos son los que escuchan y cumplen lo que Dios quiere (Mc 3, 31-35; Mt 12, 46-50; Lc 8, 19-21). Pero Jesús, en lo que se refiere a las relaciones con la familia, llegó más lejos. Porque se atrevió a decir que él no había venido a traer paz, sino espadas, división y conflicto, precisamente entre los miembros de la propia familia (Mt 10, 34-42; Lc 12, 51-53; 14, 26-27). Es más, Jesús llegó a tocar en lo intocable de aquel modelo de familia: “No llaméis “padre” a nadie en la tierra” (Mt 23, 9). Una prohibición tan fuerte, en aquella cultura, que llegó a desmontar el eje mismo de aquel modelo de relaciones familiares. Los grandes, los importantes, no son los “padres” y “jerarcas”, sino los “niños”, los “pequeños”: el reinado de Dios es de los que se hacen como ellos (Mt 19, 14).

¿Qué quiere decir todo esto? ¿Dónde está el fondo del asunto? Las relaciones de parentesco no son libres, sino que nos son dadas e impuestas a cada ser humano que viene a este mundo. Por el contrario, las relaciones comunitarias y de amistad, dado que nacen de convicciones libres y de sentimientos que cada cual acepta libremente, son siempre relaciones que se basan en la libertad humana y se mantienen por la fuerza de la decisión libre. Lo más bello, lo más gratificante y lo más motivador de la relación de fe y confianza en el otro, y en Dios, es que siempre es posible porque es una relación libre. De tal manera que lo determinante, en este modelo de familia y de grupo, no es la sumisión, ni al “poder represivo”, ni al “poder seductor” (Byung-Chul Han), sino que lo decisivo es la fe y la confianza, en el encuentro (con el Otro, con los otros, con alguien en concreto) mediante la “relación pura” (A. Guiddens), que se basa en la comunicación emocional. La forma de comunicación en la que las recompensas derivadas de la misma son la base primordial para que tal comunicación pueda mantenerse y perdurar. Por esto precisamente la experiencia nos dice que donde hay cariño verdadero, por eso mismo hay libertad, mientras que donde hay religión (centrada en lo ritual y lo sagrado) hay sumisión.

Ahora bien, supuesto lo dicho en esta (ya demasiado prolongada) reflexión, vuelve la pregunta inicial: ¿Qué quiere la Iglesia con todo lo que ha removido a propósito de la familia? Por supuesto, el papa Francisco, al convocar y programar el Sínodo de la Familia, ha querido responder a problemas apremiantes que tienen planteados miles de familias en todo el mundo. Pero es de suponer que el papa Francisco, al convocar este Sínodo, exigiendo libertad para hablar de los problemas y transparencia para informar de lo que se ha hablado en las sesiones sinodales, lo que ha hecho ha sido poner en marcha, sin posible vuelta atrás, un proceso de apertura de la Iglesia a los problemas reales y concretos que, en este momento histórico, se nos plantean a todos.

Pero lo que ha ocurrido es que, no sólo se ha puesto en marcha este proceso, sino que, además de eso, el mundo se ha enterado de que en la Iglesia persiste muy vivo un sector importante de clérigos (de todos los rangos) y de laicos que identifican las creencias cristianas con posiciones inmovilistas e intolerantes que, además, desde el punto de vista de la más documentada, sana y ortodoxa teología, son posiciones indemostrables. Y, por tanto, posiciones que ocultan pretensiones inconfesables de poder y autoridad que se orientan más a mantener intacta la “sumisión” de los fieles que a fomentar la “libertad” que brota del cariño entre los seres humanos.

La situación es delicada. Hay que evitar, a toda costa, un nuevo cisma en la Iglesia. Pero no podemos estar incondicionalmente con quienes identifican el cristianismo con una religión centrada en la observancia de rituales sagrados, que produce obsesivamente sumisión a jerarquías ancladas en un pasado y en una cultura que ya no son ni nuestro tiempo, ni la cultura en que vivimos. Un cristianismo así, produce personas muy religiosas y un clero fiel a jerarquías eclesiásticas que se identifican más con los privilegios que le ofrece el poder político que con la libertad indispensable para lograr una sociedad más justa en la que todos los ciudadanos podamos vivir en justicia e igualdad de derechos. Si nuestro proyecto de vida quiere ser fiel a Jesús y a su Evangelio, no tenemos más camino que la apertura al futuro que entre todos tenemos que construir. Es más, si de verdad queremos a la Iglesia y ser fieles a la ”memoria peligrosa” de Jesús, los cristianos tenemos, en el camino que nos está abriendo y trazando el papa Francisco, el itinerario cierto que nos lleva al fin que anhelamos.

José M. Castillo

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“Carta abierta al Papa Francisco”. 118 firmas

Domingo, 26 de octubre de 2014
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papa-corderoYa habíamos informado acerca de este asunto y que ahora leemos en Reflexión y Liberación:

En el GAM de Santiago, se conoció la misiva respaldada por más de cien personalidades del mundo de la Cultura, la Economía y de los Derechos Humanos

Carta abierta al Papa Francisco

Ante hechos recientes que desconciertan al Pueblo de Dios en Chile

Querido Hno. Papa Francisco:

Junto con agradecer la esperanza que Ud. ha traído de vuelta a la Iglesia universal, un grupo de cristianos estimamos conveniente ejercer nuestra corresponsabilidad laical, y solicitar respetuosamente su atención a un hecho que ha conmocionado a la opinión pública de nuestro país: la acusación, desmentidos, aclaraciones y retractaciones de altos dignatarios de la Iglesia que han producido desconcierto, confusión y división en el Pueblo de Dios, derivado de una investigación canónica contra tres insignes sacerdotes.

La prensa ha informado de una investigación canónica, motivada por opiniones públicas personales que expresan: apoyo a reformas que se discuten en el Congreso Nacional; acogida a marginados por su condición sexual; comprensión a mujeres que sucumben dramáticamente abortando a un hijo en gestación; y acompañamiento en el discernimiento moral.

Sin inmiscuirnos en cuestiones canónicas, vemos que lo ocurrido no es un hecho aislado, sino el síntoma de una grave crisis que vive nuestra Iglesia chilena en general, y la Iglesia de Santiago en particular. Por eso, consideramos necesario compartir una mirada objetiva de la situación de nuestra Iglesia, ofreciendo de paso un testimonio de la vida sacerdotal de los hermanos cuestionados.

1. «Los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio» EG48

puga_560x280Los sacerdotes involucrados – padres José Aldunate SJ, Mariano Puga y Felipe Berríos SJ – se han ganado el cariño y respeto de la mayoría de los chilenos. Ellos son el rostro comprometido y acogedor de una Iglesia cercana a los pobres y perseguidos. Ellos son referentes morales y personas creíbles por su coherencia evangélica, cautivando a multitud de niños, jóvenes y adultos, sin distinción de clase, credo ni ideología.

Es sabido que la voz de estos sacerdotes incomoda, entre ellos, a algunos obispos y a grupos vinculados a la Iglesia que ejercen poder.

2. «Deseo de escuchar a todos y no sólo a algunos que le acaricien los oídos» EG 31

La opinión pública ha sido testigo, con no poca perplejidad, de un pudoroso conflicto entre el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati Andrello, y el nuncio apostólico, monseñor Ivo Scápolo. Mientras el cardenal desconoce responsabilidad y endosa culpas a la nunciatura, monseñor Scápolo actúa con prudencial sigilo.

Entre los antecedentes objetivos disponibles hay constancia de la investigación canónica, así como de la difusión de los hechos en una reunión del clero de Santiago presidida por el cardenal arzobispo.

Se instala así la duda, la intriga y la desconfianza, invadiendo el alma del Pueblo de Dios que, confundido, contempla el Cuerpo Místico de Cristo herido.

3. «La gloriosa libertad de los hijos de Dios.» Rm 8,22b

Con estos hechos se impone la censura a la libertad de opinión y se revela un rasgo de la Iglesia preconciliar, jerárquica y piramidal. Queda también en evidencia el indebido respeto por la conciencia ajena.

Como un hecho persistente, vemos en la Iglesia de Santiago un nocivo ambiente de desconfianza y de miedo que inhibe la libertad de los hijos de Dios, afectando particularmente al clero y a la vida religiosa. Ello, es consecuencia de un estilo de liderazgo autoritario de público conocimiento: “Hace un par de meses en reunión con sus vicarios del Arzobispado consultó: «¿Es verdad que me ven como alguien autoritario?» Los vicarios se miraron y negaron el hecho porque asumen que su estilo ejecutivo que imprime en su gestión es parte de su personalidad”. (Diario La Segunda, 22 de Agosto de 2014).

4. «¡El dinero debe servir y no gobernar!» EG 58

En la Iglesia chilena, vemos opacidad económica que afecta su imagen pública. Los fieles tenemos derecho a conocer con transparencia las fuentes de financiamiento y los gastos de nuestra Iglesia, así como la administración de su patrimonio y los vínculos comerciales con algunos grupos económicos. Nuestra Iglesia necesita liberarse del apego al poder del dinero, que inhibe la libertad evangélica de los pastores.

A modo de ejemplo, está la demanda judicial de una familia contra el Arzobispado de Santiago por 200 millones de dólares, por la supuesta apropiación indebida de parte de la propiedad de la filial de SOPROLE, Sociedad Procesadora de Leche del Sur S.A. (El Mostrador, 21 de noviembre de 2013).

5. «No a la mundanidad espiritual» EG 97

Vemos con preocupación que un emblemático edificio institucional, inaugurado en Diciembre de 2013 en el campus San Andrés de la Pontificia Universidad Católica de la Santísima Concepción, lleve el nombre de Monseñor Ricardo Ezzati Andrello y haya sido inaugurado por él mismo. (http://noticias.iglesia.cl/noticia.php?id=22992.

6. «Cada pueblo, en su devenir histórico, desarrolla su propia cultura con legítima autonomía» EG 115

Vemos que no se respeta la autonomía del Estado, como cuando el arzobispo de Santiago hacía lobby privado ante el gobierno del expresidente, Sebastián Piñera, para persuadir que el Estado de Chile no ratifique la Convención Interamericana Contra Todas las Formas de Discriminación e Intolerancia, adoptada por la 43ª Asamblea de la OEA. Eso dañó la imagen eclesial, exponiéndola a un severo escrutinio social y político. (The Clinic, 16 de Octubre de 2013).

7. «El mensaje que anunciamos siempre tiene algún ropaje cultural, pero a veces … podemos mostrar más fanatismo que auténtico fervor evangelizador» EG 117

Vemos falta de prudencia pastoral cuando el arzobispo de Santiago ha protagonizado una persistente y reñida confrontación pública en la discusión de la Reforma Educacional, donde la Iglesia aparece defendiendo privilegios y mecanismos de segregación que no son compartidos por todo el Pueblo de Dios. Muchos ven en ello la defensa de privilegios, más que servicio al Bien Común.

En los denominados temas valóricos, la falta de serenidad y un estilo confrontacional impiden que la riqueza magisterial de la Iglesia ilumine el diálogo social, consiguiendo tensionar la vida cívica del país. (El Mercurio, 19 de Enero; 22 de Mayo y 27 de Julio de 2014).

8. «La homilía es la piedra de toque para evaluar la cercanía y la capacidad de encuentro de un Pastor con su pueblo» EG 135

Vemos cómo se deteriora la autoridad del arzobispo de Santiago. Prueba de ello es que al convocar a un “Gran Propósito Nacional”, en la homilía del Te Deum realizado en el templo catedral de la Iglesia de Santiago el 18 de Septiembre de 2014, no tuvo respuesta pública. Ante el silencio, insistió publicando una carta en El Mercurio del 28 de Septiembre, la que nuevamente no encontró acogida.

9. «La Iglesia católica es una institución creíble ante la opinión pública» EG 65

Vemos con tristeza una pérdida de credibilidad de nuestra Iglesia, ratificada en una persistente caída de este atributo en encuestas de opinión serias. Nos duele que sólo un 30% de los chilenos concedan credibilidad a la Iglesia Católica. Ello singifica que la mitad de los católicos no confían en su propia Iglesia. (Encuesta CEP, Julio de 2014).

10. «La dulce y confortadora alegría de evangelizar» EG 9

Nuestra Iglesia chilena sufre y su imagen es desacreditada; mientras el Pueblo de Dios resiente la crisis y parece “como ovejas sin pastor” (Mt 9, 36b). Mucho bien hace nuestra Iglesia, pero su tarea esencial se ve dificultada porque, sin credibilidad, no es posible anunciar la confortadora Alegría del Evangelio.

Querido papa Francisco, para encontrar cauces de solución, y por el bien superior de nuestra Iglesia, queremos solicitar respetuosa y responsablemente, que tenga a bien considerar la venida de una Visita Apostólica al Arzobispado de Santiago, para evaluar objetivamente la delicada situación descrita.

En este atrevimiento de escribirle una carta abierta, nos mueve un entrañable amor a nuestra Iglesia, y nos ha convencido aquello que “Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: « ¡Dadles vosotros de comer! » (Mc 6,37)” EG 49.

Con afecto filial, lleno de esperanza, y con el compromiso de nuestra perseverante oración por Ud. y por el bien nuestra Iglesia, le saludan afectuosamente: Leer más…

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“¿Desacralizar el papado?”, por José Ignacio González Faus

Sábado, 25 de octubre de 2014
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el-papa-camina-solo_560x280Confidencia de Francisco a un obispo que le fue a visitar a Roma:

“Reza por mí; la derecha eclesial me está despellejando. Me acusan de desacralizar el papado”

“Demos gracias a Dios por ello, porque contribuirá a purificar la fe de los católicos”

“Un ministerio de Pedro sacralizado sólo sirve para que la curia romana se autosacralice a sí misma bajo la sombra del papa “

Puedo garantizar la anécdota porque me la contó su protagonista: un obispo (de cuyo nombre no debo acordarme) a quien Francisco, el actual obispo de Roma, le dijo literalmente en conversación privada: “reza por mí; la derecha eclesial me está despellejando. Me acusan de desacralizar el papado”.

