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Rondas de Navidad

Domingo, 24 de diciembre de 2023
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felicitacion_2019_LR

Rondar por esos lugares poco frecuentados,
que no existen para los mercados
y están abandonados
de políticos, gobernantes y ricos.

Rondar por barrios periféricos,
parques tristes y sin alumbrado,
pabellones con nuevos esclavos
y campos de refugiados superpoblados.

Rondar por las costas del Mediterráneo
y ver pateras, cayucos y barcos a la deriva
llenos de hermanos nuestros
solo con lo puesto y el último soplo de vida…

Rondar por esos sitios olvidados
donde siguen naciendo niños
que tienen el futuro hipotecado
porque les negamos lo mínimo necesario.

Rondar por esos espacios cercanos,
con los ojos bien abiertos
y el corazón ardiendo,
para ver a los que se esconden o escondemos.

Rondar, saliendo de nosotros mismos
y de los belenes de exposición y concurso,
para encontrarnos con los sin techo
que son hermanos nuestros.

Rondar y estar despiertos,
porque Tú vienes, como vienen todos ellos,
sólo con lo puesto

 *

Fuente Fe Adulta

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

“Betlemitas por el mundo”, por Dolores Aleixandre

Domingo, 24 de diciembre de 2023
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belen_piel_con_pielDe su blog Un grano de mostaza: 

Cada pesebre es nuestra matriz

Por seguir en la onda de la carta de mi Arzobispo José Cobo, le doy vueltas a su frase “cada pesebre es nuestra matriz”, afirmación rotunda que suena preciosa pero que, justo por eso, corre el peligro de ir a parar disecada al repertorio de las felicitaciones navideñas.

Agarro la frase por una de sus esquinas y la sacudo para que vaya perdiendo el almidón y según se vuelve más flexible, empieza a decir cosas concretas: por ejemplo que, lo mismo que los sevillanos enseñan su Giralda y los burgaleses su catedral, los que nos apuntamos a betlemitas – gentilicio de libre adopción- ,enseñamos con orgullo nuestro pesebre con lo que eso supone de desmontaje de viejas ideas sobre lo bello, lo eficiente o lo exitoso. Y lo mismo que la ciudad de Rosario se enorgullece de haber sido matriz de Messi y los de Aracataca de García Márquez, nosotros podemos considerarnos nativos de Belén por adopción, aunque luego marquemos las diferencias: ahí están, sin ir más lejos, Isabel Ayuso y Manuela Carmena, hijas del pueblo de Madrid y cada una con su perfil.

Otra consecuencia de nuestra denominación de origen: si nos consideramos betlemitas, pasamos a ser paisanos/as de los pastores de Belén, gente fabulosa; pero también del posadero, nada es perfecto y en todas las familias hay una oveja negra.

A los betlemitas/posaderos se les reconoce en seguida por su rechazo cerril a todo lo que esté del otro lado de su puerta: “Si abro se me colarán en casa los enemigos de la indisoluble unidad de la nación, que ya están avisando desde Intereconomía de una conspiración para infiltrar en el gobierno a gente del LGTBI, a terroristas musulmanes y a climáticos insufribles, tipo la Greta esa tan rara. Eso sin contar con freírnos vivos a impuestos, destruyendo así los valores esenciales del occidente cristiano. Con otros papas vivíamos mejor, cono otros cardenales también, y no me tire de la lengua que no me quiero señalar no sea que perjudique a mi negocio”.

Del perfil pastor-de-Belén tenemos datos interesantes: que estaban vigilando de noche a la intemperie, sin conexiones ni pantallas, pero conscientes por propia experiencia de cómo crecía la desigualdad, qué poco les cundía la paga y de que, si tenían diez ovejas, tendrían que vender ocho para acceder a un techo estable, por no hablar de la inflación del precio de los piensos y del aceite de los candiles. Así que allí estaban al abrigo unos de otros, dándose calor y suelo, contándose penas y alegrías, partiendo el pan de la hospitalidad y rescatando del olvido viejas frases amenazadas: “Hacemos sitio en mi casa”, “Cuéntame de tu país…”, “¿Y si lo hacemos juntos?”, “Vente a charlar sin prisas”, “¿Qué apoyo necesitas?”. Juntos espantaban los mensajes de nuevos lobos disfrazados de ovejas: “Tú y los tuyos primero”, “Exige la calidad que mereces”, “Libertad y ganas ¿vas a conformarte con menos?”, “Tienes derecho a la felicidad”, “No pienses, siente y déjate fluir”, “Defiende la dignidad de tu gato”.

