Comentarios desactivados en Roma expulsa a un sacerdote argentino por abusos
Cristian Gramlich no puede ejercer el ministerio
Tolerancia cero del Papa ante la pederastia
“La Santa Sede ha decretado la dimisión del Pbro. Cristian Gramlich del estado clerical, quedando privado de todo ejercicio del ministerio sacerdotal.” Con esta frase y en línea con la decisión del Papa Francisco de tolerancia cero ante abusos sexuales perpetrados por hombres o mujeres de la Iglesia, el Vaticano prohibió a un sacerdote argentino ejercer ese ministerio.
Gramlich, de la diócesis de San Isidro, es el segundo caso conocido en la zona en los dos últimos años. La misma sanción, la más dura que puede aplicar la Iglesia frente a la inconducta de uno de sus miembros, fue aplicada al sacerdote José Mercau en noviembre de 2014.
Gramlich, de 58 años, que en pocos días hubiese cumplido 32 de ejercicio sacerdotal, fue denunciado ante el obispado de San Isidro -diócesis en la que vivía y trabajaba- por abuso sexual a alumnos de dos colegios de esa zona en los que trabajó: el Carmen Arriola de Marín y el Juan XXIII.
El domingo pasado se leyó en la parroquia de Santa Rita, de Boulogne, de la que estuvo a cargo entre 2004 y 2012, el comunicado del obispado en el que se informa sobre la decisión de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe -órgano del Vaticano encargado de este tipo de casos-, refrendada por el Papa.
La noticia dejó azorados a muchos feligreses que hasta ese momento descreían de lo que consideraban rumores infundados. Gramlich es un experto en liturgia y autor de varios libros de formación para catequistas y para chicos; fue secretario ejecutivo de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Argentina durante varios años y, como tal, director del Secretariado Nacional de Liturgia.
A causa de los rumores que circulaban en 2004, hubo malestar cuando el entonces obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, trasladó a Gramlich del colegio Marín para nombrarlo párroco de Santa Rita, en Boulogne, iglesia que tiene a su cargo el colegio Juan XXIII.
La investigación eclesial empezó a principios de 2012, a poco de asumir el obispado de San Isidro monseñor Oscar Ojea, que desde 2009 era obispo coadjutor. Inmediatamente y en tanto se desarrollaba una investigación preliminar, Ojea apartó a Gramlich de la parroquia y el colegio.
En mayo de 2013, según informó el obispado, con los testimonios de las víctimas y otros elementos de prueba, Ojea dispuso medidas cautelares hasta tanto se arribara a la resolución definitiva. Esas disposiciones autorizaban a Gramlich a seguir ejerciendo el sacerdocio de forma acotada -podía celebrar todos los sacramentos excepto el de la confesión-, pero fuera de la diócesis de San Isidro, zona en la que tampoco podía vivir. También se le pedía no realizar actividades en contacto con chicos y adolescentes. Gramlich estuvo en varias parroquias y desde comienzos de 2014 vivía y trabajaba en la del Espíritu Santo, en la diócesis de San Martín.
Después de un largo proceso en el que ejerció su derecho a la defensa -su representante legal apeló la decisión tomada por monseñor Ojea-, la Santa Sede elaboró un dictamen, a fines de 2014, que también fue apelado por el acusado. Finalmente el dictamen fue confirmado por la sanción comunicada en estos días.
A diferencia del caso de Mercau, que fue denunciado ante la justicia penal y condenado en un juicio abreviado, dado que admitió su culpabilidad, a 14 años de prisión, las víctimas de Gramlich optaron sólo por la justicia eclesiástica. De ahí que los detalles de los hechos por los que se lo acusa no fueron dados a conocer. Cabe recordar que el plazo de prescripción de los delitos sexuales contra menores de edad empieza a regir desde que la víctima tiene 18 años.
Ojea expresó que “al ser informadas las víctimas sobre el último dictamen de la Santa Sede sintieron que fueron escuchadas y que esto tenía un valor reparador de aquello que habían denunciado un tiempo atrás“. Y agregó: “Esto implica el compromiso del Santo Padre cuando habla del camino a seguir frente a estas situaciones que tanto daño hacen al santo pueblo de Dios”.
Comentarios desactivados en No le dejan cantar en el funeral de su abuela porque fue al Orgullo
Connor Hakes con su abuela
La crueldad de algunos es patológica…
Un párroco de Indiana prohíbe al nieto de una difunta cantar en el funeral porque el chico asistió a una marcha del Orgullo y eso “causaría un escándalo”.
Ay, el amor cristiano. Ay, la caridad católica. Qué bellas cosas que en la parroquia de Santa María de la Asunción en Decatur, Indiana, no tienen ni idea de qué son. Aunque en realidad esto es peor de lo que parece por el titular. Connor Hakes es un chico de la localidad cuya abuela falleció hace unos días. El cura de la parroquia, el padre Bob. J. Lengerich, ha decidido “secuestrar” el funeral de la abuela hasta que se solucionen “ciertos asuntos” concernientes a la vida de Connor.
Kafkiano lo que ha ocurrido en la parroquia católica de Santa María de la Asunción de la ciudad de Decatur (en Indiana, Estados Unidos). El cura responsable de la iglesia, Bob Lengerich, se dirigía por carta a uno de sus feligreses, Connor Hakes, para informarle de que no estaba autorizado a cantar en el funeral de su propia abuela. Al parecer, el sacerdote descubrió a través de una fotografía, publicada en alguna web igualitaria, la participación del joven en las celebraciones del Orgullo LGTB de años anteriores y consideró que podría representar un “escándalo” para la congregación. La “solución” que el religioso propuso a Hakes es que le rindiera tributo musical “fuera de la iglesia” o en el cementerio. El afectado, a través de su cuenta de Facebook, publicaba el escrito y aseguraba que su abuela se hubiera “disgustado” con esta decisión.
El “caritativo” cura Bob. J. Lengerich,
Básicamente, que al cura no le parece bien que Connor participe en el funeral porque hace años fue a una marcha del Orgullo LGTB y se hizo una foto.
Ni idea de si Connor es gay o no, pero participar en una marcha del Orgullo no te convierte en gay del mismo modo que ir a una manifestación por los derechos de las mujeres no me convierte en mujer. Pero el reverendo Lengerich no piensa así, para él ir al Orgullo es incompatible con la fe cristiana y por lo tanto el chico no puede participar en el funeral. Pero ojo, no con practicar la fe cristiana, sino con todo lo cristiano así en general.
Dice el reverendo que como la abuela de Connor era una mujer devota muy implicada en los trabajos comunitarios que promovía la iglesia, ha decidido que el funeral no puede ser un acto privado sino “una celebración de su vida y su fe para toda nuestra comunidad.” Al cura, eso sí, no le importa que asistan personas que no sean católicas pero no va a permitir que un homosexual participe en el funeral.
En la carta que el cura ha enviado a Connor (y que Connor ha compartido en Facebook) el hombre reconoce que tal vez no sea el mejor momento para mantener esta conversación, que debería haber hablado con el chico cuando vio la foto, pero que “no pensé que volverías a Decatur tan pronto.” Pues dice el cura que claro, “Un cantor sirve como representante público de la fe católica”. Por ello, “prohíbe a los que abiertamente defienden posiciones contrarias a nuestra fe servir en esas posiciones.. Dice Lengerich que la misa es un sacramento para los católicos, y todos los que participan en ella son “representantes” de la fe católica; y por eso todos los que “desafían las bases de nuestra fe” tienen prohibido participar en ella haciendo una lectura, entregando la comunión o cantando una canción. Los atacantes a las bases de la fe incluyen (pero no se limita a) “personas que se han divorciado y se han casado (sin una declaración de nulidad matrimonial), los que han apoyado abiertamente el derecho al aborto o los que participan de forma no casta y son abiertamente participantes de impúdicas relaciones entre personas del mismo sexo.”
Pero lo que realmente le preocupa al cura es que se cree un escándalo: “Cada vez que alguien peca y luego actúa en nombre de Dios, se causa un escándalo.” “La Iglesia Católica reconoce la dignidad de aquellos que sienten atracción por personas del mismo sexo. Pero a la vez no permite esas relaciones o a los que las apoyan abiertamente porque eso causa un escándalo.” “…hay otros parroquianos en Decatur que no tienen permitido participar en la Misa por cosas que ocurren en sus propias vidas; sabiendo eso, si se les dejara participar, sería escandaloso…”
Eso sí, no pienses que el cura es homófobo. ¡No lo es! En sus propias palabras, tiene muchos amigos gays y son bellísimas personas siempre que vivan en castidad donde no deben y no hablen de que son gays: “En St. Mary tenemos varios parroquianos LGTB que han declarado abiertamente su intención de adoptar un estilo de vida homosexual, acuden a Misa cada domingo (a veces incluso entre semana) y son cálidamente bienvenidos para rezar con nosotros.”
Pero si Connor quiere cantar en el funeral de su abuela, que se vaya olvidando, a no ser que “sea fuera de la Misa y de la Iglesia, tal vez en la funeraria, en el ayuntamiento, o en el cementerio después del entierro. Incluso durante la comida.”
Es un señor muy considerado.
Las redes sociales se han volcado con mensajes de incredulidad y apoyo a Connor Hakes. Además de denunciar mayoritariamente esta injusta prohibición, muchas personas se preguntan a qué dedica su tiempo el párroco de Indiana y en qué páginas de internet bucea, para haber dado con una fotografía de hacía varias ediciones del Orgullo LGTB en la que aparecía.
A todo esto, el joven ha manifestado su disconformidad y su tristeza por lo sucedido. Connor no sólo está enfadado por las tremenda sestupideces que dice el cura, sino porque sabe que ni a su abuelo ni a su abuela esto les parecería bien: “estarían asqueados con su parroquia. Su compasión y empatía no tenía fin, no importaba quién fueras. Veían más allá de la raza, la religión, la sexualidad y la clase social. Amaban a todo el mundo. Eso es lo que significa ser Cristiano. Eso es lo que significa ser Católico.“
El siguiente vídeo (en inglés) recoge la historia y las declaraciones de Connor Hakes:
Inmovilismo LGTBfóbico de la jerarquía católica
El respeto a la fe de todas las personas no equivale acatar a pies juntillas determinadas doctrinas sociales desfasadas y discriminatorias. Sirvan como ejemplo positivo los movimientos proigualitarios de otras ramas del cristianismo, como los que se están produciendo en la comunión anglicana. El pasado mes de septiembre, dosmanzanas informábamos de que Kevin Roberston, reverendo abiertamente gay, con pareja y padre de dos hijos, era elegido obispo de la Iglesia anglicana de Canadá. Solo unos días antes, el arzobispo anglicano de Gales comparaba a los cristianos que atacan al colectivo LGTB con los que usaban la Biblia para defender la esclavitud.
Aunque la aceptación de la homosexualidad en la comunión anglicana es todavía muy desigual entre sus diferentes jerarquías e iglesias, los avances inclusivos que ha experimentado una parte de esta rama del cristianismo distan mucho de las posiciones negacionistas y ultraconservadoras con el colectivo LGTB que siguen manteniendo las jerarquías católicas española y vaticana, con el papa Francisco a la cabeza.
Como decíamos, sin embargo, la Iglesia católica sigue firmemente inmovilista (al menos desde el punto de vista jerárquico). Poco queda ya, al menos por lo que a sus declaraciones públicas se refiere, del Francisco de la primera época, aquel del “¿quién soy yo para juzgar?” y de sus gestos mediáticos de moderada apertura a las personas LGTB. Más de tres años y medio después de su acceso al pontificado, nada en absoluto ha cambiado en materia doctrinal, y cada vez que debe pronunciarse de forma concreta y específica más allá de palabras vacuas, lo hace siempre en contra de los derechos LGTB. Así lo hizo cuando apoyó a los partidarios de prohibir en referéndum el matrimonio igualitario en Eslovenia pocos días antes de su celebración (contribuyendo a la victoria del bando homófobo) o cuando avaló desde la Plaza de San Pedro las movilizaciones homófobas contra el matrimonio igualitario en México.
Comentarios desactivados en “La unidad entre los cristianos no es absorción, nadie debería renegar de su propia historia de fe”
El Papa Francisco subraya que el ecumenismo “es una de mis principales preocupaciones”
Bergoglio denuncia el proselitismo, “que aún más es un veneno para el camino ecuménico”
(J. Bastante/RV).- “La unidad se hace caminando unidos a Cristo y en Cristo”. Los gestos del Papa Francisco hacia el ecumenismo real se siguen sucediendo. Tras el histórico viaje a Suecia, Bergoglio ha recibido esta mañana a los miembros de la plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
“¿Cuál es el modelo de comunión plena?”, es el título del encuentro, que muestra la preocupación, y el anhelo, del Papa y de la inmensa mayoría de cristianos. Recordando sus últimos encuentros en Lund, Francisco apunta cómo “he podido constatar que el anhelo de comunión es vivo e intenso”.
“Como Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, consciente de la responsabilidad que me ha encomendado el Señor, deseo reiterar que la unidad de los cristianos es una de mis principales preocupaciones y rezo para que la comparta todo bautizado”, señaló.
“La unidad de los cristianos es una exigencia esencial de nuestra fe, exigencia que mana de lo íntimo de nuestro ser creyentes en Jesucristo”, subrayó el Papa, quien incidió en que “invocamos la unidad porque invocamos a Cristo. Queremos vivir la unidad, porque queremos seguir a Cristo, vivir su amor, gozar el misterio de su ser uno con el Padre, que es la esencia del amor divino”.
“No basta con estar concordes en la comprensión del Evangelio, sino que es necesario que todos los creyentes estemos unidos a Cristo y en Cristo“, añadió Francisco, recordando la oración de la Eucaristía.
Aun así, el Papa quiso “desenmascarar algunos falsos modelos de comunión, que en realidad no llevan a la unidad sino que la contradicen en su verdadera esencia”, pues la auténtica unidad “no es fruto de nuestros esfuerzos humanos o el producto de diplomacias eclesiales, sino es un don que viene de Dios y antes de ser una meta es un camino, que tenemos la tarea de impulsar”.
“Por ello, me gusta repetir que la unidad se hace caminando, para recordar que cuando caminamos juntos, es decir, cuando nos encontramos como hermanos, rezamos juntos, colaboramos juntos en el anuncio del Evangelio y en el servicio a los últimos, ya estamos unidos”, proclamó Bergoglio. En su opinión, “todas las divergencias teológicas y eclesiológicas que aún dividen a los cristianos se podrán superar sólo a lo largo de esta senda, sin que nosotros hoy sepamos cómo ni cuándo, sucederá según lo que el Espíritu Santo quiera sugerir por el bien de la Iglesia”.