Permítaseme preguntar si lo que está haciendo Francisco es desacralizar el papado o más bien cristianizarlo. Hace unos diez siglos, san Bernardo escribió una carta al papa Eugenio III y lo que le pedía en ella viene a ser otra “desacralización” del papado: que se parezca a Pedro y no a Constantino (o al sumo sacerdote judío), y que recuerde que Pedro no necesitó grandes palacios, ni mantos de armiño, ni lujosos medios de transporte para anunciar a Cristo. Por si fuera poco, el nada sospechoso Benedicto XVI declaró poco antes de su renuncia que esa carta de san Bernardo debería ser libro de cabecera para todos los papas.

Pedro fue muy apreciado en la iglesia primera, pero el libro de los Hechos de los Apóstoles no da ningún testimonio de que ello se debiera a una sacralización de su persona o de su ministerio: se le quería porque era perseguido y encarcelado, porque tenía intuiciones de líder sobre los nuevos caminos que había de emprender la iglesia primera, quizá también porque era humano y se le podían pedir cuentas cuando daba un paso que algunos timoratos no entendían (como entrar en casa de un pagano), o incluso se le podía reprender públicamente como hizo Pablo…

Algo parecido a lo que pedía san Bernardo es lo que intenta Francisco. Pero eso es cristianizar al papado. ¿O acaso habrá que acusar al mismo Jesucristo de “desacralizar” a Dios, por haberse vaciado de su rango divino y haber asumido figura de siervo (Fil, 2,6 ss)? Pues no: más bien hay que decir que un ministerio de Pedro sacralizado no hace más fácil la evangelización, ni más auténtica la fe de los católicos. Sólo sirve para que la curia romana se autosacralice a sí misma bajo la sombra del papa.

Tratando de comprender esa desviación cabría decir que brota de lo que suele presentarse como lo más característico, la gran virtud y el gran peligro de lo “católico”. Kat-hólico significa universal, pero no en sentido cuantitativo sino cualitativo: significa que ninguna dimensión natural queda fuera de lo cristiano (salvo el pecado que, por muy metido que lo tengamos, es lo más antinatural). Católico deriva del mismo vocablo griego (“holon”, en lugar de “pan”) de donde procede nuestra palabra holístico puesta hoy tan de moda, y que se refiere a una totalidad, pero en sentido distinto al que pueden evocar palabras como ”pan-germanismo” o pan-sexualismo.

Por eso se decía antaño que la diferencia entre catolicismo y protestantismo estaba sólo en una “y” (fe y razón, Dios y hombre, Gracia y libertad, vertical y horizontal…). Ésta sería la gran virtud de lo católico. Su gran peligro, de ahí derivado, es que puede contribuir a que nos perdamos en detalles ensombreciendo lo esencial cristiano y creyendo que comulgar en la boca (por ejemplo) es más santo y más piadoso que hacerlo en la mano. Al querer afirmarlo todo, se da el mismo valor a todo y se difumina la tremenda radicalidad cristiana.

La reforma de Lutero buscó en realidad una concentración en eso esencial cristiano, que luego algunos tacharon de reducción. Pero también se ha podido tildar a algunas personas y posturas católicas de ser “muy católicas pero muy poco cristianas”, terrible aviso que ya lanzó Fernando de los Ríos en 1933. Los shows multitudinarios del papa Wojtila con los gritos de “totus tuus” o “santo súbito” podrían ser tachados de muy católicos pero quizá poco cristianos. Y en fin: no sé si cabe decir que el protestantismo es como el canto gregoriano y el catolicismo como la polifonía barroca (y esto lo escribe un católico admirador del gregoriano).

Todos esos entornos de vestimentas especiales (y con sastres especiales), residencias regias, genuflexiones, apelativos de “santo padre”, viajes especiales… son en realidad muy secundarios. Cuando se los exagera y se los absolutiza contribuyen a crear una aureola idolátrica en torno al sucesor de aquel pescador de Galilea, llamado Pedro. Jesús no se sirvió de esas auras sagradas para anunciar la paternidad de Dios y el reinado de Dios. Y con el cristianismo se ha abolido la distinción entre lo sagrado y lo profano: porque, según Jesús, lo único sagrado es el ser humano, que está por encima de todos los “sábados” de la historia. De modo que, seguramente, el Maestro repetiría hoy a todo esos monseñores preocupados, sus palabras de antaño: “deja a los muertos que entierren a sus muertos, y ve a anunciar el reinado de la libertad de los hijos de Dios y la fraternidad de los hermanos en Cristo” (Lc 9,60).

Así pues: ¿que Francisco está desacralizando el papado? Demos gracias a Dios por ello, porque contribuirá a purificar la fe de los católicos facilitando además el acercamiento de otras iglesias cristianas. Porque, aunque sea cierto que a Dios sólo llegamos a través de mediaciones, eso no significa que debamos sacralizarlas.

José Ignacio González Faus

Fuente Religión Digital

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Carta de Andrés Gioeni al papa Francisco

Martes, 21 de octubre de 2014
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26355_1381245329530_4257669_nAndrés Gioeni, de quien ya hemos hablado en Cristianos Gays (1, 2) ha tenido la gentileza de enviarnos esta tercera carta que ha enviado al Papa Francisco acerca del resultado del Sínodo de la Familia. Gustosamente la publicamos con nuestro agradecimiento:

Buenos Aires, 18 de octubre de 2014.

Estimado y admirado Francisco:

¡Paz y bien!

En esta tercera carta que le escribo quiero hacerme portavoz del sabor amargo de muchas personas que pusimos la mirada, la oración y las esperanzas en un Sínodo que parecía abrir las puertas a una Iglesia pluralista, pero que finalmente las volvió a cerrar con elitismo hasta nuevo aviso.

En esta oportunidad no le escribo como quien ha vivido de cerca el sacerdocio; tampoco le hablaré desde mi condición de gay confeso. Esta vez quiero hablarle desde mi faceta de artista, una de las cualidades o dones que como homosexual puedo brindar a la sociedad.

Quienes nos sentimos creadores desde el arte, sabemos lo difícil que es encontrar una bocanada de inspiración. Pero cuando viene ese primer soplo, somos conscientes que en esas incipientes mociones están escondidas las huellas de lo que será nuestra obra final. Cuesta descubrir ese impulso que aparece muy de vez en cuando, pero cuesta mucho más permanecer fiel a su dictado.

En los primeros diálogos entre los personajes se va tejiendo una obra de teatro; en los primitivos trazos y pinceladas van surgiendo los atributos de la pintura final; en los borradores de los compases iniciales ya se prefigura la melodía que sentiremos vibrar; en el impulso de los cinceles originarios se van vislumbrando las figuras imaginarias que terminarán esculpiendo la escultura.

Pero mantenerse fiel a esa inspiración es lo que más cuesta. Porque la desconcentración nos tienta de diversas maneras a dejar de mirar ese primer suspiro programático, similar al llanto inicial del recién nacido. Son muchas las tentaciones que pretenden desviarnos de ese primer espíritu creador. ¿Será quizás más difícil permanecer fiel al primer movimiento, que recibir un sugerente impulso inspirador?

Con el tiempo aprendí que los artistas NO DEBEMOS DESESTIMAR TAN FÁCILMENTE UN PRIMER BORRADOR. Porque allí están las semillas del fruto a cosechar. Quizás como lglesia sea una invaluable experiencia a considerar.

Después de la expectativa creada a raíz de un borrador que surgía con un impulso energético del Espíritu, finalmente desviaron la mirada llegando a una declaración conclusiva con un texto que repite las expresiones conocidas por todos los que en más de una oportunidad hemos leído los documentos eclesiales.

Precisamente las afirmaciones más osadas fueron las que quedaron de lado. Quizás las afirmaciones que atendían a una novedad pastoral, quedaron descartadas en un compendio de frases escuchadas hasta el hartazgo en diferentes ponencias, reuniones, homilías y disertaciones.

Y me atrevo a afirmar que se debe a que COMO IGLESIA TODAVÍA TENEMOS MIEDO. Tenemos miedo a mirarnos como somos, tenemos miedo a reconocernos hijos de Dios con igualdad de condiciones, tenemos miedo a hablar con hermanos de igual a igual, hermanos que deciden ser fieles a una naturaleza aún desconocida. ¿Sentiremos miedo de que un Amor tan grande corra el riesgo de ser repartido?

Es lo que Jesús nos cuenta en la Parábola del Hijo Pródigo; cuando el Padre abre las puertas del hijo que se había perdido, el otro siente que es descuidado y que es injusto reconocer que él también pueda entrar a la casa. Pero ya la misma parábola nos lo deja en claro en las palabras del padre: “Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado” (Lc 15, 31-32).

Pero ¿tanto nos cuesta creer que una fuente inagotable no se puede acabar? ¿acaso algo que es infinito se puede no repartir sino en infinitas posibilidades? Eso lo sabemos por experiencia también los artistas. El espíritu puede soplar acá o allá, pero no se agotará. Puede inspirar a un colega, pero no por eso descuidará la inspiración de las demás obras.

Invite a todos sus pastores a emprender el camino hacia el Sínodo del año próximo mirando a los artistas. Porque un artista no tiene miedo. Un artista se arriesga. No porque sea temerario e irresponsable. Se arriesga porque sabe que la fuerza del espíritu llevará a buen término su obra. Si suelta el trapecio es porque confía que del otro lado hay alguien que lo recibe. Si mezcla colores sin sospecha es porque se entrega confiado sabiendo que la inmensidad de matices enriquecerán su fresco terminado. Si aporta neologismos es porque sabe que la palabra es realmente inagotable. Si combina notas, tiempos, silencios es porque descansa en la armonía.

SI EL BORRADOR ERA MÁS GRATO QUE LA OBRA FINAL, PREGÚNTELES QUÉ LOS DESVIÓ DEL IMPULSO PRIMARIO, QUÉ INTERESES SE MEZCLARON EN EL PROCESO. QUÉ DESAVENENCIAS O CONTIENDAS INTERNAS NO LES PERMITIERON MANTENERSE FIELES A LO QUE EL ESPÍRITU LOS EMPUJÓ EN UN PRINCIPIO.

Aún antes de finalizar le comparto algunas preguntas que me surgen también de mirar todavía el ejemplo de los artistas, y llevarlo luego al plano de la fe:

En nuestros ensayos, levantarnos de nuevo después de habernos caído todavía sigue siendo valentía, porque significa que podemos mejorar. En las familias de los divorciados vueltos a casar pasa lo mismo. Se animaron a levantarse y comprometerse a empezar de nuevo, dándose una nueva oportunidad. Eso no es un pecado, es un reconocimiento humilde de que se puede empezar de nuevo, después de una desilusión.

En nuestra nutrición, sabemos que el alimento es necesario para caminar, correr, saltar, pensar y no un mérito a nuestro trabajo terminado. Comprendemos que lo necesitamos para seguir creando. Percibimos que le da la fuerza al bailarín para ejecutar ese difícil salto que no se animaba a consumar. ¿Es que ustedes siguen considerando que el Sacramento de la Comunión es un premio para las familias que cumplen las reglas? ¿no dijo Jesús que él vino para los enfermos y no para los sanos? ¿o que no vino a llamar a justos sino a pecadores? Sin ese alimento que ustedes restringen difícilmente puedan llegar a buen término aquellas familias que más lo necesitan.

En nuestro proyecto terminado, cuando salimos a escena y se encienden las luces confiamos en que al lado nuestro hay un gran equipo que tiene muchas otras tareas que como actores, desde el escenario, no podemos realizar. Pero sabemos que la escena no será aplaudida sin el trabajo del vestuarista, del escenógrafo, del director, del autor, del musicalizador o el iluminador que completaron el trabajo. Confíen más entonces en quienes conforman también verdaderas familias: en los laicos, en los religiosos, en los pastores, en los presbíteros, en los diáconos, en los misioneros, en los catequistas, etc. Dejen que participen de verdad en las encuestas y no cumplan con un mero formalismo creyendo conocer la realidad de sus comunidades. Dejen escuchar la voz de aquellas familias que menos consideran, quizás sean ellas quienes sepan decir cuál impresión es la indicada para terminar un primer acto. En palabras del Concilio Vaticano II dejen de lado el verticalismo de casi 200 Obispos y escuchen a todo el Pueblo de Dios.
Ojalá que el diálogo con otras religiones y otras Iglesias reformistas los ayuden a descubrir la variedad de culturas y la riqueza inagotable de la diversidad humana, que no se circunscribe a un paradigma occidental de clase burguesa.

Estimule a los Padres Sinodales a mirar a los artistas para que en el Sínodo que se aproxima puedan escuchar los primeros indicios renovadores y no apagarlos. Seguramente la sinfonía final será escuchada con más agrado por los que intentamos comulgar y celebrar un mismo y único Dios.

Desde mi pequeña familia, no de segunda categoría, sino la que Dios pensó para nosotros, lo saludó confirmando y renovando mi esperanza en que es capaz de llevar a cabo su difícil misión.

Andrés Gioeni, otro hijo de Dios.

Facebook: Andrés Gioeni
Twitter: @andres_gioeni

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“El papa, el sínodo y los maricones”, por Bruno Bimbi

Lunes, 20 de octubre de 2014
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Los obispos dan la espalda al Papa en su intento por acercarse a los homosexuales

El lobby ultraconservador trató de utilizar a Benedicto XVI para maniobrar contra Francisco. “Yo no soy el Papa, no se dirijan a mi”, fue su respuesta

El cardenal anti-gay que lideró la oposición al Papa

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Seamos sinceros, por favor. ¿Ustedes realmente se creyeron que la reunión de tías solteronas del Vaticano iba a terminar con papá Francisco cantando “I Will Survive”?