Estaban despiertos a medianoche, dando oscuro crédito a las antiguas promesas que anunciaban a un Dios ad-veniente e inesperado, un Dios capaz de deslumbrar con su luz la penumbra de lo cotidiano, de rebasar lo previsible y derretir con su presencia la corteza dura del desánimo. Un profeta nacido en Belén se había atrevido a anunciar: “Precisamente tú, pequeña Belén, vas a ser la matriz del Gran Pastor de Israel”.

– “¡Va a ser que ya está aquí, vamos!” dijeron los pastores al oír el anuncio disparatado de los ángeles. ¡Vamos!, siguen diciendo hoy los betlemitas sin papeles, especialistas en descubrir esas maravillas que la inteligencia artificial no detecta: gloria en el desamparo de una cuadra, dignidad y belleza en tantas vidas insignificantes, victoria invisible de los convencidos de que la paz es posible y que no se rinden a pesar de las derrotas.

Encontraron al Niño y “se volvieron glorificando a Dios”. Junto a ellos caminamos también hoy muchos betlemitas iluminados por la misma luz y animados por la misma energía.

Avanzamos a tientas en la noche cerrada, cuidando unos de otros, atentos sobre todo a que no se apague la candela de la Gran Alegría que llevamos encendida en nuestras manos.

Alandar, Diciembre 2023

Biblia, Espiritualidad , , , ,

Debemos encontrar la salvación, no en Jesús, sino en como Jesús la encontró.

Domingo, 24 de diciembre de 2023
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navidad-de-cerezoNOCHEBUENA (B)

Lc 2,1-14

Cualquier clase de discurso que podemos hacer hoy se me antoja superfluo y ridículo. Nada se puede expresar con propiedad del misterio que estamos celebrando. Hoy mejor que nunca debíamos aplicar el proverbio oriental: “Si tu palabra no es mejor que el silencio, cállate”. Solo en clave de silencio seremos capaces de entender algo. Esta noche debemos intentar una meditación sosegada sobre Jesús y sobre lo que su figura supone para todos nosotros. Jesús es el modelo a seguir. Lo que tienes que descubrir y vivir no puede venir de fuera, tiene que surgir de lo hondo de ti mismo.

El evangelio que acabamos de leer nos coloca ante el misterio, pero tendrás que adentrarte tú solito en él. Es fácil que se desborden los sentimientos en este tiempo de Navidad, pero eso no basta para vivir el misterio que celebramos. Es una noche, no para el folclore sino para la meditación. Sin esta contemplación, se quedará en algo vacío, sin ningún sentido religioso. El valor de esta fiesta depende de mi actitud. Nada suplirá el itinerario que debo emprender hacia el centro de mí mismo. Solo allí se desarrolla el misterio. Solo en lo hondo de mi ser descubriré la presencia de Dios.

Recordar el nacimiento de Jesús nos puede ayudar a encontrar a Dios dentro de nosotros y en los demás. Jesús vivió y murió en un lugar y un tiempo determinado, pero no estamos celebrando un cumpleaños. Los datos históricos no tienen importancia. Jesús nació, no sabemos dónde, no sabemos cuándo, ni en qué día, ni en qué mes, ni en qué año. Todo lo que digamos de él, desde el punto de vista histórico, apunta al desconcierto. El encuentro con Jesús, que apareció en un momento de la historia, me tiene que llevar a un encuentro como el de Jesús con Dios, que no tiene historia. Dios es siempre el mismo, pero para mí será siempre diferente.

La encarnación no es un hecho puntual, sino una actitud eterna de Dios. Dios no tiene actos. Todo lo que hace, lo es. Si se encarnó, es encarnación, es Emmanuel. Si en Jesús se hizo presente a Dios, debemos buscar en nosotros lo que descubrimos en él. No se trata de recordar y celebrar lo que pasó hace dos mil años sino de descubrir que la presencia de Dios se da hoy en mí y debo descubrir y vivir conscientemente esa realidad sublime. Lo que pasó en Jesús, está pasando en cada uno de nosotros, está pasando en mí. Este es el sentido de la Navidad que debemos recuperar.

