El sueño de un refugio para mujeres trans en Perú ya es realidad
Este no es un viernes normal en la Av. César Vallejo Manzana G Lote 12 de Ate Vitarte, una ciudad de Lima Este con altos índices de violencia e inseguridad ciudadana. Mujeres trans van llegando para acompañar a Yefri Peña a la inauguración de lo que será la primera Casa Trans de Lima Este. Es un espacio de acogida para mujeres trans que estén de paso por su migración de la Sierra hacia la Costa, que son de la zona y necesitan informarse sobre sus derechos. Pero también para tener cobijo para el frío y el hambre que acecha la vida de esta población, la más vulnerable de un movimiento que viene luchando casi 40 años por derechos en el Perú.
Yefri va y viene por su casa, nerviosa, riéndose y a la vez preocupada, ultimando detalles de lo que será un día apoteósico para ella. Por fin, cerca de las 2 de la tarde de este día soleado, va a cumplir lo que en un principio solo era un sueño, uno de los sueños más locos que ha tenido y que poco a poco fue convirtiéndose en realidad gracias al apoyo de sus redes locales trans, sus amigxs y a una empresa privada.
La botella está esperando colgada en la puerta a que Yefri la rompa con el martillo que le han conseguido, su madre está a su lado todo el tiempo, viendo como le caen las lágrimas de felicidad. Dice que nunca se debe dejar de soñar, y que ahora va a poder ayudar aún más a su comunidad, va a generar trabajo para otras mujeres trans a través de la peluquería, en su oficina va a atender los casos de vulneración de derechos que viven, y también van a hacer despistaje de VIH y talleres de empoderamiento, porque en un mundo como este, hay que quererse mucho para enfrentar a la muerte.
Miluzka Lut, activista que viene promoviendo estas casas desde hace dos años: “Hay un número importante de mujeres trans que migran de espacios mucho más hostiles, sobre todo de la Sierra, de Huancayo, Huancavelica, Ayacucho. Hasta la actualidad no existe ninguna organización para mujeres trans en esa parte del país”.
A pesar de lo difícil que puede ser vivir como una mujer trans en la sierra peruana, ellas han logrado ocupar espacios culturales a través de bailes típicos de la zona: “Recientemente hemos tenido un encuentro en Huancayo”, nos sigue contando Miluzka, “la situación es dura en el marco del acceso a derechos fundamentales, es complicada por el tema de violencia, pero hay algo importante, que ellas se han posicionado en el tema cultural con la tunantada”.
Acompañamiento integral
La Casa Trans de Lima Este tiene tres objetivos: realizar despistajes de VIH a todxs lxs que se acerquen a sus instalaciones, registrar los hechos de violencia que viven las mujeres trans a través del sistema de Cedostal de la Red Lac Trans, y brindar talleres de empoderamiento y acompañamiento para que puedan optar por cupos laborales en las empresas asociadas a la ONG Presentes.
Gabriel de la Cruz, director de la ONG Presentes cuenta a este medio cómo fue la intervención de su organización para lograr habilitar la casa: “Yefri nos contó a principios de año que quería convertir su casa en un espacio de acogida para mujeres trans y darles apoyo y soporte de una forma más institucionalizada, ya que el apoyo y el soporte siempre han estado presentes entre ellas, así nos reunimos varios meses para ir pensando cómo lo lográbamos y cuáles serían los objetivos. Le escribí a varias empresas con las que trabajamos para pedir algún tipo de financiamiento y la que aceptó fue Uber. Gracias a su donación pudimos remodelar los ambientes e instalar todos los implementos para que empiece a funcionar, pero el siguiente paso era cómo hacerla sostenible, entonces hemos pensado en hacer talleres con las empresas a las que acompañamos para que ellas también puedan optar por cupos laborales en estas, y mientras mayor sea la oferta, más mujeres trans van a querer venir y capacitarse en este espacio”.
La empresa privada en el Perú suele ser la que abre más puertas a las posibilidades de inclusión de la población LGTBI, frente al abandono recurrente del Estado, sobre todo con las mujeres trans, que solo cuentan con normativas de salud en el tema del VIH, pero su acceso a educación, vivienda, justicia y trabajo todavía sigue siendo negado, lo que ocasiona profundas vulneraciones a su dignidad, las ubica en la extrema pobreza, las empuja a que laboren en actividades de riesgo, a que padezcan de enfermedades ligadas a la pobreza como tuberculosis y que mueran muy jóvenes.
Acceder a derechos humanos
La promoción de casas para una población altamente vulnerabilizada no solo por el VIH, sino también por la violencia de género, la exclusión y la desigualdad, genera que ellas puedan empoderarse, accedan a derechos humanos y reciban el acompañamiento necesario con el fin de eliminar las barreras legales, sociales, económicas y culturales que les impiden hasta ahora ejercer una ciudadanía real, con dignidad y justicia, erradicando la brecha de pobreza extrema en la que son subsumidas a través de la participación y colaboración entre ellas para que nunca pierdan las ganas de soñar.
Desde 2017 funciona también la Casa Trans Zuleimy como una oficina para incidir en la ley de identidad de género y otras actividades de fortalecimiento a la comunidad. Pero las mujeres trans siempre quisieron espacios de acogida para ellas, en donde pudieran sentirse seguras, y este anhelo se volvió a cumplir casi a fines del 2019. La Casa Trans de Lima Este se ha convertido en el primer espacio de acogida de esa zona de Lima, en donde la migración de la Sierra es alta.
Fuente Agencia Presentes
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