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El Obispado de Córdoba veta la confirmación a un joven por ser transexual

Martes, 10 de mayo de 2016
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jose_560x280José Belloso, el joven transexual al que no se permite confirmarse

Nada especialmente sorprendente, si se tiene en cuenta que el obispo de Córdoba es uno de los principales ejemplos de la obsesión tránsfoba en la que la jerarquía católica española parece haberse instalado en los últimos tiempos. Hay que ser ignorante y ser muy retorcido para dar semejante respuesta… ¿Y estamos en el Jubileo de la Misericordia? Estos tipos ni son sacerdotes, ni cristianos, ni por lo que se ve, muy humanos…

Un nuevo caso de hofobia, esta vez en Córdoba. El Observatorio Español contra la LGBTfobia (STOPLGBTFOBIA) ha considera éticamente reprobable que el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y el párroco de Posadas, Juan José Romero, no permitan ejercer hacer la confirmación a José Belloso, un joven transexual de 28 años que pretendía ejercer como padrino de su sobrina. Apenas unas semanas después del último episodio que saltó a los medios, ocurrido en Écija, una nueva persona transexual es víctima de la discriminación tránsfoba en una parroquia andaluza. José Belloso es un peón agrícola de Posadas. Un chico humilde, una de cuyas principales ilusiones es ser padrino de su sobrina. Es por eso que decidió seguir el curso de catequesis para poder confirmarse. Sin embargo, cuando debía entregar la documentación necesaria para recibir el sacramento a finales de mayo, el párroco le dijo que era imposible

El párroco arguye que recibió el sacramento del bautizo como mujer, “se convirtió en hija de Dios”

El párroco defiende que en la Iglesia “no podemos cambiar lo que Dios ha hecho. Si lo creó mujer, mujer será para siempre”

“Que yo me tenía que haber quedado como estaba, siendo una mujer, y haber aguantado el castigo que Él me mandó”

“Me dio un ‘no’ rotundo. Me dijo que no me confirmaba, que había tenido una reunión con el obispo y le había dicho que no se admiten a las personas transexuales”

“El cura me ha dicho que no admiten mi confirmación por ser transexual”. José Belloso tiene 28 años y vive en Posadas, un pueblo de Córdoba. Tras cumplir los cursos de catequesis para poder confirmarse, y así poder ser padrino en el bautizo de su sobrina, que se celebrará el 27 de mayo, el párroco le negó el sacramento.

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El obispo Demetrio Fernández y  José Antonio Agüero, párroco de la iglesia de Santa María de las Flores, en Posadas.

El año pasado faltó a muchas clases del curso, así que este año ha tenido que repetir la preparación para recibir el sacramento. Desde el principio informó al párroco de la iglesia de Santa María de las Flores en Posadas. Él me dio su visto bueno, me dejó la puerta entreabierta pero me dijo que tenía que consultarlo con el vicario y el obispo”, relata el joven a eldiario.es.

A finales de abril, el cura le dio la mala noticia. “Me dio un ‘no’ rotundo. Me dijo que no me confirmaba, que había tenido una reunión con el obispo y le había dicho que no se admiten a las personas transexuales. Que yo me tenía que haber quedado como estaba, siendo una mujer, y haber aguantado el castigo que Él (Dios) me mandó sin ofender a la naturaleza que Él me dio“.

Indignado, José cuenta cómo fue la conversación con el párroco: “Me llegó a hacer preguntas como, por ejemplo, si estaba operado. Eso creo que está fuera de lugar”, explica. “Si me hubiese quedado como mujer me hubiese matado, por supuesto, porque mi vida era un espejo en el que no me reconocía”, relata José con crudeza.

José Antonio Agüero, el cura de la iglesia de Posadas, asegura que José recibió el sacramento del bautizo como mujer, “se convirtió en hija de Dios”, así entró en la Iglesia y así sería llamado por el obispo para recibir la confirmación. El cura alega que no supo de la transexualidad del joven hasta que se apuntó al curso el segundo año.

“He sentido una discriminación total y mayúscula por parte de ellos. Discriminación en toda regla”, dice el joven que no entiende el razonamiento que le ha dado el párroco. José no da crédito y comparte su rabia en las redes sociales:

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Por su parte, el Observatorio Español contra la LGBTfobia (StopLgbtfobia) considera “éticamente reprobable” que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y el párroco de Posadas, nieguen la confirmación a José Belloso, un transexual que pretendía ejercer como padrino de bautismo de su sobrina.

Según explica el citado observatorio, José Belloso, de 28 años, que trabaja de peón agrícola en la localidad cordobesa de Posadas, quería ser el padrino de bautismo de su sobrina, para lo que era necesario que se confirmara.

Pocos días antes de terminar la catequesis para la confirmación, que iba a celebrarse el próximo 27 de Mayo, el párroco de la Iglesia de Santa María de las Flores, Juan José Romero, ha informado a José Belloso de que no pueden confirmarle “por ser transexual”.

Este observatorio contra la Lgbtfobia indica que el obispo de Córdoba afirmó que “no admiten a personas transexuales” y que Belloso “tenía que haber aguantado el castigo que Dios le dio y la cruz que el Señor le mandó sin ofender a la naturaleza”.

Desde el Obispado de Córdoba, prosigue el Observatorio, dicen que no se trata de una discriminación, sino que acogiéndose al Código de Derecho Canónico consideran “no idóneo” “su estilo de vida”, que es incongruente con la vida cristiana.

“Desde el Observatorio Español contra la Lgbtfobia consideramos (este hecho) éticamente reprobable desde todo punto de vista y una degradante y humillante discriminación por el único motivo de la identidad sexual”, declaró su director, Paco Ramírez.

Ya el Observatorio “vio con gran decepción el contenido final de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la Familia denominada “La Alegría del Amor”, donde a pesar de hablar de acogimiento de las personas homosexuales y de condenar su discriminación y violencia, denosta y humilla en gran medida a las personas LGBT, sus uniones y sus familias, considerando únicamente familia como un hombre y una mujer con el único objetivo de la procreación. Sin embargo si entrevimos ciertas rendijas en las que los obispos podrían impulsar alguna interpretación más abierta y flexible”, reflexiona Paco Ramírez. “No obstante vemos una y otra vez que la Jerarquía Católica en España, a excepción de determinados obispos concretos está completamente cerrada a un acercamiento a la sociedad y a la flexibilidad de sus dogmas ancestrales, por lo que esa Iglesia más inclusiva y caritativa que muchos feligreses esperaban va a tardar mucho en aparecer en España. La ortodoxia en la moral tradicional, acerca la Iglesia Católica en España más a las interpretaciones caducas y fundamentalistas de las jerarquías de las Iglesias de África y América Latina, que a los posicionamientos de las Iglesias del centro y norte de Europa. Esto sin duda es un hecho lamentable que ofrece una visión de una Iglesia que camina por un recorrido diferente de la sociedad española cuando ahora se cumplen 30 años del ingreso de España en la Unión Europea. Los españoles ya nos hemos concienciado de que somos europeos, pero la Iglesia parece querer permanecer en la autarquía y seguir creyendo que Europa sólo empieza más allá de los Pirineos“, afirma el director del Observatorio.Voces de apertura en otros países

“Estas reiteradas actitudes de la Iglesia Española contrastan con algunos obispos del centro y norte de Europa que hacen llamamiento a un acercamiento más real, algunos incluso como el obispo de Osnabrück dispuestos a celebrar ceremonias de uniones homosexuales. Recientemente el Sínodo Católico de Tréveris (Alemania) ha pedido una pastoral y una ‘oferta litúrgica’ destinada a las personas LGBT y sus familias, reflexiona Ramírez.

“Dentro de la Conferencia Episcopal Española hay voces que llaman una apertura y un acercamiento a la sociedad, pero no terminan de controlar a la vieja guardia que continúa con su mantra de una interpretación del Evangelio sesgada, anticuada, simplista y discriminatoria con la sexualidad humana. Ambos discursos no pueden ser defendidos por la Conferencia Episcopal, y van a tener que dar un paso adelante para introducirse en las rendijas que nos acerque más a Europa, y tienen que empezar a condenar las voces caducas y discrepantes”, finaliza Ramírez.

La obsesión de la Iglesia católica con la transexualidad

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, es de hecho uno de los principales ejemplos de la reciente obsesión con la transexualidad de la jerarquía católica española, que parece haber sustituido a su más tradicional odio homófobo. Ya en enero de 2013 Fernández difundía su mensaje tránsfobo en una carta pastoral en la que criticaba la “ideología de género” que “sitúa al hombre por encima de Dios”. “La ideología de género es una filosofía, según la cual el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente”, añadía. “Ya no valdrían las ecografías que detectan el sexo de la persona antes de nacer. Esperamos un bebé. ¿Es niño o niña? La ecografía nos dice claramente que es niña. No. Lo que vale es lo que el sujeto decida. Si quiere ser varón, puede serlo, aunque haya nacido mujer. Y si quiere ser mujer puede serlo, aunque haya nacido varón. No se nace, se hace. Al servicio de esta ideología existen una serie de programas formativos, médicos, escolares, etc. que tratan de hacer ‘tragar’ esta ideología a todo el mundo, haciendo un daño tremendo en la conciencia de los niños, adolescentes y jóvenes”, aseguraba entonces el obispo de Córdoba.

Pero no es el único, por desgracia. Hace pocas semanas eran tres obispos madrileños, entre ellos el de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, los que cargaban con fiereza contra la Asamblea de Madrid por aprobar una avanzada ley integral de transexualidad. Ya antes, de hecho, el obispo de Alcalá de Henares había incluido menciones tránsfobas en sus diversas diatribas, como la que lanzó en diciembre de 2014, cuando incluyó a la “despatologización de la así llamada transexualidad” en la lista de supuestos objetivos de una perversa agenda LGTB.

La actitud del papa Francisco no ayuda…

Lo cierto es que el más importante ataque a las personas transexuales surgido del ámbito católico en los últimos años ha venido precisamente de la mano del papa Francisco y su reciente encíclica Laudato si’, como bien contamos en su momento. Más allá de gestos mediáticos aparentemente conciliadores, lo cierto es que la encíclica de Francisco sobre el medio ambiente contiene un claro mensaje tránsfobo. Es, en concreto, en su punto 155, donde el argentino aprovechaba para considerar que el respeto a la ecología incluye “la aceptación del propio cuerpo como don de Dios” y su “valoración en su femineidad o masculinidad”Según aseguraba el papa, “cancelar la diferencia sexual” no es una actitud sana.

No era el primer aviso de Francisco. “Pensemos en las armas nucleares, en su capacidad de aniquilar en unos pocos instantes un alto número de vidas humanas. Pensemos en la manipulación genética, en la manipulación de la vida, o en la teoría de género, que no reconocen el orden de la creación. Con esta actitud, el hombre comete un nuevo pecado contra Dios el Creador”, expresaba el papa solo unos meses antes de su encíclica.

Fuente Agencias/Religión Digital/Dosmanzanas

 

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El prefecto de Doctrina de la Fe niega la posibilidad de comulgar a los divorciados recasados

Miércoles, 4 de mayo de 2016
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Priesterweihe 2012 Dom St. Peter Foto: altrofoto.de ¿Cuándo se extinguirán estos sotanosaurios? No quiero ni imaginarme lo que pensará de nosotros y nosotras…

“Los divorciados vueltos a casar tienen que vivir en castidad total, como hermanos”

Asegura que Hans Küng es un hereje, que “no cree en la divinidad de Cristo ni en la Trinidad”

(José Manuel Vidal).- Asegura que es “una tontería” decir que está contra el Papa, pero, en sus declaraciones, el cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de Doctrina de la Fe, sostiene, al contrario de Francisco, que los divorciados vueltos a casar no pueden acceder a la comunión sacramental o que la infalibilidad no se puede cuestionar, como hace el ‘hereje’ Hans Küng, que “no cre en la divinidad de Cristo ni en la Trinidad”.

El purpurado alemán estuvo en Madrid, en la Francisco de Victoria, la Universidad de los Legionarios de Cristo, para presentar su último libro-entrevista ‘Informe sobre la esperanza’ y pronunciar una conferencia. Arropado por algunos de los suyos en España, como el cardenal Rouco, el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig, o los obispos auxiliares de Getafe y Madrid, Rico Pavés y Martínez Camino.

Antes, en una concurrida rueda de prensa, el ‘guardián de la ortodoxia’ sostuvo, en contra de lo que mantiene el Papa en la exhortación postsinodal ‘Amoris laetitia’, que los divorciados vueltos a casar no pueden acercarse, en ningún caso, a la comunión sacramental y, a lo máximo que pueden aspirar, después de confesarse, es a vivir “como hermanos”.

Con lenguaje y maneras suaves, pero muy duro en el fondo, el purpurado alemán rechazó, por activa y por pasiva, la puerta que abre la ‘Amoris laetitia’ a los divorciados recasados, entre otras cosas porque “no es posible vivir en gracia de Dios en condiciones objetivas de pecado”.

Müller sostiene que “es una contradicción” estar divorciado y querer comulgar y, como es es algo que pertenece al derecho divino, no al canónico, ni la Iglesia ni Papa alguno puede cambiarlo”. Y es que “el matrimonio es un sacramento y la Iglesia no puede cambiar los elementos básicos de los sacramentos” y tampoco puede “aceptar una segunda esposa, si el matrimonio es válido”. Y concluye: “No se puede decir sí a Jesucristo en la eucaristía y no en el matrimonio. Es una contradicción objetiva”.

Por eso, “las interpretaciones que van más allá del dogma de la Iglesia son falsas” y, por eso, el Papa Francisco, en su exhortación postsinodal no quiso hacer “interpretaciones ex cathedra”, porque “todos los elementos están dogmatizados” y “ni el Papa puede cambiarlos”

La única salida pastoral que les queda a los que divorciados vueltos a casar, que viven, por lo tanto, en situación irregular, pero quieren acercarse a la Iglesia, es doble. Primero, “separarse del legítimo esposo, si pueden” o vivir junto al nuevo esposo pero en castidad perfecta, es decir “como hermanos”, porque “nunca se puede justificar una situación que va contra la ley divina”.

Hans Küng, el hereje

Tampoco comulga demasiado el prefecto de la Fe con las imágenes que utiliza el Papa sobre la Iglesia, como la de “hospital de campaña”. Él prefiere las imágenes de la Iglesia clásicas, como casa de Dios o pueblo de Dios, aunque concede que Francisco, que es un Papa pastoral, también tiene derecho a utilizar esas imágenes “pedagógicas”, pero siempre que no se equiparen a las clásicas.

Y ya puestos a criticar al Papa, el cardenal alemán echó por tierra el último acercamiento de Francisco al teólogo suizo, Hans Küng, al que, en una carta personal, Bergoglio acaba de decirle que sería positivo abrir el melón de la infalibilidad y ponerla a debate en la Iglesia.

Müller se dedicó a criticar al teólogo suizo, del que dijo que “no sólo ha criticado a los Papas como personas, sino también a la institución” y le tachó de hereje en toda regla. Primero, porque “ni su cristología ni su eclesiología son católicas”. Y, además, “no cree en la divinidad de Cristo ni en la Santísima Trinidad”.

En segundo lugar, Müller, tras señalar que “la infalibilidad es un dogma, un tesoro y la esencia de la eclesiología católica”, arremetió de nuevo contra Hans Küng: “No puede decir que se siente justificado por el Papa”.

Y para abundar en su argumentación, hizo la distinción que en él es clásica, desde hace tiempo, entre un Papa teólogo como Benedicto XVI y un papa pastor, como Francisco. Este último es “un párroco, con su propio estilo pastoral, que habla sencillamente con la gente, pero presupone toda la doctrina que tan bien ha explicado el Papa Benedicto”.

“Eso no quiere decir -añadió, para curarse en salud- que Francisco no sepa nada de teología. Francisco sabe mucha teología, pero para entenderlo, hay que conocer la teología espiritual. Francisco tiene una teología que le viene de la vida espiritual”. Como San Bernardo, San Francisco de Asís o San Ignacio de Loyola.

Y Müller aprovechó lo que llama “la malinterpretación de algunos”, para criticar “a los que inventan contradicciones entre los Papas recientes, porque hacen daño a la Iglesia“. A su juicio, “tenemos que caminar juntos, cada cual con su carisma, para llevar adelante a la Iglesia”.