Ni María ni José ni nadie de los que estuvieron relacionados con los acontecimiento que estamos celebrando, se pudo enterar de lo que estaba pasando, porque Dios actúa siempre acomodándose a la naturaleza de cada ser. En lo externo no pudo acontecer nada que diera cuenta de la insondable realidad que estaba en juego. Seguimos sin enteramos del significado de la Navidad, porque nos limitamos a recordar acontecimientos externos y extraordinarios que nunca se dieron. Si yo quiero enterarme tendré que tomar conciencia de lo que Dios me ofrece en este instante.

Ponernos en el lugar del que escribe es la clave para poder entender lo que nos quiere trasmitir. Para Lucas, de mentalidad mítica, Dios está en el cielo. Si quiere hacerse presente, tiene que bajar. Viene a salvar a los pobres y empieza por compartir su condición. La salvación se hará desde abajo, pero para llevarla a cabo, Dios tiene que bajar. Pero solo lo encontrará el que está buscando, no los que están satisfechos, instalados cómodamente en este mundo. No lo encontrarán en el bullicio de las relaciones sociales del día, sino en el silencio de la noche y en absoluta soledad.

Los dioses necesitan intermediarios, se ponen en acción y anuncian la noticia. ¿Quién estará preparado para escucharla? Solo los pastores, la profesión más despreciada y marginada de aquella sociedad. La salvación se anuncia en primer lugar a los oprimidos, a los que menos cuentan. Los demás están descansando, dormidos, cómodos; no necesitan ninguna salvación. Este dato es decisivo porque nosotros nos encontramos entre ese grupo que para nada necesita la salvación que el ángel anunció. Instalados en el hedonismo, solo necesitamos que nos confirmen en nuestro bienestar.

El anuncio es ‘buena noticia’. Dios es siempre buena noticia. En Jesús hemos descubierto la salvación de Dios. Pero es una salvación para todos. Dios está encarnado en mí como estuvo encarnado en Jesús. “Os ha nacido un Salvador”. Hoy, la noticia sería: Dios está viniendo siempre hacia mí para darme plenitud. Los pastores salen corriendo. No será fácil encontrarlo. Alguna pista: Un niño en un pesebre desnudo y entre pajas. Él mismo es alimento. Sus padres no dicen ni palabra. ¿Qué podrían decir? Dios decide enviar su Palabra y nos envía a un niño que no sabe hablar.

En el ambiente de la celebración de la Navidad hoy, corremos el peligro de quedemos en las pajas y no descubrir el grano. La importancia del acontecimiento se la tengo que dar yo con mi actitud de escucha. Dios no tiene que venir de ninguna parte. Dios está donde nosotros le descubrimos y le hacemos presente. Dios está donde hay amor. Allí donde un ser humano es capaz de superar su egoísmo y darse al otro. Allí donde hay comprensión, perdón, tolerancia, allí está Dios. Dios no será nada si yo no lo hago presente con mi postura ante los demás, con mi entrega, con mi amor.

Todo lo que nos hace más humano debemos incorporarlo a la fiesta. La reunión con la familia, la comida, los abrazos, todo puede ayudarnos a descubrir lo que somos y a manifestarlo con alegría. La fiesta cobrará sentido para todos en el momento que sepamos aunar lo humano y lo divino de cada ser. Si sabemos ir más allá del folklore, nos podemos encontrar celebrando la única realidad que interesa. La VIDA que está en mí y espera ser desplegada. Merece la pena hacer un esfuerzo en estos días y tratar de ser hoy más humanos que ayer y menos que mañana.

Lo que tratamos de vivir estos días de Navidad lo debíamos vivir todo el año. Dios se encarna en cada uno de nosotros para llevarnos a una plenitud que nunca podríamos soñar. Nos asusta esta propuesta porque seguimos pensando en un Dios lejano y extraño que solo se relaciona con nosotros desde su trascendencia absoluta. Tenemos tan arraigada esta idea que no nos atrevemos a ver que Dios es a la vez trascendente e inmanente. No es un día para razonamientos teológicos sino para experiencia mística. Vivir lo que somos en lo más hondo de nuestro ser y manifestarlo a través de nuestras relaciones con los demás. Todo está ya hecho y todo está por hacer.

