El Gobierno de Malawi paraliza la aplicación de su ley contra la homosexualidad y retira los cargos contra los dos hombres detenidos por mantener relaciones homosexuales
A principios de mes dos hombres fueron apresados por la policía de Malaui tras ser denunciados por mantener relaciones sexuales entre ellos. Un caso que recuerda poderosamente a otro episodio que llevó hace 5 años a la movilización internacional contra la homofobia institucionalizada del país africano. Kulemela Cuthbert, de diecinueve años, y Kelvin Gonani, de 39, fueron detenidos por supuestamente mantener relaciones sexuales, actos que desde la restitución el pasado mes de abril de la norma anti homosexuales en el país africano son penados con la misma dureza que el delito de violación. Hoy conocemos que gracias a la presión de varios estados y organismos internacionales, el Gobierno de Malawi ha decidido suspender su ley contra las personas homosexuales a la espera de que llegue la decisión de si las despenaliza completamente, como ha anunciado el su ministro de Justicia Samuel Tembenu.
El ministro de Justicia de Malawi, Samuel Tembenu, ha anunciado mediante un comunicado que se han retirado los cargos contra los dos hombres detenidos el pasado 7 de diciembre por “practicar la homosexualidad”. El ministro reitera que sigue en vigor la suspensión de la aplicación de las leyes recogidas en el Código Penal malauí que castigan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, hasta que el Gobierno y el Tribunal Constitucional decidan si deben ser derogadas. La buena noticia que supone la retirada de los cargos contra Cuthbert Kulemela y Kelvin Gonani no impide lamentar las terribles humillaciones a que fueron sometidos durante su detención, según el propio testimonio de los afectados.
Debido a la difusión internacional de la detención de Cuthbert Kulemela y Kelvin Gonani, el ministro de Justicia de Malawi, Samuel Tembenu, se ha visto obligado a emitir un comunicado en el que reitera la moratoria impuesta por su Gobierno a la aplicación de la ley malauí que castiga las relaciones sexuales entre varones con penas de hasta 14 años de prisión. En la declaración, el ministro afirma:
El Gobierno es consciente de la opinión expresada por organismos internacionales de derechos humanos respecto a que la inclusión de delitos que prohíben la homosexualidad dentro de nuestra legislación puede estar en desacuerdo con los puntos de vista de dichos organismos. En consecuencia, el Gobierno se ha comprometido a revisar las leyes penales sobre la homosexualidad en el Código Penal, pero esto debe hacerse previa consulta con el pueblo de Malawi, según lo prescrito por la Constitución (…) En línea con este compromiso, el Gobierno ha impuesto una moratoria de las detenciones y enjuiciamiento de los actos homosexuales consensuados.
El ministro reitera así las declaraciones efectuadas en julio de 2014 por la secretaria de Justicia y fiscal general de Malawi, Janet Chikaya-Banda, a petición de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En aquella ocasión, Chikaya-Banda informaba de que la ley que castiga la homosexualidad en Malawi estaba en suspenso mientras la Corte Constitucional deliberaba sobre su constitucionalidad. No obstante, la posible revisión de las leyes anti gay pasarán por el refrendo público de la ciudadanía, un arriesgado movimiento que puede mermar aún más los derechos del colectivo LGTB, puesto que los incesantes discursos de odio de líderes religiosos y anti occidentales han calado profundamente en la opinión pública. Esta LGTBfobia internalizada se ha materializado con las primeras críticas a la decisión ministerial, puesto que para la ciudadanía de Malaui este movimiento es una cesión a las demandas de Occidente que tiene como objetivo seguir percibien las partidas económicas de ayuda al desarrollo.