Quizás por eso, se dedicó a reivindicar la “gran visión del mundo y de la Iglesia” que tuvieron Juan Pablo II y Benedicto XVI, aunque reconoció que Francisco, como buen latinoamericano, tiene una nueva visón del mundo, distinta de la europea, que está conduciendo a la Iglesia hacia las “periferias reales”. Una visión, en todo caso, distinta a la europea de sus predecesores, donde “estamos confrontados al secularismo y a una política agresiva de Europa contra el cristianismo”.

Una visión, la del guardián de la ortodoxia que suena muy diferente a la de la misericordia de Francisco. Mientras el Papa habla de la Iglesia hospital de campaña, el cardenal Müller sigue predicando la Iglesia aduana, roca asediada por todo tipo de enemigos internos y externos. Una Iglesia sin primavera y sin compasión, pero segura en su doctrina.

Fuente Religión Digital

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“Una “Iglesia atascada” en un tiempo y una cultura que ya no existen”, por

Miércoles, 4 de mayo de 2016
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ejemplares-de-amoris-laetitia_560x280“¿Qué verdad pueden defender los que, cuando les conviene, dejan de lado el sufrimiento?”

“Amoris Laetitia, la visión nueva (y todavía desconocida) de la familia, que nos presenta el Papa”

La Doctora Elske Rasmussen se lamentaba, hace sólo unos días, de los que (cardenales, obispos, curas, frailes…) se empeñan en defender que “el papa sólo está autorizado a repetir lo que ha dicho el Magisterio anterior, especialmente desde Pio XII hasta Benedicto XVI”. O sea – si yo me he enterado bien – , los “hombres de Iglesia”, que le hacen frente al papa Francisco, son personas que, quizá sin darse cuenta de lo que realmente están haciendo, lo que en realidad defienden es una “Iglesia atascada”, no en el barro y en el fango de un camino impracticable, por el que no se puede avanzar ni se va a ninguna parte, sino una “Iglesia atascada”, no en un camino embarrado, sino en algo peor: en un tiempo y una cultura que ya no existen. Porque eso, a fin de cuentas, es la Iglesia de Pío XII, la de Juan Pablo II y la que defendió (mientras pudo) Benedicto XVI.

El fondo del asunto, a mi modo de ver, está en esto: la preocupación central y determinante de la Iglesia, ¿debe estar puesta y mantenerse en la fidelidad al Magisterio y sus verdades o tiene que estar en el sufrimiento del pueblo y sus carencias? En la respuesta que se dé a esta pregunta, en eso está la clave que explica la diferencia y la distancia que se palpa entre el papado de Benedicto XVI y el de Francisco. Por supuesto, es importante en la Iglesia defender y mantener el Magisterio de nuestros mayores. Pero, ¿no es más apremiante remediar el sufrimiento de los inocentes?

No se trata de quitarle la razón a un papa, para dársela a otro. El asunto es más grave y más determinante. Porque, a fin de cuentas, lo que estamos viviendo en la Iglesia, con los roces y fricciones entre los defensores del papado anterior y los entusiastas de Francisco, es la reproducción – a pequeña escala – del enfrentamiento entre los “Maestros de la Ley”, defensores de sus tradiciones religiosas, y el comportamiento de Jesús, que curaba enfermos, daba de comer a los pobres y se hizo amigo de pecadores y publicanos y pecadores. Es evidente que Jesús no fue un hombre ejemplar en su tiempo. Pero tan cierto como eso es que, los “ejemplares” (de entonces y de ahora) pronto quedan arrumbados en el baúl de los recuerdos, mientras que, como bien ha hecho notar el profesor Reyes Mate, siempre queda en pie el certero enunciado de Theodor W. Adorno: “Hacer hablar al sufrimiento es la condición de toda verdad”. Lo que me lleva a mí a terminar haciéndome una pregunta capital: ¿Qué verdad pueden defender los que, cuando les conviene, dejan de lado el sufrimiento?

En esto, me parece a mí, está la grandeza, la novedad y la actualidad de la “Amoris laetitia”, la visión nueva (y todavía desconocida) de la familia, que nos presenta el papa Francisco.

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Francisco podría conceder una Prelatura Personal o un Ordinariato a los lefebvrianos

Miércoles, 4 de mayo de 2016
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fellay1_560x280El Papa impondría tres requisitos previos genéricos a la Fraternidad San Pío X

Fellay, que se reunió con Bergoglio hace semanas, dijo que “Amoris Laetitia nos hace llorar”

En una decisión que si se concreta causará desconcierto y críticas en el mundo católico, el Papa Francisco estaría por ofrecer a los ex cismáticos tradicionalistas del arzobispo francés Marcel Lefebvre, fallecido en 1991, un estatuto canónico regular dentro de la Iglesia.

Según información coincidente de fuentes periodísticas internacionales y de la misma Fraternidad San Pío X, con base en Econe, Suiza, que Lefebvre fundó en 1970, el pontífice argentino impondría tres requisitos previos genéricos, que a los ultramontanos no crean problemas doctrinarios, para acogerlos en “una estructura eclesiástica apropiada”, como reclaman los tradicionalistas. Esa estructura sería una prelatura personal, como el Opus Dei, o un ordinariato, como el que rige para los anglicanos tradicionalistas que abandonaron la Iglesia de Inglaterra cuando ésta aceptó la ordenación sacerdotal de mujeres.

A diferencia de los papas anteriores (Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI), que exigieron a la comunidad lefebvriana como paso previo a cualquier negociación que aceptaran los documentos del Concilio Vaticano II, el magisterio de los últimos pontífices y la histórica reforma de la misa en el posconcilio, Jorge Bergoglio abandonaría esta posición y, afirmando su línea de una Iglesia inclusiva, aceptaría que estos temas fundamentales sean objeto “de discusión y aclaraciones” posteriores. Esto lo dijo monseñor Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, responsable de los coloquios doctrinales con la Fraternidad San Pío X.

Monseñor Pozzo en los últimos años ha proseguido los contactos con los ultraconservadores lefebvrianos y afirmó que “se ha llegado a una importante elucidación: el Concilio Vaticano II puede ser adecuadamente comprendido solo en el contexto de la plena tradición de la Iglesia y su contante magisterio”. Una conclusión más bien abstracta.

Entre los lefebvrianos circula un documento desde el 19 de febrero que tras enumerar los avances logrados, la vocación de mantener bien altas las banderas de la tradición católica y las enseñanzas de monseñor Lefebvre, afirma que “ha llegado el tiempo para normalizar la situación de la sociedad” con Roma.

En el documento se señala que la iglesia “sigue sangrando por mil heridas”, lo que representa un aviso de que “no nos callaremos“.

A principios de este mes, el sucesor de Marcel Lefebvre al frente de la comunidad de Econe, el también monseñor francés Bernard Fellay, se encontró en el Vaticano con Francisco. Unos días después Fellay dijo que el coloquio “sirvió para saldar las relaciones entre la fraternidad y la Sede Apostólica”. “Fue una alegría”, agregó el líder de los lefebvrianos.

En cuanto a la exhortación apostólica “Alegría del Amor“, que el papa firmó como la conclusión del doble sínodo de la familia, Fellay dijo que “nos hace llorar”, un comentario tajante para poner distancia con las posiciones de Bergoglio.

El Papa argentino dio un paso importante para esta reconciliación, que muchos consideran prácticamente imposible, con una decisión espectacular: las confesiones que los fieles hagan ante un sacerdote lefebvriano son totalmente válidas. Jorge Bergoglio lo justificó en el ámbito del año jubilar de la misericordia, que concluirá el 8 de noviembre.

Según monseñor Fellay, el Papa Francisco es “inclasificable y aunque para los lefebvrianos muchas decisiones del actual pontífice son “horribles”, el sucesor de monseñor Lefebvre recordó que cuando Bergoglio era el cardenal de Buenos Aires ayudó a la comunidad, que tenía dificultades con los permisos de estadía. En la Argentina está una de las comunidades más importantes de los lefebvrianos y Bergoglio cree que la reconciliación es posible porque “todos somos católicos.

Lefebvre fue suspendido “a divinis” por Pablo VI después que ordenó sacerdotes sin permiso de Roma. En 1988, tras duras y casi desesperadas negociaciones, Juan Pablo II fulminó con la excomunión a Lefebvre y otro obispo brasileño que consagraron a cuatro episcopales, también excomulgados, de la comunidad. Entre ellos estaban Fellay, el actual líder, y el londinense Richard Williamson.

En enero de 2009, el papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, que había luchado tanto para evitar el cisma lefebvriano, levantó la excomunión a los cuatro obispos consagrados por Lefebvre.

Esta decisión causó el estallido de un escándalo de tan vastas proporciones que puede considerárselo como una de las causas que llevaron a Ratzinger, en febrero de 2013, a una histórica renuncia como Papa Benedicto XVI, que cambió para siempre el perfil del pontificado.

Williamson era director del seminario lefebvriano de La Reja, un suburbio de Buenos Aires. El gobierno de Cristina Fernández lo expulsó del país después que Williamson reiteró ante la televisión pública sueca su convicción pronazi de que “ningún judío murió en las cámaras de gas” de los campos de exterminio de Hitler.

Extremista entre los extremistas, monseñor Williamson pasó de excomulgado a suspendido “a divinis” por la decisión de Benedicto XVI, pero entabló una dura controversia con la comunidad lefebvriana, oponiéndose a cualquier negociación para volver a la comunión con el Papa de Roma. Finalmente fue expulsado con gran alivio por la Fraternidad de San Pío X, quitando así un escollo formidable a las largas negociaciones con el Vaticano.

En marzo del año pasado, Williamson recuperó la condición de excomulgado, por segunda vez, cuando en un monasterio benedictino cerca de Río de Janeiro consagró obispo al padre Jean-Michel Faure, que como él se oponía a cualquier arreglo con el Vaticano. Faure, también excomulgado, se había alejado voluntariamente de la comunidad lefebvriana.

(Valores/Clarin)

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Misericordia y Personalismo

Martes, 3 de mayo de 2016
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mounier2“Perentoria necesidad de mutua compasión”

“La misericordia se enrolla así en la caridad incondicional e incondicionada”!

(Andrés Ortiz-Osés).- En la reunión del grupo Mounier en Zaragoza se ha planteado la teología de la misericordia del Papa Francisco y la filosofía propia del personalismo.

En esta reflexión trato ambos temas de la misericordia franciscana y del personalismo cristiano comparativamente.

1. Misericordia

Según Schopenhauer, la clave de la auténtica religión está en la compasión, tal y como la representa el budismo. Pero la compasión búdica es típicamente oriental, extática, mientras que la compasión cristiana es más occidental, dinámica, y se expresa por la misericordia. El Papa Francisco ha recogido la tradición cristiana dotándola de un fuerte componente perdonador: quién soy yo para juzgar, Dios es más grande que nuestros pecados, todo santo tiene su pasado y todo pecador su futuro, la caridad es incondicional…

La misericordia se enrolla así en la caridad incondicional e incondicionada, quintaesencia del cristianismo originario de Jesús. La misericordia es un amor básico, por cuanto se basa o fundamenta paradójicamente en el desfundamento de nuestra común miseria humana, de ahí la compasión como pasión o padecimiento mutuo, compartido no solo pasiva sino activamente. Por eso es necesario en este contexto el mutuo perdón, el perdón por lo hecho y lo no-hecho, por acción u omisión. Esta mutua misericordia es lo que funda la alegría del amor, el cual es una autoafirmación abierta al otro, la afirmación propia y ajena, la apertura radical.

Así que el amor de misericordia dice caridad, la cual obtiene un componente cuasi “matriarcal” de heteroafirmación o afirmación del otro. Como mostró Erich Fromm, el componente matricial del amor se caracteriza por su incondicionalidad, así pues por su positividad o positivación del negativo o negatividad de lo real. Se trata entonces de un amor asuntivo o afirmativo, transustanciador o regenerador, recreador o reconversor (metánoia). Kierkegaard hablaba de trascender la inmanencia, de salto o abrimiento radical; nosotros hablamos más discretamente de la misericordia como asunción autocrítica de nuestra miseria a nivel personal e interpersonal.

2. Personalismo

Decimos que la misericordia tiene un componente matriarcal-femenino, por cuanto es compasión junto al otro. Por su parte, la persona es el individuo no solipsista sino solidario o social, comunitario, por ello se define por su apertura o comunicabilidad. Ahora bien, esta comunicabilidad propia de la persona obtiene el contrapunto de la autonomía o autarquía, de modo que la persona es comunicable e incomunicable, extrovertida e introvertida, heteroafirmativa y autoafirmativa, abierta y propia. Por eso los clásicos hablan de la persona como comunicación de lo incomunicable o inefable, logos íntimo o interior, mismidad. Esta mismidad de la persona la hace “suya” (sui ipsius, sui iuris), y nadie puede usurpar su propia conciencia personal (ni siquiera el Papa, como ha dicho el propio Francisco).

La persona es entonces abierta y propia, matriarcal y patriarcal, anima y animus, como dice C.G.Jung. Digamos que el amor de caridad o misericordia es efusivo y refrenda sobre todo la igualdad, mientras que el amor personal es afectivo y refrenda la libertad. Hay así una cierta “dualéctica” entre la misericordia y la persona, entre la posición horizontal del amor y la posición vertical de la persona, una cierta tensión entre amor ajeno y amor propio.

No se trata de distingos escolásticos, sino del encuentro entre la igualdad compasiva y la libertad personal. Ambos, igualdad y libertad, constituyen la auténtica coexistencia democrática, en la cual debe realizarse la mutua corrección de la igualdad por la libertad, y de la libertad por la igualdad. Si prevalece la igualdad frente a la libertad, accedemos a una especie de populismo comunistoide; pero si prevalece la libertad frente a la igualdad asistimos a un neoliberalismo fascistoide.

Hay que coafirmar pues la igualdad y la libertad, ya que todos somos iguales y diferentes a un tiempo. Es cierto que afirmar a la vez la igualdad compasiva y la libertad personal es una contradicción, pero tenemos que encontrar el equilibrio democrático entre ambos extremos, equilibrio significado hoy simbólicamente por una democracia liberal de carácter social.

3. Misericordia y personalismo

Alguno ha interpretado la teología de la misericordia del Papa Francisco como populismo (y se señala la simpatía de Pablo Iglesias por el Pontífice), aunque en verdad se trata de una teología popular o teología del pueblo. En su significativo viaje a Cuba y Estados Unidos este Papa se ha distanciado tanto del viejo comunismo como del nuevo capitalismo neoliberal, propugnando una especie de personalismo o interpersonalismo compasivo, basado en la fraternidad de inspiración cristiana. Pero esta fraternidad es precisamente la hermandad de igualdad y libertad, o sea, de política social y espíritu libre.

Al respecto la figura de E.Mounier recobra sentido actual. Este filósofo cristiano predica y practica a la vez lo matriarcal y lo patriarcal, la apertura cuasi femenina y la autoafirmación cuasi viril. La persona es ex/sistencia o salida al otro, empatía, pero también alma o espíritu, libertad. Por eso precisamente critica en la Iglesia tradicional su “castratismo”, que ha reprimido el deseo humano en lugar de trasfigurarlo y espiritualizarlo, como Francisco de Asís. El afrontamiento cristiano de Mounier no es un enfrentamiento frente al otro, pero tampoco una regresión o ensimismamiento cavernario.

A partir de viejos textos de la patrística, Hugo Rahner redefinió a la Iglesia como “Luna patiens”, luna compasiva que recibe la luz no de sí misma sino del Sol (Cristo). El peligro está en quedarse alucinada/alunizada dentro de la caverna lunar (platónica) sin salir a la luz del sol, al aire libre, al mundo del hombre en el que se encarna la divinidad cristiana. Pues si desde las catacumbas de la Iglesia el mundo aparece en crisis, desde el mundo es la Iglesia la que aparece en crisis. Pero está en crisis la Iglesia y el mundo, como siempre, de ahí la perentoria necesidad de la mutua compasión, perdón y misericordia: crítica.

Fuente Religión Digital

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HOAC y JOC apuestan por “repensar un trabajo decente que construya humanidad”

Domingo, 1 de mayo de 2016
Comentarios desactivados en HOAC y JOC apuestan por “repensar un trabajo decente que construya humanidad”

hoac-y-joc-ante-el-dia-del-trabajo“Como Juan, Eloísa, David, Ana… hay en nuestro país 4.094.770 personas paradas”

“No permanecemos indiferentes y denunciamos esta situación inadmisible”

“El trabajo ha pasado de ser un bien para la vida a ser un instrumento para la producción, con mayor crudeza en estos últimos años. El trabajo se ha degradado de tal manera que es difícil reconocerlo”

(HOAC/JOC).- «Juan, tras 20 años en la misma empresa, se encuentra en el paro con 48 años y pronto dejará de percibir la prestación. Eloísa, su mujer, ha conseguido ir a limpiar por horas sueltas, sin contrato, a la vez que atiende a su madre enferma. David, el hijo mayor, ha dejado la universidad al recortarle la beca. Ana, la segunda hija, está pendiente del móvil por si la llaman para cubrir alguna baja. Y Tamara, la tercera hija, estudia 3º ESO y falta bastante a clase para cuidar de su sobrina de 2 años».

