Lapidaron a una mujer trans en Honduras: tenía 23 años
Luz Clarita Zúniga, una mujer trans de 23 años de edad, fue lapidada la tarde del viernes 1 de mayo en una de las calles de la costeña ciudad de La Ceiba, en Honduras, por lo que se convierte en el primer crimen de odio durante la crisis sanitaria por coronavirus.
De acuerdo a la policía nacional de Honduras, Luz Clarita estaba en situación de calle y fue atacada después de presuntamente discutir con otra persona en una calle de la ciudad costera, 394 kilómetros al norte de la capital Tegucigalpa.
“Las investigaciones preliminares suponen que la muchacha, el joven trans, estaba peleando con otro ciudadano. No le puedo decir por qué, le estoy diciendo, que según la población que lo conocía, es que deambulaba en las calles, estaba en una discusión”, dijo a Presentes Marcos López, de la policía de Honduras.
López confirmó a Presentes que están investigando el asesinato.
“Ya la dirección policial de investigación ya retomó el caso para continuar con las investigaciones para dar con el hechor, con el supuesto responsable del hecho”, agregó.
La Organización Prounión Ceibeña (OPROUCE) condenó el asesinato y exigió justicia para el hecho.
“Una vez más nuestra comunidad transgénera se viste de luto ante otro hecho de violencia escalonada hacia nuestra población vulneralizada. Un crimen basado en género y odio. Luz Clarita se suma así, a una lista interminable de transfeminicidios en nuestro país”, expresaron en un comunicado publicado en sus redes sociales.
“Nos asesinan por discriminación”
El Observatorio de Muertes Violentas de la Comunidad LGBTI en Honduras, de la Red Lésbica Cattrachas, ha registrado en 2020 seis crímenes en contra de personas LGBTI, de enero a mayo asesinaron a 4 hombres gay; 1 lesbiana y una mujer trans.
“Ella fue lapidada en La Ceiba. Ella era indigente y casi toda la información que tenemos histórica en el observatorio de gente indigente es que entre indigentes se matan. Es la única persona LGBTI asesinada durante dos meses en Honduras, teníamos cero asesinatos desde que comenzó la pandemia hasta ahora”, dijo a Presentes Indyra Mendoza, directora de la organización Cattrachas.
En los últimos diez años, las organizaciones reportan unos 317 crímenes por odio, de los cuales el 92 por ciento están impunes. Del total, 180 son hombres gays, 37 lesbianas y 100 personas trans.
“Nos asesinan por discriminación, por odio a nuestra población. Con esta pandemia nos hacemos más vulnerables por la pobreza y más si son trabajadoras sexuales porque ahorita no pueden trabajar para su alimentación o pago de renta”, dijo a Presentes Gabriela Redondo, directora del Colectivo Unidad Color Rosa con sede en la ciudad de San Pedro Sula.
Triángulo Norte: una región hostil para la población LGBTI
El Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador, continúa siendo una de las regiones más mortales para las poblaciones LGBTI del continente.
En 2019, las organizaciones registraron al menos 67 asesinatos en contra de la población LGBTI en la región norte de Centroamérica. La cifra ya superó en seis casos a los crímenes cometidos el año anterior, según un recuento elaborados por las instituciones.
De acuerdo al reporte, Honduras aparece a la cabeza de la lista de la región con 34 casos de crímenes de odio, seguido de Guatemala con 24 casos y El Salvador con nueve. Sólo han sido judicializados dos de estos asesinatos en El Salvador: el de Camila Díaz y el de Anahí Miranda.
En Honduras la cifra aumentó un 36 por ciento en relación a 2018, que fue de 25 casos. La mayoría de los crímenes fueron cometidos en contra de hombres gays con 19 casos; nueve mujeres trans y seis lesbianas murieron de manera violenta, según la organización Cattrachas.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ganó la reelección presidencial en 2017 de la mano del derechista y conservador Partido de Nacional de Honduras, que se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y promueven la lectura de la Biblia en las escuelas.
“Nos asesinan por discriminación, por odio a nuestra población. Con esta pandemia nos hacemos más vulnerables por la pobreza y más si son trabajadoras sexuales porque ahorita no pueden trabajar para su alimentación o pago de renta”, dijo a Presentes Gabriela Redondo, directora del Colectivo Unidad Color Rosa con sede en la ciudad de San Pedro Sula.
Discursos de odio desde las iglesias y el gobierno
En reiteradas ocasiones personas y organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado que los crímenes de odio contra las personas de la diversidad sexual son motivados por el prejuicio, alentado por sectores conservadores y religiosos, desde el propio gobierno.
En Honduras la comunidad LGBT forma parte un amplio sector vulnerable, que ha sido acorralado por un fundamentalismo religioso, que a través de las iglesias católica y evangélica, impone la agenda de las políticas públicas. Cada vez que los temas de avances en derechos son expuestos, la clase gobernante convoca a pastores y curas para que den sus puntos de vista desde el ámbito moral y religioso.
En noviembre de 2018 el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, del conservador y gobernante Partido Nacional, planteó la necesidad que se reformara el artículo 77 de la Constitución de la República para que los pastores y ministros de la fe puedan optar a cargos de elección popular.
“El postular a los pastores como parte de la política, da mucho que pensar, porque qué saben los pastores de política o qué saben los pastores de la crisis nacional que enfrentamos, más allá de un discurso religioso, basado en la fe y en la moral, y dentro de ese discurso, de esa visión de nación, las personas LGBT no existimos”, dijo Nahil Zerón´.
Derechos como el aborto, el matrimonio entre las parejas del mismo sexo, la adopción de menores a parejas del mismo sexo no forman parte de la agenda de las instituciones del Estado, incluso, en el año 2009, se prohibió la venta de la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia (PAE), por considerarse “
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Fuente Agencia Presentes
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