Documento de detención
Finalmente, el ministro informa de que “a la luz de ese compromiso [de moratoria], los dos caballeros han sido liberados y se han retirado todos los cargos en su contra”. Es más, sin duda para colaborar en la limpieza de imagen que quiere ofrecer el Gobierno de Malawi, el propio portavoz de la Policía, Nicholas Gondwa (en la foto de abajo dcha), afirma que la detención de Cuthbert Kulemela y Kelvin Gonani nunca se produjo. A pesar de que los hechos habían sido informados por la comisaría del distrito de Kanengo, en la capital Lilongüe, Gondwa asevera que se había tratado de una detención efectuada por la policía comunitaria sin carácter oficial. La afirmación es fácilmente rebatible, pues consta en poder de los dos detenidos el formulario por el que se les concede la libertad bajo fianza (en la foto lateral), donde consta tanto la detención como el delito de que se les acusaba: sodomía.
Una detención llena de humillaciones
A pesar de que el anuncio del gobierno malauí supone una noticia positiva para los ciudadanos LGTB en general y para Cuthbert Kulemela y Kelvin Gonani en particular, siguen siendo indignantes las vejaciones a que fueron sometidos los dos detenidos. Este es el estremecedor relato de los hechos que se elaboró a partir de sus testimonios, tras ser entrevistados una vez que obtuvieron la libertad bajo fianza:
En la noche del 6 de diciembre, Gonani había ido a tomar unas copas con unos amigos al Área 25, un barrio de la ciudad de Lilongüe. Al finalizar la velada, se fue a casa con Kulemela, a quien acababa de conocer. Gonani fue despertado a las 3 de la madrugada debido a una gran conmoción en el exterior de la casa donde vivía en alquiler. Al parecer, unos minutos antes del tumulto, Kulemela había logrado escapar. Fuera se encontró con miembros de la policía comunitaria, que le preguntaron de dónde venía. Les dijo que venía de la casa de Gonani, donde había pasado la noche. Los miembros de la policía comunitaria exigieron saber lo que había estado haciendo allí. Cuando Kulemera vaciló, la policía comunitaria comenzó a agredirle hasta que les confesó que había mantenido relaciones sexuales con Gonani.
Después de eso, se dirigieron a casa de Gonani y le ordenaron que les dejara entrar. A la policía comunitaria se unieron vecinos de Gonani, que le exigieron que saliera de la casa. Luego entraron en la casa, la saquearon, robaron los objetos de valor, y agredieron a Gonani y Kulemera, mientras algunos sugerían que deberían ser quemados vivos. Gonani suplicó entonces que les pusieron bajo la custodia y protección del Servicio de Policía de Malawi. Los dos hombres fueron conducidos en el coche de Gonani a una unidad de la Policía en Nsungwi, en el Área 25. En el camino, fueron insultados continuamente por los miembros de la policía de la comunidad, que también les exigieron dinero.
Cuando llegaron a la comisaría de Policía, fueron encerrados. Posteriormente se les trasladó a la comisaría de Kanengo, donde fueron interrogados y recibieron más insultos. Les fueron tomadas fotografías por agentes de policía sin su consentimiento; las fotos se distribuyeron ampliamente por las redes sociales de Malawi. La pareja fue más tarde obligada a caminar hasta una clínica cercana para un examen médico. De camino hacia la clínica, con las manos esposadas, los oficiales de policía que los acompañaban les exhibieron ante los transeúntes con el fin de humillarlos.
En la clínica, se les obligó a desnudarse. Se les realizó un examen invasivo de sus partes íntimas. Aún con las manos esposadas, fueron trasladados posteriormente al Hospital Central de Kamuzu, hospital de referencia de Lilongüe, para más pruebas. En el hospital, se les sometió a pruebas de VIH y ETS. A Kulemela y Gonani se les concedió la libertad bajo fianza 8 de diciembre. Su formulario de fianza indica que estaban siendo acusados de sodomía en violación de la Sección 153 del Código Penal (conocimiento carnal contra el orden de la naturaleza), que se castiga con una pena de prisión de 14 años.
Esperemos que la evidente tortura que supuso para Cuthbert Kulemela y Kelvin Gonani su detención sea la última que tenga lugar en Malawi.
Fuente Dosmanzanas y Chueca.com
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