Como Juan, Eloísa, David, Ana… hay en nuestro país 4.094.770 personas paradas, y 1.556.600 familias tienen a todos sus miembros en paro. Además:

■ El 12,6% de los trabajadores en España son pobres (su salario no les permite salir de la pobreza).

■ 608 trabajadores fallecieron en 2015 víctimas de accidentes laborales, dos muertes al día.

■ Si miramos al mundo, 21 millones de personas son víctimas de trabajo forzoso (según la OIT).

■ La desigualdad sigue creciendo. El 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el otro 99%. En España, las 20 personas más ricas disponen de tanto dinero como los 14 millones de personas más pobres.

De nuevo este 1º de mayo, Día Internacional del Trabajo, la HOAC y la JOC, movimientos de Acción Católica especializada en el mundo obrero y del trabajo, no permanecemos indiferentes y denunciamos esta situación inadmisible.

El trabajo ha pasado de ser un bien para la vida a ser un instrumento para la producción, con mayor crudeza en estos últimos años. El trabajo se ha degradado de tal manera que es difícil reconocerlo. Muchos trabajadores y trabajadoras están sufriendo una gran precariedad. Muchos de ellos no pueden optar al tipo de trabajo para el que se han formado ni participar en la decisión de sus condiciones laborales, el horario, el sueldo, la duración del contrato, el tipo de jornada, etc. Esta precarización del trabajo que estamos padeciendo supone también la degradación de la empresa y de la economía, por lo que estamos llamados a repensar el sentido y la función que realmente deben tener para que sirvan al bien común.

Ante la situación de insolidaridad estructural que se vive en todo el mundo respecto a los trabajadores y trabajadoras, y más si cabe respecto a jóvenes que quieren y no pueden trabajar, la persona debe ser y estar en el centro de la actividad económica, de la política, de las relaciones laborales, del trabajo.

Es necesario repensar el sentido del trabajo, la economía y la empresa, devaluado en nuestra sociedad. Para ello tenemos que exigir a los políticos, gobernantes y poderes económicos unos derechos que son básicos y fundamentales y que deben promoverse siempre, y que a menudo no son respetados:

■ El derecho al trabajo, a una justa remuneración, a unas condiciones dignas con horarios y condiciones que permitan el adecuado desarrollo de la vida personal, familiar y social.

■ El derecho a un ambiente de trabajo saludable que no atente contra la integridad física ni psíquica, y que permita el desarrollo de la propia personalidad en el trabajo.

■ El derecho a prestaciones sociales, y al descanso.

■ El derecho de reunión y de asociación, a la negociación colectiva y a la huelga, y a la participación en la organización del trabajo.

Afirmamos que el trabajo es esencial para la vida de las personas porque ayuda a construir nuestra humanidad. A través de él potenciamos, desarrollamos y expandimos nuestras capacidades y cualidades, y podemos aportar lo mejor de nosotros para la construcción de la sociedad en la que vivimos. El trabajo está «en función del hombre» y no el hombre «en función del trabajo» (Juan Pablo II, Laborem exercens 6).

Ante esto, nos sentimos llamados y llamadas, e invitamos a toda la sociedad a:

■ Romper la actual lógica de pensar y organizar el trabajo, poniendo en el centro a la persona y no la economía y los intereses de unos pocos.

■ Plantear el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo: distribuir de manera justa y digna el empleo y reconocer socialmente todos los trabajos de cuidados necesarios para la vida humana.

■ Establecer unos ingresos mínimos suficientes para cubrir las necesidades básicas de todas las personas y familias por el hecho de serlo.

■ Articular de forma humanizadora el trabajo y el descanso.

■ Luchar por condiciones dignas de empleo: sin la lucha por la afirmación de los derechos de las personas en el empleo no es posible humanizar el trabajo.

■ Denunciar que actualmente el capital no tiene fronteras (especialmente con el TTIP), mientras que las personas sí las tenemos, lo cual crea una mayor injusticia social.

■ Repensar el modelo económico y productivo, para que sea respetuoso con la vida y que permita la de generaciones futuras.

Como creyentes en Jesús de Nazaret, quienes integramos la JOC y la HOAC animamos a todas las personas a denunciar las situaciones injustas que se padecen en el mundo obrero y del trabajo, y a promover el derecho a tener un trabajo decente que no niegue la dignidad de los trabajadores y trabajadoras, ya que el trabajo es para la vida.

Os invitamos a celebrar este 1º de mayo, participando en los actos que se convoquen para denunciar esta forma de entender el trabajo, y defendiendo que éste sea un bien de la persona y de la sociedad al servicio de la vida.

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Fuente Religión Digital

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Carta del Papa Francisco a Hans Küng

Domingo, 1 de mayo de 2016
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franciscung_560x280Hans Küng: “El Papa corresponde a mi deseo de abrir un debate libre sobre la infalibilidad”

Francisco responde al teólogo suizo, a quien llama “querido hermano”

“No quiere seguir siendo el único portavoz de la Iglesia (…). No fija limitación alguna”

(J. Bastante).- El Papa corresponde a mi deseo de abrir un debate libre sobre el dogma de la infalibilidad. El teólogo suizo, Hans Küng, anuncia, en las páginas de El País, que Francisco ha respondido a su “llamamiento” para poder analizar esta cuestión en el seno de la Iglesia.

El día 9 de marzo de 2016 se publicó en importantes periódicos de diferentes países mi Llamamiento al papa Francisco rogándole que hiciera posible un debate abierto, imparcial y libre de prejuicios sobre la cuestión de la infalibilidad.“Me alegró mucho recibir, inmediatamente después de Pascua y a través de la nunciatura de Berlín, una respuesta personal del papa Francisco fechada el Domingo de Ramos (20 de marzo)”, escribe Küng, que agradece al Pontífice “que no me dejara con mi Llamamiento, por decirlo de alguna manera, suspendido en el vacío”; que “fuera él mismo quien respondiera, y no su secretario privado o el cardenal secretario de Estado”; y que “resaltase el carácter fraternal de su carta en español mediante el uso del encabezamiento en cursiva y en alemán “lieber Mitbruder” (“querido hermano”)“.

En opinión de Küng (que no publica la carta de respuesta papal), Francisco valoró “altamente las reflexiones que me habían conducido a publicar el volumen 5 [de mis obras completas], dedicado a la infalibilidad, en el que propongo debatir teológicamente las diferentes cuestiones en torno a este dogma a la luz de la sagrada Escritura y de la Tradición”.

“El papa Francisco no fija limitación alguna. De esta forma, corresponde a mi deseo de abrir un debate libre sobre el dogma de la infalibilidad”, subraya Hans Küng, quien concluye que “este nuevo espacio de libertad debe ser aprovechado para avanzar en el esclarecimiento de las declaraciones dogmáticas controvertidas en la Iglesia católica y la ecúmene”.

“No podía yo imaginar entonces el gran espacio de libertad que, pocos días después, abriría el papa Francisco en su exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia, añade el teólogo suizo, quien subraya cómo el Papa “no quiere seguir siendo el único portavoz de la Iglesia. Este es el nuevo espíritu que siempre esperé del Magisterio. Estoy convencido de que, por fin, también el dogma de la infalibilidad, una cuestión fundamental y decisiva de la Iglesia católica, se podrá debatir con espíritu libre, abierto y alejado de todo prejuicio”.

“Estoy profundamente agradecido al papa Francisco por ofrecernos esta posibilidad. Mi agradecimiento se une a la expectativa de que los obispos, teólogas y teólogos hagan suyo sin reservas este espíritu y colaboren en la tarea de esclarecer el dogma de la infalibilidad en el espíritu de la Escritura y de la gran Tradición eclesial“, finaliza.

Fuente El País, vía Religión Digital

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“Decepción y esperanza”, por José Arregi

Sábado, 30 de abril de 2016
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lae2Me refiero a la Exhortación postsinodal del papa Francisco sobre la Familia: Amoris laetitia (la alegría del amor). Admiro el espíritu y el arte que exhibe el papa en este documento: se ha bandeado con mucha sutileza entre el sector episcopal más aperturista y el más conservador; ha traspasado furtivamente los límites estrechos que el documento final del Sínodo le había marcado; ha driblado hábilmente a defensas y delanteros sin perder el balón; ha apuntado al horizonte, más lejos, sin salirse del terreno acotado. Dice “no, pero sí”. Eso explica que el texto sea tan largo y prolijo, mucho menos cálido y fresco de lo que Francisco nos tiene habituados. Ha hecho lo que ha podido, y no es poco.

Pero me ha decepcionado. Y me ha hecho perder la cena que hace un año aposté a Itziar, mi mujer: a que, después del Sínodo, el papa abriría la puerta para que los divorciados vueltos a casar pudieran comulgar en la misa, aunque fuera tras el humillante “proceso penitencial” previsto. Pues bien, el papa no ha abierto esa puerta, por mucho que algunos pretendan que sí. Deja la decisión en manos del obispo, tras un proceso de discernimiento y conversión. Abre la puerta a que el obispo la abra, pero no es seguro que éste lo haga. Es como si dijera “sí, pero no”. He perdido, pues, la apuesta. Y el papa Francisco ha perdido una gran ocasión para dar un paso adelante mucho mayor, necesario. Es una pena.

Lo malo no es perder una apuesta con la pareja, pues las apuestas perdidas entre marido y mujer son ganancia para los dos. Y si alguien quería de verdad que yo ganara era ella, mi mujer. Pero en este caso hemos perdido los dos, no la esperanza, pero sí las expectativas puestas. Después de tantas semanas de Sínodo en Roma de tantos obispos venidos de todo el mundo, después de tanta palabra, de tanto tiempo y tanto gasto, seguimos estando donde estamos. Y hay tanto que cambiar, y es tan tarde… Solo queda la esperanza, que consiste en seguir caminando día a día. A eso sí nos anima el papa, ¡gracias! Pero ¿eran necesarios dos años de Sínodo episcopal para eso, para dejarlo todo en manos de unos obispos que no hemos elegido, de un episcopado que más que de este papa depende de los dos anteriores y del siguiente que no sabemos cómo será?

Por ahí van justamente mis preguntas decisivas. Ningún paso será determinante, ningún cambio será irreversible mientras no cambie de raíz el sistema de nombramiento de los obispos y, más fundamentalmente, el modelo clerical y predemocrático de Iglesia, con un papa plenipotenciario a su frente, elegido por unos cardenales elegidos por el papa elegido por los cardenales.

Mirad la sociología clerical: del clero joven de hoy saldrán los obispos de mañana, y los cardenales y el papa. Si no creyera en el Espíritu de la vida, perdería el aliento. No es la familia la que está en crisis, querido Francisco: simplemente ha cambiado y sigue cambiando, como todo lo que vive, aunque a veces los cambios nos puedan parecer demasiado acelerados. Es la institución eclesial la que está en crisis, en buena parte porque no cambia o cambia demasiado lentamente y pierde el ritmo de los caminantes de la vida.

He leído que esta Exhortación “marcará un antes y un después en pastoral familiar”. Bendita esperanza o bendito optimismo. ¡Ojalá sea así! En cualquier caso, esperábamos mucho más cuando todo esto empezó. Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo, declaró: “El magisterio no está enyesado; es la doctrina acompañando al pueblo”. Constatamos con pesar que la doctrina sigue siendo de yeso y alejada del pueblo. El cardenal Kasper, refiriéndose a la futura Exhortación postsinodal, afirmó tajantemente: “El documento señalará el inicio de la mayor revolución en la Iglesia de los 1500 últimos años”. También él, quizás, ha perdido su apuesta.

La Exhortación apela a la misericordia más de 30 veces. Y relativiza la doctrina. ¡Gracias de nuevo, hermano papa Francisco! Pero el poder y la decisión siguen en manos de los “pastores”. Y la doctrina sigue siendo igual de rigurosa e insólita que antes: el matrimonio es indisoluble aunque el amor se haya disuelto. En cuanto a los homosexuales, llama a que sean acogidos y respetados en su dignidad, pero deja bien claro que no hay analogía, “ni siquiera remota”, entre el matrimonio homosexual y el heterosexual (y el Vaticano acaba de rechazar al diplomático homosexual propuesto por el Gobierno francés). ¿Basta una misericordia que no cambia la doctrina ni el Derecho Canónico? No, no basta.

A pesar de todo, seguiremos caminando, cuidando cada día la esperanza y la alegría del amor. Iremos a cenar y disfrutaremos. Partiremos el pan y comulgaremos con la Vida y con Jesús el Viviente.

Amigas, amigos, nos hallemos en situación “regular” o “irregular”, celebremos en paz la alegría del amor. Y comulguemos en paz, con la bendición de Jesús y seguro que también con la del papa Francisco.

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Dios de misericordia y Padre de todos, despiértanos del sopor de la indiferencia,

Jueves, 28 de abril de 2016
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Dios de Misericordia,
te pedimos por todos los hombres, mujeres y niños
que han muerto después de haber dejado su tierra,
buscando una vida mejor.

Aunque muchas de sus tumbas no tienen nombre,
para ti cada uno es conocido, amado y predilecto.

Que jamás los olvidemos,
sino que honremos su sacrificio con obras más que con palabras.

Te confiamos a quienes han realizado este viaje,
afrontando el miedo, la incertidumbre y la humillación,
para alcanzar un lugar de seguridad y de esperanza.

Así como tú no abandonaste a tu Hijo
cuando José y María lo llevaron a un lugar seguro,
muéstrate cercano a estos hijos tuyos
a través de nuestra ternura y protección.

Haz que, con nuestra atención hacia ellos,
promovamos un mundo en el que nadie se vea forzado a dejar su propia casa
y todos puedan vivir en libertad, dignidad y paz.

Dios de misericordia y Padre de todos,
 despiértanos del sopor de la indiferencia,
 abre nuestros ojos a sus sufrimientos
 y líbranos de la insensibilidad, fruto del bienestar mundano
 y del encerrarnos en nosotros mismos.

Ilumina a todos, a las naciones, comunidades y a cada uno de nosotros,
para que reconozcamos como nuestros hermanos y hermanas
a quienes llegan a nuestras costas.

Ayúdanos a compartir con ellos las bendiciones
que hemos recibido de tus manos y a reconocer que juntos,
como una única familia humana,
somos todos emigrantes, viajeros de esperanza hacia ti,
que eres nuestra verdadera casa,
allí donde toda lágrima será enjugada,
donde estaremos en la paz y seguros en tu abrazo.

Amén

*

Papa Francisco en Lesbos

mundo_refugiados

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“La alegría del amor: de la desilusión a la esperanza”, por Marco A. Velásquez Urive, teólogo latinoamericano

Jueves, 28 de abril de 2016
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soy-homosexual-tengo-hijos-soy-catolico1Leído en la página web de Redes Cristianas

“La novedad está en su estilo y su lenguaje”

“Francisco confía más en las familias que en muchos pastores”

Francisco consigue oxigenar y dar esperanza a las Iglesias locales. Sólo que para alcanzar el umbral de la misericordia, tendrá que venir una nueva generación de pastores

Ha visto la luz la esperada exhortación apostólica de Francisco para las familias del mundo. Ha salido en el Año de la Misericordia, luego de un proceso sinodal que incluyó la Asamblea Extraordinaria de octubre 2014 y la Asamblea Ordinaria de igual mes en 2015.

Su contenido puede evaluarse por la potencial acogida de sus destinatarios, por la novedad de sus propuestas, por su capacidad de aggiornamento pastoral o por sus implicancias institucionales, entre otras formas. Sin embargo, hay una que es inevitable y es a partir de las expectativas que despertó; en otras palabras, por su potencial liberador o por su capacidad para alentar la esperanza. Éste es un intento en esa dirección.

Preámbulo del documento

A fines de octubre de 2013 el papa sorprendió a las conferencias episcopales del mundo con un cuestionario preparatorio de la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de la Familia. Eran 38 preguntas dirigidas a todas las comunidades cristianas de la Iglesia universal. Así estaba disponiendo un mecanismo efectivo para conocer el sensus fidelium (sentir de los fieles), con lo que conseguía elevar las expectativas de novedad a su máximo nivel, en temas de alta sensibilidad pública y social, como son las cuestiones de la familia. La respuesta de las comunidades fue generosa.