 

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

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Dios “es” encarnación.

Sábado, 24 de diciembre de 2022
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DvQn8WnXcAAghKdNochebuena (A)

Lc 2,1-14

Una vez más, mandan las Escrituras y condicionan a Lucas para que el Mesías naciera en Belén. Tanto Lucas como Mateo dan por supuesto el hecho, aunque lo explican de distinta manera. En Lucas se dan razones para justificar que Jesús nació en Belén, aunque no era de allí. Mateo trata de justificar por qué terminó viviendo en Nazaret, dando por supuesto que nació en Belén. Ambos resaltan la importancia de que el Mesías perteneciera al pueblo de Israel, y además, fuese descendiente de David, para ellos el rey por excelencia que había nacido allí.

Recordamos el nacimiento de Jesús, que sucedió en un lugar y en un momento determinado. Pero lo que celebramos está más allá de toda circunstancia de tiempo y espacio. Dios está fuera del tiempo y del espacio. En Dios se identifican el ser y el actuar. Dios, todo lo que hace, lo es eternamente. Si se manifestó en Jesús, quiere decir que estaba en él, se encarnó en él. Pues bien, podemos estar seguros de que Dios es encarnación y nunca podrá dejar de encarnarse. La realidad divina ni empieza ni termina, ni está aquí ni está allá, ni se crea ni se destruye. Dios está en mí exactamente lo mismo que en Jesús. Para creer en la encarnación hay que dejar de creer en un Dios desencarnado. Si no se manifiesta en mí como se manifestó en Jesús, la culpa es solo mía.

En Jesús ha nacido un salvador, un liberador. Pero en mí sigue habiendo un opresor, porque el salvador que hay en mí aún no ha nacido. Repito, lo que Dios ha hecho en el hombre Jesús, lo está haciendo hoy en mí. El nacimiento de Dios en Jesús fue tarea de toda su vida. Nada se le dio como cómoda posesión automática. También él tuvo que nacer de nuevo. El nacimiento del Espíritu tiene que ser consciente. Nunca puede ser un presupuesto, ni para Jesús ni para nadie. Se nos da gratis, pero hay que desenvolver el regalo, y la envoltura tiene muchas capas que nos fascinan y nos invitan (tientan) a quedarnos ahí y no seguir quitando capas inútiles.

Miremos hacia dentro. Cuando Pablo nos dice que somos otro Cristo, quiere decir algo muy profundo y real. Dios está en mí; “yo y el Padre somos uno”, no es símbolo, sino realidad más real que el Belén, los pastores, los magos y los ángeles juntos. El portal de Belén no es más que un símbolo sensible, pero dentro de mí está la realidad de un Dios identificado conmigo. Tengo que descubrir el Niño en mí. Toda la magia y la luz, que puedo percibir en esa escena externa, están dentro de mí. No permitáis que la Navidad quede fuera de vosotros; descubridla y vividla dentro. Entonces la llevaréis con vosotros a todas partes y os permitirá caminar, y los que os vean, podrán caminar también a esa luz. Estamos celebrando no un hecho que pasó sino algo que está pasando.

La buena noticia no es que “en la ciudad de David os ha nacido un Salvador” sino que dentro de ti está ese salvador y puedes darle a luz en cualquier instante. Para eso estás aquí. Está dentro de ti, pero tan envuelto en trapos y capisayos que puedes quedarte sin descubrirlo. Como los pastores, puede que no lo creamos, pero por si acaso, debíamos acercarnos sigilosos. Celebrar la navidad es dar a luz en nosotros a ese Niño, para que todos puedan ver que Dios sigue naciendo aquí y ahora. No nos conformemos con celebrarlo en el recuerdo. Atrevámonos a vivir una realidad presente y actual. Dios será siempre un Niño que yo tengo que darle a luz como decía Eckhart.

