Una mujer transexual podría entrar en el congreso de Filipinas
Sin ser precisamente activista, a sus 49 años de edad, Geraldine Roman, residente en Orani, podría convertirse en la primera transexual que se cuela en el Congreso de Filipinas al ser la candidata del Partido Liberal para las elecciones que se celebran el lunes, 9 de abril. Ha asegurado que si sale elegida se centrará en los intereses de sus circunscripción, pero es consciente que la entrada de una persona de su condición en un país con un 80 % de católicos, donde la Iglesia sigue manteniendo un gran peso podría contribuir a la lucha contra la discriminación.
«Nunca he vivido en secreto», declara la aspirante, que ha sido blanco de insultos a lo largo de su campaña, pero no se ha dejado amilanar. Para ella la identidad sexual «sólo se convierte en un problema si uno no lo asume». De pequeña sufrió el acoso en la escuela, que pudo superar con el apoyo de su padre, iniciando su transición en los años noventa. Tiene dos másteres universitarios y habla español, francés e italiano. Ha trabajado como periodista para la agencia EFE, en España, pero hace cuatro años regresó a su país para cuidar de su padre, ahora fallecido.
En el caso de que consiga su victoria en las urnas señala que será «por encima de todo leal con el distrito de Bataan (…). Pero que una persona como yo entre en el Congreso significaría que también los transgéneros pueden servir a su país y no merecen discriminaciones». Un combate que podría no ser tan sencillo dado que desde 2001 los transexuales no pueden cambiar de nombre ni de sexo en Filipinas y un partido de la comunidad LGTB tuvo grandes problemas para presentar a sus candidatos en 2010, no consiguiendo ningún representante ni ese año ni en 2013. Por eso Roman promete apoyar si gana un proyecto de ley contra la discriminación, así como la legalización del cambio de sexo.
Geraldine Roman y sy familia Facebook – Foto: Uso permitido
Su programa se centra en las ayudas sanitarias, las becas y la modernización de los hospitales públicos y las carreteras. Sus posibilidades son bastante altas, dado que pertenece a una familia de importante peso político en el distrito de Bataan, al oeste de Manila, por el que se presenta. Tanto su padre como su madre fueron políticos muy populares, ejerciendo su madre durante tres mandatos en la cámara de representantes. Después de 16 años con la misma pareja, Geraldine Román sigue identificándose como católica, pero asegura que «si Jesucristo estuviese vivo hoy, desaprobaría las discriminaciones».
Sus principales rivales son el veterano político Rodrigo Duterte, alcalde de la localidad de Davao, que defiendo la lucha contra el crimen y la corrupción llegando a afirmar que va a matar a cinco criminales a la semana si sale elegido, motivo por el que está en el punto de mira de Human Rights Watch; y la joven promesa Grace Poe, hija adoptiva de una familia de conocidos actores filipinos que ha centrado su campaña en las mejoras sociales y la lucha contra la corrupción; pero el crecimiento económico histórico en el que vive el país gracias a Benigno Aquino, del Partido liberal al igual que Geraldine Roman y presidente desde 2010, podrían inclinar la balanza en favor de la candidata transexual.
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