La asamblea extraordinaria de 2014 fue seguida con inusual expectación, recordando aquellos días en que la Iglesia despertaba el interés internacional con el desarrollo del Concilio Vaticano II. La conclusión de dicha asamblea marcó el pulso de la esperanza, como también despertó la alerta de una fuerte resistencia de grupos poderosos y conservadores al interior de la jerarquía.

La preparación de la asamblea ordinaria fue muy distinta. El cuestionario se complejizó en extremo, se triplicaron las preguntas y el tiempo de respuesta se redujo. La participación bajó ostensiblemente y el sensum fidelium quedó reducido a la pertinaz participación de unos pocos que, con más convicción que realismo, dieron testimonio de eclesialidad. En el desarrollo de la Asamblea primó el hermetismo, acabándose los reportes diarios de los contenidos, sustituidos por comentarios de un grupo selecto de personas autorizados que departían con la prensa.

Paralelamente, los grupos reticentes a los cambios se organizaron férreamente, creando pudorosos mecanismos de coerción de la libertad pontificia, con lo que consiguieron actualizar el bi-milenario conflicto entre legalismo y misericordia, el mismo con el que llevaron a la cruz a Jesucristo. Una conocida lista de cardenales rebeldes, utilizando inéditos medios de presión, fueron capaces de hacer sentir un clima cismático que marcó los preparativos y el desarrollo de la asamblea ordinaria del sínodo de la familia, convirtiéndola en un aconteciendo de profunda división eclesial.

Al término de la asamblea ordinaria, era evidente que Francisco tenía un nuevo dilema en su conciencia de pastor universal: sus deseos de promover una Iglesia abierta para acoger con misericordia a quienes no llegan a la Iglesia, eran limitados por la amenaza de un cisma eclesial de magnitud comparable a la Reforma de Lutero.

Siendo la unidad de la Iglesia una responsabilidad esencial del carisma pontificio, Francisco debía frenar sus impulsos reformistas y moderar los contenidos y alcances de su exhortación apostólica.

Novedades del documento

La novedad de “la alegría del amor” está en su estilo y en su lenguaje. Francisco, de manera cercana y comprensible, aborda con amplitud los vericuetos y complejidades de la vida familiar, con un conocimiento y dominio de realidades que revelan a un pastor atento y comprensivo, formado por su pueblo, gracias al contacto cotidiano con la vida en las “barriadas” de su nostálgico Buenos Aires.

Atrás queda ese lenguaje doctoral y principesco que describía realidades genéricas, incluso enajenantes; dando paso a la vida concreta con sus luces y sombras. Atrás queda ese lenguaje moralizante, lleno de principios muchas veces impracticables, dando paso a la vida concreta, abordando hasta las pudorosas cuestiones de la sexualidad con naturalidad y humanidad. Queda en evidencia la semblanza del pastor que no admite tabúes y que se desborda con soltura en los más espinudos campos de la vida humana.

Francisco está conciente que toda esa pesada caterva magisterial no ha llegado a sus destinatarios, por lo que en amplios espacios de Amoris laetitia vuelve a recorrer los tediosos caminos del magisterio, pero con el lenguaje y la delicadeza del buen pastor, que trata de abajarse para alcanzar esa anhelada comprensión universal. Incluso en no pocos ámbitos, Francisco se transforma en un abuelo consejero que consigue conmover con la puericia de esas historias de niños y madres que, en la complicidad de la relación afectiva familiar, llegan a la conciencia de un pastor habituado a recorrer hogares, poblaciones y realidades concretas llenas de fecundidad humana.

¿A quién exhorta Francisco con “la alegría del amor”?

Francisco exhorta a los obispos, a los presbíteros y diáconos, a las personas consagradas, a los esposos cristianos y a todos los fieles laicos. Sin embargo, en extensos tramos de la lectura surge la pregunta insistente, ¿a quién está exhortando Francisco con la mayor parte de dicho documento?

Por el estilo y por la insistencia, como por la recurrencia, en amplios espacios del documento parece querer enseñar a sus colegas a ser buenos pastores. Así aflora el sello personal de quien comparte su experiencia profunda y que intenta traspasarla a quienes necesitan comprender a las familias. Es evidente que Francisco, confía más en las familias que en muchos pastores, porque los hechos muestran las dificultades que la Iglesia encuentra para llegar a esos núcleos vitales, donde cotidianamente la creatividad, la fuerza y el amor testimonian una lucha fecunda contra demasiadas adversidades. Se revela así una mirada llena de admiración y respeto a quienes caen, se levantan y siguen adelante. Describe en muchos aspectos una oda a la vida.

Su consejo a los protagonistas de la familia es como el del abuelo que, de tanto vivir, tiene autoridad moral para aconsejar; y lo hace sin desatino, con respeto y con admiración. Es imposible no prestar los oídos atentos, como se hace con un integrante más de la familia, que se toma la molestia para dar muchos y buenos consejos.

Francisco escribe con la manos atadas

En los temas controversiales, como el acceso a la comunión de las personas separadas y divorciadas vueltas a casar, así como en los temas relativos a las personas homosexuales es donde las expectativas parecen frustrarse.

Sin embargo, para sortear las dificultades doctrinales, con sagacidad ignaciana, el papa establece algunos principios que debieran regir la conducta de los pastores. A ellos los exhorta a “dejar espacio a la conciencia de los fieles”, a la “apertura a la gracia”, a “mirar con amor a quienes participan en su vida de modo imperfecto”, a la obligación de “discernir bien las situaciones”, a comprender el matrimonio como “un proceso dinámico”; así también les recuerda que “las normas generales prestan un bien que nunca se debe desatender ni descuidar, pero en su formulación no pueden abarcar todas las situaciones particulares”.

De esta manera, radica gran parte de los problemas pastorales al discernimiento de los obispos locales, que como supuestos conocedores cercanos de la realidad local, pueden ejercer ese anhelado “discernimiento práctico”. En este sentido, Francisco ratifica en los hechos que los obispos locales tiene más grados de libertad pastoral que el obispo de Roma, y esto es simplemente genial. Así, Francisco consigue oxigenar y dar esperanza a las Iglesias locales. Sólo que para alcanzar el umbral de la misericordia, tendrá que venir una nueva generación de pastores. Y mientras falten pastores misericordiosos, Francisco deja parte de los problemas pastorales en el ámbito de la conciencia de los fieles.

Respecto a las personas homosexuales, el documento deja no sólo una deuda, sino también una herida. Sólo dos puntos de la exhortación son dedicados a este realidad (251 y 252), donde el primero aboga por el respeto que merecen y condena todo signo de discriminación; mientras el segundo cierra cualquier posibilidad de reconocimiento de las relaciones homosexuales bajo el estatus matrimonial. Hay que reconocer que esto último no era esperable objetivamente como un fruto de Amoris laetitia.

La fuerza pontificia de aquella frase “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?” no aparece en el documento. Aquello ha quedado recluido en el ámbito de una suerte de censura. Y claro, si la misma Congregación para la Doctrina de la fe enmendó al papa en dicho terreno, no sólo por su afán de rehuir su deber de juzgar, sino por no hacerlo con pecadores públicos, proscritos de la salvación, como considera a las personas homosexuales activas.

La fuerza de las minorías

Con la publicación de “la alegría del amor” unos se alegran y otros entristecen. Se alegran quienes con las estratagemas del poder, consiguieron subordinar a un papa en pos de sus amenazas cismáticas, doblegándolo a no transigir un ápice en la línea doctrinal. Se alegran porque sus tácticas han superado la prueba de la eficacia, y desde ahora reenfocarán sus energías a asegurar la elección de un sucesor de Pedro que restablezca el orden institucional amenazado por la peligrosa irrupción de la misericordia.

Los entristecidos son los mismos de siempre, los anawin, aquellos que tienen puesta toda su confianza en Dios, porque saben que no existe poder humano que pueda asegurarles el porvenir, más que su fe. Entretanto, ese resto de Israel seguirá soñando con otra manera de ser Iglesia.

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Curas argentinos acusados de abusos a menores se ocultaron durante años en Paraguay

Jueves, 28 de abril de 2016
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portada-de-la-nacion-de-paraguayPrimer caso de la investigación a lo ‘Spotlight’ de La Nación de Paraguay

Al menos cinco sacerdotes argentinos denunciados por abuso sexual estuvieron escondidos en territorio paraguayo, amparados por la Iglesia de ese país

Carlos Ibáñez huyó de Córdoba, esquivó a la Justicia y participó en la misa del Papa en Ñu Guasu

Al menos cinco sacerdotes argentinos denunciados por abuso sexual estuvieron escondidos en territorio paraguayo, amparados por la Iglesia de ese país. Así lo denuncia el diario La Nación de Paraguay. En la primera parte del informe, la única publicada hasta ahora (de las cinco previstas) el diario hace foco en el caso del sacerdote argentino Carlos Richard Ibáñez Morino, investigado por denuncias de abuso sexual de al menos diez jóvenes en Bell Ville, provincia de Córdoba, a principios de los 90.

Según La Nación de Paraguay, Ibáñez llegó a Paraguay en 1992 y aún cuando pesaba sobre él una suspensión de parte del obispado cordobés, igual ejerció sus funciones como sacerdote, oficiando misas, trabajando con jóvenes y “paseándose por varias comunidades religiosas” hasta hace apenas unas semanas.

Ibáñez logró ingresar al mundo académico, donde logró un estatus importante, pero gran parte de los títulos que él presenta son falsos, dice el medio paraguayo.

Según la denuncia oficial a la que tuvo acceso el equipo de La Nación, en diciembre de 1991, Tomás y Carlitos (nombres ficticios) conversaban en las inmediaciones del predio del ferrocarril de Bell Ville, cuando se acercó a ellos el padre Carlos y los invitó a acompañarlo a un dispensario.

Entonces subieron al Fiat 147, color blanco -que el padre Carlos usaba para movilizarse en la ciudad- y fueron los tres hasta un consultorio llamado Juan XXIII, ubicado en la calle Echeverría 102. Allí, en las habitaciones del local, ambos adolescentes tuvieron un encuentro sexual con el sacerdote. La paga para ambos fue de 550.000 australes, moneda que en ese entonces se utilizaba en Argentina”, dice La Nación de Paraguay.

carlos-ibanez-en-la-captura-de-la-nacionA mediados de 1992 ya había contra Ibáñez un total de diez denunciantes, todos lo acusaban de abuso sexual. Todos eran jóvenes de barrios pobres de Bell Ville que recibían dinero a cambio de tener relaciones con el religioso.

A mediados de los 90, la Justicia paraguaya se negó dos veces a proceder a su extradición, a pesar del pedido realizado por la Justicia argentina.

En 1997 y a pesar de gestiones de la Embajada argentina en Paraguay, que tomo parte en la causa, la Justicia paraguaya rechazó una reapertura del proceso de extradición.

Finalmente, el 18 de noviembre del 2004, la Sala de Acuerdos de la Corte Suprema paraguaya dio vía libre al proceso de extradición. Sin embargo, ya era tarde, en los estrados judiciales de Bell Ville el caso se había extinguido. De esta manera, el sacerdote Carlos Richard Ibáñez, alias “Richardi”, logró evitar el proceso por supuestos abusos sexuales contra menores en Córdoba.

Ibáñez se negó a hablar con el diario La Nación de Paraguay, apenas declaró que ya no ejerce como sacerdote.

Sin embargo, ​estuvo en la zona reservada para los sacerdotes en el altar que se hizo en Ñu Guasu, en julio del 2015, durante la visita del Papa Francisco al Paraguay.

Fuente Religión Digital

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“El embajador rechazado. Manda San Pablo”, por José Mª Castillo

Miércoles, 27 de abril de 2016
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papa-francisco-Laurent-StefaniniDe su blog Teología sin censura:

Francisco le dijo a un periodista, en el avión que le traía de uno de sus viajes a América: ¿Quién soy yo para juzgar a los homosexuales?. Nadie sabe cómo se ha gestionado en el Vaticano el rechazo al embajador gay propuesto por el gobierno de Francia. ¿Ha sido el papa el que ha rechazado a ese embajador? ¿Lo ha rechazado la “mano negra” que, según dicen, se opone a Francisco? Sea quien sea el que ha decidido rechazar a un homosexual, el hecho es que, en este caso, el embajador propuesto ha sido juzgado y rechazado. Entonces, ¿quién manda realmente en la Iglesia? ¿El papa? ¿Los que se oponen al papa?

Una vez más (y en un asunto muy serio), ha quedado patente que quien manda en la Iglesia no es san Pedro y sus sucesores, sino san Pablo y su teología. Sabemos que, en los evangelios, no se dice ni palabra contra la homosexualidad. Por lo visto, a Jesús no le preocupó este asunto. Pablo, por el contrario, fue tajante. En Rom 1, 26 afirma que la homosexualidad es “contra la naturaleza”. Pero, en realidad, ¿a qué se refería Pablo cuando consideraba “natural” o “anti-natural” un acto humano? Esta pregunta tiene su razón de ser en el hecho de que el mismo Pablo considera “antinatural” que los hombres se dejaran en cabello largo y las mujeres se lo cortaran (1 Cor 11, 14-15). Lo mismo para la homosexualidad que para el corte de pelo, Pablo utiliza el sustantivo “physis”, que está tomado de la filosofía estoica (H. Paulsen, Ph. Vielhauer).

Que aceptemos lo que Dios nos ha revelado, de acuerdo. Pero, ¿quién manda o prohíbe que no podamos indagar el origen de ciertas expresiones, que pueden tener (y la tienen) su razón de ser en ideas y expresiones que tienen su origen en Pitágoras o vaya Vd a saber si en los chamanes del Norte de Europa, como vienen diciendo quienes han estudiado a fondo (E. R. Dodds) los orígenes del “puritanismo” occidental?

Todo esto da pie para pensar que, aunque es cierto que Jesús fundó la Iglesia, quien ha tenido – y sigue teniendo – más presencia determinante en ella es el Apóstol Pablo y su teología. ¿No es urgente ya afrontar en serio este asunto capital?

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Todos somos Lesbos: extranjeros, desnudos…

Sábado, 23 de abril de 2016
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imagesDel blog de Xabier Pikaza:

El Papa Francisco ha ido a Lesbos, para decir que aquella isla, que antaño fue patria de amor (de allí fue Safo), se ha convertido en un inmenso basurero

Ha ido para decir que aquella gente es su gente, y para decirnos así que todos nosotros tenemos dos patrias, la propia y la de Lesbos (todos los Lesbos del mundo….).

Jesús quiso crear un “pueblo nuevo” (el Reino de Dios), a partir de los pobre y expulsados de las aldeas de Galilea, que habían perdido sus tierras y campos, en manos de los nuevos conquistadores romanos y de otros terratenientes judíos.

Jesús era de aquel Lesbos de Galilea, donde fue (donde estuvo) para quedarse y para iniciar desde allí un camino de transformación y de acogida. Por eso, el mismo Jesús resucitado pudo decir y dice (confirmando así que aquellos de Lesbos son su pueblo…):

images2«Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui extranjero/emigrante y me acogisteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí».

Jesús compartió el hambre de Lesbos, la sed de su gente… Fue extranjero en Lesbos, allí estuvo desnudo, enfermo, encarcelado.

Nuevos emigrantes, emigrantes antiguos

A veces, los emigrantes han sido poderosos. Han dejado su viejo lugar para triunfar y han triunfado en el nuevo donde se han establecido: son conquistadores militares, emigrantes del dinero, que se imponen por la fuerza de las armas y la supremacía cultural o comercial, esclavizando o marginando a los anteriores habitantes de la tierra. Así han hecho (y siguen haciendo) los invasores más afortunados.

Pero en la actualidad la mayoría de los emigrantes de Jesús no son conquistadores sino pobres en busca de comida: vienen huyendo del hambre, de la necesidad material y de la muerte. Salen de países de miseria (de África y Asia, de América del Sur) y buscan comida entre los miembros de la sociedad más “avanzada” (en la gran ciudad, en los países capitalistas de occidente).

Los países ricos tienden a cerrarles las puertas y controlarles. El ideal del evangelio es que no exista invasión de ricos ni exilio de pobres, sino comunicación entre todos, sabiendo que acoger a los exilados, se la raza o religión que sea, es acoger a Cristo.

