Por “cultura” y “cuestión religiosa” no se aprueba el matrimonio igualitario en Honduras.
En Honduras, al igual que en el resto de países de Centroamérica, no se permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Casi tres años han pasado desde que un grupo de la comunidad LGTB pidió abiertamente la legalización del matrimonio homosexual en Honduras.
Entonces, miembros de la organización Arcoiris de la capital de Honduras, simularon una boda en los bajos del Congreso Nacional, exigiendo igualdad de derechos.
Y es que según la Constitución de Honduras, “solo es válido el matrimonio civil entre hombre y mujer, celebrado ante funcionarios competentes y con las condiciones requeridas por la ley. Se prohíbe el matrimonio y la unión de hecho entre personas del mismo sexo”.
Por otro lado, tampoco se reconocen “los matrimonios entre personas del mismo sexo, celebrados o reconocidos bajo leyes de otros países, estas uniones no tendrán validez en Honduras”.
Días antes de la protesta de Arcoiris, la noticia de una supuesta boda entre homosexuales en la ciudad de La Paz, en la región central de Honduras, causó revuelo a nivel nacional.
La polémica surgió luego de que corriera el rumor en esa comunidad sobre la unión entre dos hombres, uno de ellos hondureño, y el otro, un puertorriqueño.
Aunque uno de los involucrados negó que se hubiera efectuado la unión, el tema comenzó a discutirse por parte de instituciones que promueven los derechos humanos y en los círculos políticos.
De agosto de 2011 a la fecha, el tema ha sido discutido; pero ningún decreto que promueva estas uniones ha sido introducido al Poder Legislativo y en su lugar, fue reformado el artículo del Código de la Familia donde se establece el reconocimiento del matrimonio entre un hombre y una mujer.
“Respeto, no critico, no acuso ni nada; pero el tema del matrimonio (entre dos hombres o dos mujeres) tiene otras características“, comentó a El Heraldo.hn la diputada Doris Gutiérrez.
La legisladora sostiene que “no hay ambiente” en el Congreso Nacional de Honduras para discutir el matrimonio homosexual, por razones de “cultura y una cuestión religiosa“.
“Hay posiciones muy fundamentalistas sobre el tema, entonces uno tiene que equilibrarse un poco. En el Congreso yo veo que el ambiente es un poco difícil. Hay una cuestión cultural y de mucho prejuicio“, señaló.
Fuente: El Heraldo (Honduras)
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