Para el Papa “la unidad no es uniformidad”, apuntando que las diferentes tradiciones teológicas, litúrgicas, espirituales y canónicas, desarrolladas en el mundo cristiano, cuando se arraigan genuinamente en la tradición apostólica, que son una riqueza y no una amenaza para la unidad de la Iglesia. “En el curso de la historia ha habido intentos de suprimir la diversidad, con consecuencias que todavía hoy nos hacen sufrir“, destacó.
“Pero si nos dejamos guiar por el Espíritu, la riqueza, la variedad, la diversidad no se vuelven nunca conflicto, porque él nos impulsa a vivir la variedad en a comunión de la Iglesia. Es tarea ecuménica respetar las legítimas diversidades y llevar a superar las divergencias inconciliables con la unidad que Dios pide. El permanecer de tales divergencias no nos debe paralizar, sino impulsar a buscar juntos cómo afrontar con éxitos esos obstáculos”.
Francisco concluyó subrayando que “la unidad no es absorción. La unidad de los cristianos no conlleva un ecumenismo de ‘marcha atrás’, por el que alguien debería renegar su propia historia de fe”.
Y tampoco tolera el proselitismo, “que aún más es un veneno para el camino ecuménico”, añadió el Papa subrayando que “antes de ver lo que nos separa, hay que percibir de forma existencial la riqueza de lo que nos aúna, como la Sagrada Escritura y los primeros Concilios ecuménicos”. De este modo, “los cristianos podemos reconocernos como hermanos y hermanas que creen en el únicos Señor y Salvador Jesucristo, comprometidos en obedecer hoy a la Palabra de Dios que nos quiere unidos”.
“El ecumenismo es verdadero cuando somos capaces de no centrar la atención en sí mismos, en los propios argumentos y formulaciones, sino en la Palabra de Dios que exige ser escuchada, acogida y testimoniada en el mundo. Por ello, las comunidades cristianas están llamadas a ‘no hacerse competencia’, sino a colaborar. Mi reciente visita a Lund me hizo recordar cuán actual es ese principio ecuménico formulado allí por el Consejo Ecuménico de las Iglesias, ya en 1952, que recomienda a los cristianos hacer juntos todas las cosas, salvo en aquellos casos en los que las profundas dificultades de convicciones impongan actuar separadamente“.
Comentarios desactivados en El Nuncio en México, Franco Coppola: “Las confrontaciones sobre el matrimonio gay no son buenas y no ayudan”
Llamada al orden del Nuncio papal ante la cruzada de los obispos contra las bodas homosexuales
El religioso señaló que el debate ha dejado en claro que hay personas que no se sienten apreciadas y que no sienten que gozan de todos los derechos
Responsables vaticanos fomentan un centro para la protección de menores en México
(C. Doody/Agencias).- “Una magnífica oportunidad para practicar el diálogo”. El Nuncio en México, Franco Coppola, valoró este lunes el debate sobre el matrimonio homosexual que mantiene en vilo al país, a la vez que abogó por “encontrar la solución más apta”para todos, incluso los que actualmente se sienten discriminados.
Enfatizó que el tema atañe a la Constitución mexicana. El religioso señaló que el tema ha generado un debate que ha dejado en claro que hay personas que no se sienten apreciadas y que no sienten que gozan de todos los derechos. “Es una magnífica oportunidad para practicar el diálogo. Intercambiar insultos o prejuicios no sirve de nada y hay que entenderse”, abundó.
Pidió no tomar una decisión ideológica sino “examinar la realidad de México y encontrar la solución más apta para este país”.
En mayo, el presidente Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa para dar reconocimiento constitucional al matrimonio homosexual y desde entonces grupos a favor y en contra han realizado marchas en varias ciudades del país.
Por otro lado, Coppola llamó a no cerrar los ojos ante el aumento de la violencia en el país, que ha tocado a algunos representantes de la Iglesia Católica. “Cada país tiene sus problemas y dificultades, y lo importante es hacerles frente y no cerrar los ojos. A veces se cierran los ojos y no se ven los problemas y hay que examinarlo y escuchar”, dijo.
Refirió que el mandato que recibió del Papa Francisco fue “predicar el diálogo”, y añadió que “es muy fácil confrontarse, pero eso no es bueno y no ayuda”.
En otro orden de cosas, el nuevo embajador de la Santa Sede en México reconoció que todavía no tiene planes para su estancia en México. “Por el momento tengo que escuchar y aprender. Soy consciente de que el Papa me envió a un país grande, complejo, con gran riqueza y diversidad y una gran historia que pesa todavía. Tengo mucho que aprender antes de decir algo personal”, declaró.
Reveló que tuvo una reunión con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, de la que aseguró que fue una buena oportunidad para hacer juntos “una panorámica” de asuntos que les “ocupan y preocupan” a ambas partes, en especial los temas de religión y de violencia.
Sobre las muertes de sacerdotes en recientes episodios de violencia, señaló que los clérigos son víctimas colaterales y “no es una violencia específica contra los sacerdotes”.
Por otro lado, clérigos encargados de la lucha contra la pederastia en las estructuras del Vaticano impartieronn esta semana en México un congreso con miras a inaugurar formalmente en ese país un centro de la Iglesia católica para la protección de menores.
Entre los participantes en el seminario, convocado por la Universidad Pontificia de México (UPM), destaca Charles Scicluna, quien como “promotor de justicia” (fiscal eclesiástico) jugó un papel clave en la sanción que la Santa Sede conminó en 2006 al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado.
El congreso se extendió del 8 al 10 de noviembre y en él expusieron también el cardenal estadunidense Sean O’Malley, presidente de Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores del Vaticano, y Hans Zollner, sacerdote jesuita integrante de ese grupo de trabajo.
Los objetivos del encuentro incluyeron “dar a conocer lo que la iglesia hace y debe hacer para atender adecuadamente a las víctimas de abuso sexual” y concientizar sobre la urgencia de detectar a tiempo a los posibles agresores.
Al finalizar el mismo quedó inaugurado el “Centro de investigación y formación interdisciplinar para la protección de los menores”, que trabajará en relación directa con un organismo similar establecido por la Universidad Gregoriana de Roma y cuyo responsable es Zollner.
Los trabajos comenzaron el martes 8 con una conferencia del cardenal O’Malley en la cual presentó el trabajo de la comisión vaticana de cuidado a los infantes establecida por el Papa Francisco el 22 de marzo de 2014. Ese mismo día Zollner habló sobre “la reacción al abuso sexual en la Iglesia Católica” y Scicluna sobre “el delito de abuso sexual reservado a la Congregación para la Doctrina de la fe”.
Las disertaciones continuron el miércoles 9 con Scicluna, quien se refirió sobre las apelaciones en juicios canónicos contra abusadores, O’Malley abordando la atención de la Iglesia a las víctimas y Zollner la prevención en la formación sacerdotal.
El último día, el jueves 10, estaban previstas exposiciones sobre los criterios para sancionar y atender a un clérigo acusado, además del papel de las conferencias de obispos y superiores generales ante el abuso sexual.
Comentarios desactivados en No sonará órgano en nuestra hora
Koldo Aldai Agirretxe
Artaza (Navarra).
ECLESALIA, 28/10/16.- Esta vez nos falló el Santo Padre. La Iglesia nos va a negar funeral a quienes expresamente hemos pedido que se esparzan nuestras cenizas al llegar la hora. No nos duele quedarnos sin funeral, nos apena que la Iglesia de Francisco, la que tanta esperanza ha suscitado, imponga en su seno estos anacrónicos dictados. Nos apena que este papado, que tanto hemos apoyado con tantas letras, tome esas medidas, esté detrás de tan desafortunada condena.
No nos duele que no haya exequias católicas en nuestro nombre, nos duele esa desaprobación de lo diferente, ese culto cerrado a la tradición que rechaza a quien opta por otras prácticas. Lamentamos que Francisco sea partícipe de tan penoso retroceso. No sonará el órgano en nuestro funeral, pero sonará un día la hora de la libertad en que todos respetemos escrupulosamente las decisiones del otro, sobre todo cuando vienen avaladas por poderoso argumentario, cuando son defendidas por muy dignas tradiciones espirituales, por todo un elenco de grandes seres.
En este rechazo a aventar las cenizas, en esta insólita alianza con los gusanos que se “trapiñarán” el cuerpo, en esta defensa a ultranza de los lúgubres cementerios, no hay sencillamente nada del mensaje de universal amor del Nazareno. La Iglesia interpreta, más bien sigue interpretando y están en su derecho, pero estaría bien que así lo hiciera constar. Guías y maestros de las más diferentes escuelas y tradiciones espirituales abogan por la cremación. Dice el maestro tibetano Djwhal Khul: “Es algo afortunado y feliz que la cremación se vaya imponiendo. Dentro de un tiempo la tarea de sepultar a los muertos en la tierra será contraria a la ley y la cremación obligatoria como medida saludable y sanitaria. Desaparecerán eventualmente esos lugares síquicos e insalubres llamados cementerios, así como la adoración a los antepasados”. Afirman esas tradiciones espirituales serias, mayormente orientales, que con la cremación estaríamos impidiendo al alma la tendencia a un descenso que le perjudica. Se beneficiaría claramente con las llamas. No encontraría ningún “punto de enfoque”, no se sentiría atraída por ninguna “vibración terrestre”.
El abuelo nunca ocupó el “bote de la mermelada”, nunca estuvo allí dentro, ni siquiera sus restos, a lo sumo el frasco de cristal contuvo las cenizas de su “carcasa” material ya seriamente deteriorada. No seríamos cuerpos, seríamos almas que toman circunstancialmente cuerpo, almas destinadas a volar cuando el cuerpo ya no sirve, cuando le llega la hora de la mal llamada muerte. El cuerpo en descomposición es siempre un motivo de lastre para el alma que aspira remontar otras dimensiones. Hay otras razones profilácticas como el impedimento de la propagación de enfermedades, razones higiénicas, amén de otras más profundas y ocultas que irán viendo la luz. Por ahora, ante la sorprendente encíclica, poner en valor la máxima suprema y elemental de la libertad, el principio de consideración fraterna de las razones del otro.
“Las cenizas deben ir a un lugar sagrado” reza la reciente e incomprensible encíclica condenatoria, pero yo pensé que toda la Tierra inmensa era sagrada, era Hogar de mi Padre, no sólo el perímetro del templo cristiano. Yo pensé que la Creación entera era sagrada, pues sagrado es su Origen. Descansen nuestros restos en tierra “desacralizada”, si esa firme voluntad nuestra sirve para empujar la conciencia del humano hacia una mayor congruencia, pero sobre todo a un mayor respeto hacia el hermano/a y sus creencias.
Nos vamos con nuestras cenizas a otro lado, porque en realidad nunca fuimos, ni seremos esas cenizas. El cuerpo fue vehículo preciado, maravilloso, inigualable, pero funda, urna, envoltura al fin y al cabo. Nos vamos con nuestras cenizas a buscar otros vientos que esparzan ancho, que soplen fuerte para suscitar mayor lógica y generosidad en los corazones de la Curia romana, en otros corazones por la rígida ortodoxia acartonados
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Comentarios desactivados en Lutero no protestaría contra la indulgencia revisada por Francisco
De su blog Vivir y pensar en la Frontera:
Estos días en que luteranos y católicos se abrazan en una reinterpretación histórica de la Reforma, es apropiado recordar la revisión que hizo Francisco sobre el tema de las indulgencias cuando proclamó el Año de la misericordia.
Hoy podemos afirmar que Lutero no protestaría contra la manera de entender la indulgencia por el actual obispo de Roma. Es un momento histórico oportuno para reiterar la explicación de la indulgencia según Francisco, tal como se publicó en este blog de RD al comienzo del Año de la Misericordia.
En el catecismo aprendimos de pequeños: “¿Qué creéis en la comunión de los santos? Que los unos fieles participamos de los bienes espirituales de los otros, como miembros de un mismo cuerpo”. Nos enseñaron lo que significa la comunión de los santos, es decir, la comunicación y circulación de la gracia del Espíritu Santo entre todas las personas creyentes, vivas o difuntas: “Yo rezo por tí, tú rezas por mí, y también rezamos por las personas difuntas y con ellas, que también rezan por nosotros”. Como circula la sangre por todo el cuerpo, llevando oxígeno y vida a todas las células, así circula la gracia del Espíritu Santo por todos los miembros del cuerpo de la iglesia. Esta unión se llama Comunión de los santos, intercambio de méritos y oraciones entre quienes están unidos a Cristo y unidos entre sí por la acción del Espíritu Santo.Con una imagen actual, podríamos decir:Conexión por la Red de Gracia, Internet del Espíritu Santo
El Papa Pablo VI reformó la doctrina sobre las indulgencias (1967); quería evitar los abusos y exageraciones de la Edad Media, que luego criticó Lutero. Pero incluso después de esta reforma todavía se siguió hablando del perdón y la indulgencia con comparaciones jurídicas, penales o mercantiles, por ejemplo, pena, culpa, castigo, compensación, precio, cancelación,etc., adornado todo ello barrocamente con fuegos de purgatorios y almas separadas en una antesala de espera dantesca para el permiso de entrada al Paraíso…
El Papa Francisco, en la Bula de Proclamación del Jubileo de la Misericordia, redescubría “la” Indulgencia (en cursiva, y en singular), más allá de “las” indulgencias (en plural). La llamaba “Indulgencia misericordiosa” y reinterpretaba las indulgencias; en vez de tratarlas como rebajas penales o mercantiles, de pena o de precio, las veía como sanación y rehabilitación, intercambio de oraciones y comunicación de misericordia. Conservaba así lo principal de la enseñanza tradicional e insistía en la Comunión de los Santos, que había sido deformada a lo largo de los siglos. Hablaba así Francisco de perdón e indulgencia con comparaciones de: curación, rehabilitación, fortalecimiento e intercesión.
Acentuaba Francisco la circulación de la misericoridia divina por todos los miembros de la Iglesia, como la sangre por todo el cuerpo. “La Iglesia vive, decía Francisco en la Misericordiae vultus, en la comunión de los santos”. La misericordia es fuente inagotable de agua reconstituyente, y rehabilitadora (metáforas terapéuticas) y se difunde por una red de comunicación que extiende sin fin sus conexiones (metáforas informáticas).
La indulgencia es terapia para la convalecencia del corazón, después de curarse por el perdón el pecado como enfermedad; es también extensión universal de las redes de comunicación de la gracia; es comunicación ilimitada y plenaria de la misericordia, gracia y paz que brotan de la actividad del Espíritu Santo en el cuerpo eclesial.
No recurría Francisco a ninguna de las manerase medievales exageradas de hablar de indulgencias con comparaciones penales de cancelación de años o días de castigo con fuegos de purgatorios o cancelación del pago de una multa, o las imágenes mercantiles de rebajas en precios de saldo.
En cambio, Franciso usaba, en aquel documento de proclamación del Año de la misericordia, otras comparaciones mejores y nmás apropiadas para reinterpretar y hacer evolucionar la doctrina sobre la indulgencia. Francisco usaba comparaciones medicinales, comunicativas y orantes; se comprende así mejor el sentido de la indulgencia como rehabilitación, capacitación, fortalecimiento o vitaminas reconstituyentes.