‒ No sólo emigrantes, sino también desnudos! Significativamente (en la palabra de Jesús que acabamos de citar), los desnudos vienen después de los exilados, emigrantes y/o extranjeros, como signo de una enfermedad o carencia aún mayor.

‒ Los extranjeros carecen de patria o grupo que les garantice un espacio de humanidad. Son pobres porque, careciendo en general de bienes económicos, carecen también de bienes sociales, culturales, afectivos: están doblemente desposeídos y humillados, en un entorno adverso.

‒- Ellos aparecen así, en general, como desnudos (sin educación, sin cultura, sin honor…). Desnudo no es el que no tiene ropa sin más, sino el que no tiene dignidad, ni ley que le proteja, ni seguridad.

Acoger a los extranjeros

Los extranjeros de Mt 25 no son simplemente forasteros, personas de otra nación, sino también hombres y mujeres que pertenecen a otro grupo social y cultural, los expulsados de cualquier grupo humano. Pues bien, estos xenoi, ajenos a la comunidad y al grupo dominante, son presencia de Cristo, que dice era extranjero y me acogisteis.

Acoger se dice en griego synagô, recibir, reunir en un grupo, palabra de la que viene singoga, reunión o comunidad, en sentido social. Pues bien, en ese contexto, Jesús pide que acojamos en nuestro grupo (asamblea) a los extraños (xenoi), en un plano de hospitalidad humana más que simplemente espiritual. No se trata de recibir sólo en un “iglesia” entendida como grupo confesional creyente, sin más vínculos que un tipo de oración, sino en la “sinagogé” o comunidad social.

Ciertamente, los matices de acoger en la iglesia confesante (o en una sinagoga social) resultan difíciles de precisar en cada caso, pues en aquel tiempo (y hoy) ambos aspectos se encontraban estrechamente unidos. Sea como fuere, el texto supone que, de un modo individual o en grupo, los seguidores de Jesús han de estar dispuestos a recibir a los xenoi o extranjeros, no integrados en la comunidad mayoritaria.

Entendido así, tanto en un plano personal y familiar como grupal, nuestro pasaje (Mt 25, 31-46) eleva una propuesta de inmensas consecuencias para una iglesia, que no puede encerrarse como grupo/secta separada, sino que ha de abrirse a los de fuera, para ofrecerles un espacio de vida física y social, una casa, en el sentido que tenía entonces ese término.

No se trata sólo de no rechazar (de respetar, de no matar), sino recibir al xenos en la comunión vital de los creyentes, en un tiempo como aquel en que los no integrados en un grupo se hallaban amenazados de muerte social e incluso física, pues era muy difícil vivir sin grupo (patria), sin un espacio que garantice una experiencia de humanidad.

Los xenoi/extranjeros provenían de otros lugares, con otras culturas, pues habían debido abandonar su tierra, casi siempre por razones económicas, para vivir en entornos económicos, culturales y sociales extraños, en medio de un ambiente casi siempre adverso. Solían ser pobres y así carecían en general no sólo de bienes económicos, sino también personales y afectivos.

Lógicamente, ellos formaban parte de los estratos socialmente menos reconocidos (valorados) de la población, condenados al ostracismo, dentro de una sociedad de clases, donde era muy difícil cambiar de estamento social. Por eso, al decir “fui xenos y (no) me acogisteis”, el texto piensa ante todo en una iglesia o comunión creyente que ha de ser casa para los sin casa (como se dice en 1 Pedro). Ésta es, sin duda, una propuesta universal (todos los hombres y pueblos están invitados a acogerla), pero Mt 25 piensa de manera especial en los cristianos, que debían ofrecer a los extraños un espacio de vida, una casa, como sucedía al principio de la Iglesia.

Esta obra de misericordia nos sitúa ante un tema social de máxima importancia, en el que se decide el futuro de nuestra sociedad, e incluso de la vida humana, en un momento de grandes migraciones y cambios sociales. Es evidente que la iglesia no puede sustituir la responsabilidad política de la sociedad. Más aún, es posible que una emigración indiscriminada y una apertura indistinta a los extranjeros puede resultar poco eficaz, e incluso peligrosa para todos.

Pero, desde un punto de vista cristiano (conforme a esta obra de misericordia) la solución no está en cerrar fronteras sino en abrir espacios de colaboración y acogida, poniendo tierra y bienes al servicio de todos, de manera que nadie tenga que salir por fuerza y todos puedan hacerlo, si quieren, pues el mundo es hogar de comunión universal.

La patria del cristiano es el diálogo y la acogida, abierta con y por Jesús a los más necesitados. Sobre los derechos estatales, por encima de las imposiciones de tipo nacional o militar, los cristianos creemos en la palabra, esto es, en la comunicación y la acogida (sinagoga). Hogar para los sin hogar, casa para los sin casa, ha de ser la Iglesia, conforme a 1 Pedro y Mt 25.

Vestir al desnudo (Mt 25, 36)

Los extranjeros no tenían patria o grupo que les garantizara un espacio de humanidad. Los desnudos, en cambio, carecen de protección personal, son indefensos, desarmados, a merced de la violencia de los otros. En un sentido, unos y otros se identifican: son personas sin protección social (extranjeros) o personal (desnudos). Pero los desnudos están incluso más desamparados que los extranjeros, pues no carecen simplemente de ropa material, sino de “hábito” (apariencia humana) y “honra”, de manera que son desechables, como basura de un mundo que les expulsa. Leer más…

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El Papa en el campo de Moria: “Éste es el mensaje que hoy deseo dejaros que no perdáis la esperanza”

Domingo, 17 de abril de 2016
Comentarios desactivados en El Papa en el campo de Moria: “Éste es el mensaje que hoy deseo dejaros que no perdáis la esperanza”

el-papa-con-un-bebe-en-lesbos_720x241“El Papa es nuestra esperanza” y “Sálvanos, Santidad”, rezan las pancartas

Bartilomé: “Los que tienen miedo de ustedes no les han mirado a los ojos ni ven a sus hijos”

Jerónimo: “Pedimos un cambio de actitud a los que tienen en sus manos el destino de las naciones. Vamos actuar hasta que se ponga fin a esta aberración contra la dignidad humana”

José Manuel Vidal, 16 de abril de 2016 a las 12:15

(José M. Vidal).- Flanqueado por el Patriarca Bartolomé y Jerónimo, Francisco entra en el campo de Moria, una prisión a cielo abierto, donde se hacinan 2.500 refugiados que huyen de la guerra. Pero Europa les cierra las puertas. Tras saludar a los refugiados, los líderes religiosos firman una declaración conjunta. En su discurso, el Papa pide a Europa que abra su corazón y sus fronteras y a los refugiados que “no pierdan la esperanza”

bienvenido-a-lesbosA la puertas del campo, le esperan los refugiados. Algunos portan pancartas improvisadas en cartones, en sábanas y en folios: “El Papa es nuestra esperanza o “Help me” o “bienvenido, Papa Francisco”. Muchos jóvenes y niños que piden “libertad”. Entre eellos, varios carteles que pieden paz y libertad para el pueblo yazidi, un pueblo minoritario arrasado por el ISIS en Irak.

Nada más bajarse del autobús, el Papa se dirige a los refugiados y saluda, uno a uno, a los más de 250 jóvenes que le esperan, le sonríen y le aplauden. Le acompañan Barolomé y Jerónimo.

El Papa saluda a las mujeres musulmanas con la mano en el corazón. A su lado, el Patriarca Bartolomé reparte caramelos a los niños y coge a un bebé en brazos y lo levanta al aire.

Los refugiados saludan y graban al Papa. Algunos le entregan pequeños papeles. Tras recorrer la entrada al campo, los tres religiosos se dirigen a una gran tienda, donde la esperan más refugiados. Besos, saludos, abrazos y muchos niños que le entregan al Papa sus dibujos en hojas de libretas. El Papa los recoge, hace preguntas, los alaba y los pasa a sus secretarios.

A su lado, siempre atento, Bartolomé le coloca el pectoral al Papa, que sigue recolectando dibujos de los niños, que hablan de fugas, de guerras, de travesías por el mar en busca del sueño de la paz en Europa.

detalle-de-bartolome-en-lesbosFrancisco no se cansa de saludar y de escuchar las tragedias de los refugiados. A alguno de ellos, cristiano que huye, le regala un rosario.

Un refugiado le pide la bendición y llora, emocionado, mientras el Papa lo consuela. Sin prisa alguna, derrochando un inmenso cariño con su mirada, su sonrisa y sus gestos de ternura. Es su peculiar interpretación del Evangelio de la misericordia.

 La gente le pide al Papa: “Ayúdenos, por favor. Que abran las fronteras. Que nos den libertad”. El Papa les escucha y asiente, con tristeza en su mirada.

“Tengo un hijo de 15 años en Alemania. Ayúdeme a encontrarme con él”, le dice una madre. El Papa asiente y escucha con atención.

Un chaval le pide que lo bendiga, se arrodilla ante él y le explica su caso. Otra chica hace lo mismo entre lágrimas. Una niña le besa los pies y le pide ayuda. Otra mujer que está sola con su pequeña. A su lado, un anciano saluda al Papa y llora emocionado, mientras el Papa le acaricia.

el-papa-en-lesbos-panoramicaTras saludar a toda la gente que hay en la tienda, los tres religiosos acceden a un pequeño estrado, con tres sillas y con sus respectivas banderas y, en un pequeño atril pronuncian sus discursos. Antes, un pequeño coro de niños le dedica una canción. Y el Papa escucha, atento y emocionado y les aplaude.

Los tres líderes religiosos suben al estrado, entre gritos de “libertad, libertad”. Entre los presentes, el primer ministro Tsipras. El primero en intervenir es el Patriarca de Grecia Jerónimo. “Acogemos con alegría, hoy en Lesbos, al Papa Francisco…Juntos llamamos la atención al mundo sobre la actual tragedia de los refugiados…Unimos nuestras voces para denunciar los ataques a la dignidad de las personas humanas”

“Pedimos un cambio de actitud a los que tienen en sus manos el destino de las naciones. Vamos actuar hasta que se ponga fin a esta aberración contra la dignidad humana”.

“Estoy orgulloso del pueblo griego que contribuye a que el calvario de los refugiados sea menos pesado y menos duro…Lloramos la smuchas vidas que se pierden en el mar Egeo…Una sola petición a la ONU para que afronte esta trágica situación que estamos viviendo. Espero ver pronto a los niños disfrutar de una infancia feliz y no muertos en las orillas del mar Egeo”, concluyó su Beatitud.

A continuación, el Patriarca Bartolomé. “Hemos viajado hasta aquí para mirarlos a los ojos y sostener sus manos, para decirles que nos preocupamos por ustedes, para decirles que el mundo no les ha olvidado…Para expresar nuestra solidaridad y apoyo al pueblo griego…para recordarles incluso cuando las personas le dan la espalda…NO debemos tener miedo...”

el-papa-con-los-refugiados-en-lesbos“Sabemos que sus corazones están llenos de ansiedad por sus familias y que buscan un futuro más digno…Lloramos cuando vimos la dureza de los corazones de los que les han cerrado las fronteras y les dan la espalda… Los que tienen miedo de ustedes no les han mirado a los ojos ni ven a sus hijos…Olvidan que la dignidad y la libertad va más allá del miedo y de la división...”

“Este es un problema de todo el mundo, que será juzgado por la forma en que les ha tratado… El Mediterráneo no debe ser una tumba, sino un lugar de vida, intercambio y diálogo“El mar Egeo debe convertirse en un mar de paz. Que los conflictos en Oriente Medio cesen y sea restairada la paz…”

“Les prometemos que nunca les olvidaremos ni dejaremos de hablar por ustedes…Haremos todo lo posible para abrir los ojos y el corazón del mundo…”

 Algunas frases del discurso del Papa

“Quiero deciros que no estáis solos”

“Habéis sufrido mucho en busca de una vida mejor”

“Habéis hecho grandes sacrificios por vuestras familias, dejando detrás todo lo que más queríais y sin saber lo que os puede deparar el futuro”

“Esperando construir una nueva vida en este continente”

“He venido aquí, con mis hermanos, para estar con vosotros y para escuchar vuestras historias. Hemos venido para llamar la atención del mundo sobre esta grave crisis humanitaria y para implorar que se resuelva”

“Hablaremos abiertamente en nombre vuestro. Esperemos que el mundo responda de una forma digna de nuestra común humanidad”

“Dios creó el género humano para que fomre una sola familia. Cuando un hermano sufre, todos sufrimos…Esta crisis puede hacer surgir lo mejor de nosotros…El pueblo griego ha respondido generosamente a vuestras necesidades en medio de sus dificultades…Lo habéis visto en muchos jovenes que han venido aquí para ayudaros…Dios no nos deja nunca solos. Siempre hay alguien que nos puede tender la mano y ayudarnos”.

“Éste es el mensaje que hoy deseo dejaros: No perdáis la esperanza. El mayor don que podemos ofreceros es el amor…El Buen samaritano, una parábola que se refiere a la misericordia de Dios, el misericordioso…”

“Dios os bendiga a todos, especialmente a los niños, a los ancianos y a los que sufren. SObre vosotros invoco el don divino de la esperanza y de la paz”.

Firma de la declaración conjunta

A continuación, los tres líderes religiosos firman la declaración común, mientras se escucha el murmullo de la gente y el llanto de los niños.

Terminada la firma, los tres líderes religiosos se retiran a un prefabricado contiguo, donde hay una mesa y donde el Papa y los líderes religiosos van a comer con algunos refugiados. El Papa bendice la mesa y se sientan a comer con los refugiados.

Texto íntegro del discurso del Papa

Queridos amigos He querido estar hoy con vosotros. Quiero deciros que no estáis solos. En estas semanas y meses, habéis sufrido mucho en vuestra búsqueda de una vida mejor. Muchos de vosotros os habéis visto obligados a huir de situaciones de conflicto y persecución, sobre todo por el bien de vuestros hijos, por vuestros pequeños. Habéis hecho grandes sacrificios por vuestras familias. Conocéis el sufrimiento de dejar todo lo que amáis y, quizás lo más difícil, no saber qué os deparará el futuro. Son muchos los que como vosotros aguardan en campos o ciudades, con la esperanza de construir una nueva vida en este Continente.

He venido aquí con mis hermanos, el Patriarca Bartolomé y el Arzobispo Hieronymos, sencillamente para estar con vosotros y escuchar vuestras historias. Hemos venido para atraer la atención del mundo ante esta grave crisis humanitaria y para implorar la solución de la misma. Como hombres de fe, deseamos unir nuestras voces para hablar abiertamente en vuestro nombre. Esperamos que el mundo preste atención a estas situaciones de necesidad trágica y verdaderamente desesperadas, y responda de un modo digno de nuestra humanidad común.

Dios creó la humanidad para ser una familia; cuando uno de nuestros hermanos y hermanas sufre, todos estamos afectados. Todos sabemos por experiencia con qué facilidad algunos ignoran los sufrimientos de los demás o, incluso, llegan a aprovecharse de su vulnerabilidad. Pero también somos conscientes de que estas crisis pueden despertar lo mejor de nosotros. Lo habéis comprobado con vosotros mismos y con el pueblo griego, que ha respondido generosamente a vuestras necesidades a pesar de sus propias dificultades. También lo habéis visto en muchas personas, especialmente en los jóvenes provenientes de toda Europa y del mundo que han venido para ayudaros. Sí, todavía queda mucho por hacer. Pero demos gracias a Dios porque nunca nos deja solos en nuestro sufrimiento. Siempre hay alguien que puede extender la mano para ayudarnos.

Este es el mensaje que os quiero dejar hoy: ¡No perdáis la esperanza! El mayor don que nos podemos ofrecer es el amor: una mirada misericordiosa, la solicitud para escucharnos y entendernos, una palabra de aliento, una oración. Ojalá que podáis intercambiar mutuamente este don. A nosotros, los cristianos, nos gusta contar el episodio del Buen Samaritano, un forastero que vio un hombre en necesidad e inmediatamente se detuvo para ayudarlo. Para nosotros, es una parábola sobre la misericordia de Dios, que se ofrece a todos, porque Dios es «todo misericordia». Es también una llamada para mostrar esa misma misericordia a los necesitados. Ojalá que todos nuestros hermanos y hermanas en este Continente, como el Buen Samaritano, vengan a ayudaros con aquel espíritu de fraternidad, solidaridad y respeto por la dignidad humana, que los ha distinguido a lo largo de la historia.