Si miro demasiado hacia fuera, puedo quedar deslumbrado por las lucecitas de las estrellas o por los cantos de los ángeles, pero me perderé el verdadero tesoro que está escondido en mí y en cada uno de los seres humanos. Para Dios, los pastores, despreciados por la sociedad de entonces, son los preferidos. Dios ve su verdadero valor y los llama a su salvación. Otros en cambio le cierran las puertas. Un pesebre es comedero. Este evangelio se escribió cuando la eucaristía era ya práctica litúrgica significativa para el cristiano. Sin duda quiere hacernos pensar en Cristo pan de vida.

Os ha nacido un salvador. No está reflejando las expectativas que los judíos tenían con relación al Mesías. Jesús nunca respondió a las expectativas de un Mesías anunciado en el AT. Los cristianos cambiaron sustancialmente el significado de la salvación, pero siguieron manteniendo el lenguaje aplicando conceptos distintos a las mismas palabras. Aquí se precisa que la salvación es para los marginados, para los que no contaban nada en aquella sociedad, ni desde el punto de vista social ni del religioso. Si la salvación llega a los más pequeños es que es para todos.

Y en la tierra paz. ¡Ojalá descubriéramos el profundo significado de esta palabra! No se trata solo de ausencia de guerras, de conflictos, de refriegas. La paz es la consecuencia de una armonía, primero interna, luego hacia los demás. Desde lo divino que hay en nosotros, sería impensable cualquier guerra. La paz no es ausencia de problemas. Dios está siempre en paz, y ¡mira que le hacemos la puñeta! Si Dios me acepta como soy, ¿por qué no puedo aceptar a los demás como son sin pretender que sean como yo quiero? Descubre que al rechazarlos, rechazamos a Dios.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

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Misa de Medianoche

Sábado, 24 de diciembre de 2022
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navidad-maximino-cerezo

Hermanos y hermanas, que la venida de Jesús sea Buena Noticia para nosotros y para el mundo va a depender de nuestra capacidad de asombro, nuestra mirada y de nuestra vida. Oremos.

La Palabra se hizo carne

• Queremos una Iglesia que sea Buena Noticia hoy, capaz de despojarse de estructuras, formas y lenguajes que hoy no hacen bien. Una Iglesia que sea encarnación de Jesús, proclamación y apuesta sin fisuras por su Reino.

La Palabra se hizo carne

• Queremos acercarnos a Belén, a todos los belenes de hoy y acoger a toda la infancia que hoy se encuentra a la intemperie sin tener las necesidades básicas cubiertas.

La Palabra se hizo carne

• Queremos alejarnos de lo que brilla, de lo que llama la atención, de lo que cuenta o es valioso para este mundo y aprender a descubrir las señales de encarnación en lo pequeño y escondido.

La Palabra se hizo carne

• Queremos acercarnos a los demás desde la ternura, siempre con esperanza, caminar hacia los descampados y periferias de nuestras ciudades para ser palabra y presencia que descanse, aliente, restaure, consuele, pacifique…

La Palabra se hizo carne

• Queremos encontrarnos con Jesús en medio de nuestra debilidad humana, entre las personas que no saben, que no pueden, que no tienen, que viven en medio de la noche.

La Palabra se hizo carne

Padre Madre buena, para encontrarnos con el Niño no tenemos que subir sino bajar y simplemente contemplar y descubrir la fuente de todo Amor. Te damos las gracias por tu encarnación.

Vicky Irigaray

Fuente Fe Adulta

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Misa del Gallo.

Martes, 24 de diciembre de 2019
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Quiénes-son-los-apátridasHermanos y hermanas, la Buena Noticia es anunciada a los pastores, a los sencillos… La Buena Noticia del nacimiento de Jesús va a depender de nuestra mirada. Oremos.

Queremos acercarnos a Belén y dejarnos hacer.

• Que la Iglesia proclame con gozo la venida de Jesús apostando siempre por los hombres y mujeres que viven en la intemperie, sin seguridad, en los descampados y periferias de nuestros pueblos.

Queremos acercarnos a Belén y dejarnos hacer.

• Que los creyentes despertemos nuestra capacidad de asombro ante el Niño del pesebre y nos dejemos zarandear por la Buena Noticia que nos trae de parte de Dios.

Queremos acercarnos a Belén y dejarnos hacer.

• Que todos nosotros dejemos que el Niño acampe entre nosotros cada día, que lo acojamos y lo aceptemos como eje y motor de nuestra vida.

Queremos acercarnos a Belén y dejarnos hacer.