El Papa Francisco nos invitó a vivir el Jubileo con júbilo por la misericordia La imagen de las redes de comunicación vale para hablar de la difusión de la misericordia. “La Iglesia vive la comunión de los santos, es capaz con su oración de ir al encuentro de la debilidad de unos con la santidad de otros. Vivir la indulgencia en el Año Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza de que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente… ” (id.)
“No obstante el perdón, llevamos en nuestra vida las contradicciones que son consecuencia de nuestros pecados. En el Sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, que realmente quedan cancelados; y, sin embargo, la huella negativa que los pecados dejan en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece. La misericordia de Dios es incluso más fuerte que esto. La misericordia se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Iglesia, alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado”(Misericordiae vultus, n. 22).
Comentarios desactivados en Católicos y luteranos se comprometen a “eliminar los obstáculos que nos impiden la plena unidad”
Francisco y Munib Younam firman una histórica declaración conjunta en Lund
“Instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero y defender los derechos de los refugiados”
(Jesús Bastante/Agencias).- “Nosotros, luteranos y católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo”. Con un histórico abrazo, el Papa y el presidente de la Federación Luterana Mundial, Munib Younam, firmaron una declaración conjunta, tras la oración ecuménica en Lund.
En el texto, ambas iglesias se comprometen a “seguir juntos en el servicio, defendiendo los derechos humanos y la dignidad, especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda forma de violencia”.
“Dios nos convoca para estar cerca de todos los que anhelan dignidad, justicia, paz y reconciliación. Hoy, en particular, elevamos nuestras voces para que termine la violencia y el radicalismo, que afecta a muchos países y comunidades, y a innumerables hermanos y hermanas en Cristo”, añade el texto, que rechaza “de manera enérgica, todo odio y violencia, pasada y presente, especialmente la cometida en nombre de la religión”.
Luteranos y católicos, así, reclaman “un cambio de corazón y mente que conduzca a una actitud amorosa y responsable en el cuidado de la creación”. Cincuenta años después del comienzo del diálogo, ambas iglesias “ya no son extrañas” y han aprendido que “lo que nos une es más de lo que nos divide”.
Ambos reconocen que “luteranos y católicos han dañado la unidad de la Iglesia” por culpa de “prejuicio y los conflictos“, que hicieron que “la religión fue instrumentalizada con fines políticos”.
“Nuestra fe común en Jesucristo y nuestro bautismo nos pide una conversión permanente, para que dejemos atrás los desacuerdos históricos y los conflictos que obstruyen el ministerio de la reconciliación”, concluye el documento, que se compromete a “eliminar los obstáculos restantes que nos impiden alcanzar la plena unidad”.
Se asegura que muchos miembros de ambas comunidades anhelan recibir la Eucaristía en una mesa, como expresión concreta de la unidad plena (…). Anhelamos que sea sanada esta herida en el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de nuestros esfuerzos ecuménicos, que deseamos que progresen, también con la renovación de nuestro compromiso en el diálogo teológico”, agrega el texto.
Ésta es la declaración conjunta:
Con ocasión de la Conmemoración conjunta Católico – Luterana de la Reforma
Lund, 31 de octubre de 2016
«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí» (Jn 15,4).
Con corazones agradecidos
Con esta Declaración Conjunta, expresamos gratitud gozosa a Dios por este momento de oración en común en la Catedral de Lund, cuando comenzamos el año en el que se conmemora el quinientos aniversario de la Reforma. Los cincuenta años de constante y fructuoso diálogo ecuménico entre Católicos y Luteranos nos ha ayudado a superar muchas diferencias, y ha hecho más profunda nuestra mutua comprensión y confianza. Al mismo tiempo, nos hemos acercado más unos a otros a través del servicio al prójimo, a menudo en circunstancias de sufrimiento y persecución. A través del diálogo y el testimonio compartido, ya no somos extraños. Más bien, hemos aprendido que lo que nos une es más de lo que nos divide.
Pasar del conflicto a la comunión
Aunque estamos agradecidos profundamente por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma, también reconocemos y lamentamos ante Cristo que Luteranos y Católicos hayamos dañado la unidad vivible de la Iglesia. Las diferencias teológicas estuvieron acompañadas por el prejuicio y por los conflictos, y la religión fue instrumentalizada con fines políticos. Nuestra fe común en Jesucristo y nuestro bautismo nos pide una conversión permanente, para que dejemos atrás los desacuerdos históricos y los conflictos que obstruyen el ministerio de la reconciliación. Aunque el pasado no puede ser cambiado, lo que se recuerda y cómo se recuerda, puede ser trasformado. Rezamos por la curación de nuestras heridas y de la memoria, que nublan nuestra visión recíproca. Rechazamos de manera enérgica todo odio y violencia, pasada y presente, especialmente la cometida en nombre de la religión. Hoy, escuchamos el mandamiento de Dios de dejar de lado cualquier conflicto. Reconocemos que somos liberados por gracia para caminar hacia la comunión, a la que Dios nos llama constantemente.
Nuestro compromiso para un testimonio común
A medida que avanzamos en esos episodios de la historia que nos pesan, nos comprometemos a testimoniar juntos la gracia misericordiosa de Dios, hecha visible en Cristo crucificado y resucitado. Conscientes de que el modo en que nos relacionamos unos con otros da forma a nuestro testimonio del Evangelio, nos comprometemos a seguir creciendo en la comunión fundada en el Bautismo, mientras intentamos quitar los obstáculos restantes que nos impiden alcanzar la plena unidad. Cristo desea que seamos uno, para que el mundo crea (cf. Jn 17,21).
Muchos miembros de nuestras comunidades anhelan recibir la Eucaristía en una mesa, como expresión concreta de la unidad plena. Sentimos el dolor de los que comparten su vida entera, pero no pueden compartir la presencia redentora de Dios en la mesa de la Eucaristía. Reconocemos nuestra conjunta responsabilidad pastoral para responder al hambre y sed espiritual de nuestro pueblo con el fin de ser uno en Cristo. Anhelamos que sea sanada esta herida en el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de nuestros esfuerzos ecuménicos, que deseamos que progresen, también con la renovación de nuestro compromiso en el diálogo teológico.
Pedimos a Dios que Católicos y Luteranos sean capaces de testimoniar juntos el Evangelio de Jesucristo, invitando a la humanidad a escuchar y recibir la buena noticia de la acción redentora de Dios. Pedimos a Dios inspiración, impulso y fortaleza para que podamos seguir juntos en el servicio, defendiendo los derechos humanos y la dignidad, especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda forma de violencia. Dios nos convoca para estar cerca de todos los que anhelan dignidad, justicia, paz y reconciliación. Hoy, en particular, elevamos nuestras voces para que termine la violencia y el radicalismo, que afecta a muchos países y comunidades, y a innumerables hermanos y hermanas en Cristo. Nosotros, Luteranos y Católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo.
Hoy más que nunca, comprendemos que nuestro servicio conjunto en este mundo debe extenderse a la creación de Dios, que sufre explotación y los efectos de la codicia insaciable. Reconocemos el derecho de las generaciones futuras a gozar de lo creado por Dios con todo su potencial y belleza. Rogamos por un cambio de corazón y mente que conduzca a una actitud amorosa y responsable en el cuidado de la creación.
Uno en Cristo
En esta ocasión propicia, manifestamos nuestra gratitud a nuestros hermanos y hermanas, representantes de las diferentes Comunidades y Asociaciones Cristianas Mundiales, que están presentes y quienes se unen a nosotros en oración. Al comprometernos de nuevo a pasar del conflicto a la comunión, lo hacemos como parte del único Cuerpo de Cristo, en el que estamos incorporados por el Bautismo. Invitamos a nuestros interlocutores ecuménicos para que nos recuerden nuestros compromisos y para animarnos. Les pedimos que sigan rezando por nosotros, que caminen con nosotros, que nos sostengan viviendo los compromisos de oración que manifestamos hoy.
Exhortación a los Católicos y Luteranos del mundo entero
Exhortamos a todas las comunidades y parroquias Luteranas y Católicas a que sean valientes, creativas, alegres y que tengan esperanza en su compromiso para continuar el gran itinerario que tenemos ante nosotros. En vez de los conflictos del pasado, el don de Dios de la unidad entre nosotros guiará la cooperación y hará más profunda nuestra solidaridad. Nosotros, Católicos y Luteranos, acercándonos en la fe a Cristo, rezando juntos, escuchándonos unos a otros, y viviendo el amor de Cristo en nuestras relaciones, nos abrimos al poder de Dios Trino. Fundados en Cristo y dando testimonio de él, renovamos nuestra determinación para ser fieles heraldos del amor infinito de Dios para toda la humanidad.
(Guillermo Ortiz – RV).- Desde la realidad del corazón de Cristo en el Evangelio, poco antes de su entrega definitiva en la cruz, y afirmando que ahí “podemos sentir sus latidos de amor por nosotros y su deseo de unidad para todos los que creen en él”, Francisco expresó el 31 de octubre, en la Oración Ecuménica: “queremos manifestar nuestro deseo común de permanecer unidos a él para tener vida”. Y rezó: “Señor, ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a ti para dar juntos un testimonio más eficaz de fe, esperanza y caridad”.
En su alocución el Obispo de Roma dijo que Católicos y Luteranos han empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación y reconoció que “nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente“. Y afirmó que:
“la experiencia espiritual de Martín Lutero nos interpela y nos recuerda que no podemos hacer nada sin Dios. ‘¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?’. Esta es la pregunta que perseguía constantemente a Lutero. En efecto, la cuestión de la justa relación con Dios es la cuestión decisiva de la vida. Como se sabe, Lutero encontró a ese Dios misericordioso en la Buena Nueva de Jesucristo encarnado, muerto y resucitado. Con el concepto de ‘sólo por la gracia divina’, se nos recuerda que Dios tiene siempre la iniciativa y que precede cualquier respuesta humana, al mismo tiempo que busca suscitar esa respuesta. La doctrina de la justificación, por tanto, expresa la esencia de la existencia humana delante de Dios”.
El Papa continuó explicando la importancia del testimonio cristiano de unidad. Dijo que “Jesús intercede por nosotros como mediador ante el Padre, y le pide por la unidad de sus discípulos ‘para que el mundo crea’ (Jn. 17,21). Esto es lo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús para pedirlo con insistencia: ‘Danos el don de la unidad para que el mundo crea en el poder de tu misericordia’. Este es el testimonio que el mundo está esperando de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona. Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta“.
Texto completo de las palabras de Papa Francisco en la Catedral de Lund
«Permaneced en mí, y yo en vosotros» (Jn 15,4). Estas palabras, pronunciadas por Jesús en el contexto de la Última Cena, nos permiten asomarnos al corazón de Cristo poco antes de su entrega definitiva en la cruz. Podemos sentir sus latidos de amor por nosotros y su deseo de unidad para todos los que creen en él. Nos dice que él es la vid verdadera y nosotros los sarmientos; y que, como él está unido al Padre, así nosotros debemos estar unidos a él, si queremos dar fruto.
En este encuentro de oración, aquí en Lund, queremos manifestar nuestro deseo común de permanecer unidos a él para tener vida. Le pedimos: «Señor, ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a ti para dar juntos un testimonio más eficaz de fe, esperanza y caridad». Es también un momento para dar gracias a Dios por el esfuerzo de tantos hermanos nuestros, de diferentes comunidades eclesiales, que no se resignaron a la división, sino que mantuvieron viva la esperanza de la reconciliación entre todos los que creen en el único Señor.
Católicos y luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación. Ahora, en el contexto de la conmemoración común de la Reforma de 1517, tenemos una nueva oportunidad para acoger un camino común, que ha ido conformándose durante los últimos 50 años en el diálogo ecuménico entre la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica. No podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros. Tenemos la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros.
Jesús nos dice que el Padre es el dueño de la vid (cf. v. 1), que la cuida y la poda para que dé más fruto (cf. v. 2). El Padre se preocupa constantemente de nuestra relación con Jesús, para ver si estamos verdaderamente unidos a él (cf. v. 4). Nos mira, y su mirada de amor nos anima a purificar nuestro pasado y a trabajar en el presente para hacer realidad ese futuro de unidad que tanto anhela.
También nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez. Se tiene que reconocer con la misma honestidad y amor que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel, que siempre y en todo lugar necesita estar guiado con seguridad y ternura por su Buen Pastor. Sin embargo, había una voluntad sincera por ambas partes de profesar y defender la verdadera fe, pero también somos conscientes que nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente.
El Papa Juan Pablo II decía: «No podemos dejarnos guiar por el deseo de erigirnos en jueces de la historia, sino únicamente por el de comprender mejor los acontecimientos y llegar a ser portadores de la verdad» (Mensaje al cardenal Johannes Willebrands, Presidente del Secretariado para la Unidad de los cristianos, 31 octubre 1983). Dios es el dueño de la viña, que con amor inmenso la cuida y protege; dejémonos conmover por la mirada de Dios; lo único que desea es que permanezcamos como sarmientos vivos unidos a su Hijo Jesús. Con esta nueva mirada al pasado no pretendemos realizar una inviable corrección de lo que pasó, sino «contar esa historia de manera diferente» (COMISIÓN LUTERANO-CATÓLICO ROMANA SOBRE LA UNIDAD, Del conflicto a la comunión, 17 junio 2013, 16).
Jesús nos recuerda: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Él es quien nos sostiene y nos anima a buscar los modos para que la unidad sea una realidad cada vez más evidente. Sin duda la separación ha sido una fuente inmensa de sufrimientos e incomprensiones; pero también nos ha llevado a caer sinceramente en la cuenta de que sin él no podemos hacer nada, dándonos la posibilidad de entender mejor algunos aspectos de nuestra fe. Con gratitud reconocemos que la Reforma ha contribuido a dar mayor centralidad a la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. A través de la escucha común de la Palabra de Dios en las Escrituras, el diálogo entre la Iglesia Católica y la Federación Luterana Mundial, del que celebramos el 50 aniversario, ha dado pasos importantes. Pidamos al Señor que su Palabra nos mantenga unidos, porque ella es fuente de alimento y vida; sin su inspiración no podemos hacer nada.
La experiencia espiritual de Martín Lutero nos interpela y nos recuerda que no podemos hacer nada sin Dios. «¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?». Esta es la pregunta que perseguía constantemente a Lutero. En efecto, la cuestión de la justa relación con Dios es la cuestión decisiva de la vida. Como se sabe, Lutero encontró a ese Dios misericordioso en la Buena Nueva de Jesucristo encarnado, muerto y resucitado. Con el concepto de «sólo por la gracia divina», se nos recuerda que Dios tiene siempre la iniciativa y que precede cualquier respuesta humana, al mismo tiempo que busca suscitar esa respuesta. La doctrina de la justificación, por tanto, expresa la esencia de la existencia humana delante de Dios.