Me mata tanta ingenuidad.

Una semana entera nos tuvieron a la espera, bombardeados por titulares de diarios e informes en los noticieros que contaban, orgullosos por ese argentino que consiguió sentarse en el trono de la última monarquía absolutista de Europa, que ahora la Iglesia católica, apostólica y romana iba a reconciliarse con los maricones. Que habría una “apertura” y una “acogida” (¡ay, señor traductor!) y no dirían más que somos sodomitas, pervertidos, desviados, antinaturales, pecadores, en fin, una manga de tragasables que irán al infierno por putos.

Dijeron que era histórico. Revolucionario. Una tormenta. Un cambio de época. No esperaron siquiera a ver el documento final, porque las ganas de confirmar que Francisco no es más Bergoglio y la Iglesia católica no es más apostólica ni romana tienen obnubilada a la prensa de casi todo el mundo, sobre todo a la argentina. Tienen una ganas bárbaras de creerle.

La primera versión del documento que pretendía resumir lo discutido en el “sínodo” por los obispos, vestidos con sus largas polleras negras y sus solideos y cinturones rosados, se titulaba Relatio post disceptationem —en latín clásico, esa lengua que solo ellas siguen hablando— y, para alegría de los más papistas que el papa, traía tres párrafos hablando de los omosessuali —en italiano, porque no había en latín una palabra para eso— y, curiosamente, el término no venía acompañado por las ofensas de siempre. ¡Extra, extra!

Los admiradores de Francisco estaban eufóricos, contándonos lo innovador y super-recontra-moderno que era ese texto que no nos insultaba más. Decía, presten atención, que los omosessuali tenemos “dones y talentos” y que podemos ofrecérselos a ellos, la comunità cristiana — y sólo a ellos, claro. Y se preguntaba —sí, se preguntaba, no afirmaba— si ellos serían capaces de “acogernos” y “evaluar” nuestra orientación sexual, pero siempre senza compromettere la dottrina cattolica su famiglia e matrimonio, por supuesto. No vaya a ser cosa que, de tanto evaluarnos y acogernos, alguien pueda pensar que la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio se movió medio milímetro del lugar donde Dios la puso, representado en el acto de ponerla por otras tías solteronas que se reunieron en el siglo XVI, con las mismas polleras negras, pero —según muestran las pinturas de la época del Concilio de Trento— sin nada rosado, salvo las de mayor jerarquía. Divas, ellas.

El texto también recordaba, por si quedaban dudas, que “las uniones entre personas del mismo sexo no pueden equipararse con el matrimonio entre el hombre y la mujer” y reclamaba al mundo que “tampoco es aceptable que se quiera ejercer presión sobre la actitud de los pastores o que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a la introducción de una legislación inspirada en la ideología de género” (la Iglesia le dice “ideología de género” a los estudios de género).

Benedicto manda saludos.

Por último, en el tercer párrafo, los obispos recordaban que la Iglesia tiene “problemas morales” con las parejas del mismo sexo, pero “reconoce” que “en algunos casos”, el apoyo mútuo “para el sacrificio” (WTF?) puede ser valioso, y hacían una confusa referencia a los niños con dos papás o dos mamás (aunque, obviamente, no usaban esas palabras), sin que quedase claro qué querían decir.

Y eso es todo.

Tenemos algunos dones y talentos. Pueden acogernos. Deven evaluarnos. Nuestras parejas siguen siendo un problema moral. La doctrina no se toca. Re-que-te-con-tra-mo-der-no. Pero apenas eso, para buena parte de los medios de comunicación de todo el mundo, era histórico. Revolucionario. Una tormenta. Un cambio de época. ¡Imaginate! La iglesia reconoce que tenemos algunos dones y talentos. ¡Guau!

Hagamos de cuenta, por un instante, que el sínodo hubiese terminado ahí y que ese texto fuese el documento final. Y hagamos de cuenta, por un instante, que no fuese un documento sobre los homosexuales, sino sobre los judíos. O sobre los negros. Y que dijese, con palabras parecidas, que tienen algunas cosas buenas, una que otra virtud, por lo cual estaría bueno acogerlos y evaluarlos, sin que eso comprometa la doctrina de la Iglesia sobre la judeidad y la negritud, que, como sabemos, es bien clarita. Me imagino que los negros y los judíos estarían contentísimos con semejante demostración de cariño y admiración.

Pero vos sos un denso, querés demasiado, no reconocés que es un gran avance.

—¿Cuál es el avance? A ver, explicame…

—Dicen que tienen dones, talentos. Antes decían que eran unos putos de mierda que se iban a ir al infierno. Es un avance, che, no seas tan exigente…

Pero no. Ni siquiera eso.

Después de una semana de discusiones, intrigas, trascendidos, aclaraciones, desmentidas, enojos y una incomprensible expectativa de casi todos los diarios del mundo, la reunión de tías solteronas decidió que no tenemos dones ni virtudes. O sea, para que quede claro: estuvieron una semana discutiendo sobre ese documento, porque no se ponían de acuerdo; votaron y decidieron, por mayoría, que no tenemos ningún don y ninguna virtud.

Ni una solita.

Ni siquiera eso fueron capaces de decir, aunque no fuese tan sincero, para disimular un poco.

El documento final, titulado en latín Relatio Synodi y divulgado este sábado, ya no trae más el subtítulo que hablaba de “acoger” a los omosessuali: ahora dice que hay que dar atención pastoral a sus familias. No dice más, repito, que los gays tengamos dones, ni virtudes, ni nada bueno. Dice, en cambio, que algunas familias viven la “experiencia” de tener dentro una persona con orientamento omosessuale. A esas familias, la Iglesia católica —que, por si quedaban dudas, sigue siendo apostólica y romana— debe darles atención pastoral para que entiendan que “no hay fundamento alguno para asimilar o establecer la más remota analogía entre las uniones del mismo sexo y el plan de Dios para el matrimonio y la familia”. Ni-la-más-re-mo-ta. Lo dicen estos señores de edad avanzada, desempleados y económicamente inactivos, que hablan en latín, usan polleras negras y solideos y cinturones rosados y son expertos internacionales en familia y matrimonio, pese a ser oficialmente castos, vírgenes, solteros y sin hijos. El plan de Dios, al que ellos tuvieron acceso através de la Wikileaks divina, no incluye a los omosessuali.

¿Entendieron, manga de putos?

Sin embargo, continúa el documento, los hombres y mujeres con orientamento omosessuale deben ser acogidos (y vuelve esa palabrita) “con respeto y sensibilidad”, evitándose todo tipo de “discriminación injusta”.

El respeto se nota mucho y se agradece inmensamente.

Lo más gracioso (por decirlo de alguna forma) es que la parte que habla de no discriminarnos injustamente es una cita, entre comillas, de un viejo documento escrito por Joseph Ratzinger en 2003, antes de ser papa (durante el reinado de Wojtila), titulado “Considerazioni circa i progetti di riconoscimento legale delle unioni tra persone omosessuali”. El objetivo del documento era, justamente, exigir a los gobiernos del mundo que discriminaran injustamente a las parejas homosexuales, negándoles el derecho al matrimonio civil. El documento de Ratzinger afirmaba, entre otras cosas, que “los actos homosexuales contrastan con la ley natural” y “cierran el acto sexual al don de la vida”, por lo que “no son el resultado de una verdadera complementariedad afectiva y sexual” y “en ningún caso pueden recibir aprobación”. Las muestras de respeto, sensibilidad y no discriminación continúan: “los actos homosexuales están condenados como graves depravaciones” y aunque no pueda decirse que los que “padecen esta anomalía” sean personalmente responsables por ella, cometen actos “intrínsecamente desordenados”. Para ser precisos, la parte citada por los obispos, que dice que los omosessuali deben ser acogidos con “respeto, compasión y delicadeza” y no sufrir “discriminación injusta” (ahí está: la que ellos nos imponen es justa, obvio), ordena que vivamos castos (como supuestamente ellos viven) y dice que “la inclinación homosexual es objetivamente desordenada y las prácticas homosexuales son pecados gravemente contrarios a la castidad”.

Todo muy bonito.

El texto de Ratzinger, resucitado desde las catacumbas de la Inquisición por el sínodo franciscano y agregado a último momento en el documento (también agregaron, al final, una condena más explícita a los países que aprueban el matrimonio igualitario), era tan repulsivo que el escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de literatura, escribió una durísima crítica en la que afirmaba que

“con argumentos así, aderezados con la presencia sulfúrica del demonio, la Iglesia mandó a millares de católicos y de infieles a la hoguera en la Edad Media y contribuyó decisivamente a que, hasta nuestros días, el alto porcentaje de seres humanos de vocación homosexual viviera en la catacumba de la vergüenza y el oprobio, fuera discriminado y ridiculizado y se impusiera en la sociedad y en la cultura el machismo, con sus degenerantes consecuencias: la postergación y humillación sistemática de la mujer, la entronización de la viril brutalidad como valor supremo y las peores distorsiones y represiones de la vida sexual en nombre de una supuesta normalidad representada por el heterosexualismo. Parece increíble que después de Freud y de todo lo que la ciencia ha ido revelando al mundo en materia de sexualidad en el último siglo la Iglesia Católica —casi al mismo tiempo que la Iglesia Anglicana elegía al primer obispo abiertamente gay de su historia— se empecine en una doctrina homofóbica tan anacrónica como la expuesta en las doce páginas redactadas por el cardenal Joseph Ratzinger”.

Once años después, la Iglesia católica, que sigue siendo apostólica y romana, bajo el reinado de Francisco, que sigue siendo Bergoglio, continúa empecinada en la misma doctrina homofóbica anacrónica, aunque su departamento de marketing y relaciones públicas ahora funcione mucho mejor y algunos crean que ha cambiado algo.

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Fuente BlogsTodoNoticias

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“Los pobres son de Dios”. 19 de octubre de 2014. 29 Tiempo ordinario(A). Mateo 22, 15-21.

Domingo, 19 de octubre de 2014
Comentarios desactivados en “Los pobres son de Dios”. 19 de octubre de 2014. 29 Tiempo ordinario(A). Mateo 22, 15-21.

52-OrdinarioA29A espaldas de Jesús, los fariseos llegan a un acuerdo para prepararle una trampa decisiva. No vienen ellos mismos a encontrarse con él. Le envían a unos discípulos acompañados por unos partidarios de Herodes Antipas. Tal vez, no faltan entre estos algunos poderosos recaudadores de los tributos para Roma.

La trampa está bien pensada: “¿Es lícito pagar impuestos al César o no?”. Si responde negativamente, le podrán acusar de rebelión contra Roma. Si legitima el pago de tributos, quedará desprestigiado ante aquellos pobres campesinos que viven oprimidos por los impuestos, y a los que él ama y defiende con todas sus fuerzas.

La respuesta de Jesús ha sido resumida de manera lapidaria a lo largo de los siglos en estos términos: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Pocas palabras de Jesús habrán sido citadas tanto como éstas. Y ninguna, tal vez, más distorsionada y manipulada desde intereses muy ajenos al Profeta, defensor de los pobres.

Jesús no está pensando en Dios y en el César de Roma como dos poderes que pueden exigir cada uno de ellos, en su propio campo, sus derechos a sus súbditos. Como todo judío fiel, Jesús sabe que a Dios “le pertenece la tierra y todo lo que contiene, el orbe y todos sus habitantes” (salmo 24). ¿Qué puede ser del César que no sea de Dios? Acaso los súbditos del emperador, ¿no son hijos e hijas de Dios?

Jesús no se detiene en las diferentes posiciones que enfrentan en aquella sociedad a herodianos, saduceos o fariseos sobre los tributos a Roma y su significado: si llevan “la moneda del impuesto” en sus bolsas, que cumplan sus obligaciones. Pero él no vive al servicio del Imperio de Roma, sino abriendo caminos al reino de Dios y su justicia.

Por eso, les recuerda algo que nadie le ha preguntado: “Dad a Dios lo que es de Dios”. Es decir, no deis a ningún César lo que solo es de Dios: la vida de sus hijos e hijas. Como ha repetido tantas veces a sus seguidores, los pobres son de Dios, los pequeños son sus predilectos, el reino de Dios les pertenece. Nadie ha de abusar de ellos.

No se ha de sacrificar la vida, la dignidad o la felicidad de las personas a ningún poder. Y, sin duda, ningún poder sacrifica hoy más vidas y causa más sufrimiento, hambre y destrucción que esa “dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano” que, según el papa Francisco, han logrado imponer los poderosos de la Tierra. No podemos permanecer pasivos e indiferentes acallando la voz de nuestra conciencia en la práctica religiosa.

José Antonio Pagola

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Defiende a los pobres de Dios. Pásalo.

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Dom 19. X. 14. Devolver al César su denario, vivir “como Dios”

Domingo, 19 de octubre de 2014
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monedacesarDel blog de Xabier Pikaza:

29º domingo de tiempo ordinario. Mateo 22, 15-21. Le preguntan si se puede pagar el denario al César, y Jesús responde de manera paradójica, poniendo otra vez la “patata caliente” en las manos de los preguntan. Su respuesta ha de entenderse en varios planos:

a) Por una parte, Jesús no responde… dice que se pague, ni que no se pague, de manera que aquellos que quieren acusarle ante el César o ante el pueblo que se opone al César no puede hacerlo. Eso significa que, en un plano de Reino, la pregunta está mal planteada o no es fundamental.

b) Por otra parte, él eleva el nivel de la pregunta, pues no dice “dad al César”, sino “devolved”… Quiere que sus seguidores “devuelvan” al César lo que es suyo (un tipo de dinero), para situar su mesianismo (camino del Reino) en otro plano.

c) Él no necesita dinero para para ser Mesías (sólo la vida, solo el amor). Los que quieran ser suyos (instaurar su Reino) han de renunciar al denario del César, es decir, han de “devolverlo”.

d) La Iglesia posterior ha debido replantearse y recrear la respuesta de Jesús, suponiendo, en general, que se debe dar (¡no ya devolver) al César lo que sería suyo y a Dios lo que es Dios (¿no es todo de Dios?), convirtiéndose así en una institución “honorable”, que paga los tributos y acepta el orden del César, corriendo el riesgo de situarse en un plano espiritualista.

e) La interpretación del gesto y respuesta de Jesús, desde la nuevas circunstancias, ha definido y sigue definiendo la historia de la Iglesia y su forma de estar en el mundo.

