Diputados evangélicos de Brasil pretenden limitar los derechos conseguidos por el colectivo LGTB
Hidekazu Takayama, uno de los 70 diputados promotores de esta iniciativa homófoba
Con la etiqueta #NuestraFamiliaExiste, cientos de usuarios publicaron en la red fotos y mensajes de apoyo a la diversidad familiar: hijos de madres solteras, parejas homosexuales con hijos adoptivos, matrimonios sin hijos, nietos con abuelos…
Un grupo de diputados que compatibilizan su función pública con otros cargos en instituciones religiosas se anotó este mes una importante victoria: la aprobación en una comisión parlamentaria del Estatuto de la Familia que, al igual que la Constitución, define la familia como la unión estable entre un hombre y una mujer y le reserva a ese modelo la protección del Estado en salud, educación y seguridad, entre otros. La votación fue abrumadora: 17 a favor y 5 en contra.
Si el proyecto llegase a convertirse en ley, un juez podría negar esos derechos hoy vigentes para uniones estables del mismo sexo pese a que la Corte Suprema las considerara una entidad familiar, alegando que la Constitución prohíbe discriminar ciudadanos por su preferencia sexual.
“Satanás está riéndose, desordenando la estructura de la familia, con los fuertes argumentos de los derechos humanos de la mujer moderna”, había reflexionado Takayama en su cuenta de Facebook algunos días antes de la votación.
Analistas concuerdan que Brasil tiene hoy el Congreso más conservador de la historia reciente del país, que impulsa una pauta contraria a los planes del gobierno de izquierda y que también aboga por la reducción de la edad penal a 16 años, mayores castigos en los casos de aborto y la liberación del porte de armas.
Una decisión de la Corte Suprema de 2011 equiparó en la práctica los derechos de las parejas homosexuales con los de las heterosexuales, otorgándoles acceso a la adopción, herencia y pensión por muerte.
La unión entre personas del mismo sexo es rechazada por el 53% de los brasileños, que tampoco concuerda con la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.
Tras la votación del Estatuto, el diputado de izquierda Jean Wyllys, conocido activista por los derechos de la comunidad LGBT, convocó una campaña por las redes sociales en contra de la medida. Con la etiqueta #NuestraFamiliaExiste, cientos de usuarios publicaron en la red fotos y mensajes de apoyo a la diversidad familiar: hijos de madres solteras, parejas homosexuales con hijos adoptivos, matrimonios sin hijos, nietos con abuelos…
“¿Qué país ese este? ¿Qué sociedad estamos construyendo?”, se preguntó Carlos Bacelar, uno de los diputados que se opuso al Estatuto, e ironizó: “Tal vez sería más fácil sustituir la Constitución por la Biblia“.
Comentarios recientes