Jesús intercede por nosotros como mediador ante el Padre, y le pide por la unidad de sus discípulos «para que el mundo crea» (Jn 17,21). Esto es lo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús para pedirlo con insistencia: «Danos el don de la unidad para que el mundo crea en el poder de tu misericordia». Este es el testimonio que el mundo está esperando de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona. Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta.
Luteranos y católicos rezamos juntos en esta Catedral y somos conscientes de que sin Dios no podemos hacer nada; pedimos su auxilio para que seamos miembros vivos unidos a él, siempre necesitados de su gracia para poder llevar juntos su Palabra al mundo, que está necesitado de su ternura y su misericordia.
Comentarios desactivados en Francisco prepara la rehabilitación de Martín Lutero: “Lutero fue un reformador en un momento difícil, puso la Palabra de Dios en manos de los hombres”
El Papa Francisco, junto a la estatua de Martín Lutero
Francisco defiende la reforma en una entrevista a La Civilità Cattolica antes de viajar a Suecia
El Papa podría proponer la fórmula de la “intercomunión” con los luteranos
Para Bergoglio, el agustino “era un reformador, y en aquel tiempo la Iglesia no era un ejemplo a imitar”
“El proselitismo es una actitud pecaminosa, que pretende convertir la iglesia en una organización“
(Jesús Bastante).- El 31 de octubre de 1517, el agustino Martín Lutero clavaba en la puerta de la iglesia de Wittemberg sus famosas 95 tesis, en las que denunciaba la corrupción y la venta de indulgencias en la Iglesia de Roma. Este fue el germen del segundo gran cisma de la Historia de la Cristiandad, tras el que en 1054 separó a católicos y ortodoxos. Ahora, 499 años después, Francisco quiere sentar las bases para acabar con la división entre católicos y luteranos.
Francisco ha querido viajar a Suecia para abrir la conmemoración del “Año Lutero”, que culminará justo dentro de un año, cuando se cumpla en V Centenario de la Reforma. Aunque oficialmente no se quiere hablar de “celebración”, lo cierto es que el camino a seguir sugiere un momento histórico para el ecumenismo.
Y es que el Papa prevé “rehabilitar a Martín Lutero”. No es posible, como recordó recientemente Kurt Koch, responsable de Ecumenismo de la Santa Sede, levantar la excomunión al fraile (esto solo puede hacerse en vida), pero sí reconocer -el Papa ya lo ha hecho- que “las intenciones de Martín Lutero no estaban erradas“, tal y como afirmó a su vuelta del viaje a Armenia, y ha vuelto a repetir en una entrevista, intencionadamente concedida a La Civiltà Cattolica, días antes de su visita a Suecia.
“Era un reformador, tal vez algunos métodos no fueron correctos, más en aquel tiempo, si leemos la historia del pastor alemán luterano que se convirtió y se hizo católico, vemos que la Iglesia no era precisamente un modelo a imitar: había corrupción, mundanismo, el apego a la riqueza y el poder“, subrayó Bergoglio.
Reconocer que Lutero tenía razón en muchas de las cosas que defendió, y que el futuro ecuménico no depende tanto de anatemas y condenas anteriores, sino de comprensión y fe compartida en el presente y el futuro, supone un paso adelante histórico, pues implica reconocer que no fue un hereje y, sobre todo, que su gesto fue necesario.
“La diversidad es lo que quizá nos hizo tanto daño a todos y hoy procuramos la manera de encontrarnos después de 500 años. Creo que lo primero que hay que hacer es orar juntos. Después debemos trabajar por los pobres, los refugiados, tantas personas sufriendo, y, por último, que los teólogos procuren estudiar juntos… Se trata de un largo camino”, reconocía Francisco, quien esta misma semana se encontraba con teólogos protestantes en el Vaticano, y posaba sonriente ante una efigie de Martín Lutero.
“No todos los días un papa conmemora a Lutero”, comentaba esta semana el portavoz del Vaticano, Greg Burke, al recalcar la importancia histórica de la visita que se inicia mañana. Bergoglio, desde hace décadas, mantiene relaciones de hermandad con líderes ortodoxos y evangélicos, en una suerte de “ecumenismo real” que puede llevar a toda la Iglesia a romper definitivamente con las diferencias doctrinales y centrarse no tanto en una unidad física de confesiones, sino en una unión en el camino de construir un mundo según los designios del Evangelio.
“El proselitismo es pecado”, ha vuelto a decir el Papa. Y es que el futuro no parece estar en una unidad de iglesias, sino en un trabajo común, y en la confesión mutua al mismo Dios. Algo que, en la práctica, ya se hace. Especialmente en aquellos rincones del mundo donde, a día de hoy, ser cristiano supone estar cerca de la muerte y del martirio. “Es el ecumenismo de la sangre”, ha dicho en más de una ocasión Bergoglio.
El lema del viaje a Suecia no ha sido escogido al azar. “Juntos en la esperanza”, es toda una declaración de intenciones. Para ponerlo más claro, el Papa ha anunciado que hablará en español en todas sus intervenciones, lo que sugiere que tiene previsto improvisar en su lengua materna, y nadie descarta que pueda realizar algún “anuncio sorpresa”.
¿Cuál podría ser? Fuentes vaticanas apuntan a la posibilidad de permitir la llamada “intercomunión”, un término que suele utilizarse para designar la participación común en la eucaristía entre cristianos cuyas iglesias no están en comunión entre sí. La mera posibilidad de que ésto pueda producirse ha llevado a los cardenales más ultraconservadores, como Raymond Burke, a amenazar con otro cisma si esto se produce.
Obispos luteranos y católicos han expresado su deseo de que el Papa permita la intercomunión, por lo menos, en un primer momento, para los luteranos casados con católicos. El Papa ha mostrado apertura a que los luteranos reciban la Comunión junto con los católicos y el año pasado dijo a una mujer luterana que «siguiera adelante» guiada por su conciencia. También el año pasado, un pastor luterano de Roma insistió en que el Papa había «abierto la puerta» a la intercomunión entre católicos y luteranos después de que el Papa visitara una comunidad luterana y afirmara que las dos religiones «debían caminar juntas».
El viaje del pontífice para conmemorar uno de los momentos más difíciles de la historia católica, suscita críticas entre los sectores más conservadores, que la consideran inadecuada. Para Koche, “Lutero no quería dividir la Iglesia. No quería crear dos iglesias. Quería reformar la Iglesia Católica, pero en aquel momento no era posible, y dio lugar a la división de los cristianos y ha terribles guerras de religión”, resumió el purpurado.
Además del diálogo interreligioso, Francisco aprovechará para lanzar desde el estadio Malmö un nuevo llamamiento de solidaridad con los refugiados y por la paz, dos temas que unen a católicos y protestantes. Entre los invitados a narrar el propio testimonio en el estadio figura el religioso colombiano Hector Fabio Henao, quien hablará del proceso de paz en Colombia, así como el Obispo de Alepo, la ciudad siria que sufre constantes bombardeos.
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(Jesús Bastante).- “Lutero fue un reformador en un momento difícil, dio un gran paso para poner la Palabra de Dios en manos de los hombres”. Pocos días antes de su viaje a Suecia para participar en la conmemoración ecuménica de los 500 años de la Reforma luterana, el Papa Francisco ha concedido una entrevista a La Civilità Cattolica, en la que habla de los retos del ecumenismo, las tentaciones del proselitismo y el martirio de los cristianos en Oriente Medio.
“A mí me viene una sola palabra, cercanía. Mi esperanza es poder estar más cerca de mis hermanos y hermanas. La cercanía hace bien a todos. La distancia nos hace daño. Cuando nos alejamos, nos cerramos en nosotros mismos, y no hay unidad, somos incapaces de encontrarnos. Debemos empezar a encontrarnos unos a otros. Si no lo hacemos, enfermaremos de división. Mi esperanza es poder dar un paso hacia adelante, para estar más cerca de mis hermanos y hermanas, que viven en Suecia”, incide el Papa cuando se le pregunta por los objetivos de su visita.
Sobre Lutero, Francisco confiesa que “sólo puedo pensar en dos palabras: Reforma y Escritura“. Y es que, para el Papa, “Lutero fue un reformador en un momento difícil para la Iglesia. Lutero quiso poner remedio a una situación compleja. Después, en parte por situaciones políticas, y también religiosas, esa reforma se convirtió en separación y no en un proceso de reforma de toda la Iglesia, porque la Iglesia es semper reformanda“. Del mismo modo, Bergoglio asegura que “Lutero dio un gran paso para poner la Palabra de Dios en manos de los hombres“.
Para el Papa, “la reforma y la escritura son fundamentales para profundizar en la tradición luterana”, como él mismo pudo comprobar “en las congregaciones previas al cónclave”, en las que “los deseos de reforma estaban vivos y presentes en nuestros debates”.
“El diálogo teológico debe continuar, es un camino a seguir” sostiene, rotundo, el Papa, que recuerda el “gran documento ecuménico sobre la Justificación”. “Por supuesto, hay dificultades, pero hay que continuar el diálogo teológico”, añade Bergoglio, quien insiste en que “debemos perseverar en el entusiasmo por la oración y las obras de misericordia en común, es decir, el trabajo para ayudar a los enfermos, los pobres, los que están en prisión. Hacer algo juntos es una forma alta y eficaz de diálogo. También creo que la educación. Es importante trabajar juntos y no forma sectaria”.
En todo, caso, “debemos tener muy claro que el proselitismo es pecado“, subraya Francisco, quien recuerda cómo “Benedicto XVI ya dijo que la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción. El proselitismo es una actitud pecaminosa, que pretende convertir la iglesia en una organización“.
Frente a esta actitud, el Santo Padre propone otra: “Hablar, rezar, trabajar juntos: este es el camino que debemos tomar. Cuando los cristianos son perseguidos y asesinados lo son por ser cristianos, no porque sean luteranos, calvinistas, anglicanos, católicos u ortodoxos. Hay un ecumenismo de la sangre“.
Sobre la matanza de Niza, el Papa recordó la reciente reunón de Asís, en la que “todos hemos dicho que no se puede hacer la guerra en nombre de la religión, o de Dios. Eso es una blasfemia, es satánico”.
Sobre el terrorismo, Francisco incidió en que “toda persona es capaz de convertirse en un terrorista con el simple uso de la lengua. No hablo de los conflictos que se hacen abiertamente, como la guerra. Estoy hablando de un terrorismo solapado, oculto, que tira palabras como bombas”, y eso duele mucho (…)Es necesario un cambio profundo de corazón para vencer esta tentación “.
Sobre la situación de los cristianos en Oriente Medio, el Papa se mostró convencido de que “el Señor no abandonará a su pueblo”. En su opinión “Oriente Medio es una tierra de mártires“.
Recordando su visita a Lesbos, Bergoglio narró cómo “me encontré con un padre con dos hijos. Me dijo que estaba enamorado de su esposa. Él es musulmán y ella era cristiana. Cuando llegaron los terroristas, querían llevarse la cruz, y ella se negó, y fue sacrificada delante de su marido y sus hijos. Y siguió diciéndome: ‘Yo la amo tanto, que la quiero tanto’. Sí, es una mártir. Pero el cristiano sabe que hay esperanza. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos“.
Comentarios desactivados en Varios obispos aperturistas hacia la realidad LGTB entre los nuevos cardenales de la Iglesia católica
El papa Francisco ha nombrado 17 nuevos cardenales, de los cuales 13 son cardenales electores, esto es, con derecho a voto en un cónclave. Nombramientos que según las primeras interpretaciones suponen un reforzamiento del “ala moderada” de la Iglesia católica. Sin entrar en estas valoraciones, lo cierto es que algunos de los nuevos cardenales han destacado en sus declaraciones sobre la realidad LGTB en un sentido más o menos positivo, lo que no deja de ser un pequeño avance. Eso sí, sin alejarse en ningún caso de la doctrina oficial de la Iglesia.
Sin ánimo de exhaustividad, hacemos hoy un breve repaso de aquellos con derecho a voto el el cónclave que han hecho las declaraciones, a nuestro juicio, de mayor relevancia. Incluimos también a Carlos Osoro, que no ha hecho afirmaciones tan explícitas como las de sus compañeros, pero sobre el que teniendo en cuenta el particular contexto español no podemos pasar por alto.
Jozef De Kezel, arzobispo de Malinas-Bruselas (Bélgica)
Cuando Jozef De Kezel fue nombrado arzobispo de Malinas-Bruselas y primado de Bélgica, en noviembre del año pasado, destacó la necesidad de respetar a las personas homosexuales: “Hay que respetar a quienes son homosexuales. La Iglesia tiene sus razones para no reconocer un matrimonio homosexual, que yo acepto. El respeto de unos y otros es un valor importante del Evangelio pero también de la cultura moderna”. De Kezel, por cierto, sustituyó en su cargo al polémico André-Joseph Léonard, quien llegó a calificar el sida como una forma de “justicia inmanente”.
Bien es cierto que con un antecesor así se entiende que ya en su momento las asociaciones LGTB belgas recibieran con alivio el nombramiento de De Kezel para la principal archidiócesis del país. Así lo hizo por ejemplo la Rainbow House, federación que reúne a 45 colectivos. O la Communauté du Christ Libérateur (asociación LGTB cristiana de Bruselas), que aseguró tener un recuerdo positivo de su periodo como obispo auxiliar de Bruselas, cargo que ocupó años atrás, y recordarlo como “un hombre curioso, abierto y lleno de respeto hacia todas las personas”.
Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago (Estados Unidos)
Otro nuevo cardenal que merece nuestra atención es Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago. Con ocasión del pasado Sínodo de la Familia, Cupich afirmó en rueda de prensa que debía escucharse a las personas LGTB: “De hecho, conté con sus voces como parte de mis consultas. Pero creo que nos podríamos beneficiar de las voces reales de personas que se sienten marginadas antes que recibirlas filtradas a través de las voces de otros representantes o de los obispos. Si realmente vamos a acompañar a la gente, tenemos primero que involucrarnos con ellos. En Chicago, me reúno regularmente con gente que se siente marginada, ya sean personas mayores, divorciados y vueltos a casar, gais y lesbianas como personas individuales y también parejas”.
Igualmente, con ocasión de la masacre homófoba de Orlando, Cupich destacó por dirigirse explícitamente a las personas LGTB en una carta y mostrarles su apoyo: “A vosotros hoy aquí, y a toda la comunidad gay y lesbiana, particularmente afectados por los espantosos crímenes cometidos en Orlando, motivados por el odio, conducidos quizá por la inestabilidad mental, y ciertamente estimulados por una cultura de la violencia, sabed esto: la archidiócesis de Chicago está con vosotros”.