 

Texto. Mateo 22,15-21

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿Es lícito pagar impuesto al César o no?”

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: “Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.” Le presentaron un denario. Él les preguntó: “¿De quién son esta cara y esta inscripción?” Le respondieron: “Del César.” Entonces les replicó: “Pues devolved al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.”

Introducción:

Tres niveles

El mismo Jesús que ha dicho «no podéis servir o adorar a Dios y al dinero» (cf. Mt 6, 24) añade aquí “devolved al César las cosas del César y dad a Dios lo que es de Dios”, una respuesta puede entenderse y aplicarse en tres momentos y niveles:

a. Nivel del Jesús histórico: No se ha de pagar tributo al César, sino “devolverle” todo lo que es suyo (su Imperio, su dinero), para construir así un Reino de Dios sin dinero, ni impuestos…

Vengamos a la escena: Jesús no tiene moneda, no le necesita para instaurar su Reino.La moneda la llevan otros otros (colaboradores del imperio): Fariseos y Herodianos, que asumen y aceptan el orden imperial (con su dinero). Por eso, ellos, si quieren recibir los “servicios” del César, deben entrar en su sistema y pagarle los impuestos. Pero Jesús y sus discípulos no llevan moneda, ni aceptan servicios del César, de forma que no necesitan su dinero, se lo devuelven todo.

No es que no quieran pagar impuestos, es que no quieren dinero. No es que luchen contra el César (con espadas o monedas), es que prescinden de él, no le necesitan. Están “indignados” con las cosas del César y quieren crean un estilo de vida alternativo, distinto, sin césares ni bancos, sin dinero imperial. Por eso lo devuelven (se liberan de todo lo que pertenece al César), para construir un Reino de Dios sin “mamona” del César (en la línea de Mt 6, 24).

Por eso, la respuesta de Jesús ha de entenderse en forma negativa. Él está con los “celotas” de Judas Galileo: Se niega a pagar los tributos del César. Pero lo hace de un modo radical: No rechaza el tributo, pero quedándose con el dinero del César. Rechaza el tributo devolviéndole todo el dinero al César, para no deberle nada, ni a su persona ni a su imperio.Jesús quiere crear un “orden alternativo”, sin impuestos al César ni a ningún otro señor (o Señor), en pura gratuidad.

Lógicamente, dentro del proyecto de Jesús (que no se construye con dinero) no tiene sentido pagar tributo al Cesar, porque él, Jesús, no tiene nada propio(¿qué puede pagar?)…y porque llega el Reino de Dios, donde no existen tributos; llega por decisión de los creyentes y por gracia de Dios, un Reino sin Grandes Césares de Roma o sin Pequeños Césares de Jerusalén.

b. Nivel de los evangelios, primera aplicación cristiana: Pagar tributo al César… mientras llega el Reino.

Jesús ha muerto sin que llegue (externamente)el Reino. Sus discípulos siguen en el mundo, dentro del Imperio, de manera que ellos deben “pactar” (esto es, aceptar) en este tiempo la política real del mundo. Así lo hizo Pablo (que reconoció en un plano civil el orden del Imperio de Roma, con sus impuestos…). Así lo hicieron los evangelios (Mc 12, 13-17 con Lc 20-20-26 y Mt 22, 15-20, nuestro texto, que sigue casi al pie de la letra a Marcos). Leer más…

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¿Qué tributo hay que pagar a Dios? Domingo 29. Ciclo A

Domingo, 19 de octubre de 2014
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cristianismo-jacobismo_560x280Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Dos posturas ante el tributo al César

 Seguimos en la explanada del templo de Jerusalén, en medio de los enfrentamientos de diversos grupos con Jesús. Esta vez, fariseos y herodianos lo van a poner en un serio compromiso preguntándole sobre la licitud del tributo al emperador romano. Por entonces, además de los impuestos que se pagaban a través de peajes, aduanas, tasas de sucesión y de ventas, los judíos debían pagar el tributo al César, que era la señal por excelencia de sometimiento a él.

Fariseos y herodianos no tenían dudas sobre este tema; ambos grupos eran partida­rios de pagarlo. Los fariseos, porque no querían con­flictos con los romanos mientras les permitieran observar sus prácticas religiosas. Los herodianos, porque mantenían buenas relaciones con Roma. Como a nadie le gusta pagar, los rabinos discutían si se podía eludir el tributo. Y algunos adoptaban la postura pragmática que refleja el tratado Pesajim 112b: «… no trates de eludir el tributo, no sea que te descubran y te quiten todo lo que tienes» (consejo aplicable a otras actividades económicas, que no tuvieron presente muchos jefes de Caja Madrid).

Sin embargo, otros judíos adoptaban una postura de oposición radical, basada en motivos religiosos. Dado que el pago del tributo era signo de sometimiento al César, algunos lo interpretaban como un pecado de idolatría, ya que se reconocía a un señor distinto de Dios. Este era el punto de vista de los sicarios, grupo que comienza con Judas el Galileo, cuando el censo de Quirino, a comienzos del siglo I de nuestra era. Al narrar los comienzos del movimiento cuenta Flavio Josefo: «Durante el mandato del procurador Coponio, un hombre galileo, llamado Judas, indujo a los campesinos a rebelarse, insultándolos si consentían pagar tributo a los romanos y toleraban, junto a Dios, señores morta­les» (Guerra de los Judíos II, 118). Más adelante repite afirmaciones muy pareci­das: «Judas, llamado el galileo…, en tiempos de Quirino había atacado a los judíos por someterse a los romanos al mismo tiempo que a Dios» (Guerra de los Judíos II, 433).

 La trampa de la pregunta

 Con este presupuesto, se advierte que la pregunta que le hacen a Jesús sobre si es lícito pagar el tributo podía compro­meterlo gravemente ante las autoridades romanas (si decía que no), o ante los sectores más progresistas y politizados del país (si decía que sí). Además, la pregunta es especialmente insidiosa, porque no se mueve a nivel de hechos, sino a nivel principios, de licitud o ilicitud.

 En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:

̶  Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?

 La respuesta de Jesús

 Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:

̶  Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.

Le presentaron un denario. Él les preguntó:

̶  ¿De quién son esta cara y esta inscripción?

Le respondieron:

̶  Del César.

Entonces les replicó:

                ̶  Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.  

 Jesús, que advierte enseguida la mala intención, ataca desde el comienzo: «¿Por qué me tentáis, hipócritas?» Pide la moneda del tributo, devuelve la pregunta y saca la conclusión. Jesús, como sus contemporáneos, acepta que el ámbito de dominio de un rey es aquel en el que vale su moneda. Si en Judá se usa el denario, con la imagen del César, significa que quien manda allí es el César, y hay que darle lo que es suyo.

Estas palabras de Jesús, tan breves, han sido de enorme trascen­dencia al elaborar la teoría de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Y se han prestado también a inter­pretaciones muy distin­tas.

 Las cosas de Dios

 Si analizamos el texto, las palabras: «Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios», no constituyen una evasiva, como algunos piensan. Van al núcleo del problema. Los fariseos y herodianos han preguntado si es lícito pagar tributo desde un punto de vista religioso, si ofende a Dios el que se pague. La respuesta contundente de Jesús es que a Dios le interesan otras cosas más importantes, y ésas no se las quieren dar. Teniendo presente el conjunto del evangelio, «las cosas de Dios», lo que le interesa, es que se escuche a Jesús, su enviado, que se acepte el mensaje del Reino, que se adopte una actitud de conversión, que se ponga término al raquitismo espiritual y religioso, que se sepa acoger a los débiles, a los menesterosos, a los marginados. Eso no interesa ni preocupa a fariseos y herodianos, pero es la cuestión principal. Si el evangelio no fuese tan escueto, podría haber parafraseado la respuesta de Jesús de esta manera: ¿Es lícito poner el sábado por encima del hombre? ¿Es lícito cargar fardos pesados sobre las espaldas de los hombres y no empujar ni con un dedo? ¿Es lícito llamar la atención de la gente para que os hagan reverencias y os llamen maestros? ¿Es lícito impedir a la gente el acceso al Reino de Dios? ¿Es lícito hacer estúpidas disquisiciones sobre los votos y juramentos? ¿Es lícito dejar morir de hambre al padre o a la madre por cumplir un voto? ¿Es lícito pagar los diezmos de la menta y del comino, y olvidar la honradez, la compasión y la sinceridad? En todo esto es donde están en juego «las cosas de Dios», no en el pago del tributo al César.

Naturalmente, la comunidad cristiana pudo sacar de aquí conse­cuencias prácticas. Frente a la postura intransigente de los sicarios, defender que no era pecado pagar tributo al César. Y, con una perspectiva más amplia, fundamentar una teoría sobre la conviven­cia del cristiano en la sociedad civil, sin necesidad de buscar por todas partes enfrentamientos inútiles. Siempre, incluso en las peores circunstancias políticas, nadie podrá arrebatarle a la iglesia y al cristiano la posibilidad de dar a Dios lo que es de Dios.

 El emperador no siempre es enemigo (1ª lectura)

 En Israel, desde los primeros siglos, hubo gente fanática y enemiga de conceder el poder político a un hombre mortal. El único rey debía ser Dios, aunque no quedaba claro cómo ejercía en la práctica esa realeza. Otros grupos, sin negarle la autoridad suprema a Dios, aceptaban el gobierno de un rey humano. Pero siempre debía tratarse de un israelita, no de un extranjero. La novedad del texto de Isaías, una auténtica revolución teológica para la época, es que Dios, aunque afirma su suprema autoridad («Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios»), él mismo escoge al rey persa Ciro, lo lleva de la mano, le pone la insignia y le concede la victoria. Porque Ciro, al cabo de pocos años, será quien conquiste Babilonia y libere a los judíos, permitiéndoles volver a su tierra.

Este proceso de esclavitud – liberación – vuelta a la tierra recuerda al ocurrido siglos antes, cuando el pueblo salió de Egipto. La gran novedad, escandalosa para muchos judíos, es que ahora el salvador humano no es un nuevo Moisés sino un emperador pagano.

El texto ha sido elegido para confirmar con un ejemplo histórico que se puede respetar al emperador, pagar tributo, sin por ello ofender a Dios.

 Asi dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.

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“Pablo VI ayudó a los obispos españoles, sin intervenir directamente, a ser protagonistas de la Transición”

Domingo, 19 de octubre de 2014
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pablosexto_560x280Un gran Papa: culto, humilde y santo

Su postulador lo define como “un Papa antifascista e incomprendido”

Antonio Marrazo asegura que se opuso a Franco y a Musolini

Pablo VI se quitó la tiara para hacer comprender que la potestad del Papa no viene de un poder humano. Después, vendió la tiara para ayudar a los pobres

El Papa Francisco beatificará este domingo a Pablo VI, un Papa “antifascista” e “incomprendido” que concluyó el Concilio Vaticano II, en una misa que coincidirá con la conclusión de la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos y que contará con la presencia del Papa Emérito Benedicto XVI.

El postulador de la causa de beatificación de Pablo VI, el padre Antonio Marrazzo, ha asegurado este viernes en rueda de prensa que el Papa Montini, ya desde antes de ser Pontífice, no estuvo a favor de Franco como tampoco lo estuvo de Musolini” porque fue un Papa “antifascista”.

Además, ha destacado el comportamiento de Pablo VI hacia la “democracia” y ha afirmado que “ayudó a los obispos españoles, aunque sin intervenir directamente, a ser protagonistas de la transición.

En este sentido, ha subrayado que “la gran preocupación” del Papa Montini siempre fue una: “ayudar a las personas, a los últimos e indefensos para que pudieran expresarse en su humanidad”.

El cardenal Giovanni Battista Re ha asegurado que Pablo VI fue “un Papa grande pero también incomprendido” que tiene “el mérito de haber dirigido y llevado a término el Concilio Vaticano II” y que destacó por su defensa de la vida humana. Además, ha remarcado que supo respetar el papel de las comisiones y “contribuyó mucho” en la aplicación de las instancias emergentes del Concilio Vaticano II, como el Sínodo de los obispos.

atenagoras-i-y-pablo-viEntre sus gestos, el cardenal Re ha recordado que Pablo VI se quitó la tiara para hacer comprender que la potestad del Papa no viene de un poder humano. Después, vendió la tiara para ayudar a los pobres. Asimismo, ha señalado que fue el primer Pontífice que viajó a Tierra Santa.

Sobre el milagro necesario para beatificar a Pablo VI, el postulador de la Causa ha explicado que se refiere a la protección de un feto que en la semana 34 de embarazo y tras muchas oraciones de su familia a Pablo VI, se curó de todas las patologías que padecía. En la actualidad, el niño está sano y no ha sufrido ninguna consecuencia de aquellas graves patologías.

La reliquia que se presentará este domingo al Papa será un la camiseta de lana ensangrentada que el Papa Pablo VI llevaba puesta cuando en su viaje a Manila (Filipinas) de 1970 fue víctima de un intento de asesinato.

El vicepostulador de la Causa y delegado episcopal para la promoción de la memoria de Pablo VI en la diócesis de Brescia, el lugar de nacimiento de Montini, ha anunciado que tras la beatificación, en Brescia se celebrará un año Montiniano para que sea posible profundizar mejor en la figura del Pontífice.

