La candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona defendió con orgullo las políticas homófobas del PP cuando era su portavoz
Antes de integrarse en Ciudadanos y ser candidata de este partido a la alcaldía de Barcelona, Carina Mejías fue portavoz del grupo popular en el Parlamento de Cataluña. Lo fue en una época en la que su partido de entonces se oponía con fuerza a la equiparación de los derechos de las personas LGTB, muy singularmente en Cataluña. No está de más recordar que Mejías, a la que las encuestan pronostican un papel muy destacado en la futura política municipal de Barcelona, defendió entonces con especial ahínco las políticas homófobas del PP.
En una carta dirigida en 2007 a Josep Miró i Ardèvol, presidente de la organización ultraconservadora E-Cristians -y que había mostrado su preferencia por Unió Democràtica de Catalunya sobre el PP como partido que se aproximaba mejor “a lo que se puede necesitar desde un punto de vista cristiano”- Carina Mejías presumía de las acciones que el PP había llevado a cabo contra la decisión de la Generalitat de Catalunya (entonces gobernada por una coalición de fuerzas de izquierda) de convertirse en miembro asociado de la ILGA o como protesta contra un festival de cine LGTB que según Mejías “utilizaba” en su publicidad la fotografía de un menor.
La ahora candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona le recordaba a Miró i Ardèvol que el presidente de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, tenía “inclinación a pactar con el PSOE, el partido impulsor de leyes que legalizan el matrimonio homosexual, regulan el matrimonio express, reduciéndolo a un simple papeleo, o no tienen pudor a dar su apoyo incondicional a la LOE, la Ley de Educación que incluye la asignatura de “educación para la ciudadanía”, legitimando así el adoctrinamiento moral de nuestros hijos”.
“El Partido Popular defendió el voto en contra de todas las iniciativas legislativas enunciadas por ser contrarias a sus principios ideológicos, inspirados en el humanismo cristiano, y a sus convicciones morales, y fue capaz de soportar con entereza durísimas descalificaciones por ello. Por eso nadie, podrá jamás cuestionar nuestra firmeza y nuestro compromiso”, añadía Carina Mejías.
Donde dije digo, digo Diego
Hace pocas semanas, Carina Mejías era preguntada por este asunto en Osoigo.com, una plataforma digital que permite hacer preguntas directas a los políticos que se dan de alta en ella. “Hace unos años, cuando era portavoz del PP catalán, usted dijo sentirse orgullosa de que el PP hubiera votado en contra del matrimonio homosexual por ir contra el ‘humanismo cristiano’. ¿Sigue sintiéndose orgullosa de que el PP, partido al que pertenecía, votara en contra de dotar de igualdad a los homosexuales?”, era la pregunta que le lanzaba un usuario, Raúl Pérez. “Siempre he sido partidaria del reconocimiento de los efectos jurídicos de las uniones entre personas del mismo sexo. Además, tras la contundente sentencia del Tribunal Constitucional que avaló la norma de 2005 se reconoció como plenamente legal y constitucional una realidad social”, respondía Mejías, que por cierto evitaba en todo momento el uso de la palabra “matrimonio” en su respuesta.
Una rectificación, por cierto, muy similar a la que en su momento hizo el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, al que dosmanzanas entrevistaba allá por 2006, cuando su partido era aún irrelevante en el mapa político estatal pero que ya emergía como “estrella” del panorama catalán (pocos días después era elegido diputado autonómico). “La igualdad no pasa por subvertir el sentido de las palabras, sino por garantizar que las diferencias no implican discriminaciones. Llamar matrimonio a una unión homosexual genera tensiones innecesarias y perfectamente evitables en la sociedad, sin aportar ninguna mejora a las parejas homosexuales ni a la calidad de su ciudadanía”, declaraba entonces a nuestro blog. Un año después Albert Rivera decía ya estar “a favor de los matrimonios homosexuales”.
Desde nuestro punto de vista, es legítimo evolucionar políticamente, y nos congratulamos de que políticos que antes decían oponerse al matrimonio igualitario ahora lo acepten. Ciudadanos, y eso merece la pena destacarse, votó a favor de la reciente ley catalana contra la LGTBfobia, y en el reciente debate organizado en Madrid por COGAM su número 3 al Ayuntamiento, Sofía Miranda, se mostraba a favor de avanzar en el mismo sentido en Madrid. En el caso de Carina Mejías, sin embargo, sí creemos que merece la pena destacarse su pasado opuesto a los derechos LGTB, especialmente por la contundencia que entonces mostró. No está de más recordar, por mencionar uno de los ejemplos que recogía en su carta al presidente de E-Cristians, la furibunda campaña de los sectores más conservadores de la sociedad catalana contra la decisión de la Generalitat de ingresar en ILGA, a la que el PP no dudó en sumarse en sede parlamentaria cuando Mejías era nada más y nada menos que su portavoz.
Fuente Dosmanzanas
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