Maurice Piat (arzobispo de Port Louis, Mauricio)
Otro nuevo cardenal con menor repercusión en los medios pero cuyas posiciones resultan interesante desde nuestro punto de vista es Maurice Piat, que procede de Mauricio. Por un lado, el arzobispo de Port Louis hace una valoración inequívocamente negativa de la realidad LGTB (sin llegar a los extremos de otros jerarcas), mientras que por el otro insiste en el “sufrimiento” que según él viven las personas homosexuales y la necesidad de “acogerlas”: “Personalmente, creo que las personas homosexuales viven un gran sufrimiento. No pueden formar una familia con hijos nacidos de ellos mismos. Creo que no es fácil para un hombre o una mujer asumir esta situación y puedo comprender que defiendan el matrimonio para todos. Pero la verdad que hay que decir a los homosexuales es acompañarles en su sufrimiento, acompañarles donde están, allí donde nos encontramos con ellos”.
Estaría por ver, en eventuales discusiones sobre la realidad LGTB, en qué se traduce concretamente esta idea de que las personas LGTB se definen, según él, por su “sufrimiento”…
Carlos Osoro, arzobispo de Madrid (España)
Incluimos en esta lista al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. En este caso, la valoración tiene que ser ambivalente. Osoro entró en el arzobispado de Madrid presentándose como obispo de una Iglesia en la quenadie “sobra”, lo que se leyó como adhesión al estilo pastoral de Francisco. Y una de sus primeras decisiones como sucesor de Antonio María Rouco Varela fue la de poner fin a la conocida “misa de las familias” en la madrileña plaza de Colón. Un evento que empezó en 2006 como una muestra de fuerza de Rouco Varela frente a las reformas sociales del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (muy especialmente la aprobación del matrimonio igualitario) y en el cual siempre tuvieron un papel fundamental el Camino Neocatecumenal (los ”kikos”).
Sin embargo, en una reciente entrevista tras su nombramiento, Osoro ha mostrado su perfil más conservador al asegurar que la familia es el mejor antídoto “contra la ideología de género”. Ciertamente, poco antes subraya el valor de la “misericordia” ante la mención por el periodista del acompañamiento a “homosexuales” de que habla Jesús. Con todo, esto no es impedimento para decir que “Toda ideología nos separa, nos rompe, elimina a unos para poner a otros. Busca el interés personal o los intereses de un grupo. ¿Cómo se elimina? Tengo mi teoría. La familia es el mejor antídoto para eliminar esta ideología”.
Se suman a los arzobispos de Viena y Berlín
Estos nuevos cardenales, en cualquier caso, refuerzan el grupo de los “moderados” en el cónclave. En clave LGTB, los cardenales De Kezel y Cupich, sobre todo, engrosan un grupo en el que ya están Christoph Schönborn, de Viena, y Rainer Maria Woelki, de Berlín. El primero avaló a un gay con pareja para que formara parte del consejo parroquial, y posteriormente felicitó a Conchita Wurst por su triunfo en Eurovisión, afirmando entonces que: “En el colorido jardín de Dios hay una variedad de colores. No todos que han nacido como seres masculinos se sienten como hombre, y lo mismo del lado femenino. Merecen como persona el mismo respeto al que todos tenemos derecho”. Woelki, por su parte, afirmó que las parejas del mismo sexo debían considerarse análogas a las heterosexuales: “cuando las personas aceptan una responsabilidad mutua, cuando viven en una relación de pareja homosexual duradera, eso se debe considerar de manera similar a una relación de pareja heterosexual”.
Si bien siguen constituyendo un grupo pequeño, estos cardenales abiertos a la realidad LGTB tienen ya un peso específico significativo, sobre todo por las importantes diócesis que representan (Malinas-Bruselas, Chicago, Viena, Berlín). Está por ver qué efecto puede tener a medio y largo plazo. Con todo, y aunque los arcanos de las elecciones papales los dejamos para los expertos vaticanistas, merece destacarse que, de cara a la elección de un nuevo papa, aumenta el número de electores que buscarían un perfil moderado. Solo el tiempo dirá en qué desemboca la combinación de estos elementos.
Las mujeres, no solo las feministas, se preguntan por qué en la Iglesia católica las mujeres no forman parte de la jerarquía (diaconado, presbiterado, episcopado), cuando en la Iglesia Luterana y en la Iglesia Anglicana hay pastoras ordenadas y obispas.
El argumento que se suele dar en contra del ministerio femenino es que Jesús eligió 12 apóstoles varones. En este sentido tanto Pablo VI como Juan Pablo II cerraron la puerta al ministerio femenino en la Iglesia católica.
Pero estas decisiones papales no son infalibles y los argumentos que aducen son más sociológicos y anatómicos que teológicos. El patriarcalismo dominante en Israel impedía que Jesús hubiera nombrado a mujeres entre los 12 apóstoles que representaban a las 12 tribus de Israel. Por otra parte Jesús no quiso establecer una nueva sociedad religiosa sino inspirar un camino evangélico que con el tiempo se tenía que estructurar a la luz del Espíritu. Además, Jesús, en contra de la costumbre de su tiempo, habla con mujeres, las sana y perdona y las admite en su grupo de discípulos. Jesús resucitado se aparece a las mujeres antes que a los apóstoles y María Magdalena es considerada la apóstol de los apóstoles. En Pentecostés el Espíritu desciende sobre hombres y mujeres.
En las comunidades fundadas por Pablo aparecen mujeres en cargos importantes de gobierno: Febe, Junia, Prisca, María, Trifena, Trifonia, Pérside, etc. Teológicamente hablando tanto el varón como la mujer son imagen de Dios.
Lo que sucedió es que las estructuras patriarcales greco-romanas, los prejuicios acerca de la inferioridad de las mujeres, el ansia de poder patriarcal… excluyeron a las mujeres de los ministerios. Las razones de tal exclusión son sociológicas, no teológicas y nacen de una lectura literalista y fundamentalista de la Escritura y del ansia de poder.
El 12 de mayo último, en una reunión del Papa Francisco con la Unión de Superioras Generales, una de ellas preguntó qué impide que la Iglesia ordene diaconisas como sucedió en la Iglesia primitiva, puesto que las mujeres trabajan en la Iglesia, enseñan, acompañan a enfermos y pobres, presiden la liturgia en ausencia del sacerdote… El Papa ante este cuestionamiento ha nombrado una comisión de expertos y expertas para estudiar el diaconado femenino y su presencia en la Iglesia primitiva.
Se abre pues una puerta al ministerio femenino, una puerta que hasta ahora parecía definitivamente cerrada. Confiamos que esta apertura pueda conducir a los demás ministerios femeninos en la Iglesia. Esto nos daría una imagen de Iglesia jerárquica menos hierática y poderosa, más humana y tierna, más alegre y sencilla, más cercana al pueblo y a los pobres.
Comentarios desactivados en La “compañía” del Papa Francisco, a las “personas de condición homosexual”
En el avión de su vuelta del Cáucaso al Vaticano el Papa Francisco I, en las acostumbradas ruedas de prensa a bordo declaró que:
“Yo acompañé en mi vida de sacerdote, de obispo, también de Papa, acompañé a personas con tendencias homosexuales, y también con prácticas homosexuales. Las acompañé, las acerqué al Señor: algunos no pueden, pero yo los acompañé y nunca los abandoné” y “Las personas -agregó- deben ser acompañadas como las acompañó Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición llega a Jesús, Jesús no dirá seguramente ‘vete porque eres homosexual”. El Papa también recordó su encuentro con la persona transexual española en el Vaticano. Y sobre la familia: “La imagen de Dios es el hombre con la mujer, juntos, que son una sola carne cuando se unen en el matrimonio. Esta es la verdad. Dividirlos es ensuciar, es desfigurar la imagen de Dios”.
César Cigliutti, Presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) dijo que “Hay que hacer varias aclaraciones a estas afirmaciones del Papa, cuando era obispo declaró una “guerra santa” frente al matrimonio igualitario cuando estaba en pleno debate en el Congreso de La Nación. Su actitud se expresa en un lenguaje discriminador y homofóbico, cuando se refiere a “tendencias homosexuales” o a las personas que tienen esta “condición”. No es una cuestión de tendencias ni de condiciones, es nuestra identidad y orientación sexual. Y la frase final es totalmente agresiva hacia nuestra comunidad LGBTI, a nuestras familias y hacia las leyes de nuestra democracia. La “suciedad” y la “desfiguración de la imagen de Dios” sobre el matrimonio igualitario le corresponde con mayor justicia a los 3.420 sacerdotes acusados de abusar sexualmente a menores, según casos documentados por las Naciones Unidas. Si el papa quiere acompañar a las personas homosexuales que cambie el Catecismo, que nos define como “una desviación de la naturaleza”.
Pedro Paradiso Sottile, Secretario y Coordinador del Área Jurídica de la CHA manifestó que “En la CHA promovemos Estados laicos, impulsamos políticas públicas concretas, proponemos legislaciones inclusivas, luchamos por la libertad y la democracia sin ningún tipo de discriminación, contra todo fundamentalísimo religioso y político que nos condena o insulta por nuestras orientaciones sexuales e identidades de género y sus expresiones. No hay religiones ni fundamentalismos que puedan sostener la vergüenza de la desigualdad y la discriminación de las personas en toda su maravillosa diversidad. Sentimos orgullo por nuestras sexualidades e identidades, nuestros amores y familias, nuestros planes de vida y autonomía, nuestra libertad y voluntad de vivir como sentimos y queremos, con dignidad. Incluyendo también e derecho a profesar o no alguna de las religiones. Por ello no necesitamos acompañamiento o misericordia, juzgamiento o perdón, ni “limpiarnos” o “figurarnos” según un dogma que nos excluye y expulsa. Necesitamos el reconocimiento y ejercicio de nuestros derechos humanos, con libertad y sin discriminación ni imposición alguna, sin ninguna forma violencia”.
Si la máxima de Ortega, “yo soy yo y mis circunstancias” fuera cierta, no lo sería menos referida a la espiritualidad del ser humano. En cualquier circunstancia, una espiritualidad que diera la espalda a la realidad histórica estaría renunciando a un componente muy sustancial de su propia identidad, y, por eso mismo, estaría acumulando sobrados motivos para ser tachada de engañabobos. Pero, a su vez, una espiritualidad religiosa, cristiana, que renunciara a la tras”-des”-cendencia” y “calidez” del misterio, sería, cuando menos, imperfecta y difícil de entender. Uniendo ambas dimensiones, el papa Francisco, desde su llegada al obispado de Roma, no cesa de clamar contra la “cultura de la indiferencia” y de proponer como revulsivo “la revolución de la ternura”.
La espiritualidad en las religiones siempre ha estado tentada por el escapismo o la huida de la realidad, y por refugiarse en mundos imaginarios y fantásticos frecuentemente aberrantes. La historia, como se irá evidenciando en estas páginas, está cuajada de ejemplos en este sentido. Pero simultáneamente se ha venido desarrollando otro tipo de espiritualidad, generalmente incomprendida por las instituciones, que, desde tiempos inmemoriales, se ha ido haciendo cargo de las irritaciones y desafíos de la realidad. Las tradiciones bíblicas —desde los primeros capítulos del libro del Éxodo, pasando por los Salmos, Job y los profetas hasta Jesús de Nazaret— no han cesado de preguntarse, desde el lado oscuro de la historia, “¿dónde está tu Dios?”. Porque el Dios bíblico, descubierto como amor, es también Dios de justicia; siendo la justicia la mejor imagen que representa al Dios que es amor.
Desde el último cuarto del pasado siglo, el teólogo J. B. Metz ha venido calificando este tipo de espiritualidad, profundamente bíblico, como “Mística de ojos abiertos” (cfr. Por una Mística de los ojos abiertos. Cuando irrumpe la espiritualidad). Una espiritualidad samaritana que, en la terminología del mártir Ignacio Ellacuría, se hace cargo de, carga con, y se encarga de la realidad doliente. A juicio de este eminente teólogo de Münster, cofundador de la revista Concilium, se trata de una espiritualidad que, mirando de reojo al juicio evangélico de las naciones (Mt 25), asume como imperativo ético y político la centralidad y autoridad de las víctimas.
Pues la búsqueda incesante del ser humano por un más allá —que la teodicea reasume en la pregunta por Dios— solo se justifica plenamente desde el sufrimiento y la justicia debida a las personas que sufren y a las empobrecidas. Se trata entonces de una espiritualidad que sitúa en la encrucijada de la historia humana el conflicto entre la injusticia reinante (que proyecta el ser humano a una tarea mesiánica, liberadora) y la plenitud de la justicia que se espera del futuro.
Dedicamos estas páginas a Teresa de Ávila en el quinto centenario de su nacimiento. Es nuestro pequeño homenaje a esta mujer tan entrañablemente nuestra. Fue la suya una espiritualidad de “ojos abiertos”. Nos sigue cautivando aquel gracejo del que es ejemplo su disgusto ante el único retrato en su vida, que le hizo fray Juan de la Miseria: “Me habéis hecho fea y legañosa, fray Miseria, ¡Que Dios os lo perdone!”.
Nos sigue sorprendiendo la profundidad que una mujer “sin letras” —como ella misma se dice en el Libro de su Vida— llegó a cultivar su propio “huerto” y alcanzar una tal experiencia del ser humano y de la divinidad. Nos sobrecoge, sobre todo, su gran habilidad para moverse al filo de la censura doctrinaria de la institución y sortear las siempre amenazantes llamas de la Inquisición. La riqueza personal, de la que Teresa es plenamente consciente, la empuja a moverse con serenidad y sabiduría entre aquellas aguas turbulentas de la religión de su tiempo. El extraordinario temple de esta mujer singular se refleja plenamente en la confesión que le hizo a un fraile carmelita cuando ya rondaba los cincuenta años: “Sabed, padre, que en mi juventud me dirigían tres clases de cumplidos; decían que era inteligente, que era una santa y que era hermosa; en cuanto a hermosa, a la vista está; en cuanto a discreta, nunca me tuve por boba, en cuanto a santa, solo Dios sabe”.
Editorial del nº 127 de EXODO, espiritualidad: Teresa de Jesús, hoy
Comentarios desactivados en El obispo de Amberes, a favor del reconocimiento litúrgico de las parejas del mismo sexo
El obispo de Amberes, Johan Bonny, ha destacado la necesidad de integrar las parejas del mismo sexo en la Iglesia católica, también con celebración litúrgica. Así lo sostiene en un libro de entrevistas que se publica esta misma semana. Bonny se reafirma así en una postura que ya ha expresado con anterioridad.
Johan Bonny vuelve a destacar entre los obispos católicos por su postura inclusiva en materia LGTB. Lo hace en un libro que ha sido puesto a la la venta en Bélgica este 11 de octubre, y que recoge una serie de entrevistas con el teólogo Roger Burggraeve y la periodista Ilse Van Halst, de la publicación católica flamenca Kerk & Leven. Su título evoca unas célebres declaraciones del papa Francisco sobre las tres palabras más importantes en la familia: Permiso, perdón y gracias. Audaces diálogos sobre relaciones, matrimonio y familia (Mag ik? Dank je. Sorry.Vrijmoedige dialoog over relaties, huwelijk en gezin).
