La ley de la ciudad de Nueva York que prohíbe las “terapias de conversión” gay está enfrentando un desafío legal por parte de un grupo anti-LGBT.
El Consejo de la Ciudad de Nueva York aprobó una ley en 2017 que prohíbe la terapia de conversión en menores de edad en la ciudad, antes de que se aprobara una prohibición a nivel estatal en enero de 2019.
El Dr. David Schwartz, un terapeuta judío ortodoxo, ha lanzado un desafío legal contra la ciudad, alegando que la ley viola su libertad de expresión y religión. En una presentación ante el tribunal federal el 23 de enero, el terapeuta de Brooklyn Schwartz alega que la prohibición de la terapia de conversión constituye una “violación directa de la libertad de expresión y del libre ejercicio de la religión”, porque le impide intentar curar a sus pacientes de la homosexualidad.
El desafío legal fue presentado por la Alianza para la Defensa de la Libertad (Alliance Defending Freedom), que está catalogada como un grupo de odio anti-LGBT por el organismo de control del extremismo Southern Poverty Law Center.
Los abogados del ADF argumentan: “El Dr. Schwartz tiene derecho a usar sus habilidades profesionales para ayudar a los pacientes a vivir de acuerdo con su fe religiosa compartida, incluyendo los mandatos religiosos de la Torá. Al pretender prohibir al Dr. Schwartz que brinde consejería a sus compañeros judíos que esté guiada por sus convicciones religiosas sobre la naturaleza humana y la posibilidad de cambio… la Ley de Censura de Consejería viola su derecho a ejercer libremente su religión, garantizado por la Primera Enmienda”.
Roger Brooks, abogado de Alliance Defending Freedom, dijo: “Es difícil imaginar una violación más directa de la libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda que el intento de la ciudad de Nueva York de regular las sesiones privadas entre un adulto y su consejero. El reglamento del ayuntamiento no tiene precedentes y amenaza con interponerse entre los pacientes del Dr. Schwartz y las vidas que deciden seguir.”
Alliance Defending Freedom (ADF) ha presentado anteriormente varios casos que buscan socavar las protecciones antidiscriminatorias LGBT+ en todo Estados Unidos. El ADF presentó una serie de demandas contra las leyes antidiscriminatorias a nivel estatal que protegen a las personas LGBT+, en particular representando al panadero anti-LGBT Jack Phillips, para promover el argumento de que la libertad religiosa da a los dueños de empresas cristianas el derecho a discriminar a los clientes homosexuales. El grupo también ha apoyado activamente la criminalización de la homosexualidad en Belice, mientras que los líderes del ADF han vinculado previamente la homosexualidad y la pedofilia.
Sin embargo, a pesar de sus opiniones extremas, la administración Trump ha mantenido estrechos vínculos con el bufete de abogados. Bajo el ex Procurador General Jeff Sessions, el Departamento de Justicia con frecuencia sopesaba las batallas judiciales en el lado del ADF, presentando un escrito ante la Corte Suprema apoyando a Phillips. El Procurador General de los Estados Unidos, Noel Francisco, presentó sus argumentos orales como parte de la defensa del panadero en nombre de la administración Trump.
En Europa, Malta fue pionera
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI, en discusión en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar» una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que en cualquier caso permanece encallado por el desacuerdo entre las diferentes fuerzas políticas que en teoría lo apoyan y cuya aprobación a día de hoy no está asegurada.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras. “Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente Cromosomax/Cristianos Gays
General, Homofobia/ Transfobia., Judaísmo
Alliance Defending Freedom, David Schwartz, Jack Phillips, Jeff Sessions, Judaísmo, Judaismo ortodoxo, Libertad Religiosa, Noel Francisco, Roger Brooks, Southern Poverty Law Center
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