El reincidente Monseñor Aguer, obispo de La Plata: “Un sacerdote homosexual nunca debió ordenarse”
Sencillamente da asco cada vez que habla… Lo de este señor es ya de frenopático… Su verborragia homófoba es impresentable. Su ignorancia incapaz de distinguir entre una persona homosexual y una persona transexual es ya de estulticia absoluta o de mala fe… Su misoginia supura por sus cuatro costados… Ya es inútil hacerle recapacitar, que piense un poquito… Y Francisco lo mantiene…
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, volvió a criticar la homosexualidad y aseguró que “la doctrina de la Iglesia nunca cambió”.
“La racha de los nuevos femicidios tiene que ver con la desaparición del matrimonio”
El ya demasiado conocido en Cristianos Gays (poned, poned su nombre en el buscador… eso sí, junto a una caja de Almax…), el inefable por su homofobia Monseñor Héctor Aguer, Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de La Plata, en Argentina se debió de levantar muy “estimulado” y no tuvo más remedio que hacer unas impresentables declaraciones sobre los sacerdotes homosexuales en el programa “No se puede vivir del amor” de la radio La Once Diez, con el periodista Franco Torchia..
Entre sus declaraciones, Monseñor Aguer afirmó que:
“El periodismo tergiversa continuamente las posiciones de la Iglesia” y negó que Bergoglio sea “gay-friendly” (algo que ya sabíamos a pesar del lavado de imagen…). “Nadie es amigo o enemigo de los gays, hay una doctrina de la iglesia sobre eso, que la respeta tanto Bergoglio como yo. Y esa doctrina no se cambió, está y estará”, agregó.
Sobre los curas homoexuales dijo, sin que se le moviera la mitra, que: “A los muchachos que quieren entrar al seminario yo les pregunto si les gustan las chicas. Sí me dicen que sí, les digo ‘ah bueno, menos mal’. Yo no ordeno a un candidato que no me diga que le gustan las chicas”. Además de desconocer la existencia de muchos sacerdotes que decidieron abandonar la Iglesia porque se enamoraron de otro hombre, afirmó que “Un sacerdote homosexual nunca debió ordenarse”.
Sobre los últimos casos denunciados de abusos sexuales en la Iglesia, y particularmente la denuncia de abusos a alumnos sordos del instituto Próvolo de Mendoza, que también fueron denunciados por abusos cuando estaban en La Plata, explicó que “a uno no lo conocí, al otro sí estuvo hasta marzo en La Plata. Aquí nunca hubo una denuncia. Lo que dije es que si ha habido víctimas de estos dos sacerdotes, que lo comunicaran a nuestro tribunal, porque la Iglesia tiene su propio tribunal” y que “La mayor parte de los abusos sexuales a niños se dan en el ámbito familiar, principalmente son los padrastros, las parejas de las mujeres, aunque a veces también son los propios padres. Todo eso tiene que ver con la disolución del vínculo familiar que estaba fundado en el matrimonio indisoluble”, remarcó y admitió que “cuando lo comete un cura es infinitamente peor”.
Sobre la homosexualidad enunció que basada en la Sagrada Escritura y en el catecismo, entre cosas sostiene que los injustos, ni los afeminados ni los homosexuales heredarán el reino de Dios. Sostuvo que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados, son contrarios a la ley natural, cierran el acto sexual al don de la vida”, que “no pueden recibir aprobación en ningún caso” y que “las personas homosexuales están llamadas a la castidad mediante virtudes de dominio de sí mismo, que eduquen la libertad interior. (…) ¿Qué es una persona trans? Un homosexual. Un varón que se viste o se siente mujer”. “Se señala que la homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual exclusiva o predominante hacia las personas del mismo sexo, reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas, y su origen psíquico permanece en gran medida inexplicable”, expresó Aguer.
Y para rematar, un toqu de obscena misoginia: Lejos de respetar el concepto de #NiUnaMenos, el arzobispo minimizó los femicidios, destacando que “la racha de los nuevos femicidios tiene que ver con la desaparición del matrimonio. El matrimonio dignificaba a la mujer, la ponía en un lugar de igualdad con el hombre. Le daba una estabilidad a la familia y a la mujer un respaldo. El matrimonio no existe más hoy día, es un rejunte provisorio. Antes no había violencia en el grado en que la vemos hoy”.
César Cigliutti, Presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) dijo que “El arzobispo Aguer reaparece siempre con una violencia y homofobia cada vez más intensa hacia nuestra comunidad LGBTI.
Afirma que sólo ordena sacerdotes heterosexuales, relativiza los últimos casos de abusos sexuales del instituto Próvolo de Mendoza de Nicolás Corradi y Horacio Corbacho que estuvieron en La Plata (denunciados también en La Plata, siendo Aguer Arzobispo) y concluye con la doctrina literal del catecismo definiéndonos como contrarios a la ley natural y que nuestro camino es la castidad.
Hay una diferencia sustancial entre las posturas y declaraciones públicas del Papa Francisco y las más fundamentalistas de Monseñor Aguer. Conocemos la doctrina de la iglesia católica y también sus campañas internacionales en contra de los derechos de nuestra comunidad LGBTI.
En Argentina logramos una democracia con el reconocimiento y garantía de los derechos de nuestra comunidad LGBTI como el Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género.
La castidad que la guarden ellos, que hacen los votos y que Monseñor Aguer tenga una mejor autocrítica para su propia institución con respecto a los abusos sexuales de sus integrantes”.
Pedro Paradiso Sottile, Secretario de la CHA dijo que “En la CHA promovemos Estados laicos, impulsamos políticas públicas concretas, proponemos legislaciones inclusivas, luchamos por la libertad y la democracia sin ningún tipo de discriminación, contra todo fundamentalísimo religioso y político, como el de Monseñor Aguer. Sentimos orgullo por nuestras sexualidades e identidades, nuestros amores y familias, nuestros planes de vida y autonomía, nuestra libertad y voluntad de vivir como sentimos y queremos, con dignidad”.
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