Queridos amigos, que Dios os bendiga a todos y, de modo especial, a vuestros hijos, a los ancianos y aquellos que sufren en el cuerpo y en el espíritu. Os abrazo a todos con afecto. Sobre vosotros y quienes os acompañan, invoco los dones divinos de fortaleza y paz.

Fuente Religión Digital

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Ser cristiano y homosexual. Una forma de amar (Amoris Laetitia 250-251)

Sábado, 16 de abril de 2016
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12998468_575240095986520_7439846893227946253_nSeguimos sin ser tan optimistas como nuestro querido amigo Xabier…

Del blog de Xabier Pikaza:

Para muchos ha sido difícil ser homosexual y católico a la vez, especialmente en estos últimos decenios (desde un documento de la Cong. de la Doctrina de la Fe, 1975), en los que había parecido encenderse en la Jerarquía una especie de Cruzada contra de la homosexualidad.

Pues bien, la Exhortación Postsinodal del Papa Francisco (AL: Amoris Laetitia 250-251) nos permite abrir una puerta (un gran arco iris) de amor homosexual en línea de evangelio.

Se han escritos muchos libros titulados Teología de las Realidades Terrestres, Teología del Matrimonio etc. ¿Por que no un libro que dijera Teología de la homosexualidad?

.

Pienso que ha llegado el momento de hacerlo y , para ello, hay que abrir la puerta (con el Papa Francisco) y pasar al otro lado, superando los cuarenta duros años de Cruzada Anti-homosexual, propuesta por el Documento de 1975 (Cong. de la Fe, Sobre algunas cuestiones de ética sexual), y el Catecismo de la Iglesia Católica (1983), que parecían fundarse en dos pseudo-razones:

(a) El deseo de mantener un tipo “control” sexual (de la Iglesia) sobre el conjunto de los cristianos precisamente cuando había comenzado a el cambio acelerado de los tiempos y de las actitudes, por lo menos en la cultura de Occidente.

(b) La problemática del mismo clero católico, integrado por una cantidad muy grande de homosexuales en general muy honrados pero amedrentados, a los que se acusaba de un tipo pederastia, que estaría vinculada con la homosexualidad.

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Muchos esperaban que la nueva Exhortación Apostólica del Papa Francisco, cambiaría radicalmente las cosas, en un nivel externo; pero no ha sido así, como puse de relieve en mi postal de hace dos días (09.04.14). Las cosas de palacio van despacio… La iglesia católica no cambia a bandazos, sino con mucha paciencia, para ver y decidir las cosas en la línea anterior, pero cambiándolo en otra línea todo.

Más aún, en un sentido parece que nada ha cambiado, como han dicho, con un grito enfadado, algunos cardenales, poco amigos del Papa Francisco, indicando que todo sigue igual. Pues bien, precisamente ese grito es una prueba de que las cosas han cambiado.

Con toda inteligencia, el Papa Francisco ha preferido abrir una puerta, para indicar que las cosas se puedan ver también del otro lado, como intentaré mostrar en lo que sigue.

— En un plano, desde un nivel externo, se podría decir que las cosas siguen como estaban, y así lo dicen muchos
— Pero en otro plano todo puede ser diferente, pues el Papa nos ha dado instrumentos e impulsos para pensar y actuar de un modo distinto.
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El que quiera puede hacerlo, como indicaré en lo que sigue, de un modo minucioso comentando esos dos números de la Exhortación.

— Empezaré con una nota personal (con el testimonio de un homosexual y cristiano ejemplar, que se llama Antonio);
— presentaré después los dos números, y los comentaré a partir de los documentos ya citados, la Declaración del 1975 y el Catecismo de 1983;
— y sacaré, al fin, algunas consecuencias del documento de Francisco.

Imagen 1: Arco y camino de arco iris, en torno a Salamanca
Imagen 2: Logotipo de Cristianos.Madrid.Homosexuales (CrisMHom)
Imagen 2: Un Cristo que es de todos

DOS CARTAS, UNA AMIGA, UN AMIGO

Para mí, este es un tema “de teólogo” y cristiano, hombre de Iglesia, que vive en una situación de tranquila y amistosa independencia, bien casado, con mujer querida. Pero tengo varios y grandes amigos homosexuales, algunos muy cristianos, que me escriben cada vez que pasa algo de esto.

Una querida lesbiana;

El año 1975, tras la Declaración de la Congre. de la Doctrina de la Fe, me escribió Regina, cristiana en la frontera, escritora famosa, lesbiana:

Ves, Xabier. Es imposible ser cristiana y lesbiana. Tu Iglesia nos ha condenado al 50% de las mujeres, y al 60% de los curas, que son homosexuales, te lo juro. Yo me desapunto. Pídeme cualquier cosa, pero no me hables de Iglesia

Yo le contesté que la iglesia no les condenaba… y que quizá las lesbianas no eran el 50% ni los curas homosexuales el 60% de la población, que bajara algo los números y la condena… Que la Congregación de la Doctrina de la Fe ni era la Biblia.

Mi amigo Antonio

Ahora, el pasado 10 mes me ha escrito Antonio, amigo nuestro, muy cristiano, procedente del clero, de una conciencia clara, de gran caridad, al que Mabel y yo conocimos y queremos, por su inmensa talla cristiana y humana, Así me ha escrito:


Hola, Xabier, aprovecho para mandaros un saludo.
Habrás visto ya la mala redacción, la mala sintaxis del párrafo 251 de la Amoris Laetitiaa (volveré al tema al final de este post…).

Del fondo del texto no te digo apenas nada. No tengo fuerzas. Sigo aplastado por el voluminoso Catecismo, por aquella doctrina de los “actos objetivamente desordenados” del Documento de la Congregación de la Fe, que me hacen quedarme marginado, en los márgenes de este andamiaje inmisericorde (¡¡¡ni siquiera aprecian en otros amores una analogía remota!!!, y eso en el año de la misericordia).

Éste es un ejercicio de poder sobre las conciencias de los creyentes, y está dirigido por personas que deciden cuál es y cuál no es el “designio de Dios” sobre la familia. Así, con toda humildad. Yo creía que los designios de Dios eran inescrutables. ¿Realmente hacía falta pisar de esa manera el terreno a los sociólogos y a los psicólogos para anunciar y vivir el Evangelio?

Seguid con salud. Un fuerte abrazo, Antonio

Le respondí inmediatamente (10 abril 2016)

Gracias, Antonio. Voy a escribir sobre eso… Todo el número sobre la homosexualidad es internamente problemático, lo que indica una falta de seguridad (o de convencimiento) de los redactores… Creo que el Papa Francisco no ha logrado decir lo que quería, pero ha dejado una puerta abierta. Te mandaré lo que escriba… Un abrazo, y dale gracias a Dios… porque como dice Mt 11 “esto no lo entienden los sabios e inteligentes…”. Xabier

Contestación de Antonio:

Gracias, Xabier. Así que nos dicen que familia cristiana en uniones homosexuales, como que no. ¡No hay ni siquiera, dicen, una analogía remota con la idea del matrimonio y de la familia de la Biblia!

Pero luego llamamos familia (religiosa, eso sí) a las comunidades de las órdenes y congregaciones compuestas exclusivamente por varones o por mujeres. Y ahí están como pez en el agua y tienen todas las bendiciones del cielo. Por lo visto eso es el designio de Dios llevado a la perfección. Castamente, eso sí.

Hacen con la Biblia lo mismo que muchos musulmanes hacen con la lectura del Corán. Lo que no está allí no vale. Espero que no prohíban un día el campeonato europeo de fútbol (¡por ser cosa de solo varones…!).

Ya había leído en tu blog que tú tampoco estabas del todo contento con el documento. Si ves algún sentido en lo que te dije o te digo aquí puedes usarlo como si fuera tuyo. Las ideas son de todos, y las mías habrán visto la luz leyendo tus obras. Pero protégete de futuros inquisidores. Nunca se sabe…

Seguiremos meditando la Amoris laetitia y agradeciendo las laetitiae amoris (las alegría del amor) que Dios nos ofrezca en la vida.

Sin rencor ni resentimiento. Pero tampoco se nos puede pedir colaborar con estas estructuras que parece que nos quieren, además de cornudos, apaleados.
Feliz primavera salmantina. Un abrazo, y gracias por todo. Antonio.

No quiero ni puedo comentar estas palabras del Antonio, que viene del clero, que sabe teología, que ama a la Iglesia, pero que se siente negado y perseguido, sin misericordia. A él van dedicadas en parte las páginas que vienen, en las que quiero mostrar que no todo sigue igual. A pesar de que algunos digan que no, a pesar de que parece que ha dejado las cosas como estaban, Francisco ha sabido abrir la puerta, y eso lo saben muy bien los que le critican.

RELACIÓN FINAL DEL SÍNODO (2015), AMORIS LAETITIA Y CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE (2015)

Empezaré citando los dos números de AL sobre la homosexualidad, pero a fin de entender lo que dicen quiero y debo citar las palabras de la Relación Final del Sínodo (http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_20151026_relazione-finale-xiv-assemblea_sp.html), que son las que en principio debería haber asumido el Papa. Pero, como el lector verá, no las ha asumido al pie de la letra. Compárense las palabras que se mantienen y las que cambian:

Tema previo. Relación final de las conclusiones del Sínodo 2014-2015 (Texto de las conclusiones sinodales)

Relación final 2015. 76. La Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción (cf. MV, 12). Con respecto a las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, la Iglesia reafirma que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar«todo signo de discriminación injusta» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 4). Se debe reservar también una atención específica al acompañamiento de las familias en las que viven personas con tendencia homosexual. En cuanto a los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio,«no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia» (ibidem). El Sínodo considera en todo caso totalmente inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

Éste es el texto de la Exhortación del Papa (2016). Véanse las omisiones y los cambios respecto a la relación del sínodo

250. La Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción[275]. Con los Padres sinodales, he tomado en consideración la situación de las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, una experiencia nada fácil ni para los padres ni para sus hijos. Por eso, deseamos ante todo reiterar que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar «todo signo de discriminación injusta»[276], y particularmente cualquier forma de agresión y violencia. Por lo que se refiere a las familias, se trata por su parte de asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida[277].

251. En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo»[278].

[275] Cf. Bula Misericordiae vultus (11 abril 2015), 12: AAS107 (2015), 407.
[276] Catecismo de la Iglesia Católica, 2358; cf. Relación final 2015, 76.
[277] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2358.

Cambios básicos del papa respecto a la Relación final 2015

‒ En contra de la Relación Sinodal del 2015, el Papa no cita la Declaración de la Cong. Para la Doctrina de la Fe, Sobre ciertas cuestiones de ética sexual (1975), lo que indica que no está de acuerdo con ella, al menos en algún punto importante http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19751229_persona-humana_sp.html).

Ese documento del año 1975 era una declaración vergonzosa y vergonzante… que no fijaba cuales son los actos sexuales “intrínsecamente desordenados”, desde abrazo y caricia con beso, hasta formas de excitación genital con posible penetración etc. Aquel documento se quedaba en un plano físico de los actos homosexuales, sin entrar en su sentido personal, en su posible amor profundo.

Pues bien el Papa no cita el documento de la Congregación para la Doctrina de la fe del año 1975, que la Relación del 2015 ha puesto ante su firma…, lo cual tiene dos importantísimas consecuencias, que hay que tomar absolutamente en serio, pues de lo contrario no se entiende su documento:

a. El Papa no acepta (no cita, no asume) la afirmación básica del Documento de la Congregación, que decía: “Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su ordenación necesaria y esencial” (num 8). Ésta es la novedad mayor de la exhortación del Papa: no condena sin más los actos homosexuales, no los mira en sí como pecaminosos.

b. El Papa tampoco apela a ninguna razón de Escritura… como aquella que propone de manera, menos exacta, la doctrina de la Biblia, cuando dice: “En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios [nota 18: Con una cita de Rom 1, 24-27 falta de toda crítica textual, contextual y teológica]. Este juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen esta anomalía por esta causa incurran en culpa personal; pero atestigua que los actos homosexuales son por su intrínseca naturaleza desordenados y que no pueden recibir aprobación en ningún caso” (Num 8).

Ningún exegeta serio de la actualidad (año 2016), sea católico, protestante, ortodoxo o agnóstico saca esa conclusión de la carta de Pablo. Lo que dice Pablo en Rom 1-3 se sitúa en otro plano, y no puede tomarse como condena de los actos homosexuales sin más. De manera muy sabia, el Papa deja el tema de la “posible condena de la homosexualidad” fuera del campo de la Biblia.

2. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (1983) Y AMORIS LAETITIA.

a. En contra del Catecismo, para el Papa Francicisco, la inclinación homosexual no es objetivamente desordenada (ni es una enfermedad). Empecemos por el Catecismo:

Cat. 2358: Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente radicadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor, las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

El Papa cita este número, pero de forma sorprendente y lógica suprime el juicio negativo del Catecismo, que dice “esta inclinación objetivamente desordenada…”. Esta supresión es clave. En contra de una doctrina general, establecida por el Catecismo, defendida por una doctrina moral abusiva…, el Papa no dice que la homosexualidad es desordenada, ni en sentido físico, ni en sentido personal… Es distinta, puede ser a veces problemática, pero no es desordenada. Si no es desordenada es natural, si es natural es buena… aunque distinta de la tendencia heterosexual.

Esta mera supresión ha levantados las iras de cientos de cruzados de la intolerancia anti-homosexual, pero ha encendido la esperanza de miles y millones de cristianos católicos, a quienes se les dice, por vez primera en muchos años (al menos de forma velada) que su tendencia no es objetivamente desordenada.

b. Según el Papa, la respuesta del cristiano ante el amor homosexual no es la Cruz de la castidad, sino el gozo en el amor

Sabiamente, el Papa ha “suprimido” (no acepta en su propuesta) el número siguiente del Catecismo (el 23459), lo cual indica que no está de acuerdo con él:. Así dice ese número:

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante las virtudes de dominio, educadoras de la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

(Eso significa, según el Catecismo, que los homosexuales… se quieran (si quieren), pero no se toquen, que vivan quizá juntos, pero que pongan una espada entre los dos cuando están en la cama, como en la leyenda de Tristán e Isolda). Leer más…

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“Amoris Laetitia (Alegría de amor). El Papa abre una puerta”, por Xabier Pikaza

Martes, 12 de abril de 2016
Comentarios desactivados en “Amoris Laetitia (Alegría de amor). El Papa abre una puerta”, por Xabier Pikaza

lae2la-familia-en-la-bibliaLa verdad es que no compartimos su optimismo, pero aquí  queda una visión del documento papal. El problema es saber a quién abre la puerta… Hacia el final del artículo hace referencia en el punto 6, como uno de los temas “colaterales” a las personas homosexuales. El tema, querido Xabier es que ya no podemos dar un paso atrás… O se nos acoge con todos los derechos o, sencillamente se nos está expulsando de la Iglesia… No valen ya las migajas que caen de la mesa de Epulón, no vale ya que se denomine a nuestros matrimonios, reales matrimonios con otro nombre… no vale…

Del blog de Xabier Pikaza:

Nada más, pero nada menos que eso.

Ésta es la impresión que ha recibido tras la lectura de la Exhortación Postsinodal, Amoris Laetitia, del Papa Francisco sobre la familia, firmada 19 de marzo y presentada ayer (8.4.16),después de tres años de preparación y dos de Sínodo.

No me ha defraudado, aunque tampoco ha llegado a entusiasmarme como la Evangelii Gaudium, ni a removerme como Laudato Sí. Pero la puerta queda abierta, removidos los obstáculos principales que la jerarquía de la Iglesia había puesto ante el tema, para que pasen los que quieran al otro lado del amor.

La cuestión queda ahora en manos del conjunto de las iglesias y de los cristianos, que tienen la oportunidad de replegarse, quedando en lo que había (con el miedo y las prohibiciones), diciendo que para ellos todo sigue igual, pero también la de un paso en adelante, un paso al amor, para cruzar la puerta, y situarse en el gran campo de la alegría del evangelio, en gesto de libertad creadora, en este momento esencial de la vida de la humanidad.

No me ha defraudado, pues el Papa nos dice que la puerta queda abierta, que podemos pasar al otro lado, pero tampoco me ha hecho saltar de alegría, pues los grandes problemas quedan aún pendientes. Es un texto inteligente, escrito con muchísimo cuidado, quizá más importante por lo que no dice que por aquello lo que dice.