En dicho libro, según recoge el diario La Libre Belgique (tradicionalmente cercano al catolicismo belga), Bonny sostiene la primacía del matrimonio heterosexual y rechaza la equiparación de las parejas del mismo sexo o de otras parejas no casadas por la Iglesia a este. Sin embargo, Bonny también afirma que estas personas y sus relaciones deben tener un hueco en la comunidad católica. Más aún, considera que dicho lugar debe quedar marcado litúrgicamente. Es ahí donde realiza su propuesta más audaz: la elaboración de rituales de bendición para las parejas no casadas (diferentes, eso sí, del sacramento del matrimonio) entre las cuales incluye las del mismo sexo.
Un obispo que ya ha hecho declaraciones a favor de las personas LGTB
No se trata de la primera vez que el obispo de Amberes destaca por sus declaraciones sobre las personas LGTB. En septiembre de 2014, Bonny envió una carta al Vaticano a propósito de la celebración del Sínodo Extraordinario de la Familia. En ella pedía mayor respeto y un lenguaje más matizado ante realidades consideradas “irregulares”. Afirmaba entonces que la Iglesia católica debía “abandonar su actitud defensiva” en temas como la acogida de homosexuales, de los divorciados y vueltos a casar o de los jóvenes que viven en pareja sin estar casados, sosteniendo que estas situaciones “merecen mayor respeto y un juicio más matizado”.
Igualmente, en diciembre de 2014, el obispo de Amberes ya abogó por el reconocimiento litúrgico de las parejas del mismo sexo, lo que le costó la oposición de los sectores integristas. “Debemos buscar en el seno de la Iglesia un reconocimientoformal de la relación que también está presente en numerosas parejas bisexuales y homosexuales. Al igual que en la sociedad existe una diversidad de marcos jurídicos para las parejas, debería también haber una diversidad de formas de reconocimiento en el seno de la Iglesia“, declaró entonces. No especificó si este “reconocimiento formal” debería tener o no carácter litúrgico.
Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas
Lo cierto es que Bonny no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.
También destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.
Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.
Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El catolicismo alemán, punta de lanza
No es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.
Esta apertura a la realidad LGTB se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.
En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.
Comentarios desactivados en Colombia: la movilización LGTBfoba, una de las razones del triunfo del “no” al acuerdo de paz
Muy mala noticia para el colectivo LGTB el resultado del plebiscito sobre el acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC celebrado el pasado domingo. Con una participación del 34,7% del censo, el “no” se impuso con un 50,2% frente al 49,8% del “sí”. Todo apunta a que la movilización por el “sí”, que según las encuestas previas era la opción preferida de forma muy mayoritaria por el pueblo colombiano, fue menor que la del “no”. Aunque sin duda las causas del resultado son diversas, no conviene pasar por alto que detrás del rechazo al acuerdo de paz, que por primera vez incorporaba el enfoque de género y reconocía de forma específica a las víctimas LGTB, se encontraban los sectores conservadores más abiertamente homófobos, que de hecho no han dudado en utilizar este aspecto para hacer campaña.
Como explicamos días antes del plebiscito, por primera vez en un proceso de este tipo los acuerdos incorporan de forma expresa el enfoque de género y diversidad sexual, algo que fue especialmente celebrado por los colectivos LGTB colombianos, como Colombia Diversa o Caribe Afirmativo. Se reconoce como víctimas a las personas LGTB, se les permite exigir justicia individual y colectiva por los daños motivados por la LGTBfobia y se les reconoce el derecho a una atención diferencial y a una reparación integral. El acuerdo permite, asimismo, que las personas LGTB se involucren en la construcción de la paz, asegurándoles que los derechos adquiridos serán realidad en todos los territorios de Colombia.
Es por todo ello que los colectivos LGTB apoyaron de forma rotunda el “sí”, pero también que por ejemplo muchas iglesias evangélicas utilizaron el argumento de que Colombia sería entregada a la “dictadura homosexual” (también al “ateísmo” y al “castrochavismo”…) para movilizar a sus feligreses. El argumento de que los acuerdos de paz suponían la aceptación oficial de la “ideología de género” fue de hecho uno de los más utilizados por los partidarios del “no”. Es el caso, por mencionar solo un ejemplo, de la megaiglesia Misión Carismática Internacional, a la que ya hemos hecho alusión en alguna ocasión anterior, y que constituye uno de los principales apoyos del Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe, líder principal de la oposición al acuerdo de paz. Otro de los que han defendido ardorosamente el “no” es el pastor evangélico y concejal bogotano Marco Fidel Ramírez, que tras conocer el resultado celebró el, a su juicio, fracaso de la “agenda homosexual”:
Pero también líderes políticos católicos utilizaron este argumento, y ello a pesar de que el papa Francisco había mostrado expresamente su satisfacción por el acuerdo de paz (por lo que se refiere al plebiscito, la Iglesia católica mantuvo sin embargo la “neutralidad oficial”). Un ejemplo es el de Alejandro Ordóñez, que acaba de abandonar su cargo como procurador general, desde el cual ha liderado múltiples batallas contra los avances en materia LGTB que se han ido produciendo en Colombia en los últimos años. Ordoñez, cuya reelección como procurador el Consejo de Estado declaró nulo en septiembre, se convirtió en otro de los rostros del “no”. “La Colombia creyente tiene la obligación de votar ‘no’”, llegó a asegurar. “Aunque lo quieren negar, en más de 144 apartes del acuerdo hablan del enfoque de género, y en muchas de las utilizaciones de esa expresión está implícita la ideología de género”, fue una de las razones que argumentó.
El peligro: que una renegociación del acuerdo excluya al colectivo LGTB
Nadie sabe a ciencia cierta qué sucederá a partir de ahora. Tanto el presidente colombiano, Juan Manuel Santos (que este mismo viernes recibía un importante espaldarazo con la concesión del Premio Nobel de la Paz) como las FARC han anunciado su disposición a seguir avanzando en los acuerdos, pese al revés del plebiscito. Pero los opositores al proceso se sienten ahora legitimados y exigen una renegociación. En este contexto, pocos dudan de que uno de los puntos que peligran es precisamente su aspecto inclusivo.
De ahí que más de de 50 líderes LGTB colombianos hayan pedido expresamente a Juan Manuel Santos una cita para trasladarle la preocupación del colectivo por lo que puede suceder. “Rechazamos que las luchas sociales de los movimientos de mujeres y de sectores sociales LGBT sean estigmatizadas como ideologías foráneas o contrarias al bienestar social. No compartimos que los derechos de ningún sector social excluido o marginalizado como el nuestro y otros más, sean sometidos a las decisiones de mayorías, incluyendo los derechos de minorías políticas, sociales, étnicas o religiosas”, han expresado, de forma colectiva, los activistas, que exigen “que no se nos excluya de la posibilidad de vivir y participar en la construcción de una sociedad democrática y plural, manteniendo el enfoque de género y diversidad sexual en los acuerdos”.
No es un momento fácil para Colombia, y menos aún para sus ciudadanos LGTB, que además se enfrentan a serias amenazas (como la iniciativa de referéndum contra la adopción por parejas del mismo sexo y personas solteras que promueve la senadora Viviane Morales). En este contexto, lo sucedido el pasado domingo no es una buena señal. Como bien expresa Ferney Yesyd Rodríguez, colaborador de dosmanzanas desde Colombia, “en nuestro país, los defensores de derechos LGBTI, organizaciones feministas y derechos individuales en general saben que este saboteo al proceso de paz fue organizado por las iglesias para pedir los derechos alcanzados por las mujeres y la población LGBT en bandeja de plata”. Estaremos atentos a lo que sucede.
Exige que los expedientes de los curas pederastas sigan siendo confidenciales
Los supervivientes creen que es “otra táctica diseñada para evitar la transparencia“
“No ofrece ninguna protección a los que desean que se encaucen sus casos en lo penal o lo civil “
(C. Doody/Agencias).- Víctimas de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes -siempre y cuando no denuncien sus casos a las autoridades civiles- podrán buscar compensación de la archidiócesis de Nueva York. Los expedientes de sacerdotes pederastas, sin embargo -y de lo que la Iglesia hizo en lo que a ellos se refirió- se mantendrán confidenciales.
El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, anunció este jueves que la archidiócesis pedirá un préstamo a largo plazo para llegar a sus compromisos bajo un nuevo programa de compensaciones. Dijo que decidió crear el fondo en respuesta a supervivientes de abusos que le habían pedido “una señal tangible de la solicitud de la Iglesia y un sentido de reparación”. “Las heridas de muchos seguirán enconándose“, afirmó, “pero de forma muy entendible nos dicen que esperan más compasión“.
El establecimiento del nuevo fondo viene tras controversias en los últimos meses sobre una posible reforma de los plazos de prescripción para los abusos sexuales, cambio a que la Iglesia se ha opuesto firmamente.
Anne Barrett Doyle, codirectora de la web BishopAccountability.org -una asociación que defiende los derechos de supervivientes de abusos- dijo que la iniciativa de Dolan es solo “otra táctica diseñada para evitar la transparencia“.
La Red de Supervivientes de Abusos de Sacerdotes (Survivor’s Network of those Abused by Priests) asimismo condenó el nuevo plan, denunciando que no solo llega “muy tarde” sino que es una excusa para evitar la reforma del estatuto de limitaciones. “No estamos contentos con el anuncio”, dijo el director de SNAP, David Clohessy.
El programa de compensaciones comenzará con una primera fase que cubrirá a 150 víctimas que presentaron demandas en los pasados 30 o 40 años. La archidiócesis indicó que las personas con nuevos casos, que también crean que son elegible para una compensación, deben participar por su cuenta del programa, y estos serían evaluados en una segunda fase. Sin embargo, el nuevo plan -que solo se les aplicaría a víctimas de la archidiócesis de Nueva York, y no a las otras 7 diócesis del estado- no ofrece ninguna protección a los que desean que se encaucen sus casos en lo penal o lo civil, ni garantiza que se traiga a la luz el rol que ha llegado la Iglesia en el encubrimiento de casos.
Comentarios desactivados en Francisco: “Como Papa, acojo a los homosexuales y transexuales. Es lo que haría Jesús”
Ya estamos con las ambigüedades de Bergoglio… ¿alguien le puede decir que es mentira eso de que se está promoviendo el cambvio de sexo? ¡Que de lo que se trata es de no discriminar y aceptar la realidad transexual!
Francisco suaviza su tono hacia homosexuales y transexuales… mientras acusa a las escuelas de hacer “adoctrinamiento de la teoría de género”
El Papa relata su relación con Diego Neria, el transexual español al que recibió en el Vaticano
El papa Francisco es un hombre inteligente, como también lo era su predecesor. Pero a diferencia de aquel, el argentino es además un buen conocedor de los medios y un excelente administrador de sus recursos comunicativos. No resulta por tanto de extrañar que,después de sus recientes y muy duras palabras en Georgia sobre la “guerra mundial” contra el matrimonio y las maldades de la “teoría de género”, ya de regreso al occidente que lo ha mitificado como un hombre piadoso y compasivo haya querido dulcificar sus palabras. Ha contado, para ello, con la complicidad de los periodistas que le acompañaban en su viaje de regreso. En declaraciones concedidas durante el vuelo, Francisco recupera el tono melifluo para referirse al “acompañamiento” por parte de la Iglesia de personas homosexuales y transexuales, pero manteniendo la condena de la “teoría de género” y lanzando dardos envenenados contra la educación en la diversidad.
Visiblemente exhausto al cabo de tres días de viaje por Georgia y Azerbaiyán, el Papa Francisco ha manifestado en el vuelo de regreso a Roma que a las personas homosexuales y transexuales «se pueden y se deben acompañar espiritualmente como lo haría Jesús».
Nada mejor que leer la transcripción de las palabras del papa para ver hasta donde llega la misericordia y hasta donde la intolerancia. “Usted habló sobre la teoría de género que destruye el matrimonio. Como pastor, ¿qué le diría a una persona que sufre desde años con su sexualidad y que siente que su identidad sexual no corresponde a su identidad biológica?”, le preguntan, en referencia a las personas transexuales. Su respuesta:
Yo he acompañado en mi vida de sacerdote, de obispo e incluso como papa, a personas con tendencia y con prácticas homosexuales. Las he acompañado y las he acercado al Señor, algunos no pueden… Pero hay que acompañar a las personas como las acompaña Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición llega ante Jesús, Él seguramente no le dirá: “¡Vete, porque eres homosexual!”. Aquello sobre lo que hablé es esa maldad que hoy se hace con el adoctrinamiento de la teoría de género. Me contaba un papá francés que en la mesa estaba hablando con sus hijos, y le preguntó al hijo de 10 años: “¿Tú qué vas a ser de grande?” “¡Una chica!”. Y el papá se dio cuenta de que en los libros de escuela se enseñaba la teoría de género, y esto va contra las cosas naturales. Una cosa es que una persona tenga esta tendencia o esta opción, o incluso quien cambie de sexo. Otra cosa es enseñar en las escuelas esta línea, para cambiar la mentalidad. A esto yo le llamo “colonización ideológica”.
En su conferencia de prensa, el Santo Padre afirmó que «Jesús no les diría: “tú márchate porque eres homosexual”». Francisco recordó que en su etapa de sacerdote y obispo había acompañado espiritualmente a personas con tendencias homosexuales y que había conocido mejor los problemas de los transexuales a raíz de la carta que le escribió un ciudadano español –Diego Neira, autor de un libro sobre su propia experiencia, «El despiste de Dios. Cuadernos de viaje de un hombre que nació mujer»– que tuvo la suerte de ser entendido y acompañado por su obispo, «¡un excelente obispo!».
El Papa relató la cadena de circunstancias que le llevaron a recibirlo en su residencia de Casa Santa Marta en el Vaticano, junto con su esposa, y cómo pudo conocer mejor las dificultades que supone sentirse varón durante muchos años en el cuerpo de una niña o de una muchacha hasta la operación de cambio de sexo. Reveló también el modo en que esa persona fue maltratada por un sacerdote joven en contraste con el trato humano y evangélico de un sacerdote mayor. Al mismo tiempo, el Papa dejó claro que una cosa son los complicados fenómenos hormonales y otra muy distinta promover sutilmente el cambio de sexo en los libros de la escuela. Por ese motivo, a la «teoría del género», que promueve esos cambios, «yo la llamo colonización ideológica».