La Santa Sede espera que acudan a la beatificación miles de personas, entre las cuales, destaca un grupo de unos 3.000 peregrinos de la diócesis de Milán y otro de más de 5.000 de Brescia. Para la Misa de beatificación se ha compuesto un himno basado en el magisterio del Papa Montini.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, encabezará la delegación española que asistirá este domingo en el Vaticano a la ceremonia de beatificación de Pablo VI, según el real decreto aprobado este viernes en Consejo de Ministros.

En la beatificación de Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, se verá juntos al Papa Francisco y al Papa Emérito Benedicto XVI, una imagen que ya se pudo observar en las canonizaciones de Juan Pablo II y Juan XXIII, en abril de este año.

Precisamente, Pablo VI fue el primer pontífice que recibió en el Vaticano a don Juan Carlos y a doña Sofía como Reyes de España, en febrero de 1977. Fue la primera audiencia que concedía además un pontífice en el Vaticano a un jefe de Estado español desde el reinado de Alfonso XIII.

El Papa en la tempestad. Paulo VI

Fuente Religión Digital

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Carlos Osoro: “No podemos cerrar las puertas de la Iglesia ni de los sacramentos a nadie, tenemos que involucrarnos y acompañar a la gente”

Domingo, 19 de octubre de 2014
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osoro-con-juan-mari-laboa-el-padre-angel-y-julian-del-olmoCarlos Osoro, con Juan Mari Laboa y el padre Ángel

“Hay gente especialista en ver manchas y arrugas: ésos no pueden anunciar el Evangelio, no sirven”

El arzobispo de Madrid, sobre el ébola: “Sólo empezamos a buscar la vacuna, cuando nos ha llegado al Primer Mundo”

Tengamos las puertas abiertasd de los templos. Es más importante que la gente pueda entrar a que alguien nos pueda robar un copón. Con las puertas abiertas, no sé por qué, pero la gente entra. Tal vez a buscar calor, a buscar silencio, pero entra
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(Jesús Bastante).- Un estruendoso aplauso. Sin decir una palabra, Carlos Osoro se hizo con los fieles de Madrid. El nuevo arzobispo de Madrid cerró esta tarde unas jornadas del Instituto Pastoral, en un acto de homenaje al “lenguaje de Francisco” y que se convirtió en una conferencia esperanzadora y programática. Por si alguien dudaba que “el peregrino” era el hombre indicado por el Papa para cambiar el rostro de la Iglesia española.

Allí estaban todos: “represaliados” e Iglesia oficial. Historiadores y divulgadores como Juan Mari Laboa o Benjamín Forcano; apóstoles de la solidaridad como el padre Ángel o Luis Lezama; o teólogos como José Luis Segovia, José Luis Corzo o Vicente Vide. Curas obreros como Eubilio “Bily”, religiosas, religiosos, laicos…. Casi medio millar de personas, de todas las edades, acompañaron al nuevo arzobispo en su primer acto en Madrid, apenas una semana antes de suceder oficialmente a Rouco Varela en la sede de Bailén.

“Esta es su casa. Le deseamos un ministerio muy fecundo al frente de la diócesis de Madrid”, le presentó Jacinto Núñez, decano de la Facultad de Teología de la Upsa, que acompañó, junto al rector, Ángel Galindo, a Carlos Osoro en la mesa. “Es la primera vez que me aplauden sin haber dicho ni hecho nada”, bromeó el prelado, quien quiso tener un guiño a la noticia, urgente, que circulaba por los móviles, acerca del misionero ingresado con síntomas de ébola.

Es muy triste que suceda que, en casos como el ébola, sólo empezamos a buscar la vacuna, cuando nos ha llegado al Primer Mundo“, denunció Osoro. “Ése es el descarte, eso es descartar. Ojalá seamos capaces de encontrar una cosa distinta: que siempre miremos a los que están pasando mucho peor que nosotros. Un cristiano tiene esa obligación“.

Ya en el tema de su ponencia -el lenguaje del Papa Francisco-, Osoro planteó dos caminos para entender a Francisco: “el camino de la interioridad y el de la alteridad, del encuentro con Dios”. Elementos fundamentales en esta salida misionera que el Papa Francisco nos pide que tomemos, que es el mismo que nos pidió nuestro Señor: id por el mundo y anunciad el Evangelio”.

Y con un mensaje programático: “Es necesaria una Iglesia en clave de misión. Una Iglesia con puertas abiertas. No cerrar las puertas a nadie, ni los sacramentos. No cerrar las puertas a los enfermos, a los pobres. Empezando por las puertas abiertas de los propios templos que tenemos. Es más importante que la gente pueda entrar a que alguien nos pueda robar un copón. Con las puertas abiertas, no sé por qué, pero la gente entra. Tal vez a buscar calor, a buscar silencio, pero entra”.

Una Iglesia “que anuncia el Evangelio a todos, involucrándonos en las situaciones de la gente, acompañando, haciendo la fiesta que la gente necesita”. Y es que no podemos llevar tristeza“. Eso significa cercanía, acogida cordial, no estar todo el rato condenando. “Hay gente especialista en ver manchas y arrugas: ésos no pueden anunciar el Evangelio, no sirven“.

¿Qué elementos son esenciales para ello? “La caridad y la misericordia”, señaló Osoro. Palabras “hermosas, pero que a veces hemos desacreditado. Todos los mandamientos se resumen en el mandamiento del amor”. Y “Dios es amor, y pasea por este mundo diciéndonos cómo el hombre debe ser protagonista de ese amor de Dios. Igual que Dios se acerca a nosotros sin condiciones de ningún tipo, así nos pide que nos acerquemos a los demás“, incidió Osoro, quien animó a “vivir en la perspectiva de la salvación. Como dice el Evangelio: no he venido a condenar, sino a salvar, esto es lo que nos pide el Papa Francisco. Vivir en la dinámica del amor, y no en la del juicio“. “Sólo así daremos un paso fundamental para hacer entendible el mensaje de Jesús al mundo de hoy”, añadió el arzobispo, quien clamó para queno arrinconemos a Dios, para que el hombre sea lo que es: imagen de Dios.

Lejos del lenguaje catastrofista que abundaba en la Iglesia antes de la llegada de Francisco, Osoro apuntó que “las creaciones del hombre no son siempre malas: hay cosas muy buenas e importantes. Así nos lo enseña el Concilio Vaticano II”. Con una actitud similar al de los discípulos de Emaús: “es esencial hacer el camino, desde la dinámica del amor, y no la dinámica del juicio”. “Estamos llamados a generar vida y esperanza, y no muerte y desilusión. No estamos llamados a generar muerte o desilusión: eso no es de Jesucristo ni es la tarea de la Iglesia”, apuntó el arzobispo electo de Madrid. “Hay urgencia de alcanzar la alegría del Evangelio, que tiene tres rasgos: nos lanza permanentemente a la misión. Estamos ungidos de esperanza, y el Señor nos lanza a encontrarnos con los demás; es una alegría que genera encuentro e inclusión, y no desencanto y división, o como dice el Papa, descarte; es una alegría que va a buscar a todos, sin excepción“.

“Dejaos querer por Dios, porque eso te cambia la vida, y te da capacidad para encontrarte no con los que a ti te gustan, que eso es fácil, sino con todos”, añadió. Porque ésta es otra de las claves: “La Iglesia tiene que generar atracción, para provocar respuesta, señaló, animando a “entrar en la dinámica del amor, y no del juicio”.

“La Iglesia del Papa Francisco es casa de acogida, casa de misericordia, proclamó el prelado, apuntando que “el acogedor es amable, hospitalario, sociable. Acoger es siempre un acto de amor. Es un valor que hay que cultivar y educar”. ¿Por qué? Porque la acogida abre puertas, y consigue que el que es recibido abra puertas a otro. No hay rechazo, no hay exclusión.

Para ello, “hay que generar espacios de reflexión, espacios de comunión. Es necesario construir la ciudad, llegar al corazón donde se gestan los nuevos relatos. Y eso precisa de una mayor participación de todos: de los laicos, las mujeres, los niños, la religiosidad popular…” Y también “la inclusión social, el diálogo con las nuevas realidades”. Osoro acabó denunciando lasnuevas esclavitudes“, y proclamando la importancia de la parroquia como instancia viva. “No a la parroquialitis, no al párroco que somete a los demás, sino trabajando en comunión“.

“A ver si lo podemos hacer entre todos, sin echar a nadie, pidió Osoro. “Sí, pero necesitamos que el arzobispo ‘primeree’“, contestó el auditorio. Y el nuevo arzobispo de Madrid sonrió. Y asintió. Una conferencia de programa, y de gestos. Que también construyen Iglesia.

Fuente Religión Digital

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El chiste de la semana: Juan Antonio Reig Plá afirma que “Nunca he tenido la intención de ofender a nadie”

Domingo, 19 de octubre de 2014
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noticias_file_foto_876558_1413207919 Si no fuera por la gravedad de sus invectivas, pensaríamos que quiere hacerle la competencia a Chiquito de la Calzada… Ya sólo la definición de AMS (Atracción hacia el mismo sexo) para evitar reconocer la orientación homosexual resulta insultante. y por cierto, debemos “desenmascarar con claridad meridiana” lo que es usted: Homófobo.

Nos quedamos con lo dicho por el obispo electo de Madrid, Carlos Osoro: Hay gente especialista en ver manchas y arrugas: ésos no pueden anunciar el Evangelio, no sirven.

Insiste en “desenmascarar” a “Satanás, el rey de la ambigüedad

El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plà, ha indicado que “nunca” ha tenido “la intención de ofender a nadie” en una carta en la que agradece las muestras de apoyo que ha recibido estos últimos días, después de que la asociación ‘Tren de la Libertad’ pusiera una querella contra él y de que PSOE, IU y UPyD aprobaran en el Ayuntamiento de Alcalá una moción en la que pedían al Papa que le destituyera.

“Nunca he tenido intención de ofender a nadie, a todos respeto y acojo de corazón. De hecho procuro poner toda mi persona al servicio de la evangelización y de la promoción –para los que sufren por diversas razones– de ‘hospitales de campaña'”, subraya para destacar, entre otros proyectos, las Casas-Cuna, los Centros de Orientación Familiar o los “itinerarios de libertad y esperanza para personas con AMS (Atracción hacia el mismo sexo).

Concretamente, la misiva está dirigida a obispos de España, Hispanoamérica y Europa, sacerdotes, familias, laicos, instituciones eclesiásticas y civiles, a “muchos” medios de comunicación e incluso a “algunos” políticos, que le han asegurado su “cercanía espiritual y apoyo”.

En cualquier caso, Reig Plà considera que, si bien las personas merecen “amor, respeto, misericordia y acogida”, cuando transmiten ideas, palabras, tienen inclinaciones o realizan acciones “erradas”, estas deben ser “desenmascaradas con claridad meridiana” porque “Satanás es el rey de la confusión y de la ambigüedad”.

Reig Plà aclara que la misión que le ha confiado la Iglesia esanunciar la verdad contenida en las Sagradas Escrituras, en el Catecismo de la Iglesia Católica y en el resto del Magisterio de la Iglesia y, por lo tanto, apunta que “está en juego la salvación de las almas”, también de la suya propia.

Por ello, recuerda a las “víctimas del aborto –los niños no nacidos, las madres que por acción u omisión son empujadas al aborto, las familias”-– y se dirige a quienes no comparten el Magisterio de la Iglesia ni “lo que la recta razón reconoce” para advertirles de que “no es lícito matar inocentes y, por lo tanto, tampoco a los hijos en el seno materno”.

“El aborto es un crimen abominable (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 51), ciertamente un continuo holocausto de vidas humanas inocentes (San Juan Pablo II, 29-12-1997)”, añade.

Además, cita al Papa Francisco para subrayar que “el modelo cristiano de familia debe proponerse y vivirse sin ambigüedad, rechazando sin ambigüedad lo que es contrario” a la fe.

Fuente Religión Digital

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El mensaje final del Sínodo elimina toda referencia a las personas LGTB y sus familias.

Sábado, 18 de octubre de 2014
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¿Resultó ser el bluf de Francisco.? Lo explica muy bien el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en su 23ª edición recientemente publicada. 

bluf. (Del ingl. bluff).

1. m. Montaje propagandístico que, una vez organizado, se revela falso.

2. m. Persona o cosa revestida de un prestigio que posteriormente se revela falto de fundamento.

Lo que más duele es esta táctica cruel que parece ser la última moda vaticana… Si antes era el insulto y el salivazo estilo Benedicto, ahora parece que se estila el lanzar globos sonda que crean esperanzas para después decir que esperes. ¿Cómo se puede afirmar que “Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie”? Tras leer el Mensaje final del Sínodo la cosa queda meridianamente clara: Ni los divorciados, ni las personas LGTB y sus familias tenemos, hoy por hoy, un lugar en esta Iglesia. Desde luego, no comparto la euforia de Religión Digital. A nosotros no nos basta con tener que esperar hasta no sé cuándo para que “nos acojan”… Queremos ser reconocidos ya.

El Sínodo aprueba por mayoría abrir el debate en todos los puntos de la “relatio” del lunes

Francisco abre la Iglesia de la misericordia a divorciados, gays y parejas de hecho

El grupo de los conservadores, en torno a un tercio, no logró bloquear ningún punto polémico

Papa: “La Iglesia no mira a la humanidad desde una torre de cristal. Mi papel es garantizar la unidad”

Pide a los pastores “ir a buscar” a sus ovejas

Leemos en Religión Digital:

Un día histórico. El Sínodo Extraordinario de Obispos reunido para debatir sobre los desafíos de la familia concluyó su primera etapa aprobando la “Relatio Synodi” (documento de trabajo), con una amplia mayoría -los 62 puntos fueron aprobados por mayoría absoluta, y sólo tres (los puntos 52, 53 y 55) no obtuvieron dos tercios-, en el que se acuerda seguir trabajando por el acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar, se reconocen los elementos positivos presentes en los matrimonios civiles y, con las debidas diferencias, en las convivencias” y se insta a acoger a los homosexuales “con respeto y delicadeza”.