‒ Por un lado, parece aceptar (y acepta, en un plano más alto) todo lo que ha dicho el Magisterio en los últimos cincuenta años, desde la Humanae Vitae del Papa Pablo VI, 1969, hasta Juan Pablo II y Benedicto XVI… Los que quieran leer desde el pasado pueden quedarse si quieren, aferrados a la letra de un pasado triste de mucha ley, de poca libertad cristiana.

‒ Pero, al mismo tiempo, este nuevo Documento, lo sitúa todo (o casi todo) en otra perspectiva, tras la línea divisoria de las aguas, para que vayamos en otra dirección, al otro lado, sin acusaciones ni pecados, en línea de madurez personal y responsabilidad. No lo resuelve todo, quedan los grandes problemas (la valoración de la mujer, la homosexualidad, un tipo de celibato…), pero el Papa nos ha dicho que por encima de todo está la libertad cristiana, en gesto de amor.

El Papa ha hecho lo que ha podido (lo que le han dejado hacer…). Ha sido prudente, no ha querido quemar las naves, ni condenar a los que piensan de otras formas… Somos ahora nosotros los que debemos cruzar la puerta y pasar al otro lado, al lado del Evangelio, que es Amoris Laetitia, alegría de amor.

Desde ese fondo quiero ofrecer algunas rápidas reflexiones, a partir de aquello que vengo diciendo sobre el tema, al que he dedicado un largo libro titulado La Familia en la Biblia (Verbo Divino, Estella 2014).

1. Buena base bíblica, pero insuficiente

Comenzaré con una reserva general: El documento es bíblicamente positivo, pero todavía le falta mucha Biblia. En otras palabras: lo que dice es bueno, pero, a mi entender, resulta insuficiente, no sólo por lo que oculta o calla (gran parte de la problemática del Antiguo Testamento, la novedad de la ruptura y re-creación familiar de Jesús…), sino incluso por lo que dice.

Está bien el canto a la mujer el que empieza (Sal 128), pero ese canto nos sitúa en la línea de una mujer naturaleza más que ante la mujer persona, como la que aparece, por ejemplo, en los versos de M. Benedetti, Te quiero (Poemas de otros), canto del uno al otro (esposo o esposa, amigo o amiga), una recreación del Cantar de los Cantares (¡muy silenciado en este documento!).

El Papa Francisco no sabe quizá mucha Biblia, pero conoce bien la poesía y así puede decir, en nombre del varón y/o de la mujer, en un camino de amor abierto a la justicia:

«Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos».

En este campo bíblico, está muy bien el comentario al canto al amor de 1 Cor 13, que el documento ha tomado como leitmotiv, pero hay otros pasajes del evangelio y de Pablo que son más novedosos y profundos en relación a la nueva familia mesiánica.

Queda todavía por explicar y aplicar lo que Jesús dice y hace (lo que rompe, lo que crea… ) en línea de amor, según los evangelios. Por eso sigo diciendo que la fundamentación bíblica es buena, debo añadir que resulta insuficiente, y quizá sesgada (¿donde queda el celibato de Jesús, su ministerio al lado de los distintos sexuales…, donde queda la exigencia de superar un tipo de padre y madre, de hermanos y parientes, para crear una comunión distinta, una alternativa de amor….?).

2. Es buena, muy buena, la reserva del documento que no quiere definir las cosas desde arriba

El texto empieza con un reconocimiento de las limitaciones (yo diría de las equivocaciones”) de un tipo de Magisterio de la Iglesia en este campo. Bastará con citar estas frases, para entender que la puerta queda abierta

“Tenemos que ser humildes y realistas, para reconocer que a veces nuestro modo de presentar las convicciones cristianas, y la forma de tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos, por lo cual nos corresponde una saludable reacción de autocrítica. Por otra parte, con frecuencia presentamos el matrimonio de tal manera que su fin unitivo, el llamado a crecer en el amor y el ideal de ayuda mutua, quedó opacado por un acento casi excluyente en el deber de la procreación (36).

“Durante mucho tiempo creímos que con sólo insistir en cuestiones doctrinales, bioéticas y morales, sin motivar la apertura a la gracia, ya sosteníamos suficientemente a las familias, consolidábamos el vínculo de los esposos y llenábamos de sentido sus vidas compartidas” (37).

Esto que se dice aquí es muy bueno, una puerta abierta, pero yo hubiera esperado aún más en este campo. Hubiera querido que el Magisterio hubiera perdón a los cristianos por haber legislado en temas sobre los que no tenía autoridad ni claridad (como en cuestiones de regulación de la natalidad), causando gran dolor en muchas familias, y logrando que al fin la inmensa mayoría de los cristianos no siguiera sus orientaciones.

En este campo (regulación de la natalidad) el Documento no dice nada nuevo. Simplemente constata (sin confesarlo externamente, con un estilo muy eclesial… de no negar, pero dejar a un lado) que el magisterio anterior, desde la Humanae Vitae (1968) no ha sido recibido en las Iglesia, que hay que abrir la puerta de otro modo.

De todas formas, la respuesta general de este documento me parece positiva, pues de pronto vemos que orienta y anima, pero deja en libertad a las iglesias y a los fieles, como si el gran Magisterio se retirara de la escena concreta, tras haberse metido excesivamente en ellas. Ésto es algo que quizá no se ve con claridad desde fuera, hay que saber un poco de lenguaje eclesiástico para descubrirlo… por eso habrá muchos que dirán que todo sigue igual (lo que no es cierto, pues la puerta queda abierta, para los que quieran pasar).

3. Hay cosas que no están maduras todavía.

Ciertamente, el documento se atreve a condenar una ideología llamada de “gender” (cf. num 56), pero lo hace a mi juicio sin verdadero convencimiento, porque algo hay que decir, sin penetrar en el tema, desde el evangelio. Quizá le falta el descubrimiento y desarrollo radical del valor de la persona, desde una clave mesiánica.

En esa línea resulta ejemplar la forma en que el documento valora la doctrina tradicional del Magisterio, tal como quedó fijada hasta la actualidad desde Pablo VI (el año 1968):

Es preciso redescubrir el mensaje de la Encíclica Humanae vitae de Pablo VI, que hace hincapié en la necesidad de respetar la dignidad de la persona en la valoración moral de los métodos de regulación de la natalidad […] La opción de la adopción y de la acogida expresa una fecundidad particular de la experiencia conyugal» (82).

Quien entienda un poco el lenguaje eclesiástico, sabe que aquí se está diciendo “sí, pero no”. Los principios generales de la Humanae Generis sobre la dignidad de la persona y el amor fecundo de los esposos son muy buenos…, pero su práctica no puede imponerse en la forma en que lo hacía el mismo documento de Pablo VI.

Alguien dirá que esta es una forma “jesuítica” de formular las cosas. Puede ser. Pero se trata de una forma inteligente de pasar página, admitiendo los valores generales de un Magisterio pasado, pero sin sacar las consecuencias que antes se sacaban, dejándolas estar en el pasado.

Por eso, las consecuencias que Pablo VI deducía de esa dignidad y de ese amor ya no se entienden como entonces, especialmente en lo que se refiere a la regulación de la concepción (métodos anticonceptivos). La Humanae Generis queda así como una declaración de principios, para seguir pensando en los temas, pero sin imponer sus consecuencias.

4. Queda abierta la puerta, lo importante es el camino

Este documento no ofrece en este campo ninguna palabra de condena, ninguna regulación externa. El tema queda (después de cincuenta año de dolor y de rechazo de muchos) en manos de la propia conciencia de los esposos y de la animación al amor de las iglesias… El tema queda en manos de las iglesias, de los obispos y sus comunidades, con más evangelio (¡alegría de amor!) y con mucho menos Derecho Canónica. No se trata de dar leyes, más leyes, sino de animar y acompañar a los creyentes en el camino.

Así me parece, pero me da un poco de miedo, pues quizá no haya obispos capaces de situarse en esa línea, de asumir a pie el camino, a pie de calle, a pie de vida, con olor de oveja… Muchos obispos de los que tenemos están creados para mirar y organizar desde arriba, sin entrar en el agua y el barro del evangelio, por donde andaba Jesús.

Este documento del Papa Francisco necesita obispos nuevos, nuevos pastores, que sepan de vida, de ovejas y gentes, poesía de vida, con más evangelio y menos Derecho Canónico, con más evangelio y menos miedos legales: Desde aquí se entienden las palabras principales del documento, aquellas donde alienta mejor el espíritu de Francisco, pues de trata de

“asumir el matrimonio como un camino de maduración, donde cada uno de los cónyuges es un instrumento de Dios para hacer crecer al otro. Es posible el cambio, el crecimiento, el desarrollo de las potencialidades buenas que cada uno lleva en sí. Cada matrimonio es una «historia de salvación», y esto supone que se parte de una fragilidad que, gracias al don de Dios y a una respuesta creativa y generosa, va dando paso a una realidad cada vez más sólida y preciosa. Quizás la misión más grande de un hombre y una mujer en el amor sea esa, la de hacerse el uno al otro más hombre o más mujer. Hacer crecer es ayudar al otro a moldearse en su propia identidad. Por eso el amor es artesanal” (221).

5. Planificación familiar, un tema de los esposos

Ciertamente, el Papa quiere que los matrimonios sean generosos en el don de la vida, es decir, en la comunicación del mismo amor, pero sin imposiciones externas, sin leyes dadas desde arriba. Ellos (marido y mujer) “están llamados redescubrir el mensaje de la Encíclica Humanae vitae (cf. 10-14) y la Exhortación apostólica Familiaris consortio (cf. 14; 28-35) para contrarrestar una mentalidad a menudo hostil a la vida”.

Se trata de redescubrir el mensaje profundo, no la letra de ley… Se trata de redescubrir la alegría del amor y la libertad de la búsqueda persona, con responsabilidad… a pie de vida…, volviendo así a la palabra radical del Vaticano II:

Ellos, marido y mujer, son la verdadera “ley”, como decía el Vaticano II: «Cumplirán su tarea […] de común acuerdo y con un esfuerzo común, se formarán un recto juicio, atendiendo no sólo a su propio bien, sino también al bien de los hijos, ya nacidos o futuros, discerniendo las condiciones de los tiempos y del estado de vida, tanto materiales como espirituales, y, finalmente, teniendo en cuenta el bien de la comunidad familiar, de la sociedad temporal y de la propia Iglesia. En último término, son los mismos esposos los que deben formarse este juicio ante Dios» (Gaudium et spes 50).

Ciertamente, el documento sigue citando la Humanae Vitae, diciendo que «se ha de promover el uso de los métodos basados en los ritmos naturales de fecundidad” (Num 11). Pero no dice lo que son los “ritmos naturales”, no los fija por ley. El texto abre la puerta, y recuerda lo que se decía, desde Pablo VI hasta Juan Pablo II, pero lo sitúa todo en otro campo, al otro lado de la puerta que se abre con llave de evangelio.

El Papa Francisco no se fija por ley el sentido de esos “ritmos naturales”, de manera que debemos pensar que se trata de “ritmos personales”, de líneas de evangelio, respetando la vida (es decir, el cuerpo y alma) de los esposos” (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2370), sabiendo evidentemente que los hijos son un maravilloso don de Dios, una alegría para los padres y para la Iglesia (250)… y queriendo así que sean eso, expresión de amor y de voluntad creadora, sin fijarse en prohibiciones físicas o química.

Que sean ellos, los esposos, hombre y mujer, los que se aman, como buenos artesanos/artistas del amor, los que decidan con libertad responsable, dentro de una Iglesia que no les impone leyes desde fuera, sino que camina con ellos en el barro enamorado de la tierra, llena de la gloria de Dios.

6. Temas colaterales: divorciados, homosexuales…

Evidentemente, el documento defiende la unidad familiar, como experiencia radical de comunión entre personas, pero dice (sin que nadie se lo haya exigido) que “los divorciados no están excomulgados” en cuanto divorciados (243), lo cual significa, dentro del contexto en que se dice, que, en cuanto divorciados (si viven el evangelio) pueden participar de la comunión eucarística de las iglesias.

En esa línea, el documento pide (num 244) que se agilicen los “procedimientos de nulidad”, que de hecho, en las condiciones actuales, son procesos de “divorcio”, bajo la autoridad de los mismos obispos (es decir, de las iglesias concretas), sin necesidad de recurrir a la Santa Sede. Eso significa que las iglesias (obispados, parroquias…) son las que tienen que decidir en cada casa sin los divorciados y vueltos a casar pueden comulgar y participar en la vida entera de la Iglesia si son creyentes, que es lo que importa (Dicho sea de paso, el Papa Francisco no ha inventado aquí nada: Esto es lo que se viene haciendo en miles y miles de parroquias, desde Buenos Aires hasta Madrigalete de Abajo).

Con respecto a los homosexuales, en contra de una teoría y praxis que ha sido normal en las iglesias, el documento (num 250) pide que las familias cristianas y las comunidades acojan con respeto a los homosexuales, no para “curarles” de la homosexualidad, sino para que puedan vivir cristianamente siendo homosexuales.

“Que les acojan las familias…”, bien leído, significa que ellos mismos pueden crear sus familias; que se les acoja no como personas descarriadas, sino como signo y momento de un camino distinto dentro de la Gran Iglesia, madre y espacio de vida para todos.

Ciertamente, el documento tiene que decir que no se pueden equiparar las uniones entre dos homosexuales con el matrimonio cristiano… Pero en ningún momento critica las uniones afectivas y de comunión cristiana entre los homosexuales (251). Son uniones distintas, pueden ponerse otros nombres, pero son “uniones de valor cristiano”.

En la línea del documento, la iglesia debería no sólo reconocer esas uniones (repito, aunque no les llame matrimonios), buscando una forma de ofrecerles su “bendición”, es decir, su reconocimiento. El documento no lo dice así, pero de hecho lo presupone.

(Todo depende de la forma en que se lea el texto de ese documento equilibrista… La puerta está abierta, se trata de leer el documento desde un lado o desde el otro:

— Si se parte del hecho de que los homosexuales han de ser respetados “en familia” se está suponiendo que ellos pueden crear una familia, se llame matrimonio o no (que eso es cuestión de palabras…).

— Si se parte de decir que “no se pueden equiparar” las uniones de dos homosexuales con el matrimonio cristiano… se está diciendo que hay una diferencia (lo que es obvio…), pero se está valorando de hecho esa unión de los homosexuales, en línea cristiana…)

Mi interpretación del texto ha quedado clara en la exposición anterior).

7. Y muchas más cosas….

Muchas más cosas se pueden decir de este documento, que abre una puerta… El tema está en que las iglesias en conjunto (con sus obispos concretos) y los cristianos de a pie (¡todos vamos a pie en la Iglesia!) pasemos sin miedo al otro lado, con la alegría del amor.

Decía al principio que el documento es bueno, aunque le falta mucha más Biblia, buena Biblia (con el Cantar de los Cantares, con la opción de Jesús por los distintos, con la gran ruptura y novedad mesiánica del Evangelio….), leída desde la historia actual, desde la vida. De eso quizá seguiré hablando en otras ocasiones, desde la misma Biblia, con el Papa Francisco, abriendo la puerta del amor en la Iglesia.

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Francisco dio un “significativo abrazo” a un grupo de exprostitutas y transexuales

Lunes, 11 de abril de 2016
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el-papa-francisco-con-reos-transexuales_270x250Durante la audiencia jubilar, según “L’Osservatore”

Fueron víctimas de la prostitución y de la trata de personas

También ha saludado en la plaza de San Pedro del Vaticano a tres presos que cumplen condena en Milán -dos con cadena perpetua y otro castigado a quince años de cárcel-, y que hace meses le habían escrito una carta

El Papa Francisco dio ayer “un significativo abrazo” a un grupo de cincuenta ex prostitutas y transexuales procedentes de diversas partes del mundo en el Vaticano, informó la Santa Sede.

El diario vaticano L’Osservatore Romano explicó que el abrazo se produjo después de que el Papa Francisco presidiera la audiencia extraordinaria de este sábado, en el marco del Año Santo de la Misericordia, que concluye el próximo 20 de noviembre.

Estas personas, procedentes de diez países -aunque el diario no cita cuáles-, fueron en el pasado víctimas de la prostitución y de la trata de personas, y actualmente reciben asistencia de una asociación solidaria que opera en la zona de Reggio Emilia (norte).

el-papa-en-la-audiencia-de-hoy_560x280Además, el Papa también ha saludado en la plaza de San Pedro del Vaticano a tres presos que cumplen condena en Milán -dos con cadena perpetua y otro castigado a quince años de cárcel-, y que hace meses le habían escrito una carta y le habían enviado 12.000 hostias sagradas que ellos mismos habían realizado en el presidio.