• Que los gobiernos e instituciones ejerzan sus mandatos buscando el bien, la justicia, y la paz para todos los pueblos, y en especial, para los más desfavorecidos.

Queremos acercarnos a Belén y dejarnos hacer.

• Por todos los hombres y mujeres que viven acercándose a esos rincones del mundo donde acampa hoy la humanidad doliente, que sean Buena Noticia, cauces del amor loco de Dios por todos nosotros.

Queremos acercarnos a Belén y dejarnos hacer.

Padre bueno, te damos las gracias por tu hijo Jesús, “el hombre para los demás”, que nos dejemos cautivar por la ternura y fragilidad del Niño y desde Belén nos sintamos llamados a ser Buena Noticia en nuestro día a día.

Vicky Irigaray

Fuente Fe Adulta

Espiritualidad , ,

Villancicos del Claroscuro-Canciones de la “Nochemala”

Miércoles, 30 de diciembre de 2015
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Leído en el blog de Juan Antonio Espinosa:

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La foto de Aylan Kurdi, este niño muerto, tendido sobre la playa, me ha traído a la memoria aquellos dos poemas del extremeño Manuel Pacheco, musicalizados por mí en 1975.

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En el poema “Niño de carne amarilla” Manuel Pacheco reflejaba la “Nochemala” en Vietnam, cuando los aviones de la muerte lanzaban sobre el pueblo las bombas de napalm.

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“Nochemala” también la de aquellos niños de Biafra. Para ellos el hambre siempre ha tenido el mismo color de su piel: “El hambre es negra”, nos decía Manuel Pacheco. Canción que nos golpea con fuerza, como el sonido del tambor africano en medio de la noche.

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En nuestros días, el triste y sangrante éxodo de niños, mujeres y hombres… Y cerrándoles el paso, esas alambradas asesinas.

¡Cuántas “Nochesmalas” han ido apareciendo en esta nuestra Madre Tierra!. ¿Conseguiremos que algún día la Nochebuena sea verdaderamente Buena para todos?

— Ahora puedes escuchar, y bajarte gratis si lo deseas, estos dos “Villancicos del claroscuro”:
“Niño de carne amarilla”, pulsando aqui

“El hambre es negra”, pulsando aqui

— La grabación de estas dos canciones, interpretadas por Pedro Espinosa, se encuentra en el Doble CD “Cantares de Libertad” (EDIBESA, telf. 91 345 19 92 // www.edibesa.com)

— Niño de carne amarilla” —

Niño de carne amarilla
y de pupilas alertas
como un cervatillo herido
huyendo de selva en selva.

En tu país Nochemala,
¿dónde está la Nochebuena?
Niño de carne amarilla
y de pupilas alertas.

Los asesinos del cielo
cantan de Vietnam la guerra
y tu Belén es la muerte,
la soledad, la tristeza.

En tu país Nochemala,
¿dónde está la Nochebuena?
Niño de carne amarilla
y de pupilas alertas.

Desnudo y huérfano estás
llorándole a las estrellas,
mientras los hombres que matan
celebran la Nochebuena.

En tu país Nochemala
¿dónde está la Nochebuena?
Niño de carne amarilla
y de pupilas alertas.

***

Letra: Manuel Pacheco

Música: Juan Antonio Espinosa

— El hambre es negra —

Abres tu boca al aire
y en la tierra está tu cuerpo
como un alambre.

Y el hambre llega,
y el hambre llega.
Y te mueres de hambre
en Nochebuena,
en Nochebuena.

(Recitado)
Se congregan los fieles
de otros países
y en las mesas se comen
pavo y perdices.

El Hambre es Negra.
El Hambre es Negra.
Mueres tu Nochemala
comiendo tierra,
comiendo tierra.

Letra: Manuel Pacheco

Música: Juan Antonio Espinosa

***

— Estas dos canciones no fueron compuestas para ser cantadas en Celebraciones Litúrgicas o similares.

Sin embargo, sí pueden proyectar un rayo de sana inquietad en nuestras, a veces, edulcoradas celebraciones navideñas, rompiendo nuestros esquemas de hombres y mujeres satisfechos.

Estas canciones nos invitan a abrir los ojos y el corazón, a ponernos en marcha contra la guerra, el hambre y la miseria.

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