Consciente de la fuerte oposición, Bergoglio dispuso que cada uno de los puntos fueran votados individualmente, y que se publicaran los resultados de todos los escrutinios. Como todos se aprobaron por mayoría, todos se publicaron, por expreso deseo del Papa. Y todos seguirán siendo debatidos.

Sin llegar a ningún acuerdo final -para ello habrá que esperar a octubre de 2015-, la mayoría moderada, con el apoyo del Papa Francisco -quien pronunció un discurso maravilloso” (por el momento, únicamente disponible en italilano), según anunció Federico Lombardi-, ha logrado mantener en el debate todos y cada uno de los temas que aparecieron el pasado lunes en la “relatio postdisceptationem”: la denuncia contra la violencia a las mujeres, la cercanía a los que sufren problemas derivados de situaciones familiares (divorcios, rupturas, enfrentamiento con los hijos) y, especialmente, tres cuestiones a debate: la aceptación de otras formas de convivencia no canónicas; el acceso de los divorciados vueltos a casar a los sacramentos; y la acogida a los homosexuales.

Estos tres aspectos generaron, a lo largo de la semana, una furibunda crítica por parte de los sectores más ultraconservadores, quienes criticaron -directamente, o a través de sus terminales mediáticas- al Papa Francisco y a sus estrechos colaboradores, especialmente al cardenal Walter Kasper. Un grupo encabezado por Müller, Burke o Pell, y que giró en torno a un tercio de los presentes (183 en las votaciones finales, donde los dos tercios se daban en los 123).

De los tres, el primero de ellos obtuvo un reconocimiento superior a los dos tercios, mientras que la petición del acceso a la comunión de algunos casos de divorciados vueltos a casar tras un “camino penitencial” tuvo el voto favorable de 104 padres sinodales y en contra a 74. La acogida a los homosexuales cosechó 118 votos a favor y 62 en contra.

Lo que parece claro es que esta noche los padres sinodales, con Francisco a la cabeza, han abierto una puerta que será imposible cerrar.

En su discurso, apuntó Lombardi, el Papa Francisco ha hablado de dos tentaciones: la rigidez hostil y el bien destructivo”.

Francisco proclamó que en la asamblea no se ha puesto en entredicho la “verdad fundamental” del “sacramento del matrimonio: la indisolubilidad.

Así lo afirmó el papa Bergoglio en un discurso pronunciado ante los participantes en este Sínodo, a quienes dijo que su papel como líder de la Iglesia Católica es el de “garantizar la unidad”, tras los debates en los que se abordaron cuestiones como la acogida a los homosexuales o a los divorciados vueltos a casar.

Además, el papa dijo que la Iglesia Católica “no mira a la humanidad desde una torre de cristal para juzgar o clasificar a las personas. Sus palabras han cosechado una ovación de más de cinco minutos. Y la Iglesia no se ha roto, y sigue adelante.

Lea la Relatio Synodi, y las votaciones de cada punto, aquí:

Lea el discurso del Papa (en italiano), aquí:

Seguimos leyendo en Religión Digital:

Mensaje del Sínodo: ni comunión para los divorciados vueltos a casar ni reconocimiento de uniones homosexuales

Solo reconocen haber reflexionado sobre los divorciados. No se menciona a los homosexuales

(J. Bastante/VIS).- Hemos demostrado la sinodalidad, con responsabilidad y libertad en el diálogo“. El Sínodo de Obispos sigue adelante. Como “una primera etapa”, como acaban de resaltar los cardenales Raymundo Damasceno Assis; Gianfranco Ravasi; y Oswald Gracias durante la presentación del mensaje final de los obispos. Un mensaje previo a la votación de la Relatio Synodi, pero en el que ya se intuyen algunos de los temas más polémicos.

Familia homoparentalEl Sínodo sigue adelante con la reflexión sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar y al reconocimiento de las uniones no conyugales, mientras que desaparece del mensaje cualquier referencia a los homosexuales y se potencia la belleza del matrimonio canónico.

Habrá que esperar a la aprobación de la Relatio –“que no cierra puertas a los temas tratados en el Sínodo, y que aguardan una profudización y una solución para otra etapa, y respeta lo que los círculos votaron” añadió Damasceno-, y de si Francisco decide o no su publicación.

En todo caso, concluye la primera etapa de un camino de reflexión, que deja muchos caminos abiertos y que concluirá el año que viene. Queda mucho por hacer, “estamos ante un proceso sinodal”, dijo Damasceno, pero el primero de los resultados parece prometedor. Y ha sido votado por una “gran mayoría de padres sinodales, como apuntó Federico Lombardi: 158 votos a favor de 174 votos (sobre 191 con derecho a voto). Los cardenales mostraron su confianza en que la Relatio sea aprobada por una práctica unanimidad, y que el Papa la haga pública.

“Todo está siendo discutido y valorado: las uniones de personas del mismo sexo, el acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar… Ahora prosigue un camino. Estamos en un proceso, por lo que no hay que esperar decisiones conclusivas en estos días”, apuntaron los tres cardenales.

Los gays son bienvenidos en la Iglesia, no hay condena a la persona“, reiteró Gracias.El silencio del Papa es fundamental“, añadió Ravasi. “Su silencio permite escuchar las diversas visiones de todos con libertad. El Papa intervendrá, pero no al comienzo, sino al final. Si lo hace al principio, ‘Roma locuta, causa finita’. “Tenemos que ayudar al Santo Padre a decidir en cuanto a los divorciados y vueltos a casar, tenemos que rezar por esto”.

Sigue el texto integral:

”Los Padres Sinodales, reunidos en Roma junto al Papa Francisco en la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, nos dirigimos a todas las familias de los distintos continentes y en particular a aquellas que siguen a Cristo, que es camino, verdad y vida. Manifestamos nuestra admiración y gratitud por el testimonio cotidiano que ofrecen a la Iglesia y al mundo con su fidelidad, su fe, su esperanza y su amor.

Nosotros, pastores de la Iglesia, también nacimos y crecimos en familias con las más diversas historias y desafíos. Como sacerdotes y obispos nos encontramos y vivimos junto a familias que, con sus palabras y sus acciones, nos mostraron una larga serie de esplendores y también de dificultades.

La misma preparación de esta asamblea sinodal, a partir de las respuestas al cuestionario enviado a las Iglesias de todo el mundo, nos permitió escuchar la voz de tantas experiencias familiares. Después, nuestro diálogo durante los días del Sínodo nos ha enriquecido recíprocamente, ayudándonos a contemplar toda la realidad viva y compleja de las familias.

Queremos presentarles las palabras de Cristo: ”Yo estoy ante la puerta y llamo, Si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, entraré y cenaré con él y él conmigo”. Como lo hacía durante sus recorridos por los caminos de la Tierra Santa, entrando en las casas de los pueblos, Jesús sigue pasando hoy por las calles de nuestras ciudades.

En sus casas se viven a menudo luces y sombras, desafíos emocionantes y a veces también pruebas dramáticas. La oscuridad se vuelve más densa, hasta convertirse en tinieblas, cundo se insinúan el el mal y el pecado en el corazón mismo de la familia.

superfamiliaAnte todo, está el desafío de la fidelidad en el amor conyugal. La vida familiar suele estar marcada por el debilitamiento de la fe y de los valores, el individualismo, el empobrecimiento de las relaciones, el stress de una ansiedad que descuida la reflexión serena. Se asiste así a no pocas crisis matrimoniales, que se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación y también del sacrificio. Los fracasos dan origen a nuevas relaciones, nuevas parejas, nuevas uniones y nuevos matrimonios, creando situaciones familiares complejas y problemáticas para la opción cristiana.

Entre tantos desafíos queremos evocar el cansancio de la propia existencia. Pensamos en el sufrimiento de un hijo con capacidades especiales, en una enfermedad grave, en el deterioro neurológico de la vejez, en la muerte de un ser querido. Es admirable la fidelidad generosa de tantas familias que viven estas pruebas con fortaleza, fe y amor, considerándolas no como algo que se les impone, sino como un don que reciben y entregan, descubriendo a Cristo sufriente en esos cuerpos frágiles.

Pensamos en las dificultades económicas causadas por sistemas perversos, originados ”en el fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”, que humilla la dignidad de las personas. Pensamos en el padre o en la madre sin trabajo, impotentes frente a las necesidades aun primarias de su familia, o en los jóvenes que transcurren días vacíos, sin esperanza, y así pueden ser presa de la droga o de la criminalidad.

Pensamos también en la multitud de familias pobres, en las que se aferran a una barca para poder sobrevivir, en las familias prófugas que migran sin esperanza por los desiertos, en las que son perseguidas simplemente por su fe o por sus valores espirituales y humanos, en las que son golpeadas por la brutalidad de las guerras y de distintas opresiones. Pensamos también en las mujeres que sufren violencia, y son sometidas al aprovechamiento, en la trata de personas, en los niños y jóvenes víctimas de abusos también de parte de aquellos que debían cuidarlos y hacerlos crecer en la confianza, y en los miembros de tantas familias humilladas y en dificultad.

Mientras tanto, ”la cultura del bienestar nos anestesia y [?] todas estas vidas truncadas por la falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera”. Reclamamos a los gobiernos y a las organizaciones internacionales que promuevan los derechos de la familia para el bien común.

Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie. Agradecemos a los pastores, a los fieles y a las comunidades dispuestos a acompañar y a hacerse cargo de las heridas interiores y sociales de los matrimonios y de las familias.

También está la luz que resplandece al atardecer detrás de las ventanas en los hogares de las ciudades, en las modestas casas de las periferias o en los pueblos, y aún en viviendas muy precarias. Brilla y calienta cuerpos y almas. Esta luz, en el compromiso nupcial de los cónyuges, se enciende con el encuentro: es un don, una gracia que se expresa ?como dice el Génesis? cuando los dos rostros están frente a frente, en una ”ayuda adecuada”, es decir semejante y recíproca. El amor del hombre y de la mujer nos enseña que cada uno necesita al otro para llegar a ser él mismo, aunque se mantiene distinto del otro en su identidad, que se abre y se revela en el mutuo don. Es lo que expresa de manera sugerente la mujer del Cantar de los Cantares: ”Mi amado es mío y yo soy suya? Yo soy de mi amado y él es mío”.

El itinerario, para que este encuentro sea auténtico, comienza en el noviazgo, tiempo de la espera y de la preparación. Se realiza en plenitud en el sacramento del matrimonio, donde Dios pone su sello, su presencia y su gracia. Este camino conoce también la sexualidad, la ternura y la belleza, que perduran aun más allá del vigor y de la frescura juvenil. El amor tiende por su propia naturaleza a ser para siempre, hasta dar la vida por la persona amada. Bajo esta luz, el amor conyugal, único e indisoluble, persiste a pesar de las múltiples dificultades del límite humano, y es uno de los milagros más bellos, aunque también es el más común.

Este amor se difunde naturalmente a través de la fecundidad y la generatividad, que no es sólo la procreación, sino también el don de la vida divina en el bautismo, la educación y la catequesis de los hijos. Es también capacidad de ofrecer vida, afecto, valores, una experiencia posible también para quienes no pueden tener hijos. Las familias que viven esta aventura luminosa se convierten en un testimonio para todos, en particular para los jóvenes.

Durante este camino, que a veces es un sendero de montaña, con cansancios y caídas, siempre está la presencia y la compañía de Dios. La familia lo experimenta en el afecto y en el diálogo entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas. Además lo vive cuando se reúne para escuchar la Palabra de Dios y para orar juntos, en un pequeño oasis del espíritu que se puede crear por un momento cada día. También está el empeño cotidiano de la educación en la fe y en la vida buena y bella del Evangelio, en la santidad. Esta misión es frecuentemente compartida y ejercitada por los abuelos y las abuelas con gran afecto y dedicación. Así la familia se presenta como una auténtica Iglesia doméstica, que se amplía a esa familia de familias que es la comunidad eclesial. Por otra parte, los cónyuges cristianos son llamados a convertirse en maestros de la fe y del amor para los matrimonios jóvenes.

Hay otra expresión de la comunión fraterna, y es la de la caridad, la entrega, la cercanía a los últimos, a los marginados, a los pobres, a las personas solas, enfermas, extranjeras, a las familias en crisis, conscientes de las palabras del Señor: ”Hay más alegría en dar que en recibir”. Es una entrega de bienes, de compañía, de amor y de misericordia, y también un testimonio de verdad, de luz, de sentido de la vida.

La cima que recoge y unifica todos los hilos de la comunión con Dios y con el prójimo es la Eucaristía dominical, cuando con toda la Iglesia la familia se sienta a la mesa con el Señor. Él se entrega a todos nosotros, peregrinos en la historia hacia la meta del encuentro último, cuando Cristo ”será todo en todos”. Por eso, en la primera etapa de nuestro camino sinodal, hemos reflexionado sobre el acompañamiento pastoral y sobre el acceso a los sacramentos de los divorciados en nueva unión.

Nosotros, los Padres Sinodales, pedimos que caminen con nosotros hacia el próximo Sínodo. Entre ustedes late la presencia de la familia de Jesús, María y José en su modesta casa. También nosotros, uniéndonos a la familia de Nazaret, elevamos al Padre de todos nuestra invocación por las familias de la tierra:

Padre, regala a todas las familias la presencia de esposos fuertes y sabios, que sean manantial de una familia libre y unida.
Padre, da a los padres una casa para vivir en paz con su familia.
Padre, concede a los hijos que sean signos de confianza y de esperanza y a jóvenes el coraje del compromiso estable y fiel.
Padre, ayuda a todos a poder ganar el pan con sus propias manos, a gustar la serenidad del espíritu y a mantener viva la llama de la fe también en tiempos de oscuridad.
Padre, danos la alegría de ver florecer una Iglesia cada vez más fiel y creíble, una ciudad justa y humana, un mundo que ame la verdad, la justicia y la misericordia”.

