BUENOS AIRES, Argentina. El Juzgado laboral de la ciudad de Oberá falló a favor de Raúl Julián Bjorklund, el docente que fue echado en 2016 de un colegio por discriminación hacia su orientación sexual. El Instituto Emanuel deberá abonarle casi un millón de pesos a Bjorklund por “daño moral”.

“El fallo es sumamente importante porque sienta jurisprudencia y es un precedente muy importante. También da un marco de respaldo a futuros reclamos que puedan hacer personas que estén sufriendo discriminación. Sobre todo porque da un mensaje de que hay que accionar y de no dejarse avasallar”, sostuvo Julián a Presentes sobre la noticia. Hoy se encuentra a cargo de la dirección del Instituto Carlos Linneo y es titular de la Subsecretaría de Servicios a la Ciudadanía del Ministerio de Gobierno de Misiones, un espacio creado “para defender a las minorías”, contó el joven.

Bjorklund llevaba cinco años de relación laboral cuando la institución en la que daba clases de Química y de Proyecto de Investigación decidió echarlo. Lo hizo luego de que el joven anunciara que iba a casarse con su novio.

«La sexualidad del profesor no concuerda con el ideario de la institución, por lo que, a fin de evitar conflictos el instituto ofrece y el profesional acepta el monto de dinero en concepto de indemnización», dice el documento que lleva el logo del Instituto Privado Emanuel y la firma del representante legal. En octubre de ese año, Bjorklund radicó la denuncia ante la delegación de Misiones del Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo (INADI). Luego lo hizo ante el Ministerio Público Fiscal

Una decisión que llevó seis años

Luego de seis años, la justicia tomó una decisión. El fallo del Juzgado le exige al establecimiento abonarle a Julián Bjorklund la suma de 992.074,83 pesos. Lo hace “en concepto de daño moral” y se fija en 10 días la fecha límite para llevar a cabo el pago.

“La correlación temporal entre la decisión del actor de contraer matrimonio, seguido de su inmediata desvinculación de la institución, permite establecer, al menos indiciariamente, una relación de causa-efecto entre esos hechos, creándose así una apariencia o sospecha de que el cese de la dependencia laboral pueda ser una represalia de la empleadora motivada por la decisión del actor de casarse con una persona de su mismo sexo y que ello tomara estado público”, argumenta el fallo.

Frente a la falta de respuesta de la parte denunciada sobre si la razón del despido fue otra, el Juzgado terminó por probar que se trató de un hecho discriminatorio. “El accionante ha sido víctima de una trato discriminatorio en razón de su orientación sexual”, afirma el fallo.

Desde el inicio del litigio, el colegio no volvió a comunicarse con Julián. “Jamás hubo un pedido de disculpas ni nada por el estilo”, sostuvo el joven.

Un premio a la militancia

El monto de resarcimiento será donado a la organización Somos Diverses, conformada por profesionales de Misiones que trabajan en la “transversalización de la perspectiva de diversidad y en la defensa de los derechos del colectivo LGBTI+”. “Es una organización que me gusta mucho cómo trabaja, tiene mucho terreno en cuanto contención y acompañamiento de las personas de la comunidad LGBTIQ+. Creo que le va a dar un muy buen uso a esos fondos”, contó Bjorklund a Presentes.

La organización recibió con mucho entusiasmo esta noticia tanto desde lo simbólico como desde lo económico. “Todas las organizaciones del tercer sector somos autogestivas. Todo lo que se hace es a pulmón, con los esfuerzos de cada integrante y lo poco que cada une tiene para aportar. Que hoy nosotros tengamos la noticia de que podemos ser beneficiades con cierto monto de dinero que además surge por una reparación tan necesaria como la que tuvo Julián es algo enorme”, expresó a Presentes Adam Yan, presidente de la organización.

“Recibir esta donación significa muchísimo no solo en términos económicos, sino también simbólicos. Este gesto que hoy tiene Julián va a generar que con ese dinero nosotres podamos seguir ayudando a otres compañeres que lo necesitan”, concluyó.

Agustina Ramos

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Un profesor de química denuncia un caso de discriminación tras despedirle del centro evangélico en el que trabajaba desde hacía cinco años, donde le obligan a firmar su baja voluntaria y le pagan la mitad del dinero que le corresponde sólopor ser homosexual y querer casarse con otro hombre.

A sus 32 años de edad, Raúl Julián Bjorklund, profesor de Química en el instituto Privado de Emmanuel, ubicado en el municipio de Oberá, comunica a colegas y superiores su intención de contraer matrimonio, con el inconveniente de que en lugar de hacerlo con una mujer, planea hacerlo con otro hombre, tal y como permite la ley argentina. Pero en lugar de recibir las habituales felicitaciones ante este tipo de noticias, le obligan a firmar la baja voluntaria por el mero hecho de ser homosexual. «No sólo vulneraron mi derecho a trabajar sino que también vulneraron mi derecho a tener una familia», declara Bjorklund.

Acuerdo de baja laboral – Foto: Uso permitido

«La sexualidad del profesor no concuerda con el ideario de la institución, por lo que, a fin de evitar conflictos el instituto ofrece y el profesional acepta», explica el documento que firma bajo coacción, después de cinco años de labor intachable, según confirma el propio pastor que dirige esta escuela que es, además, evangélica y recibiendo además la mitad del dinero que le corresponde, estando la otra mitad destinada a una terapia de conversión que le ofrece el director del centro con el ofrecimeinto de «curarlo». «No sé si esto me da vergüenza o pena», confiesa la víctima de esta discriminación.

Denuncia ante Inadi – Foto: Uso permitido

A pesar de que ya ha tenido acceso a un nuevo puesto laboral en otro centro de enseñanza, donde no han puesto ninguna objeción a su orientación sexual ni a su próxima boda con otro hombre, Bjorklund no ha dudado en denunciar su caso al Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). « Se juntó toda la documentación que tengo y se va a elevar a Buenos Aires. Desde allá se va a emitir un dictamen. Ellos lo que intentan es acercar a las partes y ver si se puede llegar a un arreglo pero por mi parte está más que claro la discriminación que hubo y no quiero volver a trabajar en la institución mientras estén esas autoridades y en esas condiciones», explica el profesor de química tras su reunión con Julián Seniuk, el recién nombrado delegado del Inadi en la provincia de Misiones.

Fuente Universogay

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