Tras estas palabras condenatorias de la “teoría de género” o de la “ideología de género”, el término que el ámbito más conservador utiliza para denigrar a buena parte de las reivindicaciones del colectivo LGTB (muy especialmente la lucha en favor de los derechos trans) y feministas, Francisco vuelve a tirar una vez más de la anécdota personal, en concreto de su encuentro con Diego Neria, un hombre transexual español, para dar testimonio de su lado más humano. Luego acaba utilizando en un tono bastante menos amable al referirse, en términos generales, a la realidad transexual, que equipara, en el mejor de los casos, a un “desequilibrio hormonal”:
El año pasado recibí una carta de un español que me contaba su historia de niño y de joven. Era una niña, una niña que había sufrido mucho. Se sentía chico, pero era físicamente una chica. Se lo contó a su mamá y le dijo que quería hacer una operación quirúrgica. La mamá le pidió que no lo hiciera, mientras ella estuviera viva. Era anciana, y murió poco después. Se hizo la operación, ahora es empleado en un ministerio en España. Fue a ver al obispo y el obispo lo ha acompañado mucho. Un buen obispo, este, “perdía” tiempo para acompañar a este hombre. Y luego se casó, cambió su identidad civil y él (que era ella pero era él) me escribió que para él habría sido de consuelo venir a verme. Los recibí. Me contó que en el barrio en el que vivía estaban el viejo sacerdote, el viejo párroco, y uno nuevo. Cuando el nuevo párroco lo veía, le gritaba desde la acera: “¡Te vas a ir al infierno!”. Cuando se encontraba con el viejo, le decía: “¿Desde hace cuánto que no te confiesas? Ven, ven…”. La vida es la vida, y hay que tomar las cosas como vienen. El pecado es el pecado. Las tendencias o los desequilibrios hormonales dan muchos problemas y debemos estar muy atentos al decir que es todo es lo mismo: cada caso, hay que acogerlo, acompañarlo, estudiarlo, discernir e integrarlo. Esto es lo que haría Jesús hoy. Por favor, no vayan a decir: “¡El Papa santificará a los trans!”. Ya estoy viendo las primeras planas de los diarios… Es un problema humano, de moral. Y hay que resolverlo como se puede, siempre con la misericordia de Dios, con la verdad, pero siempre con el corazón abierto.
Consciente de que el tema era delicado, Francisco advirtió a los periodistas: «No digáis que el Papa canoniza a los transexuales. Quiero ser claro. Es un problema moral. Se deben tratar con la misericordia de Dios y con corazón abierto».
Como era previsible, la inmensa mayoría de los medios generalistas ponen el acento en las palabras amables del papa hacía homosexuales y transexuales, cuando en realidad dichas palabras se encuadran dentro de la ortodoxia católica más rigurosa. Jerarcas católicos abiertamente homófobos, como por ejemplo Antonio Cañizares, no tiene el menor problema en asegurar, en referencia a gais y lesbianas, que “los estimo, los valoro en su dignidad que les corresponde como personas y me merecen el máximo respeto”.“Quien haya seguido mi trayectoria como sacerdote, como obispo o como cardenal, sabe que no excluyo a nadie sea del color que sea, de la religión que profese, de su manera de pensar que respeto, y de la condición que sea”, aseguraba el arzobispo de Valencia hace solo unas semanas. “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”, dice por ejemplo el Catecismo de la Iglesia católica.
No, las palabras de Francisco no suponen novedad alguna sobre la doctrina oficial, condenatoria y excluyente, de la Iglesia católica hacia las personas LGTB. Sus palabras sobre las educación en la diversidad son, de hecho, un buen reflejo de lo poco que se ha movido la institución con Francisco. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que las legítimas esperanzas que los católicos aperturistas, en general, y los creyentes LGTB, en particular, alumbraron en la primera etapa de su pontificado se vean satisfechas. Ver, por otra parte, como otras iglesias cristianas sí avanzan en un sentido inclusivo hace que la situación resulte aún más descorazonadora.
En su larga conferencia de prensa, el Papa repitió que viajará a Colombia «solo cuando el acuerdo de paz esté verdaderamente blindado», dando claramente a entender que todavía no lo está pues hay muchos peligros por el camino, y eso significa que no se puede dar el viaje por seguro.
Francisco sorprendió a los periodistas anunciando que en el 2017 viajara a la India y Bangla Desh, así como a un país de África, que prefirió no identificar pues la decisión final depende del clima, de las guerras y de otras variables difíciles de valorar con demasiada antelación.
El programa de viajes del próximo año incluye una visita a Fátima «solo de un día» el 13 de mayo de 2017, centenario de la primera aparición de la Virgen a los pastorcillos.
Naturalmente, sigue siendo imposible un viaje a China, pero el Papa comentó que en un reciente congreso sobre la encíclica ecológica «Laudato si» han participado representantes de la Academia de las Ciencias china y le llevaron un regalo del presidente de la República Popular, un gesto que significa considerarle amigo.
Aunque el Santo Padre prefirió no pronunciarse sobre los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos, su respuesta incluyó una referencia alos países «muy politizados pero en los que no hay una cultura política», como sucede con algunos de América Latina y también de otros lugares.
A una semana del anuncio del ganador del Premio Nobel de la Paz, el Papa confirmó que hay buenos candidatos y subrayó que hay muchísimas personas que trabajan por la paz, «pero sería bueno prestar más atención a las víctimas, a los enfermos de un hospital o los niños de una escuela que sufren bombardeos. Eso es un pecado».
Ésta es la transcripción de la entrevista a bordo del vuelo papal (vía Vatican Insider):
Usted habló sobre la teoría de género que destruye el matrimonio. Como pastor, ¿qué le diría a una persona que sufre desde años con su sexualidad y que siente que su identidad sexual no corresponde a su identidad biológica?
Yo he acompañado en mi vida de sacerdote, de obispo e incluso como Papa, a personas con tendencia y con prácticas homosexuales. Las he acompañado y las he acercado al Señor, algunos no pueden… Pero hay que acompañar a las personas como las acompaña Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición llega ante Jesús, Él seguramente no le dirá: “¡Vete, porque eres homosexual!”. Aquello sobre lo que hablé es esa maldad que hoy se hace con el adoctrinamiento de la teoría de género. Me contaba un papá francés que en la mesa estaba hablando con sus hijos, y le preguntó al hijo de 10 años: “¿Tú qué vas a ser de grande?” “¡Una chica!”. Y el papá se dio cuenta de que en los libros de escuela se enseñaba la teoría de género, y esto va contra las cosas naturales. Una cosa es que una persona tenga esta tendencia o esta opción, o incluso quien cambie de sexo. Otra cosa es enseñar en las escuelas esta línea, para cambiar la mentalidad. A esto yo le llamo “colonización ideológica”.
El año pasado recibí una carta de un español que me contaba su historia de niño y de joven. Era una niña, una niña que había sufrido mucho. Se sentía chico, pero era físicamente una chica. Se lo contó a su mamá y le dijo que quería hacer una operación quirúrgica. La mamá le pidió que no lo hiciera, mientras ella estuviera viva. Era anciana, y murió poco después. Se hizo la operación, ahora es empleado en un ministerio en España. Fue a ver al obispo y el obispo lo ha acompañado mucho. Un buen obispo, este, “perdía” tiempo para acompañar a este hombre. Y luego se casó, cambió su identidad civil y él (que era ella pero era él) me escribió que para él habría sido de consuelo venir a verme. Los recibí. Me contó que en el barrio en el que vivía estaban el viejo sacerdote, el viejo párroco, y uno nuevo. Cuando el nuevo párroco lo veía, le gritaba desde la acera: “¡Te vas a ir al infierno!”. Cuando se encontraba con el viejo, le decía: “¿Desde hace cuánto que no te confiesas? Ven, ven…”. La vida es la vida, y hay que tomar las cosas como vienen. El pecado es el pecado. Las tendencias o los desequilibrios hormonales dan muchos problemas y debemos estar muy atentos al decir que es todo es lo mismo: cada caso, hay que acogerlo, acompañarlo, estudiarlo, discernir e integrarlo. Esto es lo que haría Jesús hoy. Por favor, no vayan a decir: “¡El Papa santificará a los trans!”. Ya estoy viendo las primeras planas de los diarios… Es un problema humano, de moral. Y hay que resolverlo como se puede, siempre con la misericordia de Dios, con la verdad, pero siempre con el corazón abierto.
Usted ayer habló sobre una guerra mundial en contra del matrimonio, y usó palabras muy fuertes contra el divorcio, diciendo que ensucia la imagen de Dios. Pero en los últimos meses se había hablado de una acogida para los divorciados…
Todo eso que dije el sábado, con otras palabras, se encuentra en «Amoris laetitia» (la exhortación post-sinodal sobre la familia, ndr.): cuando se habla de matrimonio como unión de hombre y de la mujer, como imagen de Dios… (hombre y mujer, no solo hombre) que se vuelven una sola carne al unirse en el matrimonio. Esta es la verdad. Es cierto que en esta cultura, los conflictos, muchos problemas no solucionados y muchas “filosofías”, llevan a esta guerra mundial contra el matrimonio: debemos tener cuidado para no dejar que entren en nosotros estas ideas. Cuando se destruye la imagen de Dios, se desfigura la imagen de Dios. «Amoris laetitia» habla sobre cómo hay que tratar estos casos, las familias heridas, y tiene que ver la misericordia. Hay una oración muy bella de la Iglesia, y la rezamos la semana pasada: «Dios que tan maravillosamente has creado el mundo y más maravilloso lo has recreado con la redención y la misericordia». El principio es ese, pero las debilidades humanas existen, los pecados existen, pero siempre la última palabra no la tienen las debilidades, los pecados, ¡sino la misericordia!. En la Iglesia de Santa María Magdalena en Vézelay hay un capitel muy bello de 1200. Por una parte del capitel está Judas ahorcado, y de la otra está Jesús el Buen pastor que lo carga y se lo lleva consigo. Y si vemos bien la cara de Jesús, los labios están tristes, de un lado, y con una pequeña sonrisa de complicidad del otro. ¡Estos habían entendido qué es la misericordia! En el matrimonio hay problemas, y, ¿cómo se resuelven? Con cuatro criterios: acoger a las familias heridas, acompañar, discernir cada caso e integrar. Esto significa colaborar en esta recreación maravillosa que ha hecho el Señor con la redención. En «Amoris laetitia», todos van al capítulo octavo, pero hay que leerla toda, desde el principio hasta el fin. El centro es el capítulo cuarto, sirve para toda la vida. Pero hay que leerla toda, y releerla y discutirla toda, es un conjunto. Está el pecado, la ruptura, pero también está la cura, la misericordia, la redención. Leer más…
Comentarios desactivados en El papa Francisco vuelve a la carga contra la “teoría de género” y asegura ahora que hay una “guerra mundial” contra el matrimonio
Este hombre ha perdido el Norte, el Sur y hasta la razón… Y que haya quien todavía crea que es el papa que necesitábamos…
Cuestionado sobre los valores tradicionales y el valor del la familia durante una congregación católica en Georgia, el Papa se refirió a las teorías de género como uno de los principales enemigos del matrimonio tradicional, es más, fue más allá considerando que hay una guerra mundial (sic) para destruir el matrimonio – el matrimonio tradicional, considerado por él como la obra maestra de la sociedad – , no con armas sino con ideas, llamando a los miembros de su iglesia a defenderse para evitar la colonización ideológica.
Pero nos queda, para desenmascararlo, San Ignacio de Loyola quien pone en sus Ejercicios Espirituales, que Bergoglio conoce bien, especial énfasis en las Reglas de Discernimiento de Espíritus para no caer en el error de ver bien, donde hay mal…
[332] La cuarta. Propio es del ángel malo, que se forma sub angelo lucis, entrar con la ánima devota y salir consigo, es a saber, traer pensamientos buenos y santos conforme a la tal ánima justa, y después poco a poco procura de salirse, trayendo a la ánima a sus engańos cubiertos y perversas intenciones.
Así, hartirtos estamos de sus gestos baratos de aparente acogida y misericordia cuando en realidad, su pensamiento se basa en la eterna homofobia eclesial…
El Papa Francisco considera que las políticas de género forman parte de la guerra mundial contra los valores
Nuevas declaraciones apocalípticas del papa Francisco contra el matrimonio igualitario y los derechos LGTB. En el segundo día de su visita a la República de Georgia, el argentino ha denunciado una supuesta “guerra mundial para destruir al matrimonio” de la mano de la “teoría de género”. “Hoy no se destruye con armas, se destruye con ideas. Es la colonización ideológica la que destruye”, aseguró.
Fue en un encuentro con religiosos y agentes pastorales laicos, todos ellos católicos, que tuvo lugar en la Catedral de la Asunción de la Virgen de Tiflis, sede de la administración apostólica latina del Cáucaso. Una mujer, de nombre Irina, acompañada de su marido, le comentó al papa que las familias georgianas se enfrentan a los desafíos de “la globalización, que no tiene en cuenta los valores locales, nuevas visiones de la sexualidad como la teoría de género y la marginalización de la visión cristiana de la vida”. La mujer que hizo la pregunta y su marido actúan, según recoge The Catholic Herald, como consejeros para otras familias y les enseñan “planificación familiar natural”.
El papa Francisco le dio la razón. “Ha mencionado un gran enemigo del matrimonio, la teoría de género”, le respondió. Conviene recordar, en este punto, que “teoría de género” o “ideología de género” es el término que el ámbito más conservador utiliza para denigrar a buena parte de las reivindicaciones del colectivo LGTB (muy especialmente la lucha en favor de los derechos trans) y feministas. Sin profundizar demasiado, el papa añadió que hoy “existe una guerra global para acabar con el matrimonio”. “Hoy no se destruye con armas, se destruye con ideas. Es la colonización ideológica la que destruye”.
Sobre esa colonización ideológica a la que ya hizo referencia en su viaje Filipinas, el Papa Francisco se explayó: “A veces, algunos países ricos prometen ayudas económicas y como contraprestación intentan que los países intervenidos adopten políticas sociales como el matrimonio gay”
En el mismo acto, Francisco también tuvo palabras críticas contra el divorcio. “El matrimonio es la cosa más preciosa que ha creado Dios. En el matrimonio, el hombre y la mujer se convierten en una sola carne, la imagen de Dios. Cuando uno se divorcia, está mancillando la imagen de Dios”, aseguró, entre otras declaraciones muy duras hacia los matrimonios que se divorcian. El papa también defendió el acercamiento a la Iglesia ortodoxa georgiana, abrumadoramente mayoritaria en el país.
Poco queda ya, al menos por lo que a sus declaraciones públicas se refiere, del Francisco de la primera época, aquel del “¿quién soy yo para juzgar?” y de sus gestos mediáticos de moderada apertura a las personas LGTB.
Más de tres años y medio después de su acceso al pontificado, nada en absoluto ha cambiado en materia doctrinal, y cada vez que debe pronunciarse de forma concreta y específica más allá de palabras vacuas, lo hace siempre en contra de los derechos LGTB. Así lo hizo cuando apoyó a los partidarios de prohibir en referéndum el matrimonio igualitario en Eslovenia pocos días antes de su celebración (contribuyendo a la victoria del bando homófobo) o hace solo unos días, cuando avaló desde la Plaza de San Pedro las movilizaciones homófobas contra el matrimonio igualitario en México. Por no hablar de sus alabanzas al papel de la Iglesia católica de Eslovaquia en el referéndum homófobo celebrado en febrero del año pasado en ese país.