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Llegaron las rebajas al Sínodo: Ofensiva ultraconservadora para frenar las reformas impulsadas por el Papa en el Sínodo de la Familia

Sábado, 18 de octubre de 2014
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1362080744955¡Cerrando puertas!… 

Esperemos a ver qué sale pero estoy seguro de que va a resultar así…  Y que no se extrañen después de un portazo masivo de muchas personas creyentes y LGTB.  Como dice el Cardenal Marx: “La palabra exclusión no debe formar parte del lenguaje de la Iglesia y no se pueden crear “católicos de segunda o tercera clase”. Muchos nos bajaremos del autobús si pretenden que subamos por la puerta de atrás y con “mascarilla” para “no contagiar“. Ni más,, ni menos.

Rebajas: En el documento, donde decía “darle la bienvenida a estas personas (los homosexuales)” ahora se puede leer “acoger a estas personas”. La palabra “fraternal” en un pasaje que hacía un llamado a la necesidad de encontrar un “espacio fraternal” para los homosexuales en la Iglesia, pero la expresión fue eliminada sin explicaciones en la traducción al inglés del documento del Sínodo desde el italiano original.La modificación viene después de las quejas de los sectores más conservadores de la jerarquía eclesiástica.

Se trata del documento que será la base para las discusiones de la segunda y última semana de la asamblea, conocida como Sínodo, que fue convocada por el Papa Francisco y se enfoca en el tema de la familia. También servirá para futuras reflexiones entre los católicos de todo el mundo antes de otro Sínodo el año próximo.

En el documento original se decía: “Los homosexuales tienen dones y atributos para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿somos capaces de darle la bienvenida a esta gente, garantizándoles un espacio mayor en nuestras comunidades? Muchas veces ellos quieren encontrar una Iglesia que les ofrezca un hogar acogedor, asegura un texto que lanza El Vaticano después de una semana de discusiones en una asamblea de 200 obispos sobre la familia”.

“¿Son nuestras comunidades capaces de probar eso, aceptando y valorando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”, preguntó en el documento conocido en latín como “relatio”.

Leemos en Religión Digital:

Podrían eliminarse del texto las referencias positivas a los homosexuales

Francisco quiere seguir debatiendo salidas para los divorciados y las uniones no conyugales

El Papa degrada al cardenal Burke. El purpurado es uno de los más críticos con el pontificado de Francisco

(Jesús Bastante/Agencias).- Los conservadores tocan a rebato. Amenazando con cisma, criticando abiertamente -o a través de sus terminales mediáticas- al propio Papa, los sectores cerrados a cualquier apertura de la Iglesia hacia homosexuales, uniones no conyugales o divorciados vueltos a casar presionan, hasta el último minuto, para que la Relatio Synodi dé marcha atrás al acuerdo mayoritario, impulsado por Francisco, e incluido en la Relatio post disceptationem.

En los círculos menores, algunos de los cardenales más conservadores, han instado a retirar algunas frases polémicas del documento. Especialmente la que dice que las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana. En este caso, al parecer, se han salido con la suya.

No queda claro el relato final de lo relacionado con las uniones no conyugales, y parece que el debate sobre el acceso a la comunión de los divorciados a casar continuará abierto, como desea Francisco, pues el objetivo no es hacer ningún cambio ahora, sino cuando, en octubre de 2015, concluya el Sínodo. Lo cierto es que Francisco, que quería un debate abierto, no esperaba una oposición tan abrupta por parte de una minoría muy ruidosa.

sinodosss_560x280Este documento final, de carácter consultivo, será votado hoy por los 191 padres sinodales. Algo similar sucedería con la frase que destacabala realidad positiva de los matrimonios civiles y de las convivencias, aunque este punto no está tan claro. Sí parece evidente que se potenciará, como apuntaba recientemente el cardenal Sistach, la alabanza a aquellos matrimonios que “continúan fieles”.

Según destacaron algunos observadores, en la Congregación General, los padres sinodales se mostraron perplejos ante la publicación de la relatio y la caracterizaron como “un documento de trabajo que no expresa una opinión única y compartida por todos los padres sinodales”. La verdad, no obstante, es que sólo dos de los diez grupos manifestaron críticas abiertas al texto.

Las críticas, en especial surgieron de algunos sectores conservadores y el grupo ibérico A, dirigido por el cardenal mexicano Francisco Robles Ortega, afirmó que el texto tenía numerosos errores de traducción y que lo primero que debía aparecer era un saludo para las familias cristianas.

Mientras tanto, el grupo ibérico B criticó que la RPD no destacaba el mensaje que el evangelio da sobre la familia. “Estamos conscientes de la finalidad netamente pastoral y no académica del Sínodo. (…) Creemos indispensable insistir en los elementos doctrinales básicos que eviten parcializaciones o incluso magisterios paralelos”, destacó

Debido a que la RPD está abierta a modificaciones, ambos grupos insistieron en que se traten con mayor profundidad temas como el aborto, el suicidio, la adopción y las decisiones relacionadas al matrimonio.

Lo cierto es que los obispos del Sínodo llegan a la votación de esta mañana profundamente divididos, hasta el punto de que algunos creen que no se alcanzará el consenso para aprobar documento alguno. En todo caso, y como subrayó el cardenal Marx, no se espera un texto final con “conclusiones”, sino “un paso adelante” hacia el próximo Sínodo sobre el mismo tema, en octubre de 2015.

“La Relatio Synodi”, como se ha llamado al documento final que se aprobará hoy, será “más similar a un Instrumentum laboris”, es decir, el documento preparatorio del próximo Sínodo, que a las “propositiones”, que normalmente lo concluían, precisó el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin.

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“No queremos una Iglesia que va a remolque”, por José María castillo, teólogo

Viernes, 17 de octubre de 2014
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19_jun_obispos190612Obispos piden “prudencia” ante la supuesta apertura con los homosexuales

Pablo Ordaz: Un sector del clero se opone al mensaje aperturista del Sínodo

De su blog Teología sin Censura:

Según el uso figurado, que se suele hacer del verbo “remolcar”, cuando decimos que alguien va “a remolque”, lo que en realidad estamos afirmando es que quien va así por la vida, eso sucede porque tiene que hacer lo que hace sin sentirse atraído para hacerlo. O lo hace a regañadientes y porque no le queda más remedio. Baste pensar que “remolcar” es sinónimo de “arrastrar”. Es decir, el que va “a remolque” es que va “arrastrado”. Y, la verdad, verse arrastrado, en este mundo y en la historia, no es una cosa agradable. Ni, por supuesto, ejemplar.

Pues bien, quienes tenemos creencias religiosas y, además, hemos puesto esas creencias en lo que hizo y dijo Jesús de Nazaret, tal como eso ha llegado hasta nosotros por medio de la Iglesia, con frecuencia tenemos la impresión de que esta Iglesia que vemos, va por la vida a remolque de los cambios que se producen en la historia, en la cultura y en la sociedad… A veces, me figuro a la Iglesia – ya lo he dicho en otra ocasión – como una cuadriga romana que avanza al trote de los caballos por una autopista en la que los coches corren a 120 por hora. Naturalmente, una cuadriga romana por una autopista es una cosa llamativa, curiosa, extraña, interesante, pero es poco práctica. Y, desde luego, con un transporte así, se llega siempre tarde y mal a todas partes. Porque siempre vas con retraso, sin duda con bastantes siglos de retraso.

Y es que, como ha escrito (no hace mucho) un conocido filósofo francés, Fréderic Lénoir, se ha hecho tan grande la distancia entre los mandamientos de Cristo y las prácticas de la institución eclesiástica, que estas prácticas responden cada vez menos al Evangelio, y cada vez más a la necesidad de asegurar la supervivencia, el desarrollo y la dominación de los hombres de Iglesia.

Un caso bien conocido fue el de la Inquisición, que se abolió en el s. XVIII (en España, ya entrado el XIX), pero ¿por qué? ¿fue porque la Iglesia se dio cuenta de su abominable comportamiento y decidió enmendarse? No. Simplemente porque ya no contaba con los medios que requería su voluntad de dominación. Porque la separación de la Iglesia y el Estado privó a los clérigos inquisidores del “brazo secular”, que era imprescindible para matar a los herejes. Cuando los poderes públicos se negaron a matar a la gente por sus ideas religiosas, entonces fue cuando la institución eclesiástica se puso a decir que no se podía quemar vivos a quienes no estaban de acuerdo con lo que pensaba el Santo Oficio. Y sabemos que, a lo largo del s. XIX, las ideas de la modernidad y de la Ilustración se fueron imponiendo en contra de la tenaz resistencia de los poderes de la Iglesia. Incluso antes, ya desde los siglos XVI, XVII y XVIII, el poder eclesiástico se opuso a Galileo, a Darwin, a la libertad, igualdad y fraternidad que defendió la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, de la Asamblea francesa, en 1789. Una declaración a la que el papa Pío VI se opuso con firmeza en marzo de 1790. Y bien sabemos que todo el siglo XIX fue una secuencia de enfrentamientos continuos entre los hombres de la política y de la ciencia, por una parte, y los hombres de la Iglesia, por otra. Todavía, en 1878, León XIII se lamentaba de que los socialistas estuvieran enseñando que “todos los hombres son por naturaleza iguales” (ASS XI, 372), ya que, a juicio de aquel papa, “la desigualdad en derechos y poderes dimana del mismo Autor de la naturaleza”… para que “la obediencia se haga fácil y nobilísima” (ASS XI, 372).

Es demasiado larga la lista de estos enfrentamientos que, por otra parte, son de sobra conocidos. La pena es que, a estas alturas, cuando la Iglesia se va quedando más y más marginada por los escándalos y sombras oscuras que han obligado a un papa a dimitir de su cargo, y cuando nos encontramos con la grata esperanza de otro papa (Francisco) que nos abre ventanas de luz y de esperanza, todavía tenemos cardenales, obispos, curas y laicos que se empeñan en seguir manteniendo la misma intolerancia que hundió a la Iglesia en la miseria. Nos sobran razones para pensar y decir que son muchos los que quieren todavía que la Iglesia vaya siempre a remolque de la cultura, de la sociedad y de la historia.

Al decir estas cosas, estoy pensando en los problemas que, en estos mismos días, se plantean en el Sínodo sobre la familia, convocado por el papa Francisco. Lo indignante, en este momento, es que sobre la familia y el matrimonio no hay en la Iglesia ningún dogma de fe. Ni siquiera se puede demostrar que el matrimonio cristiano sea un sacramento, ya que los cánones de la Sesión VII del concilio de Trento no son definiciones dogmáticas. Según las Actas del concilio, a los obispos y teólogos, que tomaron las decisiones sobre los sacramentos, en contra de las enseñanzas de la Reforma de Lutero, se les preguntó si lo que condenaban eran “errores” o “herejías”. Pero no llegaron a ponerse de acuerdo sobre esta cuestión capital. No hubo, por tanto, ni siquiera sobre este asunto tan fundamental, un acuerdo vinculante para la fe de los católicos (ya demostré documentalmente esta cuestión en mi libro sobre los sacramentos, Símbolos de libertad, p. 320-343).

Pues bien, si el Sínodo no tiene que ajustar sus decisiones a previos dogmas de fe, que limiten a la máxima autoridad de la Iglesia su capacidad de decidir en asuntos de tanta importancia para la vida y la felicidad (o la desgracia) de familias, matrimonios, personas homosexuales, mujeres que reclaman los mismos derechos que tenemos los hombres…, ¿en qué argumentos se basan los más integristas para oponerse a determinadas decisiones que ya han sido tomadas por la cultura y la sociedad de nuestro tiempo en no pocos países de tradición cristiana? ¿no se dan cuentas esos integristas intolerantes de que, por mantener sus ideas y sus poderes, lo que realmente consiguen es aumentar el sufrimiento de millones de personas y desprestigiar cada día más a la Iglesia?

Quienes intervienen directamente en el Sínodo deberían tener presente que los cristianos siguieron los mismos condicionamientos y usos, por lo que se refiere al casamiento, que el contorno pagano. Esta situación duró, por lo menos, hasta el s. V. Y en asuntos, como el del divorcio, se sabe que el papa Gregorio II (año 726) le escribía a san Bonifacio una carta en la que le comunicaba que un feligrés al que su esposa, por enfermedad, no podía darle el débito conyugal, podía casarse con otra mujer (PL 89, 525). Por lo demás, los expertos en historia del Derecho en Europa saben que, durante la Edad Media, la Iglesia se regía por el Derecho Romano. Es más, “la custodia de la tradición jurídica romana recayó fundamentalmente en la Iglesia” (Peter G. Stein, El Derecho romano en la historia de Europa, p. 57). Incluso, en el concilio de Sevilla, presidido por san Isidoro en el año 619, se proclama que el Derecho romano era la lex mundialis (Conc. Hisp. II, can. 1-3; cf. Cth. 5.5.2).

Por lo demás, nunca deberíamos olvidar que cuando la Iglesia, precisamente en los asuntos que conciernen al matrimonio y a la familia, aceptó (sin más) las leyes civiles vigentes en la sociedad, entonces justamente fueron los tiempos en los que la Iglesia vivió su época de mayor crecimiento y su influencia en la transformación de Europa fue decisiva. Mientras que, por el contrario, cuando la Iglesia empezó a tener sus leyes propias, en asuntos sobre los que el Evangelio no se había pronunciado para nada, entonces ocurrió que los dirigentes eclesiásticos tuvieron que dedicar su tiempo y sus energías a defender unos derechos que ellos habían argumentado desde una presunta ley natural (que nadie sabe exactamente ni en qué se fundamenta ni qué obligaciones impone), cosa que sirvió para alejar a la Iglesia del pueblo, dando motivo para una serie de conflictos que ahora no sabemos cómo resolver.

