Del blog de Xabier Pikaza
En nombre de Dios, ha vuelto a derramarse sangre humana: Grupos de falsos musulmanes han asesinado a docenas de inocentes en varios países, para que así triunfe el orden inhumano de su religión.
En contra de eso, desde tiempo antiguo, los amigos de la vida, los fieles de Dios, han sabido que la verdad propia no consiste en destruir al otro, al que piensa y es distinto, sino en abrir caminos y espacios para que puedan caber todos:
— La Cábala judía afirmaba que Dios se “encoge” para que puedan ser las cosas que son diferentes, que existamos nosotros; pero no todos los judíos han seguido esa enseñanza, y hay algunos que imponen un tipo de visión exclusivista de la vida donde están primero ellos, ellos, ellos.
— El Dios del Islam dejaba espacio para los pobres y excluidos de la Meca y de la tierra entera; pero algunos musulmanes, de ISIS y otros grupos ser únicos, uniendo el “sólo Dios” (falsamente interpretado) al “sólo nosotros”, no dejando que a su lado existan otros, con formas distintas de vida, y matándoles por tanto, como ayer lo han hecho de nuevo.
— El Dios Cristiano abre un espacio para los distintos, dejándose incluso expulsar de su tierra en Jesucristo, pero no todos los cristianos han entendido y seguido a Jesús de verdad, y entre ellos (los cristianos) ha crecido un tipo de imperialismo económico-militar que quiere dominarlo todo sobre el mundo.
Pues bien, eso que hace Dios han de hacerlo sus “creyentes”: dejar espacio, alegrarse de que vivan otros:
— que los judíos abran abran campos de vida para musulmanes y distintos;que no se piensen los únicos, que no se apoderen de una tierra que es de todos, que no empleen el dinero al servicio de sus intereses.
— que los musulmanes busquen el bien los judíos, no en teoría o en discursos oficiales, sino en la vida concreta (que no quieran echarles al mar); que exijan la disolución de ISIS y de todos los grupos terroristas, para que pueda darse una verdad universal sobre la tierra, pues de lo contrario acabarán matándose ellos mismos y matando su religión milenaria.
— que los cristianos sepan lo que significa “amar a los enemigos y distintos”, querer que les vaya bien, orar por ellos; que desliguen su experiencia religiosa de un tipo de imperialismo de la razón económica y política de algunas de sus instituciones.
Un camino, un proyecto
Se trata de pasar del imperialismo de la desconfianza (de un Dios absoluto que no deja lugar para los otros) a la tolerancia activa de un Dios cuya esencia consiste en hacer que los otros sean, que sean distinto, un Dios que no ocupa espacio, porque su espacio son todos.
Este es el baile de la verdad que suscita otras verdades, la danza de Dios, es decir, el baile de aquellos que giran y giran para compartir lños frutos de la tierra, los amores de la vida para disfrutar de esa manera unidos en comunión.
Por eso quiero hablar de la razón plural de Dios, que sólo es única siendo múltiple, siendo dialogada. Quiero hablar del baile de Dios que los teólogos cristianos llaman perijóresis: cada persona vive en la medida en que da mano a otra y bailan juntas y así se relacionan.
Eso es Dios, el giro creador del gozo compartido. O, si alguien prefiere, no hablemos de Dios, sino del baile y camino de la vida.
Que todos podamos compartir la danza creadora de la vida: niños judíos y musulmanes… Chicas y chicos, de oriente y occidente, cristianos, budistas, musulmanes… Empecemos bailando, sigamos bailando, es decir, dándonos la mano, para ser en común y alimentarnos uno de (con) los otros.
Aquí no hay sillón fijo ni siquiera para Dios,
conforme a esa experiencia de la perijóresis de Dios, que los viejos teólogos latinos tradujeron con dos palabras fuerte.
— Dios es circumincessio, un camino en el que cada una va hacia el otro, para verle y sentirle, para gozar juntos.
— Dios es circuminsessio: cada uno se sienta en el lugar del otro, no para ocupar su sillón y dominarle, sino para ver las cosas desde allí.
El judío tiene que ponerse en la “piel” de árabe de Gaza y viceversa; el musulmán de ISIS al que llaman fundamentalista y asesino, por imponer su visión equivocada del Islam, tiene que ponerse en el lugar del judío y del cristiano…
Sólo así, poniéndonos cada uno en el lugar del otro, estaremos todos en el lugar de Dios y Dios y en el de todos. Sólo así veremos que hay sitio para todos en la pequeña Palestina, tierra de filisteos, judíos y cristianos, con musulmanes… Y que hay lugar para todos en las viejas tierras de Sirio y Mesopotamia, de Túnez y Kuweit, donde ayer (26, 6, 15) han vuelto a estar llar las bombas.
No se gana nada por la fuerza de las armas, por el terror de las bombas, por la imposición económica. Sólo se gana vida y humanidad compartiendo, abriendo espacios para los otros?
— ¿Podrán hacer eso los judíos y los musulmanes del entorno de la tierra de Palestina, en la costa oriental del Mediterráneo, en Siria y en Irak?
— ¿Podrán cambiar en esa línea los musulmanes violentos del Estado Islámico, que nos están ofreciendo la caricatura más horrible del auténtico Islam?
— ¿Podrán cambiar en esa línea los poderosos de oriente y occidente, con religión o sin religión, pero siempre con un dios de violencia y de poder, que suele llamarse dinero (Mamona)?
Pero no se lo podemos pedir a ellos solos: debemos comenzar creando espacio de baile de vida compartida en España y Alemania, en Congo y en Siberia…, en cada uno de los pequeños y los grandes lugares de la tierra. En esa línea debe situarse el cristianismo, en esa línea deen situarse las tradiciones religioesa y sociales de nuestro tiempo, como seguiré indicando.
Una reflexión final
Originalmente, las religiones son una experiencia integral y abierta de comunicación, por la que los miembros del grupo comparten experiencias, ideales y caminos. En ese sentido, las grandes religiones son anti-imperialistas (y anti-terroristas), de manera que han nacido o se han reformado cuando ciertas personas carismáticas (fundadores o reformadores) han criticado a la jerarquía anterior y han ofrecido la experiencia sagrada a todos los miembros de la sociedad:
— así hicieron los hebreos, saliendo del sistema imperial de Egipto,
— así hizo Jesús criticando a los escribas de un judaísmo jerárquico,
— así hizo Buda separándose de los grandes jerarcas de la mística hindú,
— así hizo Muhammad rompiendo con la oligaría comercial e ideológica de la Meca…
Por eso queremos que las religiones vuelvan a su origen, viniendo a presentarse como experiencias de comunicación…
— La verdad del judaísmo no está en el triunfo del pueblo judío, sino en la vida de todos los pobres “hebreos” del mundo.
— La verdad del cristianismo no está en la victoria del Dios de los cristianos, sino en la llegada del Reino de Dios para todos los pobres y excluídos de la tierra, sean o no cristianos.
— Finalmente, el triunfo del Islam no está en la victoria de una determinada comunidad musulmana, sino en la revelación de la Verdad y de la Vida de Dios para todos los hombres.
Un buen cristiano debe querer el triunfo del auténtico Islam y un buen musulmán el triunfo del auténtico cristiano… y un buen judía el triunfo de todos, es decir, la llegada del tiempo mesiánico de la reconciliación y del diálogo, es decir, del baile de Dios.
Cristianismo (Iglesias), General, Islam, Judaísmo
Cristianismo, Islam, Odio, Religiones, Violencia, ¨Judaísmo
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