Pero también en sus discursos y declaraciones Francisco adopta un tono cada vez más abiertamente hostil hacia los derechos LGTB. En su ya famosa encíclica Laudato si’, Francisco vertía el que posiblemente ha sido el más importante ataque a las personas transexuales surgido del ámbito católico en los últimos años. Es, en concreto, en su punto 155, donde el papa aprovechaba para considerar que el respeto a la ecología incluye “la aceptación del propio cuerpo como don de Dios” y su “valoración en su femineidad o masculinidad” para “reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente”. Según aseguraba el papa, “cancelar la diferencia sexual” no es una actitud sana.
No era, de todas formas, su primer aviso de Francisco. “Pensemos en las armas nucleares, en su capacidad de aniquilar en unos pocos instantes un alto número de vidas humanas. Pensemos en la manipulación genética, en la manipulación de la vida, o en la teoría de género, que no reconocen el orden de la creación. Con esta actitud, el hombre comete un nuevo pecado contra Dios el Creador”, expresaba el papa solo unos meses antes de su encíclica.
Y como remate tenemos que referirnos, a las palabras del papa Francisco a un grupo de obispos polacos durante su estancia en Cracovia con ocasión de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Francisco, motu proprio y sin que nadie le preguntara por ello (respondía, en realidad, a una pregunta sobre la crisis de los refugiados), aseguró entonces que vivimos un momento de “aniquilación del hombre como imagen de Dios”, momento que relacionó con el hecho de que a los niños “se les enseñara en las escuelas” que cada uno puede “elegir su sexo”.
“Detrás de esto hay ideologías. En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas —lo digo claramente con «nombre y apellido»— es el gender. Hoy a los niños —a los niños— en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porque los libros son los de las personas y de las instituciones que dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible. Hablando con Papa Benedicto, que está bien y tiene un pensamiento claro, me decía: «Santidad, esta es la época del pecado contra Dios creador». Es inteligente. Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creado al mundo así, así, y nosotros estamos haciendo lo contrario. Dios nos dio un estado «inculto» para que nosotros lo transformáramos en cultura; y después, con esta cultura, hacemos cosas que nos devuelven al estado «inculto». Lo que ha dicho el Papa Benedicto tenemos que pensarlo: «Es la época del pecado contra Dios creador». Esto nos ayudará”, aseguró entonces Francisco.
Claro que es cuando echamos la vista aún más atrás y nos remontamos a la época en que Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la iglesia católica argentina cuando el tono apocalíptico del que es ahora papa aparece en todo su esplendor: “No se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo sino de una movida del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. Así se expresaba en el verano de 2010 Bergoglio, en plena discusión sobre el proyecto de ley de matrimonio igualitario en su país… Y este Bergoglio que llegó a calificar al matrimonio igualitario, que entonces se discutía en Argentina, como “pretensión destructiva al plan de Dios” movida por el mismo demonio, sin movérsele el solideo, aseguraba después, siendo ya papa, que ”no es necesario estar hablando sin cesar” del tema. De la misma forma, pocas semanas después de recibir en el Vaticano a un católico transexual español, se conocían los detalles de una entrevista en la que el papa comparaba la “teoría de género”con las armas nucleares.
Comentarios desactivados en El papa Francisco avala desde la Plaza de San Pedro las movilizaciones homófobas de México
Ninguna sorpresa por lo que a la capacidad de movilización de los homófobos se refiere: la gran marcha del denominado “Frente Nacional de la Familia” sobre México Distrito Federal ha sido en efecto un éxito. Al igual que sucediera hace dos semanas en las manifestaciones convocadas en las diferentes ciudades del país, decenas de miles de personas salieron a las calles este sábado, 24 de septiembre, para mostrar su oposición al matrimonio igualitario, en esta ocasión concentrados en la capital mexicana. Más sorprendente resulta el aval que la movilización, articulada en buena parte desde el sector más reaccionario de la Iglesia católica mexicana, ha recibido por parte del papa Francisco. Este mismo domingo el argentino ha querido expresar, durante su bendición dominical en la Plaza de San Pedro, su respaldo a la movilización homófoba.
“Me asocio con mucho gusto a los obispos de México en el sostener el empeño de la Iglesia y de la sociedad civil a favor de la familia y de la vida, que en este tiempo exigen especial atención pastoral y cultural en todo el mundo”, ha declarado el papa en Roma. Unas palabras que, en el contexto actual, suponen un espaldarazo al sector más ultra de la Iglesia católica mexicana.
Como contamos hace dos semanas, México vive en estos momentos un proceso parecido al que ya vivieron España en 2005 o Francia en 2012 y 2013. Eslóganes, logos, argumentos y escenografía son los mismos. El “Frente Nacional por la Familia”, a imitación del Foro Español de la Familia en España o la Manif por Tous en Francia, se ha constituido en eje articulador de los sectores homófobos de la sociedad mexicana. El desencadenante: el compromiso hecho público en mayo pasado por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, de promover la reforma tanto de la Constitución mexicana como del Código Civil federal para asegurar la plena vigencia del matrimonio igualitario en todo el país.
México es un país federal, en el cual cada estado goza de amplia autonomía legislativa y cuenta con códigos civiles propios. En este sentido, son ya varios los territorios que han aprobado el matrimonio igualitario (el primero fue el Distrito federal, allá por 2009. Fue, de hecho, el primer lugar de América Latina en hacerlo). Pero es que, además, la prohibición del matrimonio igualitario por los estados que aún no permiten su celebración es considerada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y, de hecho, en prácticamente todos los estados de México se han celebrado ya bodas por orden judicial.
Es por eso que, cinco años después de que el Distrito Federal lo aprobase, y después de toda una cascada judicial de fallos favorables, Peña Nieto decidía este año que había llegado la hora de que la legislación se armonizase, de acuerdo a las directrices de la Suprema Corte, y que Constitución y leyes federales reconociesen expresamente el matrimonio igualitario en todo el país. Un movimiento que despertó, casi de forma inmediata, las iras de la Iglesia católica mexicana, que, pese a haberse opuesto estado a estado al avance de los derechos LGTB, no había conseguido, en un país socialmente muy conservador pero de tradición política laica, cristalizar un movimiento homófobo organizado… hasta ahora.
Las palabras de Francisco, un gesto hacia los conservadores
Este mes de julio nos hacíamos eco, por ejemplo, de las opiniones expresadas en Desde la Fe, publicación semanal dependiente de la arquidiócesis de México, que atacaba el matrimonio igualitario con argumentos del tipo de “el cuerpo humano no está diseñado para la relación homosexual” . La publicación también entraba directamente en política atacando a Peña Nieto, al que acusaba de “conceder prestaciones y compensaciones multimillonarias a once ministros del Poder Judicial [en referencia a la Corte Suprema de Justicia] apoltronados y envueltos en carísimas togas de seda de más de medio millón de pesos, que encubren su pragmatismo y favoritismo por ideologías que dinamitan instituciones del Derecho, vulnerando preciadísimos valores sociales como el Matrimonio entre un hombre y una mujer, la protección de la familia o el respeto a la vida de los niños en el seno materno”. Una campaña de odio en toda regla que la Iglesia católica mexicana ha continuado promoviendo desde las páginas de Desde la Fe, que hace un par de semanas publicaba un lamentable artículo en defensa de las “terapias reparadoras” de la homosexualidad titulado “No se nace homosexual”.
¿Pero quién se encuentra detrás de toda esta movilización? Al frente de la arquidiócesis de México se sitúa Norberto Rivera, cardenal primado de México, conocido opositor a los derechos LGTB y un personaje especialmente siniestro. Fue acusado en su momento de encubrir varios casos de abusos sexuales a menores por parte del sacerdote Nicolás Aguilar, además de haber sido uno de los grandes protectores de Marcel Maciel (el fundador de los Legionarios de Cristo, otro personaje despreciable, ya fallecido, acusado también de múltiples abusos sexuales).
En julio ya mencionábamos que en el seno de la Iglesia mexicana parecía estar librándose una batalla soterrada entre sus sectores conservador, del que Rivera es máximo representante, y progresista, que cuenta por ejemplo entre sus filas con el obispo de Saltillo, José Raúl Vera, que siempre ha mostrado una especial sensibilidad hacia la realidad LGTB (hace un par de años recogíamos su mediático bautizo a la hija de una pareja de mujeres) y que en la visita que Francisco realizó hace pocos meses a México mostró una especial complicidad con el pontífice. Francisco, de hecho, acaba de nombrar un nuevo nuncio en México, Franco Coppola, cuya misión, según aseguraba el diario El País, es lidiar “con los sectores más inmovilistas del episcopado de México” y “dar un nuevo impulso a la regeneración de la conservadora Iglesia mexicana”.
Por eso produce especial desazón ver que ahora el papa, pudiendo haber optado por abstenerse y no hacer mención explícita a lo que está sucediendo, ha querido mostrar un gesto de apoyo al sector más conservador de la Iglesia católica mexicana, que ha sido capaz de armar contra los derechos LGTB una movilización que jamás se ha visto contra la pobreza, el narcotráfico, la corrupción o la violencia brutal que vive el país. Sea por conveniencia (no querer enfrentarse a un reforzado Rivera), sea por convencimiento, las palabras de Francisco suponen la enésima muestra de oposición a los derechos LGTB. Su “¿quien soy yo para juzgar?” parece cada vez más un recuerdo remoto.
Comentarios desactivados en Diego Neria: “El Papa me dijo que ‘si alguien te intenta apartar, el problema está en el que te aparta'”
El transexual que fue recibido por el Papa presentó “El despiste de Dios”
Padre Ángel: “Tu historia va a marcar un antes y un después en la vida de mucha gente”
(Cameron Doody).- Sobrino de la escritora María de la O Lejárraga, funcionario del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente, novio de Macarena… Diego Neria es todas esas cosas, pero se le conoce por ser el primer transexual recibido por el Papa. Al compartir con Diego la misma filosofía de comprensión y respeto ilimitados para todos, la ONG Mensajeros de la Paz quiso organizar este jueves una nueva presentación del libro en el que Diego cuenta su historia.
La presentación de El despiste de Diostuvo lugar en la sede de UGT en la calle Hortaleza, justo enfrente de aquel referente de inclusión incondicional, la iglesia madrileña de San Antón.
“Querer y dejarse querer”. El Padre Ángel, párroco de San Antón y fundador de Mensajeros, empezó el encuentro refiriéndose al lema de San Antón y afirmando que Diego encarna perfectamente tal eslogan. “A esta iglesia ha llegado gente que ha sido rechazada por otras iglesias, incluidas las católicas”, siguió.
Entre este colectivo situó a Diego, que lleva toda una vida intentando reconciliar su identidad sexual con su firme fe en Dios. Dirigiéndose al autor, el sacerdote afirmó que “solo puedo darte las gracias por tu coraje” en escribir el mismo. La historia de Diego, aseguró, “va a marcar un antes y un después en la vida de mucha gente”.
El Padre Ángel dio entonces la palabra a José Miguel Herrero Velasco, funcionario madrileño en la misma agencia estatal en la que trabaja Diego, desde Plasencia, quien compartió los mismos calificativos que usó el Padre Ángel para describir a su compañero. “Valiente, generosa, firme en sus creencias, pero sin rencor” fue el consenso. José Miguel expresó su admiración por su amigo y le animó a que siguiera luchando en sus compromisos con las personas -sobre todo los niños- que sufren cualquier tipo de discriminación.
Oportunidad tuvo el mismo Diego, entonces, para contarnos un poco de su experiencia. Tuvo una niñez “normal”, dijo, hasta que se dio cuenta, en su adolescencia, de que su mente y cuerpo no estaban acomodados. Al darte cuenta de que no pareces por fuera lo que eres por dentro, “te vas convirtiendo en un preso dentro de una cárcel”, relató. Tenía luego “lo que los demás llaman ‘normal'”, recordó -pareja, trabajo, sueños- hasta que decidió que quiso una reasignación de género. “Yo nací otra vez a los 40 años”, afirmó, pero aún le faltaba algo. Hubo “algo en mi interior que no [estaba] bien”. Lo que le hacía falta era poder vivir su espiritualidad.
Frente a los que no le entendían en la parroquia donde asistía -advirtiéndole que cómo se atrevía a entrar allí, incluso, y llamándole “hija del diablo”– Diego encontró un modelo a seguir en la persona del Papa Francisco. Decidió escribirle una carta al Papa y al tiempo éste le llamó. Al principio pensaba que hablaba con un operador de Movistar -dijo entre risas- pero cuando el pontífice le relató detalles de su misiva supo que era de verdad. Organizaron para él una audiencia privada en Roma, detalle de la cual que más le impresionó fue el aire de humildad genuina del Papa.“Cercanía impresionante, que te abraza, que no te hace besarle anillo”: así calificó Diego su reunión con Francisco, tras la cual “todas mis dudas se fueron” sobre si Dios le quería o no. “Me sentí limpio y seguro”, contó. Y reveló que todavía piensa en el consejo que le dio el Papa: “Si alguien te intenta apartar, piensa que el problema está en el que te aparta”.
Después de la audiencia, reveló Diego, empezaron las llamadas de personas de todo el mundo que denunciaban que querían entrar en la iglesia pero que las autoridades “les ponían verdes“. Fue entonces cuando Diego empezó con las labores en pro de las personas discriminadas que sigue desempeñando hasta hoy día. “No quiero ser un referente, pero quiero ayudar”: así es como ve Diego su misión ahora que siente el amor de Dios y el respeto de la máxima autoridad de la Iglesia.
Y tiene un mensaje para los católicos que aún no han entendido el mensaje evangélico de compasión e inclusión absoluta sobre el que ha puesto de nuevo el foco el Papa Francisco. “No te puedes apropiar de un Dios que no es solo tuyo”, les advirtió. El Creador nos ama igual a todos, da igual la raza, religión, clase social o identidad sexual que tengamos.
Pero como cabría esperar de un encuentro con un católico tan valiente, interesante y inspirador como es Diego, el acto no terminó en esa nota negativa. “A veces los problemas los creamos nosotros mismos, pues las soluciones también” dijo el autor, un recado que debe motivarnos a todos. En lo que se refiere a la discriminación que aún afecta a demasiados, opinó Diego que de lo que se trata es seguir contrarrestando a los discursos de odio. “Hacer balanza para vencer la parte que tanto daño ha hecho”. Ese el consejo de alguien que ha sufrido ese daño en su propia piel pero aún tiene la energía de mostrarnos un camino mejor.
Para saber más acerca del libro El despiste de Dios, pincha aquí:
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