Los encarcelados, que acudieron a la plaza vaticana, han sido identificados por el periódico como Cristiano Vallanzano, Ciro D’Amora y Giuseppe Ferlito.

Los tres participaron con esta iniciativa en el proyecto promovido por la Fundación Casa dello Spirito e delle Arti que, en las cárceles más grandes de Italia, trabajan con los internos en la producción de esas obleas.

Religión Digital/Agencias

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Confirmado: el Papa Francisco viajará a Lesbos el próximo 16 de abril

Domingo, 10 de abril de 2016
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francisco-en-lampedusa_560x280Para encontrarse “con los prófugos y con los allí acogidos”, segun la Santa Sede

Bergoglio irá acompañado del Patriarca Bartolomé y del arzobispo de Atenas

(Jesús Bastante/Agencias).- Confirmado: el Papa Francisco viajará a Lesbos el próximo 16 de abril, según acaba de confirmar la Santa Sede en un comunicado, en el que indica que allí se encontrará con los prófugos y con los allí acogidos”. La visita de Bergoglio es un oasis en el marasmo de hipocresía y de fracaso institucional, político y humanitario de la Unión Europea ante el drama de los refugiados.

Así reza el comunicado, emitido este mediodía por la Sala Stampa: “Su Santidad el Papa Francisco, acogiendo la invitación de Su Santidad Bartolomé, Patriarca Ecuménico de Constantinopla y del Presidente de la República de Grecia, irá a Lesbos el sábado 16 de abril de 2016.

En esa isla el Santo Padre, Su Santidad Hieronimus II, y Su Beatitud Hieronimus II, arzobispo de Atenas y de toda Grecia, encontrarán a los prófugos y a los allí acogidos”.

El objetivo del viaje no es otro que brindar apoyo a los refugiados y llamar la atención sobre la crisis de inmigración en Europa.

Cientos de miles de refugiados, que en su mayoría están escapando de la guerra en Siria, han arribado a la isla del Mar Egeo en el último año, pero, bajo los términos de un acuerdo, la Unión Europea comenzó a devolver a los inmigrantes a la vecina Turquía este mes.

El Papa se ha pronunciado en reiteradas ocasiones en apoyo a los refugiados, pidiendo a las iglesias Católico Romanas en Europa que acepten a las familias de inmigrantes. Su primer viaje luego de convertirse en pontífice en el 2013 fue a la isla siciliana de Lampedusa, que al igual que Lesbos, ha recibido a cientos de miles de inmigrantes.

Francisco, ¡vete a Lesbos, sí!
“Que no muera en un gesto y mil portadas”

“Los cristianos quieren ir con él hasta el final”

(José Ignacio Calleja).- Me preguntan, con razón, que por qué hablo de una campaña “Francisco, vete a Lesbos, sí”, cuando es seguro que va. Es posible que el desconfiado sea yo. Simplemente es crear una corriente pública de apoyo alrededor de ese hecho, para que suceda y para mostrar que la mayoría del mundo cristiano, y la gente de buena voluntad, quiere ir con él hasta el final.

Es para que todo esto no muera en un gesto y mil portadas; es para ir en la solidaridad justa con los refugiados y migrantes pobres, hasta el final, con todo el significado humano y político que para Europa ha de tener; con toda la intención de mostrar que no se puede alabar el gesto del Papa y seguir en casa, o en la misma política, o en el mismo silencio, o en la misma pastoral cristiana, o en los mismos consumos y egoísmos, o en el mismo mundo y sus repartos, o en las mismas élites satisfechas de su simpatía por el Papa, o en la misma visión de la vida, o en los mismos objetivos económicos para los mismos, o en los mismos fraudes…

Es una oportunidad de concienciación en el problema mucho mayor que si lo hace solo y entre gobiernos que en dos días lo apagarán. Seguramente, es que el desconfiado soy yo y de ahí, lo de de hacer nuestro el hecho y la campaña de ir con él, de contarla como nuestra, de sumarnos socialmente a su denuncia y exigencias.

En cristiano, es “ir a Galilea porque allí veréis al Resucitado”. Así avanza la dignidad de los grupos sociales más pobres a la medida humana, sin duda.

Religión Digital, Agencias

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El obispo francés Stanislas Lalanne “no sabría decir” si la pederastia es un pecado

Domingo, 10 de abril de 2016
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Mgr-Stanislas-LALANNE_0_730_333Absolutamente deleznable: Resulta que yo peco por amar a mi marido y un repulsivo abusador de menores no… ¿será que no viene en el Catecismo?. ¿Y Francisco no va a decir nada? Sí, mejor que se ajuste las gafas sucias…

Stanislas Lalanne la define como “un mal” que “es distinto para cada persona”

Polémicas declaraciones del prelado en pleno escándalo por la actuación del cardenal Barbarin

El obispo francés Stanislas Lalanne afirmó que la pedofilia es “un mal”, pero que “no sabría decir” si es un pecado, declaraciones que provocaron el miércoles la reacción de una asociación de víctimas.

La pedofilia es un mal ¿Es del dominio del pecado? Eso yo no sabría decirlo, es distinto para cada persona. Pero es un mal y lo primero que hay que hacer es proteger a las víctimas o las eventuales víctimas”, dijo Lalanne, obispo de Pontoise (periferia de París) en declaraciones a RCF, red de 63 radios cristianas francohablantes.

Monseñor Lalanne intervenía en una emisión consagrada al temaLa Iglesia de Francia frente a la pedofilia” , en momentos en que el arzobispo de Lyon (este), cardenal Philippe Barbarin, es objeto de una investigación judicial por no denunciar agresiones sexuales de un sacerdote de su diócesis.

En un comunicado publicado el miércoles, los miembros de la asociación La Parole Libérée (La Palabra Liberada), que reveló las agresiones a menores cometidas por un sacerdote de Lyon, denunció palabras que resuenan “de manera violenta y degradante para las víctimas de los actos de pedofilia.

Y mientras tanto…

figariPiden al Papa que finalice “su insostenible retiro espiritual en nuestras instalaciones”
El Sodalicio considera a su fundador, Luis Figari, culpable de abusos sexuales, y le expulsa
La congregación pide perdón a las víctimas y anuncia una reforma integral de la organización

El fundador de la organización católica Sodalicio de Vida Cristiana (SVC) Luis Figari fue declarado culpable de abusos sexuales contra miembros de la agrupación cuando eran menores de edad en Perú, anunció hoy el superior general de esa comunidad, Alessandro Moroni.

En una declaración difundida en la televisión local, Moroni dijo que el Sodalicio considera a Figari “culpable de los abusos que se le imputan y lo declaramos persona non grata para nuestra organización, que deplora y condena totalmente su comportamiento”.

La Fiscalía peruana abrió una investigación de oficio el año pasado, en la cual el periodista Pedro Salinas declaró sobre los 30 testimonios de abusos recogidos en su libro “Mitad monjes, mitad soldados” escrito conjuntamente con su colega Paola Ugaz, donde también citaron a los principales dirigentes del Sodalicio.

El libro de Salinas reúne 30 testimonios de antiguos miembros del Sodalicio que denunciaron maltratos físicos, psicológicos o violaciones sexuales en los años 80 y 90, y acusaron de esos abusos a Figari y Germán Doig, éste último número dos de la organización hasta su fallecimiento en 2001.

Por su parte, el Tribunal Eclesiástico de Lima y el Vaticano recibieron en 2011 las denuncias de tres víctimas de abuso sexual, pero a la fecha no habían obtenido respuesta.

Moroni reiteró a las autoridades del Vaticano el pedido que le hizo personalmente al Papa Francisco en diciembre pasado “para que se decrete su inmediata separación de nuestra comunidad y finalice su insostenible retiro espiritual en nuestras instalaciones” en Roma.

Asimismo, agregó que respetan las investigaciones y procedimientos que el Vaticano y la Fiscalía de Perú vienen realizando sobre estas denuncias, y que acatarán la condena eclesiástica o judicial que merezca su fundador.

El superior general del Sodalicio pidió perdón a las víctimas de cualquier tipo de abuso o atropello del que hayan sido objeto por parte de algún miembro de la organización, y “a los denunciantes que por años no obtuvieron una respuesta satisfactoria y contundente de parte de nuestras autoridades”.

Moroni anunció igualmente una reforma integral de la organización y sus autoridades reconocieron “el pecado de no haber reaccionado de manera firma y oportuna”, ante las denuncias de abuso sexual.

Figari, que vive en una casa del Sodalicio en Roma desde 2010, admitió en enero pasado haber cometido graves errores, pero insistió en su inocencia sobre las acusaciones de abusos sexuales.

El fundador del Sodalicio, una organización que dirige colegios y universidades privadas en Perú, admitió que en sus 40 años al frente de esa comunidad cometió graves errores que pueden haber ocasionado daño a otras personas y pidió perdón por ello.

acusado-de-pedofiliaSu procesamiento ha sido confirmado

Justo José Ilarraz, acusado de abusar sexualmente de menores

En el seminario de Paraná entre 1985 y 1993

El tribunal de Apelaciones de Paraná confirmó el procesamiento del sacerdote Justo José Ilarraz acusado por corrupción agravada de menores de edad en el marco de la causa que investiga abusos sexuales que habría perpetrado hace treinta años en el Seminario de Paraná.

Con la definición unánime del tribunal especial integrado por los jueces Pablo Vírgala, Daniel Malatesta y Gustavo Maldonado, quedó abierta la posibilidad de que se fije la fecha para el juicio oral.

El tribunal de Apelaciones confirmó el fallo de la jueza Paola Firpo que había procesado al sacerdote en base a las denuncias de varios hombres que aseguran haber sido víctimas de sus abusos cuando eran adolescentes y estudiaban como pupilos en el Seminario Arquidiocesano de Paraná entre 1985 y 1993.

El abogado querellante Milton Urrutia dijo que la defensa del sacerdote tiene aún una instancia de Casación y luego la jueza Firpo tendrá la posibilidad de convocar a juicio oral.

En forma paralela, se tramita ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación un recurso extraordinario que pide la prescripción de los delitos debido al tiempo transcurrido.

El presidente del tribunal, Pablo Virgala, destacó “la credibilidad de las víctimas” y el peso procesal de las pericias. El magistrado también cuestionó el rol de la Iglesia Católica: “No logra entenderse la actitud asumida por (el cardenal Estanislao) Karlic, quien afirmó -bajo juramento de decir verdad- que Ilarraz había pedido perdón por lo ocurrido”.

Virgala señaló que tampoco entendía la conducta del arzobispo “(Juan Alberto) Puíggari, que reconoció la existencia de los abusos a otros sacerdotes en una reunión en Mariápolis, quienes (desde la perspectiva del imputado) no sólo deberían formar parte de esa gigantesca trama conspirativa, sino que serían actores fundamentales al reconocer la existencia de los hechos, con las posibles consecuencias civiles” que ello implicaría.

Virgala indicó: “Una reflexión final merecen aquellas autoridades eclesiales que amparándose en directivas superiores, guardaron silencio sobre los hechos tan aberrantes que aquí se investigan. Lo mismo para aquellos que debiendo ser inflexibles, optaron por el perdón sin tener en cuenta el dolor de las víctimas.

“No hay normas por encima de las leyes civiles. Nadie está exento de la autoridad de las mismas. Y si por allí algún desprevenido creyera que su deber de obediencia a alguna autoridad administrativa está por encima de las leyes civiles, deberá entender, de una vez y para siempre, que nadie está obligado a obedecer órdenes o leyes intrínsecamente ilegales, contrarias a derechos, añadió.

Asimismo, advirtió que “si lo hicieran, podrían llegar a eludir el juzgamiento dentro su círculo áulico, pero nunca el juzgamiento por parte de las autoridades Estatales ni -quisiera creer- el peso de sus propias conciencias.

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Más de lo mismo: “Amoris Laetitia. La Alegría del Amor”… para Bergoglio sólo para lxs heterosexuales…

Sábado, 9 de abril de 2016
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lae2ACTUALIZADO  09/04/2016/ 12:10

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El papa Francisco vuelve a rechazar el matrimonio igualitario

Decepción, profunda decepción, aunque tampoco esperábamos nada de este papa que fue un feroz enemigo del matrimonio igualitario en su etapa de arzobispo de Buenos Aires… Ponemos el enlace al conjunto de la misma, pero para quien se quiera ahorrar el leerla, ponemos antes los párrafos referentes a su reduccionista visión del matrimonio y la negación de los derechos LGTB. Definitivamente Francisco no es nuestro papa, no es, ni puede ser el vicario de un Cristo inclusivo…

Por cierto, Francisco, no existe la “tendencia” homosexual, no somos una moda, lo que existe es la “orientación” homosexual… un respeto… Y escuche más a sus hermanos y hermanas LGTB.

En una cosa si estamos de acuerdo con las palabras de Francisco al comienzo del documento: La alegría del amor que se vive en las familias (también en nuestras familias, las familias LGTB) es (debiera ser) también el júbilo de la Iglesia… a pesar de las numerosas señales de crisis del matrimonio, «el deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes, y esto motiva a la Iglesia». Como respuesta a ese anhelo «el anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena noticia».

El papa Francisco volvió a rechazar hoy la unión entre personas del mismo sexo, aunque le abrió las puertas a los divorciados y desean volver a tener una participación activa en la Iglesia Católica, dejando abierta la posibilidad de la vuelta a la comunión. El anuncio fue realizado en el marco de la exhortación apostólica titulada Amoris Laetitia, por los cardenales Lorenzo Baldisseri y Christoph Schoenbor.

Entre citas al escritor argentino Jorge Luis Borges y a Jesús, en el documento dado a conocer hoy en el Vaticano, Francisco resaltó el matrimonio tradicional y reconoció que la vida no es siempre “perfecta”. En tal sentido, señaló que la Iglesia debería ser un lugar de acompañamiento y ayuda, en lugar de una institución de juzgamiento.

En la exhortación de 256 páginas, Francisco cerró las puertas al matrimonio gay al tiempo que pidió comprensión para la comunidad homosexual. La unión debe ser entre un hombre y una mujer, fue la postura repetida por el Papa. Eso, sí: pidió protección a lesbianas y gays de la “injusta discriminación” a la que son sometidos. El Pontífice exigió al clero no usar las “leyes morales” como si fueran armas para condenar a los fieles.

Francisco también exhortó al resto de los obispos y hombres y mujeres de la Iglesia que conduce a no sentarse en el lugar de Moisés para “juzgar a veces con superioridad”. En otro tramo de Amoris Laetitia, el Pontífice manifestó además la importancia de que los padres castiguen a los hijos y de una temprana educación sexual, algo tabú para la Iglesia.

“En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, ‘no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el «matrimonio» entre personas del mismo sexo’”, señala el documento.

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A continuación los puntos correspondientes sin glosa alguna, son ya de por sí elocuentes de la homofobia internalizada en el seno de la cúpula eclesial por mucha palabra amable y condena de la “injusta” discriminación  a la que ellos mismos someten a los homosexuales… Pero qué se puede esperar de quien no ha firmado la adhesión a la  Declaración Universal de los Derechos Humanos…

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52. Nadie puede pensar que debilitar a la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio es algo que favorece a la sociedad. Ocurre lo contrario: perjudica la maduración de las personas, el cultivo de los valores comunitarios y el desarrollo ético de las ciudades y de los pueblos. Ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad. Debemos reconocer la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad. Pero ¿quiénes se ocupan hoy de fortalecer los matrimonios, de ayudarles a superar los riesgos que los amenazan, de acompañarlos en su rol educativo, de estimular la estabilidad de la unión conyugal?
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soy-homosexual-tengo-hijos-soy-catolico156. Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que « niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo ». Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que de termine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar ». Por otra parte, «la revolución biotecnológica en el campo de la procreación humana ha introducido la posibilidad de manipular el acto generativo, convirtiéndolo en independiente de la relación sexual entre hombre y mujer. De este modo, la vida humana, así como la paternidad y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o de las parejas». Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida,y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos losaspectos inseparables de la rea lidad. No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada.
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_papa_2f0752c9250. La Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción. Con los Padres sinodales, he tomado en consideración la situación de las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, una experiencia nada fácil ni para los padres ni para sus hijos. Por eso, deseamos ante todo reiterar que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar «todo signo de discriminación injusta», y particularmente cualquier forma de agresión y violencia. Por lo que se refiere a las familias, se trata por su parte de asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la volun tad de Dios en su vida.
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251. En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo».
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Para leer el texto íntegro, pincha aquí:
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Fuente Agencias, Amoris Laetitia, Infobae

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