Y así, nos encontramos con una lista interminable de contradicciones que ve todo el mundo, excepto las personas que acaban por cegarse con su fundamentalismo integrista. La última monarquía absoluta que queda en Europa es el Estado de la Ciudad del Vaticano. El único Estado que aún no ha firmado los pactos internacionales sobre los Derechos Humanos, es también el Vaticano. La única ley que no admite la igualdad entre hombres y mujeres es el Derecho Canónico. Cuando crece el número de los países cristianos que admiten, en sus leyes civiles, el matrimonio entre personas homosexuales, la autoridad eclesiástica se resiste a aceptar ese modelo de matrimonio y de familia. Cuando más de la mitad de las parroquias del mundo no tienen ya un sacerdote que las pueda atender, el integrismo clerical prefiere que la gente se quede sin sacramentos con tal de que ni los sacerdotes puedan ser hombres casados o que las mujeres puedan presidir una celebración de la eucaristía. La cosa, por tanto, está clara: la autoridad eclesiástica prefiere seguir a remolque de la sociedad, de la cultura y de la historia, con tal de mantener su autoridad intacta, por la sencilla razón de que quienes piensan así, prefieren mantener intactas sus ideas e intocable su poder, aunque la Iglesia termine de hundirse y la gente que todavía tiene creencias cristianas se hunda con ella en la desesperanza.

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Movilh envía carta al Vaticano para valorar trabajo de los sacerdotes Aldunate, Berríos y Puga

Viernes, 17 de octubre de 2014
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puga_560x280Ezzati denuncia ante el Vaticano a tres históricos sacerdotes chilenos

Aldunate, sobre Ezzati: “Se le pasó un poco la mano”

Ezzati desmiente haber denunciado a Puga, Berríos y Aldunate

Carta abierta por nuestros tres Hermanos Sacerdotes

Luego de que Arquidiócesis de Santiago enviará al Vaticano los dichos de los sacerdotes a favor de los derechos de los estudiantes y de las minorías sexuales. Los sacerdotes “son queridos en forma transversal en Chile”, indicó la carta enviada por el Movilh al Papa Francisco.

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) envió hoy al Vaticano una carta donde expresó su “valoración por el trabajo a favor de la no discriminación, los derechos humanos y la igualdad que efectúan en Chile los sacerdotes Felipe Berríos, José Aldunate y Mariano Puga”.

Junto con indicar que esos tres religiosos “son queridos en forma transversal en Chile”, en carta dirigida al Papa Francisco el Movilh precisó que “por el trabajo que desarrolla nuestra organización hacemos especial valoración sobre los sacerdotes Berríos y Aldunate, quienes han rechazado públicamente que se niegue la igualdad social y legal a las personas razón de su orientación sexual”.

La intervención del Movilh tuvo lugar luego de la que la Nunciatura Apostólica en Chile solicitara información sobre los dichos de los curas y después de que Arquidiócesis de Santiago, liderarada por el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati, enviará al Vaticano la información  sobre la materia.

En la misiva al Vaticano el Movilh indicó que las declaraciones de los sacerdotes “se enmarcan en los propios dichos del Papa”.

““Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella. Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad”, señaló usted en julio del 2013”, indicó el Movilh al Papa.

El organismo añadió que el análisis de los dichos de Berríos, Puga y Aldunate efectuado por el Vaticano debe tener como resultado “un sólido respaldo a toda intervención pública o privada que hagan los sacerdotes a favor de los sectores históricamente postergados, como son las personas pobres, los indígenas y las minorías sexuales, quienes han recibido palabras de aliento y apoyo de parte de los religiosos aquí mencionados

“Esta situación, Papa Francisco, es una gran oportunidad para mostrar a un Vaticano que valora y aprecia acciones y dichos contra la discriminación de parte de sus propios integrantes, en vez de sancionarlos o repudiarlos”, puntualizó la misiva del Movilh.

Por último el Movilh dijo esperar “que muchas más organizaciones y personas que valoran y aprecian la labor de Berríos, Aldunate y Puga envíen sus propias cartas de respaldo al Vaticano”.

Los dichos informados por Ezzati

En junio pasado el sacerdote Berríos sostuvo que “¿Cuál es el problema del matrimonio homosexual? Los homosexuales son hijos de Dios. Dios los creó homosexuales y lesbianas y Dios está orgulloso que ellos sean eso. El problema está en nosotros, que no lo comprendemos. No en ellos”

Por su lado Aldunate ha indicado que “la Iglesia es anticuada” y “el homosexual tiene derecho a amar y compartir su vida con otra persona”, mientras que Puga criticó que “la Iglesia, en vez de ser la que destruía el concepto de clases, lo fortaleció: colegios para los pobres, otros para los indígenas, otros para la clase alta”.

Fuente MOVILH y Religión Digital

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Dicen que el Papa obtiene su primera victoria silenciosa en el Sínodo

Miércoles, 15 de octubre de 2014
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Como dice Esteban Paulón,  presidente de la FALGBT:  “invitamos a todas y todos a hacer el ejercicio de reemplazar del documento provisional del Sínodo la palabra ‘gay’ por la denominación de cualquier otro grupo vulnerado en derecho históricamente. Podrán comprobar lo humillante que resulta. ¿Alguien se imagina acaso a los grupos afrodescendientes celebrando que les permitieran viajar en la parte de atrás de un colectivo?”. Con esto, está claro lo que pensamos de este documento… Ya no nos vale la condescendencia. reclamamos nuestro lugar en la Iglesia y nuestros derechos civiles y religiosos. Ni más, ni menos.

el-papa-francisco-ante-el-sinodoFrancisco logró un diálogo abierto en el que el Pontífice todavía no ha intervenido

Bergoglio logra que los obispos moderen su duro discurso frente a los gays y divorciados

Lombardi recuerda la satisfacción que ha producido la redacción del documento, pese a las críticas de los conservadores

La Federación Argentina LGBT denuncia que la Iglesia mantenga el ‘apartheid’ a las familias diversas

(BBC/Agencias).- Apenas ha transcurrido la mitad del sínodo del Vaticano sobre temas de familia y el papa Francisco ya ha logrado su primera victoria silenciosa. El pontífice convenció a muchos líderes de la Iglesia católica a moderar su duro discurso frente a las uniones homosexuales y admitir que los gays tienen “dones y atributos que ofrecer“.

El tono de una posición preliminar redactada en un borrador por 200 obispos -tras una semana de discusiones a puerta cerrada- muestra compasión y entendimiento no solo frente a las uniones de personas del mismo sexo, sino también hacia parejas heterosexuales que viven juntas sin casarse o parejas divorciadas que deciden casarse por segunda vez sin conseguir por parte de la Iglesia la anulación del primer matrimonio.

Sin embargo, los obispos dejaron claro que no habrá cambios en las enseñanzas básicas del catolicismo sobre la permanencia del lazo matrimonial e insistieron en que un matrimonio válido sólo puede ser entre un hombre y una mujer.

Pero el cambio de énfasis del papa Francisco al concentrarse en los aspectos positivos de la sexualidad humana más que en lo negativo, parece haber ganado terreno entre los obispos que asisten al sínodo.

Su predecesor, el papa Benedicto XVI, se refería a las relaciones entre homosexuales como “intrínsecamente desordenadas” en un documento del Vaticano escrito en 1986 cuando Benedicto era el principal consejero en temas teológicos del papa Juan Pablo II.

Contrariamente, el papa Francisco dijo a los periodistas el año pasado: Si una persona busca a Dios y hace el bien, entonces ¿quién soy yo para juzgar?.

Las primeras reacciones de grupos católicos defensores de los derechos de los homosexuales en todo el mundo fueron favorables a la discusión planteada en el borrador elaborado en Roma.

La asociación católica Quest, basada en Londres, describió el documento como un “avance” y el grupo católico estadounidense defensor de los derechos de los gays New Ways Ministry, lo definió como un gran paso hacia adelante”.

New Ways Ministry elogió el documento por evitar el “gran pesimismo y fatalidad” que acompañaron previos pronunciamientos del Vaticano sobre la homosexualidad.

Grupos católicos conservadores tales como Voz de la Familia, fueron duramente críticos frente al borrador y lo calificaron de “uno de los peores documentos oficiales escritos en la historia de la Iglesia.

El propio papa Francisco ha escuchado atentamente las discusiones plenarias durante la primera semana del sínodo sin hacer todavía una importante intervención.

Al inicio de la reunión, le dijo a los obispos no temer a la hora de hablar honestamente y de manera abierta y no preocuparse de decir cosas que podrían molestarlo.

 La mayoría de ellos está de acuerdo con su actitud más compasiva frente a las parejas que encuentran difíciles de aceptar las enseñanzas del catolicismo sobre algunos aspectos de la familia, como por ejemplo los métodos anticonceptivos artificiales.

Tras un año de discusiones amplias dentro de la Iglesia, el sínodo reconvendrá en Roma en octubre de 2015 para finalizar sus recomendaciones sobre posibles cambios en la disciplina de la Iglesia. El Papa tendrá la facultad de aceptarlos o rechazarlos.

El sínodo es, de hecho, un cuerpo consejero sin poderes legislativos dentro de la Iglesia. El papa Francisco ha dicho que quisiera compartir más el gobierno de la Iglesia y ya ha hecho cambios sobre las reglas de debate para permitir más discusiones abiertas y menos discursos llenos de formalidades.

 La secretaria general del Sínodo, tras las reacciones y discusiones surgidas después de la publicación de la Relatio post disceptationem, ha reiterado que el citado texto es un documento de trabajo, que resume las intervenciones y el debate de la primera semana, y ahora está siendo propuesto a la discusión de los miembros del Sínodo reunidos en los círculos menores, según lo previsto por el Reglamento del mismo Sínodo. El trabajo de los círculos menores será presentado a la Asamblea en la Congregación general del próximo jueves por la mañana, 16 de octubre.

El padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa del Vaticano, ha iniciado la sesión informativa de esta mañana con esta aclaración debido a los ecos e interpretaciones que se hicieron ayer en la prensa nacional e internacional tras la presentación de la Relatio post disceptationem.

El cardenal Filoni y el cardenal Napier han acompañado en la sala de prensa al padre Federico Lombardi, para ofrecer a los periodistas algunos detalles sobre el documento y sobre la labor que han iniciado en los círculos menores.

Por su parte, el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, ha explicado que los 20 miembros del círculo del que él es moderador “hemos tomado en consideración este documento que ayer por la mañana tuvimos ocasión de escuchar y naturalmente el primer aspecto ha sido comprender la naturaleza del documento” y “sucesivamente entrar en la metodología, teniendo en cuenta el modo de proceder en los círculos menores”. Una metodología que -según ha precisado- tiene en consideración, ante todo, la satisfacción que ha producido la redacción del documento. Y a continuación, se interviene en las partes del documento.

Ayer por la tarde ya hicieron las primeras propuestas dentro del grupo y esta mañana se han presentado los modos, sobre los que se ha discutido y sucesivamente se han sometido a la votación, ha explicado el purpurado. Asimismo, ha transmitido la sorpresa entre los miembros del círculo menor, al ver las reacciones en los medios de comunicación.

Por eso, ha querido recordar que “nosotros estamos trabajando para poner en manos del Santo Padre un resultado que él mismo decidirá según lo que será el tercer momento del Sínodo”.

A continuación, el cardenal Napier, arzobispo de Durban (Sudáfrica), ha precisado también que la la Relatio puede llevar a pensar a la gente cuál es la opinión global sostenida por el Sínodo, pero es sólo un resumen. Asimismo, se ha mostrado esperanzado en que prevalezca el punto de vista del Sínodo y no los puntos de vista particulares de algunos grupos. Además, ha recordado que el fin de los círculos menores es promover los aspectos positivos de la familia que han sido desarrollados.

Un punto afrontado durante el turno de preguntas ha sido el de las familias misioneras, como uno de los temas abordados en el Sínodo. “Está claro que sabiendo bien que después del Concilio Vaticano II el mundo de los laicos ha entrado de forma plena dentro de la vida de la Iglesia, la familia ciertamente no podía permanecer fuera“, ha observado. Por eso, ha añadido, en estos 50 años se ha visto a las familias participar también en la evangelización, haciéndose cargo de este aspecto. “La novedad ha sido que las mismas familias han comprendido que ellos pueden ser no sólo objeto de evangelización sino sujeto de la evangelización, ha precisado el purpurado. Una evangelización que llega por el testimonio que estas familias dan en los países a los que van.

Sobre las expectativas excesivas creadas en torno a este Sínodo, el cardenal Filoni ha indicado que son creadas “a través de nuestro hablar, y de la prensa”. Diría que -ha añadido- la expectativa no es una cuestión de tipo ‘yo mañana doy la solución a todos los problemas’. “La expectativa es que esta cuestión relativa a la familia, al matrimonio y todas las situaciones particulares están al centro de la atención de la Iglesia. Esta es la primera expectativa fundamental”, ha aclarado. Asimismo, el cardenal ha afirmado que “no debe ser una expectativa sólo desde el aspecto de los problemas“, también se debe recordar a las familias cristianas que “les animamos” y que “también son objeto de nuestra atención”.

Finalmente, el padre Federico Lombardi ha recordado, a propósito de la publicación de la Relatio, que el Sínodo no es algo que ha nacido ahora”, “es una institución que tiene varios decenios”. “En la comunicación del Sínodo al externo hay etapas que están bastante establecidas y forman parte del normal funcionamiento del Sínodo“, ha añadido. Por eso, el portavoz del Vaticano ha observado que la Relatio ante disceptationem siempre se ha hecho pública inmediatamente, y así todos tenían conciencia del punto de partida del Sínodo. Así como la Relatio post disceptationem siempre ha sido publicada.

Fuente Religión Digital

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